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Betta turquoise por Siri_Looper

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Ji Yong abrió los ojos, los rayos del sol entraban por las cortinas traslucidas y llenaban la habitación. Miro a su alrededor y ahí estaba Seung Hyun durmiendo de lado volteado hacia él, miro su rostro apacible y no pudo evitar sonreír enternecido.

 

Para Ji todo eso aun parecía un sueño, aun no podía creer lo que había hecho, trataba de asimilar que desde el día anterior su vida había dado un tremendo vuelco, desde ese momento su vida sería muy diferente a la que había sido hasta entonces.

 

Pensaba en que podría depararle el futuro junto a Seung Hyun, el Bigbang vino a su mente, seguramente habría muchos viajes a bordo de ese gran barco, muchas aventuras, lugares y cosas por conocer, pero también pasaron por su mente las cosas malas, los problemas con la marina, los saqueos, los robos, después de todo TOP era un corsario que no se guiaba por lo que dictaban las leyes.

 

Sus ojos se perdieron entre el moreno pecho desnudo que subía y bajaba tranquilo y todo lo malo se volvió insignificante, cualquier cosa desagradable valdría la pena, TOP era su mundo ahora y Ji Yong estaba feliz por eso, ya había tomado la decisión de quedarse para siempre con él, ahora debía acatar y ser consecuente consigo mismo, seria fiel a Seung Hyun y a sus convicciones, lo seguiría a todas partes no importa donde él y el Bigbang lo llevaran, porque Ji Yong ya tenía claro que aunque Seung hiciera cosas malas a veces, las hacía por buenas razones.

 

Siguió bajando la vista, ambos estaban tapados con una delgada sábana blanca que cubría la mitad de sus cuerpos, Ji Yong no pudo evitar morderse el labio cuando su vista llego hasta su ombligo y después más abajo donde un camino de vellos se perdía bajo la blanca tela. Sonrió nuevamente al mismo tiempo que se sonrojaba, recordó detalles de la noche anterior, no podía creer la forma tan salvaje en la que se había comportado, en la forma que Seung Hyun lo toco y lo llevo al cielo dos veces.

 

Ji se arrastró lento por la cama sin querer despertar al otro, se acercó a él lo más que pudo sin tocarlo, estaba tan cerca de su pecho que podía sentir su propia respiración devolverse haciendo eco en la piel morena, Seung Hyun olía muy bien, su piel olía levemente a sudor, pero no era desagradable.

 

Cerró los ojos dando un suspiro, casi se vuelve a dormir cuando un brazo lo apretó por la espalda, el mayor con los ojos cerrados lo había rodeado y hundido el rostro entre su cabello.

 

— Buenos días — dijo Seung presionándolo contra él, obligándolo a pegar una mejilla en su pecho.

 

— Hola — respondió de vuelta con una leve sonrisa.

 

— ¿Cómo dormiste?

 

— Mal, roncas mucho y das patadas — respondió.

 

Seung se separó un poco, pero sin soltarlo de la espalda, lo miro hacia abajo somnoliento y el otro hizo lo mismo desde su pecho.

 

— ¿En serio?

 

— No — Ji dio una pequeña carcajada.

 

Seung bufo y sonriendo volvió a hundir su rostro en sus delgados cabellos, apretó más el otro cuerpo contra él y acaricio su espalda, Ji sintió la hombría contraria aplastarse contra su estómago.

 

— Esta es la mañana más maravillosa de mi vida — dijo Seung desde su coronilla.

 

— La mía también, es la primera vez que despierto junto a alguien de esta manera.

 

— ¿De qué manera? — pregunto el mayor, el sabia a lo que se refería, pero quería escucharlo de sus labios.

 

— Así… de esta manera — respondió avergonzado.

 

— ¿Desnudo? ¿Sucio? ¿Feliz?

 

— Todo eso… feliz… sobretodo feliz, no recuerdo una mejor mañana que esta.

 

Seung sonrió más ampliamente, ejerció fuerza en sus brazos y piernas y se impulsó hasta quedar encima del más pequeño, poso ambas manos sobre la almohada a los lados de su cabeza.

 

— Te amo Ji Yong — le dijo mirándolo directamente a los ojos, bajo su rostro lentamente para quedar más cerca del otro — ¿me amas? 

 

Seung sabia la respuesta, Ji ya se lo había dicho, pero necesitaba escucharlo una vez más porque no terminaba de creer que un hombre como Ji Yong estuviera desnudo en su cama, diciéndole que se quedaría a su lado por siempre. Para Seung Hyun el pequeño castaño era la perfección andante, era inteligente, hermoso, adorable, valiente, talentoso con la espada, ni en sus sueños hubiese creído que alguien así podría existir y que además fuera suyo.

 

— Te amo Seung Hyun — respondió Ji sosteniéndole la mirada directo a los ojos — ¿Por qué me lo preguntas? He dejado todo por ti, ya deberías tenerlo claro.

 

— Lo sé — bajo más su cabeza y poso su frente sobre la de Ji — es que todo esto parece un sueño, demasiado perfecto para ser verdad.

 

— Te amo… — levanto sus manos y atrapo a Seung por ambas mejillas, alzo la cabeza para darle un beso, repitió las palabras mientras las alternaba con nuevos besos rápidos — te amo… te amo… te amo… lo repetiré hasta que lo creas.

 

Seung Hyun sonrió, Ji soltó su rostro y dejo caer su cabeza de vuelta a la almohada, pero el mayor lo siguió para besarlo lentamente abriendo la boca con cuidado, movió los labios despacio hasta que sus lenguas se tocaron y jugaron, ya se conocían, ya sabían el ritmo adecuado, Ji Yong con los ojos cerrados se aferró fuerte a su espalda, su entrepierna se sacudió, Seung lo noto y se apretó contra sus caderas, las suaves pieles de sus miembros se rozaron de forma deliciosa para ambos, comenzaban a endurecerse.

 

Seung Hyun se separó del beso y lo volvió a mirarlo a los ojos muy de cerca, sonrió e inclino su cabeza, pero esta vez para atacar su cuello con besos y débiles mordidas, Ji sonrió y disfruto de sus suaves labios que iban dejando una marca de saliva a su paso.

 

El menor miro hacia abajo como el cabello turquesa brillante y enmarañado se movía sobre su pecho, llevo una de sus manos y la metió entre las exóticas hebras, a su mente vino la historia que le había contado Daesung ya hace varios meses.

 

— Seung Hyun… — comenzó a decir Ji mientras el otro arrastraba su boca rumbo a su pezón izquierdo — ¿Por qué tu cabello tiene ese color?

 

Seung detuvo sus besos y lo miro desde abajo, Ji continúo acariciando su cabeza expectante por la respuesta.

 

— El ángel que se llevó a mi madre cuando murió me bendijo, por eso mi pelo es así y no me enfermo nunca — había dejado de besarlo y poso su mentón encima de su pecho.

 

— ¿No esperas que crea eso o sí?

 

— ¿Por qué no? — Sonrió — es una bonita historia.

 

— Pero no es cierta, Daesung me dijo que tu padre te dio un mapa.

 

— Dae te informo bien ¿eh?

 

— Si, pero deberías agradecerle, esa historia ayudo mucho a que yo cambiara mi opinión de ti — continuaba acariciando sus cabellos, cada ciertas caricias tomaba pequeños mechones y los estiraba para mirarlos, contra la luz que entraba por las ventanas se notaban muy brillantes — dime lo que había en esa isla Seung, Dae dijo que no la encontraste, pero no le creo.

 

— Cuando mi padre me dio el mapa no me dijo lo que encontraría ahí porque pensó que no lo creería y tenía razón Ji, ese tipo de cosas no se pueden contar, no lo creerías si te lo dijera, hay que verlo para creerlo. 

 

— Entonces muéstramelo.

 

Seung se levantó y subió para que nuevamente sus cabezas quedaran a la misma altura, ambos se miraron a los ojos.

 

— ¿Estás seguro que quieres verlo? Puede que no te guste lo que hay allí.

 

— Estoy seguro, quiero verlo.

 

— Esta bien — se inclinó y dejo un suave beso sobre sus labios, enseguida se volvió a apartar — acompáñame la próxima vez que el Bigbang zarpe, en ese viaje iremos a esa isla y te lo mostrare.

 

Seung volvió a bajar con su boca a continuar con los besos que había interrumpido Ji Yong con sus repentinas preguntas, beso sus labios despacio y luego se fue moviendo por su mentón hasta llegar al cuello.

 

— Dime al menos algo de lo que veré ahí, para estar preparado — dijo y suspiro tratando de controlar el calor que comenzaba a invadirlo, se mordió los labios alzando el rostro para darle al otro mejor acceso a la piel de su cuello.

 

— No… — continuo besando, subió y atrapo su oreja.

 

— Vamos, dime algo de lo que hay ahí… ahhmmmm — gimió despacio cuando sintió el aliento caliente del otro sobre su lóbulo.

 

— No, Ji… hagamos algo más divertido que hablar…

 

Seung metió una de sus manos entre los dos cuerpos, acaricio con la yema de los dedos el miembro de Ji, siguió su camino hasta sus testículos y acaricio con cuidado, el más joven dio un respingo acompañado de un siseo cuando sintió el contacto en esa sensible zona.

 

— Anoche dijiste que querías repetirlo — le hablo al oído — ¿quieres repetirlo hermoso Ji Yong?

 

Ji Yong sintió su estómago arder el escuchar esa voz tan sensual hablarle de esa forma en el oído, el calor de su estómago se disipo por el resto de su cuerpo, termino por endurecer su miembro y lo lleno de agradables corrientes eléctricas en su interior.

 

— Si… — respondió en un susurro disfrutando aun de sus besos y de las caricias en su entrepierna.

 

El mayor movió la mano que tenía en sus testículos más abajo, buscando su entrada, en la mente de Ji ahora solo habían recuerdos de la noche anterior, eso le hizo alzar las caderas buscando el placer que ya había experimentado, abrió las piernas dando paso a la mano de Seung que con dos dedos buscaba aquel pequeño tesoro.

 

— ¡Ah! — dio un nuevo respingo cuando sintió la punta de los dedos encontrar su entrada.

 

— Estas muy sucio mi amor…

 

Seung comenzó a abrirse paso lentamente entre su piel, era fácil, el lugar estaba aún húmedo, la noche anterior solo se levantó de la cama a apagar las velas y de inmediato se durmieron entre los pétalos de flores abrazados, Ji Yong aun tenia resto de semen y vaselina.

 

— Mis dedos entran muy fácil… — Seung siguió introduciendo dos dedos, hablaba en un hilo de voz — ¿sientes como entran?

 

— Aahmmm — el castaño no pudo responder nada coherente, por supuesto que lo sentía, su labios apretados y los ojos cerrados le respondieron a Seung, este comenzó a dejarle suaves besos sobre el centro de su pecho mientras introducía más sus dedos hasta llegar al fondo.

 

— Seung… — murmuro Ji y miro hacia abajo, sus rostros se encontraron, el menor sintió vergüenza, ahora en la habitación había mucha luz, no era como anoche que se habían mirado con la opaca luz de las velas, antes la oscuridad había reducido su pudor, esta vez se sentía más expuesto.

 

Ji Yong dejo de mirarlo, dejo caer su cabeza sobre la almohada nuevamente y dio un notorio gemido, Seung había empezado a mover sus dedos en su interior, separándolos entre sí, presionando las paredes de su entrada en busca de aquel punto mágico.

 

— Tu culito es el más apretado que he probado nunca — Seung dio un suspiro excitado y saco sus dedos un poco para volverlos a meter con fuerza.

 

— Aahmmm… espero… — Ji hablaba con dificultad disfrutando de las sensaciones con los ojos cerrados — espero… que no hayas probado… demasiados…

 

— ¿Qué es eso? — Sonrió ampliamente Seung sin detener los lentos movimientos de su mano — ¿estas celoso?

 

— Claro que no…

 

— Te voy a dar algo para que no estés celoso mi amor…  — dejo nuevos suaves besos sobre su pecho y saco los dedos de su entrada lentamente, se posiciono mejor entre sus piernas para que la punta de su miembro acariciara la piel de los testículos de Ji — ¿Lo quieres? 

 

— Mmmhm — gimió con la boca cerrada Ji moviendo las caderas, tratando de pegarse más al otro.

 

— Dime que lo quieres o no te lo daré — hablo Seung restregándose contra el otro.

 

— Ahhhm — a Ji le avergonzaba responder, se llevó su propio antebrazo al rostro para tapar sus ojos y sus pómulos rosas — mierda… si lo quiero…

 

— Eso suficiente para mí — sonrió Seung mirando a su amante, se veía adorable, adorable y sexy.

 

El mayor se levantó, estaba hincado sobre sus rodillas, paso una mano por debajo de Ji a la altura de su espalda baja y levanto sus caderas con fuerza, el castaño lo ayudo colocando la planta de los pies sobre el colchón e impulsándose hacia arriba.

 

En esa posición Seung tenía a la vista todo el cuerpo de Ji, su cabeza seguía sobre la almohada, su brazo sobre sus ojos, los labios entreabiertos dejaba salir suspiros, su pecho subiendo y bajando agitado, sus pezones erectos, su abdomen estaba estirado, el mayor podía ver los huesos de sus costillas y caderas marcarse sobre la piel, la mano que no lo sostenía de la espalda la uso para acariciar uno de los muslos encima del tatuaje de “Inhale”, la tibia piel del interior de sus muslos se sentía muy bien en contacto con su cadera.

 

— Ji, jamás superare lo bello que eres — Seung subió con su mano hasta su cadera para sostenerla con ambas manos, comenzó a moverse, a acomodar su pene duro entre los glúteos de Ji Yong, buscando introducirse en él.

 

El menor dejo salir un sonoro gemido involuntario cuando su entrada comenzó a ser abierta por la carne del otro, Ji no estaba mirando, pero escuchaba la sonora respiración de Seung mientras se metía en su interior, también sus manos grandes y calientes sujetándolo firme, empujándolo contra él a medida que estaban más unidos.

 

— Aaahh — dio un ronco gemido Seung cuando entro por completo, en seguida la base de su pene fue apretada por un espasmo involuntario de la entrada de Ji, volvió a gemir y apretó la piel que tenía entre sus manos — ¡Aaaah!... tan apretado…

 

Con Ji firmemente sujeto Seung empezó a moverse, saco solo un poco su pene y volvió a introducirse, pudo sentir los glúteos de Ji contra él, tibios y esponjosos, la visión de su amado sobre la cama solo lograba excitarlo más, volvió a salir para repetir el movimiento más veces, salía despacio y se metía con fuerza, con embestidas duras y firmes, primero lento, pero a medida que a sus cuerpos comenzaban a ser invadidos por el placer acelero las arremetidas, la habitación se llenó de sus gemidos y respiraciones sonoras.

 

— Déjame verte… — Seung llevo una de sus manos hasta el brazo de Ji Yong y tiro de el para dejar su rostro al descubierto, el menor no tenía la fuerza para negarse, ya estaba volando solo preocupado de lo que estaba pasando en su entrepierna, su rostro quedo a la vista, su frente estaba brillante por una ligera capa de traspiración, su boca entreabierta y los ojos fuertemente cerrados.

 

Seung sin perder la oportunidad tiro más del brazo del castaño hasta que lo obligó a llevar su mano a su propio pene, rodeo sus dedos y los llevo hasta su miembro, TOP rodeaba la mano de Ji y este a la vez su propio falo, el mayor lo ínsito a masturbarse, marcándole el ritmo para demostrarle que podía sentirse aún mejor.

 

El líquido pre seminal ensucio la mano de Ji, Seung saco la suya y volvió a sujetar sus caderas como antes, el más pequeño siguió el solo auto acariciándose, gimiendo más fuerte, empujándose contra Seung ansioso por sentir más placer, podía distinguir claramente la punta en su interior entrando y saliendo, la piel se su entrada escocia, pero le era agradable, lo hacía sentirse más lleno de Seung Hyun.

 

TOP tenía la mejor visión de Ji que se pudo imaginar, continuo con las embestidas sin quitarse los ojos de encima embobado por su belleza.

 

— Siii, Seung… — murmuro entre gemidos Ji y abrió los ojos, miro hacia abajo y vio la piel acanelada en contraste con la pálida propia. Miro al estómago de Seung, como este se contaría con cada embestida, miro enseguida más abajo, sus caderas y su vello corporal perdiéndose detrás de sus propias piernas abiertas.

 

Ji se concentró mirando los movimientos contra su cuerpo, como Seung Hyun arremetía contra él y no pudo más, arqueo la espalda, se masturbo más rápido, dio un hondo gemido gutural y dejo salir su esencia que se salpico sobre su torso. Ante la hermosa visión del orgasmo de Ji Yong, Seung se entregó también, sus embestidas se hicieron más duras, golpeo el cuerpo de Ji Yong tan fuerte que el chocar de sus pieles se podía escuchar por toda la habitación.

 

— Aaah… aahhh… Ji… aaam — gimió Seung mientras derramaba todo su semen dentro del más pequeño, pudo sentir el pequeño espacio más caliente, más mojado, seguía arremetiendo disfrutando cada instante del terrible placer, las nuevas embestidas esparcieron el semen por todo su pene y entrada de Ji.

 

— Mmmmhhh — el castaño nuevamente tenía los ojos cerrados, la cabeza sobre la almohada, su mano seguía masturbándose, pero lento, las últimas gotas salían y caían sobre su piel.

 

Seung se fue deteniendo lentamente, volvió al planeta tierra mirando la piel de Ji, soltó sus caderas dejándolas sobre la cama, salió de su interior y un poco de semen se derramo sobre la sabana. Miro a Ji, este también lo miraba, con el pecho acelerado y sucio.

 

Se miraron un momento asimilando, ambos tratando de terminar de creerlo, los movimientos de la mano de Ji se detuvieron, Seung se sentó sobre sus propias pantorrillas y poso ambas manos sobre las rodillas ajenas acariciando lento.

 

— Eres lo mejor que pudo pasarme en la vida — pronuncio Seung con voz rasposa por su garganta seca, jamás podría terminar de creerlo, Ji Yong era como de otro planeta, sentía como si su pecho fuera a explotar por todo lo que Ji había puesto dentro de su corazón, nunca había sentido algo como eso, tan feliz, tan pleno, tan desesperadamente enamorado.

 

Ji Yong le sonrió desde la almohada, se miraron un momento más, sus corazones se hablaban a través de sus ojos brillantes, siguieron sosteniéndose la mirada cuando Seung se inclinó sobre el otro, estiro una de sus manos y quito un pétalo de rosa arrugado de entre los cabellos desparramados sobre el cojín.

 

— No… Seung… estoy muy sucio — reclamo cuando el otro dejo caer su cuerpo sobre el suyo, el semen de su pecho y estomago se esparció en entre ambos.

 

— Eso no te importo hace un momento.

 

— Ahhy dios… que horror, cállate, no digas esas cosas tan vergonzosas… — dijo con timidez y el otro dio una pequeña carcajada, por cómo se había comportado en la cama esas dos veces Seung estaba seguro que solo era cosa de tiempo para que Ji olvidara esa vergüenza y se dejara llevar más aun, él se encargaría de eso.  

 

Más tarde ese día Ji Yong y Seung Hyun salieron de la habitación, aseados y felices, bajaron al comedor por su desayuno, ya todos estaban ahí terminando cuando aparecieron, dieron un buenos días general y se sentaron a la mesa, en las sillas de siempre, Seung a la cabeza  y Ji Yong varios puestos lejos de él.

 

Para nadie paso de ser percibidas las picaras sonrisas que se lanzaban el uno al otro y los voladores besos que Seung le mandaba, Ji Yong le fruncía el ceño tratando de decirle con su expresión que dejara de hacerlo, que todo el mundo estaba mirando incluso sus hermanas, pero al mayor no le importaba eso, siguió lanzándole pequeños besos cada vez que sus miradas se encontraban.

 

— La pasaron bien anoche ¿eh? — pregunto SeungRi, como siempre sin disimulo, Ji casi se atraganta con su comida — porque te fui a ver a tu habitación Ji y no estabas ahí ¿Dónde dormiste?

 

— No te importa panda — respondió dejando de toser.

 

— Durmió conmigo — intervino Seung, Dara dio un pequeño gritito y Chaerin un bufido molesto ante la falta de vergüenza de su anfitrión y sus amigos — y no, yo no lo obligue a nada señorita Chaerin…

 

— No me importa, no quiero saber más — dijo tratando de disimular su vergüenza, tomo su vaso de jugo y se lo llevo a los labios esperanzada de que eso tapara su sonrojo.

 

— Yo si quiero saber… — dijo Dara y recibió un codazo de su hermana a su lado — ¿¡Que?!

 

SeungRi, Taeyang y Young Bae se echaron a reír, Ji Yong miraba la mesa, ahí no estaban los cinco hermanos, ninguno de ellos y eso lo hizo preocuparse, había olvidado preguntarle a Seung que es lo que había pasado anoche, se había encerrado por horas a hablar con ellos y aun no sabía a qué habían llegado.

 

— Desayunaron más temprano, ya se fueron todos a trabajar — le dijo Daesung a Ji al ver como su mirada se volvía más sombría y preocupada — no te preocupes, están bien…

 

No era un secreto el afecto que Ji les había tomado a los cinco hermanos, eran coreanos como él y por eso sentía con ellos una conexión especial, podían hablar en su idioma natal, tenían cosas y gustos en común. Ji los admiraba mucho, los cinco eran más jóvenes que él y sin embargo parecían haber hecho mucho más con su vida que el mismo, por eso le preocupaba, lo hacia sentir un poco culpable el hecho que Taehyun quería irse por llevarse a sus hermanas a Corea.

 

— — — — —

 

Taehyun esa mañana estaba haciendo su trabajo ignorando por completo lo ocurrido el día anterior, él estaba encargado de todos los mandados en el pueblo, como todos los días antes de irse de la mansión iba consultando a sus hermanos por lo que necesitarían, ya tenía en su bolsillo una lista con las compras de comida que le había encargado Jin Woo y una carta de Seung Yoon que debía entregar a Tablo en el cuartel de la marina, ahora bajaba las escaleras rumbo al muelle en busca de Mino para preguntarle si había algo que quisiera encargarle.

 

Encontró a Mino dando órdenes a algunos hombres sobre las tablas del muelle, espero algunos metros lejos, después de algunos minutos los hombres se disiparon y Mino se volteó hacia él, quedo inmóvil al ver a Taehyun parado ahí mirándolo fijamente, el menor camino en su dirección hasta quedar frente a frente.

 

— Ya me voy ¿necesitas algo? — pregunto Tae con rostro serio como siempre.

 

Mino estaba molesto y herido, pero más que nada furioso, el creía que Taeyhun estaba siendo egoísta y malagradecido con sus hermanos y con TOP. La noche anterior cuando hablaron todos juntos con su jefe no llegaron a nada, el menor seguía insistiendo que lo mejor para él era irse a Corea para siempre y Mino no era capaz de entenderlo, se sentía traicionado porque creyó que la secreta relación que tenían era especial. El moreno creía que Taehyun lo amaba, nunca se lo había dicho, pero asumió que era por su personalidad seria y retraída, de verdad creyó que lo de ellos era especial y ahora que sabía que no era así se sentía como un tonto ingenuo.

 

— ¿Necesitas algo? — volvió a preguntar, su hermano simplemente se había quedado mirándolo pensando en lo molesto que estaba.

 

— No… — parpadeo varias veces saliendo se sus propios pensamientos — no tengo nada para hoy…

 

— Bien… me voy entonces — se dio la vuelta dispuesto a marcharse, pero Mino sin pensarlo lo atrapo de la muñeca antes que pudiera alejarse.

 

El menor se dio la vuelta pensando que quizás al otro se le había olvidado algo, que si tenía un encargo para él.

 

Mino también se le quedo mirando sin saber que decir, había atrapado su muñeca de forma impulsiva, cuando vio su espalda a punto de alejarse de el no pudo evitar sentir como si le hubiesen golpeado el estómago y su mano actuó casi con voluntad propia. Mino estaba muy enojado y también triste, no lo admitía, ni siquiera en la soledad de su cabeza lo quería enfrentar, pero él sabía muy bien que amaba a Taehyun, a pesar de saber ahora que su amor no era correspondido, a pesar de sus palabras hirientes y de su deseos de irse Mino sabía muy en el fondo que amaba con locura a su pequeño hermano.

 

— Tae… — murmuro el mayor, deslizo su agarre lentamente rumbo a la mano blanquecina del otro, con la intensión de entrelazar sus dedos, pero el menor al notarlo aparto su extremidad de un tirón.

 

— Basta Mino… ya no más… se acabó — se volvió a dar la vuelta para irse, alcanzo a dar un par de pasos, pero se detuvo cuando escucho la voz del otro.  

 

— ¿Así tan fácil? — Pregunto a su espalda — estas mal Taehyun, así no funcionan las cosas, no puedes simplemente decir que te iras de un día para otro y esperar a que nos sentemos a verte irte sin hacer nada.

 

— Lo siento… — ya había perdido la cuenta de cuantas veces había pronunciado esas palabras en la últimas horas.

 

— ¿Lo sientes? — Rio con amargura — pues deja de sentirlo y olvida esas estúpidas ideas de irte, quédate… con nosotros… conmigo…

 

El menor se volteó tratando de controlar el nudo en su garganta, apretó los labios reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir.

 

— Me voy a ir, ya tome una decisión — avanzo hasta quedar frente a frente — puedes… — tomo su mano débilmente, un agarre tímido — puedes venir conmigo… de esa forma podemos estar juntos.

 

Mino sonrió de forma amarga y esta vez fue el quien quito la mano.

 

— ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Nos estas destruyendo, todos están sufriendo por tu culpa ¿con que cara puedes pedirme que me vaya contigo?  

 

— Yo también estoy sufriendo Mino — bajo la mirada para ocultad las lágrimas que cubrían sus ojos.

 

— No te creo, si realmente te doliera no harías esto…

 

— Por favor… — suplico para que se callara, lo estaba hiriendo, le dolía que nadie era capaz de comprender por lo que estaba pasando.

 

Taehyun hace tiempo que se quería marchar de vuelta a Corea, cuando se fue de su tierra natal lo hizo siguiendo a sus hermanos, no tuvo opción, tan solo tenía dieciocho años en ese entonces, siempre creyó que algún día regresarían, pero después de esos años se dio cuenta que ninguno de sus hermanos quería hacerlo, ninguno de ellos compartía su nostalgia por la tierra de su nacimiento y sabía que era egoísta alejarse de ellos, que estaba pensando solo en sí mismo, pero él era de la idea que si él no se preocupaba por su propia felicidad ¿entonces quién? Su felicidad estaba en Corea, lejos de ese clima sofocante, del mar, de la marina, de los extraños animales de ese país, quería hablar solo coreano, quería sentirse en su hogar y ese hogar estaba al otro lado del mundo. Tenía miedo de terminar siendo un anciano en ese país y no volver a ver jamás la tierra que lo vio nacer, temía que si no hacia lo que quería hacer después se arrepentiría y en entonces ya sería muy tarde para hacer algo.  

 

Taehyun le volvió a dar la espalda a Mino y comenzó a caminar para marcharse.

 

— Nos traicionaste… — escucho la voz del moreno a sus espaldas, pero esta vez no se detuvo — ¡La familia no hace ese tipo de cosas Taehyun, no eres un buen hermano, nos estás haciendo daños a todos con tus estúpidos problemas existenciales…!

 

Mino termino gritando para que su voz llegara al otro que comenzó trotar desesperado por dejar de escuchar esas palabras hirientes de la persona que más amaba, porque si, Taehyun amaba a Mino y a todos sus hermanos, pero no tanto como se amaba a sí mismo.


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