En la casa de la familia katsuki se encontraban los jóvenes reunidos con armas y sus trajes para matar, y fuera de esta se encontraban varios hombres junto a su líder la cual estaba ansiosa en destrozar a cada pequeño, entraron a la casa encontrando la sala vacía, ella chasqueo los dientes caminando cuidadosamente con todos por los pasillos, al final de este estaba un joven de cabellos cortos negros y ojos color zafiros el cual sonreía.
-bienvenidos a la residencia katsuki y espero que disfruten su estadía, cuidado con la sangre en el suelo y disfruten el espectáculo- ella se quedó pensativa hasta que miro al suelo encontrándose un charco de sangre, miro atrás para ver a una gran parte de sus hombres muertos en el suelo y a 4 muchachos con una sonrisa, y sus espadas llenas de sangre.
-qué demonios?- su instinto le gritaba que corriera más cuando sintió una presencia la cual la hizo temblar, el rugido de un alfa pura sangre el cual la hizo caer al suelo y temblar, pero como era posible- que diablos son ustedes?- se preguntaba mientras miraba como victor llegaba frente a ella y la miraba fijamente.
-llévenla a la sala de juegos mamá quiere jugar con ella- miro a la par a dos pequeños niños de cabellos blancos y ojos color dorado muy raro sonriéndole.
-vamos vamos a mami no le gusta esperar- ambos niños la llevaron de la mano aun temblorosa y llena de miedo, entendió que era meterse en la boca del lobo, pero esto era el infierno, llegaron a una puerta de color rojo la cual uno de los niños la abrió ella abrió sus ojos con miedo mirando las paredes y suelo cubiertas de sangre al igual que restos humanos, una silla en el centro y a su lado aquel omega que todos temían recordó las palabras de su padre “me enamore de él no por ser un omega si no por su interior el cual es tan hermosamente retorcido”.
-bienvenida a la sala de juegos- se escuchó un grito desgarrador por toda la casa y luego como se cerró la puerta, dos pequeños llegaron a los brazos de su padre para ser abrazados y alzados por este.
-papi mientras mami se entretiene comemos helado- el alfa sonrió para asentir y caminar con sus cachorros y toda su familia a la cocina donde asaltaron sus contenedores de helados sin tocar el de yuri, devorando todo a su paso mientras miraban el rey león en el televisor como familia una toda cubierta de sangre pero feliz.
----en la habitación de juegos-----
Yuri amarro a la mujer a la silla para acariciar sus cabellos mirándola con sus ojos llenos de terror.
-shhh tranquila pequeña esto solo será una minúscula muestra de mi hospitalidad- yuri sonrió siniestramente para jalar sus cabellos para que lo mirara fijamente- después de todo llegaste por tu voluntad al infierno no quieres irte sin probar lo que este te ofrece- la mujer tembló de miedo y un olor llego a las fosas nasales del omega, miro las piernas de su enemiga la cual estaba cubierta de orines haciéndolo chasquear los dientes- no eres un verdadero reto, no sé cómo eres hija de Seung, ni cómo pudiste mover un solo dedo contra mí pero sé que no lo hiciste sola o sí.
Yuri soltó un suspiro para salir de la habitación y volver a entrar con una joven rubia, la cual temblaba de miedo, su piel estaba cubierta de horribles heridas cicatrizadas por quemaduras y su rostro estaba desfigurado.
-bueno mis lindas invitadas las volví a reunir, mi hermosa sobrina tu alfa y su puta omega juntas no es hermoso el destino hermoso- yuri aplaudió con una gran sonrisa- lo que me sorprende es que siguieras su juguito idiota de venganza solo porque deje morir a sus papitos y a su hermanito, y porque mate a Seung quien fue un poquito más difícil que tu cariño- ninguna mujer contestaba pero a yuri no le importo, se acercó a una mesa donde agarro un soplete y lo acerco al busto de la omega haciendo que su sobrina tratara de impedírselo.
-fue idea mía todo déjala a ella en paz mátame a mí, tortúrame a mi todo lo que quieras pero a ella no- yuri se carcajeo para caminar hasta su sobrina.
-mi amada sobrina te enseñare un poco de modales y no interrumpir a tus mayores- acerco el soplete a la piel de su estómago haciéndola gritar de dolor y con una sonrisa perfecta disfrutar del olor a carne quemada.