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Bloodless por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Ahora si puedo decir que comienza la historia,  si queda alguna duda con gusto la respondo a menos que sea algo que vaya a aclarar despues :P

Como el nombre del capitulo dice, veremos un poco mas sobre Niko, pero no es un capitulo narrado por él, para eso falta un poquito mas, espero les guste.

Así fue como termine en esta jodida situación. Ups, lo siento… yo no suelo decir muchas palabrotas, pero juntarme tanto tiempo con Niko tiene sus consecuencias, y estoy en una situación en la que no puedo cuidar mucho lo que digo.  Pero, básicamente esa fue la historia de cómo me convertí en un vampiro, casi muerdo a una desconocida y la persona que me gusta me encontró.


— Niko…


— cállate.


— pero…


— Solo cállate y sigue caminando— mientras camina, lleva su vista en su teléfono. Yo suspiro, algo nervioso.  De seguro está molesto, ¿verdad? No fui muy amable con él… pero que estoy pensando, ¡Eso no es lo importante! Niko me vio a punto de morder a una chica. Una excusa, necesito una excusa, algo…  y rápido. ¿Qué le puedo decir? ¿Una apuesta? No, no tiene sentido. Quizá pueda decirle que quiero ingresar a  un culto y es mi prueba de iniciación… arg, que tonterías estoy pensando— espérame aquí.


— ¿Ah?— volteo, pero Niko ya está entrando por las puertas del hospital donde trabaja  su padre. ¿Qué estoy haciendo? debería irme de aquí y desaparecer de la vida de todos. Si, lo mejor será que me vaya… pero la verdad es que soy tan patético que me quedare solo porque Niko me dijo que lo esperara.  Es raro que Niko venga aquí, no tiene una buena relación con su papá y no porque se la pasen peleando. Su padre es médico, así que trabaja muchas horas en el hospital y no está con Niko.


En realidad, es mucho más complicado que eso. La madre de Niko murió de una enfermedad cuando él tenía como seis años, su padre se encerró en su trabajo y dejo a Niko solo al cuidado de niñeras, justo después del funeral. Niko jamás lo olvido. Eso no me lo contó Niko, yo lo deduje de todas las charlas que tuve con él y algunas otras con su padre.  Su padre no es una mala persona, pero no supo sobrellevar una perdida como esa, y no lo culpo. 


— vamos, Drew.


— espera… Niko, ¿Qué estás haciendo? ¿A dónde vamos ahora?


— a mi casa.  Mi viejo tiene turno hasta pasado mañana.


— ¡No puedo ir a tu casa!— definitivamente no, no y no. Niko me sonríe, una sonrisa algo macabra.


— no seas cobarde. Ven—  me dice, y comienza a caminar sin voltear a ver si le sigo.  Ah, no debería ir, no debería estar cerca de él. ¿Qué pasara si pierdo el control otra vez? Yo podría… ¿yo podría… matar a Niko?  No, no…— ¿vas a venir o no?


—ah, voy— suspiro. Niko sigue sin voltear, y voy mirando su espalda. De seguro que con todo lo que he hablado de él, di la impresión que Niko es el típico chico malo, fuerte y por el que las chicas suspiran en las películas. La verdad es que no es así. Para empezar, como ya había mencionado, Niko es más bajo que yo. No es musculoso y más bien es enclenque y de facciones bastante finas.  No es un mal chico tampoco, pelea mucho si, pero solo porque otros lo provocan y resulta ser sorprendentemente fuerte cuando pelea.


Este él es chico del que me enamore. Y ahora, caminando detrás de él, su olor me llena por completo. Huele tan bien, un olor que no esperarías de alguien que se viste de esa manera… estoy sintiendo sed otra vez, ¿Niko sabrá tan bien como huele? Mierda, mierda, no.  No debo pensar en eso, piensa en otra cosa, piensa en otra cosa.


La casa de Niko queda algo lejos, pero el solo sigue caminando hasta que llegamos. Su casa es tan grande como la mía, una casa de dos plantas y muy espaciosa.  Nadie esperaría que Niko viviera en un lugar como este.  Esta noche no hay nadie en casa, lo se antes de que él abra la puerta. Que mal… cada vez soy más vampiro.


— Es la noche libre de los empleados—dice, encendiendo la luz.


— o-oye Niko. Tengo otras cosas que hacer… y debo irme pronto, así que…


— no seas quejoso. Vamos arriba—sin quitarse la chaqueta, Niko sube las escaleras que dan a su habitación.  ¿Qué está planeando ahora? Quiero irme, a solas con Niko, en su habitación que de seguro huele a él… perderé el control de seguro. Si lo hice en plena calle, ahora que estamos a solas… ¡No!


— Niko… debo irme— hablo desde la puerta de su habitación, conteniendo la respiración.


— ven ¿o me harás ir por ti?


— ah, maldición—  gruño, entrando.  Niko está sentado en un sofá puff, mirándome.  Solo me hace una seña para que me siente en la cama— Niko, en serio…— es difícil concentrarse en una cosa cuando estoy viendo su rostro tan de cerca. Incluso sus ojeras se ven atractivas ahora que lo veo bien… sus ojos más azules.


— Toma— a pesar de que el movimiento de Niko fue rápido, pude seguirlo con facilidad. Del interior de su chaqueta, saco una bolsa transparente. Una bolsa transparente con un espeso liquido rojo en su interior. Una bolsa que me arrojo sin cuidado alguno y que aun así atrape.


— ¿pero qué…?— murmuro, pero… dios…  se ve tan… buena. Espesa, tibia…— ah…— casi puedo saborearlo en mi boca. La sed me pide que destroce la bolsa y beba desenfrenadamente el contenido— no… no…


— Adelante, no te contengas— apenas dirijo una mirada a Niko antes de morder descuidadamente la bolsa, derramándome la sangre encima. Lo primero que noto es el olor, el intenso y delicioso olor de la sangre, llenado todo, todo. Luego el sabor… no es tan bueno como esperaba pero dios… es increíble como apaga por completo la sed.  ¿Por qué tiene que terminarse tan pronto?— ah… —suspiro, viendo la bolsa vacía por completo. Y entonces le veo, cayendo en cuenta de lo que está pasando— ¡Niko!


— Je— él sigue sentando, inclinado un poco hacia delante, observándome con un brillo raro en los ojos y la cara apoyada en sus manos, sonriendo. Sus uñas con esmalte negro resaltan en sus mejillas.


— e-esto no… yo no…— ¿pero que hice? ¿Qué pensara Niko de mí? ¡He arruinado todo! Qué vergüenza, permitir que me vean de este modo.


— ¿En serio vas a ponerte a llorar?—  el tono malhumorado de Niko hace que solo quiera ocultar mi cara entre mis manos— tsk, y yo que pensaba que no había vampiros maricas.


— Te he dicho que no digas esas cosas— gruño, mirándolo mal…— espera ¿¡cómo lo supiste?!— Niko sonríe, ladeando su cabeza sobre su mano apoyada en el escritorio.


— parece que no eres más listo. No es que seas la discreción en persona, idiota. Tenía mis dudas en el callejón, pero ahora lo has confirmado. Por cierto, pagaras la lavandería—  con la otra mano, señala el cubrecama.


— ¿lo supiste y aun así fuiste hasta ahí, y luego me hiciste venir aquí?


— eh… si.


— ¡Pude haberte matado!— chillo, escandalizado. Niko arquea una ceja, bufando con fastidio mientras se levanta y camina hasta mí. A pesar de que lo estoy viendo, no soy capaz de prever el puñetazo que me da en la cara. No me duele, pero Niko sí que pega duro, más porque suele usar pesados anillos metálicos. — ¿Qué?..— murmuro, llevándome la mano a donde me golpeo.


— Eso fue por decirme esas cosas en tu casa el otro día—  dice, tronándose los nudillos— y por no contarme la verdad.


— No tienes remedio— suspiro, soltando una risa, una risa de esas que solo sirven para liberar tensión. No puedo dejar de reír, se siente tan bien que Niko se comporte de esta manera conmigo, como si yo siguiera siendo igual.


—  tú eres el que no tiene remedio.


— no tienes idea… todo esto ha sido difícil. No sabía a quién decírselo, tenía miedo y dios… te juro que no sabía qué hacer. Aún tengo miedo, y no sé qué hacer…— reconozco.


— eso no es nada nuevo.


—  ¿No me tienes miedo?— Niko me dirige una mirada que casi puedo leer en ella su respuesta.


— ¿Quién va tener miedo de ti?


— pude haberte mordido.


— pues la hubieras tenido difícil— me dice, señalando el collar con puntas metálicas que lleva casi siempre, uno grueso con tres hileras de puntiagudas puntas metálicas a juego con las de sus muñecas— no será cómodo incluso si no te duele. ¿Te duele?


— no… no sé. Supongo que no como antes.


— interesante.


— no he querido salir de mi habitación…


— ¿qué? Por favor…


— tenía miedo de morder a alguien.


— y yo que pensé que al fin serias interesante— es imposible tatar con Niko cuando se pone en modo “yo siempre tengo razón”.


— ¿Y cómo conseguiste esto?— le digo, señalando la bolsa de transfusión vacía.


— la robe del hospital.


— ¡Niko!— Chillo, tirando a un  lado la bolsa como si fuera lo más malo del mundo.


— ¿Qué?


— ¡Alguien más pudo necesitarla!


— ¿Alguien como la chica a la que ibas a morder?— me dice de modo suspicaz— ya, no te pongas así. Hubiera tomado dos pero entro la enfermera. Además, si te hace sentir mejor, tú la necesitabas.


— Siempre actúas por tu cuenta— le digo, suspirando. De pronto, me han dado muchísimas ganas de abrazar a Niko, pero no sé qué tan bien se lo tome. Ok, no se lo tomara muy bien que digamos.


— No tienes que agradecérmelo. Ya comprobé que volverte vampiro no te hace más inteligente.


— como si supieras tanto de vampiros.


— para tu suerte, antes de iniciar con todo este rollo de lo punk y lo gótico, tuve una etapa de interés por el vampirismo, así que se mucho sobre eso. O al menos lo que hay en la literatura… umm, será interesante averiguar…— susurra, con la mirada algo perdida.


— ¿Niko? No es momento para eso. No sé qué hacer, no quiero lastimar a nadie, y… 


— ¿Y?             


— ¡Estoy desesperado!


— tsk, bien, bien. Regresemos al inicio ¿Qué mierda hiciste para terminar así?—  dice, cruzando las piernas en el puff.


— ¡Yo no hice nada!  Ah, espera… recuerdo que había alguien en el bar, en el concierto de la otra noche… él… él me mordió, pero no me acuerdo de nada más.


— ¿te mordió? Ah, Drew ¿vez? Por andar con tus mariconadas.


— deja de ser tan grosero. Yo no estaba ligando a nadie— espeto, con mal humor. Llevo años babeando metafóricamente por Niko y el solo sale con estas cosas. Él suelta una risa, una carcajada para ser más exactos. Unos pasos apresurados llegan hasta nosotros, y el perro que Niko rescato entra en la habitación.


— Mishka— le llama Niko, pues el perro me está gruñendo, con los pelos erizados y una expresión algo salvaje. No es para nada el pequeño cachorro que Niko se llevó en su chaqueta aquella vez. El animal no es de raza, pero su pelaje negro es brilloso y se ve bien cuidado— ah, ven, chico— le dice, llevándolo a la salida.  Le escucho bajar, y luego algunos ruidos algo lejanos. Ah, qué mal, Mishka nunca había sido agresivo conmigo ¿es porque ahora soy vampiro?


— Niko, quizá deba irme…


— no seas ridículo. A ver, entonces alguien te mordió y no recuerdas nada más, ¿Qué paso después?   


— pues…. Desperté mareado, y fui a casa— respondo, recuerdo con claridad todo desde entonces, así que es más fácil de responder— luego me sentí enfermo, y por la noche ya tenía colmillos y una sed tremenda. Dormí hasta que anocheció y cuando desperté, ya podía oír y oler mejor que antes.


— ¿entonces no estuviste enterrado en un cementerio?


— claro que no


— umm, umm— afirma con la cabeza, mirándome analíticamente— si, una oportunidad…


— ¿Qué estás diciendo?


— bueno, primero. Si tanto te preocupa estar tu casa puedes pedir que te compren un departamento. Ya eres mayor de edad y eso no sería problema.


— ah…— bien, no pensé eso antes. Creo que ese problema es el que menos debió tenerme preocupado.


— Y segundo…— dice, caminando hacia mí— no puedes andar por ahí sin saber ni mierda de lo que haces.


— ¡¿Pero cómo voy a averiguarlo?!


— Pero que mente tan cerrada tienes— murmura, negando— solo tenemos que hacer un poco de experimentación.


— ¿Te-tenemos?— por alguna razón, sus palabras no me hicieron emocionarme ni brincar de alegría. Quizá fue su tono o su sonrisa macabra, pero eso de experimentación no sonó nada bien a mis oídos.


— oh, claro. No me perderé esto por nada.


— eh


— ¿Qué? Fuiste tú el que dijo que no sabías nada. Vamos, ven— suspiro, levantándome de la cama. Me siento mucho mejor ahora, no sé si es por la sangre o porque Niko me está ayudando si es que puedo llamarle ayuda a lo que sea que esté planeando— pon la mano ahí.


— ¿Por qué?— pregunto, apoyando la mano en el escritorio. Niko no responde, en cambio, su mano se mueve rápido. Yo ya vi lo que tiene en la mano, pero estoy tan sorprendido que no muevo mi mano cuando la suya baja y clava un cuchillo en mi mano.


— ¿Duele?


— ¿¡Pero qué mierda haces?! ¿¡Estás loco?!—  Niko suelta una carcajada cuando grito. No me duele mucho, pero ¡¿Quién en su sano juicio hace esto?! Solo un leve ardor es lo que siento… no duele como debería. Es tan raro ver el cuchillo clavado en mi mano, que se me olvida el impacto de la acción de Niko.


— ¿y? ¿Duele?


— No… es raro— murmuro, sacando el cuchillo que gotea.  Inmediatamente la herida comienza a cerrar, produciéndome un leve cosquilleo.


— interesante.


— No, no es interesante ¿dime que hubiera pasado si no me curara?


— bueno… quizá no volverías a mover la mano.


— eres un maldito demente.


— ya, no es para tanto. Al menos ahora sabemos que si puedes curarte rápido si te hieren con un cuchillo normal.


— ¿Quién querría herirme con un cuchillo?— refunfuño.  


— ¿será lo mismo para todo el cuerpo?


— ¡No voy a dejar que me apuñales!— exclamo, alejándome de Niko que vuelve a tener el cuchillo en su mano.


— que aburrido eres. Bueno, entonces pasemos a averiguar más cosas…


— Niko… me alegra que estés tan entusiasmado por esto, pero yo no me siento muy bien al respecto aun ¿Puedes dejarlo por hoy? Tengo muchas cosas que asimilar.


— tsk, bien. Pero mañana seguiremos con los experimentos— ah, sí se le puede llamar así a clavarme un cuchillo.


— como me encanta ser tu conejillo de indias…


— No seas llorón, ya no tienes nada ¿vez?— me dice, pasando por mi lado y dejándose caer en la cama.


— no podre vivir así.


— eh… Drew… ya no estás vivo— me dice, poniéndose serio por primera vez. ¿Ya no estoy vivo? Miro mis manos, parecen tan normales, todo parece tan normal…


— pero yo… solo me mordió… cuando desperté ya…


— Creo que no estabas durmiendo— susurra. ¿Estoy muerto? ¿Cómo puedo estar muerto? Estoy aquí, camino, pienso… no puedo estar muerto— Drew.


—…no puedo estar muerto—   no quiero estar muerto. Su mano me toca la muñeca, de una forma que no conozco. Lo miro, y el solo afirma con la cabeza. Miro nuestras manos de nuevo, y entonces veo que lo que hace es buscar mi pulso. Con un padre que es doctor, es cosa obvia que Niko sepa algunas cosas sobre esto.  El solo se aleja, volviendo al espacio sobre la cama que tenía antes.


— Esta noche pasaran maratón de zombis— dice, encendiendo el televisor— mañana iré a traer agua bendita, a ver qué pasa.


— ¿a ver qué pasa?


— Bueno, quizá sea yo el que se derrita a penas pise la iglesia, pero me arriesgare— dice, recostándose y poniendo sus ojos en la televisión. Supe que había terminado la conversación al ver su semblante decidido.


—… gracias…— susurre.


— ¿dijiste algo?


— No—  pero esas gracias no fueron solo por su intento de no hablar sobre si sigo vivo o muerto. Aunque me haya clavado un cuchillo, sabía que Niko tenía un lado oscuro pero no sabía que  tan oscuro. Las gracias no solo fueron por eso, fueron por todo: por la sangre, por llevarme a su casa, por evitar que enloqueciera, por seguir siendo mi amigo… justo ahora, siento que quiero como nunca a Niko. 

Notas finales:

Niko es bastante... peculiar  ¿No? XD 

Hasta la proxima semana. Gracias por leer!!

 


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