Lo más raro que me ha pasado desde que soy vampiro, no es la sed que solo se calma con sangre, no. lo más raro es sentir como viene la noche, como poco a poco se siente algo… como la oscuridad. Eso es lo que siento cuando anochece y también cuando amanece, que pasa lo contrario.
— ¿volviste al mundo de los vivos?
— Niko ¿Qué haces aquí?— pregunto, incorporándome rápidamente. Niko está sentado en una silla, con el cuaderno donde apunta todo en las rodillas.
— experimentos.
— comienzas a darme miedo…
— ¿sabes que el sol si te quema? ¿Sentiste algo?
— ¿Qué hiciste?— murmuro, parándome para ver si tengo alguna herida o algo— ¿y cómo entraste?
— Por la ventana— me dice, sonriendo— y solo abrí un poco las cortinas. Tu mano… hubieras visto, fue genial.
— No quiero saber…— murmuro, mirando mis manos. No parecen tener nada raro, esta todo normal en ellas.
— Sano en cinco minutos— Niko me observa, serio— tenía que verlo para creerlo. También tenía que saber la hora en la que despiertas. Son casi las ocho, oscureció hace como una hora.
— umm, Niko, en verdad no me interesa mucho…
— ya se… y también me canse de tu actitud— ¿cansarse? Ya quisiera yo que todo siga como antes, no quiero ser un vampiro.
— No quiero ser un vampiro— La frente de Niko se arruga, y su mirada emocionada da lugar a una molesta. Le veo levantarse y caminar hacia mí. Esta vez veo su puño dirigiéndose hacia mí e inconscientemente retrocedo, evitando el golpe.
— Desde que paso solo te has quejado y quejado— gruñe, lanzando otro golpe, que también evito haciéndome hacia atrás— no paras de quejarte como nena, compórtate como hombre por una vez en tu vida y asume lo que paso, joder— suelta, y esta vez no evito el golpe que da.
— ¿Qué…?
— es lo único que has hecho. Ya me canse de tus lloriqueos.
— ¿y qué quieres que haga? ¡Yo no quiero esto! Te podrá parecer muy genial, pero yo no lo pedí. Yo no soy un maldito obseso del tema como tu— ¿en qué momento termine sujetando a Niko del cuello de la camisa? No lo sé, pero estoy molesto, muy molesto— ¿crees que es divertido? ¡No tienes idea!
— no parece que estés pasándola mal.
— ¡Y tu estas pasándola demasiado bien a mis expensas!
— chicos… ¿está todo bien?— apenas se abre la puerta, suelto a Niko. No había escuchado los pasos del padre de Niko en la casa. Mishka entra tras él, y se pone a gruñirme.
— Sí, estamos arreglando unas cosas— quien responde es Niko. ¿Qué estuve a punto de hacer? Nunca me había molestado con Niko, mucho menos tanto y por algo en lo que probablemente tiene razón. ¿Qué me pasa? Me giro, avergonzado por lo que acaba de pasar.
— oh, entiendo…
— ¿No tenías guardia hoy también?— el tono de Niko es algo grosero, y casi deseo decirle que no sea tan grosero.
— la termine hace una hora… ¿te quedaras a cenar Drew?
— eh… no… yo…
— si lo hará. Iremos por ahí después— ¿¡qué?! No, Niko… le miro de reojo, esperando que me mire y entienda que no quiero hacerlo, pero Niko no me está mirando, esta agachado, acariciando a Mishka.
— Bien— Niko y su padre se parecen mucho, el cabello oscuro, los ojos azules. Solo las facciones son distintas, pues a diferencia de Niko, su padre tiene las facciones toscas— los espero abajo entonces— dice, cerrando la puerta cuando sale.
— Niko...— me quejo, mirándolo con reproche.
— ¿Qué? No quiero estar a solas con mi viejo, además te sacare de tu propia mierda de autocompasión así tenga que sacarte patadas.
— ¿no estás molesto?
— ¿Por qué? No hiciste nada raro— me dice, y en serio puedo ver que él no le dio la misma importancia que yo al asunto de hace unos momentos— Mishka, cállate.
— parece que ahora no le gusto.
— es solo porque ahora eres supuestamente peligroso.
— ¿supuestamente?
— ah, bien… ¿Cómo digo esto?... a pesar de que tienes colmillos, no dudaría que te desmayaras a penas vieras que mordiste a alguien— me dice, su tono alegre. ¿Desmayarme? Pero que ocurrencias las de Niko.
— Creo que tienes mucha imaginación— Niko me sonríe. Es tan raro ver a Niko tan alegre… ¿Por qué no lo note antes? Él tenía razón y solo me estaba concentrando en el asunto del vampiro. ¿Por qué no me concentre en el hecho de que he pasado dos días completos con Niko? dos días… oh, carajo, dos días y yo comportándome como un imbécil. Niko esta tan atento de mí y yo penas lo note.
— demasiada, sí. Ahora, salgamos de una vez de aquí. Ya no aguanto estar encerrado en casa.
— pero primero tenemos que cenar con tu padre.
— no se molestara si nos vamos.
— no puedo hacer eso, sería muy grosero.
— No quiero— no puedo evitar poner los ojos en blanco ante el berrinche que está haciendo Niko, porque eso para mí es un berrinche, aunque no patalee ni use tonos aniñados.
— Saldré de aquí si bajamos a cenar— no me gusta mucho usar esta clase de trucos, pero bueno. Niko me dirige una mirada molesta, pero suspira y asiente.
— pero iremos a la calle. Quiero hacer algunas cosas, y ver cómo te comportas.
— Niko, sigo siendo yo, no hay mucha diferencia.
— lamentablemente. Vamos, de seguro ya estarán sirviendo la cena— dice, sonriendo. En serio que Niko es todo un caso perdido. ¿Por qué es que nos hicimos amigos para empezar? Muchas veces, la mayoría, su comportamiento me escandaliza. Y a él parece divertirle mucho verme escandalizado. Supongo que uno a veces elige algo diferente.
— aún no. pero creo que será carne de cerdo con mucho condimento— añado, frunciendo la nariz ante el olor que de repente inunda toda la habitación.
— ¿Puedes olerlo?— pregunta, y puedo escucharle olisquear en un intento de captar algún olor.
— ¿tú no?
— No— oh… de nuevo, más cosas de vampiros. ¿Qué tan diferente soy ahora de los demás? Creo que mucho.
— Eso es genial— solo el ánimo de Niko es lo que hace que no caiga en desesperación. Cada vez me siento menos humano, cada vez más lejos de mi humanidad, y solo estar con Niko hace que me olvide de todo lo demás— antes dije que ya habíamos acabado con todo, pero no es verdad. Aún hay cosas que no he comprobado.
— no quiero comprobarlas.
— No seas marica. No es que vayas a ponerte más muerto de lo que estas— supongo que no, pero tampoco quiero que clave una estaca en mi corazón. Niko no dice nada más mientras bajamos a la cocina. El padre de Niko aún no está ahí, pero cuando comienzan a servir la comida aparece, con ropa informal y con el cabello húmedo.
— ¿Cómo les ha ido chicos?
— Umm— miro de reojo a Niko, que no parece interesado en nada.
— Bien— respondo, porque Niko no parece tener intención alguna de decir algo, y lo peor del caso es que su padre tampoco parece muy afectado por el comportamiento. Nunca me había quedado a cenar en compañía del padre de Niko, aunque hemos hablado un montón de veces— estamos por elegir que estudiar.
— oh ¿y saben que elegirán?
— aún no— respondo. ¿Y qué hare ahora? Si antes no tenía ni idea, ahora mucho menos ¿los vampiros estudian? ¿Puedo seguir yendo a la universidad? Debería preguntarle a Niko, de momento es la fuente más confiable de información que tengo.
— ¿y tú Niko?
— iré a una escuela de música. Pero no se a cuál— parpadeo, confundido ¿su padre aun no sabía sus planes? su relación está peor de lo que esperaba— ¿no vas a comer?— me dice, y puedo sentir su malicia. Esta comida me parecía deliciosa antes, ahora… bueno, no tiene tan buen aspecto, ni tampoco huele tan bien como antes.
— sí, si— respondo, y me fuerzo a llevarme un bocado a la boca. No tiene tan mal sabor, pero no me agrada la textura de la carne. De alguna forma logro comer, o lo que sea, todo lo que hay en el plato mientras de vez en cuando respondo alguna pregunta.
— Vuelvo más tarde— es lo único que dice Niko cuando se levanta, un rato después. Yo dudo unos segundos antes de levantarme, quizá un poco más rápido de lo que pretendía, pues el padre de Niko me dirige una mirada extrañada.
— Muchas gracias por la comida— me despido, alcanzando a Niko en la puerta, donde está poniéndole una correa a Mishka— ¿no le dirás algo a tu padre?
— vivo con él. Vamos.
— ¿A dónde?
— No sé, a donde sea— salir a la calle me pone nervioso, mucho. ¿Perderé el control otra vez? No quiero ser como los vampiros de las películas, no quiero ser el malo aquí— Drew, no voy a dejar que nada pase.
— umm, gracias.
— se más agradecido— dice, ya cuando salimos del patio de su casa. Las calles están llenas de gente, y aunque estamos algo alejados del centro, no deja de ser una zona habitada, así que es normal ver estudiantes, niños y gente mayor andando por ahí, así como trabajadores yendo y viniendo.
— pienso que solo haces esto porque ahora soy…
— ¿Y que si así fuera?— Niko se detiene, mirándome. ¿Qué pasa si Niko solo está comportándose así porque ahora soy un vampiro? Yo no quiero eso… me gusta estar con Niko, pero me duele saber que ahora está así por algo que paso, y no porque soy yo.
— no se…
— ¿dejarías de hablarme?
— ahora mismo no sé nada, no sé qué quiero, no sé qué hacer… estoy completamente perdido— exclamo, golpeando la pared. Una grieta aparece donde golpee, corriendo unos centímetros hacia abajo. Mishka gruñe y se aleja un poco de donde estaba.
— voy a golpearte.
— Niko…
— ¿Por qué crees que estamos haciendo todo esto? eres tan torpe que si por ti fuera, te encerrarías en cualquier lado.
— eso sería bueno.
— idiota. El caso es que estoy intentando ayudarte. Nunca hago mucho por los demás, pero eres mi amigo.
— ¿en serio?
— por favor, Drew ¿crees que dejaría entrar a mi habitación a alguien más? y mira que aunque te vayan los hombres no me molesta que te quedaras— Niko rueda los ojos. Y yo, yo pues sonrió. Está haciendo un esfuerzo por sonar amable.
— ¿y eso como viene al caso?
— ni puta idea. Pero si no fueras mi amigo, hubieras amanecido un una estaca en el corazón al otro día de que llegaste a mi casa.
— Vale, entiendo— respondo, negando.
— ¿Has recordado algo más de esa noche?— uh, no he pensado más en esa noche, como dijo Niko, solo estuve pensando en mí mismo. No he recordado nada más.
— no ¿Por qué?
— bueno, casi todos lo que hay sobre vampiros dice que él que te convirtió se convierte en algo así como tu compañero— dice, y noto cierta preocupación en su voz.
— pues no sé quién me convirtió— respondo, y a decir verdad no me interesa. Obvio que me molestare si le llego a conocer— y no quiero conocerlo. Estoy bien así— quiero decir, estoy bien contigo, pero Niko no se lo tomara bien. Solo pensarlo me hace reír.
Salir tampoco es tan malo como pensaba. Las luces son brillantes y los olores son demasiado intensos, y ya ni hablo de los sonidos. Oler todo, escuchar todo, ver todo… podría enloquecer por esto.
— ¿tienes hambre?
— ¿Qué?
— Que si tienes hambre… bueno, sed… tu entiendes— solo necesito concentrarme en la persona que está a mi lado. En el olor de su cabello, el color de sus ojos, su tono grosero.
— no.
— pareces muerto de hambre— dice, y suelta una risa— ya, pero en serio te vez más muerto que de costumbre.
— Solo llevo muerto una semana— mis palabras me causan risa, Niko también ríe, ambos reímos como si no hubiera pasado nada. ¿Cómo si no hubiera pasado nada? Quizá es lo que Niko ha querido darme a entender y yo no lo he entendido.
— mañana tengo concierto ¿quieres ir?
— Sí. Iré— Niko asiente— oye, Niko… ¿Qué voy hacer ahora?— pregunto.
— ya te lo dije ¿no? dile a tus padres que quieres un nuevo departamento porque iras la universidad— ah, sí, como no eres tu quien tendrá que hacer todo esto no tienes por qué preocuparte por ello— suena simple, pero es lo mejor que puedes hacer. Si le das muchas vueltas se verá extraño y sabrán que pasa algo contigo.
— Oh… hubieras empezado por ahí— refunfuño. Hay muchas cosas que me distraen en la calle, pues puedo ver mejor de lo que nunca vi y las cosas parecen muy hermosas con estos nuevos ojos.
— ¿Qué?
— nada. Tengo miedo de morderles, de matarles— quiero añadir que no quiero dejar de ser humano tampoco, pero las palabras se atoran en mi garganta.
— no lo harás. Solo hay que tenerte alimentado ¿no?— una sonrisa triste aparece en mí, y no por la comparación que está haciendo Niko de mi con una mascota, sino porque ¿Cuánto tiempo pasara para que eso pase? ¿Por cuantos años viviré así? luego recuerdo la cosa más importante de los vampiros: Eternidad. ¿Cuánto tiempo voy a vivir? No pienso vivir una eternidad así.
— Niko… ¿tú quieres convertirte en vampiro?
— No.
— Ah— no digo más. El no de Niko, rápido, rotundo, me ha lastimado más de lo que jamás admitiré. No esperaba que Niko dijera que sí, bien a decir verdad no esperaba nada, pero vamos… ¿Niko ni siquiera lo pensó? No sé qué hare si Niko se aleja de mí, sin él estoy más perdido que nunca y no precisamente porque me guste. ¿Qué va a pasar cuando todos mueran?— ¿los vampiros pueden suicidarse?
— ¿Qué? Eso es muy idiota ¿Por qué…?
— no lo hare— Niko me mira, confundido por lo que digo, sin seguir mi idea, y claro que no, de seguro estaba pensando en otras cosas— no pienso vivir por siempre, y no hay nada que puedas decir para evitarlo.
—… no iba hacerlo. Supongo que está bien— me sorprende que Niko no objete nada después de mostrarse tan emocionado con lo que paso— tampoco me gustaría vivir tanto tiempo, parece que es muy solitario.
— sí, lo parece— me siento un poco mejor con la idea de que al menos, aun puedo decidir morir… o acabar con mi existencia, no lo sé— ¿Cómo crees que debería hacerlo?— y entonces, Niko sonríe otra vez.
— puedes salir a medio día… o yo debería sacarte al sol, porque no reaccionas con nada de día. O puedo clavar una estaca en tu pecho, a ver qué pasa.
— dije que no viviré por siempre, no que quiero morir mañana— yo también sonrió. Las cosas no estarán tan bien como siempre, pero aún tengo… tenemos mucho tiempo para planear, para tratar de arreglar esto.
¿Arreglar? Creo que esto no tiene solución.