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El Ángel Malvado por RozenDark

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Notas del capitulo:

Pues he aquí la continuación de la historia. Calculo más o menos que ya estamos por terminar xD


Sobre mi desaparición, como dije antes, mi lap estaba algo mal, pero ya está el problema solucionado, así que esta vez procuraré no tardar demasiado :D


En fin, lamento mucho la demora, he aquí la continuación de este fic ;)


Los personajes de Naruto son propiedad de su respectivo autor. Los demás de mi propia autoria. 


Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"Lo Que El Ángel Se Busco"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

La señora Chiyo veía con horror lo que había pasado. Su niño estaba totalmente inconsciente en el piso, mientras que aquel maldito hombre trataba inútilmente de reanimar al doncel.

 

—¡¡ALÉJESE DE MI NIÑO!! —, le grito fuera de sí, mientras lo hacía a un lado —. Naruto, mi niño —, llamo con premura al rubio doncel, pero por más que le hablara y rogara para que despertara, el doncel no daba ni un solo indicio de despertar —. Llamaré una ambulancia —, preocupada se puso de pie, para ir por el teléfono.

—Ya me encargué de llamar a urgencias —, murmuró Minato con dolor.

—Seguramente al peor servicio de ambulancias. Para cuando lleguen seguro ya estarán atendiendo a mi niño, además de que procuraré que de este incidente se entere su madre —, miro con dureza al rubio varón, para después ponerle toda su atención a la señorita de la otra línea.

 

Minato no dijo más, simplemente no buscaba como refutar contra las palabras de la mujer. Miro arrepentido a su hijo y derramó las lágrimas que se negaban a salir desde hacía unos minutos.

Solamente fueron unos cuantos minutos los que pasaron y como Chiyo había dicho, la ambulancia que él había pedido jamás llego, por suerte la que pidió la señora llego más rápido de lo que esperaba, obviamente obra de su madre.

Rápidamente colocaron a su hijo en una camilla y le pusieron un collarín, así como se tomaron el tiempo para revisarlo minuciosamente y controlar lo más importante. La pérdida de sangre, tanto de su cabeza, como la de su brazo izquierdo. Lo otro debía esperar hasta llegar al hospital.

 

~.o0o.~

 

Minato no podía parar de caminar de un lado a otro, no solo por el temor que sentía de perder a su hijo, sino también por la manera en la que la anciana Chiyo lo miraba: con odio puro.

Ya habían pasado por lo menos cuatro largas horas desde que Naruto fue internado de emergencia y aunque le hubiera gustado que su madre no se enterara de lo sucedido, Chiyo no estaba de su lado y le aviso a Tsunade justo a tiempo para evitar que se vaya a casa. Decir que la matriarca Namikaze no le reprochó y golpeo hasta el cansancio, sería mentir. Su rubia madre le había dejado con un ojo morado y una mejilla completamente hinchada, incluso prohibió al personal para que lo tratara o le brindara alguna ayuda, porque para Tsunade, por muy hijo suyo que fuera Minato, Naruto le importaba aún más en esos precarios momentos.

 

—¿Por qué tardarán tanto? —, lanzó desesperado aquella pregunta. Le angustiaba demasiado que su hijo haya sufrido algo de lo que en verdad se arrepentiría.

—¿De cuándo aquí le importa el estado de Naruto? —, cuestionó con odio la mujer.

—Minato la miro dolido, no terminando de entender aquella pregunta, que tenía una respuesta demasiado obvia, según él —. ¡Por supuesto que me importa! —, exclamó indignado —. Es mi hijo después de todo.

—Chiyo sonrió para nada convencida —. Ahora si se acuerda que tiene un hijo y que ese es mi niño Naruto y no el malcriado de Kurohi —, murmuró con ponzoña, ahora era el momento ideal para que Minato sufriera del arrepentimiento y la culpa, mientras se ponía de pie —. Si me disculpa, voy a hablar por teléfono, así que cuando regrese, le pido que ni me dirija la palabra, porque no me interesa escuchar ni una sola escusa patética.

 

Minato la vio alejarse de aquella sala con dirección al comedor del hospital. Suspiro abatido por las duras palabras de la señora y es que en el fondo aceptaba que no había sido un buen padre para Naruto.

 

—Kushina, como te necesitamos —, murmuró dolido.

 

~.o0o.~

 

Chiyo se estaba impacientando, llevaba por lo menos unos diez minutos tratando de que Kakashi le tomará la llamada y cuando estuvo por desistir y esperar a que la mañana llegara, el abogado por fin le respondió.

 

—¡Bueno!, ¿Tsunade-san? —

—No soy la señora Tsunade. Soy Chiyo, la nana de Naruto, llamo para informarle que llego la hora para que lea el testamento de mi niña Kushina —, la mujer suspiro abatida al decir aquello.

—¿Qué fue lo que pasó? —, Kakashi sonaba preocupado —. Kushina dejó estipulado que el testamento sería leído el día que Naruto cumpliera los veinte y un años, y para eso falta un año.

—Y mi niña Kushina dejó en claro que en caso de que Minato no cumpliera del todo, su rol de padre y que, si a Naruto le ocurría algo, no importaba cuanto faltara, el testamento revelaría todo acerca de la fortuna Uzumaki y me temo decirle que ese día es hoy. Mi niño Naruto está internado en el hospital Sejuu, con su vida y la de su hijo en peligro, así que le exijo que mueva su trasero y venga inmediatamente con el testamento Uzumaki en sus manos, yo me haré cargo de reunir a toda la familia de mi niño.

 

Kakashi se sorprendió al oír cómo le hablaba aquella mujer, quien era conocida por él y su esposo como un amor de persona, pero al ir escuchando las razones de la vieja señora, se preocupó demasiado por Naruto y por lo que Minato había hecho.

 

—Espere un momento, ¿Naruto esta embarazado? —, alarmado se levantó de su cama.

—Ese fue el principal detonante para que Minato cometiera una estupidez. Mi niño está esperando un hijo de Sasuke Uchiha, así que espero que haya logrado encontrar la prueba de que Naruto no era el doncel de aquel asqueroso video.

—Por supuesto que lo encontré, de hecho, se lo iba a mostrar a Minato en la mañana, pero veo que el asunto es más serio, así que iré de inmediato al hospital, ¿podría decirle a Tsunade-san que prepare su sala de reuniones?, allí haré la lectura del testamento, o al menos la carta que Kushina-san dejo —, pidió seriamente.

—Eso haré, de hecho, pienso llamar a la familia Uchiha para que el mal nacido de Fugaku entienda que con mi niño Naruto, nadie debe meterse.

 

Chiyo no espero respuesta, simplemente colgó la llamada ya más tranquila al saber que Kakashi ya estaba por enterado de la situación. Ahora debía llamar a los Uchihas y convencerlos para que vayan al lugar.

Claro que tenía algo a su favor y eso era que Mikoto e Itachi Uchiha estaban de su lado y creían en la inocencia de Naruto.

 

~.o0o.~

 

La anciana mujer por fin regresaba a la sala de espera de aquel hospital. Había tenido una no muy agradable charla con el patriarca Uchiha. Charla que se volvió pelea, la cual gano al mencionar el bebé que Naruto llevaba en su interior.

Y aunque el señor Fugaku lanzó toda clase de insultos hacia su niño y aquel ser inocente, Chiyo sonrió satisfecha al oír como Mikoto gritaba que estarían lo más pronto posible en el hospital.

Por ahora, se encargó de mandarle una dura mirada a Minato y a aquel doncel hipócrita que ahora se encontraba en el lugar, pero en lugar de perder el control, decidió apresurarse y ser la primera en alcanzar a la señora Namikaze, quien después de tantas horas, hizo acto de aparición para dar información del estado de Naruto y su bebé.

 

—¿Cómo está mi niño? —, Chiyo no permitió que Minato se acercara, y para ello tuvo que empujarlo fuera de su camino.

—Tsunade suspiro con pesar —. Tanto Naruto, como el bebé están estables —, murmuró abatida.

—Chiyo suspiro tranquila y un sentimiento de alivio —. Qué bueno —, susurró agradecida.

—Aún no hay que cantar victoria.

 

Tanto Chiyo como Minato miraron alarmados a la rubia mujer, mientras que Kurohi trataba de aguantar la risa que le causaba escuchar aquello.

 

—¿Qué le ocurre a Naruto?, ¿estarán bien, él y su bebé? —, cuestionó alarmado el rubio —¡Madre por favor responde! —, exigió con desespero.

—¡¡CIERRA LA MALDITA BOCA MINATO!! —, grito con furia, mientras abofeteaba con fuerza a su hijo —. Tu eres el que menos debe hablar o preguntarme sobre mi nieto —, le reclamo con decepción, para después acercarse a la señora Chiyo —. Tranquila Chiyo-san, a lo que me refería era que, por la magnitud del daño causado por la caída, Naruto deberá permanecer en completo reposo por unos meses, incluso puede llegar a ser hasta el término del embarazo, según como vaya evolucionando con los cuidados requeridos —, le explico con calma —. Sobre lo que tiene mi nieto, pues debido al golpe, el líquido amniótico disminuyo, no tanto como para hacer el caso peligroso, pero si para hacerlo de cuidado, claro que como dije, con los cuidados y medicación adecuados, Naruto podrá seguir el curso de su embarazo y el bebé tendrá las posibilidades de nacer sano. Aunque existe un pequeño riesgo de que el bebé nazca con alguna enfermedad, ya sea asma o bajas defensas, pero hay que agradecer de que el daño no fue tan extremo como para considerar inducir un aborto o alguna discapacidad en el producto.

 

Chiyo asintió algo preocupada. Si bien, Tsunade le aclaró lo que puede y pudo ser, la idea que su próximo niño naciera con algún mal le preocupaba, pero con las explicaciones concisas y directas de la doctora, solamente suspiro con alivio.

 

—No quisiera cambiar de tema, pero quisiera saber si la sala de juntas podría ocuparse para una reunión de emergencia —, la anciana miro con suplica a la doctora.

—No se preocupe Chiyo-san, que ya mismo la mando a alistar. Supongo que llamo a Hatake y a los Uchihas, así que yo llamaré a mi estúpido esposo, para hacer que se apresure.

 

Dicho esto, Tsunade retomo su andar, ignorando el llamado de su hijo. Lo que menos quería la voluptuosa mujer, era ver a su hijo en esos momentos. Más ahora que su nieto y bisnieto estaban graves por su causa.

 

~.o0o.~

 

Unas horas más tarde, la sala de reuniones del hospital, estaba completamente llena, y no precisamente por alguna reunión del personal. La dichosa sala estaba llena por la familia y conocidos de la dueña y doctora del hospital. Claro que como era un asunto demasiado serio y con relación a lo ocurrido, Naruto no se encontraba por su situación actual y Kurohi fue dejado afuera y custodiado por la mano derecha de la señora Namikaze, todo por órdenes de la misma Tsunade.

Obvio que en el lugar había un completo caos, y todo porque Fugaku no se tragaba la historia de que el bebé de Naruto, fuera hijo de Sasuke, menos con lo que había visto en aquel video.

 

—¿Por qué debemos estar aquí? —, cuestionó Fugaku con molestia —. Nosotros no tenemos que ver con este pleito de familia, lo que, es más, ¿a quién le importa el bebé que ese doncel espera?, si ni está ligado a nuesta familia —, se levantó dispuesto a irse.

—¡¡USTED SE CALLA!! —, Chiyo le lanzó una sonora cachetada a aquel insolente —. Usted tiene poco que ver en esto, pero como es un estorbo en la relación de mi niño y su hijo, debo aguantar su asquerosa presencia por unas horas y ya después asegurarme de mantenerlo alejado de Naruto y el bebé que espera.

 

Fugaku la miro con odio, pero decidió guardar silencio y tomar asiento si quería saber que era lo que la anciana quería decir.

Además, no había que ser un genio, para ver que aquello era algo muy serio, si en aquella sala se encontraban los tres integrantes Uchiha en la ciudad, el matrimonio Namikaze y Minato, y el abogado de los Namikaze y los Uzumaki, junto con la señora Chiyo y el esposo del Hatake, Iruka.

 

—La razón por la que estamos reunidos todos aquí y ahora, es simple. Se hará la lectura del testamento que dejó Kushina Uzumaki.

 

Minato se alarmó al oír aquello. No entendiendo la razón de aquello y más ahora que Naruto y Kurohi no estaban presentes.

 

—¿Por qué hasta ahora?, ¿ese testamento se debía leer cuando Naruto cumpliera la mayoría de edad? —, preguntó alarmado —. Además, Kurohi no está presente y Naruto no está en condiciones.

—Ya cállate Minato, que tú eres el menos indicado para abogar a favor de tu hijo —, espetó Tsunade con furia.

 

Minato silencio todas sus palabras, no encontrando algo para defenderse de las duras y sinceras palabras de su madre.

 

—Para todo aquel que sepa de lo escrito en el testamento de Kushina-san. Sus palabras fueron claras, "la fortuna de los Uzumaki no pasara a ninguno de los herederos hasta que el testamento no sea leído del todo. Esto sucederá el cumpleaños número veinte y uno de mi único hijo, Naruto Namikaze" —, Hatake leyó de manera fuerte y clara, la carta que Kushina había dejado con su testamento —. Y antes de que digan algo, la nota tenía más palabras, palabras que no fueron leídas hasta que llegara el momento. Bien, ese momento llegó y no es algo que ni yo, ni Chiyo-san queríamos ver —, miró con reproche a su amigo —. Lo último escrito por Kushina-san fue esto, "si en dado caso, mi esposo Minato Namikaze, incumpliera su papel como padre o llegara hacerle algún daño a mi hijo, antes del tiempo estipulado, doy permiso legal para que se haga la lectura del testamento, así como doy toda mi fe a mi hijo, para que cuide del apellido Uzumaki".

 

Ninguno de los tres Namikaze daba crédito a esas palabras. ¿Acaso Kushina sabía que eso ocurriría?, ¿no confiaba en verdad en su esposo?, es decir, tantos años creyendo solamente en las primeras palabras de aquella carta y ahora que Naruto estaba en el hospital con un estado incierto, salían a la luz aquellas últimas palabras.

 

—Hay más. En el testamento se aclara que Kurohi Uzumaki no heredará ni un solo centavo si causa algún daño al heredero principal de toda la fortuna Uzumaki y creeme Minato, que tu sobrino no es ningún santo, así que no esperes que mueva un dedo por él.

 

Al termino de las palabras de Hatake, Chiyo se puso de pie y encendió la televisión que se situaba en frente de todos. Puso el video que Kakashi logro conseguir para liberar a su niño de toda culpa.

Justo en aquel video, se podía apreciar al bastardo causante de aquella terrible confusión, colocándose una peluca rubia y maquillándose para parecerse a Naruto. Minato estaba boquiabierto y un sentimiento de culpa y arrepentimiento se instaló en su pecho.

Había acusado a su hijo de hacer cosas indebidas y casi lo mato por aquella pelea absurda, lo que, es más, su nieto corría el riesgo de no llegar a nacer y todo por no defender a la persona indicada. Su hijo.

Fugaku por su parte, no buscaba palabras para disculparse con su hijo y con aquel doncel que no había hecho nada malo. Ahora solo sentía ira hacia sí mismo por alejar a Sasuke de Naruto en momentos en los que el doncel más lo necesitaba. Ira hacia Minato, por poner en riesgo la vida de su primer nieto. Y ganas de matar al verdadero causante de aquella terrible confusión.

 

—Ahora que ya saben todo esto, espero y comiencen a hacer lo correcto —, Chiyo solamente abandono la sala, sin esperar respuesta alguna.

—Mikoto se puso de pie, con su celular en mano —. Yo le hablaré a Sasuke o tan siquiera le mandare mensaje de que tome un vuelo de regreso. En cuanto a ti querido —, la señora Uchiha miro con frialdad a su esposo, diciendo "querido" de una manera hipócrita y rencorosa —. Será mejor que hagas nuevamente de las tuyas y comiences a hacer intercambio para la escuela de nuestro hijo, porque es más que obvio que Sasuke sabía el estado de Naruto y eso lo digo por la manera que te reto y trato en los últimos días —, mencionó con seriedad, mientras salía de aquel lugar.

—Papá, esta vez no vas a ser perdonado con facilidad, esto tú te lo buscaste por cómo te referías a Naruto y como separaste a Sasuke de él, cuando más se necesitaban mutuamente —, Itachi solamente palmeo el hombro de su abatido padre —. En cuanto a Minato-san, recuerde que yo también soy abogado y como tal, sepa que, si Naruto o incluso Sasuke deciden demandarlo, yo estaré de parte de ellos y creo que Hatake-san también —, miro con rencor al rubio Namikaze, mientras iba hacia la salida.

 

Tanto Tsunade como su esposo Jiraya miraban a su hijo con preocupación. Bien podían entender a Minato, enterarse de aquello era algo tan impactante, pero no podían defenderlo, no cuando todos esos años su hijo estuvo dañando a Naruto. Menos ahora que Naruto fue herido ahora que esperaba un hijo, eso era algo que no podían tolerar.

 

—Hiciste las cosas mal hijo y sé que, como padres, nuestro deber es preocuparnos —, el hombre de cabellos platinados miro con reproche a su hijo —. Pero también debemos negarnos a ayudarte cuando tú mismo causaste todo esto.

 

Minato solamente asintió de acuerdo. Apretó sus puños hasta dejarlos blancos y mordió su labio inferior hasta hacerlo sangrar. Todo el mundo tenía razón acerca de Kurohi y era ahora cuando se lamentaba no haber hecho caso.

Miro la puerta decidido y salió con prisa de aquella sala. Camino unos pasos más y pudo ver con lujo como Chiyo y Mikoto tenían una breve llamada con Sasuke, al parecer no había terminado el vuelo, pero tenía un momento para usar su celular.

Decidió seguir de largo y ahí lo vio. Kurohi lo miro con lo que ahora podía identificar como falsa pena y preocupación, cosa que lo enfureció aún más. Nadie se lo esperaba, ni siquiera Chiyo o Kakashi, quien ya había salido de la sala, pero la persona que menos se esperaba aquel acto, era el mismo Kurohi.

Minato había lanzado una fuerte y sonora bofetada a la mejilla derecha del doncel peli rojo. Fue un golpe tan fuerte que mando al doncel al suelo con la mano en la mejilla afectaba y una mirada completamente desencajada y sorprendida.

 

—¿Por qué tío? —, susurró aquella pregunta. Detallo a todo el mundo presente y por alguna razón se sintió intimidado y avergonzado.

—¿Por qué dices? —, soltó una risotada carente de humor —. Todo este tiempo confiando ciegamente en ti. Defendiéndote a capa y espada de todo aquel que te ofendiera. Yendo demasiado lejos para defenderte y quererte como a mi hijo, haciéndome negar a mi verdadero y único hijo. Todo eso y más he hecho por ti, ¿y para qué?, para que tu simplemente no pudieras evitar joderle la existencia a Naruto. Mi hijo a sufrido todos estos años por causa tuya, todo porque pensé ciegamente que por parecerte a mi difunta esposa, eras igual a ella en apariencia. Pero solamente tienes su apariencia, en cambio Naruto, mi hijo. Él sí tiene el puro corazón de mi amada Kushina —, Minato cayó de rodillas, mientras lloraba lleno de dolor.

 

Kurohi solamente pudo ver a aquel que horas antes era su marioneta, no creyendo absolutamente nada de cómo se dieron las cosas. Vio con odio a todos los que solamente se dedicaban a ver como su tío le hacía y decía, todo sin tratar de ayudarlo. Pudo ver que Chiyo sonreía con gracia, como si le divirtiera ver aquello.

 

—Pero de que voy a remediar todo lo hecho, lo haré o al menos estoy dispuesto a hacerlo por el bien de mi hijo —, el rubio miro decidido a su sobrino —. Había pensado en beneficiarte más a ti que a mi propio hijo, pero he cambiado de parecer.

—Kurohi lo miro con horror —. ¿Qué vas a hacerme? —, preguntó asustado.

—Voy a hacer algo que debí hacer, hace mucho tiempo —, se puso de pie, mientras limpiaba su rostro, borrando todo rastro de sus lágrimas —. Voy a poner todo lo que tengo a nombre de mi único hijo, Naruto Namikaze —, sentenció con severidad.

 

Kurohi odio por completo a su primo. Todo por lo que había trabajado se había ido al caño, pero juraba que de alguna u otra forma se vengaría de todo aquel que quisiera a su primo, pero lo peor, eso se lo guardaría a su odiado primo Naruto.

 

 

Continuará 

Notas finales:

Como ven, Kurohi ya fue descubierto y le va a ir mal, pero también quiere venganza por lo que cree, le han arrebatado :/


Por lo pronto diré que al menos no van a matarme, porque Naruto no perdió al bebé, aunque anda algo delicado :(


Por cierto, tengo la intención de publicar el 31 de octubre un one-shot para celebrar lo que es noche de brujas. Sería continuación de “Lindos Diablitos” y “Adorables Diablitos” y este año Naruto hará de las suyas para defender lo que es suyo, algo así como un Naruto yandere, o al menos esa es la intención xD


En fin, nos leemos pronto


Chau chau (*_-)/ 


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