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The King [Yuri on Ice] por Neko Misaki

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Jean regresaba cada noche a verlo; Yuri lo esperaba impaciente al lado del lago. Cada noche a partir de su encuentro se vieron a escondidas. Jean le enviaba palomas con cartas y el rubio las respondía con mucha ilusión. Para un joven de la edad de Yuri no era difícil enamorarse, ya tenía 14 años. Sin embargo, a su guardián y único amigo le parecía una locura, el próximo protector de todo el bosque no podía hacer jugadas tan peligrosas y menos con un humano, que pronto se convertiría en rey.

-Esto es una locura- Refunfuño el centauro -Mi trabajo es cuidarte pero no lo puedo hacer si tu mismo te pones en peligro-

-Callate cerdo, él no me va ha hacer nada- dice el rubio

-Tienes que parar estas salidas clandestinas- intentaba convencerlo el mayor -Ni siquiera sabes como funcionan las relaciones-

-¿Y tu si? Nunca te he visto salir con nadie que no sean tus amigos caballos- El rubio dio media vuelta para ver la reacción de Yuuri

El inevitable silencio marcaba la victoria del rubio y el sonrojo del mayor solo subió el ego de menor . Ambos seres caminaron sigilosos por el bosque hasta llegar a las orillas del lago.

-Vete- ordenó Yuri

Sin más, el centauro obedeció. Yuuri no quería dejar al menor junto a ese humano pero no podía hacer nada. Sólo podía cuidar de lejos a su arisco amigo.

Yuri espero sentado a la llegada del príncipe. Su mano tocó el césped y de este creció un flor, su poder estaba aumentando. Las clases para ser el próximo guardián del bosque y suceder a su abuelo daban frutos, Yuri podía crear vida y a una pequeña escala podía devolverla. El nerviosismo del pequeño descontrolaba sus poderes, las palabras de su amigo volvieron a su cabeza ¿Qué tipo de relación tenía él con Jean? El contacto más cercano que habían tenido era tocarse las manos pero sabía que Jean ya esperaba algo más de él. Pensar en eso le ponía la piel de gallina, no se sentía listo para llegar a ese tipo de relación.

-Hadita~- Canturreo Jean

Yuri volteo al escuchar ese feo apodo - Te dije que no me llamas así- hizo un puchero y abrazo al mayor

-Te extrañe mucho- Dijo el príncipe. El rubio no dijo nada -Por lo visto tu también me extrañaste- Jean miró bajo los pies de ambos y noto el inusual brote de flores que crecían.

-Callate- escondió su sonrojo en el pecho del mayor

Esa noche como muchas otras, ambos se recostaron sobre el pasto y hablar sobre sus vidas. Yuri le contaba, con mucho entusiasmo, sobre sus avances en con la magia.

-¿Y puedes revivir a personas con tus poderes? -

-No… - El rubio se quedó pensativo -Puedo curar heridas de gravedad y enfermedades pero devolver la vida es algo que no puedo hacer pero existe un viejo mito sobre eso- Ambos se miraron a los ojos -Es un cuento que me contó mi abuelo hace tiempo… -

Hace muchos años existió una pareja de hadas, ambos estaban muy enamorados y enlazaron sus vidas para siempre. Un día un humano ingreso al territorio y ambas hadas como protectores del bosque fueron a verlo. Ese hombre les dijo que era un explorador y que estaba escribiendo un libro sobre las criaturas de todo el mundo, ambas hadas no notaron malicia en ese hombre y lo invitaron a quedarse el tiempo que él crea necesario. Aquel humano había quedado impresionado con las maravillas del reino pero lo que lo había hechizado desde el principio era la belleza de una de las hadas. Su cabello como el sol y sus ojos azules verdosos habían cautivado al forastero, él sabía que ambas hadas eran pareja y que tendrían un bebé muy pronto, sin embargo, su corazón ya estaba envenenado de celos.

Una noche el humano le confesó su amor al hada y este lo rechazó rotundamente. Pero no se dio por vencido e intento ultrajar al hada, los gritos de ayuda alertaron a todos y su pareja llegó justo a tiempo. El humano fue expulsado del bosque de vuelta a su mundo más no se iba a rendir.

Llegó el día esperado, el bebé había nacido. Era un momento de júbilo para todos los seres del bosque menos para un humano, que había regresado para cobrar venganza. Cuando la pareja se encontraba sola fue cuando el hombre atacó, con su espada hirió de gravedad a la pareja del hada. Si no lo amaba a él, no amaría a nadie. Justo cuando iba a volver a atacar otra hada apareció, un hada anciano que con sus poderes lo atacó y lo hizo retroceder. Las hadas como defensores de la vida no podían matar a ningún ser.

La herida que había propinado al hada era mortal y no le quedaba mucho de vida. Su pareja intentó curarlo con sus poderes pero por el reciente parto no tenía suficientes energías, ya era demasiado tarde. Pero no se iba a dar por vencido y en ese momento recordó un viejo mito “Si renuncias a lo que eres puedes traer a lo que amas” algunos creían que si cortaba tus alas podrías traer a la vida a quien sea. En ese momento de desesperación el hada cogió la espada y corto sus alas, ya en sus manos se convirtieron en polvo y las regó sobre el cuerpo de su amado esperando que regresara a la vida. Esa noche llovió.

El hada había quedado devastado por la pérdida de su pareja, los ojos de su hijo le recordaban a la de su amado. Esa noche en su espalda se marcaron unas heridas como quemaduras en el lugar de sus alas. Al pasar los días las criaturas del bosque notaron el gran cambio a través del clima. Desde aquel fatídico día no paraba de llover y el viento corría fuerte e implacable, el corazón del hada se estaba marchitando. No pasó mucho hasta el día en el que se quitó la vida.

-Supongo que es por eso que el cerdo no quiere que me junte contigo…- concluyó el rubio -Él era pequeño cuando cuando eso pasó… Él solo no quiere que termine como mis padres… -

Jean se quedó callado. El libro que había encontrado le pertenecía al asesino de los padres de Yuri y no solo eso, Jean investigó a quien le pertenecía ese libro y  descubrió que ese libro le pertenece a su abuelo. Ese viejo explorador había sido su abuelo que con sus conocimientos sobre la magia logró hacerse rey. No podía revelar eso a nadie, su padre le había contado con lujo de detalles cómo llegaron al poder.

Yuri miró a Jean que se había quedado mirando a la nada.

-Jean… ¿Estás bien?- El príncipe reaccionó y se volteo a ver al rubio

-Ahora entiendo por que te cuidan tanto- le sonrio -Te quiero Yuri- coloco su mano sobre la del hada -Eso nunca va cambiar-

Y asi pasaron unos años. Jean se había convertido en rey, su padre había muerto por una extraña enfermedad y ahora le tocaba a su hijo sucederlo. Por el pedido del nuevo rey, su amigo Viktor Nikiforov se había convertido en consejero real y Otabek, habiendo rechazado convertirse en noble, continuo como coronel para seguir los pasos de su padre que era general del ejército.

Las visitas entre ambos amantes se habían acortado, los dias y las horas que se veían eran muy reducidas. Todo empeoro cuando el Jean decidió declarar la guerra a los reinos vecinos por apoderarse de las tierras aledañas a ellos. El nuevo rey se estaba cegando por su ambición pero hasta ese momento solo era una pequeña semilla sembrada en su corazon por su padre, nadie podria presagiar lo que pasaria despues.

Yuri, gracias a sus ya fortalecidos poderes podía viajar a la tierra de los humanos sin ser descubierto. Una noche el rubio de escabullo dentro del palacio hasta llegar a la habitacion de su amado. Él todavia no estaba ahi pero podia sentir su esencia.

-¡Jean esto representa un gran riesgo para nuestras tropas!- dijo el peliblanco -Muchos moriran…-

-¿Usted que piensa general Altin?- Todos dirigieron sus miradas al mayor de la mesa

-Es un gran riesgo mi señor, nuestros soldados no están acostumbrados a esa altura y el frío de esas montañas-

-¡Es la única manera en la que obtendremos ventaja!- Grito el soberano, su puño golpeó con furia el mapa que estaba en la mesa

-Yo los guiare- Una voz se levantó en el silencio -Explore esas tierras hace tiempo y no es imposible sobrevivir a ellas, yo guiare a las tropas al norte- Otabek habia llamado la atención de todos los presentes

-Bien dicho amigo mio- Celebró Jean -Tu nos conduciras a la victoria- El general Altin miro a su hijo con una sutil sonrisa de aprobación -Mañana en la mañana ve con las tropas y orientalas para ir lo más rápido a las montañas-

La reunion concluyo y todos los presentes se retiraron. Viktor no sentia agusto con la decisión de enviar a las tropas a un terreno nevado y traicionero, que ellos nunca habían visto. Tenia un mal presentimiento.

Jean regresaba a sus aposentos con una gran sonrisa en su rostro. Esta guerra por fin daría frutos y lograria lo que su padre se proponía antes de morir, expandir su reino hasta la gloria. Si su padre lo viera en estos momentos se arrepentiría de todos las humillaciones que le hizo pasar pero lamentablemente las hierbas del bosque del este lo habian hecho enfermar hasta la muerte. El diario de su antepasado había resultado mas útil de lo que imaginaba.

Cuando el joven llegó a su habitación un inusual olor a flores inundó sus fosas nasales, él conocia muy bien ese olor. Recorrió la habitación hasta encontrar al hada sentado en la cama en espera de su presencia.

-Cada vez mas hermoso- dijo el mayor

Yuri miro al mayor atonito -¡Jean!- salto a sus brazos

-Hola precioso- Con el menor en brazos lo cargo hasta caer en la cama. Un suave beso acaricio los labios del menor

-Jean…- jadeó el rubio -Yo… aun no se- intento alejarse

-Oh mi pequeña hada, ya tienes 17 años es hora de darle riendas sueltas al placer- Con destreza, el azabache quitó la capa que cubría el cuerpo de Yuri.

-Yo me quiero entregar a ti…- dijo el hada -Quiero que seas mi primera vez- Su menudo cuerpo se levanto de la cama y se paro enfrente de su amante.

Jean se quedo pasmado, no podía creer que Yuri podría ser tan sensual. El rubio desabrocho su túnica blanca con brocados dorados hasta que quedó tendida en el suelo mostrando su perfecta silueta. La pena invadía las mejillas del hada y no dudo en acercarse hasta Jean, sin duda esa noche no seria para olvidar. El humano atrajo al desnudo cuerpo hasta quedar sobre sus piernas, sus manos acariciaban los muslos nivea del contrario deleitándose por su suavidad. Su vista estaba obstruida por el impecable pecho del rubio, donde unos deliciosos pezones rosa se erguían por las caricias.

-Esta delicioso- murmuró el rey

Yuri sintió las mordidas en sus pezones, mientras que Jean jugaba con su parte baja. Uno de los dedos del azabache se abrió camino entre los muslos del rubio. El hada se retorció de placer ante la intromisión.

-Jean… solo metelo- gimoteo -Rapido…-

Ante el pedido de su amante, el joven monarca dejó de contenerse y se posiciono para entrar. Los ojos verdosos de Yuri resplandecieron de la lujuria que invadía su cuerpo y cuando el miembro de humano se introdujo sin contemplaciones, un grito casi animal salió de los rosados labios del hada. El vaivén se convirtió en una coreografía de sus cuerpo y los gemidos de ambos se volvían las canciones de esa noche de sexo.

Tras varias horas muy intensas, ambos se tendieron en la cama exhaustos. Yuri se acostó en el pecho del mayor mientras que este acariciaba sus hebras rubias.

-Jean… ¿Estas despierto?-

-...Aun…- murmuro con los ojos cerrados

-¿Hace cuanto que hacemos esto?- pregunto el rubio

-¿Que, tener sexo o estar juntos?- rio -Ya vamos unos años… muchas cosas han cambiado desde que nos conocimos-

-Oye hoy por fin me convertire en el guardian del bosque- Jean abrió los ojos y lo miro -Ya controlo la mayoria de mis poderes y por fin mi abuelo me entregaran el aurum-

-¿Que es el aurum?-

-Es una gema que se creo hace mucho años para proteger nuestro mundo, es una historia larga que involucra el otro lado del boque-

-Te refieres a la parte del bosque con monstruos- dijo divertido -Y yo pensaba que ustedes eran los monstruos- Jean le dio un beso en la frente -¿Y que hace esa piedra?

-Da prosperidad y protección pero para que funcione tengo que dar la mitad de mi corazon-

-¿QUE?- grito Jean

-No es algo fisico no te preocupes- rio el hada -Esa piedra da suerte y es como si cumpliera tus deseos- Yuri se levanto de la cama -Ya me tengo que ir, fue una noche estupenda Jean, espero que cuando la luna llena esta en su punto vengas a verme, supongo que sera como una coronación- Jean lo miro ponerse sus ropas y cubrirse de cuerpo completo con su capa -Adios Jean-

Yuri salió de la habitación. En los pasillos todo estaba oscuro, apenas iluminado por la luz de la luna. Detrás de él una figura bañada en las sombras lo siguió hasta que logró poner su mano en su hombro.

-¿Quién eres? ¿Que haces aquí?- dijo un hombre de cabello negro al igual que sus ojos

Los ojos azulados de Yuri estaban como platos al encontrarse descubierto por alguien.

-Yo… Estaba…- Yuri no sabía como reaccionar ante esa situación. Los ojos serios de su captor no se alejaban de los suyos y lo ponía muy nervioso. Tenía que escapar ya.

-Dime tu nombre- hablo serio

-Yuri- dijo por inercia - Lo siento- después de decir esas palabras golpeó con todas sus fuerzas la mejilla de su captor y salió corriendo.

El joven que aún estaba atónito por el golpe corrió a buscar al sospechoso pero no logró encontrarlo, era como si hubiera desaparecido y en único recuerdo que tenía eran esos grandes ojos enigmáticos y su nombre.

-Yuri- pronunció en la puerta del jardín del castillo. El sol empezaba a salir y eso solo significaba el comienzo de la batalla, una batalla que sólo traería muerte.
Notas finales: ~~~~~~~
Gracias por leer ?? y espero que les guste el camino que toma la historia. Este será una obra un poco larga y si las cosas salen bien espero hacer una segunda parte con uno personajes que no puedo poner en esta historia :c

Gracias por su apoyo ?? dejen mensajes ?? Nos leemos

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