Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las dudas de Damian Wayne por Nero Sparda

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Ya sé que me tardé una vida en actualizar el fanfic, lo lamento pero es que la musa no está de buen humor, me costó casi toda la tarde armar este poquito.

Odio cuando no puedo escribir mi porno en paz, creánme que soy quien más odia la tardanza, pero ni para agarrarme a patadas (?)



Este fic lo dedico con mucho amor a May, porque aún no he podido responderte y mi plazo contigo es de 84 años (?) también a Zarite porque ella me anima siempre a subir un capítulo más por ver sus hermosos comentarios.

También a todos aquellos que se quedaron con las ganas de más <3

 

— ¡Y una jodida mierda! ¿¡Estás hablando en serio?

Nunca había hablado más seriamente en su muy corta vida, ¿Qué diantres le pasaba al idiota? Parecía no decidirse entre reír o patearlo o tal vez ambas cosas al mismo tiempo. Jason se incorporó de golpe, los puños apretados a sus costados le hicieron retroceder, mejor mantenerse precavido.

—Bien, es un intento de broma ¿no? Vale, la capto, tienes pésimo sentido del humor.

Estaba marchándose, Damian no podía permitir que su recién adquirido amante le abandonara así como así.

—Tt, si te acuestas con Harper ¿por qué no puedes hacerlo conmigo?

— ¡Porque eres menor de edad, idiota! Bruce me mataría, Dick me remataría, se supone que los amantes tienen que ser…mayores.

Por allí debería haber comenzado, pero claro, sus hermanos solían omitir información de vital importancia cuando se trataba de él; seguían tratándolo como a un mocoso cualquiera.

— ¡Tengo suficiente madurez! ¡He visto cosas que tú ni siquiera soñarías, Todd!

—No lo dudo pero el sexo es diferente a ir por allí sintiéndote gobernador del mundo, no sólo requiere calentura matutina y mi respuesta seguirá igual: no voy a ser tu jodido amante, búscate una novia o una muñeca inflable.

Jason Todd le dejó con la palabra en la boca, claramente Damian Wayne hijo de Talia Al’Ghul no pensaba rendirse tan fácilmente ni mucho menos ser rechazado.

                                            *****

 

Alfred se encontraba limpiando el jardín, podía verlo desde las amplias ventanas de la cocina donde él y Dick Grayson tranquilamente exploraban los misterios del frigorífico, justo allí creyó adecuado soltarle la pregunta bomba.

— ¿Cómo se supone que seduces a un amante? —

Sí, quizás estaba algo desesperado al no encontrar información concluyente en internet, la mayoría hablaban sobre “saber escuchar” y “hacerle sentir importante” cuando ponía búsquedas relacionadas, pero él no quería seducir a una chica estúpida y cursi, él quería que Jason Todd cediera. No encontró mejor consejero que Grayson, después de todo, él había tenido infinidad de novias, era el playboy familiar, incluso más que Bruce Wayne. Podría ser útil si no se estuviese atragantando con el jugo.

— ¿Qué…? ¿¡Por qué quieres saber tú eso!? ¿Sales con alguien? Oh, mi dios, ¿es por ese asunto del otro día?

Dick Grayson tenía la maravillosa habilidad de soltar un montón de preguntas, una tras otra, sin siquiera respirar o darles coherencia, Damian incluso pensó que no esperaba respuesta, no por el modo en que se jalaba el cabello.

— ¿¡Cómo se llama!? ¿La conozco? ¿Ella te ha hecho algo? ¿¡Bruce sabe…!? Eres tan joven…bueno, yo a tu edad ya había…no, no, no, definitivamente esto está muy mal.

—Cállate de una vez idiota o cambiaré de parecer y se lo preguntaré a alguien más.

Mentía, por su supuesto, no tenía a nadie más a quien preguntarle cosas, sólo que se estaba cansando de tanto balbuceo innecesario cuando podría darle lecciones más importantes.

—Bien, bien…entiendo, ¿ella es una chica linda? ¿Has probado darle flores y chocolates?

Arrugó su pequeña nariz respingona intentando no soltarle que era un chico, más específicamente el hermano de ambos.

—No le gustan esos detalles cursis. —

Ni a él tampoco, ¿por qué era tan complicado hacer que Jason accediera a tener sexo con él?

—Muchas chicas dicen que no les gustan pero terminan aceptándolo de todos modos, en el fondo disfrutan a alguien atento y caballeroso.

Dick tenía el ceño fruncido mientras le observaba de manera muy rara, ¿es que acaso dudaba de su caballerosidad?

— ¿Y si eso falla? — Era mejor tener un plan de respaldo. — ¿Qué más le puedo regalar? —

—Puedes llevarla a un restaurante lujoso, bailar con ella y luego acompañarla a casa. Dami, no debes propasarte en la primera cita…tal vez sólo un piquito pero ningún manoseo, son demasiado jóvenes.

Damian era un niño grande. Además, ¿Todo eso tenía periodo de espera? ¿Roy había seducido así a Jason, llevándolo a cenar, comprándole cosas? Parecía como si le estuviese comprando, a su parecer no era muy diferente a rentar una prostituta, probablemente hasta eso sería más barato.

— ¿Cuánto tiempo debo esperar? ¿Dos citas? ¿Puedo tener sexo en la segunda cita?

Habría sido cómico en cualquier otro momento ver a Dick Grayson tan escandalizado y al borde del desmayo. Su rostro había adquirido distintas tonalidades de rojo brillante mientras agitaba ambas manos, casi como si espantara mosquitos. Ridículo.

— ¡No vas a tener sexo! ¡No digas siquiera esa palabra, eres demasiado joven! ¿¡Sabes usar siquiera preservativos!? Oh, no me respondas, es obvio que no, no vas a aprender, el sexo es malo, muy malo.

Damian entornó la mirada sobre el jugo que Grayson blandía en su dirección, no muy seguro de si quería ser salpicado con este.

—Eres un hipócrita, tú has tenido sexo con Bárbara, Kori, esa sosa tipa fea de pelo azul y un millar más, ¿pero yo no puedo decirlo?— Soltó, Dick retrocedió sintiéndose avergonzado. —Además, no te pedía permiso, estaba sólo buscando ideas.

El pequeño demonio se giró como todo un hombre grande, sus pasos firmes directos a la salida, tenía todo lo que necesitaba saber y era momento de ponerlo en práctica.  

 

                                         ****

Había creído que la cosa sería sencilla, compró las rosas, de brillante escarlata porque sabía que el rojo le gustaba a Todd, también incluyó unos chocolates con bombón, el problema fue al momento de dárselo todo, sin querer le golpeó con el ramo por lo nervioso que se encontraba, las espinas le marcaron el rostro porque al parecer no llevaba consigo el casco en casa, nada muy grave, los bombones…de más está decir que también terminaron estampados contra él.

—Dije que ibas a ser mi amante.

Espetó nuevamente con su ceño fruncido y el tono más amistoso que pudo forzar, Jason no se veía nada contento, es más, tenía esa misma expresión de cuando le regaló la palanca e intentó golpearlo con ella.

—Vete de mí maldito apartamento Damian. Ahora.

—Oblígame. 

La tensión era casi palpable entre los dos, ambas miradas, verde contra aguamarina, fijas en su oponente esperando el momento justo para atacar, aunque fue Jason, con todo y los pétalos de rosa aún sobre el cabello revuelto, quien cedió.

—No voy a ser tu amante, es malditamente ilegal, ahora haz el favor de largarte o llamaré a Bruce.

Era una buena amenaza, Damian dudó por un instante, dándose cuenta que también Todd se metería en problemas una vez invocaran al murciélago mayor. Suspirando y frotando sus dedos contra el pantalón fue que habló nuevamente.

—Dick dijo que les gustan las flores y chocolates, puedo regalarte una espada si prefieres.

—Dick seguramente hablaba sobre chicas, yo no soy una chica, no sé si lo notaste— Jason señaló su plano pecho. —Y ya te lo dije, eres ilegal, tienes trece años te faltan seis, por muy maduro que te creas, para tener un amante, sino la poli viene y me mete a Arkham por enfermo pedófilo, ¿de acuerdo? Pero puedes buscarte algún otro chico, un niño.

Red Hood intentaba ser paciente, posiblemente más de lo que nunca fue en la vida, Damian le reconocía eso y sin embargo no llegaba a gustarle, él quería obtener algo, había comprado las ridículas flores, los estúpidos chocolates y pensaba cobrar la recompensa. Tendría su amante.

Le tomó bruscamente por el cuello de la chamarra aprovechándose del desconcierto inicial para desequilibrarlo e inclinarlo, estampando sus labios contra los ajenos en lo que él catalogó como un “fogoso” beso. Solía funcionarle a Dick y en las películas que este miraba usualmente, así que se encontró bastante desconcertado cuando Jason le apartó por los hombros, riéndose sin disimulo.

—Parece que al fin encontramos algo en lo que Damian Wayne no es “perfecto”. Besas horrible, demasiada baba. 

—Enseñame entonces, idiota. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).