Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las dudas de Damian Wayne por Nero Sparda

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, para empezar un agradecimiento enorme a aquellos que esperan fielmente la actualización, los amo y no saben caunto me molesta no poder darles capítulos más seguido. Quisiera patear a la musa pero se me hace que ya no vuelve (?)

También he pensado en finalizar ya con esta historia porque tengo otra en mente, una que posiblemente nos evite a la ONU (?) y no quiero dejarlos esperando, pero aún estoy pensándolo. Denme su opinión chiquillos <3

Por otro lado leilei3915 me dejó un mensaje muy extraño lleno de links que ni siquiera revisé así que les pido, no me dejen spam, por favor, da miedo (??) 

—Estoy aburrido.

Damian Wayne ladeó su rostro ceñudo con evidente exasperación, el gesto furibundo pretendía disuadir al pequeño Jon de seguir quejándose, moviéndose o siquiera respirando cerca de su cama donde ya se encontraba sentado desde hacía media hora. Balanceando ambas piernas y también mirándolo como si suya fuese la responsabilidad de entretenerlo.

Vaya ridiculez.

Él tenía cosas más importantes que atender, ¡Había sido relegado a quedarse cual niñera mal pagada en lugar de vigilar las calles! Y aumentándolo al ya largo listado de cosas irritantes esa noche, tenía el plan perfecto para asaltar a Richard Grayson, quien seguramente descansaba en la habitación contigua, pero no podía llevarlo a cabo con el pequeño retoño allí escuchándolo todo.

Y no es como si fuese tímido, Damian llenaría un estadio entero sólo usando su autoestima, sin embargo ¿qué pasaría si Jon le contaba a Superman sobre sus actividades extracurriculares con los otros Robin’s? Peor aún ¿Y si los chismosos se lo iban a contar a Batman? 

Ningún argumento bastaría para convencer al patriarca Wayne de que él ya era un muchacho, un pequeño adulto con problemas hormonales que fácilmente serían saciados si le dejase tener como amantes a sus otros hermanos. Jason le gustaba, mucho, era rudo, excepcional y un poco idiota, pero esa misma brutalidad con la cual se movía en el campo de batalla lo volvía candidato número uno para amante.

Dick resultaba bonito, flexible, tan…él. No llegaba a comprender totalmente qué le excitaba tanto del acróbata pero estaba muy dispuesto a averiguarlo esa noche.

Si tan sólo Jon se intimidase fácil.

Al menos ya tenía puesto el pijama, una extraña combinación de enorme camiseta blanca con el logo de Superman y un short similar al que le prestó cuando estuvo en su casa, al menos había dejado la fea gorra en casa, ahora sólo debía dormirlo. Noquearlo resultaba muy tentador.

— ¿Y si exploramos la mansión? ¡Seremos como Indiana Jones en busca del Arca perdida!

¿La qué?

Damian se llevó una mano bajo el mentón intentando pensar meticulosamente su siguiente movimiento, quizás podría inventar un juego donde Jon terminase al otro lado de la ciudad, donde no pudiera oírlos ni tampoco volver pronto, el problema era que quizás encontraría casualmente a Batman y este le traería de regreso, reprimenda incluida. Igual si lo incitaba a jugar a las escondidillas por la mansión, Alfred se enteraría… ¿O no?

— ¿Dami?

—Cállate idiota, estoy pensando.

Jon apretó los labios disgustado, levantándose con un pequeño salto elegante y dirigiéndose sin más hacía la puerta.

—Tu hermano es genial, iré a preguntarle si quiere jugar o ver televisión conmigo.

Tal vez fuese la desesperación momentánea, sus celos tomando forma y empujándole a actuar, pero tomó el delgado brazo ajeno antes de verle atravesar el umbral, jalándole nuevamente dentro para discutir lo más privado posible.

—Te dije, búscate tu propio hermano mayor y deja a mis idiotas en paz. — Bufó indignado, cruzando los brazos sobre su pequeño pecho. —Aunque, ¿quieres entretenerte, súper chico? Tengo el juego perfecto…

Quizás debería sentirse culpable por la mirada ilusionada que le regala Jon Kent, ojos celestes tan amplios e inocentes, tal vez incluso debido al plan macabro desarrollándose en su cabeza, pero vamos, sólo se tiene una vida, ¿no?

 

[…………………….]

 

 

—No te estoy acusando de nada Jaybird…sí, sé que tú te mantienes lejos…— Dick suspiró ante la actitud defensiva al otro lado del teléfono. —No causaste problemas…no hablo sobre eso, sólo quiero saber…Dami ha estado actuando extraño… ¿Tiene novia? ¿La conoces?—

Grayson sospecha por el curioso tartamudeo que logra arrancarle a Jason, su Jay jamás se muestra inseguro salvo cuando las cosas están complicadas, ¿acaso él le presentó esa misteriosa chica al pequeño Wayne?

Oh, por amor a todo lo sagrado. Realmente espera que la supuesta novia no sea amiga suya ni tampoco una ex complicada al estilo Rose Wilson o Kori, no quiere lidiar con mierda extraña entre ellos, no otra vez; hermanos o conocidos en el negocio suelen compartirse mujeres, sin querer.

—Mira, ya te conté…tuvo cierto divertido accidente matutino y desde entonces anda raro, más de lo usual…— Hace una pequeña pausa, riéndose aunque quizás no debería. — ¡Yo también creía que era asexual! ¿¡Cómo quieres que sepa eso!? Talia o los Al’Ghul debían incluir…no sé, educación sexual, orgías para psicópatas primer tomo— Jason emite un sonido ahogado y Dick ignora el vuelco que siente en el estómago, secretamente orgulloso de sí mismo por hacerle reír. — ¿Recuerdas los tuyos?— Dick se ríe, Jason gruñe al otro lado. —Aunque claro, a ti te ponía a tono patear criminales, me acuerdo cuan apretados estaban esos diminutos pantaloncitos y cuanto disfrutabas nuestras sesiones.

La conversación ha girado bruscamente hacía terrenos mucho menos preocupantes e intuye cierto alivio en su sucesor, uno que pronto echará abajo. Jason siempre ha sido el imprudente, violento chico callejero al cual Alfred enseñó refinados modales y románticas lecturas, como buen caballero inglés, sin embargo Dick con su sonrisa encantadora en la carita de niño bueno es quien lleva el libertinaje por dentro.

—Vete a la mierda Grayson pervertido.

Sonríe porque suelen iniciar así las conversaciones pero seguro como el infierno terminan dándose placer mutuo entre sucias palabras y caricias discretas que sólo pueden describirse vía telefónica.

—Te encantaba. Fui tu primera vez, ¿no, Jaybird? En el asiento del Batimovil, ¿qué pensaría papá Bruce?

—Cállate idiota, Roy no está para ayudarme si las cosas se ponen…duras…

— ¿Y quién dijo que necesitas sólo a Harper? Ven a la mansión y podría echarte una mano.

Hay un silencio incómodo, Dick sabe cuan renuente es Jason en profanar el hogar familiar, al menos cuando Bruce anda pululando por allí y deben andarse con cuidado, aunque al final lo morboso les puede más que la vergüenza. Años atrás al menos. Ellos dos dejaron lo suyo inconcluso gracias a Dick y sus conocidas metidas de pata, por así decirlo, comenzando a salir con chicas sin haberlo acordado primero, no es como si estuviesen siendo exclusivos el uno del otro, realmente, ellos dos JAMÁS llegaron a hablarlo entre casuales acostones pero Jay era bastante posesivo incluso siendo Robin, al volver de entre los muertos estaba loco y muchísimo más bueno que nunca.

—Por favor Jay…usaré…espera— Dick parpadeó acercándose a las amplias ventanas, durante su cuasi erótica charla sólo caminó en círculos intentando así distraer cierta parte de su anatomía, sin embargo ahora tenía la atención puesta fuera, entre los árboles. —Creo que vi algo…

— ¿Ahora tienes un mirón? Vale, voy para allá princesa, no te asustes y cierra la puerta con llave.

Rodó sus ojos, a veces Jason era tan poco serio.

—Claro, apresúrate, no quiero acabar trinchado por el loco del verano pasado o el Jay que usa cierra eléctrica.

—Ja-ja Dick…si me esperases desnudo estaría más motivado a llegar.

Ni siquiera pudo responder elocuentemente cuando sintió una fría brisa recorrerle la espalda, apenas llevaba puesta su camiseta pijama pero lo sintió como si la noche misma de Gotham le hubiese tocado directamente con sus afiladas garras muertas.

Tembló escuchando apenas el susurro de unas juveniles voces y después sintió dos cuerpos golpeándole violentamente contra la alfombra hasta inmovilizarle, dejándolo apenas aturdido.

Esa muy bien sincronizada emboscada habría sido impresionante si Jon no hubiera comenzado a quejarse sobre lo mandón que resultaba Damian a veces, al cual comprendía profundamente dándole la razón, o este llamándolo llorón e inadecuado durante su “misión”.

—Sólo digo, puedes pedirlo mejor…

—Cállate y átale las manos.

— ¿Damian? ¿Jon? ¿Qué rayos es esto? Muy tarde para entrenamientos chicos…

Intentó escucharse despreocupado incluso mientras le arrastraban sobre la cama, un hecho impresionante debía agregar, pues no esperó que el pequeño súper retoño lograra cargarlo como si no pesara gran cosa.

Fue Damian quien se le subió encima dudando brevemente entre sí amordazarlo o no.

—Muy bien, ahora vete fuera y vigila. Preferiría desde lo más lejos posible y sin escuchar, sin trampa.

Entonces Grayson comenzó a preocuparse, ¿por qué no debería escuchar Superboy? No llevaban el usual uniforme tampoco, Jon seguía portando pijama al igual que Damian lucía ahora su casual vestimenta.

—Pero…

—Nada, mi hermano y yo vamos a jugar otro juego de niños grandes mientras vigilas.

— ¡No soy tan pequeño, sólo tenemos tres años de diferencia!

Y así como le habían atacado comenzaron otra discusión, Damian sobre él blandía sus delgados brazos intentando hacer entender a Jon Kent mientras este, ceño fruncido y puños apretados, argumentaba que quería seguir jugando a “atrapar hermanos mayores” pero que Robin era demasiado egoísta para compartirlos.

—Chicos, ¡Chicos! Vamos, no discutan, al menos háganlo sin atarme, es incómodo.

— ¡Vete a vigilar Súperbebé!

Con un adorable puchero Jon se giró hacía la puerta y desapareció tras esta, cerrándola en el acto y dejándolo completamente solo con su hermanito pequeño. El asunto ya le daba mala espina, peor cuando Damian sonrió y comenzó a desabotonarse el ajustado uniforme.

—Bien, no quería recurrir a esto Grayson pero no me dejaste opción— Suspiró. —Todd fue mucho más cooperativo, la verdad, algo inesperado.

— ¿Qué? Dami ¿De qué estás hablando? ¿Qué sucede?

Tironeó las amarras intentando incorporarse, poner cierta distancia entre los dos, especialmente cuando Robin comenzó a frotarle sobre la tela, palpando allí en su entrepierna y logrando apenas excitarle un poco.

No le había pasado inadvertido el desarrollo en el muchacho, la manera en que parecía mucho más seguro y tal vez, quizás agudizando bien la vista, algo más alto, sin embargo jamás le miró con “esos” ojos ni tampoco tuvo pensamientos insanos en lo referente a él, así que toda esa situación era un poco perturbadora y se maldecía profundamente por la dureza que ya comenzaba a notarse.

— ¿Qué quieres decir? ¿Hiciste esto a Jason?

Comenzó a alarmarse, más que el acto en sí era el silencio de Jay bastante preocupante, ellos dos no tenían la mejor relación. ¿Accedería su hermanito a…? Imposible.

—Sí, Jason es mi amante y quiero que también tú lo seas, pero llegar hasta el final, no sólo besos. Ya no soy un niño.

Quedaba más que claro, sin embargo Dick Grayson no estaba preparado para ese tipo de charlas, mucho menos cuando podría conducirlo a una casi violación.

—Damian esto no está bien, no puedes andar obligando a la gente…a tus hermanos a hacer...sólo…

Las palabras huían de sus labios conforme aquella pequeña y apetecible boca iba bajando, desde el cuello hasta los hombros aun cubiertos, siguiendo un trayecto marcado también por las manos que, pese ser pequeñas, abarcaban perfectamente cada músculo tenso y erizaban la piel donde se posaban.

Quería negarse, estaba mal en muchos sentidos, de mil maneras, pero en esos ojos verdes veía otros, los aguamarina de Jason Todd cuando era un mocoso arrogante y engreído al cual le quitó la virginidad dentro del Batimovil. Vio calor, fuego desbordante, excitación contagiosa.

—Dami…por favor…no es correcto y lo sabes.

Porque si Batman los atrapaba en esa comprometedora situación seguro como el infierno los molería a palos a ambos, no confiaba plenamente en Damian, seguía mirando al asesino de antaño no al niño desvalido. Lo culparía fuese intencional o sólo inocente calentura.  

—Shhh, no sé mucho sobre esto pero lo haré agradable.

Dick chasqueó la lengua exasperado, notando cuan poco consciente era del problema en el cual los metía a ambos, sin embargo su salvación llegó pronto con un suave golpeteo a la puerta, casi del mismo modo en que fue emboscado minutos antes.

— ¿Dami?

—Te dije que vigilaras Jon, ¿no puedes hacer algo tan sencillo?

—Uhm…no es eso…yo sí vigilaba…

Superboy entró tímidamente, enredándose las manos en la camisa que usaba cual uniforme y sin verles a la cara.

— ¿Por qué va a vigilar? ¿Qué cojones está sucediendo aquí?

Jason al parecer no se encontraba muy lejos cuando le llamó y por extraño que fuera todo (además de vergonzoso) hasta sintió un profundo alivio instalándose en su estómago. Si Jaybird estaba allí las cosas mejorarían, al menos no estarían tan locas como para tener relaciones con el pequeño Robin.

— ¡Todd, largo de aquí!

—Vete a la mierda jodido demonio y explícame qué hace Dick atado allí.

No llevaba el casco puesto haciendo notable su confusión, una breve negación a aceptar lo que realmente parecía todo ese disparate.

— ¡Tú no querías llegar al final! ¡Estoy improvisando!

Avergonzado era quedarse corto, sentía sus mejillas arder, además también temía por la integridad física de la mansión una vez Jason cortó distancia en tres largas y furiosas zancadas, tomando a Damian por el cuello mientras lo zarandeaba bruscamente.

— ¿Entonces te pareció maravillosa idea violarlo? ¿Eres estúpido?

— ¡Jon! Desátame por favor. Jason ya basta, suéltalo, también contigo necesito hablar seriamente.

Al menos el pequeño niño se apresuró a romper las amarras y pudo interponerse a tiempo, no necesitaban una batalla campal en su habitación ni mucho menos despertar a Alfred, que seguro estaría alertado por los repentinos gritos pero que gracias al cielo aún no había ido a ver lo sucedido.

Esperaba poder manejarlo sin llamar a la Liga. Superman los mataría, luego Batman desaparecería sus cuerpos y nadie jamás encontraría todos los pequeños y sanguinarios trozos.

— ¡Ya basta! ¡Damian, sabes muy bien que esto es incorrecto, además de sucio, somos hermanos! Y tú, Jason ¡No te zafaras tan fácilmente! ¿Qué diablos estaban haciendo ustedes dos? No, no huyas, me lo vas a explicar ahora mismo.

Jon arrugó su ceño mientras observaba el espectáculo. Sin duda su papá tenía razón, todos los murciélagos eran complicados y además unos frikis raritos.

— ¡Jodido hipócrita! ¡No te quejabas cuando me metías mano hace años ni hace veinte minutos con tu línea caliente para enfermos pervertidos! ¿Dónde estaba el “somos hermanos, asquito”?

Gritaba Jason picando acusadoramente a Dick mientras este cambiaba de color, desde pálido casi muerto a rojo brillante. Apartando el dedo ajeno no sin cierta brusquedad.

— ¡El hipócrita eres tú Todd, bastardo mentiroso y cobarde egoísta! ¡Dijiste que ustedes no tuvieron nada!

Damian agitaba sus puños en dirección al segundo Robin aunque también alternaba unos cuantos golpes a su abochornado hermano mayor.

— ¡Cálmense los dos! ¡No es igual, entonces tenías quince años, Dami tiene trece! ¡Trece, por el amor a…no me hagas señas obscenas Jason!

— ¡Soy lo suficientemente mayor para tener un amante!

Jon suspiró, ahora comprendía de dónde salió esa actitud tan caprichosa y dada a tener siempre razón. Los Robin no eran muy diferentes entre sí, ¿así los prefería Batman? ¿Eran su tipo de…ayudantes? 

—Ok, me voy a mi casa.

Avisó por mera cortesía no creyendo que nadie le pusiese la suficiente atención y sin embargo al instante todas las cabezas giraron en su dirección, casi pudo ver cada engranaje trabajar conjuntamente por primera vez durante la noche.

—Tú no vas a ningún lado, Superman se pondrá histérico si sabe por qué te fuiste. Debemos aclararlo.

Dick al menos tenía la decencia de parecer preocupado.

— ¿Superman? ¡Si Batman lo averigua seremos dos hombres y medio muertos!

—Vaya, no sabía que te considerabas medio hombre, Todd, no deberías tenerte tan poca estima.

Al menos la paz duró ¿qué? ¿Dos segundos? Los Robin estaban nuevamente insultándose o intentando golpearse.

—Ya basta los dos, no deberíamos hablar sobre amantes y…cosas, delante suyo, tiene diez años.

No se negó cuando Dick le levantó en brazos aunque tuvo el impulso de aclarar que, pese su corta edad, él ya comprendía sobre sexualidad y amor, lo hablaban en la escuela y Clark le había explicado cuando preguntó de dónde venía y porqué era diferente a los otros niños. Pasar demasiado tiempo con Damian comenzaba a hacerle daño.

—Miren, los dos, no soy un ángel y sé que he metido la pata innumerables veces— Inició, callando las protestas ajenas el elevar su índice. —Pero no pueden andar atando a las personas para tener relaciones, es ilegal, se pide amablemente y aceptas cuando eres rechazado.

Directamente esa pedrada iba para Robin y Jon ocultó la risa en el hombro ajeno.

—Si bien Jason lo hizo con buenas intenciones— Por la mirada que le dedicó, Dick parecía dudarlo. —No debería haberte tocado, no así, porque no es legal tampoco y la ONU o Batman nos meterán a Arkham— Suspiró, sintió su cuerpo tensarse para luego relajarse muy lentamente mientras explicaba; los chicos ya más calmados asintieron. —Debes encontrar una novia o novio, Dami, alguien que te ame y te haga muy feliz, con quien compartir caricias, secretos, todas esas cosas importantes, no sólo sexo. 

Escuchó un breve “Tt” al cual ignoró, admirando la radiante sonrisa que Dick Grayson le dedicaba aun sosteniéndolo. Comprendía, a sus cortos diez años, porqué la mitad de Gotham estaba enamorada de ese hombre, tenía encanto natural.

—Y tú no deberías ayudar a emboscar personas si no sabes bien porqué se hace. Eres muy fuerte y especial Jon, no deberías dejar a otros utilizar esos lindos dones. Ahora vamos, te prepararé un chocolate caliente con malvaviscos.

— ¡Hurra!

Gritó, ignorando olímpicamente la mirada suspicaz que notó en los ojos de Jason Todd y los cuchillos que parecían ser los ojos verdes de Damian Wayne. Ambos habían perdido esa noche.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).