A Ryota le costo un par de dias conocer a todo el personal del palacio, afortunadamente para el, tenia muy buena memoria y en cuanto se presentaban con el les identificaba de inmediato.
De todas las personas que servian a su prometido hubo uno en especial que se gano su aprecio casi de manera inmediata, Tetsuya, un pequeño doncel peliazul que era pareja del hombre de confianza de Aomine, Taiga.
El pequeño doncel le habia guiado por todo el castillo cuando Aomine estaba trabajando y le habia ayudado a elegir ropa, como calzarla, como usar hena para adornar su piel, como bailar e incluso algunas palabras arabe, como usar aceites que limpiarian su cuerpo y le mantendrian listo para el caid en caso de que el lo... solicitara.
Daiki no le habia dejado dormir ninguna noche solo y aunque siempre se tocaban, dormian abrazados y conversaban hasta altas horas de la madrugada conociendose mas, el moreno no lo habia tomado... es decir... Ryota habia recibido clases muy basicas el sexo en la escuela y podria ser virgen, pero como que sentia que algo faltaba.
-Tetsuya... ¿has tenido sexo... hasta el final?- la pregunta habia salido de sus labios incluso antes de que el se diera cuenta, el resultado fue un peliazul viendolo con ojos de conejito asustado y un Ryota rojo hasta el cabello.
-¡perdon! ¡no es necesario que me contestes! –
El peliazul lo tomo de la mano y lo dirigio hasta el centro del jardin, cerca de un enorme pozo en donde se tomaba el agua para los animales y los servicios basicos.
-no se preocupe... supongo que es normal que eso ande rondando todo el tiempo en su mente pues tengo entendido que en su pais son muy remilgados con esos temas.-
Tetsuya le acababa de decir remilgado y era mas joven que el... Ryota solto una carcajada. ¿a quien habia venido a hacerle esa pregunta?... remilgado... remilgado... en las ultimas noches Daiki le habia besado todo el cuerpo, lo habia lamido como si de una piruleta se tratara, los habia masturbado al mismo tiempo y le habia visto comerse todos sus jugos hasta la ultima gota... eso no era ser remilgado.
-he tenido sexo... Taiga y yo hemos estado juntos por mas de 5 años... – la risa divertida de Ryota fue efectivamente cortada por la sorpresa... 5 años... 5 años... Tetsuya tenia 16...
¿que?
¡¿QUE?!
-Taiga me compro cuando unos comerciantes de esclavos me estaban subastando, dijo que fue amor a primera vista... desde entonces estamos juntos...-
-pero el... ¿te tomo en la primera noche?...¿lo amas o te esta forzando?- la imagen venia clara a su mente, Tetsuya siendo apenas mas que un niño y siendo tomado por Taiga...
-por su puesto que lo amo... ¿quien no amaria a un hombre que da tanto por ti, que te protege con su vida y que te da todo de si todos los dias? Con la convivencia diaria el amor nace... y no, no fui suyo de manera inmediata... los primeros dias no estuvo conmigo por que yo estaba muy enfermo... pero en cuanto me vio bien me tomo... fue tan dulce... lo sigue siendo, aunque aveces es demasiado vigorozo ... casi siempre termino desmayado...-
¡desmayado! ¿acaso ese salvaje no tenia idea de cuantos centimetros y kilos habia de diferencia entre ambos? Pero tetsuya en vez de parecer preocupado o temeroso e incluso adolorido sonreia feliz.
-y... ¿duele?... cuestiono preocupado, realmente, su mano habia sido testigo del tamaño de Daiki en muchas noches y eso debia doler, definitivamente.
-al inicio un poco... – aclaro totalmente tranquilo el pequeño ojiazul –le deben preparar bien para que la entrada sea facil... si usan algunos unguentos todo sera muy placentero...-
Ryota se sonrojo cuando noto que su pequeño nuevo amigo se estaba acordando de cuando tenia sexo... se sintio avergonzado.
-si gustas puedes ir a los aposentos del harem para que te den algunos buenos consejos...-
A Ryota le costo un poco asimilar toda aquella informacion.
Harem... harem... harem...
De pronto algo que nunca habia sentido se prendio en el centro de su pecho, como acido subiendo hasta su boca y tensando todo su cuerpo... harem... ahi en el palacio habia un harem.
Sin decir nada se puso de pie y camino por los ahora conocidos pasillos al interior, donde sabia que estaba la sala de juntas, donde bien sabia que Aomine estaria trabajando.
Todos levantaron la mirada observandolo detenitamente, a Ryota ni le importo, ni puso atencion a nadie, sus pupilas se fijaron en el guapo moreno que habia ocupado su cama en las ultimas semanas y que ahora captaba toda su atencion.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca un puchero cruzo sus bonitos labios y con brazos cruzados y gesto impaciente cuestiono:
-¿estas teniendo sexo con alguien mas?-
Silencio sepulcral en el lugar para ser interrumpido de pronto por suaves risas cargadas de diversion.
Tan pronto Ryota solto su pregunta y vio la sonrisa en el rostro del moreno supo que la habia cagado y queria saltar por la ventana de la torre mas alta.
-si me disculpan...- susurro Daiki, guiandolo a una camara interior de la sala donde estaban, Ryota no queria ni verle a los ojos.
-il mio amore... en estos momentos estaba teniendo una reunion sumamente importante con Caids de otras regiones, un mandatario extranjero y los hermanos de mi padre que me quieren quitar el mando del palacio... y tu entras y me sueltas eso...-
Ryota queria meterse en ese enorme jarro que decoraba el pasillo y quedarse ahi por unos mil años...
Queria ser avestruz y enterrar su cabeza...
-¡que verguenza!... lo siento tanto... es que... es que Tetsuya me dijo del harem y pense... pense que si ya me tenias a mi entonces ... ¡entonces! No quiero... ¡no quiero que nadie mas te toque! ¡no quiero que las babas de nadie esten en tu cuerpo! Dijiste que era tuyo... soy tu prometido... ¡entonces eso te hace mio! ¡mio!...-
Daiki le miro en profundo silencio por minutos, las mejillas encendidas de Ryota eran algo tan precioso de ver... se inclino hacia el y lo beso con ternura, y como en muchas ocaciones fue el mismo Ryota el que abrio la boca permitiendo que su boca fuera profanada.
Despues de unos buenos besos humedos y bastante ruidosos los dos se miraron y permanecieron abrazados.
-solo para tranquilidad tuya y en defensa a mi favor... tengo que decir que el harem a estado por generaciones en mi familia... ha sido de mi bisabuelo, de mi abuelo, de mi padre y ahora es mio... por su puesto que he tenido sexo con las chicas disupestas, soy hombre, no soy de palo y tenia que cubrir mis necesidades... pero desde que supe que venias para aca... desde que compartimos cama no he estado ahi para nada... las jovenes de ahi son libres de tener amantes, incluso muchas estan juntas, pero siguen ahi para ser protegidas...-
Ryota volvio a respirar con normalidad cuando escucho aquello.
-quiero tener sexo...- pucheo resguardado en el pecho del moreno.
Y Daiki rio como hacia mucho.
-tetsuya me dijo remilgado... y dijo que tiene sexo con Taiga desde los 11... –
En otras circunstancias, en otro lugar, en otro tiempo, sin lugar a dudas Ryota nunca hubiera dicho aquello a un hombre... pero con Daiki todo era natural, se habia acostrumbrado rapidamente a la presencia de el, a sus platicas, a confiar en el puesto que era digno de hacerlo, los preparativos de la boda estaban practicamente listos, todos los sirvientes le miraban como si fuera el consorte del sultan pese a que no se habia formalizado aun bajo ninguna ceremonia, los hombres de confianza de Daiki le protegian en todo momento.
-si esa es tu preocupacion todo se arregla esta noche... –
El suave susurro lleno de promesa hizo que Ryota se sintiera extrañamente contento.
Un suave toque en la puerta hizo que los dos regresaran al momento y no se lanzaran uno sobre el otro. Daiki tenia que terminar de trabajar y Ryota tenia que ir a ... prepararse.
Para ser honesto consigo mismo Daiki estaba viviendo la etapa mas feliz de su vida, hacia años habia añorado como nada que Ryota aceptara ser su cosorte y llegara a amarle, todo iba por buen camino si la escenita de celos queria decir algo... aquello habia sido tan grato de escuchar, tan maravilloso...
Ryota tenia tantas facetas que amaba, era un hombre educado en inglaterra y tenia modales bellisimos y porte, siempre sonreia a todos y le gustaba ponerle motes raros a la gente, aunque al inicio se habia mostrado algo torpe y demasiado ansioso cuando le tocaba ahora que lo hacia se veia tremendamete erotico y en mas de una vez el habia inciado las caricias en su cama, era un jodido buen espadachin que habia derrotado sin dificultad a Taiga y a varios de sus hombres que se habian mostrado con su orgullo herido por ser abatidos en duelo por alguien que nunca habia estado en una guerra, era un danzante tan sensual que de no ser por que aomine no le permitia bailar en publico ya hubiera arrancado unos cuantos ojos por ver tal belleza, y lo mejor de todo es que ahora le celaba y le estaba pidiendo tener sexo... aquello habia tenido tan duro a aomine que se sorprendia de ver que sus bolas no estaban cianoticas.
Pensando en la bella criatura que le esperaba en el lecho, estando en la seguridad de su hogar, jamas penso que su tio y una mujer del harem que simplemente no aceptaba el hecho de ser dejada atras como si de basura se tratara habian comploteado contra el... por eso fue no reacciono a tiempo y fue demasiado tarde cuando los colmillos de la cobra rozaron la piel de su pecho desnudo.
Tan rapido como pudo Aomine saco la daga del cintillo de su pantalon y atravezo al animal por la cabeza, dejandole incrustada en el suelo como una bizarra parte de la decoracion.
Habia sido un rasguño... pero aquel animal era letal y cuando sintio el primer mareo supo que no tenia mucho tiempo.
Camino lo mas a prisa a su recamara y en el camino tuvo la fortuna de chocar contra alguien, no le sorprendio de ver a Taiga y se tambaleo contra el...
-al parecer alguien ya empezo el festejo antes de tiempo- habia comentado en broma sabiendo bien que esa noche su mejor amigo y lider por fin tomaria a su consorte.
La sangre corriendo del pecho del caid y la fria y palida piel fueron indicio suficiente para que Taiga entendiera que no estaba briago.
-cobra...- susurro apenas antes de caer desmayado.
Taiga habia conocido a Daiki desde niños, era su mejor amigo, su compañero de armas y parrandas y su casi hermano... asi que el instinto le hizo actuar rapido, levanto cual costal de papas el cuerpo del moreno y grito pidiendo ayuda mientras corria a los aposentos de Daiki, las sirvientas corrieron y no dudo que Shintaro, el medico de cabecera estaria ahi en cuestion de segundos.
Cuando entro a la alcoba de su amigo Ryota yacia dormido en un enorme divan mullido, con ropa de dormir fresca y comoda que en algun otro momento no hubiera dudado en apreciar mas.
El rubio desperto sobresaltado y palidecio al ver el estado de su futuro y corrio de inmediato a la cama donde yacia inconciente, mortalmente palido.
-¿que le paso?-
-lo mordio una cobra...-
Ryota miro fijamente los puntos sangrantes del pecho de su prometido y corrio al baño para regresar con una botella de aceite de oliva, se movia con tanta rapidez y tan agilmente que taiga se sintio un mero simio expectante.
-dame tu daga...- Taiga asintio, le brindo el arma y siseo en dolor cuando los dos pequeños orificios fueron cortados de manera menos superficial provocando que sangraran mas.
Ryota dio un gran trago de aceite y tras cubrir perfectamente su boca con el se pego cual sanguijuela en el pecho de su amante y succiono y escupio en varias ocaciones.
Shintaro no tardo en llegar a los aposentos, checho a su sultan e inyecto un antidoto, congratulando al rubio por su rapida intervencion.
-dormira toda la noche... - le comento mientras le daba una revision mas. En serio estaba sorprendido de ver que el consorte hubiera actuado tan rapido y tan bien, el veneno no habia llegado al torrente sanguineo, Daiki era un hombre fuerte que tras uno o dos dias de descanso y sus buenas dosis de antidoto se recuperaria sin problemas.
-tendra fiebre en la noche, pero nada que agua fresca no logre controlar, sudara mucho, asi eliminara mas rapido las toxinas... estare en la habitacion de enfrente en caso de requerir mi servicio.
Ryota no estaba muy seguro de que todo estaba bien, una cobra... si, estaban en el desierto y aquellos animales vivian ahi, pero no solian acercarse a lugares habitados...
El gemido de Daiki y el sudor perlando su piel le hicieron recordar que por la fiebre debia tener frio y dolor.
-sshhh...- susurro limpiandole el rostro y acariciandolo.
Fue hasta que vio el dolor reflejado en el moreno que tuvo toda una revelacion... en aquella fiesta, en su octavo cumpleaños, Daiki habia sido el niño grosero que lo habia retado mas de 6 veces y era tan mal perdedor que en todas habia dicho una sarta de palabrotas. En su ultimo duelo... habian hecho una apuesta... si Ryota ganaba pediria lo que fuera y Daiki tenia que cumplir.
Por supuesto habia ganado y de recompensa le habia robado su primer beso... un fugaz e infantil roce que le habia dado tanta emocion y lo habia hecho sentir tan culpable (pues ¡¿que dirian de el si se enteraran?!) que lo habia bloqueado de su mente.
Asi que el responsable original de todo esto habia sido el...
La mano morena sujetando su mejilla le trajo de vuelta a la realidad, Daiki yacia acostado, la fiebre, el sudor, la palidez o las fascies de dolor no le quitaban lo guapo.
-estas bien Dai... estoy contigo...-
Tras suspirar con gesto cansado el moreno dijo algo que de todas las posibilidades en el mundo Ryota jamas se lo hubiera imaginado.
-sexo...-
Los ojotes de Ryota llenos de sorpresa eran un poema a la diversion.
-te mordio una cobra, tienes fiebre, estas delirando y lo unico en lo que piensas es en sexo...-
El moreno le miro con deseo... puro y primitivo.
-soy un cavernicola... quiero sexo... ademas si sudo me curare mas rapido... el sexo me hace sudar...-
Ryota sabia que aquello era cierto pero no por eso iba a ceder... bueno... a lo mejor si...
Cuando la mano morena toco y amaso sus nalgas supo que su obstinacion no era muy buena que digamos.
-pero estas debil...- pucheo dandole un besito y Daiki lo mantuvo hacia si besandolo y ronroneandole provocativamente.
-pero yo me encargo de todo...- cedio como si realmente se estuviera sacrificando, ¿pero a quien diablos engañaba? ¡lo habia esperado toda la tarde!
Si le hubieran preguntado meses antes a Ryota que que imaginaba que era el sexo hubiera dicho sin dudarlo que era algo tierno y romantico que hacia que dos personas se unieran tan humanamente como era posible.
Estaba equiivocado y bastante, aquello no era nisiquiera algo cercano a lo que estaba sintiendo en ese momento... aquello era lava, era amor, era pasion, era lujuria, era placer y placer que lo ahogaba y sacaba su parte mas intima haciendolo florecer como persona...
Despues de muchos besos humedos, caricias lentas que fueron tornandose mas fuertes, tanto que incluso ya habia marcas en su blanca piel, Daiki le habia estirado con paciencia e idolatria y tras ponerlo de lado en la cama y acostarse detras de el, como dos cucharitas lo habia penetrado hasta que habia llegado a tope.
Dolio, por supuesto que lo haria pues su virginal entrada estaba estirada al maximo, pero tras muchos besos humedos en su cuello, las caricias en sus pezones y la mano mastubandole lentamente logro relajarse lo suficiente como para comenzar a moverse por si mismo metiendo y sacando con el miembro que le penetraba.
Daiki no habia dejado de abrazarlo en todo momento, susurrandole cosas en el oido que lo hacian desear moverse mas, de hecho alentandolo tanto que ahora la habitacion era fiel testigo de los fuertes embites de la carne contra carne.
Ryota habia terminado como una barra de mantequilla derretida al sol del desierto en los brazos de su futuro, sus pulmones habian quemado de tanto jadear, su garganta habia ardido por los gritos exteriorizados, todo habia sido perfecto... y justo cuando creyo que no podia mejorar se habia equivocado al sentir muchos besitos en su espalda y sus hombros y un sin fin de te amo te amo tanto susurrados en su oido.
Ryota habia logrado sentir los sentimientos que despertaba por Daiki... y comenzaban a ser mutuos.
Tetsuya abrio la puerta de su recamara y se encontro con la no tan frecuente imagen de Taiga lavandose sangre de las manos. Al corroborar que no era sangre de su pareja y que sus ropas yacian igual de manchadas tomo una muda limpia, le desvistio y ayudo a limpiar su piel, para despues volver a vestirlo... no tenia que preguntar ni de quien era esa sangre ni que es lo que habia hecho... aquella escena se presentaba en su hogar de vez en cuando... solo cuando su mejor amigo y lider estaba en amenaza de muerte y Taiga daba caza a su enemigo.
-Daiki fuer mordido por una cobra de vientre blanco...- aquellas palabras daban respuesta a todo lo sucedido. En todo el palacio habia una sola mujer, parte del harem, que tenia el gusto extravagante de convivir y entrenar serpientes, Momoi habia sido la amante de su caid por mucho tiempo y todos sabian que para ella no habia sido grata la llegada de Ryota.
-antes de morir me dijo que fue ordenes de Aomine Kou... aun quiere el lugar que por derecho le corresponde a Daiki...-
Los dos caminaron a su pequeño divan y Tetsuya se sento en las piernas de su amante cual cachorro en busqueda de una caricia.
-escapo y me tendre que ausentar unos dias, en cuanto termine de limpiar todo regresare...- tetsuya sabia que Taiga tenia tanta lealtad a su amigo que sin parpadear terminaria con cualquier amenaza, asi como años atras habia terminado con la persona que lo habia maltratado en su mas tierna infancia a el.
-ve con cuidado por favor... regresa a mi, te estare esperando...-
Daiki miro a su bello esposo con las joyas decorando su cabello, el pequeño chaleco cubriendo su pecho y los pantalones bombachos calzando su figura bailar lleno de entusiasmo acompañado por varias mujeres y su pequeña Yuri de 5 años de edad.
Estaban en su sexto aniversario y Aomine podria jurar que cada dia amaba mas a Ryota y que este era conforme el paso de los años mas hermoso. sus suegros como desde hacia un par de años estaban ahi, como una parejita de tortolitos en su luna de miel, alegres de poder ver aunque sea por un par de semanas a su hijo y su nieta, agradeciendole en todo momento por hacer tan feliz a Ryota.
Pero ellos se equivocaban gravemente... el no hacia feliz a Ryota... su kisa lo hacia feliz a el, en todo momento, enamorandose de el, adoptando su pais de origen como propio y dandole una familia.
El tiempo habia comenzado a pasar lenta y comodamente para el... su amor era tan grande como las arenas del desierto y saberse correspondido era lo mejor que un hombre podia pedir.