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Errores por MikaShier

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Hay ocasiones en que intentas convencerte a ti mismo de las cosas que te molestan, te irritan y demás, porque ni siquiera tú estás seguro de estar tan molesto como dices estar. Haruka estaba viviendo uno de esos momentos. Estaba convencido de que Rin había hecho mal al rechazarlo aquél día hacía ocho meses o más, sin embargo… ¿Cuál sería la razón?

Haru juró conocer a su novio. De verdad creía saberlo todo sobre él, pero jamás esperó aquella respuesta. ¡Él lo había hecho todo bien! Una velada romántica, adornos, anillos, todo estaba bien. ¿No? El único mal era Rin. No había tenido una verdadera razón, ¿o sí? No podía tener una razón por la cual no quisiese compartir toda su vida con él.

¿Por qué tenía que sentirse así? ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no lo entendían?

Por supuesto. Él había estado en pausa durante mucho tiempo. La única historia que resonaba en las paredes era cómo Rin le había cuidado y le había pagado todo. Lo mucho que lloró, lo mucho que se culpó y se lamentó. Pero Rin no tenía la única historia.

Haru lo había dado todo por él. Había salido de su zona de confort por Rin. Había pensado como nunca antes, se había hecho a sí mismo a un lado para complacer el lado cursi de Rin. Se había detenido, lo había esperado por mucho tiempo. Había perdonado sus huidas. Y ya no había más perdón en él.

Quizá muchos no lo justificaban, pero el dolor que él sentía era indescriptible. Él nunca creyó que se enamoraría, pero lo hizo. Y ahora estaba roto por dentro. 

Rin y Haru tenían dolores diferentes. Pero, a diferencia de Haru, Rin sí estaba consciente de lo que el otro sufría.

SSSSSSSSSSSSSSSSSSS 

El pelirrojo había renunciado a dos de sus empleos, solo trabajaría en Iwaka y en el restaurante de comida rápida. Solo para aparentar. Con Haru despierto y con los gastos del hospital a punto de culminar, él podría al menos descansar un poco entre tantas cosas.

Aunque solo serviría para torturarse. 

La noche cayó como un manto de profunda oscuridad. Rin odiaba las noches sin estrellas, le hacía sentir que las esperanzas se volvían inexistentes. Se estaba pensando mucho las cosas. Y, lamentablemente para él, la luz emanante de Tokio impedía muchas veces que las estrellas se vieran. 

En fin, de nuevo había tomado esas pastillas que le hacían sentir más… Relajado. Así que los anuncios brillantes bien podían ser estrellas gigantes, ¿verdad? Se dirigía a Iwaka cuando alguien lo tomó por la cintura, solo entonces se dio cuenta de que el semáforo estaba en verde y los autos pasaban frente a él sin detenerse. Vale, le habían salvado la vida, pero, ¿por qué no lo soltaban y ya? 

—Rin… —La voz de Asahi le inundó los oídos. El pelirrojo se estremeció y observó al contrario, quien apretó el agarre ligeramente— Debes tener más cuidado.

—Entiendo, ahora suéltame.

—No… Escucha, lo de ayer… Sé que crees que te tengo lástima, pero no es así. Es que yo de verdad puedo ver en ti que no eres la persona malvada que seguro crees que eres…

—Y hablar de esto en medio de la calle te parece bien porque… —el chico se sonrojó y desvió la mirada.

—No vayas a ese lugar hoy, ¿sí? Hay un hotel aquí cerca y podríamos…

La delgada ceja de Rin se alzó y Asahi se dio un golpe mentalmente. ¡¿Por qué lo había dicho de esa manera?! Pero el pelirrojo suspiró y se encogió de hombros para después respirar profundamente.

—Me ahorras el trabajo de bailar, así que vamos.

Asahi caminó junto a él con notable nerviosismo. Rin no mostraba ningún tipo de interés y eso le hería un poco, pero estaba bien, porque sabía que Rin amaba a alguien. Quizá nadie lo suponía mientras estaban… usándolo. Quizá a ninguno de sus clientes les pasaba por la cabeza que ese chico de mirada triste y perdida ya había entregado su corazón. Que amaba a alguien con los pedazos de su alma. Quizá nadie suponía que Rin alguna vez había tenido esa pálida piel en perfectas condiciones y no con marcas de su sufrimiento.

— ¿Por qué mierda estás llorando? —Escuchó. Asahi se secó las mejillas rápidamente y negó.

—No lloro, es un efecto secundario de las pastillas para la alergia —mintió. Pero Rin no sabía nada sobre pastillas, así que se lo tragó por completo. Le dolía pensar que Rin en ese momento, podía estar despreciándose a sí mismo.

Asahi se sentía débil en torno a ese pelirrojo. No sabía dónde pisar y no sabía cómo iba reaccionar el otro. Lo único de lo que sí era completamente consciente era que hablar quizá le haría desahogarse. 

El amor a primera vista sí existía y Asahi lo vivía en plenitud. No sabía si amaba a Rin, pero sí le gustaba muchísimo. Tanto que lo contrataría cada día por el resto de su vida si fuese necesario. Si pudiera sacarlo a flote, si pudiera salvarlo… No necesitaría ser correspondido, solo necesitaba que estuviera feliz. Escuchar su risa de verdad, sin rastros de tristeza.

Cuando estuvieron en la habitación del hotel, Rin soltó el aire. Se sentía como en modo piloto. Estaba tan acostumbrado que incluso se sacaba la ropa por inercia. Sin embargo, Asahi lo detuvo por la muñeca.

— ¿Prefieres sacármela tú? —cuestionó, dejándose los botones y mirando alrededor. El contrario le sonrió levemente y lo guio a la cama, sentándolo de modo que estuviera recargado en la pared— ¿Cambio de posiciones? No esperaba eso…

—No, renté una película. La veremos juntos —anunció, sacando una cajita de la mochila que llevaba y agitándola. Caminó hacia el reproductor de videos y la colocó. Rin le miró con extrañeza.

— ¿Crees que estoy para jueguitos? Necesito el dinero, no hagas que pierda el tiempo.

—Necesitas torturarte, eso es diferente. Aunque bueno, también necesitas el dinero —se sentó a su lado y prendió el televisor para después acomodarse—. Voy a pagarte por ver esta película conmigo. ¿Has escuchado el término “dama de compañía”? Bueno… Tú serás mi… damo de compañía. ¿Caballero de compañía?

Una sonrisa inevitable apareció en el rostro de Rin, quien se acomodó en la cama y suspiró. Vale, le iba a cobrar de todas formas. Asahi se levantó de la cama casi de inmediato y corrió hacia su mochila.

—Lo olvidé por querer hacerme el interesante —murmuró, sacando una bolsa de papitas y un par de refrescos en lata. Luego fue y apagó la luz.

— ¿Por qué intentas hacerte el interesante? —Rin no pudo ver el tono en las mejillas de Asahi.

—Quiero interesarte.

El vuelco en el corazón de Rin se sintió como profunda traición a su amor por Haruka.

SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Gou caminaba de un lado a otro. Sus tacones bajos resonaban contra el liso piso y se sobreponían al sonido de los motores en la lejanía, así como de los altavoces y los murmullos de la gente. 

El aeropuerto internacional de Narita estaba repleto de personas. Gou había escuchado más de un idioma proveniente de quienes bajaban de los aviones. Pero a ella solo le importaba una de esas personas.

Sousuke apareció en su campo de visión, arrastraba una maleta detrás de él y su mirada parecía irritación permanente. Gou se mordió el labio cuando lo abrazó.

—Así que Nanase despertó —cuestionó en tono seco. La chica asintió, separándose.

— ¿Irás a verlo?

—Quizá… ¿Y qué hay de tu hermano? —Gou bajó la mirada y suspiró.

—Sigo sin saber donde vive… No se comunica y aunque lo he visto dos veces…

—Se perdió, ¿no? Es justo lo que me esperaba. Sus exageraciones siempre le hacen cometer errores.

Gou no lo negó, pero tampoco estaba del todo de acuerdo. Y es que el despecho se apropiaba de la boca de Sousuke, porque Rin y él llevaban casi un año sin cruzar palabra. Rin no podía contar con Sousuke. Y Sousuke no podía contar con Rin. 
Aún así, ambos sabían, en el fondo, que solo bastaría una tarde juntos para rehacer todos sus lazos de amistad. Pero el orgullo les había pesado. 

Y ahora ambos estarían solos. 

SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS 

Asahi Shiina era como uno de esos animalitos que no son fáciles de quitar de encima. Rin lo descubrió una semana después. El chico tenía mérito, no se había dado por vencido por bastante. 

No importaba si el pelirrojo llegaba tarde o si decidía bailar en lejos del centro de la pista, Asahi siempre lo encontraba. Y siempre lo sacaba del antro. La primera vez fue la película. La segunda le invitó a tomar un helado y caminar por el parque. La tercera vez llevaba la consola y un par de videojuegos en la mochila. La cuarta vez lo llevó al cine e intercambiaron teléfonos -desde entonces comenzaron a mensajearse-. La quinta vez cenaron en un restaurant a las afueras de Tokio -esa vez, Rin decidió no cobrar-. La sexta vez lo llevó a una piscina, Rin no quiso nadar, así que se sentaron en silencio con los pies metidos en el agua. La séptima vez, Asahi no sabía qué hacer, así que jugaron a las veinte preguntas. 

Sin embargo, Ikuya no estaba de acuerdo con esa relación y se lo hizo saber a Asahi, quien concordó. Aunque lo haría sin pensárselo, no podía gastarse todo el dinero en Rin. Así que siguió el consejo de su mejor amigo. Y al octavo día, lo llevó a un picnic nocturno y se despidió. Rin le había regalado una sonrisa que sabía a decepción y había murmurado un "Gracias". 

Y ahora, Asahi e Ikuya caminaban por los pasillos del hospital. Las paredes relucientes y las voces de los doctores le hacían parecer tétrico, Ikuya sentía repulsión por los hospitales en ocasiones, pero no se iría. Entraron a una de las habitaciones y regalaron una sonrisa algo aliviada a quien yacía en la camilla. 

Haruka estaba feliz de ver a sus viejos amigos ahí. Habían mantenido poco contacto, pero era Makoto quien siempre los tenía al tanto de noticias relevantes. Se saludaron efusivamente y tomaron asiento en los sofás, donde se encontraba Nagisa junto a Rei y Sousuke. 

ーMe alegra que hayas despertado. Vinimos a verte en ocasiones, aunque fueron muy pocas ーcomentó Ikuya. Haru se encogió de hombros. 

ーGracias por preocuparse. 

ーNos hubiera gustado venir más, pero el horario de visitas no se acoplaba a nuestros horarios ーexplicó Asahi. Su celular vibró y lo sacó, comenzando a teclear con una sonrisita. Ikuya rotó los ojos. 

ーHaru despertó hace poco más de una semana. Dicen que todo va bien y que, de seguir así, podría obtener un alta temprano ーcomentó Makoto, Haruka estaba a punto de hablar, pero Nagisa se adelantó. 

ーHaru-chan no entiende que si no acepta ya el ejercicio muscular no lo van a dar de alta ーmusitó en tono de queja. Haru rotó los ojos, pero no dijo nadaー ¡Yo soy Nagisa Hazuki! ¿Ustedes quienes son? 

ーIkuya Kirishima, es un gusto ーsonrió el de cabellos verdosos. Le dio un golpe con el codo a Asahi, quien alzó la vista de inmediato. 

ーAsahi Shiina ーmurmuró. Iba a bajar la mirada, pero volvió a subirla de inmediatoー¿Rei? ¡Hace mucho que no te veo! 

Rei le sonrió levemente y asintió, comenzando a platicar sobre lo bueno que era que se viesen otra vez y cosas parecidas. Cuando Nagisa entró a la conversación y esta perdió el sentido poco a poco, Asahi regresó la vista al celular.  Los escuchaba hablar entre ellos, pero, al igual que Sousuke, no participaba en esa conversación. 

El azabache se preguntaba dónde estaría Gou. Makoto le había dicho que la pelirroja, si bien estaba aliviada por Haru, no quería verlo por un tiempo. Porque no le había dado una oportunidad a su hermano. Se preguntaba, también, en qué circunstancias estaría Rin para que Gou... no, para que todos estuvieran en una preocupación tan constante. No decían nada, pero... por favor, era el equipo "la amistad lo es todo" de Iwatobi, ¿cómo no iban a estar preocupados por Rin? 

Nagisa había dicho que estaban buscándolo. Intentando dar con el lugar donde Rin vivía para poder acorralarlo, hablar con él, ayudarlo. Pero ellos no entendían que la única forma de seguir a Rin era ser discretos y no preguntar en cada local si el pelirrojo había pasado por ahí. Él único capaz de perseguirlo, era él, Sousuke. 

Y, si Rin estaba tan mal, se tragaría el orgullo. 

Estaba trazando el plan en su mente cuando de pronto Asahi saltó. Una enorme sonrisa le adornaba el rostro. Ikuya pareció entender el porque y le arrebató el celular. La sonrisa se contagió. 

ーTe... 

ー¡Me invitó a salir! Me voy ahora mismo, no haré que me espere. Eres un genio, funcionó... 

ー ¡Te invitó! ーcelebró Nagisa por inercia. 

ーNagisa, no es hermoso que saltes de esa manera. 

ー ¿De qué hablan?ーpreguntó Haru. 

ーParece que invitaron a Asahi-kun a salir... No mencionaste que tenías pareja ーMakoto sonrió cordialmente. De verdad le daba gusto ver así de feliz a su amigo. Ikuya negó. 

ーNo es su pareja, es un chico que conoció en un p... ーAsahi le pisó el pie antes de que dijera prostíbulo. ¡Rin no merecía esa introducción! 

ー¡En un parque! Escuchen... Les contaría más sobre él, pero no quiero ilusionarme y... bueno, la situación es muy complicada... 


ー ¿Nos dirás el nombre al menos? ーlos ojos del chico de cabello rojizo se detuvieron en Haru. Lo sopesó unos segundos y sonrió. 

ー¡Les contaré todo cuando las cosas estén más estables! Y entonces dejaré que él se presente. Ikuya, no digas nada. ¡Vendré a verte mañana, Haru! 

Y sin más, desapareció en dirección al pasillo. Ikuya suspiró y tomó sus cosas, caminando a la salida también. 

ーÉl me trae, así que... Nos vemos. Mejórate pronto, Haru. 

Sousuke sonrió en su interior. Asahi parecía el tipo de chico que no soltaría a la persona que amaba. Eso le derretía un poco el corazón. El tipo de chico que Rin era... Precisamente, era el tipo de chico que Asahi aparentaba. Alguien que amaría a pesar de todo. 

Y como si fuese una corazonada, Sousuke supo exactamente a donde debía ir. 

El mundo se hacía cada vez más pequeño.

 

Notas finales:

 

N/A: ¡Hola! Pregúntense: ¿Por qué Sousuke bajó de un avión?:v Bueno, no. ¿Sousuke será la persona que salve a Rin? ¿Haru está creando una razón para odiarlo? ¿Haru es en verdad ese no-sé-qué de Rin? ¿Cuál fue la corazonada de Sousuke? ¿QUÉ DEMONIOS PASA POR MI MENTE EN ESTE MOMENTO? ¿ES CIERTO QUE NUNCA HE MATADO A UN PERSONAJE PRINCIPAL Y AHORA LO HARÉ?

Ustedes háganse preguntas, yo no responderé ninguna -3-

 


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