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Nuevo comienzo por seirei

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Corren tratando de huir, su último escondite había sido descubierto apenas unos minutos atrás por esos monstruos que ahora los perseguían, pero al girar en una vuelta equivocada se encontraban a unos metros de la pared, un callejón sin salida donde pronto harían compañía al resto de cadáveres y basura que se amontonaban por el suelo.

 

-No importa cuánto traten de escapar, es inútil-

 

Ríen un grupo de vampiros modificados conforme acorralan y rodean a esos pobres humanos.

 

-No hay lugar para correr o esconderse ¿Por qué no se entregan uno a uno como el alimento que merecemos?-

 

Las filosas cuchillas lo atraviesan por la espalda sorprendiendo a sus compañeros. Mira hacia abajo comenzando a temblar incrédulo.

 

-¿Que son estas?… parecen… ¡bayonetas!-

 

Grita y comienza a arder desde las heridas cayendo al suelo, los demás soldados voltean en dirección al culpable viéndolo acercarse desde las sombras.

 

 

-Los enviare a todos a su muerte. Cobardes que rechazaron su humanidad ¡débiles para vivir como humanos!-

 

-¡¿Quién demonios eres?!-

 

Los humanos tiemblan en su posición, pero corren al verlos distraídos tratando de alejarse, seguramente esa sería su única oportunidad para sobrevivir. Sin embargo uno de los soldados reacciona sujetando a uno de ellos como rehén,  impidiendo que los demás se movieran.

 

Los pasos se detienen  y el atacante se acerca dejándose ver, mostrando una ligera sonrisa torcida mientras sujetaba más bayonetas en las manos.

 

 

-Ustedes infieles, serán golpeados por una barra de hierro y quebrados como una vasija. Se sabio ahora por esto, el señor reina sobre lo cielos porque el juzga la tierra, sirve al señor con miedo y asegúrate de temblar, regocíjate e inclínate ante el pecador y besa al hijo para que Él no se enfade. Cuando este perezca a causa del hombre su furia aumentara, entonces se levantara y dejara que los paganos sean juzgados por sus acciones.-

 

Murmura abalanzándose sobre ellos en rápidos movimientos, las bayonetas bendecidas los quemaban perforándolos hasta desaparecerlos ante las miradas horrorizadas de los humanos que se quedaron en su posición viéndolo alejarse.

 

Una joven rubia de cabello corto vestida de padre con un cigarrillo encendido se acerca por la espalda, acompañada de otra chica que lucía más seria y algo tímida. Más atrás los seguían miembros de la iglesia.

 

-Arde muy bien como el purgatorio-

 

-…Actualmente no se sabe el número de muertos y lo mismo va para el número de muertos que se han unido a sus filas-

 

-No podría preocuparme menos, que ellos se encarguen de sus peleas. Hasta el momento no han hecho nada -

 

-¿Qué hay de ese mayor?-

 

-No es tan estúpido como para atacarnos a todos al mismo tiempo-

 

-¿Padre Anderson?-

 

Lo ven perforar más de esos monstruos.

 

-Toda la carne es como un jardín y toda la gloria de un hombre es como una flor de ese jardín porque el pasto marchito y las flores caen lejos ¡Amen!-

 

Los demás sonríen ante sus palabras viéndolo cortar en el proceso la cabeza de unos cuantos que arden hasta desaparecer, viéndolo acercarse a su posición guardando las bayonetas.

 

-La intromisión del vaticano, como es su costumbre al recibir una confrontación directa desplegaran todo su poder, mientras no nos afecte no nos moveremos sin ordenes contra Hellsing, si ellos se interponen en su camino saben lo que sucederá-

 

-¿Darán un salto en contra del infierno?-

 

Esta ríe en contestación y todos se giran ante el ejército que se formaba atrás de ellos.

 

 

 -Nosotros somos la organización oscura que rodea la cruz ensangrentada, la mano que maneja la espada en nombre de dios y los encargados de deshacernos de estos paganos ¡Cruzados papales, Paladines del vaticano, Legión de judas Iscariote! ¡En la mano derecha sostenemos la daga sostenemos el veneno, en la mano izquierda sostenemos 30 monedas de plata y en el cuello llevamos la soga junto al crucifijo!-

 

Todos los hombres atrás gritan en contestación.

 

-¡La Organización Iscariote XIII división del vaticano ha llegado!-

 

Comienzan a atacar al enorme ejército de ghouls que cada vez incrementaba más, manchando sus ropas negras con la sangre.

 

-Arremeteremos contra quien lo necesite Yumie. Los destruiremos a todos-

 

Esta mira a Heinkel seriamente conforme apunta con su pistola hacia los monstruos, a lo que sujeta su espada formándosele rápidamente una enorme sonrisa torcida.

 

-Un simple sirviente no es nada sin su amo… Alucard ese vampiro junto con Milennium ¿Por qué desaprovechar esta oportunidad cuando parece que se han reunido todos con el mismo propósito?-

 

-No era necesario reunirnos a todos, podíamos encargarnos de esto-

 

Miran a los demás ejércitos aparecer uno a uno dirigiéndose en su dirección, viendo al padre Anderson levantar el rostro.

 

-Alucard no está aquí y como es su costumbre querrá hacerlo todo por sí mismo. -

 

- Deberíamos usar esta oportunidad para destruir a Hellsing por completo-

 

-Los caballeros de Malta, el ejército de San Juan, los caballeros de calatrava y brethern y la orden militar de san Estefano de toscana. Todos están aquí representados por el noveno escuadrón. -

 

-Hellsing, Milennium y Alucard ¿Quién caerá primero?-

 

Sonríe nuevamente retomando sus cuchillas.

 

 

 

-¡Alcancemos a los demás!-

 

 

Eran sus palabras pero… ve a Seras asentir para lanzarse desde la azotea en un rápido movimiento. Traga saliva acercándose, viéndola descender sin un solo rasguño.

 

 

-Tú puedes…-

 

Sonríe nervioso dándose valor  y retrocede unos cuantos pasos, para correr hacia adelante cerrando los ojos y apretando los dientes sintiendo su cuerpo caer.

 

 

-Pip… ¿Qué haces? Tenemos que darnos prisa-

 

-¿Uh…?-

 

Abre los ojos lentamente al escucharla, viéndola y notando el suelo bajo sus pies… se tocó los brazos y el pecho, nada estaba roto OK. Pero ni siquiera había sentido el impacto, era impresionante su nueva condición.

 

 

Soltó un suspiro aliviado para sonreírle y acercarse rápidamente a ella.

 

Los soldados los notaron rodeándolos, eran cada vez más he incluso los helicópteros y naves militares los apuntaban con sus armas. De algún modo era como si acabasen de huir de una prisión y ahora los fuesen a atrapar en su huida. Pronto los disparos y las fauces llenas de colmillos comenzaron a atacarlos. Pip apunto de cerca con su rifle a uno de los ghouls que se acercaron desde atrás intentado morderlo por el cuello, tan solo iba a apuntarlo sin embargo le atravesó por completo la cabeza con su arma, se sorprendió apenas un segundo mientras Seras pateaba a otro vampiro modificado mandándolo lejos, pensándolo bien ella era bastante fuerte. Se quitó de encima a unos cuantos, su fuerza había aumentado bastante, realmente agradecía no estar muerto, pero sobre todo estar con ella,  no quería dejarla sola aún menos en esa situación y si ser un vampiro le permitía acompañarla era más que bienvenido.

 

 

Seras apretó el puño dejándolo caer en la cabeza de uno de ellos, esta exploto tan pronto pareció tocarlo haciéndola tastabillar hacia adelante debido a su propia fuerza. Se enderezo sorprendida y es que ahora era mucho más fuerte y su cuerpo se sentía ligero y ansioso de pelear y acabar con todos esos enemigos. Tan pronto como había probado la sangre de Pip está lentamente la lleno de una forma cálida, una sensación que no desaparecía y esperaba que no lo hiciera. Le alegraba tanto que hubiese funcionado… que él aun estuviera con ella. Se arrodillo evitando las balas y apunto con su bazuca disparando y ocasionando una explosión que arrasó con un grupo de ellos.

 

 

Kaito miro a Yagari desde unos cuanto metro atrás, la enorme cantidad de ghouls que habían aparecido después de que la nave se moviera ligeramente había llenado por completo el lugar, arrastrándolos hacia afuera y tan solo alcanzaron a ver mientras los creadores desaparecían. Ahora se encontraban completamente rodeados por esa incontable cantidad.

 

 

Torció la boca inclinándose ligeramente con la espada, las sonrisas que le mostraban aquellos vampiros era tan desagradable que solo quería arrancarles rápidamente la cabeza, pero no era tonto, enfrentarse a tantos al mismo tiempo… el rostro de su maestro parecía serio y preocupado, aun si eran dos no tenían buenas probabilidades y todo parecía indicar que Yagari daría la orden para escapar de momento.

 

 

Una explosión cercana capto su atención, si era lo que ambos pensaban entonces tal vez tendrían mejores posibilidades de ganar.

 

 

Pronto comenzaron a acercarse haciendo espacio y aniquilando a una gran cantidad de ghouls con rápidos movimientos.

 

Kaito sonrió cortando a unos cuantos en el proceso, para abrir paso hacia su maestro quien disparaba con su rifle alrededor.

 

 

-Vaya sí que tardaron-

 

Murmuro acomodando su sombrero.

 

Seras les sonrió acercándose rápidamente, estaba feliz de que no les hubiera pasado nada grave. Los apunto con su bazuca sorprendiéndolos ligeramente mientras disparaba en medio de ambos. Estos escucharon la explosión atrás, incluso la sintieron y voltearon viendo los cuerpos calcinados por el lugar, para regresar la mirada a la vampira de forma dudosa.

 

 

-¡Me alegra que estén bien! ¿Dónde están sir Integra y Walter?-

 

-… Aún siguen adentro, la ridícula cantidad de ghouls nos tomó por sorpresa-

 

Esta miro preocupada hacia adentro de la nave sin embargo los monstruos los rodearon nuevamente, tenía que ir pero no podía dejarlos en esa situación.

 

 

-Entendido, primero nos encargaremos de ellos…-

 

Miro a Pip atacar a una gran cantidad mandándolos contra la pared destrozada de un edificio. Recibiendo un pequeño saludo con la mano de su parte para continuar atacando.

 

Los cazadores se sorprendieron un momento para después mirarla.

 

-Así que él ahora es un vampiro… –

 

Esta se encogió de hombros de forma nerviosa, seguramente ambos se enfadarían por lo que hizo.

 

-Me preguntaba qué clase de relación tenían.-

 

Miraron al caza recompensas, por la gran cantidad de sangre que manchaba parte de sus ropas y aquellos agujeros era más que obvio lo que había sucedido para que terminara de esa forma.

 

-¿De verdad? Se notaba a distancia, aun te falta un largo camino que recorrer en cuestiones de amor Kaito-

 

Disparo quitándose a uno de encima viendo fruncir el ceño a su aprendiz.

 

 

-No quiero oír eso de un pervertido-

 

-Esto….-

 

No era la mejor situación para hablar de amor, pero no se atrevía a decirlo. Vio a Yagari reír levemente.

 

 

 

-Hey Arcad ese sujeto aún nos persigue-

 

Saltaban de techo en techo esquivando la masacre que permanecía en las calles.

 

 

-No tiene importancia, no podrá recuperarla.-

 

Sonríe ligeramente viéndolo acomodarse el sombrero que minutos antes le había arrebatado.

 

 

-Igual no nos va a alcanzar-

 

Ríen los gemelos más atrás.

 

-Seguro Milo no pensó en eso-

 

-¡Dejen de molestar mocosos!-

 

Se gira un momento con el puño levantado sin detenerse.

 

-Huy que miedo-

 

-Mamá se enojó-

 

Ríen nuevamente y furioso les manda unos aros filosos que logran esquivar fácilmente ante las miradas de Chirsy y Jen que los seguían más atrás, preguntándose porque estos se comportaban como niños algunas veces… en realidad la mayor parte del tiempo. Y los únicos cuerdos del grupo eran ellos junto a su líder.

 

-¿A quién le llaman mamá? Malditos clones-

 

 

-¿Qué…dijiste?-

 

Ambos sacan cuchillos de entre sus ropas dispuestos a lanzarlos.

 

-¿Oh? ¿Toque un punto sensible?-

 

Ríe.

 

Arcad se detiene y de inmediato lo imitan dejando de discutir.

 

Frente a ellos las enormes tropas les impedían el paso, parecía estar conformado por diferentes ejércitos debido al atuendo que portaban.

 

 

-Pero que…-

 

Una bayoneta rozo el rostro de Milo sorprendiéndolo y cortando apenas un mechón de su cabello.

 

-No me esperaba esto-

 

Pronuncio Arcad descendiendo frente a los causantes.

 

 

El padre Anderson lo miro seriamente apuntándolo con una bayoneta.

 

 

-Aquellos que en medio de la batalla celebran su victoria, su destino es morir inevitablemente-

 

-Parece que no nos permitirán avanzar tan fácilmente-

 

-¡¿Quiénes son ustedes?!-

 

Solto molesto Milo aun con una mano donde había sido cortado su cabello.

 

Alexander sonrió moviendo sus bayonetas hasta juntar una cruz.

 

 

-¿Quiénes somos?.... Somos apóstoles sin ser apóstoles, discípulos sin ser discípulos, traidores sin serlo, sometiéndonos con una reverencia a Dios y venciendo a sus enemigos con la delicada muerte que adopto la forma de asesinos ¡La garantía de Dios!-

 

Separa las bayonetas y los miembros de la iglesia atrás de él gritan como respuesta.

 

XIII división del vaticano! ¡¡Legión de Judas Iscariote!-

 

Acompañados de los nombres de los demás ejércitos del vaticano.

 

 

 

Salió del vacío salón deteniéndose un segundo contra la entrada, al parecer la última pelea contra esos ghouls y el utilizar su poder le estaba comenzando a afectar de una forma más obvia, la sed que sentía desde hace varios días aumentaba cada vez más y muy pronto ya no podría esconderlo. Apretó los dientes siguiendo su camino, casi terminaba con su trabajo de prefecto. Su cuerpo parecía más débil e incluso ver en la oscuridad se le estaba dificultando.

 

Se recargo en una de las paredes del edificio de los nocturnos con la respiración acelerada anunciando un ataque de sed. No podía entrar así. Intento calmarse sin embargo parecía no poder hacerlo, camino torpemente alejándose del lugar sería un problema dejar que lo vieran en ese momento.

 

Entre cerro los ojos viendo una sombra oscura que apenas logro distinguir conforme se acercaba rápidamente en su dirección, retrocedió pero tropezó en las raíces que sobresalían de uno de los árboles. Abrió los ojos lentamente, solo podía escuchar su propia respiración acelerada, sobre él alguien lo rodeaba con sus brazos… Intento alejarse pero su fuerza no era suficiente para intentar cualquier movimiento.

 

 

Una mano rozo su mejilla levantándole el rostro de forma brusca y la lengua rozo sus labios abiertos. Sorprendido los apretó aunque sentía que de un momento a otro perdería el conocimiento. Escucho una sutil risa como respuesta lo que le hizo poner toda su atención en el rostro frente a él.

 

-Kana…-

 

Su boca fue ocupada de inmediato por un beso demandante, trato de alejarse pero la mano atrás de su cabeza se lo impidió por completo.

 

Se separó apenas unos centímetros sin dejar de mirarlo, ni a aquella boca que acababa de dejar.

 

-Aun cuando intentas negarlo, necesitas de mí-

 

-No…-

 

Lo ve sonreír levemente.

 

-No suenas convincente.-

 

Se acerca nuevamente para besarlo a lo que gira el rostro a un lado, pero siente los besos en su cuello sobre las vendas arrepintiéndose rápidamente. Si quitaba las vendas entonces…

 

Kaname noto su cuerpo estremecerse, bajo un poco más por su camisa que dejaba ver una parte de su pecho, dejándolo más expuesto con una mano al desabrochar el uniforme.

 

 

-Suel…tame-

 

-Me pregunto… ¿Porque simplemente no puedo ignorarte?-

 

Desliza la mano bajo la camisa tocando la suave piel pálida, no era suficiente quería ver más.

 

-¿Qué es lo que ocultas Zero? Si no me lo dices… tendré que descubrirlo-

 

Lame su abdomen cerca del ombligo causándole un ligero sobre salto.

 

Zero siente la mano del vampiro amenazando con desabrochar el pantalón. Ese maldito bastardo atreviéndose a tocarlo de esa forma. Aprieta los dientes con furia sintiendo la pierna entre las suyas presionar su parte baja.

 

-Hazlo y saciare tu sed-

 

Exige susurrándole en el oído posicionándose mejor.

 

Mendigar por sangre a eso había llegado… ¡De ninguna forma! Aprieta los puños. No… No necesitaba pedirla, tan solo debía tomarla. Sube las manos lentamente hasta tocar los hombros de Kaname bajo su atenta mirada y sonrisa de satisfacción. Y de un momento a otro cambia de posición colocándose arriba de él, al parecer aún tenía la fuerza suficiente para someterlo sin necesidad de recurrir a su poder. Aprieta su cuerpo con fuerza para evitar que se moviera y jadeante se acerca hasta su cuello. Necesitaba beber su sangre.

 

Kaname lo miro más que sorprendido, no esperaba una acción así, ni siquiera era posible que pudiera hacerlo, no… ni siquiera debía ser capaz de moverse debido a la sed ¿Entonces porque era él quien no podía moverse?

 

Aquellos ojos rojos lo hicieron estremecer mientras se acercaba para enterrar los filosos colmillos en su cuello de forma brusca tras sentir su aliento saliendo como jadeos contra su cuello. ¿Qué estaba sucediendo? La fuerza de Zero no era normal, ser capaz de inmovilizar a un sangre pura siendo un simple nivel D. Intento moverse pero tan solo logro tomarlo de los brazos para alejarlo, en cambio Zero pego sus cuerpos sorprendiéndolo aún más y haciéndolo entre cerrar los ojos.

 

Kuran… la expresión que estaba mostrando en ese momento. Sonrió mientras succionaba su sangre, le estaba siendo de utilidad como en el pasado después de todo. Someterlo, a alguien tan arrogante, a pesar de que se encontraba tan débil aún podía hacerlo.

 

 

Las manos de Kaname viajaron a su cintura tocando su piel y buscando más contacto, haciéndolo fruncir el ceño para sacar sus colmillos dejándole una herida profunda que seguramente tardaría un poco en sanar por su cuenta. Le sonrió con desagrado cuando sus rostros quedaron de frente y la sangre goteo desde su boca manchándole el rostro, ahora mismo no le parecía un sangre pura sino un simple vampiro.

 

Kaname pareció reaccionar tras ocultar una clara mueca de dolor y lo sostuvo por los brazos con fuerza para evitar que se alejara, sin embargo ya se estaba recuperando y aquello no funcionaría nuevamente.

 

-Gracias por la comida.-

 

Sonrió con algo de burla para apartarse en un rápido movimiento dejándolo en el suelo.

 

Kaname se tocó el rostro con los dedos notando su propia sangre para después cerrar el puño con una ligera sonrisa de incredulidad y molestia por lo que acababa de suceder.

 

 

 

Milo le manda unos cuantos aros al padre Anderson, a lo que este simplemente se cubre el rostro con los brazos enterrándosele en ellos las filosas armas, se retira una por una y las heridas comienzan a regenerarse sorprendiendo un poco a los presentes.

 

-¿Creen que pueden dañarme con esos juguetes?-

 

Camina al frente mostrando una sonrisa que se alarga lentamente.

 

Los gemelos se miraron entre sí para correr en su dirección sacando cuchillos, pero Yumie los intercepto con su espada mostrando una enorme sonrisa obligándolos a retroceder.

 

Heinkel le disparo a Milo y el padre Anderson comenzó a pelear contra Arcad.

 

El Doc se escondió rápidamente. Se esperaba la intromisión de la Iglesia pero no que le fueran de utilidad al detener a los creadores. Levanto de forma nerviosa y con una sonrisa el comunicador dando una orden.

 

Chirsy y Jen fueron rodeados rápidamente por la gran cantidad de soldados del vaticano que los apuntaban con sus lanzas.

 

 

 

Seras recibió el impacto contra el suelo desquebrajado dejando una enorme grieta en el concreto y poniéndose de pie de inmediato con la respiración entre cortada, habían olvidado al militar y su presencia junto a la cantidad de enemigos le dificultarían aún más avanzar hacia su líder.

 

Pip retrocedió un poco más atrás, ahora ambos se enfrentarían a ese sujeto.

 

Los cazadores no lograban librarse ni por un momento de todas esas imitaciones de vampiro, disparándoles y cortándolos con sus espadas. Era aún más difícil cuando los que antes habían sido humanos y ahora eran monstruos se les unían para atacarlos.

 

 

 

-Mira eso Fraulein ¿No se te acelera el corazón viendo otros detenerse y ser desgarrados, ser sacados de sus cuerpos aun palpitando en las manos del enemigo para finalmente ser atravesados o comidos? ¡Es la guerra Hellsing! ¡Contémplala, abre muy bien los ojos para que no te pierdas nada! El fuego, la destrucción, las muertes, todo es parte de ella. ¡Me gusta! amo todos los aspectos que puede tomar en la tierra, el genocidio, las invasiones, las retiradas, las búsquedas, la destrucción, despedazando al enemigo haciéndolo estallar escuchar sus gritos y suplicas cuando quedan cegados por sus propios gritos, apuñalando una y otra vez… ¡Oh mi corazón late eufórico! es excitante cuando el pueblo que proteges es pisoteado y las mujeres y los niños son violados y asesinados, aplastados y perseguidos ¡Deseo una guerra igual al infierno! ¡Sin piedad!-

 

Integra podía ver desde su posición como los cazadores junto con Pip y Seras se enfrentaban al enemigo.

 

-¡Es suficiente!-

 

Miro al mayor, apuntándolo aún con su pistola a lo que este levanto ligeramente las manos mostrándole una sonrisa.

 

-Aún no… ¡Es demasiado pronto para terminar el espectáculo!-

 

 

Señala hacia la batalla a lo que se ve obligada a voltear mientras chasquea la lengua con frustración.

 

Más que cualquier cosa que hubiese pensado en ese momento, lo que comenzaba a descender de algunos zepelín y helicópteros militares, jamás lo habría imaginado… que Milennium estuviese guardando todo su poder y justo cuando quería creer que tenían la oportunidad de derrotarlos. Apretó los dientes con fuerza tratando de controlar el ligero temblor que comenzaba en sus piernas.

 

Al voltear nuevamente hacia el mayor ante la risa de un niño que se está divirtiendo, este sostenía una pistola blanca que ahora también la apuntaba.

 

 

Seras se apartó del militar retrocediendo tras evadir uno de sus ataques mientras Pip seguía intentando atinarle un golpe. Miro hacia arriba tras notar las extrañas presencias que sin duda albergaban peligro, pero lo que lograba ver en todas direcciones provoco que soltara su arma y su cuerpo amenazara con colapsar.

 

Los cazadores lo notaron, incluso Pip que logro retroceder tras alejar al capitán, tan solo para ver como descendían uno tras otro incontables desde el cielo, enemigos que si no fuera porque una cantidad eran iguales entre si, separados por grupos y uno de esos grupos estuviera conformado solo por muchas Zorin, su esperanza de haber ganado esa batalla no hubiese resultado ser mínima.

 

Frente a ellos y rodeando el lugar había incontables Zorin, hombres con cartas y mujeres altas que portaban un largo rifle.

 

-No puede… ser-

 

Su voz tembló, derrotar a Zorin les había costado bastante y ni siquiera habían podido ganarle aun al militar, incluyendo a los demás que no conocía pero que lucían igual de poderosos… ahora con tal cantidad era imposible. Rio incrédula y busco rápidamente con la mirada a Pip que la observaba con los ojos muy abiertos.

 

-Es una muerte segura…-

 

Sonrió Yagari inclinando su sombrero con una mano. Aun si peleaban contra todos simplemente seria correr hacia su muerte.

 

Kaito maldijo al aire quitando de su camino a un ghoul.

 

 

 

Schuldinger ríe sintiendo las presencias afuera de la nave.

 

-¿Qué pasa? ¿Ya no puedes continuar?-

 

La sangre se desliza por la comisura de sus labios mientras intenta retener entre sus dientes la substancia que amenaza con salir, junto a la increíble necesidad de toser y el dolor en su estómago que  aumentaba hacia su pecho y pulmones ¿Su cuerpo se estaba destruyendo a si mismo por el repentino cambio? No… cierra los ojos apartándose del ataque, las filosas garras rozaron por poco su rostro. Solo estaba jugando con su mente, nada de eso era del todo real tenía que concentrarse, sin embargo se sentía demasiado… miro sus manos y después su reflejo alrededor, aún más joven… la misma edad que tenía en la batalla contra Milennium, dudo un momento inclinándose hacia adelante en el suelo frunciendo el ceño, mirando fijamente a Schuldinger llevar las manos tras su espalda y mirarlo con emoción.

 

-¡Fantástico! Tienes una imagen aún más agradable de lo que esperaba-

 

Se acerca mostrándole una sonrisa.

 

Aprieta los hilos alrededor de los guantes afianzando el agarre para evitar que se resbalaran, notando las pequeñas manchas rojas que goteaban desde su barbilla ¿Cuánto tiempo más aguantaría ese cuerpo? Esperaba que el suficiente como para que Alucard llegara.

 

A pesar de su estado no todo era malo, al ser cada vez más joven su fuerza aumentaba gradualmente a la que poseía en el pasado. Sonrió ligeramente haciendo a su enemigo detenerse frente a él y arrodillarse a su altura.

 

-¿Que sucede te das por vencido?  ¿Quieres que ya te mate? …. aunque nos estamos divirtiendo-

 

Mueve la mano mostrando las filosas garras ensangrentadas que ya le habían dejado profundas marcas en el pecho del mayordomo y golpea la pared a un lado de su rostro.

 

-Que rostro tan bonito tienes ahora, con tus ojos viéndome con tal desagrado. Entonces ¿Cómo debería desgarrarte?-

 

Walter apretó los dientes y moviendo las manos en un rápido movimiento lo ataco con los micro filamentos entre lazados haciéndolo retroceder, Schuldinger ríe parándose en el techo.

 

 

-Así que aún puedes moverte-

 

Walter retrocede ante un zarpazo respirando con dificultad, botando la sangre de su boca y sosteniéndose el estómago con una mano.

 

-Tal vez no…-

 

Lo ve limpiarse con el brazo la sangre del rostro mostrándole una sonrisa.

 

-Vaya eso es mucha sangre-

 

Suelta una ligera risa lanzándose hacia él nuevamente, sin embargo este no retrocede y de un momento a otro se había vuelto casi tan rápido como él. Los cables de micro filamentos tan delgados como hilos pero filosos como navajas rozaron su brazo tratando de alcanzarlo y al retroceder se vio en medio de muchos hilos más que rodearon por completo su cuerpo amenazando con cortarlo si intentaba escapar por cualquier dirección. Sorprendido miro a Walter que aún mostraba esa sonrisa, entonces era de ese modo. Todos sus movimientos no habían sido al azar sino que había rodeado el lugar con sus hilos para atraparlo.

 

-Increíble…-

 

Mira en todas direcciones buscando una apertura.

 

-Tenías razón, había olvidado la época en la que era llamado el shinigami… pero gracias a ti pude volver a serlo-

 

Justo como en aquel entonces podía sentirlo nuevamente, a pesar de los efectos secundarios que le estaba provocando a su cuerpo.

 

Schuldinger lo observo seriamente por primera vez sin tratar de soltarse.

 

 

 

Desde el momento en el que había entrado a su habitación por la ventana ocultando su presencia, podía escuchar como todos esos vampiros no paraban de parlotear sobre sentir el aroma de la sangre de su líder nuevamente. Llevo con molestia una mano a su boca mordiéndola apenas un poco para probar su propia sangre y quitar el sabor de la del Kuran, las cosas seguramente no se quedarían así, dudaba de haber sido descubierto, aun los del séquito lo veían como un simple nivel D y Kaname no entendía lo que acababa de pasar. Se le formo una ligera sonrisa al recordar la expresión que mostro cuando lo inmovilizo para beber de su sangre. Si Alucard supiera lo que acababa de hacer…

 

 

Kaname tuvo que ocultar su presencia pues la herida increíblemente aún no se cerraba, apretó el agarre en su cuello para tornar sus ojos rojos y saltar al balcón de su habitación. Se recostó sobre el sofá asimilando lo que acababa de suceder, aun podía sentir el cuerpo de Zero sobre el suyo presionándolo y sus colmillos clavándosele filosos para succionar su sangre, estiro la mano para tomar una copa con sangre proveniente de las pastillas y beberla rápidamente, sin embargo no termino ni la mitad dándose cuenta de que no sería suficiente, Zero había bebido más que la última vez. Aparto el rostro dejando caer la copa que de inmediato se estrelló contra el suelo y Ruka que se encontraba pegada a la puerta preocupada y molesta por los rumores, se sobre salto al escuchar el ruido ya que no había sentido su presencia.

 

 

Aparto la mano de la herida mirando la sangre en su mano para lamerla, desde el principio sabía que ella estaba ahí, miro la puerta abrirse suavemente y a la chica entrar de manera dudosa tras estremecerse al ver la escena y los ojos rojos desde la oscuridad de la habitación. Se acercó rápidamente en cuanto noto el olor de su sangre.

 

 -¡Kaname sama! ¿Se encuentra bien? –

 

Lo ve fruncir el ceño sin entender su grado de molestia, sin embargo ver a su líder herido era completamente impensable aún menos por un despreciable nivel E.

 

-Ruka…-

 

Pronuncia su nombre levantando el rostro, haciéndola apartar la mirada de la copa en el suelo y ver sorprendida como estiraba una mano hacia ella, su rostro se ruborizo de inmediato sabiendo el significado de aquel gesto y se acercó aún más con una sonrisa tomando su mano.

 

-Por supuesto Kaname sama-

 

Se sentó a su lado y una mano rozo con suavidad su cuello apartándole el largo cabello, haciéndola inclinarse hacia adelante.

 

Soltó un leve gemido de placer cuando los colmillos la perforaron, hacia tanto que deseaba nuevamente poder brindarle de su sangre, era el único momento en que le permitía acercarse tanto. Sonrió pegando el rostro sobre su hombro, el aroma de su líder era embriagador revuelto con su sangre y aquel tipo se había atrevido a probarla, la mano en su cintura la hizo olvidar su enojo mientras la estrechaba más hacia él. Soltó nuevos jadeos en susurros sintiendo el triunfo sobre Yuki, el había preferido su sangre y no la de ella.

 

Kaname permanecía mirando la entrada de su habitación, preguntándose el sabor de Zero, de su sangre y… de su cuerpo.

 

 

Notas finales:

Continuara...... 


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