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Catorce de Febrero [EXO] por Aiko_Huang

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Escuchaba mi celular sonar desde lejos con más insistencia de lo normal. Me lleve uno de los cojines a la cabeza, presionándolo contra mi oreja para evitar escuchar aquella melodía que…

Black and white
A&B
That’s my style
Let me be
Swaggy T
That’s me
You know me?

¡Joder! tire las almohadas al suelo y me lance por el móvil contestando rápidamente. Era la melodía de cuando Tao me llamaba.

– ¿Aló? – dije repetidas veces pero nadie contestaba. Aleje el celular para ver si habían cortado pero no, seguía marcando. – Taosi~ contesta… – no respondió – Tao…

– ¿Ahora soy solo “Tao”? – respondió con irritación en su voz. Sonreí.

– Panda hermoso~ – ronronee. Lo escuche soltar una pequeña risita. – No te molestes con tu Dodo, amor.

– Pues espero que mi Dodo me conteste rápido la próxima vez. – dijo con su tonito de diva habitual.

– Lo siento mi pandita hermoso, te juro que no escuche el celular.

–  ¿Qué estabas haciendo para no haberlo escuchado? – ahora se escuchaba molesto de nuevo.

– Estaba durmien…– no alcance a terminar cuando grito.

– ¡¿Durmiendo?! – tuve que alejar el celular para que no me reventara el tímpano. – ¿Ya viste la hora que es? – volvió a gritar. – ¡Levántate pero ya!

– Pero si apenas van a ser las cinco…– replique algo confundido. – Siempre paso por ti a las seis treinta.

– Pues sí, pero hoy no es un día cualquiera. Así que levántate ¡Ya! – me quede callado. ¿No era un día cualquiera? ¿Acaso me había olvida la fecha del aniversario? No, estaba casi seguro que todavía faltan unos días para eso… ¿Era su cumpleaños? Eso tampoco podría ser, MinSeok me hubiera llamado ayer para recordármelo. Le escuche suspirar. – ¿No sabes qué fecha es verdad?

¿Y ahora que decía? Si era importante y le decía que no, seguro y me deja. Y si le digo que si… bha, la respuesta es obvia.

– ¡Claro que sé qué fecha es! – le oí decir algunas cosas en su idioma natal.

– Eso espero. – siguió murmurando quien sabe qué. Y me corto.

¡Mierda! Pero en qué problema estaba, si el panda se enoja me deja en abstinencia y eso no es bueno. ¡No es para nada bueno!

Desbloquee mi celular y llame a Xiumin.

– ¿Qué quieres hijo del diablo?

– Para ser hijo del diablo me tienes muy poco miedo.

– Es porque yo soy Lucifer.

–… Eres un idiota… – MinSeok se empezó a reír.

– Ya, dime que quieres, que estoy ocupado.

– ¿Ocupado tan temprano Xiu? – pregunte divertido. – ¿Acaso Kai te ocupa desde estas horas? Con razón siempre te duermes en clase…

– No es eso, idiota. Olvide empacar el regalo de JongIn.

– ¿Regalo? ¿Hoy es su cumpleaños?

MinSeok se quedó callado un rato y luego empezó a reírse fuertemente.

– No sabes qué día es, ¿Verdad? – dijo entre risas. – Tao va a matarte.

– ¿Ya terminaste de reír?

– Seeeh.

– ¿Ya me dirás que tiene de importante este día?

– No.

– ¿Por qué?

– Por imbécil…

– ¡Date por muerto Kim MinSeok!

– ¡No tengo la culpa de que lo seas!

– ¡Pues ya, joder! ¿¡Que tan importante puede ser!?

– Conociendo a Tao es Muuuuyy importante. Más te vale ir corriendo al centro y rogar porque Gucci este abierto.

– ¿Me jodes? ¿Gucci, enserio?

– Enserio. Así que déjame terminar lo que hago y ruega por tu vida, u ofrécela a Satán… tal vez y te ayuda.

– Gracias. – dije sarcásticamente y colgué.

Voltee a ver el calendario, “14 de febrero” me tire en mi cama estresado. ¿Pero que había de importante en esa fecha?

Con esa duda en la cabeza, me fui a dar un buen baño. Medio peine mi cabello negro con un poco de cera y me vestí con lo primero que encontré en mi armario que estuviera limpio. Desayune lo que mi madre preparo y salí antes de las seis en mi auto, un hermoso convertible gris, rumbo al centro. Llame a Hechul para que abriera la tienda antes, gracias a la vida que me había hecho su amigo por pasar tantas horas dentro de su tienda acompañando a Tao. Cuando llegue él estaba parado afuera de la tienda de ropa.

– ¡KyungSoo! Espero que tengas una buena razón para hacerme venir a estas horas. – me baje del auto y lo salude.

– De no ser importante no lo habría hecho.

– Bueno, dime que paso.

– Necesito un regalo, algo que a Tao le guste.

– ¡Oh Dios! ¿¡No me digas que olvidaste comprarle algo!? – pregunto abriendo los ojos enormemente. Evite decirle que no tenía idea del porque debía comprarle algo, así que solo asentí. – ¡Vamos a dentro, esto es urgente!

Salí luego de veinte minutos con el regalo envuelto en brillante papel rojo y dorado. Aun no sabía de qué iba tanto alboroto pero estaba seguro que a Tao le iba a encanta lo que le había comprado aunque no me acordara de la fecha.

Llegue a su casa a las seis treinta en punto, como el buen novio que soy. Puse el regalo en los asientos traseros para que no lo viera y me baje para recibir a mi Tao.

– ¡Hola Soosie! – grito desde la puerta de su casa, cruzo el jardín que separaba su casa de la acera y se lanzó a mis brazos. Recibiéndolo gustosamente en un abrazo, bese dulcemente sus labios y luego su nariz, haciéndolo reír. – ¿Nos vamos?

– Como usted lo desee – respondí, haciéndome a un lado y abriendo la puerta para que entrara.


Llegamos al colegio y nos despedimos en el estacionamiento, Tao siempre se iba con sus “amigas” al llegar, cuando se fue saque el obsequio del auto y me dirigí al patio trasero.

– ¡Que hay! – salude al llegar. Mientras bostezaba.

– ¡Ey, Kyung! – ese fue ChanYeol.

– ¿Conseguiste algo? – pregunto MinSeok, me senté en las gradas con los demás y subí la bolsa agitándola para que viera que sí.

– ¡Entonces es cierto que se te había olvidado! – se burló Chen.

– Ni a mí se me olvido y eso que no se mi estilo – hablo Kris en tono indiferente.

– ¡Bueno, ya! – me queje. – ¡Ni sé que puta fecha es!

Todos se quedaron callados viéndome como si me hubiera salido un tercer ojo o algo así.

– Nos jodes, ¿Verdad? – hablo ChanYeol. Negué, encogiéndome de hombros. – ¡Hombre! ¿Pero en qué mundo vivís?

– ¡San Valentín! ¿Te suena de algo? – Chen me lanzo un pedazo de papel. Lo extendí y era un volante anunciando el día de la fiesta que hoy se celebraba en el colegio, todo en tonos rojos y blancos, corazones y mucha mierda cursi.

Ohhh… catorce de febrero, día del cariño, amor o lo que sea… ahora lo entendía.

– MinSeok, me has salvado. – todos comenzaron a reírse incluido yo.

La campana sonó y nos encaminamos a nuestro salón, antes de entrar vimos a SeHun hablando con unos chicos de otro grado. Cuando nos notó se acercó a saludar y entramos juntos al aula. Tomamos nuestros asientos particulares cuando BaekHyun entro dando sus aires de diva de siempre, ¡Ja! Mi Taosi es más lindo, pensé, y tiene más estilo.

Estábamos hablando del partido de la semana siguiente cuando entro la auxiliar diciendo el itinerario del día y otras cosas a las que no puse atención. Cuando se fue corrimos los escritorios a una de las paredes y nos sentamos allí.

– ¿Quién les toco como amigo secreto? – pregunto ChanYeol; uno de los defensa de nuestro equipo – A mi toco Hyuna.

– Por suerte me toco JongIn – hablo MinSeok – Así no tuve que comprar dos regalos. – todos nos reímos, hasta que me di cuenta que yo solo había comprado un regalo y no sabía a quién le tenía que dar.

– Yo no sé quién me toco – dije, medio molesto, medio frustrado.

– ¿No habías dicho que a Jimin?

– Cierto, cuando repartieron los papelitos preguntaste quien era y Baek dijo que era uno de los del equipo de Rugby.

– A si, – concorde. – Pero igual no le compre nada.

– Dale esto. – dijo SeHun, extendiéndome una cajita roja.

– ¿Qué es? – le pregunte.

– Chocolate – dijo – Alguien me lo dio cuando entre.

– A bueno. – la recibí y la puse sobre el regalo de Tao. –  Oye, ¿También se te olvido comprar un regalo? – le pregunte, al ver que todos teníamos algo menos él.

– ¿Hoy te comiste un payaso? – dijo Xiumin, riéndose junto a los demás. – ¡SeHun nos va dar por la cara a todos! A que si, SeHun ¿Qué le compraste?

SeHun solo sonrió y siguió viendo a Baek, quien estaba hablando con mi Taosi y SuHo. Entre bromas sin sentido y risas paso el tiempo hasta que llegó la hora de la refacción. Vi como unos inútiles de la clase les llevaron la comida a las divas, todos nos molestamos un poco pero eran cosas a las que debíamos acostumbrarnos, después de todo ellos eran las “reina” del colegio.

Al terminar de comer una chica, supongo que la presidenta de la clase o algo así, dijo que teníamos que hacer lo del amigo secreto.

El que inicio fue Suga, era algo del equipo de Rugby, pero casi no nos hablamos porque las divas decían que él quería con MinSeok. Y si las divas dicen no, es mejor hacerles caso.

En fin, le di su cajita con chocolate al tal Jimin y a mí me dieron uno también, mientras a que a Tao, un niño rarito con piernas de fideo, le dio un peluche de panda y una cajita pequeña. Más tarde le preguntare que es.

El último en pasar fue SeHun, y si MinSeok dijo que nos daría por la cara a todos,  no mentía, ¿Enserio SeHun, una caja de metro y medio? ¿Qué le regalaste? ¿Un unicornio, un umpalumpa? Y por si no fuera poco, casi viola a Baek en medio de la clase. Presumido...


Después de eso nos salimos de la clase y nos trasladamos al patio principal; Tao estaba sentado en medio de mis piernas y su cabeza reposaba en mi pecho, mientras mantenía las manos entrelazadas con las de el sobre su abdomen y jugaba con sus anillos. Voltee a mi izquierda viendo a ChanYeol, le pegue con el codo para que abrazara a LuHan, o al menos que se le acercara. No entendía porque los dos eran tan idiotas, se supone que se gustan, porque no hacen nada al respecto.

– Daré una fiesta en la noche – dijo SuHo de la nada – Y obviamente todos están invitados.

– Amor, ¿En serio crees que alguien querrá asistir a tu fiesta? – hablo LuHan con tono irritado. – Creo que todos estarán algo “ocupados” esta noche.

– El hecho que solo pienses en coger, no significa que todos pensemos igual. – dijo Tao, apretó mi mano y volvió a hablar. – Yo si voy Sushito – soltó mis manos e hizo un corazón – ¿Verdad, Soosie?

– Lo que pida mi Panda marca Gucci – tome sus manos de nuevo y las apreté. Escuche a JongDae reírse de mí, pues yo no soy de actuar así, pero es que Tao me puede, voltee a verlo molesto, si no se callaba le rompería una pierna.

– Por eso yo amo a Tao – SuHo le mando un beso a mi Tao – ¿Y los demás? – todos aceptamos, porque a quien no le gusta una buena fiesta. – Y tú, Baek. ¿Iras? – le pregunto, ya era el único que no había contestado.

– Por supuesto. No me la perdería por nada. – respondió con esa sonrisa hipócrita que siempre pone.


A las doce abrieron la disco en el SUM, así que nos movimos hacia haya. Entramos y todos se esparcieron por el lugar. Me quede con ChanYeol pues Tao y LuHan se pusieron a competir de nuevo, ¡Es que no podían pasar un día sin pelearse! Aunque… no me quejaba demasiado, Tao se estaba moviendo en la pista con una sensualidad que ¡Uff, quemaba! ¿Dónde había aprendido todo eso? No sé y no importa, pero ya sé dónde quiero que continúe practicando.

Empuje a ChanYeol para que hiciera algo con LuHan y yo me lleve a Tao fuera del allí. Ya fuera del SUM lo conduje hasta mi auto y le indique que subiera.

– Aun no se acaba la fiesta – dijo el ya arriba del auto.

– Créeme mi amor, la fiesta está por comenzar. – arranque el auto y salimos del colegio rumbo a casa de él.

Llegamos a su casa y como siempre no había nadie más que los empleados, tome la bolsa donde estaba el obsequio de Tao y entramos a la casa, dejamos los zapatos en la entrada y subimos rápidamente a su habitación. Coloque la caja con cuidado sobre el sofá junto a la ventana y tome las manos de Tao, que veía curioso la caja.

Antes de que dijera algo, lo bese despacio solo un rose de labios, subió sus manos a mi nuca y acaricio mi cabello mientras yo bajaba mis manos por su espalda hasta el inicio de sus glúteos, los rodee tocando sus caderas y luego sus muslos. Dejo escapar un suspiro, abriendo levemente sus labios, rose mi lengua en su labio inferior y lo jale un poco. Me aleje observándolo, tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados, respirando pausadamente. Tan lindo, tan sexy, tan... violable. Lo bese de nuevo, esta vez en serio, con fuerza y pasión, succionando sus labios y enredando mi lengua con la suya.

– Ahhh...– gimió, cuando estruje sus glúteos entre mis manos – Tócame Soosie~

Leve mis manos hacia su abdomen, acariciándolo bajo la ropa, subí mis manos por su torso, sin dejar de besarlo. Mordí levemente su labio haciéndolo jadiar de nuevo, me separe para poder sacarle la playera recorrí nuevamente su torso, disfrutando de su apetecible y plano abdomen. Lo conduje hasta la cama y lo recosté sobre ella separe sus piernas con la rodilla y me puse entre ellas.

– Soosie~ – ronroneo Tao.

– ¿Sí, amor? – pregunte, besando su cuello. Saque la lengua y lamí con la puntita desde su mandíbula hasta sus clavículas.

– Ahhmm… – suspiro, subí por sus labios para empezar un beso húmedo y caliente.

Tao inclinó sus caderas hacia delante y rozó su pelvis con la mía, deje escapar un pequeño gemido entre el beso y coloque una mano en su abdomen, empujándolo hacia abajo para que dejara de moverse.

– Amor… – susurré, alejándome de él. – Olvidas que el que manda aquí soy yo.

Tao se mordió el labio y haciendo un mohín asintió.

– Lo siento, Soosie~ – llevo su dedo índice a sus labios y lo chupo un poco. – No pasara de nuevo.

Gruñí ante la vista, ¡Panda manipulador! ¿Cómo podía ser tan tierno y sexy al mismo tiempo?

Desabroche sus pantalones y se los quite dejándolos en el piso, acaricie sus muslos hasta llegar a su bóxer, observando el rostro ruborizado de Mi Taosi. Hermoso…

– Hyung… – dijo Tao. ¡Joder! Me ponía tanto que me dijera así. – Hyung, esto es injusto…

– ¿Por qué es injusto, bebé? – pronuncie cómo pude. Besando bajo su abdomen.

– E-es… porque… ahh… – comencé a lamer su pene sobre la ropa, sintiéndolo duro y caliente, volví a subir a su abdomen, besando su ombligo.

– Dime, ¿Por qué es injusto, pandita?

– Porque tu aun estas vestido, Hyung. – sonreí separándome de él, me quite la chumpa y tome el borde de mi camisa levantándola lentamente hasta sacármela por completo.

– ¿Así mejor? – Tao sonrió, asintiendo muchas veces. Acaricie su abdomen hasta llegar a sus pectorales, sobe ligeramente sus pezones sacándole varios suspiros. Me senté en la cama a su lado e hice que se sentara sobre mis piernas, llevándonos al centro de la cama.

– Soosie, Taosi quiere jugar ya…– ronroneo lamiéndome la oreja.

– Taosi es un desesperado – bese su cuello y metí mis manos dentro de su apretado bóxer, masajeando sus glúteos y sintiendo su aliento caliente sobre mi oreja. Deslice mi mano derecha a la parte delantera empezando a masturbarlo ya fuera de su prisión de tela. Tao me tenía sujeto por los hombros y tenía recargada su cabeza en mi hombro izquierdo. Le hice levantar la cadera para sacarle el bóxer.

– Tao~ – volteo a verme, mostrándome su cara ruborizada, coloque tres dedos sobre sus labios los cuales empezó a lamer metiendo y sacándolos de su boca. Cuando los sentí lo suficientemente húmedos los saque de su boca y deslice por su pecho hacia el sur, ataque sus labios con hambre y mientras recorría su pene con la yema de los dedos ensalivados, llegue hasta su entrada y la acaricie suavemente antes de meter el primer dedo. Tao jadió sobre mis labios y seguí besándolo; enredando mi lengua con la suya, embriagándome de su exquisito sabor.

Integre un segundo dedo, moviéndolos un poco más rápido según las exigencias de mi panda. Bese su cuello evitando dejarle marcas, seguí bajando a hacia su pecho lamiendo su pezones y allí si dejando marcas a mi antojo. Tao gemía y respiraba con dificultad, acelerando mis sentidos y alborotando mis hormonas; añadí en tercer digito apresurando las cosas. Mi panda bajo sus manos, tocando con devoción mis abdominales marcados hasta llegar a cierre de mi pantalón, el cual abrió y metió una de sus manos dentro, ¡Dios! Sus manos… calientes, finas, tocando toda mi extensión, se sentía… bien, tan bien.

Volví a besarlo, mientras el intentaba sacarme los pantalones, se bajó de mi regazo rompiendo el contacto de nuestros labios y mis dedos en su entrada. Me saco el pantalón junto con la ropa interior, y volvió a subirse a mis piernas. Lo aprese contra mí con mis brazos en su espalda y me corrí en la cama hasta topar mi espalda con la cabecera. Tao con sus brazos tras mi nuca me beso con desesperación, lleve una de mis manos a nuestras erecciones masturbándolas juntas. Su pecho junto al mio, me permitía sentir el calor que emanaba su cuerpo y su sudor mezclándose con el mio, sentía su corazón latir acelerado y su legua jugar con la mía. ¡Este hombre mi podía tanto!

Alce su cuerpo sin dejar de besarlo, tome mi pene entre mis dedos y lo alineé con su entrada, fui haciendo que bajara, penetrándolo despacio hasta que llego a la base, Tao me beso una vez más y luego empezó a moverse, impulsándose con las piernas flexionadas. Lo tome de la cadera ayudándolo a moverse.

– Ahh… Soosie… – gimió, impulse mis caderas hacia arriba, penetrándolo más hondo y fuertemente. Paso sus manos hacia tras, sosteniéndose de mis rodillas, seguí penetrándolo desde abajo mientras veía la excitación pintada en su cara; mejillas sonrojadas, ojos cerrados y sus labios entre abiertos y perlados en saliva. Su ligeramente bronceada piel brillando en sudor, su pecho subiendo y bajando por respirar tan agitadamente y yo; hundiéndome fuertemente en él.

Gruñí al sentir esas corrientes eléctricas atravesarme de pies a cabeza y acumularse en mi miembro, Tao apretó mi pene con su entrada y supe que él también estaba por terminar. Lo atraje hacia mí, paso sus manos tras mi nuca y volvimos a juntar nuestros labios en un apasionado y fogoso beso. Tome su erección y empecé a masturbarlo rápidamente mientras él seguía subiendo y bajando sus caderas.

– Oh… ¡Hyung! – exclamo cuando termino, esparciendo su semen en mi mano y abdomen. Contrajo su entrada por el orgasmo apretando deliciosamente mi pene, no puede evitar terminar expulsando mi semen dentro de él.

– ZiTao… –  le llame, con un hilo de voz.

– KyungSoo… – dijo él.

– ¿Sabes que te amo?

– ¿Sabes que te amo yo a ti?

Sonreí antes de volver a besarlo. Se bajó de mi regazo y recostó sobre la cama, me deslice sobre las sábanas hasta quedar de espalda al colchón, lo atraje así mí y recostó su cabeza en mi pecho. Jugué que con los anillos que aún tenía puestos en sus dedos.

– ¿Qué hay en la bolsa? – pregunto. – Te he visto cargarla todo el día.

– Oh… pues, ábrela si quieres.

Tao me observo entre cerrando sus ojos antes de pararse y caminar hasta el sofá, tomo la bolsa entre sus manos y saco la caja. Volteo a verme y le indique que siguiera, con cuidado aparto el papel brillante y sonrió sentándose en el suelo con la caja que decía “Gucci” en la tapa. Sonreí poniéndome de lado en la cama y sosteniendo mi cabeza con una mano.

– ¡Dios, Soosie! ¡¿Es lo que creo que es?! – grito, sacando la chaqueta de cuero dorada con terminaciones metálicas, de la caja.

– ¡Feliz San Valentín! – sonreí, haciendo que el también sonriera y casi se pusiera a llorar.

– Me encanta, KyungSoo. ¡Mi Dodito hermoso! – salto a la cama y empezó a besarme en todo el rostro. – Te amo, Te amo, Te amo…

Nos quedamos en la cama hasta que el sol empezó a ocultarse, entonces recordé que debía preguntarle a Tao que le había dado el flacucho ese.

– Taosi~ – llame su atención.

– ¿Si, Soosie? – contesto, haciendo dibujos imaginarios en mi abdomen.

– ¿Qué te regalo el piernas de fideo ese? – el empezó a reír y escondió su rostro en mi pecho.

– ¿Iremos a la fiesta de JunMyeon? – pregunto en cambio.

– Contéstame Tao. ¿Qué te dio el inútil ese? – dije algo enojado.

– Se llama BamBam, amor. – dijo. – Me dio un par de arracadas, están muy monas. – volvió a reírse.

– Así que muy monas… ¡Eh…!

– Hay amor, no te pongas celoso. – se incorporó subiéndose encima de mí. – Mejor de doy tu regalo ¿Si? Pensaba dártelo después de la fiesta pero…

– ¿Pero? – beso mis labios y descendió por mi abdomen hasta perderse bajo la sábana blanca que ocultaba nuestra desnudes.

– ¡Feliz San Valentín, amor! – lo escuche decir. Luego sentí su lengua recorriendo toda la extensión de mi pene…

… Este podría ser el mejor día del año…

     

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