Donghae todavia estaba mareado despues que dejó a Jin y fuera lo a casa. Jin habia querido acompañarlo pero Hae necesitaba tiempo para pensar. ¿Sentimientos? ¿Estar enamorado? Hae frunció el ceño buscando las llaves. Abrio la puerta y fue directo a la cocina.
—Awwwww, supongo que tu compañero no está aquí hoy—La voz de Hyuk resonó por toda la habitación
Hae dejado caer la lata que sostenía y rápidamente se dio la vuelta para ver al surfista apoyado en el marco de la puerta. Apretó los labios y se obligó a no reaccionar. Agarró el marcador en la nevera y escribió en letras grandes: debo cambiar las cerraduras.
—Los dos sabemos que no lo harás—Hyuk comentó
—¡Voy a...!—Hae gritó y luego se dio cuenta de que cayó en la trampa
Hyuk rió y dio un paso adelante.
—No, no lo harás. Porque incluso si estás en el otro lado del mundo, tu cuerpo todavía me anhela
Hae se dio la vuelta para ocultar su rubor. Hyuk se apretó contra el socorrista.
—¿Duro?—Hae bajó la mirada hacia el mostrador en vergüenza. Eso era cierto. En el momento en que había oído la voz de Hyuk, su cuerpo había reaccionado
Hyuk odiaba la falta de respuesta. Apareció una sonrisa malvada. Empezó a cantar;
—Besé a una chica y me gustó. El sabor de su lápiz de labios de cereza
Imágenes del surfista besando esa chica en el club abrumaron a Hae. Rápidamente se dio la vuelta de nuevo y levantó la mano, listo para golpear a su torturador. Hyuk dejó de cantar al ver la angustia en el rostro del otro. No hizo nada para evitar el golpe. El sonido resonó por toda la habitación. Hae quedó asombrado cuando vio su mano de impresa en la mejilla del surfista. De alguna manera las facciones de Hyuk se suavizaron.
—Para lo que te importaba—susurró
Los ojos de Hae se abrieron. Su corazón latía tan rápido. Las palabras anteriores de Jin entraron en su mente y se limitó a mover la cabeza en negación. Hyuk sonrió y Hae se quedó sin aliento al ver la sonrisa que se extiendia en los ojos del otro. Estaba asustado. La mano de Hyuk viajó lentamente hacia arriba de la cadera de Hae, debajo de la camisa. Fotó el pulgar sobre la piel suave.
—¿Por qué estás aquí?—Hae pronunció.
La sonrisa desapareció. Un breve segundo incertidumbre pasó sobre el rostro del surfista.
—Sólo quiero sentirte
—¿E-era ella mejor b-besando que yo?
Las palabras eran apenas audible pero combinado con ojos de cachorro afectaron a Hyuk.
—Por supuesto que no—Susurró mientras cerraba y presionaba sus labios contra el salvavidas. Hae levantó los brazos. Los envolvió alrededor del cuello de Hyuk ya que este último tuvo un firme control sobre la cintura del niño. Sus lenguas bailaban una contra el otro, el ritmo aumentando significativamente con cada segundo. Hyuk ladeó la cabeza para poder besar el chico más a fondo. Sin darse cuenta empezaron a rozarse uno contra el otro.
—tú—Hyuk respiró antes de empezar a trazar el contorno de una de las orejas de Hae. La respiración de Hae era entrecortada y se detuvo por un segundo cuando el mayor metia su lengua en su oreja. Un gemido sonó con fuerza—Sí, gimen para mi bebé.—Hyuk estaba perdiendo, con las manos arrancandole la camisa y cuando su lengua ticó la de Hae comenzó a abrir los pantalones del joven.
—Hyukkie—La voz de Hae era tan necesitada. Su mano empezó a arañar la camisa del surfista
—Lo sé, pequeño, lo sé—Fueron el uno al otro como lobos hambrientos. Besar, morder, Hyuk levantó a Hae, este envolvió inmediatamente sus piernas alrededor dela surfista.
Fueron a la habitación de Hae. Los ojos de Hyuk aterrizaron en la pintura por encima de la cama y se detuvo en seco.
—Mi artista favorito. Hae explicó—Es un genio
La cara de Hyuk mostró una emoción Hae no pudo descifrar. No había tiempo para descansar cuando se dejó caer en la cama y al segundo sintió la cálida piel de Hyuk contra la suya. Se miraban el uno al otro, frentes presionadas juntas.
—¿Que es esto?—Hyuk susurró. Hae se sonrojó
—No lo sé
—Una adicción—Hyuk dijo mientras besaba el rubor, a raíz de la forma en que se extendió por todo los preciosos centimetros del salvavidas—Soy un tonto por ti
—Creo que te las arreglas para ser un tonto sin mí bastante bien—Hae se rió entre dientes, pero se quejó cuando susurraron en voz baja
—No tenemos porqu nombrar esto, supongo—Hyuk dijo entre dientes mientras su mano comenzó a tocar al más jóven
Amaba la forma en que la mirada de este último se convirtia en opaca y lujuriosa.
—Me encanta cómo puedo hacerte retorcer. ¿Puede hacerte sentir así?—Hyuk susurró
Sus ojos se encontraron.
—Nno me ha tocado... todavía—Hae trató de mostrarse seguro y apartó la mirada, incapaz de soportar la mirada del otro.
No se fijó en el brillo en los ojos desesperados de Hyuk.
—Sigues siendo puramente mío—Hyuk empujó lentamente un dedo mientras observaba la expresión del joven. Su corazón se detuvo cuando sus ojos se encontraron de nuevo
—Más—Hae articuló
Hyuk se mordió el labio, absteniéndose a sí mismo. Sentía la bestia dentro suyo despertar. Deslizó dos dedos más. Incluso después de un solo encuentro sexual con este muchacho, ya había memorizado ese cuerpo, dentro y por fuera. El sabía exactamente cómo curvar los dedos para convertir Hae en un lío de lloriqueos
—Por favor—Hyuk retiró su mano temblorosa y se posicionó.
—¿Estás seguro?
Hae se carcajeo, era como si no fuera el mismo.
—No puedes decirlo
Hyuk escaneo el rostro del menor y el temblor en su cuerpo. Entró lentamente, sus ojos puestos en Hae. No dijeron palabras. Gimieron, se aferraron a la piel del otro y se acariciaron. Sus labios se buscaban desesperados. Sus cuerpos gritaron en el silencio, gritaron lo que querian. Era mejor que la primera vez, ellos se hacian el amor.
Cuando las manos de Hae encontraron las nalgas de Hyuk el mayor jadeo. Estaban cerca del final. Hyuk se inclinó y besó a Hae profundamente, detuvo el movimiento de sus caderas cuando su lengua exploró la boca de Hae. El beso parecio durar decadas. Cuando Hyuk se enderezó ambos abrieron los ojos al mismo tiempo y un mundo de emociones desconocidas fue emitido. Hyyk alineo la cadera, entrando duro y profundo en el menor, provocando una serie de gritos con su nombre y la sensación de Hae entre ellos sólo lo hizo palpitar con ferocidad dentro del más joven y, finalmente, terminar la mejor sensación del mundo, el nombre del salvavidas.
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