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House of Cards por Ceilla_chan

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Su manada era tan temida, los integrantes de esta decían rumores que cazaban otros lobos para comerlos, o que un omega podía matar a varios humanos el solo. Demostraban el horror y pánico de todas las manadas, incluso los cazadores tenían cierto miedo al cruzarse con la manada del norte. Eran tan fríos como las heladas de invierno, tan sanguinarios cuando estaban hambrientos. De hecho, se decía que los cachorros mataban desde su temprana edad a animales grandes. La noche era su aliada, de esas veces que sientes que alguien te observa en la oscuridad, cuando tus instintos gritan que debes de correr o morirás ahí mismo. Ese era la gran temida manada de lobos del norte.

 

Una raza de sangre fría en sus venas. Asesinos en su forma humana. Los cazadores eran nada a comparación de ellos. Si los ves, no tienes escapatoria, morirás sin poder, aunque sea luchar.

 

Y aquella manada era liderada por el mismísimo demonio. Su líder era la representación del mal en persona, aquel que no necesitaba de la alianza entre las manadas de cada zona, el ataca sin dudar, sin pensar que fueran humanos, otros lobos o cachorros. Se ganó en su juventud la fama de ser el monstruo del norte, de hecho, entre los cambia formas se dice que les ha ganado a varios cazadores a la vez, que sus ojos tienen el color de la sangre fresca y que su pelaje huele a muerte. Nadie de la manada podía salir, solo lo hacían de noche, donde juegan mejor con sus presas.

 

No podían inventarse más cuentos porque su imaginación no daba para más.

 

Solo aquellos que vivían en la manada del norte sabían la verdad. Una que estaba demasiada perjudicada por tantos rumores.

 

- Si nos movemos hacía más norte y abandonamos aquí, estoy seguro que nadie nos excluirá de nuevo, ¿qué dices MinSeok? Ellos no se merecen nada de lo que nos dicen –

Habían sido sus palabras calmadas cuando el mal vino hacia su pequeña manada. Cuando vio tanta sangre de conocidos queridos, cuando la traición le lleno de venganza su lastimado corazón.

La mayoría están muertos por tantos años pasados, pensando que las siguientes generaciones se salvarían por sus actos crueles y horrorosos. Cada blanco le faltaba poco para padecer de sus últimos momentos.

 

-Si nos vamos, ellos ganaran. – Era lo que recordaba de su pareja, esas cuatro palabras antes de que su boca solamente saliera gritos de pánico y dolor, su último suspiro al ver a los pequeños de la manada correr alrededor de los adultos.

 

Su sonrisa.

Necesitaba ver aquella hermosa sonrisa en su rostro. Pronto.

 

 

_______________________

Pasaba algo, no sabía que era, pero lo sentía, era como si sus sentidos le gritaban que algo pasaba, el pueblo, los habitantes estaban en peligro si no regresaba pronto, la seguridad había disminuido cuando los ataques dejaron de venir, pero aun así debía de estar en alerta. Pero por más que quisiera apresurar sus pasos, el equipo estaba concentrado en no ser visto y eso igual lo incumbía, las armas que usaban de por si eran algo ruidosas, debían de atacar justo en el momento y desde ahí, los lobos sabrán donde localizarlos.

 

Había veces que se movían como si pensaran y es cierto que siguen sus instintos y algunos llegan a concentrar una estrategia entre la manada.

 

Y eso lo había aprendido en su primera caza, donde por desgracia su padre termino muerto por culpa de un lobezno joven. Aun se seguía culpando por eso, si tan siquiera hubiera sido más…. Rápido…. Más…. Hábil… cosa que ya lo era gracias a ese accidente.

 

Lo que hacían justo en ese momento del día era buscar refugios de manadas de lobos. Si querían seguir viviendo ahí debían de cazar a todos por seguridad y sus familias le motivaban. Cada hombre de ahí, del pueblo o de los otros que se iban uniendo sabían que por ellos podían incluso quemar todo el maldito bosque y esperarían a que todo ser viviente de ahí ardiera hasta morir.

 

Bueno, quizás solamente a él se le pase eso en su mente, era algo extremista al momento de tomar decisiones, razones por la cual ahora era el jefe del pueblo, se escuchaba tan bien que le llamaban El jefe, Siwon… y esperaba que su aprendiz, que justo estaba mirando a su alrededor con su arma a punto de disparar, Taehyun, tuviera el mismo ataque de deducciones e ingenio a su entorno. Porque todo eso hacia sobresalir de ese chico tan brillante.

 

-…Siwon-hyung… hay algo que quisiera decirle…- Los seis que estaban en el grupo miraron al menor quien sostenía su arma sin apartar la mirada. – ¿Si un lobo ataca a un familiar enfrente de mí, debería de matarlo o buscarlo con tranquilidad? – Aparto por primera vez sus ojos al decir la pregunta, jalando del gatillo sin siquiera ver. Aunque claro, había dado en el blanco a un pequeño ciervo que se encontraba jugando con otro que termino asustado, corriendo.

 

Todos miraron al jefe del pueblo, escuchándolo suspirar, se suponía que nadie sabía las razones del como el antiguo líder había muerto. Pero muy posible era solo coincidencia. - Entonces tu deberías de impedir primero que el lobo llegue a tu familia. - Los mayores estuvieron de acuerdo y el otro menor del grupo sonrió con satisfacción.

-Llevemos al ciervo para cenar, por esta zona no está nadie. – y muy posible el aroma los atraía, y eso era lo que no querían al estar muy cerca del pueblo, por lo que él, como el líder del pueblo del sur, Yuta con su lengua materna diferente pues llego cuando era solo un joven a ese pueblo. Su aprendiz brinco emocionado, tenía demasiada energía para tener 20 años, aunque eso era bueno en momentos de resistencia.

 

-Mi hyung hubiera matado al lobo incluso antes de tener un encuentro. - Susurro guardando sus pertenencias dando un suspiro, todos los adultos del pueblo sabían lo egocéntrico y sarcástico que era Taehyun a su corta edad y aunque eso fuero lo más representativo de él, su compañerismo y motivación por desaparecer esa especie de la zona daba la confianza de que nunca se rendiría. Aun después de que su hermano mayor, quien era en realidad el primer aprendiz de Siwon y próximo líder, Yoon Gi, desapareciera dejando un gran hueco en el alma de su hermano menor.

 

-Tu hyung desapareció para protegerte, ¿no? – El menor del grupo dijo alto al escucharlo, dejando sin habla a los mayores y al mismo Taehyun, quien miro con los ojos hechos rojo vivo de ira. – Mi hermano igual lo hizo por mí, si quieres que no pase lo mismo deberías de…-

 

-Cállate, no tienes derecho de hablar, ustedes tienen su cuerpo yo no…. Así que no hables…- Siwon decidió separarlos, pues el más alto había tomado de sus ropas invernales al menor del grupo, este había estallado de ira. Era otra debilidad de Taehyun.

 

-Si tienen sus problemas no deben de meterlos aquí, protegerán a muchas personas, niños inocentes y el futuro de nuestros pueblos, su actitud infantil puede provocar la muerte de muchos más… pensare seriamente sobre sus puestos, que al parecer siguen siendo niños dolidos fanatizados por las muertes de sus hermanos. - Cruel, pero justo. Regresando sigilosamente con varios animales que servirán para la cena a sus espaldas. – Jeon ve a la delantera ya…-

 

________

Dos sujetos altos entraban en el pueblo, todos les miraban con una sonrisa a los dos recién llegados, uno más bajo que otro. El levemente más bajo sonreía correspondiendo a la bienvenida, unos hombres de apariencia mayor se acercaron a ellos impidiéndoles seguir avanzando, estando a metros de la entrada. La vestimenta de los extraños era conservadora, tenían los dos unos sacos grandes de lana por el frio que hacía, el bajo tenía una gorra que le cubría todo su cabeza, dejando ver solamente un poco de sus pelinegros cabellos. Mientras que el más alto tenía unas orejeras, dejando ver su rubio cabello que parecía brillar bajo la luz de la tarde, lo tenía rebelde ya que en cada que daba un paso salían volando un poco. Las expresiones de ambos eran serias, pero con solo verlos una vez te darías cuenta que el pelinegro era más blando que a las duras facciones del alto.

 

Cuando el guardia del pueblo avanzo más, el rubio poso al bajo detrás suyo, en señal de protección totalmente. Tomando su cintura a cómo podía posesivamente, inclusive se notó que apretaba los dientes y su rostro se convirtió en uno más serio. Tomando por sorpresa al guardia y al otro que venía atrás suyo. Pero la cabeza del pelinegro se asomó por el brazo del alto, dándoles una sonrisa que les tranquilizo. Pero fue tan rápido que su atención se clavó en la mirada intensa del rubio. Marcando que era suyo.

 

 

-Extranjeros, han llegado a nuestro pequeño pueblo, estaba a punto de anoche, nos alegra que llegaron ahora y no en la noche, es muy peligrosa. -Ambos chicos se miraron por unos segundos, regresando su vista a los pueblerinos. - ¿Necesitan donde quedarse? Les podemos dar techo y alimento si lo necesitan no duden en preguntar cualquier cosa. - Sonreía el hombre alegremente, haciéndole señas con las manos que le siguiera. - ¿Por qué de su visita a este pueblo olvidado? ¿Acaso se perdieron?

Se mantuvieron en silencio al ver que caminaba, el hombre se volteo suspirando, haciéndole de nueva cuenta señas para que le siguieran y una vez con los chicos atrás y otros minutos de silencio contestaron

-No.- dijo por primera vez el más alto, sintiendo como su acompañante le apretaba el brazo fuertemente mientras miraba alrededor con curiosidad en su rostro. - Estamos un poco perdidos a decir verdad... Queríamos encontrar la vista y lugar que tanto presume la cuidad de aquí... Sin embargo...

 

-Llevamos dos días sin saber dónde estamos- La suave voz que era totalmente distinta a la del rubio hizo que el señor, que venía solo ya que el otro guardia se quedó vigilando, se detuviera para observar de nuevo a los dos recién llegados. Pero su asombro se volvió a una expresión tranquila al recordar que tenía que tener compostura.

 

-Están hablando de la vista que da la colina cuando estén arriba, ¿dos chicos subiendo sin nada a un lugar peligroso? - pregunto abriendo una puerta, sintiendo lo caliente por dentro, aspirando ese olor a rosas que adoraba de esa cabaña. Pensando en lo que había dicho, parecía que lo peligroso no era la colina, sino el chico alto. Le daba una mal espina, se sentía como si de un asesino en serie se tratase.

 

Pero, aun así, en el pueblo ayudaban a quien sea, no necesitaban preguntar, eran demasiado tranquilos y amables. Por generación en generación, esperaba que las propuestas del aprendiz Taehyun fueran diferentes.

 

 

-Tenemos un conocido por aquí, él nos iba a recibir en cuanto llegáramos a los alrededores... Pero al parecer no llego o nosotros nos perdimos. - la risa del más bajo inundo el silencio. Fue como si la aura oscura del alto se contrarrestara con la presencia del bajo, como si fueron un extraño complemento, el que se disculpaba por cualquier cosa que el rubio hiciera.

 

El guardia trago saliva al escuchar tan angelical voz, viendo como el rubio le miraba hasta matarlo con la vista, apartando hasta una ventana, se sentía incomodo al tener a un chico demasiado dulce para su bien y a un chico tan alto que le ganaba por unas 4 o 5 cabezas.

 

-Creo que ustedes se han perdido, está más retirado de aquí yendo al oeste, se han venido por el este, por eso toparon con nosotros, pero eso no es problema, pueden quedarse hasta que ustedes quieran, le daremos un poco de comida ya que en la noche hace demasiado frio. - sonrió viendo por primera vez los ojos del rubio alto, eran un café.... Tan oscuro y rojizo.... Que daba miedo, pero al contrario del más chico era extraño, tenía un ojo azul y un ojo miel. - me retirare, están como huéspedes en este pueblo, si necesitan algo, pregunten antes de agarrar. - los otros dos asintieron. - Por cierto, no deben de salir en la noche, es demasiado peligroso... -

 

- ¿Por qué? - pregunto curioso el pelinegro. Yendo de ahí para allá con una sonrisa, sin prestarle mucha atención. Cuantas cosas peligrosas no se había enfrentado ya.

 

-Pues... Desde hace mucho nosotros estamos siendo acechados por lobos... Se han llevado ganado y hace mucho mataron a un padre y a su pequeña hija, era hermano del jefe del pueblo… no sabe lo mal que se pusieron toda su familia al descubrir ambos cuerpos. -

 

 

La mirada café se oscureció mas, llegando a un punto donde eran más rojo que café, pero la mirada del guardia se perdió en el chico pelinegro.

 

-Oh! Le agradecemos que nos permita quedar aquí... Este tranquilo no saldremos hasta al amanecer, ¡descansaremos mucho para partir mañana en la mañana!

 

El rostro decepcionado se notaba demasiado en el hombre de 30 años que aparte de tener un buen puesto en el pueblo, tenía una esposa e hijos que crecían rápidamente. Mejor amigo del hombre que se encargaba de la seguridad del pueblo, siendo el líder de ellos.

 

 

-Oh bueno... Es demasiado corto lo que se quedaran, pero bueno, mi nombre es Lee Moo y espero que con nosotros puedan tener una buena estadía. -

 

-Gracias! yo soy Tao y él es Kris ¡No sabe lo agradecidos que somos por su hospitalidad! – Se despidió con una gran sonrisa y un movimiento de mano, moviendo sus cabellos al destaparlos por fin con su otra mano.

 

El señor salió con una gran sonrisa al saber ya el nombre del apuesto chico. Estaba por decir otra cosa más, estando en la puerta ya abierta volteo, abriendo los ojos tan grandes que solamente salió de la pequeña casa que tenían para forasteros.

El chico que se supone era Kris, tenía clavados los labios en los labios del pelinegro, mientras le acariciaba el trasero descaradamente, Tao correspondía gustoso sacando su lengua para materna en la boca contraria, cerrando los ojos disfrutando de las caricias pasando sus brazos por el cuello del alto. Sentándose en su pierna, pasando con facilidad ambas alrededor de la cintura del mayor. Y todo eso vio con tan solo voltearse.

 

Pero lo que más le ocasiono temor por el rubio. Fue que le miraba tan profundamente cuando besaba a Tao. Siendo este último el que pusiera casi todo el trabajo en el beso. Sin apartarle los ojos en cualquier momento.

 

Un chico tan perfecto como el pelinegro no debía de estar con lo bestia que se miraba el rubio.

 

 

....

-Mmmmmh Kris.... Ya se fue... -

 

 

-Lose... Pero eres mío... De nadie más... Solo mío... - le acariciaba más rudo, tumbándolo en la mini cama para una persona que tenían que compartir. - Tengo que ver de nuevo las marcas de mi propiedad...- y dicho esto, abrió sin cuidado alguno la ropa de Tao, viendo el pecho blanco y bien cuidado, lleno de chupetes y mordeduras que el mismo provoco. Pasando sus labios una vez más por las marcas moradas que tenía, lamiendo el pecho con cautela. Escuchando los jadeos de Tao. -mío... Mío... Eres mío... – Murmuraba, encantado al escuchar los jadeos de su menor.

 

 

-Kris... Este cuarto es mucho más chico que en casa... Si continuamos nos escucharan... Y apenas acabamos de llegar~. - se quejó dejando salir gemidos bajos al sentir como le apretaba sus pezones. - Kris... Para... Soy tuyo... Solamente tuyo... ¿Sí? -

 

-Mmh- aun indispuesto a dejar de marcarlo, por quien sabe vez, su aroma a alfa desprendía del menor, quien empezaba a ceder por aquel fuerte olor, logrando una gran sonrisa en Kris, dispuesto a seguir jugando de esa forma tan privada como lo hacían los dos.

 

-Sabes que ellos no son como nosotros, ellos no pueden oler tu aroma, ni el mío…. para… por favor…-

 

-Pero si pueden escucharte gritar mi nombre... ¿No? – Le miro con una sonrisa grande en su rostro, dejando aquel lado tan serio y brabucón.

 

-ahhh ¡rayos Kris! ¡Eres malo! ¡Nos perdimos a causa de esto! - Los quejidos de Tao no hicieron parar de nuevo al mayor.

 

-No soy malo, solo que te quiero a ti, solo a ti- su rostro se restregó en el pecho contrario- ¿Es malo eso? ¿Es malo quererte hacer mío para estar seguro que eres solo mío? - pregunto con un tono de niño regañado.

 

-Pero si solo soy tuyo Kris... Oh bueno ya, hazlo- cedió al ver sus ojos de cachorro regañado, abriendo sus piernas con la ropa aun puesta.

 

-Siempre terminas cediendo. – Fue más que nada por burla, pero le encantaba ser el que siempre ganaba, aunque si lo veía bien, Tao solo le cumplía sus caprichos, el que ganaba siempre era el menor. Desde que se conocieron

 

 

-Es porque eres tú, si no fueras tu ni permitiría que me miraran-

 

- ¿Y ese viejo que entro? ~ te estuvo mire y mire las piernas y el trasero- acariciaba dichas partes del cuerpo mientras hablaba. - Me enoje mucho.... No sabes las ganas que tuve de quebrarle todos los huesos que tiene...

 

-No digas eso Kris… Sin él no podríamos quedarnos bajo un techo, ¿qué hubiera pasado si alguien nos atacara en la noche? – Ahora que recordaba, el mayor le había cargado durante la noche para no perder tiempo.

 

-Protegerte, es obvio ¿no? - pregunto siendo lo más obvio del mundo, ganándose una mirada tan dulce del menor que lo provoco más. - Aparte no menciones a nadie más cuando estás conmigo... Te quitare los pantalones- Dicho eso, se los empezó a retirar cuidadosamente, lamiéndose los labios al ver el rostro sonrojado de Tao, haciendo un puchero, el cual ya conocía la razón, "Te quedas viendo muy raro, siento que a veces eres un pervertido" recordó la dulce voz que tenía Zi Tao al quejarse cada vez que estaban en esa posición.- Estas cada día más hermoso....- murmuro acariciando las piernas desnudas y suaves, sus marcas eran tan profundas y bien marcadas que incluso dentro de la manada sabía que le daba pena usar pantalones cortos, o cuando salían a las aguas termales, siempre le pedía ir solo ellos dos, aunque eso era claro, le encantaba ir muy seguido a ese lugar, pues siempre terminaban haciendo el amor en la orilla de las aguas calientes.

 

 

- ¡Tu iniciaste! - se volvió a quejar, temblando todo su cuerpo por la sensación en su parte baja, el rostro de Kris se hundió en ese lugar íntimo, gimiendo algo fuerte cuando los labios de este empezaron a chupar cada parte de su cuerpo, cerrando sus ojos incapaces de poder decir algo lógico por reprimir los gemidos y jadeos.

 

 

Estaba consciente del lugar que estaban, y eso le daba un escalofrío por su espalda.

 

Un leve aroma a algo conocido le puso la piel de punta, golpeando a Kris en la cabeza para que se detuviera, cuando el mayor sin saber el porqué de esa acción volteó hacía arriba desconcertado, sabía muy bien Yi Fan que cuando hacía ese tipo de cosas le fascinaba al menor pues le excitaba demasiado.

 

- ¿Qué pasa? - pregunto al ver como se alejaba asustado hasta la esquina donde chocaban las dos paredes y la cama, temblando levemente. - ¿Tao que sientes? -

 

-Ese olor... Ese hijo de …. perra…- Mordió su labio inferior, dándole otro escalofrío. Era el, y seguramente su familia estaba ahí. Se suponía que habían sido arrasados como su manada… ¿Qué estaba pasando?

- ¿Que olor? - y sin ser muy discreto se olfateo a el mismo pensando que era sudor o algún mal olor que salía de sí, pero no.

 

-El... Huele igual...

 

-Si hablas así, no te entenderé cariño- con una sonrisa fue hasta él, abrazándolo fuertemente, había entrado en un trance, pues ni con el abrazo dejo de temblar. - Te cuidare siempre.... No importa que, te cuidare. -

 

 

-Papá dijo lo mismo y murió por las manos de ese hombre… y el hijo de perra es el mismo… ambos... Esta en este pueblo. - Inseguro, sin importar de que su ropa de la cintura para abajo estuviera en sus pies, trato de levantarse, sin embargo, los brazos de Kris se lo impedían.

 

-Yo te cuidare, ¿te lo dije no? Te amo y no permitiré que alguien te toque si no soy yo para darte caricias. - Hablo melosamente en su oído, chupando el lóbulo, tratando de hacerle entrar de nuevo en estado de excitación.

 

-Kris... El hombre que mató a papá está aquí... Y si me recuerda...

 

-No lo hará porque mañana nos iremos ¿sí? No puedo saber quién es porque nunca lo he olido, pero yo te quedare cualquier momento en que tú me digas. Tao te amo. -

 

-Te amo.... idiota…-

 

- ¿Puedo seguir? - pregunto tocando el miembro de Tao semi despierto, haciéndolo reaccionar tras sus caricias, moviendo su cabeza en forma positiva. -Bien... Que hace rato no lo hacíamos en esta posición... -

 

 

El sol iba saliendo de su escondite, dándole una gran vista en las copas de los arboles altos que estaban alrededor del pueblo.

 

El chico pelinegro iba despertando por culpa de la luz que entraba en la ventana sin cortinas. Pues eran muy pocas las personas que ocupaban las casas preparadas para los recién llegados que no tuvieran hogar ahí.

 

Con suaves besos y carias en el pecho del rubio, este despertó abrazándolo mas, dando suaves masajes en su vientre, acercándolo mucho más, estando casi el cuerpo del omega sobre el del alfa.

 

Tao miraba desde su lugar el rostro del mayor, le ganaba por unos 8 o 9 años de diferencia, y lo podía ver por la altura que tenía y las facciones maduras que se posaban sensualmente en su rostro, las largas y espesas pestañas aun cerradas se apretaron, Kris no quería despertar aún. Desde siempre ha sido un jefe dormilón.

 

-Buenos días FanFan~ - le murmuro con su suave voz, escuchando como al exterior, el pueblo iba saliendo poco a poco de sus casas. - ¿Quieres que traiga comida? - le pregunto, pero aun así no contesto. Formando un puchero. Apoyando sus manos en los pectorales del mayor, presionando solo un poco. Dejando escapar un suspiro.

 

Se escurrió entre los brazos que aun dormido no le dejaban ir, colocándose el saco grueso de Kris, cuando salía solo siempre le encantaba traer algo de él, para sentirse protegido con el aroma del alfa.

 

Salió de la pequeña caballa, encontrando a unas niñas que jugaban en las flores que no había visto ayer en la noche. Aunque Kris no lo quería reconocer, tuvieron suerte de haber encontrado especialmente ese pueblo. Donde a cualquier extranjero le invitaban una cama, un techo y comida.

 

Unas muchachas y niños que cursaban los 10 o 13 años, cargaban canastas, al ver como a un niño de menor edad no podía con esta, la tomo de forma amable, asustando al menor pues nunca lo había visto.

 

Terminando por hablar con este para saber a dónde lo llevaría. Por agradecimiento, siguió ayudando con cajas para que las mujeres mayores no las cargaran.

 

De un momento a otro, varias estaban en aquel puesto de verduras, mirándolo atentamente.

 

- ¿Tu nombre jovencito? - Le dijo una de la nada, sonriendo a respuesta.

 

-Tao, un gusto- hablo calmadamente, siguiendo con más interrogaciones que a veces contestaba y otras como "de que familia eres" las ignoraba.

 

-Con razón, ayer ya no salimos después de las 6, ¿ya desayunaste? - otra que también estaba cerca suyo pregunto, negando levemente. Ya se había tardado un poco en ir de vuelta con Kris y aún quedaba ir al bosque a buscar comida. Sabía que no le correspondía como omega, pero en su familia antes de que pasara esa tragedia, como hijo del alfa, tenía que cumplir sus obligaciones como tal. Su padre era muy recto con la igualdad y si un omega estaba libre para hacer la tarea del beta, pues tenía que hacerlo. Al contrario de la manada de Kris, con su padre aún vivo tuvo que aguantarse muchas cosas como querer ayudar en conseguir comida, para ser rechazado en sus peticiones.

 

- ¿Esta bien algo de sopa caliente? Está siendo un día muy frio hoy, tu nariz esta rojita. - Una chica le toco esa parte de su rostro, retrocediendo algo asustado, se había perdido en sus pensamientos. -Disculpa...

 

-Oh, no, no te preocupes, lo lamento yo por reaccionar así. - sonrió algo nervioso mirando para todos lados queriendo huir de ahí.

 

-Entonces acompáñame, dijiste que viniste con alguien más, ¿no? ¿Te daré unos platos hondos y cubiertos, tienen que tomar?  - pregunto arrastrando al recién llegado hasta una casa cerca de las caballas para extraños. Negó algo apenado por aquella atención que le estaban dando.

Cuando tuvo en sus manos una canasta con la sopa, agua y otra bebida con unas frutas, agradeció regresando a la habitación, era extraño, pensaba que había tenido que ir al bosque, pero no.

 

-Kris... Regrese...- Cerro la puerta con seguro, dejando la canasta con cuidado en la mesa que había al lado, viendo aun el cuerpo dormido de su pareja, suspirando. -Kriiiiiiisss~ -alargo su nombre, quitándose el saco, dejando al olfato del mayor su aroma en él, subiéndose sobre este. -Ya es más de medio día y aun estas dormido? - se quejó dando un masaje en su estómago con sus manos. -O acaso me estas ignorando? - pregunto riendo, pero el mayor no mas no despertaba. - Yi Fan, me iré si no te levantas en este instante. - Le amenazo. Y al parecer el otro no se la creyó pues seguía con los ojos cerrados, algo ofendido se levantó enojado, yendo hacia la puerta, si se iría, pero a lo mejor vagaría por el pueblo.

 

Al estar abriendo la puerta, vio al alcalde de ayer, quien le sonreía sorprendido por aquella coincidencia.

 

-Buenas tardes Tao, ¿dormiste bien?  - le pregunto siendo cortes, llevando consigo una canasta y una flor sobre la tapa. - Me dijeron que ya despertaste y me alegra que aun estés aquí. - Al parecer se le había olvidado que estaba acompañado, pensó Tao. - Te traje un poco de comida. Y algo de fruta para el camino, espero que aun te puedas quedar un poco más. - sonrió algo soñador el guardia, ofreciéndole la canasta que llevaba mucha comida. - No sabía qué tipo de flores de gustan por lo que traje una margarita. - apuntó cuando el menor ya tenía en sus manos aquel gran regalo.

 

-Le encantan los lirios, pero creo que ese estará bien para adornar adentro- Desde atrás de Tao, Kris apareció pegando la espalda de este en su pecho, pasando ambas manos por la cintura de Tao para abrazarlo, dejando como toque final un beso en la mejilla del menor mientras le miraba de forma directa.- Y no se preocupe, puede que nos quedemos un día o dos, muchas gracias por el regalo, pero en este momento quiero darle el placer que se merece mi pareja.- Dijo la última palabra más dura, sonando sarcástico y celoso, cerrando la puerta en las narices del alcalde.

 

-Kris, no debiste de decir eso- le regaño Tao, dejando que el mencionado le quitara la pesada canasta poniéndola con la otra, abrazándolo efusivamente.

 

-Me vale, soy dueño de este territorio mucho antes de que ese viejo naciera, si yo quiero destruir esta basura de pueblo solo le digo a mis hermanos y a los otros betas. Eres mío, y me enfurece que alguien te vea con otros ojos. Mucho más sabiendo que debo cuidarte el triple o el cuádruple. - Le acaricio lentamente con cuidado su vientre. Haciendo que el menor cerrara los ojos apoyando su cabeza en el pecho de este. -Te amo mi dulce... Y tierno Tao...

 

Se comportaba tan cariñoso, más cuando le recordaba eso que estaban esperando ansiosos los dos y toda la manada.

 

-El viejo ese trajo carne cocida y pan... Oh trajiste leche- Kris le pasaba comida tras comida, el menor solo lo vio con un puchero, si seguía comiendo engordaría. - Y te lo comerás, que puede que tarde en darse cuenta que nos perdimos. - Suspiro el alfa, sentándose al lado de su omega, dándole el mismo la comida cuando ya no quiso.

 

-Suho hyung es bueno rastreando y teniendo a mi hyung a su lado debieron de alguna manera oler nuestro aroma anoche.

 

-Me hubieras dejado orinar los árboles, así el olor sería más fuerte. - bromeo recibiendo un débil golpe en su hombro, riéndose. - Quieres dormir un poco más?  Quiero salir a hablar con el mayor de aquí por el plazo que se les venció....

 

-Los mayores no están aquí, están en otro pueblo más al sur a lo que me dijo una señora... Pensé que no había ningún abuelo aquí- soltó una leve risa por sentirse un momento como un niño que descubrió algo impresionante, pero obvio para todo el mundo.

 

-Entonces tú te quedas aquí para recibir a Suho y yo voy para traer al viejo o vieja. - Le dio un último beso, saliendo por la puerta comiendo entre sus manos unas uvas que la señora le había dado. Toda la comida se la debía de comer Tao estando en aquel estado, el podía conseguir otra cosa, lo bueno es que cuando salió ya tenía un poco más de la mitad de haber comido.

 

-Entonces... Al sur...- murmuro siendo la atención de todos, que le preguntaban algo y el solo por no ser tan grosero contesto a que le llamaran Kris a secas y que venía con Tao, fue su sorpresa que la gran mayoría de las mujeres se sorprendieron al escucharlo, al parecer su Tao tenía un gran impacto en las mujeres pues escucho "prefiero al chico lindo que a él" como le daba risa eso. Debía de decirles que aquel "chico lindo" era suyo, solamente suyo.

 

Cruzando su mirada con un chico alto, no tanto como el, pero influía mucho su presencia, como si fuera alguien demasiado poderoso. No le dio miedo, pero al verle sus ojos una sonrisa se le escapo. Un alfa en una aldea era poco común, cuantos años debió de ir al bosque a cazar y dejar que sus instintos le llenaran como a otro cambia formas. Cuando el más joven se dio cuenta de que había otro alfa tomo fuertemente su arma, solamente le miro con simpleza y sarcasmo. Seguramente a él se refería Tao, aquel hijo de perra, pero… ¿Dónde estaba su hermano mayor? Se suponía que ellos iban a todos lados juntos.

 

El menor estaba en la cama individual, comiéndose una pera mientras se dejaba cubrir por el saco que Kris le dejo para que no se sintiera solo, pues sabia al ver a su madre y algunos omegas, que cuando estas en ese estado tenías que estar con tu pareja todo el tiempo y aunque pudo llevárselo a el también al pueblo de los viejos, Kris se negó en pensar que Tao se cansaría, después de todo caminaron lejos de su manada dos días. Incluso tuvo que cargarlo cuando se hizo de noche para poder ganar más tiempo mientras que el menor dormía sobre su pecho.

 

No tenía sueño, tenía que estar alerta por si llegaba Suho y su hyung, y también había recordado el aroma que había sentido en la noche anterior y le daba cierto miedo que aquel cazador le reconociera.

 

Mientras que el omega estaba descansando en la cama, y el alfa se acercaba cada vez más al pueblo de los ancianos. Una figura conocida para todos en el pueblo dejaba sus armas en una mesa que estaba en el medio del pequeño pueblo.

 

Siwon, el encargado de la seguridad estaba cansado, el día de ayer desde temprano tuvo que salir con demás de sus hombres para ir a buscar más pistas del lobo que estaba alrededor suyo. No había encontrado nada. Y eso era lo que más le molestaba, ya tenía meses que no tenían ninguna pista de donde se había ido, ya ni aquella manada que pudo exterminar casi por completo cuando era joven guiado por su padre. Habían sido algo descuidados cuando dos crías de lobo huyeron y como fueron en caminos opuestos ninguno de los seis que iban pudieron darse cuenta de ello. Pero habían desaparecido, trayendo paz y seguridad al pueblo de la parte noroeste.

Su esposo lo recibió con una bebida caliente y aunque se preocupó por su hijo este le quito un peso cuando le comunico que había pasado la noche con su abuela.

 

-Sabiendo que fue con su amigo, de seguro vendrán al anochecer, los estaré esperando en la puerta. - Le dio un casto beso para despreocupar a su esposo que le encantaba que le digan Heechul.

En el camino se encontró con el guardia quien platicaba con los guardias, escuchando lo último de la conversación "si el extraño vuelve a lo lejos, asegúrate de cerrar las puertas, es un peligro para Tao" y ultimo, porque el chico había salido a hacer guardia en la entrada con las órdenes dadas.

 

-Lee, ¿quién es Tao? - pregunto al no reconocer ese nombre. Se sabía cada uno que era imposible no recordar uno. Pronto se acercó Taehyun con Jeon a sus espaldas. Ambos seguramente habían peleado de nuevo, no podían seguir así, su alianza entre los dos pueblos no se iba a romper por una tonta pelea.

 

-Es un chico que llego ayer, se veía algo desgastado pues conto que camino dos días y una noche seguido, estoy preocupado. - Le confeso pues eran amigos de confianza.

 

- ¿Por qué? - dijo extrañado a que alguien se arriesgara a poner un pie de noche fuera de un escondite.

 

-Estaba acompañado por otra persona. - sonrió internamente, ya sabía cómo ganar contra aquel alto. - y al parecer tiene amenazado a Tao, su rostro estaba asustado y le ordeno en la mañana a buscar comida. - Mintió todo, pues había visto como el menor ni protesto ni nada cuando le dijo que eran pareja.

 

-Que mal, iré a hablar con él, puede que le podamos ayudar antes que regrese ese bastardo, ¿acaso era doncel? - y el mayor asintió con la cabeza, comenzando a enojarse levemente, ya sabía dónde y cómo terminaría el chico Tao.

 

Camino a donde el guardia le dijo que estaba encerrado el menor. Tocando la puerta fuertemente para ser escuchado. Nadie abrió. Observando discretamente por la ventana, pudo ver un bulto cubierto por algo negro en la cama, moviéndose levemente.

 

- ¿Tao? Soy el líder... Siwon un gusto y quisiera hablar contigo. - Dijo del otro lado de la puerta.

 

No podía ver como el menor temblaba excesivamente, abrazándose desde el vientre protectoramente. Incluso se le salían unas lágrimas al recordar como su padre había muerto delante suyo.

 

Esa persona... Siwon... Tenía el aroma muy parecido a la persona que mato a su padre.

 

Tenía miedo.

 

Otro escalofrío recorrió su cuerpo al sentir muy cerca a otra persona. Maldito Kris, dejándolo ahí, solo, sin nada, en su estado. Aunque eso sí, no pensó que de alguna forma tuviera que interactuar con ellos.

 

-De seguro está dormido- Escucho que la voz de la chica que le habían dado la sopa se acercó a la puerta. - Ayer caminaron mucho para encontrarse con unos amigos. - la chica estaba en peligro... Ese sujeto olía a sangre fresca en su cuerpo.

 

- ¿Cómo sabes eso JiDam? - le miro recargando su espalda en la puerta.

 

-El chico me conto cuando le ofrecí a pasar a mi casa, fue muy amable en ayudarnos a mí y a mi mama con las cajas y el otro chico me reconoció tal vez ya que le dijo algo de mi Tao, pero me agradeció el haberles dado un poco de desayuno- Siwon abrió sus ojos, frunciendo el entre cejo.

 

- ¿Tú te ofreciste? -

 

-Claro, nos han educado a ser agradecidos y no juzgar a nadie, si me preguntan, no por ser chismosa o algo así, pero creo que van a la vista de la colina como luna de miel- Aseguro susurrando lo último. Sorprendiendo de nueva cuenta al mayor, quien suspiro agradeciéndole a la muchacha quien se fue cuando se lo pidió.

 

Mirando a lo lejos al guardia quien vigilaba también la entrada/salida. Pensando que esas cosas que dijo habían sido mentira.

 

Por otro lado, Tao estaba más que angustiado, abrazándose con fuerza del saco, llamando en su mente con desespero a que llegara Kris ya. Pero solo habían pasado unas dos horas desde que se fue.

 

Nunca se había sentido tan desprotegido, aun cuando vago solo por una semana sin comida o refugio del frio.

 

Kris miraba con atención cierta casa que desprendía un olor conocido. De seguro Chanyeol estaba haciendo de nuevo favores por mantenerlo con comida y cama como cuando huyo de la manada cuando eran adolescentes. Aquellos viejos necesitaban, aunque no quisieran de un cuerpo fuerte para las tareas de la tierra o carga. Y Chanyeol le gustaba hacer esas cosas por lo que estaba seguro que estaba en esa casa.

 

Se dirigió hasta el fondo, encontrando la casa más grande de los dos pueblos juntos, ahí es donde estaba el responsable de estos dos.

 

Los ancianos que estaban viendo el exterior le saludaron con respeto, dándole una buena tarde, ni se molestó en contestar pues de la casa una señora muy mayor le miro desde la puerta, invitándolo a pasar adentro.

 

-Sabemos que el tiempo se nos terminó...- Dijo la señora llegando al grano, mirando al chico alto que estaba cruzado de brazos. -También que los mas jóvenes están empezando a invadir tus territorios... Pero por más que le decimos que no hagan nada... Siguen... Intentando llegar a su manada. - Los mayores, cuando llegaban a una edad de viejez, se enteraban que toda su vida la vivieron engañados, pues los ancestros del pueblo hicieron un trato con el padre del ahora alfa. El trato era recibir seguridad mientras que el pueblo le brindaría a cualquier extraño que pasara por el pueblo comida cobijo y tranquilidad, aunque sea una noche. Ya que los únicos que llegaban eran cambia formas que estaban de paso a la manada en las profundidades del bosque o de algún otro cambia formas que este perdido o sin manada. Eso lo seguían haciendo con mucha frecuencia. Pues los mayores les enseñaban a no temer a ninguna persona que entraba en el pueblo.

 

Pero no estaban cumpliendo con algo.

 

Estaban tratando de llegar a ellos, con armas de fuego. Cuando había muchos omegas cachorros y betas que cuidaban a la manada. Contar en el estado de Tao y a sus hermanos.

 

-Mi padre me dijo que si esto llegara a pasar erradicara a todo el pueblo. - La mujer pareció desvanecer todo color en su arrugado rostro. Temerosa por el futuro de su pueblo. - Si cuando llegue a mi manada, aun sé que nos están buscando, no me preocupare de hacerle caso al viejo... La familia de mi pareja murió a causa de uno de aquí.... Ver su rostro triste vale arriesgarme a yo mismo a venir por venganza. - amenazo saliendo de la casa, mirando a los mayores, algunos eran betas u omegas que por viejos ya no querían ser una carga para ellos. Solo unos cuantos y estos no podían volver a ser cambia formas por honor.

 

En la entrada del pueblo, ninguno se dio cuenta cuando un chico bien abrigado corría con desespero, usando sus brazos para romper un poco el aire e ir mas rápido.

 

Atrás, muchos metros atrás, otro chico que caminaba tranquilamente viendo fijamente al que había entrado corriendo se acercó después de unos minutos disculpándose por su acompañante.

 

Los guardias y el líder dieron bienvenida, aunque sea a él, pues dijo que lo buscaría para salir de ese lugar.

 

La puerta de la cabaña donde estaba Tao empezó a ser golpeada con fuerza, despertando de susto a este, quien al entrar en pánico termino durmiéndose de la presión que sentía.

 

Agarrándose intuitivamente su vientre, escuchando cuando los golpes cesaron.

 

-Lay deja de tocar así, asustaras a Tao-  escucho como regañaban a su hyung, sonriendo en grande parándose para ir a abrirles, sintiendo como unos brazos le cubrieron con desespero.

 

-Tao Tao Tao Tao Tao Tao Tao Tao Tao- Repetía una vez y otra vez y así hasta que se quedó callado, separándose para ir a quedar enfrente del otro un poco alto. – ¡Te dije que estaba aquí! -le llamo casi a gritos, cerrando la puerta cuando este entro, para abrazar al menor de los tres. - No puedo creer que seré tío pronto! -dijo oliendo el aroma del menor, tocando con suavidad el vientre de Tao, escuchando como se quejaba el menor por los abrazos emocionados.

 

- ¿Kris está en el otro pueblo? - pregunto Suho, viendo como asentía con la cabeza Tao. - Como es que se perdieron? Kris debe de conocer bien el bosque. -bufo rodando los ojos, su pareja, Lay, le dio un suave golpe en el hombro.

 

-Acuérdate que se pone tonto cuando esta Tao a su lado- Dio como si fuera algo obvio, riendo al escuchar a Tao quejarse.

 

-Bueno, alístate, salimos en unos momentos para encontrar a Kris. - Suho miro para todos lados, viendo con ternura el reencuentro de los hermanos que una vez estuvieron en una misma manada.

 

Lay tenía el cabello castaño claro, resaltando su blanca piel, sus hoyuelos eran la sensación en su rostro, como sus ojos que se emocionaban muy rápido, siempre tenía ese brillo que encantaba a cualquiera también sus expresiones demasiados expresivas. Sus ojos eran miel, era la pareja omega del alfa de la manada de la otra cuidad. Con otros territorios que colindaban con los de Kris.

 

Mientras que Suho tenía el cabello oscuro, piel pálida y sonrisa encantadora, su seriedad era algo típico en él, era alfa, por lo que sus ojos eran oscuros, pero con aquel destello rojizo que los distinguía. Su manada estaba combinada con el pueblo grande, por lo que era común ver un lobo o un humano en las calles sin sentirse inseguros, aunque a diferencia del trato que sabía que hicieron con ese pueblo, no dejaban que nadie se acercarse a los inicios de las zonas de su propiedad. Por seguridad.

 

Los abrazos terminaron cuando Suho dio por entendido que ya tenían una hora hablando de cosas sin sentido.

 

Al parecer que el ojo azul que traía Tao era porque ataco hasta matar a uno de los que amenazaron su manada, pero fue cuando pudo huir de ellos, estaba siendo perseguido y al momento de cambiar a su forma humano acabo con esa vida humana, saliendo lastimado de su ojo cuando el otro se quiso defender.

 

Tao estaba en el medio de los dos, llevaba consigo el saco de Kris, cargando el suyo entre sus manos, Suho escuchaba la plática que tenían los dos omegas, sonreía al ver a su pareja, Lay estaba muy ansioso, más de lo costumbre.

 

- ¡Tao! - Los tres miraron hacia atrás a la chica que había gritado su nombre, pronto el alfa se colocó enfrente del mencionado y Lay atrás de este. - Me dio gusto conocerte, tengan, un poco de fruta para el viaje. - le entrego a Suho una canasta con comida, agradecieron los tres para estar más calmados.

 

Cuando Lay se empezó a poner nervioso y mirar hacia todos lados, Suho le dio una muy mala espina. Lay muy pocas veces se ponía así, y si lo hacía...

 

-No pueden llevarse al chico- Antes de que salieran del pueblo el guardia Lee estuvo frente los tres. Quedando un poco abajo de estatura por estos.

 

- ¿Por qué no? - Suho pregunto, empujando sin que se dieran cuenta los demás a Tao a con Lay, quien este último le abrazo por los hombros. -solo había venido de paso...

 

-Ese no es de su incumbencia, él no puede salir. - las puertas del pueblo se cerraron, la gente de ahí miraban extrañados el comportamiento de las personas que se encargaban de la seguridad. Estaban tomando sus armas lentamente.

 

-Si tenemos que correr no te sueltes de mi mano- Lay le murmuro viendo alrededor de todos sujetando la mano de su hermano menor con fuerza, había una pequeña cerca en el pueblo, pensando en las formas de escape sin que nadie resultada herido, pues lo que más le preocupaba es el peligro que puede desatar un alfa.

 

-Como líder del pueblo, también aplica a aquellos que llegaron como forasteros, el chico muy seguramente está siendo oprimido para ir con ustedes. - Siwon salió de la nada, mirando al alto de los tres, aquel que tenía destellos de rojo en sus ojos.

-No me hagas reír por favor, solo abre la puerta, no haremos nada malo. - Las palabras le salieron como veneno, estando serio. Y veía el peligro que podía pasar en esa situación, no solo el, Siwon también estaba con sus sentidos alertas. Les estaba dando mala espina el comportamiento de los extraños, sobre todo cuando parecía que debían de cuidar al que él creía era Tao.

 

- ¿Que está pasando? - Todos, incluso la gente del pueblo, se sorprendieron al ver como el alto rubio pasaba por entre medio de todos, llegando hasta los 3 forasteros. - ¿Estas bien? - pregunto al menor, acariciando sus mejillas tiernamente.

 

-Te tardaste- se quejó este, dándole un beso en la quijada pues no tenía ganas de ponerse de puntas para hacerlo en los labios. Este no sonrió, pero para Tao aquel movimiento suave de sus labios que hizo le dejaba con la tranquilidad, sintiéndose seguro.

 

-Pero.... ¿Cómo? - murmuraron los guardias, pues la puerta seguía cerrada con seguro, abriendo sus ojos cuando Siwon dijo.

 

-Son un peligro... – Jeon miro a Taehyun quien seriamente tomo su arma con su dedo en el gatillo, haciendo lo mismo, mirando en silencio desde su posición. Era una nueva posición, aunque en su pueblo también existía gente… rara… esa que Taehyun acaba de mencionar, que eran un peligro. Y si quería llegar a ser Guardian del rey debía de saber luchar a estos tipos.

 

Tomando el mismo su arma de fuego, apunto a los dos altos, siendo el de cabello oscuro más bajo.

 

-Apártense de los menores- Aun apuntando, todos los civiles se metieron con rapidez a sus casas, menos los de seguridad y los implicados. - No lo volveré a decir- grito para tener autoridad.

 

- ¿Nos amenazas con juguetes? - soltó la risa Suho, acercándose hasta chocar con su pecho la boquilla del arma. - anda dispara

 

Siwon al no poder comprender como alguien actuara tan déspota ante él, que justo en ese momento podía disparar y matarlo en tan solo un segundo. Bajo un poco esta.

 

-Suho... Me quiero ir ya. - Lay le dijo desde atrás, el mayor miro al adulto con soberbia.

 

-Ya escucho a mi pareja, se quiere ir de este pueblo y si no lo hace por las buenas...- Y antes de poder terminar, su rostro termino volteado por el puñetazo que le dio Siwon. Volteando su rostro teniendo que tomarse la boca. Le había abierto el labio inferior y sangre salía de este, manchando no solo su mano y rostro, sino también un poco de su ropa.

-Lay llévate a Tao. - Pidió Kris, suspirando para acercarse a Suho quien tenía abierto los ojos en grande, mirando al suelo. -Tranquilo, relájate, no es apropiado hacerlo aquí- le murmuro. - Pero sí que podemos en esta forma dar una golpiza. - Sonrió, pero aun así su amigo no reaccionaba. Taehyun en silencio vio con su vista de águila que el que era Suho asintió algo enojado. Demostrando que podía ser un verdadero peligro si explotaba de enojo.

 

Suho siempre había sido algo burlón, serio hasta morir e igualmente frio en sus acciones y molesto para los demás con su forma de ser. Pero eso solo era afuera de su manada/pueblo. El realmente era cariñoso y preocupon por su alrededor. Recibir aquel golpe, que, ya no sangraba, le hizo entrar en shock.

 

Los guardias estaban nerviosos, teniendo sus armas en mano, listos para cualquier orden de su jefe, todos, incluyendo al guardia Lee y a Siwon, estaban sorprendidos de cómo pudo entrar el alto rubio si estaba cerrada. Nunca notaron cuando este trepo y salto enfrente de las narices de los guardias afuera... Aunque siendo Kris, primeramente, los golpeo por ser humanos estúpidos que piensan que lo detendrán con algo tan patético.

 

Los hermanos comenzaron una caminata rápida, la canasta que había sostenido todo el rato Lay estaba en el suelo, no podían tener carga ahora, solo quedaba hacer como que caminaban hasta el fondo del pueblo, cruzarían al bosque y buscarían la manera en encontrarse con los alfas.

 

Mientras estos estaban aún enfrente de Siwon.

 

- ¿Acaso los amenazan? No saben el error que hicieron en poner un pie en este pueblo. - Siwon era una de las personas que secretamente estaba en contra de la costumbre estúpida desde que nació, tener personas desconocidas en sus viviendas era un peligro y aun nadie se daba cuenta. No quería que el día de mañana, alguien llegue y robe, o asesine.... Mucho menos si eso arriesgara a su hijo. - Lee lleva a los otros dos con mi esposo, para que los revise si me entero que han sido lastimados mejor estén preparados para lo que viene.

 

Creyendo erróneamente que los alfas dejarían pasar al viejo guardia para acercarse a sus parejas, menos Kris, que ya estaba empezándose a hervir su sangre de lo estúpidos que eran esos mayores.

 

El guardia con un arma de fuego entre sus manos que los apuntaba, la sostuvo aún para rodearlos, cobardemente corrió lejos de ellos, viendo los cuerpos de los menores, había algo que sabía perfectamente que haría, llevar al otro chico con el esposo de Siwon y llevarse a Tao a tal vez alguna cabaña. Y fue así, por alguna razón, aquel extraño, se comportó algo protector con Tao, pero un par de jalones y con la ayuda de un guardia de ahí, se llevó a Tao secretamente a otra dirección.

 

-Señor Lee, suélteme...-Tao se quejaba pues este había sujetado sus manos con la ayuda de aquel guardia que lo inmovilizo. - No quiero que nada le pase....

 

-Deberías de preocuparte por ti querido, tu lindo rostro es mucho mejor que otros que he visto, ¿me dirás a mí que hacías con aquel alto? - pregunto sentándolo en un sillón de cuero, quería ser amable y dar una buena impresión, por lo que debía de convencerlo que era mejor que aquel alto.

 

-Kris es mi pareja, a donde él va yo voy... Y si nota que no estoy con mi hermano...- En realidad se estaba tomando tranquilamente aquella situación, le daba oportunidades según el alcalde, pero Tao se sentía tan débil, aun siendo el mayor dócil para él, no sentía las fuerzas necesarias, quería a Kris en ese momento.

 

- ¿Y si empiezas una nueva vida conmigo? Eres muy hermoso... Estando con ellos te pondrás en peligro muy fácil si vas hacia el bosque...-

 

-Usted no puede protegerme ni de una lluvia... Simplemente esperare a que llegue para irme, ya tengo suficiente con usted, solo manténganse callado y no diga nada si no quiere que me enoje. - Amenazo serio, perdió la paciencia, y sentir las miradas que le daba el acalde se sentía repugnante. - Kris, estúpido Kris, ¡me amenazó! ¡Y me doblo muy feo mi muñequita!  - se quejó parándose al ver entrar tranquilamente al alto, apuntando infantilmente al mayor quien se paró sorprendido. - Me quiero ir ya! No me siento bien después de correr- volviéndose a quejar apoyo su cabeza en el pecho de Kris, actuando infantil, era un berrinche el cual el alto estaba acostumbrado, incluso se le hacía tierno pues hacia muchos pucheros y señalaban las cosas. Ahí notaba aquel lado de niño que aún no se iba de Tao, su mirada conecto al acalde quien sostenía de nueva cuenta el arma.

 

-Aléjate de Tao si no quieres que dispare -grito dando un disparo al lado de ellos, haciendo saltar a Tao quien se asustó por aquel ruido alto. Colocándose atrás de Kris sujetando su ropa entre sus manos

 

-Baja el arma Lee   -Siwon entro alarmado, en sus ojos se notaba aun confundido. Pero no dejaría que su amigo o el menor doncel que estaba seguro y tenía la misma edad que su hijo se pusieran el peligro, no después de lo de hace rato. - Se irán del pueblo en este instante...

 

-Siwon yo...

 

-Nada... Ellos se irán. Debemos de guardar las balas para los lobos, no para extraños. - y un escalofrío se situó por toda la espalda de Tao.

 

-Mi paciencia se está acabando. - Por primera vez Jeon dijo algo en voz alta, Taehyun no le dio otra que darle un golpe en la cabeza, aunque era cierto, estaba igual de corto de paciencia. Y si era quien se imaginaban que eran, simplemente sonrió.

 

- ¿Acaso los príncipes se cansaron de su castillo y ahora están con los cambia formas? – Miraron a Taehyun que ahora era el centro de atención, los hermanos aprovecharon para acercarse el uno al otro.

 

- ¿Qué cosas dices Tae? ¿Príncipes? – Siwon suspiro, de verdad el otro estaba diciendo cosas por decir, el rey muy bien es sabido que su descendencia son niñas y el único varón era un doncel como él.

 

-Nada, nada, seguro me confundí. – Dio la vuelta, siendo seguido por Jeon, quien miraba preocupado a sus espaldas.

 

-Taehyun… - Los hermanos miraron esa espalda amplia y por un segundo vieron el aura de su hermano mayor. – Se convirtió en esto… - Lay murmuro, aunque otro disparo le saco de sus pensamientos.

 

-El rey Jin debe de saber esto, no se moverán de aquí hasta que el mismo diga que debemos de hacer…-


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