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Mas que la apariencia. por Rin Shouta

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Notas del capitulo:

Hola! Muchas gracias a quienes se tomaron el tiempo para leer esta historia, y un agradecimiento especial a quienes comentaron. El capitulo tratara de lo que paso con Takahiro y aclarara algunos puntos de la historia. Solo por esta vez veremos las cosas desde la perspectiva de Takahiro pues no creó dar mas profundidad a este personaje. Espero y lo disfruten :)

El trabajo de Takahiro nunca ha sido fácil. El ir vendiendo libros de puerta en puerta era agotador, algunas veces las personas se compadecían de su semblante cansado y le ofrecían un vaso de agua, sin embargo, otras tantas eran lo suficiente desconsideradas como para aventarle a los perros. El solo quería vender algún libro, bastaba con que le dijeran; si o no, o simplemente ignorarlo fingiendo no estar en sus hogares.

Todo sea por Misaki.

En su rostro se formo una sutil sonrisa al recordar el nombre de su hermano. Muchos podían considerar tedioso la tarea de haberse tenido que encargar de su hermano menor siendo muy joven, más el no opinaba lo mismo.

Tras la muerte de sus padres, Misaki había pasado a ser el único familiar existente que le quedaba, y estaba agradecido de que así fuera, después de todo hubiera sido peor quedarse solo.

Le aterraba pensar él tipo de futuro que su hermano tendría si lo hubiera dejado a su suerte en Terytawn. Odiaba ese lugar, pero era allí donde sus padres habían gastado todos sus ahorros en la propiedad de un pueblo de semejante calaña, en donde creían poder tener un nuevo comienzo ignorando el tipo de fama que poseía aquel sitio.

Lamentablemente en cuanto quisieron hacer algo al respecto, ya no podían salir de aquel infierno. Habían gastado todos sus ahorros al adquirir aquella casa y ni hablar de la posibilidad de venderla. No existía nadie tan ingenuo como ellos.

Finalmente sus padres encontraron su fin al ser asesinados en un atraco. Dejándolo a él y a un pequeño Misaki de nueve años a su suerte.

Takahiro no poseía ningún sentimiento de nostalgia ni melancolía a aquella propiedad, ¡Mucho menos a Terytawn! Dejaría aquel sitio en cuanto tuviera la oportunidad.

Solo 3 viajes mas y alcanzaría el dinero suficiente para comprar una pequeña choza en un sitio lo suficientemente alejado. Ni Misaki ni él volverían a saber de Terytawn, y eso le motivaba a seguir trabajando.

Se sentó un momento a descansar sobre un pequeño tronco. Ya llevaba 3 horas seguidas caminando y sus pies se negaban a continuar. En cuanto llegara a casa le pediría a Misaki cocinar un delicioso estofado.

- Vaya, vaya. ¿Que tenemos aquí?

- Parece estar cansado- Menciono otra voz fingiendo preocupación.

Demonios. Aquellas voces no podían significar nada bueno.

Al voltear su rostro, Takahiro diviso a dos hombres mucho mas altos que él. Seguramente bandoleros, la prueba más clara de que estaba cerca de Terytawn.

Rápidamente tomo una de las bolsas donde cargaba las enciclopedias y propino un certero golpe en la cara a cada uno de los atacantes para inmediatamente después correr hacia la dirección opuesta.

Sus pies ardían y sus piernas se sentían pesadas por tanto caminar, pero si se detenía lo despojarían de sus pertenencias y dinero. Sin mencionar que acababa de golpear a esos gorilas de dos metros y si lo atrapaban, literalmente no saldría vivo.

Estaban justo detrás de él, su única opción era escabullirse por el sendero de nieve y buscar una salida alterna. Un estremecimiento recorrió su piel al sentir el drástico cambio de temperatura, pasar de un cálido día a un glacial frío no era algo a lo que estaba acostumbrado.

Continuo corriendo hasta que las voces de sus perseguidores se hacían cada vez mas lejanas para finalmente dejar de escucharlas. Para su mala suerte había dado bastantes vueltas al intentar escapar ocasionando que no recordara el camino, y la espesa niebla no le estaba favoreciendo.

Un suspiro de frustración salio de sus labios. Aquel deseo de llegar a casa temprano y comer estofado sonaba a algo imposible e estas circunstancias.

Un sonido llego a él. No se trataba de los malenantes de hace un rato, pero era igual o peor. Claramente podía distinguir el sonido de aullidos junto con pisadas.

Era de conocimiento popular que en el sendero de nieve solían vivir lobos. No se quedaría a ver cuantos eran, así que nuevamente emprendió la huida.

El viento golpeaba sin piedad su rostro y se colaba a sus pulmones. Su cuerpo ya no resistía mas, pero su fuerza de voluntad y las ganas de permanecer con vida lograban mantenerlo corriendo.

En algún momento de la carrera había dejado caer las enciclopedias y el camafeo con la foto de sus padres se había salido de su bolsillo. En definitiva hoy no era su día de suerte.

A lo lejos logro divisar una especie de muralla con un enrejado en el centro. Sin dudarlo, empujo con las pocas fuerzas que le quedaban e ingreso al lugar cerrando la reja tras de si.

Unos cuantos pasos y se desplomo de rodillas sobre la fría nieve. Estaba agotado.

Luego de normalizar su respiración, alzo la mirada para encontrar un majestuoso jardín de rosas blancas. Era como observar un paraíso invernal. Los pequeños copos de nieve sobre las rosas resplandecían como diamantes. Aquel jardín formaba un camino hacia un palacio cubierto de nieve.

Lleno de curiosidad, Takahiro decidió ingresar al castillo. Empujo con ambas manos el enorme portón de cedro, topándose con un salón perfectamente iluminado por tenues velas. Un reconfortante calor envolvió a su cuerpo. La diferencia de temperaturas entre afuera y adentro era magistral.

De pronto, frente a él apareció un enorme abrigo que se poso suavemente sobre sus hombros.

Takahiro estaba sorprendido. ¿Acaso ese sitio estaba encantado?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una mesa llena de comida apareció ante sus ojos. Con pasos dudosos se dirigió a tomar asiento y llevó un pedazo de pan a su boca. Estaba delicioso.

Un poco mas confiado, probo los alimentos servidos mientras una copa de vino flotaba en su dirección ofreciéndole beber de ella.

El miedo que habían tenido en un principio se desvaneció.

Ya habiendo saciado su hambre, se retiro de la mesa mientras esta desaparecía casi al instante. Tal vez debería explorar un poco.

Encontró una enorme biblioteca, grandes salas de estar, recámaras ¡Un salón de baile enorme! Y aun faltaba mucho más.

Continuo su camino topándose con una puerta semi abierta. ¿Que habría en ese lugar? No estaría mal averiguarlo.

En el centro, una hermosa rosa de color carmín flotaba y resplandecía dentro de una pequeña urna de cristal. La luz de luna que se colaba por el ventanal dejaba ver un aire aun mas místico.

Quería tocar aquella flor tan magnifica. Y justo cuando coloco sus manos sobre la urna de cristal, una grave voz surgió de las penumbras de aquella habitación.

- ¡¿Que crees que estas haciendo?! - grito la misteriosa voz

- Yo.... Yo lo siento.... Creí que.... Que nadie vivía aquí.

- Te brinde mi hospitalidad ¿Y es así como me pagas? ¡Ladrón!

- ¡¿Eh?! ¡No! Yo solo quería tocar la....

- ¡Silencio! ¡No quiero excusas!

- Pero.....

- ¡Dije silencio! Pagaras esta ofensa.

De la oscuridad emergió el portador de aquella voz. Takahiro no pudo evitar lanzar una expresión de horror al vislumbrarlo.

Con un solo golpe en el estomago, aquel ser le hizo perder el aire y salir volando, chocando su cabeza contra el duro suelo.

Aquella resplandeciente rosa fue lo ultimo que Takqhiro vio antes de perder la conciencia.

Notas finales:

¿Qué les pareció? Espero y les gustara, haganme saber su opinión. :)

¡Besos!

 


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