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Perderte por Samantha0507

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Micky corrió y entró al cuarto del canadiense, encontrándose con el cuerpo de Seung Gil pegado al del moreno, Micky se sonrojó, pero simplemente opto por levantar al otro.

 

—¿Micky? —el canadiense habló somnoliento, mientras el otro se ocultaba entre la ropa de la cama.

 

—Necesito que me lleves al hospital…—Micky tomaba su celular una y otra vez, sabía que los mensajes comenzarían a llegar.

 

—¿Te sientes mal? —increíblemente había sido Seung Gil, quien había llegado a su lado con el fin ver como se encontraba el italiano.

 

—Sí, es…—el moreno dudo por un segundo, sabiendo que podrían verlo como un loco, pero estaba seguro de lo que había escuchado. —es… Emil.

 

JJ detuvo sus movimientos, su rostro estaba pálido, mientras que Seung Gil tomaba una chaqueta sobre la cama. — vamos.

 

Salieron de la habitación, cuando las piernas de Micky comenzaron a temblar, sus manos sudaban, se sentía mareado, una parte de él sentía que nuevamente llegaría tarde, que estaba perdiendo la oportunidad que tanto deseaba.

 

JJ condujo con cuidado, la tormenta estaba amainando, pero la calle estaba realmente resbaladiza.

 

Llegaron con el alma en la garganta, Micky se acercó al mostrador, temiendo lo peor, preguntándose como realmente estaría el otro.

 

Abrió la boca, cuando una voz a sus espaldas lo llamó. —¿Micky? —el italiano quiso girarse, pero no tenía fuerzas, no quería estar soñando nuevamente, no quería pensar como tendría que despedirse nuevamente del otro, ya no tendría fuerzas para eso.

 

—Emil…—Michele se encontró con los azules ojos del checo y por primera en toda su vida, frente a él estaban los ojos más puros que jamás había visto. —Estás… aquí…

 

—No debiste venir, no fue para tanto, solo son un par de rasguños, dicen que el dolor en mi costado es solo por el golpe, no me rompí costil…—pero a media frase, los brazos del italiano rodearon al más alto. —Micky…

 

Pero el moreno simplemente se quedó rodeando el cuerpo del otro, por su garganta no pasaban las palabras, tenía un nudo en la garganta, el pecho se le apretaba, solo quería llorar, sabía que estaba despierto, estaba realmente seguro de que ahora, frente a sus ojos, no había una fantasía, ni mucho menos un sueño, frente a sus ojos Emil le respondía el abrazo.

 

Cuando Micky se calmó, pudieron llevar a Emil al automóvil, JJ se había tomado un café cargado, mientras Seung Gil guardaba algunas cosas dulces en el vehículo, ya que la palidez que en ese minuto se dejaba ver no solo en el rostro del canadiense, sino también en el italiano.

 

—Micky, no debiste venir, agradezco que JJ y Seung Gil te acompañaran, podía haberte pasado algo por estar saliendo a estas horas, no me gustaría que te ocurriera algo.

 

—Idiota…

 

Michele ayudó al otro a subir al vehículo, a pesar de las quejas de checo, de que no estaba tan lastimado como para no poder hacerlo solo; el moreno cerró la puerta y se miraron por un instante. —Gracias Micky, de verdad, después de lo que pasó está tarde, yo sé que no me consideras realmente un amigo, pero no sabía a quién más recurrir, en realidad es verdad que no me gustaría que te ocurriese algo por venir en mi ayuda, pero solo saber que viniste a mi auxilio es más que suficiente para mí. —Michel sintió como sus mejillas simplemente adquirían un calor que se extendía a todo su rostro.

 

—mmm…—El moreno alejó la vista, giró su rostro, cuando un  quejido escapó de los labios del menor, logrando que Michel se girara preocupado nuevamente, recordando ese susurro, solo tenía una oportunidad para mejorar, para darle al otro su cariño. — ¿Emil?

 

—Solo fue mi costilla, se supone que no está ni astillada, ni imagino el dolor que debe ser tenerla fracturada.

 

Michele quiso sonreír, pero lo único que logró fue sentir que el nudo en su garganta y las nauseas que estaba sintiendo se volvían poco a poco más fuerte.

 

—Micky, sube, la tormenta ya amainó, es mejor que volvamos pronto al hotel, para que Emil pueda descansar. —JJ estaba frente al volante, pero fue Seung Gil el primero en notar que algo no staba bien.

 

Michele dio dos pasos lejos del vehículo, cuando el temblor se hizo tan fuerte que lo hizo perder la fuerza y terminar de rodillas en el suele, se llevó las manos al estómago, sintiendo que en cualquier instante terminaría por vomitar.

 

—¡Micky! — escuchó la voz de Emil y el sonido de la puerta del vehículo, la verdad es que el moreno no deseaba que el otro se preocupara por él, pero el vació en su estómago era a cada segundo más grande.

 

—Michele…—No era Emil, al parecer Seung Gil se había dado cuenta de su palidez y había optado por salir a su auxilio.

 

—Lo lamento…

 

—Tranquilo, es solo que estabas muy nervioso, por eso parece que ahora que el estrés dejó tú cuerpo, no te sientes bien. —Le tendió un dulce que supuso era de chocolate y fresas, por el envoltorio. —A JJ le pasa a veces después de las competencias, ¿estás mareado?

 

—Un poco…—El más bajo lo ayudó a ponerse de pie y lo ayudó a llegar al vehículo.

 

—Micky…—Emil se veía preocupado.

 

—No es nada, es solo…—Sentía vergüenza, pero no quería desperdiciar el tiempo que le había sido dado, no importaba si todo lo que había vivido no era más que un sueño, no quería desaprovechar. —tenía miedo, pensé que sería algo peor…—la garganta se le apretó, ante el recuerdo del otro sobre la camilla, ese rostro pálido y sin vida que había observado antes, lo hizo sentirse aún más mareado.

 

—Micky…—Emil quería decir muchas cosas, pero simplemente optó por acomodarse en el hombro del moreno, quería hablar con el otro cuando estuvieran a solas, después de todo, no siempre volvías de la muerte y recordabas lo que había pasado, ¿o si?


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