La joven mujer iba caminando con mucha dificultad entre los árboles, aun con el rostro de ambos jóvenes en su mente, << Hyoga… así que todo este tiempo estuviste aquí escondido, ¡Como un cobarde! >> la dama apoyaba su peso contra los troncos de los árboles, ya no aguantaba más las heridas causadas por el vampiro y las que se consiguió al descender de tal altura a gran velocidad.
<< Ya falta poco>> se animaba mentalmente para no detenerse, afortunadamente una chica que pasaba por ahí la reconoció -¡Hermana!
-Esmeralda…- Pandora al ver a su hermana correr en su dirección sintió un gran alivio en su pecho, dejándose caer al cobijo de las hojas muertas en la fría tierra
-¡Hermana! ¡¿Qué te ha ocurrido?! ¡¿Quién te a echo esto?! ¡Resiste!- La rubia tomo entre sus brazos a su hermana mal herida y salió disparada a su hogar, una cabaña de gran tamaño con cimientos y vigas de adobe, con paredes de madera, a primera vista se vería que es una casa sumamente acogedora, pero por dentro habitaba una de las legendarias familias de vampiros.
Los Kido eran una familia que trascendencia básicamente desde la prehistoria o desde la misma existencia del primer hombre, si no es que fue la primera línea de vampiros de sangre pura, haciendo referencia a que el primer hombre no fue Adán si no Julián, un joven atractivo de cabellos cian, ojos color turquesa y piel pálida, con un gran poder en fuerza, en intelecto y siendo “bendecido” por tales atributos en sus molares, dándole la “responsabilidad” de arrebatar la vida de aquellos pecadores en contra de Dios.
Sin embargo la leyenda cuenta que Julián creyéndose superior a Dios intento tomar su lugar, este obviamente fue fallido en sus planes, algunos creían que Dios debió deshacerse de tal error, ¿Pero cómo destruir a su primer humano? Su siguiente creación fue Adán, quitándole toda habilidad que lo hiciera creerse superior a Dios.
Julián hecho en cólera quiso venganza, pero no dejaría que tales actos lo guiaran, sedujo a Eva dándole descendencia de vampiro, esto había dado lugar antes de que Satanás diera la manzana a Eva, dándole vida eterna a los vampiros salvo por algunas condiciones de sentido común.
La familia que habitaba dentro de la cabaña eran: Marin, primogénita de las Kido, dotada de un intelecto tan abundante como Julián o mayor incluso; Pandora la segunda mayor de las Kido, dotada de belleza pero de impulsividad; Saori tercera nacida en tal linaje igual o más hermosa que la primogénita de los Kido, Esmeralda la penúltima hermana entre los Kido, divertida, amorosa, soñadora, una niña en el cuerpo de una mujer y por ultimo Shaka, hermano menor y último hombre descendiente de los Kido, lleno de seriedad, sabiduría y paz, con la tarea de dar continuidad a la línea familiar Kido.
-¡Marin! ¡Marin ayúdame!- Esmeralda entro con su hermana mayor en brazos haciendo un gran alboroto pero no más del necesario al entrar en la cabaña
De inmediato la pelirroja se apareció frente a ellas con preocupación -¿Qué ha pasado?- pregunto con serenidad mientras libraba del peso a la pequeña rubia
-¡La encontré así en el bosque! ¡¿Fue un animal Marin?!- La menor siguió a su hermana mayor hasta su habitación donde recostó a Pandora
-Lo dudo mucho- respondió apenas prestándole atención, estaba más concentrada en atender aquellas hemorragias
-¡Pandora es muy fuerte! ¡¿Qué la habrá dejado así?! – Esmeralda estaba haciendo más bullicio del necesario, por lo cual alerto al resto de la familia Kido
-Cálmate Esmeralda…- unas cálidas manos acogieron sus hombros
-Hermana Saori, no puedo tranquilizarme ¡Es mi hermana! ¡Estaba tan herida! ¡Me asusté mucho!- la peli morado acaricio los cabellos dorados de su hermana menor para después depositar un beso en su frente
-Lo sé pequeña, pero el distraer a Marin en su labor de curar sus heridas solo hará que empeore- Saori miro con ternura a la menor de todas las hermanas mientras le dedicaba una fraternal sonrisa
-Saori lleva toda la razón- Shaka había mantenido su distancia desde el marco de la puerta –El llorar no curara a nuestra hermana, ni dará apoyo a Marin, hagamos el favor de retirarnos, bien dicen “Mucho ayuda el que poco estorba”- después de esto el rubio menor salió de la habitación
Saori tomo protectoramente a su hermana menor y esta se dio a la tarea de sacarla junto con ella de la habitación, dejando a la pelirroja a cargo de Pandora, un gran lapso de tiempo paso mientras curaba a la segunda de la familia.
-¿Cómo te has hecho esto?- pregunto más para sí misma que esperando respuesta de su hermana –Nada más te pedimos ir por agua, encima no la trajiste y regresaste toda golpeada, ¿De nuevo molestando al Dragón oscuro del bosque?- rio levemente para sí mientras retiraba los trapos mojados
Una gélida mano a penas y pudo sujetar la muñeca de la primogénita –Marin…- Pandora estaba débil pero había recobrado la conciencia
-Menos mal, ¿Qué te ha ocurrido?
-Saori… Saori, necesito verla- Pandora apretó con fuerza la muñeca de su hermana mayor –Es urgente… por favor tráela
Marin le miro preocupada –De acuerdo, aguarda aquí- esta se soltó de su agarre, dirigiéndose a la puerta de la habitación, camino hasta la sala de estar donde los tres hermanos esperaban noticias de su hermana
-¡¿Cómo está?!- Esmeralda fue la primera en preguntar, exaltando a los demás
-Despierta
-¡¿Se recuperara?! ¡¿Qué le ha pasado?!- Shaka tomo la mano de su hermana
-Esmeralda, recuerda que hemos decidido aguardar con paciencia, da oportunidad a Marin de hablar
-Lo siento- dijo la menor avergonzada mientras tomaba asiento en una silla de madera
-No quiere hablar, ha dicho que necesita hablar con Saori- ambas hermanas se miraron durante un momento –Es urgente
Saori asintió con serenidad, levantándose del asiento donde se encontraba –Con permiso- dejo atrás la sala donde sus tres hermanos esperaban, preguntándose ¿Qué sería tan importante como para dejar de lado las heridas? Pronto lo descubriría -¿Me necesitas?- Saori entro a la habitación y después cerró la puerta dando completa confidencia al asunto
Pandora asintió y después desvió la mirada –Acércate
La menor hizo caso a su deseo, tomando asiento donde hace un poco tiempo atrás estaba Marin atendiendo las hemorragias -¿Qué te ha ocurrido? ¿Estás bien?- Saori tomo la mano de su hermana mientras le miraba con aprensión
-Lo vi- se limitó a decir
Saori no comprendía a que se refería -¿Qué cosa hermana?
Pandora se giró temerosa buscando la mirada de su pequeña hermana –Hyoga- Saori de inmediato se inmuto, el aire se le había ido de los pulmones, en su estómago se había hecho un nudo de coraje y en sus ojos cian unas cuantas lagrimas amenazaban con querer salir, aquel hombre había traído vergüenza a su familia, aquella noche Saori y la familia Kido fue objeto de burla.
¿Un vampiro que tenía siglos de experiencia cazando humanos no fue capaz de devorar a un agricultor? Qué vergüenza, no solo eso, había sido golpeada con una pala, había dejado a un vampiro suelto, un neófito de los Kido, sin embargo este no acepto su procedencia y huyo.
Lo habían tomado por muerto, algo que aminoro la humillación de los Kido al pasar de los años, Pero ahora resultaba que estaba vivo, escondido en estos bosques –Ya veo… Aquí estaba
-No solo eso hermana, simpatiza con un hibrido, mitad humano y dragón
-¿Por qué me dices esto?- Saori miro con rabia el suelo
-Sabes muy bien porque, aun podemos arreglar esto, puede ser parte de los Kido formalmente y librarnos de toda burla, ¡Podremos regresar a Italia! A la casa Kido
-¡¿Es todo lo que te importa?!- Pandora guardo silencio ante el berrinche de su hermana -¡Ese hombre no merece ser un Kido! ¡Esa noche iba a deshacerme de él! ¡Era un estorbo! ¡Me dio tanta repugnancia cuando me beso! ¡Tener que coquetearle para poder obtener su sangre y los beneficios para mí! ¡¿No se te ocurrió lo mucho que me lastimaría el que estuviera vivo?! ¡Quiero deshacerme de ese asqueroso! ¡No me importa que no regrese a Italia con mi familia! ¡Quiero que sufra! ¡Quiero que le duela tanto como a mí!- El llanto de la menor se liberó después de tanto -¡Verlo muerto es poco! ¡Quiero que sufra lentamente! ¡Desgarrarle el corazón!
Pandora sonrió con cinismo –Entonces, deberíamos enfocarnos en su nuevo amigo.