Seiya y Hyoga se miraron angustiados –Yo iré por Shun, encárgate de Ikki – Dijo Hyoga con seguridad mientras lo tomaba por los hombros
-Pero la sangre…
-Por suerte me queda poco más de una hora, con suerte lograre traerlo en una pieza
-¡Pero si te queda menos! ¡No solo él morirá! ¡Tú también!
-Jamás permitiría que lo tocaran, a mí puede pasarme cualquier cosa, pero solo sobre mi cadáver le tocarían un pelo
-Pero Hyoga…
-Correré el riesgo, tengo que…
-¿¡Pero por qué?!
-Lo ama- Shiryu dijo aquello que era más que obvio pero que el corazón de Hyoga temía admitir-Seiya… deja que valla, encarguémonos de Ikki
El castaño miro a Hyoga con una gran felicidad al saber que aquellos sentimientos comprimidos habían renacido una vez más, pero esa felicidad era acompañada con una gran preocupación –De acuerdo, pero ¡Corre no te queda tiempo!
Hyoga asintió con una sonrisa en su rostro para salir corriendo de aquella cabaña, dejando a la pareja en soledad –Seiya… tenemos que ir por Ikki
-Tengo que ir yo, tu permanecerás descansando de tus heridas- el castaño se levantó mientras se alistaba para irse cuando de la nada sintió unos protectores brazos rodearle su cintura, aquel pequeño miro sobre su hombro encontrándose con Shiryu cerrando los ojos mientras degustaba su aroma
-Ten mucho cuidado… preparare una medicina para curarnos a Ikki y a mí
Seiya le miro con nerviosismo, la verdad es que estaba asustado, no era inútil pero estaba acostumbrado a que su luz siempre le ayudase o acompañaba –No tardare- Seiya se giró uniéndose ambos en un cálido abrazo casi pareciendo ser el último que se darían en su vida
El castaño beso tímidamente a su amor y después se despegó con totalidad de aquel dragón, si no lo hacía le sería imposible ir por el hermano mayor de Shun, corrió hasta las grutas que había señalado su luz, con el olfato más que pendiente principalmente al hedor de sangre; hasta que se topó con algo de mayor utilidad, las huellas de su amante sin perder tiempo salió en dirección de aquel camino hasta llegar a la entrada de una cueva subterránea, sin duda era aquel lugar, el castaño tomo una gran bocanada de aire conteniéndola en sus pulmones intentando tranquilizarse para después transformarse en lo que sería un murciélago blanco.
Se coló entre las rocas de la cueva para encontrarse con dos de los hermanos Kido hablando
-¿Entonces lo eh hecho bien hermano?- preguntaba Esmeralda con una enorme sonrisa inocente
-Claro que si pequeña, Saori pidió que liberásemos al hermano pero viendo las circunstancias estuvo bien que el otro se fuera primero, no creo que este chico dure mucho más con los castigos de Pandora- Shaka bufó levemente mientras sacudía los cabellos de su hermana
Fue cuando la sonrisa de Esmeralda desapareció –Pero hermano, el otro dragón dijo que vendría con ayuda para Ikki
-No te preocupes, dudo mucho que llegue a tiempo para avisar respecto a lo de Shun o lo de Ikki, veas por donde lo veas ambos hermanos morirán
Seiya estaba que no podía creerlo la chica que había ayudado a salvar a Shiryu simplemente cumplía ordenes de un macabro plan, viera por donde lo viera Saori Kido era de temer, solo esperaba el que Hyoga cumpliera victoriosamente su objetivo, sin más rodeo Seiya siguió revoloteando entre la caverna hasta encontrarse con un moribundo Ikki.
Seiya rápidamente se des transformo y corrió en su ayuda, su piel estaba simplemente destrozada por golpes, si al castaño le iba a dar un infarto a ver a Shiryu en muy malas condiciones ahora estaba pensando que había corrido con suerte, cada vez más se daba cuenta el porqué del odio de Hyoga hacia los Kido.
-Ikki… vamos compañero despierta- Seiya meció con cuidado los hombros del mayor esperando respuesta
-Shun… Shun… -Ikki había abierto levemente los ojos topándose con el castaño mientras que en momentos su mirada se distorsionaba
-No, soy Seiya, no te preocupes Hyoga ha ido a rescatar a tú hermano, tenemos que salir de aquí para que te reencuentres con él- Seiya rodeo su hombro con el brazo del mayor mientras que lo sujeto de la cintura << Pero ahora… ¿Cómo te saco de aquí?>>
Ambos chicos caminaron entre las sombras de la cueva esperando no toparse con ningún Kido, el castaño parecía ir arrastrando a Ikki por la caverna pero no podía quejarse, estaba con un pie en la tumba, hasta que por fin después de tanto vio una salida, una grieta donde Ikki cavia a la perfección y llevaba al exterior –Venga amigo tienes que trepar
Seiya coloco al mayor en posición y este con los escasos vestigios de energía que le sobraban intento trepar –No puedo…- dijo derrotado mientras claramente se rendía
-¡Vamos Ikki! ¿No querías ver a tú hermano? Hyoga seguramente ya le llevo a la choza y está a salvo, ha pasado todo este tiempo buscándote, no lo decepciones ¡Si él se ha esforzado al máximo ¿Por qué tú no?!
El castaño tenía razón, no podía rendirse, no ahora, saldría de esta maldita cueva iría a la choza del rubio aunque fuera a rastras llegaría y vería a su hermano sano y salvo y después moriría ¡Pero no antes! ¡No ahora! ¡No moriría en estas grutas! –De acuerdo- Ikki siguió trepando entre la grieta hasta por fin estar afuera
-Maravilloso, ahora espera afuera ya voy- Nuevamente el castaño se trasformaría pero un golpe lo detuvo
-¡Eres una inútil!- parecía ser la voz de una mujer, Seiya se acercó guiándose por el odio hasta encontrarse con Saori abofeteando a Esmeralda
-Pero hermana… ¡Hice lo que me pediste!
-¡Pero lo hiciste antes de tiempo! ¡Hyoga ha rescatado a Shun y todo esta arruinado! –aquella chica volvió a golpear a la menor una y otra y otra vez hasta desquitar su coraje
Seiya simplemente estaba horrorizado ante tal escena ¿Cómo era posible? –Basta… ya… ya… por favor…
Los ojos de esmeralda se habían sellado por los maltratos de su hermana mientras que Saori solo la miraba con repugnancia –Eres una estúpida – dejo a su hermana en el suelo mientras daba vueltas como león enjaulado -¡¿Qué hare ahora?!
-Dejarlos en paz- Marin había aparecido de entre las sombras
-¡¿Cómo puedes decir eso?!- Marin ignoro completamente a su hermana caminando a un costado suyo hasta llegar a Esmeralda quien estaba aún derribada en el suelo
-Esta obsesión tuya no tiene fundamentos válidos, solo olvida al muchacho y sigue con tu vida como lo ha hecho él- la pelirroja levanto a su hermana menor entre sus brazos –No seas infantil y acaba con esta locura
Marin dejo a Saori con la mirada molesta y la sangre hirviendo de odio, Seiya ya no podía estar escuchando más por lo que se transformó en un murciélago y salió por la misma grieta que Ikki anteriormente, una vez fuera se transformó en un águila, con sus patas cargo al dragón en forma humanoide y lo elevo por los aires lejos de aquella familia de locos hasta la choza de Hyoga.
Al llegar Seiya se encontró con Shiryu recuperado y con la medicina prometida para Ikki –Has llegado, tráelo a la cama- dijo Shiryu ayudando a Seiya a recostarlo
-¿Qué tan mal esta?
-Sanara, pero esas heridas tomaran tiempo, le dieron un remedio para que no pudiese transformarse en dragón por los día y no tengo idea de cuanto más valla a durarle el efecto- Con ingenio hizo que Ikki bebiera el medicamento que había hecho durante la ausencia del menor, de inmediato se notó una clara regularización en su pulso y en el color de su piel –Con esto tendrá, ahora solo necesita descansar
Seiya y Shiryu abandonaron la habitación, el castaño aprovecho para contarle todo acerca de su fugaz visita a la caverna y del maltrato de Saori hacia su hermana menor -Ya veo… así que su hermana nos liberó por parte de una estrategia y no por voluntad propia
-¿Crees que haga caso? ¿Crees que deje en paz a Hyoga?
-Lo dudo bastante, algo es seguro, ninguno de nosotros estamos seguros en este bosque, no mientras las Kido estén con vida