El atardecer se hacía notorio l igual que la preocupación del de cabellos color chocolate, Hyoga no regresaba con el hermano menor de Ikki, varias veces había decidido ir a buscarlos, quizá fueron capturados, quizá no lograron escapar de la gente, quizá Shun fue incinerado completamente y Hyoga estaría buscando una forma de suicidarse o cualquier otra razón.
Pero Shiryu siempre le respondía “confía, ya vendrán”, ¡¿Pero cuánto más irían a tardar?! Se decía Seiya en sus adentros, estaba intranquilo simplemente no podía dejar de esperar fuera de la puerta viendo cualquier indicio de proximidad o movimiento.
Justo en ese momento Ikki se levantó de la cama donde reposaba sus maltratos causados por una de las Kido, el dragón Shiryu al verle inmediatamente protesto –Deberías descansar un poco más, la medicina es efectiva pero aun así necesita tiempo
El mayor miro con torpeza los alrededores buscando a una sola persona -¿Dónde está mi hermano?
Seiya y Shiryu le miraron en silencio con una clara inconformidad con la respuesta que darían –Aún no llegan…- dijo Seiya desviando la mirada de aquel dragón para volver a mirar el paisaje del bosque
Seiya estaba asustado, pues recordaba con claridad que Hyoga estaba perdiendo inmunidad ante los rayos del sol, si quería regresar tendría que ser en la noche o peor aún tendría que beber la sangre de algún humano, Ikki resoplo molesto –Sabia que esto era trabajo para dragones y no para vampiros- el mayor comenzó a caminar hasta la puerta siendo detenido por Seiya –Apártate
-¡¿Qué piensas hacer?!- dijo Seiya obstruyendo el paso sin tocarlo, aún conservaba cierto miedo a la reputación de aquel dragón
-Iré por mi hermano y si me queda tiempo por tu amigo
-¡Ni hablar! ¡Si Shiryu no me dejo ir por ellos tú menos iras!
Ikki bufo -¿Y porque habría de hacerle caso a Shiryu?
-¡Porque él mando a salvarte a ti y a tú hermano!- Ikki le miro en silencio -¡No era su obligación! ¡Pudo haberte dejado en las garras de esa horrenda familia de vampiros pero no lo hizo porque es alguien muy noble y gentil! ¡Así que haz el favor de confiar en Hyoga!- Ikki una vez más hizo una mueca de desagrado pero se resignó tomando asiento en una de las sillas del comedor, Seiya relajo sus facciones de igual manera alegre por haberlo convencido de esperar –Estoy seguro de que no deben de tardar- Ikki le miro quisiera o no preocupado y Seiya correspondió el gesto con una sonrisa
Shiryu le miraba en silencio con una sonrisa enorgullecida, siempre que menos lo esperara aquel castaño le daba varias sorpresas -¿Mataron a las Kido?- pregunto Ikki en un intento de cambiar la conversación
Seiya negó con la cabeza mientras miraba a Shiryu preocupado –Shiryu dijo que no estaríamos a salvo en este bosque al menos hasta que estuvieran muertos…
-Y tiene razón, son vampiros y son mujeres, no hay nada peor en este mundo…- dijo Ikki con un cierto tono de sarcasmo en su voz
-¿Pero cómo matarlos?- pregunto Seiya, la realidad es que ni Hyoga sabia como
-No tengo idea- respondió Ikki, un silencio sepulcral invadió la habitación y casi al instante un hedor impresionante a sangre, los tres monstros reaccionaron inmediatamente buscando el origen de aquel aroma
Seiya instintivamente salió de la choza esperando que aquello no fuera quien el creía, Shiryu le siguió preocupado e Ikki por ultimo camino hasta la salida al paso que él podía mantener –Hay no…- dijo Seiya mirando a un rubio lleno de sangre en toda extremidad cargando a Shun en sus brazos
El menor estaba en perfectas condiciones, había cumplido su objetivo sin problemas pero la sangre sin duda era inquietante –Hyoga ¿Estas…? –Shiryu pregunto pero fue interrumpido o más bien ignorado por la indiferencia del rubio
Hyoga pasó entre los tres con la mirada perdida y sin intenciones de responder a algún comentario de los espectadores y no por gusto si no porque no los podía ver, a sus ojos lo único que veía era al pequeño Shun desmallado por falta de sangre -¿¡Le has chupado la sangre a mi hermano desgraciado?!- Ikki se colocó delante del rubio al percibir un vestigio de la sangre de su hermano menor entre el resto, pero nuevamente Hyoga le ignoro siguió caminando -¡Responde!- Shiryu lo detuvo tomándolo por el hombro
-Es inútil… esta en shock- Ikki miro interrogante a Shiryu y después giro su mirar a Hyoga quien seguía caminando casi en automático
-¿Qué quieres decir?- cuestiono Ikki mientras miraba con detalle al salvador de su hermano menor
-Viendo las cosas es fácil suponerse que Hyoga se vio en la necesidad de asesinar humanos- dijo Shiryu con serenidad, pero esas palabras tenían más significado del normal, Seiya de inmediato comprendió aquello poniendo un claro semblante de aflicción
-Hyoga…- dijo en un susurro Seiya mientras corría a su lado
Ikki aun sin comprender miro la acción de Seiya -¿Y?
Shiryu soltó el hombro del mayor –Hyoga antes era un humano- Ikki no reacciono ante tal confesión –Una de las hermanas Kido transformo a Hyoga en vampiro y desde entonces ha sufrido, vio morir a su madre, vio morir a su hermano y vio desaparecer todo aquello que conocía, vino a este bosque con la esperanza de comenzar de cero, no sin antes prometerse asimismo que nunca dañaría a un ser humano por más cruel que este fuera, porque todo ser humano tiene familia y esta sufriría por su perdida, él no quiere causar el mismo dolor que sintió
Ikki miro nuevamente en los adentros de la casa, vio como Hyoga colocaba a su hermano menor con delicadeza sobre el mullido colchón donde antes el descanso y con gentileza lo arropo, para después salir de la cabaña aun con sus movimientos casi automáticos, era claro que no pensaba lo que hacía, parecía estar en un trance del que nadie fuese capaz de traerlo de regreso y fue cuando un recuerdo fugaz volvió a su mente, un pequeño momento entre él y su padre que pareció traerle la respuesta a todos su problemas.
-¿Por qué las Kido buscaron dañar a mi hermano?
-Porque es cercano a Hyoga
Ikki guardo silencio un momento pensando los pros y contras de aquella idea que tenía en mente –No queda de otra- dijo más para sí mismo que para Shiryu
-¿Ikki?-
-Hace años mi padre me conto de unos videntes en otros bosques, se dice que estos conocen todo, seguramente saben cómo destruir a los vampiros – este se cruzó de brazos mientras cerraba sus ojos pensando en aquello
-¿Hablas de Milo y Camus de Antares? –Dijo Shiryu inseguro de aquello
-Efectivamente
-Eso es solo una leyenda- replico Shiryu
-Sí que son reales, mi padre los conoció- Shiryu le miro asombrado por aquello –Me dijo en dónde están y como encontrarlos, el problema es que…- El mayor miro a su pequeño hermano reposando en la cama de Hyoga
-No quieres dejarlo solo
-Pero si no voy nunca nos desharemos de esas plagas
Ambos guardaron silencio –Iré contigo
-No necesito estorbos
-Si vamos ambos podremos cuidarnos las espaldas, aun estas herido Seiya y Hyoga cuidaran de Shun, no me cabe duda, de todas maneras tu hermano ya no puede regresar a la aldea o lo mataran
La noche poco a poco fue adornando el cielo para después Ikki dar respuesta a aquello –De acuerdo, nos vamos ya mismo
-¿No esperaras a que despierte tu hermano?- pregunto Shiryu asombrado
Ikki negó decaído –Si le espero querrá venir conmigo o peor, querrá que no valla no me puedo dar ese lujo, despídete de tu noviecito y ve por tus cosas –dijo mientras caminaba en dirección a su cueva –Te esperare en la montaña, no tardes- para desaparecer entre los arboles
Shiryu soltó un gran suspiro para después mirar a Seiya quien atendía a Shun en la cama de su amigo Hyoga, poco a poco avanzo hasta la choza del rubio hasta adentrarse en ella -¿Dónde está?
-Salió a caminar… estaba muy deprimido, ni siquiera me dirigió la palabra o la mirada -Shiryu acaricio los cabellos de su amante para después mirarlo con tristeza -¿Qué ocurre?
-Tengo que irme un tiempo
-¿¡Que?! ¡¿A dónde?!
-A otros bosques, buscaremos a dos videntes que posiblemente tengan la respuesta de como aniquilar a los Kido
-De acuerdo, deja empaco mis calzones y nos vamos – Shiryu le miro algo nervioso –No quieres que valla ¿Cierto?
-Me sentiría más tranquilo si te quedas a cuidar a Hyoga y Shun
-Puede quedarse Ikki, después de todo aún está herido y necesita descansar
Shiryu rasco su nuca con inconformidad –es que él ira conmigo, él es el que conoce el camino
Seiya puso un claro semblante de desacuerdo, ¿pero que más podía hacer? Alguien tenía que quedarse y Shiryu confiaba en Seiya antes que en cualquiera –Vale mi luz… lo hare por ti
Shiryu sonrió y de inmediato lo compenso con un abrazo y un breve beso en sus labios –Sabía que podía contar contigo
-Ve a guardar lo necesario, te preparare algo para el camino y al otro mal agradecido también