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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

¡EH VUELTO!

BUENO :V 

PEDRADAS AL FINAL 

¡A LEER! 

[extrañaba decir eso :'v]

Shun observaba a los ojos a Hyoga, aquellos incomparables ojos celestes estaban opacos y sin vida y todo por aquella frase “simplemente los mate” el rubio miro sus manos que estaban sin gota de sangre alguna, sin embargo sus mangas y partes de sus pantalones manchadas con color carmín oscuro eran prueba de su brutalidad –Primero fueron quince… después llegaron refuerzos… cincuenta quizá… o más… perdí la cuenta y de no ser por ti hubiera matado a toda la aldea…

Shun simplemente estaba anonadado, no le asustaba la idea de que Hyoga asesinara… le asustaba la idea de que él fuera el motivo por el que se detuvo -¿De no ser por mi…?

El rubio se giró a mirarle a los ojos, esas esmeraldas brillantes que siempre le hacían sentir debilidad y que poco a poco se dio cuenta que sin ellas seguramente moriría literalmente, pues aquellos ojos brillaban más que la Luna en su punto más alto, aquella sonrisa era más hermosa que todo el firmamento plagado de estrellas, su olor era más refrescante que la brisa nocturna a la que tanto estaba acostumbrado pero lo que enserio lo hacía estremecer era el hedor y el sabor de su sangre.

El rubio se dejó caer en la madera húmeda mirando las estrellas pero eso solo era una excusa, realmente quería tratar de enfocar sus pensamientos en algo más que no fuese la sangre del que estaba a un lado suyo –Eres mi debilidad- dijo para sí mismo.

Shun ladeo su cabeza con un poco de brusquedad, aquella mirada profunda nuevamente le hizo quedarse sin palabras y pese a todo lo ocurrido meses antes y el esfuerzo que hizo para ignorarle fue a rescatarlo, nunca lo había abandonado, tanto con el asunto de su hermano como con sus sentimientos –Perdona… ¿Dijiste algo?

Hyoga no reacciono ante aquello, es más era mejor el que no le hubiese escuchado, con delicadeza tomo la muñeca de Shun, ambos se miraron en silencio y casi de inmediato Hyoga tiro con fuerza de la muñeca de Shun para que estuviese recostado en su pecho –Mira las estrellas conmigo- Shun se silenció, aunque Hyoga estuviese frio en ese momento Shun no lo percibía pues el solo hecho de estar en su pecho recargado mirando el cielo era suficiente para sentirse cálido.

-Gracias por salvarme- se atrevió Shun a romper aquella atmosfera silenciosa, sin embargo no hubo respuesta verbal y eso le incomodo aún más, creyendo que Hyoga había caído dormido, el menor se giró lentamente para observar el rostro de Hyoga para poder comprobar si había caído en brazos de Morfeo, pero sus sorpresa fue otra al atraparlo mirándolo.

Ambas miradas se habían atrapado, Hyoga no podía dejar de mirarlo aunque quisiera y Shun no podía articular pregunta alguna porque su voz había desparecido y poco a poco se hacía un nudo en su pecho, ¿Era posible estar tan cerca y tan lejos a la vez?, el silencio mataba a Shun nunca le había gustado tener ese silencio con Hyoga porque en lugar de no escuchar nada escuchaba todo, el rio, el viento, los grillos, todo menos esa voz firme que era música para sus oídos.

Hyoga fue el primero en moverse pues aquello había generado tanta inestabilidad en él, roso su mejilla con su mano temblorosa como si estuviese asustado de romperlo o rasgar aquella fina piel, Shun se chispo por aquel contacto sin embargo no se movió –No resisto más…- dijo el rubio sin dejar de delinear la tersa mejilla de su acompañante

Shun estaba anonadado -¿A qué te refieres?-  respondió con una pregunta predeterminada, pues en ese momento su cerebro no podía pensar en algo más, los ruidos exagerados causados por los latidos de su corazón eran suficiente distracción para no pensar con claridad

-Hace un momento no me escuchaste… pero dije que eres mi debilidad- Hyoga retrocedió su mano del rostro de Shun, ambos se miraron por segundos, pero cabe mencionar que para ellos parecieron eternidades, el rubio se levantó de la madera para entrar a su casa, no sabía que más hacer o decir sabiendo que tenía miles de cosas en mente o quizá porque en ese momento las palabras sobraban.

Shun se levantó rápidamente tras él, entrando y cerrando la puerta tras de sí -¡¿A qué te refieres?!- pregunto Shun nuevamente, no podía pasar otra pregunta en su cabeza

Hyoga se giró para mirarlo sobre su hombro, dudaba si decirlo, pero si no se lo decía esta vez podía perderlo, la última vez le costó meses de ser ignorado y esta mañana casi lo perdía en una hoguera, pero ¿Qué había de aquella vez con Saori? Ese día perdió su humanidad, a su familia, amigos, su vida, perdió todo –No creo que sea correcto decirlo- nuevamente había huido de aquello

Pero Shun no le dejaría hacerlo otra vez -¡¿A que le temes?!- Hyoga se giró a mirarlo confundido, Shun temblaba por la angustia, la ira de no poder soportar el que Hyoga no fuera capaz de decir aquello que ambos sabían que había entre ellos -¡¿Por qué no quieres decirlo?!

-¡Porque la única vez que lo hice perdí todo!- grito Hyoga

Ambos se silenciaron durante segundos –Pero dime… ¿No ganaste nada a cambio?- Hyoga se petrifico ante eso, nunca lo había puesto desde ese punto de vista, la verdad es que había obtenido a Shiryu, Seiya, una vida de casería como un verdadero animal, aunque nunca lo veía de esa manera obtuvo inmortalidad, la muerte no era un problema algo que los humanos deseaban por temor a que habría después de esta y por supuesto su mayor recompensa.

-Tú cariño incondicional…- dijo al aire sin percatarse de eso, por supuesto las mejillas del menor se sonrojaron y fue inevitable que una sonrisa tierna escapase de esos labios –Pero… me volví adicto a ti- se acercó lentamente pues sabía que si no se controlaba podría terminar mal la situación

Hyoga lo aprisiono en su pecho utilizando sus brazos, lo abrazo con fuerza al punto de levantarlo levemente del suelo apenas dejando rosar la punta de sus pies con la madera blanca, Shun cerro sus ojos, aunque no era costumbre tener este tipo de acercamientos no le resulto para nada incomodo, el rubio olfateaba sus cabellos memorizando su aroma.

Sus impulsos eran cada vez más quería tenerlo, quería hacerlo su presa nuevamente quería clavarle los colmillos, de un fuerte abrazo paso a acorralarlo en el suelo, teniendo prisioneras sus muñecas con fuerza, colocándose sobre él para evitar que escapase aunque Shun no tenía la más mínima intención de liberarse de aquello –No resisto, no puedo- dijo Hyoga con dificultad mientras colocaba su cabeza entre el cuello de Shun –Quiero tu sangre, debe ser mía, no puede ser de nadie más…-  dijo Hyoga ya con poca cordura

Apretó con más fuerzas las muñecas de Shun haciendo que este soltara un leve quejido –Hyoga…-

Las pupilas del rubio estaban dilatadas, sus colmillos estaban resaltando e inconscientemente su fuerza iba en incremento, estaba a punto de clavarle los filosos molares en el cuello o donde alcanzara a poder morder sin embargo algo en su interior grito <<  ¡Míralo a los ojos!>> al principio intento ignorar aquella voz interior, aun así la poca cordura que permanecía en su interior logro su cometido, termino mirándolo a los ojos; esperaba encontrarse con una mirada horrorizada o con lágrimas en sus bellos ojos, pero en su lugar se encontró con una bella sonrisa.

-Hyoga… deberías prestar más atención- dijo con ternura, el rubio comenzó a relajar las facciones endurecidas de su rostro a causa de sus instintos salvajes, sin embargo aún no volvía por completo en sí –Si quieres mi sangre te la daré con gusto… pero necesito que me sueltes

Hyoga tardo un poco en reaccionar, ¿Seria verdad aquello que decía? O lo hacía solo para poder despistarlo y escapar << ¡Pero qué cosas pienso! ¡Es Shun no me mentiría!>> gritaba en sus adentros. Por fin decidió soltar sus níveas muñecas ahora enrojecidas por la fuerza que coloco al sujetarlo.

Shun se levantó con lentitud, temía que aquel vampiro pudiese reaccionar a un movimiento en falso, extendió su mano para que aquel vampiro lo siguiera –Ven conmigo…- Hyoga accedió tomo su mano y este fue dirigido a la cama, el menor tomo asiento y enseguida Hyoga le imito

El menor saco una de sus filosas garras y corto apenas un poco en su muñeca dejando salir el líquido carmín, como era de esperarse Hyoga perdió el control por el hedor y se le abalanzo, gruñidos se escuchaban tratando de contenerse aquello era una tortura deliciosa para el mayor –Hyoga… mírame- dijo Shun tomando sus mejillas para que lograra mirarlo –No pasa nada… contrólate, puedes hacerlo- el rubio se sentía tan indefenso con aquellos ojos mirando los suyos aunque sabía que era capaz de matarlo si él lo deseara.

El menor con cuidado coloco su muñeca sangrante en los labios del mayor, cuando el mayor intento siquiera sorber el liquito de Shun este retiro su mano inmediatamente –Despacio… nadie te lo arrebatara- Hyoga le miro como si de un cachorro regañado se tratase –Además… quiero que me mires a los ojos mientras la bebes- concluyo Shun para después acercar nuevamente su brazo a los labios del rubio.

Hyoga obedeció sin dejar de mirar las esmeraldas de Shun lamio la muñeca de Shun disfrutando cada segundo de ese exquisito sabor, era lo mejor que había probado en su vida le hacía sentir tan vivo y fuerte, Hyoga no pudo controlarse más y cerró los ojos sin propasarse al chupar la sangre del menor, aun así algo en su interior lo invadió un sentimiento de soledad, aunque sabía que Shun estaba a escasos centímetros de él lo sentía tan lejano.

Con tosquedad paso su brazo tras su espalda rodeándola y abrazo su cintura con la otra mano disponible, Shun se estremeció sus latidos incrementaban y con ello su sangre se hacía más deliciosa. –Me pregunto si sabrás igual en todos lados…- susurro mientras reintegraba el contacto visual con Shun, tomo la garra de Shun y la llevo directo a su cuello haciendo un pequeño corte, de inmediato lamio el líquido cuidando de que cada gota fuera a su lengua y no se desperdiciara.

-Sabes aún más dulce en esta zona…- contesto Hyoga a su pregunta sin alejarse del cuello del menor, el menor solo soltaba leves gemidos al aire al sentir aquella boca invasora.

-Hyoga… ya… es suficiente- dijo Shun esperanzado en que le hiciera caso, aunque Hyoga no pensaba lo mismo

-¿Qué dices…? Apenas comenzamos- dijo el rubio para recostarlo por completo en el colchón, levantando aquella camisola blanca que aun llevaba de la ejecución de esta mañana, con rapidez descendió a sus piernas, viendo que Shun no prestaría su filosa garra para esa zona tomo una daga que guardaba bajo su colchón como medida de prevención en las lunas llenas, corto con delicadeza la piel del menor y lamio nuevamente su sangre, aquello parecía una mezcla de gula y lujuria, pues el rubio no solo estaba interesado en su sangre si no en su piel.

¿Qué más daba? Igual terminaría lleno al infierno por todo lo demás que había hecho en su vida y si iba a parar en ese lugar quería irse contento, chupo aquella sangre y realizo más cortes al menor, en su hombro, en su pecho, en su espalda, en su mejilla y de no ser porque la daga se calló debajo de la cama por tantos movimientos bruscos no se hubiera detenido nunca.

Hyoga temblaba por tanta adrenalina, de tanta sangre que había consumido seguramente sería aprueba de sol por tres meses si no es que más y fue cuando en ese momento se dio cuenta de lo que menos se esperaba, Shun le hacía sentir fuerte, era su protección, era esa persona que podía sentirle debilidad y fortaleza a la vez, era esa persona a la cual podía entregarse sin miedo porque sabía que sería equitativo como aquella mujer.

Unos cálidos brazos lo sacaron de ese temblar que mantenía a causa de la adrenalina -¿estas satisfecho?- dijo con calidez Shun, no le importaba el estar arañado de toda parte del cuerpo si era para que Hyoga pudiese estar bien con su sangre.

El mayor no pudo evitar el llorar por aquello –Dios… ¿Por qué? ¿Por qué eres tan bueno conmigo?- dijo mientras sollozaba en el pecho del menor, el de cabellos verdes no respondió solo se decido a abrazar al mayor -¿Qué hice para merecer que alguien como tú este a mi lado?- rompió a llorar

Hyoga lo abrazo con fuerza -¿Por qué solo contigo me siento débil…? Pero a la vez me das fuerza ¿Cómo es eso posible?- dijo tomándolo del rostro aun con sus ojos llenos de lagrimas

Shun correspondió aquello con una sonrisa sincera –Es porque… eso que tú no quieres decirme por miedo yo también lo siento…- dijo recogiendo los cabellos de la cara del rubio, este mismo se asombró de aquello –dilo… y te prometo que siempre estaré a tu lado… siempre, solo necesito escuchar esa palabra de tus labios- dijo Shun acercándose a su rostro.

Hyoga temblaba pero esta vez no era por la adrenalina, sino por la ansiedad estaba a una palabra de su felicidad… solo debía reunir el valor para admitirlo, Seiya lo sabía, Shiryu lo sabía, Shun lo sabía ¡Hyoga lo sabía! Reunió el aliento necesario para aguantar la respiración unos momentos y tranquilizarse mientras miraba el semblante paciente de Shun –Te amo- dijo Hyoga para después besar por primera vez a Shun.

 

Notas finales:

Si lo sé... lo sé seguramente ahora estarn diciendo.

¡¿Donde coño estabas?! ¡Te hacia muerta! ¡Crei que tenias cancer! etc...

¡PERO NO! :v la verdad me quede sin inspiracion pero a vuelto este bello sabado 02 de septiembre del 2017!!!!

en fin dejenme sus quejas, comentarios, amenzas de muerte y opiniones sobre la historia, siempre me motivan para seguir adelante.

Un aviso más, esta historia tambien esta disponible en wattpad hace ratito subi todos los capitulos :v 

y aquellos que me leen y son fans de KatsuDeku ¡Si señores! tambien comenzare un fic de esa bella pareja xD

¡Por Dios no puedo terminar los que tengo y ya quiero subir de otros animes jajajaj! Pero bueno un beso a todos y una vez mas disculpen la tardanza

 

 

¡SIGO VIVA!


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