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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

Pedradas y amenzas de muerte al final

¡A leer!

La madrugada apenas comenzaba, los humanos dormían en sus respectivas camas en la aldea de Yuzen, lo cual era perfecto para el alboroto que hacia Dohko al buscar un objeto que necesitaba para cumplir el deseo del azabache, esculcaba entre sus cosas que estaban custodiadas o mal guardadas en la abertura de un viejo roble, tomaba cosas al azar y las lanzaba a donde fuera sin fijarse si estas servían. -¡Aquí estas!- grito victorioso, entre sus manos tenía una caracola de mar color coral con tonos blancos.

Los dragones miraron extrañados el objeto -¿Qué es eso?- pregunto Ikki señalando la caracola con poca importancia –Es una concha, ¿Nunca has visto una?- pregunto asombrado y extrañado, la cien de Ikki resalto, ¿Cómo era posible que este espíritu tomara todo a juego? -¡Me refiero a de que nos servirá!- dijo irritado –No, tu preguntaste que era- dijo alegre para corregirlo, Ikki golpeo su cara con la palma de la mano intentando relajarse.

Aun así, antes de que el peli azul se lanzara a las ofensas verbales o peor físicas Dohko soplo la concha de mar, después hizo una leve pausa y volvió a tocarla un total de tres veces, justo frente de ellos se hizo una abertura de luz como si fuese un portal mágico –Llévanos con Antares- pronuncio Dohko, de inmediato la abertura de Luz se abrió en un círculo desproporcionado, mostrando un rio pacifico, ligeramente parecido al de casa, este era iluminado por el resplandor de la luna, acompañado por el canto de los grillos y por último la brisa era tan tranquila y rítmica como la melodía de un violín o un piano al sonar.

-Síganme- pidió el espíritu, acto seguido el hombre atravesó la puerta que había abierto, los dragones se miraron dudosos, sin embargo la mano de Dohko volvió a atravesar el portal haciendo una seña de que se acercaran, nuevamente se miraron y asintieron a la vez, no tenían tiempo que perder.

Cruzaron el portal y estaban en un segundo en el rio Antares, tal cual se veía a través de la puerta, esta se cerró exactamente el ultimo dragón cruzo por completo. -¿Dónde estamos?- pregunto Shiryu mirando los alrededores asombrado, pues habían recorrido 7 días de viaje en unos cuantos pasos –Esto queridos turistas, ¡Es el rio Antares!- dijo alzando sus brazos presentando el paisaje –Mejor conocido como el lago del escorpión-

-¿Lago del escorpión?- preguntaron ambos dragones -¡Sí! Eso dije, ¿Para qué lo repiten?- dijo Dohko –Que cómico- comento Ikki -¿Dónde se encuentran los videntes?- cambio de tema Shiryu –Allí- dijo señalando el lago –Viven debajo del rio de Antares- dijo como si nada -¡¿Y cómo vamos a llegar hasta allá abajo?!- grito Ikki –Pues nadando- dijo con tono sarcástico, Dohko tenía que bajarle las bromas si no quería morir

El castaño se acercó hasta la orilla del lago Antares, hundió su mano en las relajadas aguas como si este buscara algo en ellas, los dragones impacientes lo miraban, por un lado Shiryu sabía que el espíritu de Yuzen sabía lo que hacía, sin embargo Ikki lo dudaba mucho.

Efectivamente Dohko estaba buscando algo en las orillas del rio por debajo del agua, pues al voltearse tenía en sus manos tres burbujas que parecían de cristal, sin embargo Dohko podía apretarlas como si fuesen gelatina, entrego una a cada uno de los dragones para después explicarles antes de preguntar. –Estas son conocidas como burbujas de acuario ¿Alguno de ustedes sabe qué son?- dio la oportunidad, ambos se miraron y negaron con la cabeza –Bien, explico. Estas son burbujas creadas por el caldero marino de Acuario, se encuentra en las profundidades del rio Antares, estas burbujas tienen un lapso de vida de 48 horas una vez llegan a la superficie, con ellas podremos tener oxigeno suficiente para llegar al fondo.- una vez dicho esto Dohko tomo la burbuja y la llevo a su boca.

Después de tragarla este salto directamente al agua, los dragones hicieron lo mismo, si el rio era bello por la superficie, por dentro era majestuoso, la luz de la luna era lo suficientemente capaz de alumbrar hasta el más mínimo rincón de las profundidades del rio, sumando el resplandor que causaba el rio por sí solo, se veía un ambiente tan iluminado más que la luz del día, pero aun así conservaba la tonalidad de la noche.

El trio de hombres nadó hasta el fondo sin problema alguno para respirar, hasta encontrar literalmente un castillo en las profundidades, se veía que esos videntes vivían como creían merecerlo. Dohko estaba esperándolos en lo que parecía ser la entrada del palacio, al llegar pudieron admirar más detenidamente, el palacio parecía estar hecho de una especie de coral lo cual era extraño tratándose de un rio de agua dulce, el coral estaba en tonalidades oscuras simulando ser algas y lodo, Dohko abrió las puertas del castillo sin llamar o anunciar su llegada.

Al entrar para sorpresa de los dragones no había ni una sola gota de agua en el palacio, una barrera invisible mantenía el agua fuera de los muros del lugar, las criaturas pasaron con normalidad al catillo de coral, que por dentro lucia aún más extravagante de lo que debía ser, estaba hecho de cristales color azul con un tono verdoso, no parecía estar hecho de algún rastro de coral como lo parecía el exterior.

-Bienvenido Maestro y acompañantes, los estábamos esperando- un hombre de cabellera azul marina, ojos del mismo tono que vestía pantalones blancos pegados a sus piernas y una camisa desgastada de lana roja los recibía con una charola repleta de comida y bebidas para el trio de visitantes – Por favor sírvanse, deben estar cansados- extendió la charola a los invitados

-Pero el viaje no fue largo, gracias al espíritu de Yuzen el viaje se ahorró casi una semana- dijo Shiryu tomando una bebida y refrescando su garganta –No, lo digo por soportar a Dohko por un buen rato- comenzó a soltar a carcajadas -¡Es más castroso que soportar al sobrino de Mu!- comparo casi con lágrimas en los ojos.

-Bravo, otro graciosito- dijo Ikki comiendo uno de los manjares que les había ofrecido –Nunca cambias- dijo Dohko acercándose –Camaradas, este es Milo de Antares, es el guardián del rio del escorpión y uno de los mejores videntes de la región- dijo orgulloso como si un padre presumiera a su hijo –Vamos Maestro, no sea exagerado, sabe que no podría ser nada sin Camus, quien por cierto no está nada contento de que estén aquí- dijo un poco decaído

-¿Dónde está tu esposo?- pregunto Dohko mirando por los alrededores –Maestro, que visita tan inesperada- de una de las esquinas apareció un hombre caucásico, su piel parecía tan blanca como la misma nieve, sus ojos eran de un azul aguamarina, su cabellera larga era de un tono azul un poco más oscuro, este vestía unos pantalones más ajustados que los de Milo en un color negro, mientras que en la parte superior utilizaba una playera sin mangas color lila.

-¿Inesperada?- dijo Dohko extrañado -¡Eres un vidente! ¡¿Cómo no me viste venir?!- tanto Milo como Dohko comenzaron a reír por la ironía, sin embargo Camus no compartía su sentido del humor, Camus frunció el ceño de inmediato, ese gesto fue suficiente para que Milo se silenciara pero en Dohko tardaba un poco más en surgir efecto

-Ya vi quien lleva las riendas en la casa- susurro Ikki burlón en el oído de Shiryu, este se limitó a guardar silencio, pues quisieran o no necesitaban de su ayuda, Dohko había dicho que no sería fácil el ponerlos de acuerdo, lo último que necesitaban era tener a uno de los videntes en contra.

-Videntes Antares hemos venido desde lejos para pedir su sabiduría- dijo Shiryu hincándose mostrando todo el respeto que se merecían –Sabemos  a qué vienen- dijo Camus –Por algo les prepare tarta de arándanos- dijo Milo -¡¿Es mi receta?!- pregunto Dohko incrédulo –La misma respondió Antares sonriente –Eres un bruto ¡Se nota que no herviste los frutos antes de hacer la jalea!- El castaño dio un coscorrón al vidente -¡Es que Camus no me ayudo! ¡Me perdí en las instrucciones!-

-¡Has deshonrado mis enseñanzas! ¡Peor aún! ¡Has deshonrado a mi abuela animal! ¡Eres vidente ¿Cómo no viste esto?!- Dohko daba golpes a su cabeza y hacia movimientos con sus brazos desesperado -¡Camus dile me está regañando!- dijo Milo buscando a su esposo con un semblante triste –Eso te ganas por querer recibirlos con una receta que claramente sabes que no dominas- dijo Acuario con frialdad

Incluso a Ikki eso le pareció bastante… cruel –Milo humedeció sus ojos de inmediato –Mi mamá me dijo que no me casara con un hielo de corazón, ¡¿Por qué no te hice caso?!- grito rompiendo a llorar, mientras aventaba la bandeja lejos aun teniendo comida sobre ella para abrazas a Dohko quien también parecía haberse apenado por Milo –Ya… ya… no hiciste nada malo… bueno si, pero puedes practicar más para lograrlo-

Camus le miro entristecido, aunque su rostro no pareció cambiar demasiado al serio, camino con lentitud hasta llegar con su amado y tocarlo con delicadeza por el hombro, Antares se giró al llamado con los ojos cristalinos derramando lagrimas – ¿Estas bien?- dijo Camus preocupado, Milo miro en otra dirección y asintió con la cabeza aunque todos supieran que era mentira –Te ayudare la próxima vez, lo prometo- dijo Camus retirando su mano del hombro de su cónyuge

Casi de inmediato Milo retorno esa bella y juguetona sonrisa que tanto lo caracterizaba, tomando por la cintura a Camus y después depositar un beso apasionado, hincándose para poder cargar a Camus entre sus brazos  -¡Mamá se equivocó! Si tiene corazón- dijo Milo sonriente mientras que Camus estaba sonrojado en sus brazos -¡Te dije que en público no!- protesto Acuario.

Nuevamente Dohko adornaba el lugar con sus carcajadas, mientras que los dragones se sentían más incomodos y fuera de lugar como nunca antes en sus vidas. –Por favor, no quiero molestar, pero de verdad nos urge hacerles unas preguntas- dijo Shiryu, los videntes se miraron entre si -¿Qué quieres saber?- pregunto Camus

-Quisiera saber si hay alguna manera de terminar con los Kido o alguna manera de defendernos de ellos, nuestros amigos están en peligro- Shiryu una vez más suplico –Yo no tengo ningún inconveniente- dijo Camus sin embargo… -De ninguna manera- Milo no estaba de acuerdo, tal como había dicho el maestro, tendrían que hacer que ambos tomaran una decisión y por el bien de los que se quedaron debía ser “Si”

 

Notas finales:

jajaja me deben un comentario si creian que Milo era el que decia si a todo y Camus el terco que decia no!

 

¿Realmente tendra una solucion el asunto de los Kido?

 

no se pierdan eso y un poquito más en la siguiente actualizacion.

 

Muchas gracias por sus comentarios, me motivan muchisimo para seguir espero seguir recibiendo muchos mas.

 

Esperare ansiosa 


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