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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

¡Amenzas de muerte y pedradas al final!

¡A leer!

Shaka y Esmeralda iban camino al risco donde su hermana les había indicado, unas capas color marrón los cubrían del sol aunque no las necesitaran, pues con la cantidad de sangre con la que se alimentaban no necesitarían estar protegidos del sol al menos unos 500 años más, ninguno cruzaba palabra, Shaka iba detrás de su hermana mayor y aun así presentía que en su mente reinaba de todo, menos la tranquilidad.

-¿Te encuentras bien?- pregunto por fin el menor de los Kido, Esmeralda no respondió, seguía su andar con normalidad o eso creía ella, -Puedes decirme lo que te atormenta, ¿Para qué es la familia después de todo?- dijo sereno el menor –Parece ser que para cobrar venganza- respondió afligida -¿Te refieres a todo este asunto de Saori?- pregunto Shaka frenando su caminar y el de su hermana al tomarla por el brazo, esta se giró en dirección de su hermano y le miro a los ojos con temor –Me golpeo… por hacer lo que me pidió, no salió como ella quiso y se desquito conmigo, cuando el problema real es de ella, ¡Dime! ¿Por qué matar a Hyoga? Realmente no nos hizo nada, la vergüenza la carga ella, realmente a nuestra familia les dio igual el saber que un neófito se le escapo, no fue la primera vez y te garantizo que no será la última, hermano, no quiero secuestrar a estas personas, no nos han hecho nada- dijo afligida

-Escucha… - pero su consuelo no llegaría -¡¿Aquí está bien?!- escucharon un grito, ambos hermanos se escondieron tras unos árboles y arbustos para toparse con Hyoga, << ¿Qué estará haciendo por aquí?>> se preguntó Esmeralda

-¡No! ¡Aun no puedo salir!- se escuchó una voz a lo lejos, era Seiya quien le gritaba desde el risco donde estaban resguardados, aunque vieran por donde lo vieran aquellas magnificas criaturas estaban prisioneras por la barrera, Hyoga estaba prohibido en el perímetro del risco, por lo que idearon la siguiente hipótesis.

Si la barrera actuaba porque un vampiro estuviera cerca, entonces dejaría de protegerlos si un vampiro estaba lejos, Hyoga había accedido a probar aquello, alejándose lo más que podía, sin embargo parecía tener un alcance bastante considerable. –No se esperaba menos de las brujas de Equiem- dijo Hyoga por lo bajo

 El rubio dio unos pasos más atrás y después un grito de victoria -¡No te muevas! ¡Ya pudimos salir! ¡Corre a tu casa! ¡Ya vamos!- grito Seiya, por otro lado Hyoga sonrió de una manera tan aliviada –Por fin podre abrazarlo- dijo al aire sin considerar si quiera la posibilidad que lo estuvieran escuchando, el rubio se dio media vuelta y se fue corriendo veloz mente.

Lo que ignoraba es que había conmovido a la rubia que estaba oculta entre los arbustos, -Hermano… ¿has escuchado?- dijo girándose a mirarlo –Si, ya no están en el risco, se dirigen al hogar de Hyoga- pronuncio desinteresadamente –No… no me refería a eso- dijo la chica, su hermano le miro de la forma más extraña posible ¿A que más podría referirse? Después de todo habían acudido a secuestrar a sus rehenes.

-Él dijo… que por fin podría abrazarlo, ¿Te imaginas cuanto debió de extrañar a su compañero como para desear desesperadamente un simple abrazo?-  trato de dar a entender su punto, sin embargo al menor le era irrelevante. –Esmeralda, recuerda que la familia es primero, si Saori tiene ese deseo debemos apoyarla, no importa lo que ellos sientan, no son familia nuestra y aún más importante han causado daño a nuestra hermana mayor; por favor ten eso en mente- el menor la rebaso –Apresúrate o perderemos su rastro- y después de esto comenzó a correr tras el rubio de ojos celestes.

Hyoga había llegado a su hogar, esperaba impaciente la llegada de Seiya y su amado Shun, miraba en todas direcciones esperando ver los cabellos verdes alborotados danzar en el viento por la apresurada carrera de su amante, estaba nervioso, realmente estaba ansioso por verlo, en un impulso espontaneo corrió a toda velocidad a unos matorrales de rosas blancas, corto una rosa, pero no cualquier rosa, la más hermosa y pura rosa que había ofrecido el matorral.

Era tan blanca como la espuma del más, tan brillante como la luz de luna era perfecta para el amor de su vida, camino con prisa pero no tan rápido para evitar arruinar la rosa, al llegar había notado que sus compañeros aún no habían llegado, un fuerte latido inundo su cuerpo, algo estaba mal, el trayecto no era tanto como para demorarse y ellos no eran tan lentos como para seguir sin llegar a la choza.

-¡Shun!- grito el rubio dejando la rosa sobre las escaleras de madera donde una noche se habían recostado a admirar las estrellas -¡¿Seiya?!- volvió a gritar esperando respuesta y al ver que no había estaba a punto de correr en dirección al bosque -¡Hyoga! ¡Hyoga! ¡Estamos aquí!- Shun había salido de entre unos arbustos con el corazón agitado, las mejillas enrojecidas, la respiración agitada y unas cuantas hojas secas atrapadas entre sus cabellos –Seiya se había confundido de camino- explico su tardía y poco después el castaño había aparecido tras de él.

-Joder… que buena falta me hacía correr, ¡Ya estaba entumecido!- dijo el de cabellos chocolate mientras se estiraba, Hyoga sonrió aliviado, se había preocupado en vano, miro a Shun con la mirada más cálida y enamorada posible y este correspondió su mirada con un sonrojo causado por la vergüenza en lugar del cansancio de correr –Ven aquí…- dijo el rubio extendiendo sus brazos en dirección al menor y este corrió como si un niño pequeño fuese a brazos de su madre.

Ambos se abrazaron –Te extrañe tanto Hyoga- dijo el menor dejándose confortar por los brazos de su amante –Las horas han sido una eternidad y los segundos una pesadilla- dijo este abrazándolo con más fuerza, sintiendo que si lo soltaba por error podría perderlo otra vez, -¡Ay pero que cursis!- grito Seiya un poco celoso, pues Shiryu no estaba para apapacharlo

El menor de todos rio y Hyoga solo acaricio los cabellos del pequeño –Anda Seiya ve a cazar un rato, seguramente quieres sentirte una verdadera bestia- sugirió el rubio. –Lo que quieres es correrme para estar con Shun- dijo ofendido, el peliverde y el rubio rieron para después tomarse de la mano. –Es verdad, Shun tengo algo para ti- confeso el rubio mientras buscaba su mirada, jalo delicadamente su brazo guiándolo a la entrada de su casa esperando ver la rosa en las escaleras pero esta había desaparecido. –Qué raro… - dijo extrañado -¿Qué ocurre?- pregunto Shun –Corte una rosa blanca para obsequiártela, la deje en las escaleras pero no está…- esto no le gustaba  -¿El viento la habrá volado?- pregunto el menor buscando una respuesta a lo ocurrido.

Pero no había ni siquiera una ligera brisa, la flor no era tan liviana como para que cualquier soplido la hubiera volado fuera de las escaleras –Que mal educado soy…- dijo Shaka sentado en unas rocas frente a la choza del rubio. –Juraba que esta rosa no tenía dueño y había sido olvidada en el umbral de tan descuidada y rustica casa- Hyoga se colocó delante del peliverde con intenciones de protegerlo.

-Es una lástima, tenía intenciones de dársela a mi hermana mayor, está bastante herida… quizá la belleza de esta rosa logre animarla, pero ¿Qué sabrán ustedes? Después de todo, su barrera le dejo en esas terribles condiciones- dijo Shaka dando un pequeño olfateo a la rosa entre sus dedos

Seiya se acercó veloz mente para proteger a Shun. –Cielos… ¿Dónde están mis modales? Después de todo, la ética es lo que nos divide de las bestias ¿no creen?- no hubo respuesta y de todas formas no esperaba que la hubiera –Mi nombre es Kido Shaka, hermano menor de los Kido y la que está detrás de ustedes es mi quería hermana mayor Kido Esmeralda- el trio de chicos volteo a mirar sus espaldas sorprendidos.

Efectivamente detrás de ellos estaba la tímida chica con la mirada entristecida –Lo siento- y después de ello golpeo a Hyoga con una rama astillada en la cabeza -¡Hyoga!- gritaron el castaño y el peli verde, era inútil, había caído desmayado por el golpe en su cien.

De nuevo estaban a merced de los Kido, -¡Shun corre a la barrera!- grito Seiya transformándose en un águila blanca, voló sobre los Kido tratando de distraerlos, pero Shun no se iría sin Hyoga; rodeo la cintura de su amado y coloco el brazo del mismo sobre su hombro cargándolo en dirección al risco. –Es inútil- dijo Shaka colocándose frente a Shun, de un golpe logro desorientarlo y lanzarlo al suelo.

Este quedo entre los brazos de Hyoga, pero de nada servía, no podría proteger a Shun esta vez, Seiya trato de atacar a Shaka para que dejara a Shun tranquilo, pero fue noqueado por Esmeralda –Pero ¿Qué…?- dijo Seiya derrumbado en el suelo –Oh, olvide decirlo, mi hermana mayor posee la habilidad de debilitar a cualquier criatura con solo míralo. ¿No creerás que sería tan sencillo derribar a tu amigo con semejante barita?- rio Shaka orgulloso del don de su hermana, pero por otro lado ella seguía con la mirada perdida, definitivamente ella no quería esto.

-Seiya…- dijo Shun intentando alcanzar la mano del de cabellos chocolate –Hermana, creo que te ha faltado uno- dijo Shaka como si nada, cargando el cuerpo de Seiya y colocándolo sobre su hombro como si fuese un costal vacío. –S-si…- dijo la rubia dirigiéndose al pequeño hibrido.

Lo miro con cuidado percatándose del tremendo parecido entre ambos, se notaba que quería proteger a Hyoga aunque eso era prácticamente imposible –Esmeralda date prisa, es hora de la merienda- la rubia no tenia de otra –Lo lamento…- y después de eso los ojos del pequeño hibrido comenzaron a cerrarse –Hyoga… Ikki… ayuda-

Notas finales:

Quien adivine quien sera el primero en morir tendra un premio 

 

¬u¬

 

Espero ansiosa sus comentarios,

 

saben que me motivan a seguir con esta loca historia.

 

Nos leeremos pronto 


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