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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

¡Pedradas al final!


A Leer!!

Ambos jóvenes corrían por el bosque, pero el más apresurado era el de cabellos dorados, quien dirigía aquella búsqueda, no hacía falta preguntarse dónde estaría, lo sabía perfectamente, aquella caverna de leyendas era su rumbo, sin falta cada noche iba a su interior, no sabía el porqué, pero era más que seguro que se encontraría cerca de ahí.

El rubio suplicaba que no le pasara nada mientras llegaba, pues aunque era veloz cada segundo era de vida o muerte, ya estaban cerca de aquella caverna cuando vieron un enorme lobo blanco cargando en su hocico al joven de cabellos esmeralda.

-¡Seiya! ¿Qué ha pasado?- Shiryu pregunto mientras se detenía a un costado de aquel lobo gigantesco junto con Hyoga

El inmenso animal soltó al menor con delicadeza en el suelo, el rubio se agacho tomándolo en sus brazos, revisándolo con extrema minuciosidad  -Shun resiste… aguanta ya estás bien, estas bien

Mientras tanto el animal tomaba forma humana, a un joven de cabellos castaños al igual que sus ojos y de piel tostada –No tengo idea, lo encontré cerca de aquí, lo escuche gritar y cuando viene a investigar estaba desmayado- Seiya lo miro desconcertado -¿Qué hace un humano aquí? En especial de noche

Shiryu lo miro con serenidad mientras rozaba aquellos cabellos color chocolate –Es amigo de Hyoga, viene todas las noches a visitar la caverna que está en la falda de la montaña

Seiya se inmuto ante tal declaración -¡Este niño está loco! ¡¿No sabe que hay dentro vive un amargado y hostil…?!-su frase no pudo ser completada, pues un rugido se escuchó a lo lejos, proviniendo justamente de la dirección donde se encontraba aquella caverna –Dragón…

Hyoga cargo a Shun entre sus brazos –Sí que lo sabe, pero aun así entra diario a esa cueva, siempre sale ileso, me pregunto porque esta fue una excepción

Nuevamente se escuchó el rugir molesto de aquel dragón y fue inevitable que Seiya se alarmara -¡No es ningún misterio! Tu amigo claramente ha sido víctima de ese lagarto, ¡Se nota que esta de malas! ¡Estamos cerca de su territorio! ¡Tenemos que largarnos!

Los cuatro chicos se retiraban a paso veloz, hasta llegar a las orillas del lago, Seiya y Shiryu venían tras de Hyoga que aún tenía entre sus brazos al menor desmayado – ¿Qué harás con él?- pregunto Seiya un tanto ansioso

-¿Qué más va a ser? Lo llevare a mi casa para que descanse- Hyoga respondió con obviedad mientras miraba al castaño sobre su hombro

-¡Estás loco! Tiene que regresar al pueblo, ¡Sabes bien que si el sol te toca te vas a quemar todito!

-Lo regresare antes de que amanezca, no soy estúpido

-¡Pues mejor ve a tirarlo de una vez a la entrada de su maldita aldea!

-Seiya ya basta- respondió Shiryu mientras lo tomaba por su hombro –Shun es importante para Hyoga, ¿Qué sentirías si tu estuvieras herido y solo te fuese a dejar tirado en la entrada de tu risco?- Seiya se afligió por completo al imaginarse aquella situación -¿Verdad que no te gustaría?

Seiya negó con su cabeza, soltó un suspiro –Lo siento, es solo que, no entiendo porque ese chico fue a esa caverna, ¡Es más! No sé porque vino al bosque en primer lugar, ¡Creí que en su aldea estaba más que prohibido venir aquí!, ¿Por qué viene aquí Hyoga?

El rubio nuevamente lo miro por sobre su hombro un instante para regresar su mirada al frente –No lo sé…

Seiya le miro resignado y se transformó en un gigantesco oso color blanco –Anda, deja que yo lo cargue, tu cabaña está muy lejos, no resistirás mucho rato más cargándolo

Shiryu sonrió enternecido por la bondad de aquel joven que era su amante desde hace tantos lustros, Hyoga pudo ver aquella mirada, por lo que accedió confiado –Gracias Seiya

-Sí, Si, solo ponlo encima antes de que me arrepienta- Hyoga obedeció, recostó al joven noqueado en el lomo cálido y afelpado de Seiya, acariciando su tersa mejilla antes de librarse de todo tacto. –Cielos, lo hacía más pesado, este niño sí que es ligero, ¡En ese caso llévatelo cargando!

-Ni hablar, ya te has ofrecido a llevarlo –Hyoga bufo mientras caminaba al costado de Shun, cuidando que no resbalase de aquel lomo albino

Caminaron en silencio por poco tiempo, la choza se hacía presente entre los árboles que cada vez escaseaban, Hyoga había deducido que el antiguo dueño los había talado para poder construir aquella casa. –Hemos llegado, buen trabajo Seiya- Shiryu acaricio las orejas del gran oso como recompensa

-¡Soy grandioso! Ahora… ¡Baja me a este costal de carne de mí!

Hyoga tomo nuevamente entre sus brazos a aquel joven dormido y de inmediato Seiya regreso a su forma humana –Gracias Seiya

Hyoga había entrado a cuidar aquel joven aun si conciencia, mientras el castaño y el azabache se quedaron fuera vigilando, Seiya se transformó en un tigre blanco de enorme tamaño, se estiro acostumbrándose a aquel nuevo cuerpo y de paso recuperarse del entumecimiento de venir cargando a aquel muchacho  para después recostarse en la húmeda tierra y vigilar la entrada de la casa.

-¿Por qué te transformas?- Shiryu recargo su cuerpo sobre aquel cálido pelaje, regalando una pequeña caricia en su costilla hasta llegar a su oreja

-Ya sabes… desde tiempo antiguos se dice que el único digno de hacer compañía a un dragón es el tigre- Seiya le regalo una caricia en su rostro acariciándolo con su oreja y de paso oliendo aquella fragancia que desprendía, un aroma que le fascinaba noche y día

-En estos momentos soy humano, no tienes por qué cambiar para estar conmigo- Shiryu por fin se dejó caer sobre aquel lomo, recostándose y acurrucándose en tan suave pelaje

-No solo es eso, si uno de nosotros no luce imponente ante los depredadores es seguro que vendrán a atacar

Shiryu bufo casi sin interés –Mi pequeño Seiya, ese pretexto es tan falso como las historias delos humanos al decir que nos han visto y les hemos atacado

Seiya se des transformó y tomo a Shiryu entre sus manos dejándolo protegido del frio –Tienes razón, les encanta mentir y hacerse los interesantes, dando por seguro que uno de los habitantes de este bosque los ataco sin misericordia, cuando a nosotros ni siquiera nos interesa el acercarnos- Seiya comenzó a acariciar los cabellos de Shiryu en toda su extensión, peinando aquellas hebras enredadas

–Estoy preocupado por Hyoga… -el menor no dejo de peinar aquella larga y frágil cabellera

-¿Por qué mi luz?- Seiya busco su mirada y este la correspondió con un claro sentimiento de preocupación  

-Tuve una visión de lo más alarmante

Seiya dejo de peinar sus cabellos, sosteniendo únicamente las puntas para besarlas –Cuenta me…

-Vi a Hyoga mal herido… su piel estaba quemada, estaba sangrando mucho, solo llevaba sus pantalones y estaba tirado en un lugar que no pude reconocer muy bien- esto alarmo al castaño sintiendo como su corazón dejo de latir por un momento, este se inmuto, dejando abiertos completamente sus ojos reflejando una clara preocupación –Lo que me causa angustia es que era de día- esto paralizo a aquel castaño que lo escuchaba atento –Eso no es todo, aquel chico estaba tirado a su lado…

-¿Shun…?- el azabache asintió a su pregunta -¿Qué lo causaría?

-No tengo idea, pero esos dos terminaran sufriendo mucho

-¿¡Cómo puedes darlo por hecho?! ¡Deberíamos hacer algo para evitarlo!

Shiryu ladeo negativamente su cabeza –Pienso que no, uno tiende a toparse con su destino al intentar evitarlo, es por eso que no le diré nada a Hyoga- Seiya lo miro asustado, su amante era uno de los dragones más sabios del bosque o del mundo entero se atrevería a decir.

-Entonces… me estás diciendo que solo debemos esperar, ¡Esperar a ver si nuestro amigo cumple con su destino o se salva!

Shiryu acuno su rostro y lo silencio con delicado beso –Digo que cuando llegue el momento intervendremos si es necesario…

-No es justo- Seiya se sonrojo ante tal acción

-Casi nada lo es mi pequeño… así como nuestro amor, a nuestros ojos es lo más bello, pero para otros es una blasfemia, una atrocidad, nunca podremos estar todos de acuerdo y mucho menos los humanos, todos ellos albergan un mundo entero en sus mentes.

-A veces no entiendo ni la mitad de lo que dices…- Seiya bufo mientras rodeaba el cuello del mayor con sus brazos mirándolo con complicidad –Eso me encanta de ti

Shiryu correspondió, rodeo su cintura con sus manos, este recargo su espalda en un tronco para después Seiya apresurarse a sentarse sobre su regazo estando frente a frente. –A mí me encanta instruirte

Ambos se fundieron en un beso, aunque se veían diario el tiempo separados había sido un tormento para ambos, ambos eran seres no inmortales, pero claramente gozaban de una prospera vida milenaria, y para estos seres el enamorarse no era cosa de broma, pues sus corazones no eran tan indecisos como los de los humanos que estaban en contante cambio.

Se presumía que estos seres pasaban su vida entera amando una sola vez en la vida o incluso sin haber conocido aquel sentimiento, Shiryu y Seiya eran afortunados al haberse encontrado y ambos ser correspondidos desde hace ya tantos años; Lo malo de esta condena era que si uno moría el otro le seguiría, pero a causa de la tristeza y la soledad.

-Seiya cuanto te amo…- el mayor lo besaba fogosamente mientras con sus manos intentaba acercarlo más a su cuerpo encendiendo aquel deseo que muchos consideraban prohibido

-Y yo a ti Shiryu, ¡Mucho!- Seiya comenzaba a estremecerse en sus brazos con aquel contacto, era de lo más incitante

Sus caricias subieron de intensidad, dejándose llevar y perdiendo el control, Shiryu olvido mantener aquel camuflaje humanoide, con cada toque de aquel joven de cabellos chocolate se descuidaba, dejando salir sus escamas en sus brazos, resaltando las garras en la punta de sus dedos, los colmillos en sus dientes y sus puntiagudas orejas

Seiya sentía una incomodidad en su cadera, por más que trataba de ignorarla fue imposible, separo los labios de aquellos que tanto disfrutaba dirigiendo su mirada a su cintura, las garras de Shiryu se encajaban en su piel tostada dejando salir leves sangrados, Seiya miro a Shiryu enternecido, este al ya no sentir las caricias correspondidas Shiryu le miro, topándose con su descuido –Lo siento…- lo miro muy apenado retirando aquellas filosas uñas de la cintura de su amado –Abecés es complicado mantener el control con tan poca… concentración

Seiya negó con gentiliza la cabeza y acuno su rostro aun con forma humanoide pero con rasgos de reptil –Descuida… así te amo- depositando otro beso en sus labios –Por hoy tenemos que dejarlo, si no Hyoga se molestara porque lo hicimos en su patio

Shiryu bufo –Ja, como la otra vez

Notas finales:

¿Porque Shun entra cada noche a aquella cueva?

¿Que le ocurrio al menor?

Descubran eso y un poquito más en el siguiente capitulo

Les agradeceria tanto si me dejaran sus opiniones

Me motivan muchisimo.

Esperare ansiosa! Nos estaremos leyendo! ♥


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