El aroma a perfume fino se dispersaba por todo la habitación, la melodía ligera de un piano se hacía presente en él ambiente. En frente de aquel ya degastado piano yacía un joven de piel extremadamente pálida que tocaba con sutileza aquella melodía con gran habilidad, sus dedos danzaban con el compás de las teclas de aquel piano. La resonancia de aquella melodía era inexplicable.
Era como estar en contacto con la naturaleza; dejar abrir la mente, el alma para poder vociferar lo inalcanzable.
Sus cabellos negros eran balanceados de un lado para otro por la brisa tenue perteneciente aquel ventanal, que daba una hermosa vista a un jardín lleno de hermosas rosas; pero aquellos ojos granate miraban sin ninguna expresión en su rostro a aquella partitura.
Talvez la melodía era tocada perfecta y finamente; pero el sentimiento de soledad la inundaban a un más, aquel sentimiento de un rio secándose y muriendo de manera lenta y solitariamente. Aquel sentimiento se llamaba de muchas maneras en este caso una enorme soledad, abandono.
Talvez la melancolía era una palabra para describir esos sentimientos juntos, pero a pesar de todo fue interrumpido por un sonido a un más fuerte:
El sonido de la puerta la cual fue abierta de manera brusca, aquel hermoso pero triste sonido se detuvo. El hombre que se adentró a la habitación era de tez canela y de una imponente aura a su alrededor este avanzo con firmeza hacia el individuo de piel pálida, el joven miro al recién llegado con superioridad.
-¿Qué diablos quieres Namjoon?...- Yoongi era muy bien conocido de tener un carácter muy agresivo cuando lo interrumpían o talvez siempre ha sido así, Namjoon tomo una bocanada de para luego suspirar un poco cansado apretó de manera fuerte sus puños y miro al mayor.
-Yoongi, no has visto a Tae- Pregunto Namjoon, a lo que Yoongi solo frunció el ceño para luego mirarlo de manera fija y penetrante.
-Es que acaso me miras cara de niñera- Respondió el mayor mientras enarcaba una ceja y en su rostro pálido se formaba una expresión de irritabilidad. El ambiente se tensó un poco por aquella contestación.
-Estoy un poco preocupado, dijo que saldría a “comer”, pero no ha regresado— Namjoon lucía un poco cansado por todo lo sucedido; sabía muy bien que no era buen idea a contarle a Yoongi sobre esto pero el menor le preocupaba mucho.
-Tsk…- chasqueo la lengua, al escuchar tal declaración- Deja el drama para Jin, Namjoon, ya es hora que ese mocoso deje de estar fastidiando- Yoongi se levantó del pequeño asiento para dirigirse al gran ventanal el cual ya mostraba un pequeño atardecer.
-Estas consiente de que apenas acabamos de llegar cierto- comento, no era fácil vivir de un lugar a otro con mucha frecuencia eso lo apoyaba Jin, que pensaba que talvez era mejor quedarse durante un poco más de tiempo en un lugar. Pero al pensar en Tae todo se venía abajo.
-Y por qué me lo dices a mí, díselo al subnormal en vez de mi—comento de espaldas con sutilidad cogió unas de las rosas que se encontraban sobre aquel gran ventanal, la rosa roja se deslizo sobre las frías manos del aquel joven para luego pudrirse por el contacto.
Namjoon suspiro era claro que Yoongi no ayudaría en nada, miro con un poco de curiosidad al tez pálida sabía que era mala idea pero necesitaba hacerlo.
-Entonces, como, ya sabes, fue tu día- A lo que Yoongi solo arrugo la nariz en modo de indiferencia- Por tu expresión es que lo-
-¿Por qué?!!! En vez de interrogarme mejor no buscas al chico- Exclamo Yoongi en una forma de orden directa y precisa hacia Namjoon el cual solo evito la mirada del mayor.
-¡¡Por favor chicos!! Los puedo escuchar desde el pasillo Namjoon, Tae hablo dice que viene en camino que solo se perdió - Jin había entrado apresuradamente a la habitación evitaba cualquier costa un castigo para con su pareja.
-Ese crio cuando no- murmuro Yoongi entre dientes.- Sabes lo que pasara si el sigue ha sí, no es así Namjoon, él se ira muy lejos, lo entiendes cierto— La mirada escarlata del mayor hizo a los dos recién llegados estremecerse del pavor.
-P…pero- Jin titubeo sin creerlo, sus intentos por no llorar eran nulas.
-No volverá a pasar lo juro- Namjoon, tomo la mano derecha de Jin y la apretó , su mirada cayó al suelo.
-Eso espero- Jin, por fin pudo volver a respirar, sentía como su corazón palpitaba a mil por hora.
-Bueno me retirare a mi habitación aquí ya es muy ruidoso- Yoongi se encamino a la puerta pero fue detenido por un enérgico Jin-
-Yoongi, ¿Cómo te fue?- pregunto Jin con una sonrisa en sus labios como una madre ansiosa de saber cómo le fue a su hijo en su primer día de clases, él lo miro tratando de no ponerse nervioso.
-Tsk… como siempre, feliz- Se marchó dejando a un Jin un poco apagado y con la mirada hacia el suelo, a lo que Namjoon solo tomo la mano de Jin para darle un pequeño beso.
-Tranquilo, ya sabes cómo es el- Jin solo sonrió, para luego darle un pequeño beso en la mejilla a Namjoon, a lo que este solo revolvió los cabellos castaños de su pareja Jin solo sonrió.
-Jin todo estará bien- Menciono Namjoon, mientras sujetaba al recién nombrado de la cintura para depositar un casto beso en la frente.
-Gracias amor, lo sé-
Al pasar las horas de la entrada entro un joven muy atractivo de piel bronceada y de cabellos castaños claro, la mirada juguetona del presente desapareció al contemplar a un Jin muy enojado de brazos cruzados y un muy serio Namjoon sentados en la sala de estar.
Este detuvo su andar para mirar fijamente a la pareja que igualmente lo observaban a él Tae solo sonrió como si hubiera salida de una fiesta infantil, Jin ante esto solo frunció el ceño
-Tae- La voz de Jin se hizo escuchar por toda la habitación rebotando en los tímpanos del castaño, Namjoon solo se encontraba al margen de todo esto- Sabes lo preocupados que estábamos por ti, pensé que tu-
-¡¡Ha!! Bueno Hyung es que me entretuve mirando el paisaje pero tú qué crees que paso-Menciono el menor mientras jugueteaba con su dedos de forma nerviosa. Después de la llegada de Tae a lo que jin llamaba la familia este no respetaba las reglas impuestas por el dueño de la casa.
-¿Qué paso?- pregunto Jin levantándose del sitio donde se encontraba para dirigirse al menor, su mirada lucía un poco angustiada.
-De repente un gato salto sobre mi mientras un volaba un auto con sus rayos láser, fue increíble- Exclamo Tae de forma infantil, mientras imitaba el sonido de un carro al explotar
-Tae- La voz gruesa de Namjoon se hizo presente causando un silencio incómodo. Namjoon se acercó al menor con una mirada seria y madura como un padre regañando a su hijo sobre un gran error que cometió.
-No pasó nada, Namjoon hyung- Aquella expresión infantil desapareció del el rostro del menor, mostrando un una expresión madura y serie en frente de Namjoon odiaba una figura paternal- Esta todo controlado- una ladina sonrisa se escapó de los labios de Tae mostrando toda su falsedad.
-Donde se encuentra, el- Tae cambio el tema de manera drástica mientras miraba alrededor de manera inquietante.
-En su cuarto, como siempre- La mirada de Jin se oscureció por la mención del peli-negro, la falta de confianza hizo al menor no preguntar nada más.
-Pero no intentes cambiarnos de tema, sabes lo arriesgado que es para nosotros ser expuestos tan rápido, sabes lo que te hará Yoongi si desobedeces las reglas una vez más- Jin intento en hacer reflexionar al joven, la cara de Tae palideció al escuchar eso, sabia del gran poder de Yoongi pero nunca pensó que su creador seria su propio verdugo.
-Yo no creo que-
-Créelo Tae, yo no te podría salvar de el ni siquiera Jin tienes que entender que el precio de la inmortalidad es vivir con reglas muy estrictas- Namjoon le dio ligeras palmaditas al hombro de Tae para hacerlo entrar en razón.
-¡¡Peo yo esto no lo p-
El sonido de alguien bajando por las escaleras hizo todos voltear, en frente de ellos se encontraba Yoongi el cual tenía una chamara de cuero negro ajustado y unos jeans negros de vestir este dirigió su vista al menor de todos este solo tembló mientras se inclinaba lentamente el pánico empezó a invadir el cuerpo de Jin.
Yoongi ignoro a los presentes pasando de largo mientras que el sonido de la puerta cerrándose fue lo único que se escuchó.
“Lo haría otra vez”
[Jimin]
El camino de regreso a casa fue duro ¿Por qué?, uno por que había perdido su tren de regreso a casa por imbécil y tarado, segundo no sabía cómo había accedido a ir a esa horrenda fiesta que tanto Hoseak quería ir. Solo retumbaban en mi cabeza la voz parlanchina de su amigo diciendo “Es la fiesta del siglo debes ir”
¿Qué diablos era Hoseak?...
-Tsk…- -Las bolsas de basura empezaron a llenar a aquel callejón de mala muerta, como diablos vine aquedar aquí ¡¡ha ya me acorde!! La tercera razón había olvidado las llaves de mi casa en mi propia casa.
-¿Por qué? no puedo hacer nada bien- Pensé, mientras pateaba una lata de cerveza la cual provocó un fuerte estruendo por el estrecho lugar.
Tendría que ir a ese “lugar” donde trabajo mi madre, que de seguro a ella no le encantara mucho; pero prefería un regaño a quedarme fuera de la casa esperándola como retrasado.
Este día no es el mío, hoy tuve que soportar de todo las molestias de hobi, las malditas llaves de mi casa, a Zico y a ese estudiante transferido que me golpeaba las pelotas. De repente el sonido de pisadas detrás de mí, me hace estar alarmado trate de acelerar mi paso pero no sirvió a un se mantenían trate de no voltear. Por favor es que ahora me van a robar este día va de mal a peor.
De repente siento el filo de algo metálico en mi cuello, a lo que por instinto detuve mi andar unos brazos fuertes me agarraron del cabello de manera brusca trate de zafarme, pero no era solo un hombre eran dos sus agares fuertes me hicieron imposible escapar aparte de tener una navaja a pocos centímetros de mi rostro.
-Si no gritas no saldrás herido, precioso- Jodete, soy de maceado bueno para ustedes, no pase mi tiempo de vida para que un par de idiotas como ellos me traten así.
Con gran esfuerzo logro darle una patada en el estómago a uno de ellos, veo como se agacha y empieza maldecir por el dolor, una sonrisa arrogante se escapa de mis labios, su amigo aprieta mas la navaja sobre mi cuello produciendo un pequeño corte en la parte posterior de mi cuello.
-¡¡Malditos!!- Maldecí, el que se encontraba en el suelo se levanta y me golpea en la cara, mierda.
-¿Qué hacemos con él?- soltarme, si no quieren que me libre de ustedes, tengo un amigo que te rompería la cara en segundos.
Hoseak ¿En dónde estás?...
Sentí prácticamente como metían sus asquerosas manos sobre mis bolsillos.
-¡¡NO!! Tiene nada- Vi como la mirada del sujeto que antes patee cambio a un a lasciva y morbosa.
- ¿Qué diablos?- ese maldito, toco mi entre pierna, Sacudí mi cuerpo en protesta.
Pero esos malditos no les importo, metieron sus manos sobre debajo de mi camisa tocando mi piel.
-Por favor, no are lo que sea solo no me hagan daño- Llore, ellos se voltearon a ver, quitaron navaja de mi cuello a lo que pude sentir como una ligera gota de sangre recorría mi cuellos.
-Voltéate- obedecí, sentí como retiraban el seguro de mi cinturón, con mis brazos rodeé la cabeza del desconocido en frente mío, una sonrisa ladina surgió en mis labios sentí como su amigo se colocaba detrás de mí. Con toda la fuerza del mundo que tenía en ese preciso momento golpee la entrepierna de mi opresor para luego acto seguido hacerlo con su amigo.
Corrí, corrí y corrí todo lo que mis piernas podían, sentí como uno de ellos me perseguía tire bolsas, cajas todo lo que tuviera a mi alcance sentí mi corazón acelerar a mil por hora. Corrí por callejones de los cuales yo ya no reconocía es que acaso me había perdido mire a mi alrededor para observar si nadie me seguía, al ver que nadie lo hacía solo suspire cansado.
Me recargue sobre la pared hasta el punto de quedarme en cuclillas, esto era lo único que me faltaba perderme. Visualice en donde me encontraba y como espere no encontré nada conocida camine sigilosamente por los callejones hasta que el ruido de unos quejidos me hicieron detenerme y ocultarme con lo que fuera.
El insistente sonido a un permanecía, trate de encontrar su origen pero el callejón era demasiado oscuro para ver así que con pesadez me adentro en las penumbras de aquel callejón, seria mentira decir que ese sonido me alarmaba pero mi maldita curiosidad puede más que conmigo espero y no sean esos tipos. Lo que vi me dejo paralizado y completamente estático, una mujer se encontraba en el suelo con una gran herida en el suelo al verla me paralice, sentí como sus ojos azules miraban hacia mi persona. Trate de reaccionar pero no podía.
-A. Ayuda- Murmuro con el último aliento que le quedaba, como si me hubieran arrojado una cubeta de agua fría reaccione me dirige rápido hacia ella.
-Aguanta- Maldición qué diablos hacía, tome mi mochila para sacar con locura todas mis cosas entre ellas mi celular gracias adiós eso malditos no revisar bien, marque de manera frenética al 911- Hola necesito ayu- sentí una presencia detrás de mi.
-¿Qué sabor tan horrible tenia?- Esa voz la reconocí de inmediato, mi cuerpo se tensó, me moví de manera lenta hasta que pude ver dos ojos rojos carmesí mirándome fijamente, sus manos cubiertas de sangre mientras que lamia un poco de lo que había caído en su mejilla.
“Yoongi”
-Hola, 911 ¿Qué necesita?- pude escuchar la voz desde la otra línea.
-Hola hay alguien ahí-
Su mirada escarlata me hizo temblar ¿Qué?...
Me tense sentí como prácticamente me jalaba a un más al callejón, sus manos recorrieron mi cuello. Trate de soltarme pero era imposible me apretaba tan fuerte que casi sentía que no podía respirar. Sentí como mi respiración empezaba a fallar mis piernas empezaron a temblar. Su mirada escarlata se posó sobre mí, a pesar del pavor me hizo darme cuenta a pesar de la oscuridad; el muy maldito tenía una sonrisa en su rostro.
Sentí como el desataba su agarre mí, una gran bocanada de aire llego a mis pulmones, sentí como mis piernas no reaccionaban así que me mantuve sujetado a él por un largo tiempo, mi piel se erizo al sentir su respiración muy cerca de mi cuello. Solo sentí su húmeda lengua sobre la herida en mi cuello, trate de moverme de darle puñetazo pero mi cuerpo no reaccionaba es como si aquella presencia me congelara de los pies a la cabeza.
-Sabes, delicioso como siempre, Jimin- menciono cerca de mi oído.
-¿Qué dia- en sonido de algo perforando mi piel y un dolor horrible en mi cuello me inundo- Aaghhh- un quejido de dolor se escapó de mis labios, forcejeé pero al hacerlo un dolor inmenso surgía.
Él estaba en mi cuello, sentí la sangre de mi cuerpo drenarse poco a poca las energías se iban de manera lenta.
Ya no pude sentir que paso luego solo una enorme aroma a rosas proveniente en el aire.
Lo demás fue una terrible oscuridad que cejo mi vista hasta quedar inconsciente.
“Hoy no es mi día”