POV JADE
Nuestro escondite es una bodega grande contigua a una pequeña fábrica donde se hacen los productos de limpieza que vendemos.
Estamos en cubierta total, el Jefe tiene su oficina por debajo de la tierra, donde sólo se entra para dar tu siguiente misión o efectuarte el pago por tu trabajo hecho.
Beckett se me adelanta y sólo mira a los guardias que protegen la puerta de la bodega, éstos asienten al verme llegar a su lado y abren la puerta.
El Jefe tiene una oficina pequeña dentro de la bodega aparte de la que está abajo de la tierra, ahí maneja toda la fábrica.
Su segundo al mando toca la puerta y asoma medio cuerpo.
-Señor, están aquí - Danny saca el cuerpo, cierra la puerta y se coloca de espalda a ella, viéndonos a nosotros, pasan sólo unos segundos antes de que nuestro Jefe salga de su oficina y nos mire complacido.
-Mis niños... - Dice sonriendo - Vamos - Ambos asentimos y lo seguimos hasta la puerta secreta que da a la oficina. Danny le hace señas a otro para que lo siga, ambos llegan y abren despreocupadamente la puerta, dándonos espacio para pasar. El Jefe entra primero y luego lo seguimos Beck y yo.
La oficina es bastante amplia, uno creería que por el hecho de estar debajo de la tierra, estaría pequeña y olvidada, pero no es así, es bastante amplia y está muy bien cuidada. Las paredes adornadas con armas de todo tipo, al final del cuarto, el amplio escritorio del Jefe, donde llega y se sienta, sube los pies al escritorio despreocupadamente, toma un arma a su derecha y deja descansar el cañón del arma sobre su sien derecha.
-¿Y bien? ¿Qué tienen para mí?
Beck y yo nos miramos y sacamos nuestras respectivas cámaras para luego entregárselas. El Jefe pasa cada foto y sonríe complacido después de terminar.
-No podía esperar menos de los mejores cazadores. Su pago será igual que siempre, ¿Efectivo o depósito?
-Efectivo - Dice Beck sin tartamudear y no me sorprende, la verdad. Yo por otra parte...
-Depósito - No me gusta andar cargando tanto efectivo por ahí. Nuestro pago es... Considerado... Nuestros servicios no son cualquier cosa, así que se aseguran de agradecernos de la mejor manera.
Cuando entras a trabajar, regularmente primero te mandan con el Jefe, una vez que lo conoces no hay marcha atrás, entras a trabajar de vendedor, que es lo más fácil para los novatos. Seamos sinceros, ningún novato, por más adulto que sea, empezará a matar a sangre fría porque se le dice.
En mi caso estuve 1 año y medio de vendedora, después yo misma me ascendí a cazadora... Depués de... De... Mi-
El sonido un arma siendo cargada me saca de mis pensamientos.
-Jade West - el Jefe habla con un tono de voz bastante alto.
-L-Lo siento... ¿Me dijo algo? - Estoy realmente apenada, no me puede pasar ésto con el Jefe, no con él. Veo que el arma que descansa en su mano derecha está dirigida hacia mí sin necesidad de apuntar.
-Sí, Jade, te dije que el depósito estará completado para mañana a primera hora, se te darán 3 días de descanso, hoy es jueves por lo que te quiero el lunes en la mañana temprano para informarte de tu siguiente víctima.
-Sí, señor.
-Sea lo que sea que te esté atormentando, más vale que lo aclares y vengas sin él el lunes. Es todo. Pueden retirarse.
Asentimos haciendo una pequeña reverencia y nos retiramos.
Al salir Danny nos asintió y entró a la oficina, me adelanté pasando una mano por mis cabellos.
-¿Se puede saber qué carajo te pasó ahí dentro? ¿En qué mierda pensabas?
-Métete en lo que te importa, Beckett - Dicho ésto salí de la bodega para dirigirme a mi casa que está a las afueras de la ciudad.
Encendí mi auto y arranqué sumergida en mis pensamientos.
o-o-o
Mi casa no es grande, es todo lo contrario, es lo suficiente como para albergarme a mí, con una cocina pequeña, un cuarto amplio y un baño. Lo simple y necesario. Me preparé una taza de té y me dirigí a la pequeña puerta secreta escondida debajo de un tapete y varios mosaicos del piso. La abrí sin problemas y bajé al sótano. Albergaba una silla, una mesa donde están todas mis armas y una pizarra con fotos de personas, armas y lugares.
Sí, éste es mi lugar de tortura. Cuando se me pide secuestrarla, torturarla o matarla lentamente, la víctima es traída aquí. Tanto como en la silla como debajo de ella hay sangre de mis anteriores víctimas pero no le tomo mucha importancia a eso, lo que llama mi atención son las fotos en la pizarra, la mayoría están tachadas con una línea roja y están unidas con una línea negra. En el punto más alto de la pizarra está una imagen de la sombra de una persona y con un signo de interrogación en su cara. Esa es mi última víctima. La última. Después de ella... Todo acabará.
Suelto un fuerte suspiro y le doy un largo trago a mi té, cierro los ojos y tomo bastante aire, los abro y finalmente salgo del sótano, vuelvo a acomodar todo como estaba y me tiro en mi cama mirando al techo. El Jefe me dio 3 días de descanso, así que me relajaré y trataré de no pensar.
o-o-o
El timbre de mi teléfono me hace despertarme, no sé en qué momento me quedé dormida.
No es mi teléfono especial, es el normal, que ha estado ahí desde años. Me levanto con algo de desgana y miro quién llama. Hago una mueca y lo dejo que timbre.
No me gusta que el Jefe me dé días libres, no tengo mucho qué hacer y me aburro bastante. Creo que iré al campo de tiro a seguir entrenando, aunque claro, no tengo absolutamente nada nuevo qué aprender. Es sólo para matar el tiempo.
El reloj marca las 12 pm para cuando por fin salgo de mi casa, me subo en mi carro y comienzo la marcha. El campo de tiro está no muy lejos de donde me encuentro yo, me toma alrededor de 10 minutos llegar.
En la entrada me recibe Jack, que abre la puerta automática para que mi carro entre al estacionamiento del campo. Después de aparcar en el casi vacío estacionamiento, me dirijo a la puerta y entro al edificio para ser recibida por Alicia Vaughn, que me mira y sonríe ampliamente.
-Vaya, Jade, que gusto.
-Hola, Alicia - Hago el esfuerzo por sonreír.
-Te desapareciste por bastante tiempo, me sorprende volverte a ver por aquí - Dice la chica detrás del escritorio y me tomo un momento para examinarla, no pasa de los 23, cabello café, largo y ondulado, barbilla afilada, labios carnosos, ojos profundos y cafés, nariz puntiaguda y tez morena. Es bastante atractiva.
-Sí, bueno... El Jefe me tuvo bastante ocupada - Sonrío de lado y miro mis manos que están entrelazadas frente a mí descansando en el escritorio. Sí, ella sabe del Jefe. Éste lugar es el campo de tiro del cártel, disfrazado como campo de tiro deportivo. Los novatos son traídos aquí cuando el Jefe decide ascenderlos a cazadores, claro que no en el mismo lugar a donde van las personas normales, nuestro campo de tiro está situado justo al lado del campo deportivo, está bastante bien resguardado detrás de una puerta blindada camuflajeada de pared.
El Jefe tiene perfectamente bien cubierto todo.
-¿Y qué te trae por aquí? ¿Entrenarás novatos? - Me dice la morena en tono de burla.
-Quisiera - Respondo sarcásticamente - Voy a relajarme un poco.
Los novatos son entrenados regularmente por Danny, que es la mano derecha del Jefe y creanme que nadie quiere ayudarle. Tener que soportar los lloriqueos por no querer disparar un arma o por no querer hacer daño, o escuchar los quejidos de que el arma hace mucho ruido, que está muy pesada, o tener que soportar la mala puntería y enseñarles sin arrancarles la cabeza en el intento... Bueno, Danny ha de tener mucha paciencia si es que puede enseñarle a tantos novatos y regresar con todos sin que le falte uno.
Danny me enseñó a disparar el arma y algunos trucos, aunque a diferencia de todos los demás novatos (incluso creo que Oliver igual fue un novato estúpido) aprendí en una sola sesión. Después de ver el potencial que tenía y lo bien que me manejaba con las armas, el Jefe mismo me enseñó a perfeccionar mi puntería en algunas sesiones privadas, aparte de algunos otros trucos, como cargar el arma en menos de 10 segundos para no tener desventaja. Aproximadamente 1 semana después, pedí que me pusieran como cazadora, cosa que sacó mucho de foco al Jefe porque él es el que decide cuándo ascenderte, pero por ser yo la que pedía, me ascendió de inmediato y me regaló las herramientas, entre armas blancas y de fuego, y municiones.
-Muy bien, adelante - Asiento con la cabeza y me dirijo a la puerta especial que dice "Sólo personal autorizado". Alicia saca una llave de una caja fuerte, la introduce en una cerradura especial debajo del escritorio y presiona un botón que hace que la puerta abra automáticamente y me deje pasar.
Se los dije, el Jefe tiene cubierto todo.