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Solo dime si me amas por angelicahouski

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-haaa - ese era el noveno… tal vez decimo suspiro que sus labios habían soltado durante ese día, estaba totalmente agotada, quería ir a casa, pero al mismo tiempo enserio que no quería regresar, sabía que al volver su hermana seguro estaría compartiendo un rato con la rubia que ella había estado evitando por ya tres días

- ¿tomas otra cosa? - le pregunto la bar ténder sacándola de su cabeza por un momento, levanto su rostro de la copa vacía que estaba frente a ella solo para encontrarse con unos ojos verdes que la observaban expectante a una respuesta

-oh claro, me gustaría tomar otro de esos cocteles con vodka que me diste antes- le sonrió dulcemente y se alegró al ver que la chica le devolvía el gesto antes de desaparecer tras la barra

“Como es que me deje traer nuevamente a este bar”, se preguntaba al escuchar la fuerte música que sonaba a su espalda

Mientras esperaba su copa su mente empezó a volar de nuevo como lo había hecho durante esos días anteriores

 

flashback

Estaba sentada en la silla sin prestar atención a la lección que su maestro de matemáticas estaba dando en ese momento, la verdad no quería parecer arrogante pero esa lección no era nada que no supiera de antemano y mucho menos que le interesara, al menos al ser una persona destacada en sus estudios tenía la facilidad de perderse una clase y andar distraída sin que nadie la molestara por ello

Como siempre hacia a esa hora giro su rostro hacia la ventana prestando atención a las personas que justo en ese momento salían corriendo hacia las canchas de la escuela para atender a su práctica de atletismo, entre ellas no le resulto nada difícil encontrar a la rubia que tanto le gustaba, le encantaba verla al correr, la forma en la que sonreía, como se movía, el viendo que acariciaba su rostro y movía su cabellera que por más que intentara domar se resistía a las ataduras que se le imponían y más que todo como el perlado sudor acariciaba su cuerpo, se imaginaba los exquisitos lugares que aquellas gotas lograban acariciar

Como siempre su hermana estaba junto a Seki, nunca entendía como ellas se podían mantener siempre sonriendo como si nada o nadie en el mundo pudiera alterar su paz, las veía jugar molestándose de un lado al otro con un bate de beisbol que en algún momento en el que dejo de verlas una de ellas logro conseguir, hasta que el entrenador las llamo haciendo que su equipo se reuniera, de un momento a otro noto como el rostro de todas las chicas junto a él se tornó serio al ver llegar al equipo de atletismo masculino entonces lo entendió todo, el día anterior

Había escuchado a su hermana hablar de una pequeña competencia que tendrían contra ellos, pero no le presto nada de atención en ese momento ya que la rubia en su cocina había decidido que hacía demasiado calor para llevar puesta una camisa por lo que la arrojo lejos de su cuerpo quedando solo en sostén, una imagen demasiado importante para la castaña que había decidido que no necesitaba nada más que ver ese escupido cuerpo

Volvió a la realidad dejando esa imagen atrás solo por unos momentos para ver que en la pista se empezaron a situar su hermana junto a Seki quienes se dedicaban a estirar sus cuerpos mientras dedicaban miradas asesinas hacia los otros dos que se acercaban a ellas despojándose de sus chaquetas, eran Daniel y Santiago, aquellos castaños que estaban dedicados a hacer imposible la vida a esas dos tontas, pudo ver como los castaños empezaban a hablar logrando que los rostros de Kuro y Seki se tornaran más molestos antes de contestarles de vuelta, no tenía que estar allí para saber que esos dos habían empezado a molestarlas

Todos se quedaron en silencio cuando fue el entrenador quien se paró frente a ellos, extendió sus manos y al parecer señalaba la línea final de su carrera, parecía algo sencillo y bastante corto, pero había aprendido después de tanto verlas que tan solo unos metros podían marcar una enorme diferencia entre ganar o perder

Cuando el entrenador se quitó del frente y tomo puesto junto a ellos tomando su cronometro en sus manos todos se pusieron totalmente serios, agacharon sus cuerpos afirmando sus pies al suelo, sus dedos tocaban el suelo casi rozándolo suavemente mientras sus ojos se mantenían en el frente

Cuando el silbato dio el inicio de la carrera sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, los dos hombres eran demasiado veloces, en menos de un par de milésimas ya estaban al frente de la carrera, sentía como un impulso la invitaba a levantarse y gritarles palabras de apoyo a su hermana y a la rubia pero no estaba junto a ellas y levantarse a gritar en medio de la clase no se vería bien, por lo que solo podía observar, podía ver como las dos se esforzaban por acortar la distancia entre ellas y su competencia pero les resultaba complicado al parecer ya que no podían superarlos, cuando tomaron el primer giro Seki pudo cerrar la diferencia de distancia y se pudo acomodar frente a los dos castaños, Kari en ese momento era solo emoción, no estaba junto a ellas y tampoco era la que estaba corriendo pero sentía que su corazón latía con fuerza lleno de emoción al observar esa carrera

se giró de vuelta al frente al escuchar un pequeño ruido fuera de la monótona voz de su maestro pero solo era que la chica frente a ella había dejado caer su lápiz, en menos de un segundo había devuelto su vista a la pista justo para ver como su hermana con una enorme sonrisa en el rostro dejaba atrás a los dos castaños quienes solo intentaron acelerar el paso casi alcanzándola, Kuro corría rápidamente casi alcanzando a la rubia que aún se mantenía en la cabeza, Kari logro notar como su hermana articulaba una palabra en sus labios que logro que Seki sonriera antes de correr a una velocidad que no creía posible, casi como si toda la carrera hubiera sido solo un espectáculo ya que ella con facilidad hubiera tenido la delantera desde el primer segundo, en cuanto el pecho de la rubia  y su hermana rompían al mismo tiempo el pequeño lazo que marcaba la meta no pudo reprimirse mas

-¡ Siiiiii ! – grito emocionada levantándose de su puesto antes de sonrojarse totalmente al notar las miradas desaprobatorias de su maestro y las risas de sus compañeros de aula “demonios” – y-yo lo siento – se disculpó antes de ser regañada por lo que su maestro solo llamo de nuevo la atención de sus estudiantes hacia él y continuo con su clase

Cuando noto que nadie le prestaba atención de nuevo giro su rostro y podía ver como su hermana saltaba sobre la rubia quien la tomaba en brazos y giraban sobre sus pies antes de detenerse en medio de los giros y empezar a hacerles caras a los dos castaños quienes las observaban llenos de rabia, se rio en silencio al observar cómo le sacaban la lengua y les decían cosas como si de niñas de primaria se trataran, la rubia dejo en el suelo a Kuro quien se dirigió a recibir las felicitaciones de sus compañeras de equipo quienes la abrazaban con fuerza y saltaban sobre ella, Seki se quedó atrás sonriendo pero había empezado a acercarse a ellas antes de ser interceptada por una pelinegra que se había lanzado sobre ella, Kari sintió como una molestia crecía en su cuerpo al ver como Seki la recibía en brazos y al igual que había hecho con Kuro segundos antes a ella también la levantaba y giraba con ella, la pelinegra ni corta ni perezosa afianzo su agarre al cuerpo de la rubia rodeándole la cintura con las piernas

Kari esperaba el momento en el que ese acto molestara a Seki pero solo la veía sonreír más ampliamente mientras la idiota pelinegra sobre ella le decía unas cuantas cosas, Kari quería salir del salón y lanzarse sobre esa pelinegra para dejarle en claro que no permitiría que una cualquiera se montara sobre la rubia pero era algo que no podía hacer, solo podía ver a lo lejos con mucho odio el actuar de esas dos, pero antes de que otro pensamiento pudiera rondar su mente todo alrededor de ella se detuvo al ver como la pelinegra unía sus labios con los de Seki

“apártala”, Su mente repetía esas palabras mientras los segundos pasaban, llenando de dolor su corazón sin que ella pudiera detenerlo, no quería ver más, enderezo su cuerpo y apoyo sus manos en las rodillas apretando con ellas la suave tela de su falda como si en ellas pudiera mantener aquel dolor que ahora empezaba a crecer en su pecho, sentía como sus ojos ardían mientras un molesto nudo se formaba en su garganta, parpadeo varias veces manteniendo las lágrimas que pedían salir dentro de ella, se giró de nuevo siendo masoquista solo para confirmar si sus ojos no mintieron la primera vez solo para ver como la pelinegra se decidió a romper el contacto bajando del cuerpo de la sonrojada rubia quien se había quedado pasmada ante aquel beso, antes de alejarse de Seki la pelinegra se acercó a su oído y al parecer le dijo algo a la rubia quien solo sonrió sin que aquel sonrojo la abandonara

-no- fue lo último que pudo decir mientras una lagrima decidió escapar de sus ojos acariciando su piel, antes de que el dolor la consumiera decidió levantarse sin importar nada más tomo sus cosas y salió del salón corriendo sin dirección alguna, quería estar sola y que nadie la molestara, se sentía lastimada y no necesitaba que alguien se le acercara así que al escuchar unas voces frente a ella giro a la derecha entrando en el baño y buscando rápido un cubículo vacío entro en el cerrando la puerta rápidamente antes de dejarse caer sobre ella permitiendo a las lágrimas correr libremente por su rostro- soy una idiota- se dijo ahogándose en el llanto

………………………………………

-creo que no es de mi incumbencia- aquella voz la saco de ese recuerdo que aún le dolía en el pecho, levanto el rostro para ver a aquella mujer dueña de esa voz encontrándose de nuevo con esos ojos verdes, la chica estiro su mano y limpio con delicadeza aquella lagrima que fugitiva se escapó de sus ojos- pero una chica hermosa como tu debería estar en medio de la pista de baile y no en la barra bebiendo sola- aquellas palabras lograron sacarle una sonrisa

-al parecer me confundí, en el mapa decía que esto era una cantina – le dijo sonriendo de vuelta mientras la bar ténder alejaba su mano de su rostro y la miraba dulcemente

-por eso es que no hay que creerles a las maquinas, la tecnología es lo que tiene mal a la juventud de estos días- le dijo acentuando la voz como si quisiera aparentar ser mayor, lo cual era difícil ya que no aparentaba tener más de unos 20 años- mejor confía en las personas

-creo que eso es aún peor- le dijo volviendo a sentirse decaída

-solo depende de en quien decidas confiar- le dijo guiñándole un ojo antes de ser llamada al trabajo para atender a un par de chicas que se acercaron a la barra

“en quien confiar ¿eh?”, había decidido que no debía estar molesta con la rubia o siquiera sentirse totalmente rota, pero era algo que ella no podía decidir ya que era su corazón el que dolía y era un dolor que no quería detenerse fácilmente, pero no podía culpar a Seki de nada, ella misma era quien se había enamorado de la rubia, era ella quien había imaginado que sus sentimientos eran correspondidos ¿alguna vez Seki le dijo que estaba enamorada de ella? No, nunca le había dicho nada similar a eso, claro la trataba con cariño y mucho cuidado, era una chica cariñosa con ella, pero también lo era con Hiro y Sumi, ella era la única que había inventado una fantasía en la que la rubia la amaba y que si le causaba un poco de celos con Daniel ella por fin decidiría decirle que la había amado desde el momento en que la vio por primera vez

- ¡Idiota! – se regañó de nuevo al recordarse lo tonta que había sido

No era culpa de la rubia el que ella se enamorara y tampoco lo era el que ella hubiera decidido tener una novia porque claro su mente le decía que esa pelinegra de aquel día era la novia de Seki, ella la había elegido así que Kari no podía hacer más que aceptar su decisión así le doliera que no fuera ella quien estaría al lado de la rubia llenándola de amor

-si en verdad es un idiota por dejarte sola – de nuevo frente a ella estaba aquella bar ténder, Kari aprovecho esa sonrisa de calma y se dedicó a detallarla un poco más, era una chica muy hermosa, sus rasgos eran finos y delicados, cabello teñido de un azul oscuro con algunos mechones claros, su piel era blanca como una porcelana y esos ojos verdes parecían tan llenos de inocencia y calma- si hubiera sido yo enserio no te dejaría sola aquí hay muchas personas que solo buscan chicas hermosas para cometer sus macabros planes- aquella desconocida se había acercado a ella y le susurraba como si de un secreto se tratara logrando hacerla reír un poco

- ¿planes macabros? - pregunto siguiendo el juego de aquella chica

-si, vienen a ligar chicas para que caigan en sus redes y luego las llevan al castillo de princesas de al lado

- oh – dijo medio sonrojada al recordar el hermoso motel en forma de castillo que estaba a unas pocas calles de aquel bar en el que se encontraban

-¿lo ves? Es todo un plan macabro- le decía mientras ordenaba los licores tras de ella- como ese idiota que viene tras de ti ahora- le dijo mientras señalaba hacia atrás haciendo que Kari girara para encontrarse con Daniel quien venía medio tambaleándose hacia ella

-hola hermosa- le hablo y la castaña pudo notar ese peculiar aliento de alcohol que solo hacia dejar más en claro que estaba ya ebrio- vamos a bailar- le dijo alargando las palabras mientras tomaba una de sus manos

-no creo que estés en condiciones de bailar- le dijo reprimiendo el instinto de apartarlo de un empujón por haber tomado su mano sin su permiso, pero estaba ebrio y solo por eso lo dejaría pasar

-solo una por favor- le pidió mirándola fijamente

-ok solo una- accedió dejándose llevar por ese alcoholizado chico hacia la pista de baile

Mientras caminaban empezó a maldecir internamente a todo su grupo de compañeras, enserio que era lo difícil de mantenerse unidas durante un maldito día, además donde carajos se había metido Sumi

Si había accedido a salir ese día era exclusivamente por que ella le había pedido que la acompañara, bueno también le había dicho que necesitaba relajarse un poco y vaciar la mente así que por eso vendrían con sus compañeros, la verdad había sido un día interesante aunque la única parte molesta era que antes de poder objetar algo Daniel y Santiago ya se habían ofrecido a llevarlas en su auto, después de eso todo fue alegría exceptuando por las constantes y muy molestas insinuaciones de Daniel, fueron primero a ver la última película de terror que había salido, luego fueron al centro de video juegos a pasar el rato antes de ir a cenar al hermoso restaurante del centro del que todos hablaban últimamente para terminar la velada en aquel bar donde en cuanto entraron cada uno tomo su propio camino incluyendo a su pelirroja amiga que había desaparecido hace más de dos horas y ni rastro de volverla a ver hasta que decidieran volver a casa.

Daniel había decidido detenerse unos metros antes de llegar al centro de la pista de baile, se giró y sonrió causando una molestia en Kari, algo en esa sonrisa no le gustaba para nada, pero por ahora la toleraría, él se acercó más empezando a moverse lentamente esperando a que ella siguiera el ritmo y empezaran a bailar- te ves muy hermosa hoy- le dijo cerca de su oído para hacerse escuchar sobre la fuerte música

-y tú te ves muy borracho- le dijo mientras sentía como posaba sus manos en su cadera incitándola a bailar junto a el

-pero aun así puedo disfrutar de tu compañía- pudo ver esa molesta sonrisa un segundo antes de que el castaño se acercará a ella con destino directo hacia sus labios, pero una cosa era permitirle un baile, un simple y aburrido baile y otra muy diferente el que le permitirá besarla

Unos centímetros antes de que el llegara a su destino Kari se movió hacia atrás alejando su cuerpo y levanto su mano al aire para luego bajarla rápidamente golpeando con fuerza el rostro de aquel castaño

-ni se te ocurra intentar eso de nuevo – le amenazo intentado llamar la poca paciencia que le quedaba en ese momento, no tenía la intención de seguirlo soportando y si no le había hecho nada antes era por simple respeto a sus compañeros, pero ahora poco y nada le interesaba ser decente – vuelves a hacerlo y te prometo que no te quedara cara para que presumas ¿entendido? - miro de nuevo al castaño que aún mantenía sus manos en la mejilla que ella había golpeado

Antes de que el pudiera decir o hacer algo para retenerla Kari se giró sobre sus pies y se acercó a la barra donde la bar tender la miraba fijamente sonriendo, seguramente ella había podido presenciar la escena, pero eso no le importo, se terminó de acercar y tomo su bolso dispuesta a salir en cuanto antes de aquel lugar, se encamino hacia la puerta trasera ya que era la más despejada y sin siquiera mirar hacia atrás empujo la puerta con fuerza y se lanzó fuera de aquel bar

La brisa fría que golpeo su rostro fue tan refrescante que sintió que no había respirado antes, dejo que el aire llenara sus pulmones y sonrió disfrutando aquel silencio, “a Seki le encantan las noches frías” se dijo antes de sonreír melancólica al recordar a la rubia que tanto daño le hacía a su corazón, revolvió su cabeza rápidamente alejando esos pensamientos, no, no era culpa de Seki el que ella se sintiera lastimada, ella no tenía idea de sus sentimientos y Kari no había hecho nada para expresarlos así que ella no era culpable

Empezó a caminar para salir de aquel callejón, estaba agotada y sentía que quería llegar a su casa y tirarse en su cama para dormir lo que no había podido en un par de días, pero un poco antes de que pudiera salir de aquel oscuro lugar un par de brazos jalaron su cuerpo empujándola contra la pared, el golpe fue lo suficientemente fuerte para sacar el aire de sus pulmones, se des estabilizo por un momento pero ese par de brazos la sujetaban por los hombros con fuerza por lo que sabía que no caería, al levantar su mirada se encontró con los ojos avellana de Daniel que la miraban con un toque de ira en ellos

- ¿Qué carajos haces Daniel? - le pregunto totalmente molesta sin intentar aun apartarlo por la fuerza, él estaba ebrio y ella no era una amante de la violencia, pero él estaba pidiendo a gritos que le dieran una paliza

-terminar lo que empecé – le sonrió con sorna antes de acercarse a ella nuevamente, pero se vio detenido por una mano nuevamente golpeando su rostro

-te acercas un poco más Daniel y enserio que te dolerá- le advirtió la castaña mirándolo con la misma intensidad que él le mostraba

- ¿es una amenaza? - se burló el castaño pasando su antebrazo hacia el cuello de la castaña apretándolo con algo de fuerza

-lo fue- le respondió ella sonriendo, enserio que esa era la señal para que pudiera moler a golpes a ese imbécil, pero un segundo antes de que ella pudiera mover siquiera un musculo sintió como todo el peso sobre ella era arrojado lejos dejándola caer al suelo, no había notado en que momento el idiota de Daniel la había levantado

“carajo” fue lo único que pudo pensar al ver a Seki parada frente a Daniel quien al parecer por la fuerza del golpe no se había podido mantener de pie, “mierda, de entre todas las personas que podían aparecer tenía que ser ella” se levantó del suelo e iba a empezar a acercarse a ellos para detener a Seki ya que Kari más que nadie era quien merecía darle la paliza, pero antes de poder llegar vio como la rubia levantaba una de sus piernas para luego arremeter con fuerza contra el cuerpo del castaño quien giro sobre su cuerpo por la fuerza del golpe para luego empezar a toser en busca de un poco de aire

-si te vuelves a acercar a ella te prometo que te romperé cada hueso del cuerpo- la castaña tembló ante esa amenaza, la voz de Seki sonaba firme y al mismo tiempo llena de odio, no dudo en que era una amenaza llena de verdad y por un segundo se lamentó por el idiota de Daniel

Mientras veía como el castaño aun intentaba luchar por aire camino hacia el ignorando por completo la presencia de aquella rubia, se agacho a su lado y se acercó a su oído- agradece que fuera ella quien te atacara primero porque si no fuera por ella ya estarías camino al hospital rogando porque alguien supiera como volver a colocarte eso- le dijo señalando a la entrepierna de Daniel sonriendo al verlo temblar de miedo

 Después de levantarse se giró hacia la rubia quien al notar su mirada cambio su rostro a uno más pacífico, pero eso no logro calmar la creciente ira en la castaña, estaba molesta por que ella estuviera en ese lugar, porque la mirara con esos ojos de cachorro, porque la defendiera, porque no quería verla, por todo y al mismo tiempo por nada se sentía llena de ira por lo que opto por salir de ese lugar

Paso de largo el cuerpo de la rubia por segunda vez en la noche y a pasos largos empezó a caminar hacia la salida del callejón, estaba furiosa y aun no encontraba un motivo exacto para sentirse de esa forma por lo que se enojó aún mas

Por fin había logrado salir de aquel estúpido callejón y agradeció a los dioses por lograrlo, se encamino hacia su casa, le importaba poco que fuera casi el amanecer igual estaba segura que si alguien se atravesaba en su camino justo en ese momento ella le arrancaría la cabeza de una forma muy literal, estaba tan perdida en su rabia que ni siquiera noto los pasos apurados que se dirigían hacia ella hasta que sintió como por segunda vez en la noche un par de brazos la apresaban, al menos esta vez no fue golpeada contra un muro y se sintió desarmada al girar y encontrarse con esos hermosos ojos azules que tanto le gustaban

- ¿Por qué te fuiste como si nada? - le pregunto la rubia logrando que toda su atención se centrara en ella

-déjame Seki no quiero hablar contigo- le dijo molesta apartando sus manos de su cuerpo, enserio que no deseaba hablar con ella y mucho menos cuando estaba tan molesta ya que en cualquier segundo podría escupir un montón de cosas que la rubia no necesitaba escuchar

-pero yo quiero hablar contigo- le respondió ella tomándola de la mano evitando que empezara a caminar de nuevo

-y a mí eso me importa poco – aparto su mano y se giró molesta para volver a verla- no me interesa hablar contigo- al decir eso pudo ver como la rubia se sintió lastimada por aquel comentario y por un segundo se arrepintió

- pero a mi si me importa- volvió a tomarla suavemente de su mano para girarla y al volver a ver esos ojos, esos labios, esos malditos labios que habían besado tal vez un sinfín de veces a otra persona por fin estallo

Se rio por unos segundos des estabilizando totalmente a la rubia - ¿te importa? - le pregunto casi como un reto- ¿Qué te importa? ¿te importo yo? - la miro fijamente sintiendo como todo el dolor que guardo por esos días explotaba en su pecho

-s-si

-y eso que significa para mí- se acercó a la rubia intimidándola por completo- apareces de la nada sintiendo super héroe y golpeando a un imbécil, luego esperas que te de las gracias y me lance a tus brazos no seas tonta

-y-yo no esperaba eso yo solo…

-solo querías ayudarme- la interrumpió- querías ser la chica ruda, oh como si no te hiciera falta un poco más de buena reputación para estar rodeada de chicas o chicos o con lo que sea que te quieras acostar a tirar- se acercó aún más a la rubia y la empujo con sus manos- pues yo no te necesito

La rubia se sentía perdida, nunca había visto tan molesta a Kari y en cuanto la empujo sintió el dolor que ella estaba sintiendo como si con ese simple toque todos los sentimientos de la castaña fueran suyos también

-pero yo a ti si- le respondió empujándose hacia el frente, quería decirle mucho más, que la amaba, que se Moria por solo un par de segundos a su lado y que, aunque en este momento ella quisiera golpearla amaba tenerla cerca

- ¿por que soy tu amiga de la infancia? - espeto molesta la castaña golpeando el pecho de Seki mientras sentía como las lágrimas que había contenido empezaban a derramarse en su rostro- ¿Por mis madres? ¿Por qué Kuro te lo pidió? ¿por que? – le grito golpeándola aún más fuerte

- ¡porque te amo! – le grito la rubia logrando que los puños se detuvieran y que por fin Kari la mirara fijamente a los ojos, la rubia aprovecho esto y tomo las manos de Kari que aún se mantenían en el aire y las acerco a su pecho sosteniéndola suavemente

- ¿q-que dices yo no? - estaba confundida, pero antes que su cabeza fue su pecho el primero que reacciono ante el latir rápido de su corazón, sentía como un pequeño calor se extendía desde allí hacia el resto de su cuerpo empujando fuera el dolor que la atormentaba

-te amo Kari – le repitió Seki mientras tentado a su suerte estiraba una de sus manos hacia el rostro de la castaña limpiando el rastro de lágrimas que en ese momento ya se habían detenido, observo como un pequeño brillo empezaba a crecer en los ojos de Kari y sonrió llena de ternura, no había una mujer más hermosa que aquella castaña que ahora temblaba en sus manos

-Seki y-yo no se

-sah no es necesario que respondas – la silencio suavemente antes de poder escuchar nada, había decidido que le diría sus sentimientos, pero nunca tomo en cuenta el que esperara una respuesta, obviamente si hubiera una desearía que fuera positiva hacia su amor, pero si fuera negativa tendría que respetar a la castaña, pero al momento de silenciarla vio como de nuevo el enojo crecía en los ojos de la castaña

Pero antes de que pudiera disculparse sintió como un suave par de labios chocaba contra los suyos, abrió los ojos por la sorpresa, pero un segundo después se dejó llevar por ese beso que había anhelado hace ya demasiados años

Fue un beso lento, Kari sentía como su cuerpo se derretía lentamente al vaivén en el que Seki movía sus labios, en el momento que escucho salir de esos labios ese te amo tan dulce no pudo pensar más que en besarlos, pero entonces antes de que pudiera pedir un beso la rubia la silencio, lastimosamente Kari no tenía la paciencia para esperar de nuevo así que se lanzó hacia ella uniendo sus labios

Sentía como una pequeña electricidad corría desde la punta de sus labios hasta el resto de su cuerpo llenándola, aparto con cuidado las manos que tenía en el pecho de Seki para llevarlas tras de su nuca logrando que sus cuerpos se unieran aún más, Seki entendió el mensaje y dejo que sus manos viajaran por las espaldas de Kari antes de juntarse en su espalda baja apretando contra si lo que más pudo del cuerpo de su castaña, si, ahora ella seria suya

-también te amo- le respondió sonriendo Kari al momento en el que el aire se hizo necesario haciéndolas separar

-me lo hiciste saber de buena forma- se rio la rubia besando la frente de Kari, luego beso su mejilla antes de acercarse de nuevo a sus labios besándola fugazmente- se mi novia – le susurro cerca a sus labios al separarse

-es una difícil decisión- le respondió juguetonamente mordiéndose el labio inferior

-entonces déjame ayudarte a decidirte- sonrió antes de volver a besarla, el placer de sentir esos dulces labios era todo un éxtasis para Seki, la forma en la que se acomodaban perfectamente le decía que ella era la única hecha para besar a su castaña, en cuanto se separaron pudo escuchar un pequeño jadeo escapar de los labios de Kari haciéndola sonreír nuevamente

-ok entiendo si seré tu novia- ambas sonrieron de manera cómplice mientras se abrazaban más fuerte

-te amo

 

CONTINUARA…. 

Notas finales:

un nuevo cap, disfrutenlo n.n


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