Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

OMEGA (Boku no Hero) por Princess Yaoi

[Reviews - 111]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, gracias por leer una vez más. Por un momento realmente creí que no volvería, pero me complace decir que lo logré, y no solo eso, el siguiente capitulo está listo. Así que nos encontraremos aquí de nuevo la siguiente semana. 

Las figuras de Ochako y Iida desaparecieron en la distancia de manera difusa mientras se acercaba a esa recta final que lo llevaría a casa. Donde la amorosa alfa que había estado mimándolo en exceso desde que acabó su celo lo esperaba para molerlo a golpes como seguro se merecía por desaparecer toda la tarde.

En un día como ese, era normal acabar rodando por el piso y dándose de golpes con esa mujer impaciente que al igual que él no sabía hablar y prefería clavarle un puñetazo en la cara antes que decirle que estaba preocupada. Pero, hoy no tenía ánimo de pelear más.

Su cuerpo estaba más pesado que de costumbre. Un leve temblor sacudía sus piernas y le erizaba la piel haciéndolo sentir algo enfermo y deseoso de meterse bajo el mullido cobertor de su cama para calentarse. No tenía tiempo para discutir o dar explicaciones, simplemente quería recostarse, hundir la cara en su almohada y revolverse contra el colchón tratando de sacarse de adentro esa inquietud que lo estaba empezando a incomodar. Pero su madre no iba a dejarlo escapar sin más; lo interceptó apenas puso un pie en la entrada obligándolo a hacerle frente e intercambiar un par de palabras malsonantes con las que el muchacho pretendía escaparse de alboroto que la mujer iba a montar, pero fue inútil. Era en ocasiones como esa, cuando se sentía tan fuera de sí, que la diferencia entre alfa y omega se hacía más notoria. No podía ganar cuando las feromonas de la alfa lo golpeaban en el rostro sometiendo a su lado omega a escucharla.

r13;¡No vuelvas a desaparecer sin decir nada! _le reclamó afianzando el agarre con el que lo había forzarlo a mirarla _

r13;¡No te metas en mis malditos asuntos!

r13;¡Tú eres mi maldito asunto! ¿¡Sabes qué hora es!? ¡Debías estar aquí hace seis horas! ¡Seis putas horas! ¡Estuve llamándote todo el día! ¡Contesta el jodido teléfono!

r13;¡No tengo que reportarte cada maldita cosa que hago!

r13;¡Soy tu madre! ¡Yo decido que puedes y no puedes hacer! _Con un tirón por la camisa acortó sus centímetros de diferencia para lanzarle una amenaza _ ¡Si quieres volver a poner un pie afuera vas a obedecerme y a usar un poco la cabeza…

La expresión de la mujer cambió de pronto, haciendo una pausa, de tal manera que incluso el muchacho se sorprendió. Había algo peculiar en él que le llamó la atención

r13;¿Qué es ese olor? _preguntó con un tono entre curioso y molesto mientras se acercaba para aspirarlo_

El rubio protestó ruidosamente y se retorció cuanto pudo cuando mujer lo tomó por el brazo y lo atrajo hacia ella obligándolo a soportar un intrusivo olfateo.

El aroma de otro alfa había alcanzado el olfato de la mujer. Pudo reconocer sin esfuerzo la esencia de Midoriya impregnada en las prendas de su hijo con cierta territorialidad que le alteró los nervios y la obligó a olfatear más profundamente tratando de identificar esos sentimientos que había dispersos en sus feromonas.  

La sensación cosquilleante de su nariz sobre su piel, le chispó los nervios a Katsuki, haciéndolo reaccionar de manera más violenta de lo habitual, y es que normalmente podía ser grosero e incluso brusco, pero nunca usaba su quirk al pelear con su madre. Era una especie de regla implícita que fue ignorada cuando sintió su estómago dar un vuelco alertado por el peligro y tubo que defenderse.

La alfa retrocedió ante el impacto palpando la herida rápidamente. Su costado ardía. Katsuki la había impactado poniendo una significativa distancia entre ellos, y aunque la explosión había sido bastante débil, las punzadas de dolor le indicaron que realmente había intentado herirla.

Reaccionó como cualquier alfa traicionado lo haría. Gruñó rabiosamente lanzándose hacia su cría, dispuesta a darle una dolorosa lección para dejar claro su rol como alfa, porque puede que su hijo estuviera marcado, pero le debía respeto. Tenía todo el derecho de tomar a ese mocoso impertinente y machacarlo a golpes, pero la imagen que encontró frente a ella la detuvo cuando estaba lista para acabarlo.  

Se topó a un Katsuki tan arrepentido como asustado que no entendía mejor que ella lo que estaba pasando y no estaba dispuesto a defenderse esta vez.

A veces Mitsuki olvidaba lo frágil que podía ser su pequeño. Cuando lo veía pelear, cuando sentía sus golpes, a veces olvidaba que el chico que tenía enfrente no era un alfa como ella o como su esposo. Y aunque lo hubieran criado como tal, Katsuki no era igual a ellos. Puede que en apariencia no distara mucho de lo que debía ser un alfa, pero reaccionaba y sentía como un omega. Uno confundido y profundamente herido que no comprendía muy bien su situación y se veía forzado a obedecer a su instinto en situaciones como esa.

Su lado omega, que reconocía a Izuku como su pareja, veía la cercanía de cualquier otro alfa como una amenaza. Era algo natural, pero difícil de aceptar para quien había asumido el rol de alfa para él, protegiéndolo cuando Izuku no estaba.  Reconocer que debía guardar distancia porque su hijo tenía un compañero, era algo duro.

No se sentía capaz de distanciarse de Katsuki cuando su futuro al lado de Izuku era tan incierto. Cuando no había garantía de nada y lo único seguro que poseía el omega era su amor. Pero parecía no ser suficiente. Había hecho todo lo que pudo y su pequeño seguía desmoronándose frente a sus ojos.

No era justo que el único capaz de salvarlo fuera Izuku.

r13;Ve a tu habitación… _soltó dándole espacio para escapar, mientras se frotaba las cienes con cansancio, ocultando la humedad que iba a desbordarse de sus ojos_

_____________________________

Un enorme peso desapareció cuando la puerta se cerró detrás de él. Su habitación lo recibió en completo silencio dejándolo sentir lo suficientemente relajado como para dejarse caer sobre su cama y cerrar los ojos.

Quería conciliar el sueño, pero solo paró sintiéndose más cansado e incapaz de dormir para continuar con la rutina y encaminarse en unas horas de vuelta a la academia como tenía que hacer si quería lograr algo.

Debía seguir peleando, pero a una parte de el ya le daba igual lo que pudiera pasar. Su futuro ya no parecía incierto, de manera sutil las personas a su alrededor se habían encargado de mostrarle cual era su camino desde allí.

La academia se estaba desligando lentamente de él al arrinconarle en un callejón sin salida, el mundo no ofrecía ninguna respuesta a sus problemas más que encarrilarlo a lo que consideraban correcto y su cuerpo se negaba a cooperar. La realidad al final era, que como omega al parecer solo podía aspirar a una simple vida hogareña.

Le habían ofrecido a sus padres infinidad de opciones al respeto. Los alfas se habían estado comiendo la cabeza en trámites legales, negociaciones y cobró de favores, para solucionar el problema de Katsuki, pero todo lo que recibieron fueron ofertas de estudio en academias especializadas en omegas, programas de educación desde casa e incluso una propuesta de compromiso para acomodar al muchacho en una mejor posición social.  

La propuesta la había realizado nada más y nada menos que Todoroki Shoto, en una elegante y nada sentimental carta estilo japonés que la academia les hizo llegar con la aprobación de Endeavor. Parecía que la familia del muchacho, y en especial el héroe a la sombra de All Might, estaban interesados en continuar la línea genética de manera impecable.

El quirk de Katsuki era fuerte, el muchacho tenía actitud y en palabras de Endeavor, sería bueno para dar a luz a los hijos de Shoto y ese era su único interés.

Los padres del rubio rechazaron la propuesta de manera tajante, pero se llevaron la desagradable sorpresa de que la última palabra no la tenían ellos. Legalmente, quién poseía el poder para decidir si Katsuki podía considerar la propuesta o no, era Izuku. La marca en el cuello del rubio le daba a Midoriya una autoridad similar a la de sus padres ante los ojos de la ley y aunque había ciertas restricciones considerando que ambos jóvenes aun no alcanzaban la mayoría de edad, toda decisión concerniente a Katsuki, hasta que Izuku decidiera desligarse de él definitivamente y marcara a otro omega, era asunto de los tres. Así que mientras Izuku no rechazara la oferta, esta seguía en pie y eso era algo que le estaba poniendo de los nervios a los padres del omega.

Endeavor era alguien complicado de tratar, y luego de que Shoto se presentó frente a él para informarle que quería tomar a Katsuki como su primer esposo y la idea se le metió en la cabeza, muy difícilmente se daría por vencido. Sus cartas y las visitas algo intimidantes de sus subordinados estaban a punto de quebrar la poca paciencia de los padres del rubio y destapar la mentira que le habían dicho a Katsuki sobre que nada inusual había pasado últimamente, cuando era todo lo contrario. Y es que nada que involucrara a Todoroki debía ser dicho en presencia del omega, quién aún tenía traumas gracias al hijo de puta que pretendía volver a ponerle las manos encima de una manera más diplomática.

Izuku estaba al tanto de las intenciones de Shoto, después de todo fue el primero en escuchar su propuesta y tenía varias razones para no haberla rechazado aun, razones que los padres del rubio habían escuchado atentamente por teléfono un par de días después de que su hijo fuera plantado por Izuku en UA. Y el momento de que Katsuki las escuchara y hablara finalmente con el peliverde se estaba acercando.

Como lo habían acordado Izuku estaría lejos de Katsuki hasta que terminara su suspensión, un tiempo prudencial que esperaba sirviera para aclarar tanto su mente como la del rubio.

Era una separación necesaria que había puesto a prueba todo su autocontrol y parecía estar quebrando al rubio más duramente y rápido de lo que pensó.

Katsuki no podía más. Su lado omega lo estaba hundiendo en la ansiedad, prueba de eso fue que finalmente, tras semanas de batalla, se rindió con UA y decidió no volver. La soledad solo lo ayudó a hundirse más durante los siguientes días cuando ni él sintió más ánimos de salir de su habitación, ni su madre se atrevió a obligarlo consciente de lo cruel que había sido apoyarlo con algo tan autodestructivo como lo fue tratar de quedarse en la academia siendo un omega.

Las estadísticas no mentían. Menos de la quinta parte de los omegas llegaba a terminar sus estudios superiores y ningún omega se había graduado de UA jamás.

La verdad estaba oculta a simple vista. Los omegas siempre eran retirados de la jugada sutilmente y sin que lo notaran. Se podría decir que de una manera bastante injusta y ridícula los alfas y betas trataban de mantenerlos a salvo. No importaba cuanto potencial tuvieran, al final solo eran unos frágiles y hermosos compañeros de cama que ningún alfa quería arriesgar enviando a las calles. Katsuki no era la excepción.

Nadie podía negar lo peligroso que era para un omega tratar de ser un héroe, pero el problema no era su fuerza, el problema era que el mundo no estaba preparado para ser salvado por un rubio explosivo capaz de engendrar un bebé. Aunque claro, ese era un asunto del que Katsuki no estaba dispuesto a hablar aún.

_____________________

Se revolvió en la cama por tercera vez tratando de calmarse. Buscó una posición más cómoda y estiró sus extremidades de manera felina apelmazando las prendas y cobertores que había sobre su cama a manera de refugio.

La entretejida masa de ropa que había sobre su cama era algo que había estado armando durante los últimos días hasta que llegó a lucir como un auténtico nido, en el que se acomodó para poder descansar. Su uniforme impregnado con el aroma de Deku era la pieza central de su obra de arte y fue la razón que lo llevó a construir la fortaleza.

Los omegas solían refugiarse en lugares como ese cuando estaban próximos a su celo o cuando se sentían deprimidos o desprotegidos y Katsuki respondía a lo segundo. Había pasado una semana desde que volvió a casa con el aroma de Deku encima y desde entonces lo mejor que había logrado para calmarse y no ir a buscar al pecoso para tomarlo por la camisa y obligarlo a hablar, era eso.

Trató de deshacerse de las prendas una y otra vez, renuente a aceptar que las feromonas del peliverde lo hacían sentir bien, pero era estúpido seguirse negando a aceptar los hechos. Y así como en esa ocasión, tuvo que ceder a muchas cosas más doblegando su orgullo que finalmente llegaba a entender que era más doloroso mentir todo el tiempo que vivir con la verdad.

Un suave golpeteo lo sacó de sus pensamientos haciéndolo girar el rostro hacia la puerta donde vio a su madre se asomarse con una taza de té en las manos y un pastelillo salado que le ofreció sin más sentándose a su lado en el revoltijo de ropa que había en la cama.

Palpó la mullida estructura paseando la vista con calma y cierta ternura mientras el muchacho se incorporaba para recibir su segunda comida del día, que con suerte no acabaría de inmediato en el escusado como su desayuno.

La alfa tenía mucho cuidado con la alimentación del rubio desde que empezó a comer menos y devolver todo lo que se tragaba. Y sus atenciones habían servido bastante para mantener su lazo en los últimos días, cuando Katsuki era más consciente de necesitar a Izuku y no quería cerca a otro alfa.

r13;¿Necesitas más colchas? _preguntó pasando su mano sobre su rostro para revisarlo; estaba notablemente más pálido_ Ha crecido bastante desde la mañana _señaló el nido_

r13;Aun no está terminado... _su tono era neutral. Hace algún tiempo que había dejado de importarle que su madre viera lo que estaba haciendo_

r13;Bien, te traeré más cosas. Creo que Izuku olvidó su sudadero la última vez que estuvo aquí _soltó de manera pensativa tratando de recordar en dónde lo había visto_ 

El rubio se tensó al escuchar su nombre y la mujer aprovechó su atención para ir al grano sobre lo que debía decirle.

r13;Katsuki, quiero que escuches con atención _pidió viendo al rubio a los ojos de manera seria, pero paciente_ Izuku vendrá esta tarde a hablar contigo. Se que este mes ha sido duro para ti, lo ha sido para todos, pero espero que eso acabe hoy. No podemos obligarte a decidir algo que no quieres, así que tu e Izuku tendrán que llegar a un acuerdo sobre lo que quieren para sus vidas, ya sea juntos o separados. Sea cual sea tu decisión vamos a apoyarte.

El rubio bajó la vista de manera pensativa y contrario a lo que la mujer creyó, no hubo ninguna protesta.

r13;¿Cuándo te lo dijo? _preguntó el rubio retomando su taza de té con cautela_

r13;Luego de que volvieras a UA el habló con nosotros…

r13;¿Por qué no me lo dijeron?

r13;Hay muchas cosas que no te hemos dicho, espero que entiendas que todo ha sido por tu bien; no estabas cooperando.

El crujido de la taza y un chasqueo le indicaron a la rubia que no se lo había tomado de buena manera. Si bien, hacerle creer que Deku lo había dejado sin más fue bastante cruel, que el no se hubiera molestado en escuchar o ser algo racional todas las veces que intentaron hablarle, tampoco ayudó. Simplemente estaba empeñado en borrar de su mente la existencia del pecoso y reprimir sus sentimientos negativos, al punto de terminar mandando al carajo todo y arruinándose a sí mismo. Se sentía frustrado.

r13;¡Lárgate! No tengo hambre… _le indicó dándole la espalda para acurrucarse de nuevo en el montículo de ropa y dejar de lado la comida_

La alfa soltó un suspiro. Tomó las sobras a medio empezar y se retiró echándole un vistazo al desastre que había tirado por el piso.

r13;Deberías limpiar tu habitación. Te avisaré cuando él esté aquí.

El resto del día fue relativamente tranquilo. Si hubiera podido relajar un solo músculo o dejar de sostenerse el estómago agitado por el cosquilleo, durante un minuto, quizás habría podido pensar mejor sobre lo que estaba punto de hacer. Pero se sentía demasiado ansioso y a penas pudo pensar en otra cosa que no fuera el pecoso hasta que el ajetreo normal del primer piso se calmó y supo que su la hora había llegado.

Su madre había estado parte de la tarde cocinando y limpiando mientras su padre le hacía unas reparaciones de última hora al bombillo de la sala. Podía que después de esa tarde nunca volvieran a cruzar palabra con sus invitados, pero querían darles un recibimiento decente pese a todos los roces que había habido entre ellos.

La madre del pecoso y la suya serían quizás quienes lamentarían más la ruptura, ya que habían sostenido una amistad bastante grata por varios años, pero actualmente pendía de un hilo. Lo que Izuku y Katsuki acordaran ese día, marcaría el rumbo de las vidas de todos los presentes, pero no tenía por qué ser una tragedia. Era el mensaje que la rubia buscaba comunicar cuando le abrió la puerta a los Midoriya con una sonrisa.

La madre de Izuku le devolvió el gesto. Ese día vestía bastante formal, al igual que Izuku que pese a llevar sus típicas zapatillas rojas y unos jeans negros, usaba una camisa de cuello, verde cuadriculada que lo hacía lucir muy guapo.

La rubia no quería admitirlo al inicio, pero el pecoso era bien parecido y tenía un quirk muy fuerte. Era alguien con potencial que, de llegar a comportarse como un alfa, seguro sería un buen compañero, incluso un buen padre. Pero Izuku simplemente no podía madurar de un día para otro cuando su lado alfa apenas acaba de despertar. Necesitaba tiempo y apoyo, era algo que ella podía entender, pero no estaba segura de poder dárselo. Aun había muchas dudas y daños que reparar.

r13;Te vez muy guapo hoy Izuku _no pudo evitar hacer el comentario_ Te preparaste bien para convencer a Katsuki, ¿eh?

r13;Voy a dar lo mejor de mi _ respondió el muchacho algo apenado, había dado en el clavo_

Izuku había pasado un par de horas frente al espejo preocupándose por cosas triviales, como combinar sus pantalones con su camisa y hacer que sus risos se quedara en su lugar, y aunque era algo que estaba seguro que no le importaba a Kacchan, quería lucir lo mejor que pudiera cuando se reencontrara con él.

La mujer los invitó a pasar para tener una amena plática de té y bocadillos, pero el peliverde declinó la invitación cortésmente.

r13;Me gustaría hablar con Katsuki ahora _expresó viendo hacia las escaleras_ ¿puedo pasar?

La rubia lo observó dudosa, quería preparar a su hijo antes que tuviera que hacerle frente a Izuku, pero seguro estaba tan ansioso como él.

r13;Se cuidadoso… _le pidió regalándole una mirada de aprobación antes de llevarse a su madre a la sala, donde el padre del rubio se había plantado desde hace varios minutos completamente nervioso y listo para saltar a intervenir si las cosas se salían de control, como era normal_

El peliverde subió lentamente las escaleras con una expresión risueña y una actitud calmada, las cosas no serían como la última vez. Estaba convencido de ello luego de verse a sí mismo esa mañana corriendo de un lado a otro emocionado por ver al rubio. Ellos habían cambiado.

Habían pasado por momentos duros y enfrentado la realidad en ese último mes. No podría contar cuantas veces se vio tentado a romper su palabra y correr hacia la casa del rubio para arreglarlo todo y jurarle que se quedaría con él, pero sabía que no era el momento. Y quería creer de todo corazón que su sacrificio había valido la pena.

Porque no era nada fácil para un alfa negar su impulso natural de proteger y proveer a su pareja. Había estado sufriendo tanto como Kacchan la inevitable agonía de la separación y recordando contantemente el dolor que le había causado el rubio.

Aquel día, cuando dejó a Kacchan a mitad de su celo se sintió como un traidor, pero no podía dar marcha atrás. Tenía que ponerle un alto al rubio y mostrarle que debía que poner de su parte, madurar y ver las cosas objetivamente, o al menos intentar darle algo de sentido a todo el caos que lo rodeaba, como lo hacía él. Fue duro mantenerse firme, pero la experiencia sin duda lo había hecho crecer.  

Cuando puso la mano en el pomo lo hizo con la plena convicción de que había hecho lo correcto al darle su espacio y que lo que pasara allí dentro reflejaría su mejor intento y sus mejores intenciones, aunque en el fondo sabía que se sentiría decepcionado si al final del día tenía que volver a casa sabiendo que no volvería a ver a Kacchan.

Empujó la puerta suavemente y se sumergió en la oscuridad de la habitación, tan fría y desordenada como la última vez que estuvo allí. Pero esta vez las feromonas de Katsuki no revoloteaban en el aire haciendo cosquillear su entrepierna, solo estaban el silencio sepultural y el aroma de Kacchan, un aroma que siempre le traía nostalgia.  

Pasó la vista por la habitación tratando de acostumbrarse a la falta de luz y finalmente se topó con una figura que se movía sobre el enredo de ropa que había en la cama.

r13;Viniste… _escuchó la voz apagada y algo áspera del rubio mientras se incorporaba_

El peliverde no pudo evitar pronunciar su nombre, lo hizo con el anhelo que había estado conteniendo cada que su instinto le reclamaba por no tener a su lado a su compañero. Lo nombró con una voz gentil y cariñosa que estaba seguro había asqueado al omega, pero si lo hizo él no dijo nada. Kacchan parecía más dócil y tolerante de lo que nunca creyó posible.

Tal vez era la mala comida, la falta de sueño, o solo la depresión que cualquier omega que era separado de su pareja debía enfrentar, pero el rubio no protestó cuando se acercó a la cama y simplemente se sentó dispuesto a escucharlo cuando se acomodó en el suelo, a una distancia corta pero prudente, para empezar con lo que lo había llevado hasta allí.

r13;He venido a hablar… 

Notas finales:

Lamento haberme ausentado por tanto. Fueron situaciones complicadas una tras otra, pero finalmente puedo decir que lo eh superado y estoy lista para dedicarle de nuevo todo mi amor a mis historias. 

Esta en especial merece mucho amor, así que voy a seguirme esforzando. Espero aun halla quien lea para cuando logre terminarla, que voy lento, pero seguro xD ¡Gracias por su apoyo!

Se viene la tormenta.... entrar a esa habitación nunca ha sido seguro y Deku lo sabe. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).