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OMEGA (Boku no Hero) por Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Creo que jamás había actualizado un domingo por la noche, pero no quería quedarme sin subir el capítulo. 


 

Ese chico de mirada cansada que se cubría con una manta, acurrucado en el piso, no era más el altivo y fuerte alfa que vio siempre en el espejo. 

Era alguien extraño, capaz de llevar la frente al pido y pedir por sexo. Alguien débil incapaz de soportar el peso de su propio cuerpo, que flaqueaba deslizando su mano lentamente por su estómago para aliviarse y se excusaba entre lágrimas por haber perdido la batalla. Alguien patético a quien no quería mirar, un estorbo que saboteó todos sus planes, pisoteó su orgullo y acabó con su futuro mientras mecía las caderas tratando de saciarse con el cuerpo de un bastardo que lo tomó a la fuerza. ¿Ese era ahora él?

Se sacudió ante el escalofrío que lo recorrió al tocar su ingle. Sus músculos se tensaron gustosamente y su miembro brincó aliviado por el tacto. Era una sensación diferente a la que había tenido en otras ocasiones. El placer lo llenaban de tal manera que podía hacerlo sentir perdido, completamente cautivado, absorbido y lo suficientemente satisfecho como para hacerlo mandar al carajo todo y dejarse llevar.

Su cuerpo reaccionó de manera involuntaria elevando las caderas mientras frotaba frenéticamente su miembro, y un líquido viscoso empezó a descender por sus muslos. Era cosquilleante, centraba su placer en una zona que desconocía hasta esa mañana, pidiendo por más de eso que Todoroki le dio bruscamente, y haciéndolo luchar consigo mismo invadido por la curiosidad, el deseo y ese dolor que solo podía ser calmado metiendo algo dentro.

Fue así que deslizó sus dedos entre sus piernas hasta llegar a ese suave orificio que se abrió y contrajo gustoso alrededor ellos enviando una onda insoportable de placer por todas sus terminaciones nerviosas. La intensa sensación lo dejó derramarse de manera exquisita, liberándose de ese peso que había estado cargando por tanto tiempo. Entonces todo solo pasó a segundo plano, fue así por largos minutos en los que solo observó el techo extendido sobre el suelo respirando agitado.  

Acaba de masturbarse usando también ese desagradable lugar entre sus muslos. Lo pensó soltando un suspiro pesado antes de tratar de sentarse para buscar la botella de agua que su madre le había dejado en algún lugar en medio de ese desastre que había hecho en su habitación por la madrugada.

Había discos y cartas dispersos por el suelo, el sonido bajo de una pesada tonada de guitarra eléctrica sonaba de fondo, su portátil aún prendido en una esquina reproducía sin sonido una sosa película de superhéroes que por alguna razón aún guardaba, luego de verla hasta el cansancio en su infancia, su teléfono seguía vibrando con notificaciones que no pensaba responder, y un remolino de sábanas estaba envuelto a su alrededor.

Había estado en medio de ese tiradero por horas, tendido sobre el piso apretándose a sí mismo para mantenerse quieto y suprimir los terribles temblores. Jugando a lo que sea que pudiera mantenerlo ocupado, sacando de los cajones cosas llenas de recuerdos e historias que por alguna razón siempre estaban relacionados con Deku, y al final, pese al terrible sabor de boca que le causaban, eran mejor que pensar en sexo. Porque parecía que todo lo que era capaz de formular su mente en esos momentos tenía que ver con cosas obscenas y eso en verdad lo estaba volviendo loco. 

Lo había hecho dar vueltas en círculos, tirarse del cabello y golpear los puños contra las paredes hasta que no pudo más, hasta que la necesidad era tan fuerte que ni siquiera podía ponerse de pie y le hacía difícil respirar, pero pese a todo su esfuerzo al final lo venció.

No podía evitar sentirse decepcionado de sí mismo. Era como haberse traicionado y ahora estaba de luto, caminando pesadamente y algo encorvado tan solo porque estaba a punto de morirse de sed.

Tragó con fuerza hasta vaciar la botella cuando la encontró, rodando junto a la puerta y una nota que indicaba que al otro lado había comida. No lo pensó dos veces, sin más salió a tomar la bandeja y se sentó sobre su cama a devorarla.

No había comido nada desde hacía mucho, su estómago se sentía completamente vacío y dolorido. Pero no fue hasta que probó el primer bocado que se sintió hambriento, realmente hambriento y un poco más cuerdo.

La vida había vuelto a él tras una larga noche de agonía, gracias a un trabajo rápido con la mano. Era algo estúpido si lo pensaba en retrospectiva, y es que todo ese dolor podría haberse aliviado desde el inicio con un poco de atención y menos terquedad. Pero lo que acabada de hacer no era nada fácil.

Sentarse allí y masturbarse sin más durante los tres días que duraba su celo, era un acto de aceptación y derrota al que nunca estuvo dispuesto. Él no era un sumiso objeto sexual que pudiera aceptar tranquilo la vida omega que le estaban ofreciendo.

Ir a una escuela mediocre, tener un trabajo mediocre y vivir a costas de un alfa, encerrado en casa cada que se diera la ocasión para tener sexo hasta saciar su lascivo cuerpo idiota que solo actuaba en pos de la reproducción, era una vida vacía que no pensaba aceptar.  

Sus sueños eran mucho más grandes que eso, su ambición y su poder eran atraídos naturalmente hacia la grandeza y la lucha como si hubiera sido creado para la historia, como una leyenda viva, demasiado grande para ese cuerpo lujurioso estaba feliz tras masturbarse y seguía humedeciéndose pidiendo más. No podía llegar a ningún lugar de esa forma.

Estaba empeñado en demostrarse a sí mismo que podía soportar. Que era más fuerte que el celo y sus estúpidas ideas de acostarse con Deku. Que no necesitaba un alfa y le importaba un carajo la marca, que iba a ser un héroe y a callar a todos, porque podía encerrarlo ni manipular su vida. Porque no iba a detenerse cada mes a atender su cuerpo en vez de entrenar y hacerse fuerte, no iba a convertirse en la puta de nadie.

Con ese pensamiento en mente se levantó quejándose por el bulto que apretaba sus pantalones y buscó con la mirada las pastillas a medio terminar que había dejado en su escritorio.

La primera vez no habían surtido efecto los supresores, con la indicación de Recovery Girl intentó una vez más en la madrugada, pero su cuerpo seguía rechazándolos. De esa forma había acabado al borde el colapso y la locura de la abstinencia, pero iba a intentarlo una vez más y esta vez debía funcionar o estaba acabado.

Podía sentir su temperatura elevándose y sus piernas temblando. Su vista algo nublada y la respiración pesada. Deslizó con cuidado su mano por la tela húmeda de su bóxer, para verificar lo obvio, y sus dedos a penas se movieron temblorosos y rígidos, incapaces de encontrar el camino.

Parecía que podía perderse fácilmente en esos pocos centímetros de piel, como si ahora su cuerpo fuera un territorio extraño que jamás había tocado y sabía que de explorarlo no podría dar vuelta atrás y parar. Toda su parte baja estaba mojada, su miembro sumamente enrojecido y adolorido se quemaba contra la tela apretada de sus pantalones deportivos y la sensación de sus dedos aún palpitaba en sus adentros. Pero no eran sus dedos lo que les causaban una deliciosa anticipación y la necesidad frenética de traer a su alfa por los pelos y sentarse a horcajadas sobre su miembro.

Quería acostarse con Deku, realmente lo necesitaba y eso era ridículo considerando que jamás habían tenido ninguna clase de acercamiento sexual.

Ese nerd siempre le había parecido simple y patético, pero de pronto una imagen más erótica empezaba a formarse en su mente sobre él. Y si se lo preguntaban, tendría más sentido que deseara acostarse de nuevo con Todoroki y luego matarlo, o incluso ir detrás de cualquiera con un cuerpo apetecible antes de pensar en Deku, pero al parecer ese era el efecto de la marca.

Ese orgasmo que había alcanzado con sus dientes enterrados en su cuello tenía que haberle trastornado la cabeza, porque parecía cada vez más irresistible la idea de pasar el resto de su celo con él.

Simplemente lo quería, sin sentido, sin razón coherente, sin más fuerza de voluntad para evitarlo y entonces pensó que quizás sería mejor dormir.

No quería pasarse otro día en el piso soportando las punzadas de su parte baja y tampoco quería hacerlo masturbándose y pisoteando el poco orgullo que le quedaba llamando a Deku.

Estaba cansado de todo. Ya no quería pensar sobre si ser omega o partirles la cara a todos para tratar de colarse en el mundo de los alfas, no quería sentirse impotente y encerrado entre esas cuatro paredes, ni escuchar la voz preocupada de su madre tras la puerta pidiéndole que dejara de luchar contra su naturaleza, así que tomó el resto de las pastillas y las molió en su mano, dispuesto a jugar un todo o nada.

______________

Su madre estaba mintiendo cuando dijo que todo estaba bien con él. Llevaba inconsciente medio día y sus feromonas se habían extinguido del todo.  

La mujer había tratado de mantener la calma y llamó a un doctor que sin más se volteó para desahuciarla y luego se largó cobrando una tarifa entera por un suero y una inyección.

-Póngalo en una habitación con su compañero y rece para que no se maten _fue todo lo que le dijo _

No había nada más que hacer por él. Había sobrepasado la dosis prescrita y solo restaba esperar que su sistema procesara el medicamento y siguiera manteniendo a raya sus feromonas. Pero, él celo seguiría su curso natural cuando pasara el efecto.

Se frotó el rostro cansada, cubriendo al muchacho con cariño antes de apagar su lámpara y dedicarse a recoger el tiradero del cuarto.

Un nudo le cerró la garganta al agacharse y contemplar el desastre. Eran juegos, cuadernos con notas, discos y hasta una que otra foto lo que había disperso. Y cada uno le decía lo duro que se había estado esforzando para luchar contra el celo, cuanto estaba sufriendo, cuan imposible se le hacía la idea de ser omega y cuan duro sería ese camino que estaba dispuesto a seguir por sus ideales.

Se atragantó con el llanto, tratando de ser silenciosa. Movida por la culpa y la impotencia. Y es que, si tan solo hubiera puesto un poco de más de atención, si hubiera hecho caso de aquellas señales, si no hubiera estado tan ocupada criando a un alfa bravo y duro, nada de eso le habría pasado a su bebé.

Se sentía responsable por no haberlo protegido e inculcar en él esas ideas de superioridad que lo hacían menospreciar su condición de omega. Y estaba acorralada por una dura cuestión. Era su deber velar por la felicidad de su hijo, aún si eso significaba ir en contra de sus deseos, y la mejor decisión a largo plazo era obvia. No podía seguir consintiendo su rechazo a sí mismo y verlo cometer impudencias para seguir su camino. Tenía que poner un alto y ayudarlo a elegir lo correcto. Y lo correcto, era aceptarse y aceptar su marca.

Apretó los puños sintiéndose rabiosa al solo pensarlo, pero no importaba cuanto le doliera o la desgarrara pensar en entregarle su hijo a alguien más. Izuku era una buena opción.

Lo conocía desde que Inko lo puso en sus brazos siendo un bebé y el muchacho era lo bastante gentil y paciente como para soportar las rabietas de su Katsuki. No esperaba que él y su hijo fueran a formar una pareja, pero por el bien de ambos lo mejor era conseguir que se llevaran lo suficientemente bien como para irse juntos a la cama.

El teléfono sonó haciéndola soltar lo que estaba haciendo. Acarició el rostro su hijo antes de salir y se acercó con cuidado a la puerta para asegurarse de que todo estaba en orden antes de girarse y contestar la línea que estaba en el pasillo.

La voz de Inko la sorprendió lanzándole preguntas que la hicieron sentir atrapada, y es que de ser cierto que el peliverde estaba de camino a su casa o a punto de tocar a la puerta no sabría cómo reaccionar. Pero antes de que pudiera contestar del todo a la pregunta, la voz de la madre muchacho se dirigió a alguien más.

Escuchó la conversación atenta a cada cosa que dijo el pecoso, mientras apretaba el teléfono con fuerza y trataba de convencerse sobre lo que estaba pensado.

-Izuku volvió, lamento haberte molestado Mitsuki. _se disculpó Inko, sacándola de los enredados pensamientos que estaba teniendo_

-Inko _llamó sintiendo un amargo nudo en la garganta_ lamento pedírtelo de pronto, pero eh estado pensado, hablé con mi esposo esta mañana sobre ello y nos gustaría que tu e Izuku nos acompañen a cenar esta noche.

La peliverde se quedó muda por un momento. La voz de la otra mujer sonaba contrariada y realmente parecía estar haciendo un gran esfuerzo, pero la propuesta no dejaba de ser sorprendente y le tomó un momento captar su intensión.

-E-estaríamos encantados _tartamudeó dudosa sobre lo que debía hacer luego del terrible conflicto que se desató la última vez_ pero, ¿Katsuki está de acuerdo?

-Lo estará… _se limitó a decir bajando la voz_ y si no es mucha molestia… ¿podría venir Izuku preparado para quedarse?

Notas finales:

Muchas gracias a todos por sus comentarios, es realmente motivador y divertido leer sus opiniones, pero no tengo mucho tiempo, por lo que no siempre puedo responder. Trataré de hacerlo.


Me es más fácil estar al tanto en wattpad o fanfiction. Por lo que les dejo el link esperando que puedan mudarse o manifestarse para que pueda saber si habemos algunos cuantos acá como para seguir. 


Seguiré con la publicasion aqui por un par de semanas más en lo que veo como van las cosas. 


Hasta la próxima semana. 


https://www.wattpad.com/story/104756963-omega


https://www.fanfiction.net/s/12448951/1/OMEGA


 


 


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