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38. Ravi (04) por dayanstyle

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Ravi tomo una profunda y pausada respiración mientras  trataba, una vez más, de recordar la última vez que vio a Hak Yeon. Estaba hablando con Jimmy sobre Kim Woo Bin, era lo más que recordaba y entonces  dio la vuelta y Hak Yeon se había ido.


Estaba asustado, furioso y preocupado, todo al mismo tiempo. Hak Yeon no sabía nada acerca de este mundo e incluso la cosa más inocente podría ser mortal en el reino demonio. Lo peor de todo, los tres fugitivos del inframundo aún estaban perdidos. Kim Soo Hyun ya había ido tras Hak Yeon una vez y Ravi temía que pudiera intentarlo de nuevo.

La necesidad primordial de proteger a su compañero abrumaba a Ravi hasta el punto de enloquecerlo.

Tan grande y letal como era, lo que Ravi más temía era la incapacidad para mantener a Hak Yeon seguro. Tras pasar tanto tiempo conociendo a su pareja en los últimos años, Hak Yeon se había convertido en su mundo. Sintió una vulnerabilidad en su interior que no había estado allí antes, la debilidad de un hombre que no sabía que existía.

Hak Yeon era su única debilidad y Kim Soo Hyun lo sabía.

—El tipo en el Mercado del Diablo dijo que vio a Hak Yeon hace media hora. —Dijo Jimmy cuando se reunió con Ravi—. Pero no prestó atención por cual camino tomó.

Mierda y doble mierda. Ravi estaba a punto de desmembrar la maldita ciudad. Su pareja no se veía por ningún lado. Sus ojos estudiaban el lugar que los rodeaba, tratando de pensar como Hak Yeon. ¿Adónde iría?

 

 

Sus ojos aterrizaron sobre el bien iluminado salón de belleza. Los vibrantes colores se mezclaban juntos para crear una obra de arte. Si él fuera Hak Yeon ese sería el siguiente lugar que visitaría. Ravi dio un paso rápido dirigiéndose a Vamos a conseguir algo de Cabello de Roxy– Peluquería.

Moo Bin no solamente era un muy bien nombrado y  demandado stripper, también tenía su propio salón de belleza. El hombre era tan vanidoso como se veía y de muy alto mantenimiento. Ravi agradecía a los dioses que el hombre no fuera su pareja. Probablemente lo habría estrangulado luego de reclamarlo. Tenía muy poca paciencia con los hombres mimados y consentidos.

Ravi nunca entendió ese tipo de personas, pero bueno, él había sido criado con dureza. Nunca supo lo que era ser mimado y consentido y nunca quiso saber.        

Entró en la tienda, golpeándo la puerta contra la pared mientras sus ojos estudiaban el lugar. Moo Bin estaba de pie junto a una de las sillas, de espaldas a Ravi, como si el que alguien golpeara la puerta para abrirla fuera un hecho cotidiano.

—Toma asiento. —Moon bin dijo impertinentemente mientras continuaba trabajando con quienquiera que estuviese en la silla. Ravi atravesó el salón sin intenciones de sentarse. Su aliento quedó atrapado en su garganta cuando vio que Hak Yeon era quien estaba en la silla… ¡y su jodido cabello estaba corto!

Ravi gimió.

—¿Te  gusta?  —Hak Yeon  preguntó  con  esperanza  brillando  en sus ojos.

Ravi podía sentir  la  ira hirviendo  en su  interior mientras   miraba hacia abajo los restantes cabellos de Hak Yeon, yaciendo sin vida sobre el suelo. Amaba las largas hebras sedosas de Hak Yeon.

 

Había tenido fantasías con el cabello de Hak Yeon deslizandose sobre su cuerpo. Ravi apretó su mandíbula antes de decir algo de lo que pudiera arrepentirse luego.

»No te gusta —Hak Yeon declaró abatido, apartando la vista.

Tanto como Ravi quería estar de acuerdo, no quería matar el espíritu de Hak Yeon. —Es… diferente.

—Eso quiere decir que lo odias. —Moon Bin dijo mientras chasqueaba un chicle en su boca—. Lo superarás. Todos lo hacen.

Estrechando su mirada sobre el malcriado, Ravi extrajo a Hak Yeon de la silla y abandonó el salón. Había contando hasta diez en su cabeza, dando su mejor esfuerzo para no estrangular al stripper.

No fue fácil.          

—Lamento que no te guste —Hak Yeon comentó mientras Ravi caminaba por la calle, sosteniendo a Hak Yeon todo el tiempo—. "Odiaba mi cabello largo. Me veía femenino.

Ravi se giró gruñendo hacia Hak Yeon. —No te veías femenino. ¡Fue una de las cosas que me encantó acerca de tí! —Espetó con sus labios cerrados, viendo la devastación en la cara de Hak Yeon.

Tomando un profundo suspiro, Ravi se giró de nuevo y comenzó a caminar. No estaba seguro sobre como tener una relación y tratar de no herir los sentimientos de alguien era nuevo para él. Nunca tuvo que ser cuidadoso o cuidar de su lengua antes. Y nunca tuvo que racionalizar el porqué actuaba de cierta manera.

Sin embargo Ravi se encontraba a si mismo tratando de entender porqué había arremetido contra su pareja. Hak Yeon le estaba dando demasiados primeros y eso lo hacía sentirse irritado.

 

—Crecerá  —Hak Yeon  trató de tranquilizarlo cuando  Ravi se encaminó hacia la casa. Ravi sabía que lo haría, pero ese no era el punto.

¿Cual era el punto?

 

Hak Yeon  sabía  que  no  debería  haber  dejado  que  Moon bin  tocara   su  cabello. Había estado tan fascinado con el salón que permitó que las palabras del hombre lo envolvieran. Trató de justificarse con Ravi diciendo que lucía como una chica, pero honestamente, a Hak Yeon le encantaba su cabello.

Esa era la última vez que caería bajo la presión. Ahora su guerrero no soportaba mirarlo.

Hak Yeon sintió que las lágrimas empezaban a acumularse en las esquinas de sus ojos. Trató de parecer despreocupado  mientras las limpiaba. No quería que Ravi las viera. Eso solo probaría que era una chica, con cabello largo o sin el.

Hak Yeon caminaba al lado de Ravi, sus labios  apretados guardándose de no decir nada. No había mucho que él pudiera decir. Si, su cabello volvería a crecer, con el tiempo. Hak Yeon solo no sabía si Ravi dejaría de quererlo mientras tanto.

Tal vez podría comprar una peluca.

 

—Lo lamento Ravi. No me lo cortaté de nuevo.

—Ahora es un poco tarde para los arrepentimientos, Hak Yeon.

Hak Yeon frunció el ceño. Era un hombre adulto. No necesitaba permiso para cortar su cabello. De acuerdo, había sentido como si hubiera sido presionado y si hubiera sabido cuánto amaba Ravi su cabello, ciertamente nunca lo habría cortarlo. Pero no había sabido.

Ravi nunca dijo nada.


Ira comenzó a encenderse dentro de Hak Yeon. ¿Cómo en el infierno el podía suponer que conocía eso si Ravi nunca decía nada? ¿Sobre que otra cosa no había dicho nada al respecto? Tal vez Ravi ni siquiera  quería tener sexo con él. No era como si el chico hubiera hecho un movimiento sobre él en todos los años que se habían conocido. Ravi lo había tomado sólo porque Hak Yeon había sido demasiado obvio y se había lanzado en su dirección.

Tal vez ni siquiera eran pareja. Tal vez Ravi sólo estaba tratando de justificar el haberlo jodido. Tal vez… Hak Yeon respiró hondo tratando de obtener aire más allá del nudo que se contruyó en su garganta. Tal vez Ravi nunca lo quiso en absoluto.

Cuando Ravi se dirigió a un lado del edificio y hacia una sombra, Hak Yeon dio la vuelta y echó a correr de nuevo por la calle. Sabía que sólo tenía momentos para escapar. Ravi era más rápido que él. El hombre solo se vio frenado sólo por la sorpresa.

Hak Yeon podía oír que Ravi le gritaba mientras corría tan rápido como sus pies se lo permitían. No tenía idea de dónde estaba mientras cortaba alrededor de los edificios y corría por los callejones. Sólo quería alejarse del desgarrador conocimiento de que Ravi no lo quería, no realmente.

 

Hak Yeon corrió alrededor de la esquina y se estrelló directo contra una pared dura y carnosa. Cayó de espaldas en el suelo sobre su culo con un gruñido fuerte. Maldición, su culo le dolía. Hak Yeon miró hacia arriba dispuesto a pedir disculpas por correr ó por no mirar por donde iba, todo dependía del tamaño.

Cuando vio los ojos fríos y sin vida mirándolo, Hak Yeon decidió que correr era mejor que nada. Se puso en pie y tomó en dirección contraria, rezando con toda su fuerza que sus pies fueran más rápidos que los del hombre con el que se había tropezado.

Hak Yeon nunca se había sentido tan feliz de ver a nadie en su vida como lo fue cuando vio a Ravi corriendo por la calle hacia él. Se prometió a sí mismo que estaría bien y nunca se cortaría el cabello de nuevo o haría algo para que Ravi se enojara, si él podría llegar a la seguridad de los brazos de Ravi.           

Ravi estaba sólo a una distancia de 6 metros cuando Hak Yeon sintió que una mano bajaba en su hombro. Ravi gritó su nombre, rabia llenando su rostro. Hak Yeon extendió la mano para alcanzar a Ravi y entonces… Ravi desapareció.

Los gritos de Hak Yeon llenaron el aire alrededor de él hasta que él no pudo oír nada más.

 

Him Chan se materializó una calles abajo para ver a Ravi destrozando Serenity City con sus manos.

 

Podía escuchar el angustioso grito del guerrero, un lamento tan profundo, tan doloroso de su corazón lleno de dolor, que no pudo hacer otra cosa que responder a su llamado.

Ravi estaba luchando a través de la ciudad, empeñado en destruirla. Him Chan nunca había visto una mirada de agonía como la que vio en los ojos de Ravi. El concepto de amar tanto a alguien era extraño para Him Chan, pero tenía que ayudar.

—Dime porqué estás destruyendo tu propia ciudad. —Tuvo un presentimiento cuando no vio a Hak Yeon al lado del guerrero. Eso era malo.

—Se  lo  llevó.  —La  voz  de  Ravi  era  ruda,  angustiada y rota—. Kim Soo Hyun se lo llevó.


Him Chan supo que Ravi podría perderse en el lado oscuro si ellos no encontraban a su pareja. El hombre ya había estado cerca una vez. Fue cuando Him Chan había ido por primera vez tras Ravi para su entrenamiento. Los ojos del hombre eran vacios de cualquier emoción, conchas entumecidas.

Como estaban ahora.

La mirada de dolor se había ido y Him Chan sabía que pronto la mente de Ravi tambíen lo haría. Él había sido el más difícil de entrenar. Ravi había vivido una vida que no muchos sobrevivieron. Baku no era un lugar para criar una familia. Era un lugar para enviar a los condenados. Todavía no estaba seguro de cómo Ravi había terminado viviendo allí, pero se sorprendía que hoy en día Ravi hubiera estado cuerdo.

Eso no se mantendría si los guerreros no conseguían traer a Hak Yeon de regreso.

—¿Tienes alguna idea de donde pudo haberlo llevado Kim Soo Hyun?

 

Los ojos de Ravi aterrizaron sobre Him Chan. Estaban sin vida mientras la cabeza de Ravi se movía lentamente de atrás hacia adelante. Podía decir que se estaban quedando sin tiempo. Ravi estaba decayendo rápidamente.

Tan mal como Him Chan anhelaba un compañero, si este era el resultado no estaba seguro de querer encontrarlo. Ver tal dedicación de Ravi hacia Hak Yeon era surrealista. Había visto algunos de los otros guerreros encontrar a sus compañeros, pero no era nada parecido a esto. Ravi había atado su alma a la de Hak Yeon.


—Necesitamos ver al guardían. Es muy probable que Kim Soo Hyun lo haya llevado al mismo lugar en donde estuviste retenido. —Al menos rezaba para que eso fuera verdad. Si estaba equivocado, Ravi se perdería para siempre.

—No puedo recordar —Ravi dijo aturdido—. No puedo.

Him Chan preferiría ver a Ravi gritando, despotricando contra el mundo, poniendo en peligro todo el mundo en la calle, en lugar de ese trance-zombie en el que estaba.

—Es la única manera Ravi. Si no desbloqueamos tus recuerdos podríamos no encontrar nunca a Hak Yeon.

Ravi dio un pequeño asentimiento caminando hacia Him Chan. Era duro ver al guerrero quien había peleado junto a él durante muchos siglos, transformarse en una concha. Ravi era valiente, fuerte y había recorrido un largo camino desde sus días en Baku.

Him Chan caminó al lado de Ravi encaminándose hacia el inframundo.

Si esto no funcionaba, Him Chan tenía el presentimiento de que Ravi no sobreviviría.


Ravi sentía que estaba caminando a través de un sueño. Nada alrededor de él parecía real. Hak Yeon se había ido. Y las últimas cosas que se habían dicho el uno al otro habían sido acaloradas palabras. La mirada descorazonada de Hak Yeon perseguía a Ravi mientras seguía a su líder hacia el inframundo.

Realmente no le importaba.

Sus pies se sentían pesados, como si caminara a través de arenas  movedizas. Cuanto más pensaba en ello, más le gustaba el nuevo corte de cabello de Hak Yeon. Le daba un aspecto de algo parecido a un duendecillo. Quería decirle eso a su compañero. Quería decirle que cortar su cabello estaba bien.

Quería…

 

—Haz que se siente allí —el guardián dijo mientras caminaba desde su escritorio. Había libros esparcidos.

Algunos libros estaban abiertos, algunos cerrados, pero todos ellos estaban en una pila que parecía a punto de caerse en cualquier momento. Rollos laicos en las pilas de toda la habitación y los mapas estaban o colgados en la pared o abiertos sobre el suelo.

Los ojos de Ravi se paseaban por la habitación mientras el agujero en su pecho crecía. Nunca había tenido la oportunidad de decirle a Hak Yeon que lo amaba. Ravi daría cualquier cosa por volver atrás en el tiempo y evitar que sus duras palabras salieran de sus labios.

Vio que el guardián buscaba algo alrededor de la oscura habitación. Había estanterías por todas partes con calaveras y velas, libros y botellas colocadas al azar entre ellos.

»Aquí está —murmuró el guardián para sí mismo cuando agarró una botella que contenía un extraño líquido verde. El líquido se arremolinaba     en el interior del cristal, recordándole a Ravi una espiral de humo.

—¿Puedes acceder a sus recuerdos? —Preguntó Him Chan sentándose junto a Ravi.

Ravi oía las palabras pero nada era registrado en ese momento. La única cosa que verdaderamente deseaba era escuchar la musical voz de Hak Yeon. Él era tan puro, tan inocente que Ravi temía que Kim Soo Hyun pudiera despojar a su compañero de todo lo que era bueno en él.

—Se abrirán incluso los secretos más oscuros.

Ravi sabía que los dos hombres estaban a punto de descubrir cosas que había mantenido ocultas, incluso de sí mismo. Cosas de las que Ravi no estaba orgulloso, cosas que harían que un hombre mortal enloqueciera.

Pero Hak Yeon valía cualquier cosa que estuviera a punto de revelar. Hak Yeon valía la vida de Ravi.

 

continuara....


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