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38. Ravi (04) por dayanstyle

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Hak Yeon lentamente despertó. Cada parte de su cuerpo dolía como nunca hubiera sentido antes. Dolía en partes que ni siquiera sabía que existían. Sofocó un gemido cuando estuvo totalmente alerta.

Manteniendo sus ojos fuertemente sellados, escuchó todo a su alrededor. Notó que la losa fría que estaba debajo de él ya no se sentía  fría y dura sino suave y cálida… las restricciones se habían ido.

¿Era un truco? ¿Kim Soo Hyun lo había movido a otro lugar? Hak Yeon estaba asustado de abrir sus ojos y encontrarse con la dura realidad. Oyó los bajos murmullos y supo que más de una persona estaba cerca de él. 

Cuanto más tiempo pasaba allí recostado, más se daba cuenta que no sería capaz de permanecer en silencio por mucho tiempo. El dolor comenzaba a ser demasiado. Las profundas heridas en su piel se sentían como si alguien estuviera derramando caliente lava líquida en ellas.

Gimió en silencio, preguntándose cuánto tiempo iba a estar en el dolor antes de comenzar a curarse. Nunca en su vida había sentido algo como esto.

—¿Estás despierto pequeña flor?

Hak Yeon se agarró a esa voz y se sostuvo de ella para salvar su vida. Lentamente abrió sus párpados. Ravi se cernía sobre él, sonriéndole tentativamente. Una lágrima se deslizó desde el ojo Hak Yeon antes de girar su cabeza, lamentando el cambio al instante cuando sintió como un disparo de dolor recorrió todo su cuerpo.

 

»No te muevas. Tengo un bálsamo curativo en ti. Va a tomar algún tiempo para que tus heridas se curen, pero van a sanar más rápido de esta manera.

Hak Yeon quería asentir, pero tenía miedo de la repercusión detrás de esa acción. Estaba allí tieso, sintiendo como si su piel se apretara alrededor de él. —Yo no hablé. Por mucho que me golpeara yo no hablaría.

—Oh, pequeña flor, si eso significaba que no te heriría, debiste haber cantado a los dioses. —Ravi dijo mientras se sentaba al lado de la cama, sus dedos acariciando suavemente el cabello de Hak Yeon.

—Nunca. Yo no podría traicionarte Ravi. —Hak Yeon dijo con el convencimiento que sentía profundamente desde sus huesos.



Ravi lo bendijo con una sonrisa, recorriendo su mejilla con los nudillos de su mano. —¿Qué tendrías que confesar? ¿Qué sabes Hak Yeon?

Hak Yeon se encogió de hombros, de nuevo arrepintiéndose del movimiento.

»Fuiste muy valiente. Estoy honrado de tener tan valiente pareja. Esas palabras fueron la perdición de Hak Yeon. Había pensado que Ravi no lo quería, que estaba avergonzado de llamar a Hak Yeon pareja. Ravi estaba orgulloso de él. Las lágrimas se deslizaron por su rostro mientras levantaba un adolorido brazo y las apartaba.

»Incluso me gusta tu cabello.

Hak Yeon parpadeó mirando a Ravi. —¿De verdad?

Ravi asintió. —Cuanto más lo miro más me gusta. Luces como un duendecillo para mí.

Hak Yeon bufó sacudiendo su cabeza, el dolor deslizándose por su espalda. —Y aquí vas de nuevo con tus femeninas comparaciones.

Ravi se rió por lo bajo mientras se inclinaba hacia él y plantaba un beso gentil sobre sus labios. —Nunca.

 

—¿Quieres decirme en donde se está escondiendo Kim Soo Hyun? — Ravi dijo mientras presionaba la cara del demonio contra la pared.

—Yo no sé —Danny Im gruñó tratando de empujarse hacia atrás, la  sangre negra escurriendo desde su nariz.

Ravi estaba cansado de temer por la seguridad de Hak Yeon. Quería que su pareja viera lo maravillosa que era en realidad Serenity City… restando a los imbéciles, quienes se habían escapado, haciéndoles la vida como un infierno.

—Escapaste con él. Ustedes dos no tuvieron una pequeña fiesta de té antes de separarse. —Ravi sabía que era un riesgo, pero él tenía que intentarlo. Parecía que los hermanos Kim habían desaparecido del radar y Ravi estaba cada vez más y más frustrado con cada minuto. Quería matar a Soo Hyun por lo que le había hecho a Hak Yeon.

Primero tenía que encontrarlo. Más fácil decirlo que hacerlo.

—Al menos recuperamos a uno de los fugitivos. —Jimmy dijo desde su lado pero eso no era suficiente para Ravi.

Quería vengarse con urgencia. Imágenes de Hak Yeon tendido allí con su piel cortada y abierta cada pocos centímetros encendían la ira de Ravi más allá de lo que hubiese sentido nunca antes. Golpeó la cabeza Danny Im contra la pared de ladrillo en repetidas ocasiones, esperando obtener la ubicación de ese hijo de puta.

—Ravi —Jimmy gritó.

Ravi pudo sentir los poderes de Danny Im amplificándose. Su pequeño truco de congelamiento estaba a punto de ponerse en marcha y Ravi no quería nada de eso. Le torció el brazo hacia atrás y luego lo lanzó, golpeando a Danny Im con tanta fuerza que el demonio se desplomó en el suelo, inconsciente.

Ravi alcanzó y recogió el desmadejado cuerpo de Danny Im cuando Jimmy caminó en su dirección. »Suficiente hermano. Piensa en  Hak Yeon.  ¿Qué va a hacer él si te encierran por matar a un hombre inconsciente?   — Jimmy preguntó—. Él no es el único a quien buscas.

Ravi pasó las manos sobre su cabeza mientras retrocedía y luego comenzó a pasearse frustrado. Si encontraban a los hermanos Malone, podrían ser detenidos.

—Voy a llamar a dos guerreros que nos ayudarán a llevarlo de regreso a las celdas de detención. —Ravi bajó la voz en un tono amargo y derrotado—. Yo no puedo ir.

—Dime que no tratarás de encontrar a Kim Soo Hyun por tu propia cuenta. —No era una pregunta, sino una afirmación proveniente de su amigo. Ravi no le contestó mientras caminaba hacia una sombra y luego entraba a su apartamento.

Después de llamar a Jin y a Phoenyx para que ayudaran a Jimmy, Ravi caminó dentro de su habitación en donde Hak Yeon estaba recostado durmiendo.

 

Las feas marcas rojas estaban finalmente desvaneciéndose en pequeñas y delgadas líneas rosadas sobre su hermosa piel. Su pareja estaba sanando, externamente.

Se preguntaba si la inocencia de Hak Yeon se había ido. Esa era una de las cosas que amaba del pequeño hombre. Incluso después de pasar por el horrible maltrato y abuso por parte de los secuestradores que lo trajeron a Corea, su espíritu se mantuvo fuerte y puro.

—Si me sigues mirando tan fijamente, voy a pensar que me deseas.

—Dijo Hak Yeon con sus ojos aún cerrados.

Una sonrisa tiró de los labios de Ravi. Nunca, ni en un millón de años Ravi hubiera adivinado que su tímido amigo sería un perro caliente. Hak Yeon seguía sorprendiéndolo. —Siempre te deseo, Hak Yeon.

Estuvo cerca de atragantarse con su lengua cuando Hak Yeon se   quitó  las sábanas para revelar su desnuda y cremosa carne. Joder si esa no era una maravillosa vista. »¿Cómo te sientes?

—Como si tuviera tu polla empujando profundamente entre mi  culo. —Hak Yeon respondió con una sonrisa burlona sobre sus labios, sus ojos aún cerrados. Ravi gruñó ante las traviesas palabras de su pareja. ¿Quién podría adivinar que tal lenguaje viniendo de Hak Yeon podría encenderlo tanto?

 

La polla de Ravi se apretó en sus pantalones y sus ojos vagaron por el cuerpo de su pareja. Las desvanecidas marcas no empañaban ni una onza de su hermoso Hak Yeon, mientras este rodaba sobre su vientre, extendiendo sus piernas, descansando su cabeza sobre sus brazos recogidos.

Eso era una invitación en la forma más descarada de excitación. Sus ojos se fijaron en los pequeños montículos cremosos de su compañero mientras él estaba allí con sus bolas acomodas entre sus piernas. Era la visión más sexy que había visto en mucho tiempo.

Cuando Ravi no hizo ningún movimiento hacia  Hak Yeon, el pequeño hombre se deslizó de la cama y se arrodilló ante él.

Ravi no estaba seguro de lo que su compañero estaba  haciendo, pero al ver sus ojos negros como el carbón mirar hacia él, hizo a Ravi sentirse como un dios. Los dedos de su compañero temblaban mientras se deslizaba hacia arriba y desabrochaba los pantalones de Ravi, abriendo la cremallera y exponiendo la cabeza de la polla de Ravi. Líquido transparente brillaba, perlas de líquido preseminal asomándose por  la ranura de su polla.

Hak Yeon se colocó sobre sus rodillas y barrió con su lengua la cabeza en forma de hongo, provocando un fuerte gemido de Ravi. Nunca había tenido a nadie de rodillas ante él. Era un espectáculo erótico. Los ojos de Hak Yeon se cerraron lentamente mientras sus labios se separaron tomando la cabeza de la polla de Ravi entre ellos.  

Sus piernas temblaban mientras la lengua de Hak Yeon hacía su magia. Ravi cerró en un puño sus manos, dejando que su cuerpo se sacudiera hacia adelante y forzando su polla en la boca de Hak Yeon. Ondas de luz lo recorrían a través mientras las calientes manos de Hak Yeon bajaban sus pantalones hasta los tobillos y luego sus dedos frotaban arriba y abajo los muslos de Ravi.

—Pequeña flor —se quejó Ravi cuando los músculos de sus muslos se pusieron rígidos. Estaba luchando con todo en él para no moverse. Su cuerpo dolía por hundirse en su pareja, pero él se quedó allí permitiendo a Hak Yeon ir a su propio ritmo.

Y el infierno si no se sentía jodidamente fantástico.

Sus rodillas casi chocan entre ellas cuando un húmedo dedo de Hak Yeon se deslizó entre su culo. Si Ravi no lo conociera bien, pensaría que su pareja quería joderlo. Nunca en sus miles de años Ravi había dejado que algún hombre lo tomara y lo hacía sentirse perplejo que incluso lo estuviera considerando en ese momento.

Él era Ravi, sobreviviente de Baku, fuerte, feroz y letal. Había dominado a los más grandes cuando los había convertido en mierda en los antros de lucha de la ciudad. Ravi no sabía cómo doblegarse ante nadie y mucho menos ante un pequeño hombre con una apariencia de duendecillo. Esa era una extraña contradicción y una que estaba considerando.

¡Cómo han caído los grandes!

Los brazos de Ravi se balancearon, sus manos patinaron sobre el cabello de Hak Yeon cuando sintió que su orgasmo se acercaba. En un movimiento suave, Hak Yeon se inclinó completamente hacia adelante y se tragó toda la polla de Ravi.


Gritó hacia la habitación mientras se corría en la garganta de su pareja, calientes chorros empujados desde sus bolas. Ravi se estremeció con su liberación y entonces agarró a su pareja levantándolo y girándolo sobre un lado de la cama.

Tenía que estar dentro de él. Ravi sentía que podía morir si no sentía el cuerpo de Hak Yeon envolviéndolo alrededor de su polla en los próximos cinco segundos. Rezó porque fuera suficiente, porque el animal dentro de él -el animal dentro de cada hombre- estaba a punto de ser desatado.

Ravi le arrebató la mano libre y luego alineó su lubricada polla, golpeando su hogar mientras colocaba una de las piernas Hak Yeon arriba de la cama. Sus dedos se cerraron alrededor de los hombros de su compañero mientras clavaba su polla entre los dos pequeños montículos.  Su compañero se extendía muy bien para él.

—Si, duro Ravi. Jódeme con todo lo que tienes.

Ravi estaba seguro que ni en un millón de años Hak Yeon dejaría de sorprenderlo. Sujetó las delgadas caderas de su pareja golpeando dentro del cuerpo de Hak Yeon con su polla mientras gotas de sudor rodaban por su cara y su espalda.

Su demonio interior rugió mientras Ravi tomaba a Hak Yeon en su más primitiva forma. Sus cuerpos se golpeaban repetidamente, con violencia mientras Hak Yeon lloraba por más. Ravi estaba más que feliz de complacer a su pareja.

»Ravi —Hak Yeon gritó cuando su cuerpo se sacudió y su pulsante agujero ordeñó la polla de Ravi mientras los dedos de Hak Yeon se enterraban en la cama. Ravi apretó su mandíbula mientras su eje  llenaba el interior de Hak Yeon una y otra vez.

Cuando alcanzó su punto más alto, Ravi se puso rígido y gritó al techo corriéndose por segunda vez.

Su cabeza le latía con fuerza mientras jadeaba por pequeñas dosis de aire.  La visión  de  Ravi  cambió  mientras  parpadeaba un  par  de veces.

¿Alguna vez antes se había corrido tan dura y brutalmente? No lo creía.

Bajando a su compañero a la cama, Ravi se deslizó fuera del cuerpo de Hak Yeon. El agujero de su compañero estaba arrugado e hinchado, como si Ravi lo hubiese jodido durante diez horas seguidas.

Recostando el cuerpo inerte y saciado de Hak Yeon en la cama, Ravi pateó sus pantalones arrancándolos completamente y se dirigió al cuarto de baño, preparando la bañera para su pareja. Dejó que sus dedos hicieran remolinos a través del agua mientras pensaba en Hak Yeon.

Por muchos años Hak Yeon había sido tímido y asustadizo y nunca había vocalizado sus deseos hacia Ravi. Incluso recordaba cuando JinYoung, el lobo gris de la manada de Changjo, había sanado a Hak Yeon de sus demonios interiores. Ravi estuvo a punto de matar al lobo por tocar a Hak Yeon antes de que JinYoung le dijera que estaba sanando su alma.

Eso había sido algo que Ravi había querido hacer. Ese era el propósito de todas sus visitas, hasta que se enamoró del pequeño humano.

Ahora Hak Yeon era suyo y el hombre parecía tener estampado el sello de propiedad en todo Ravi.

 

A él le encantaba. Pero también le asustaba como el infierno. Ravi no sabía cómo amar a nadie. Él era un guerrero. ¿Qué sabía sobre el cuidado de una pareja?

Hasta el momento no había hecho un muy buen trabajo para mantener a Hak Yeon seguro, pero Ravi no planeaba cometer el mismo error. Si Kim Soo Hyun o cualquier otra persona lo suficientemente loca para acercarse Hak Yeon, amenazaba a su compañero de nuevo, Ravi iba a arrancarle las entrañas de su cuerpo en el acto.

Hak Yeon era suyo y Ravi no planeaba fallarle de nuevo.

Cuando la bañera estuvo llena, Ravi se puso de pie quitándose la camisa y luego fue por su pareja. Levantó a Hak Yeon de su lugar de reposo en la cama y luego se metió en la bañera, acomodándolos a ambos mientras se recostaba sobre su espalda.   

—Esto se siente bien. —Hak Yeon murmuró descansando sobre el pecho de Ravi—. Cuidas muy bien de mi —dijo y entonces bostezó y se acurrucó más cerca de Ravi.

Él acarició la espalda de su pareja mientras descansaba. ¿Por qué no podía ser así todo el tiempo? Era tan pacífico recostarse allí, con Hak Yeon seguro entre sus brazos. Se sentía bien.

Se sentía correcto.

Ravi comenzó a tararearle a su compañero acariciándolo con su mano, permitiendo que gotas de agua cayeran sobre la espalda de su pareja y luego regresaran al agua.

Esto era perfecto. Esto era tranquilo.

Esto era exactamente lo que el alma de Ravi necesitaba. Había estado luchado toda su vida y ahora se sentía ligero.

 

Hak Yeon era el hombre que equilibraría la oscuridad de Ravi.

Cada guerrero buscaba durante miles de años y encontraban a los compañeros que los equilibraban. Hak Yeon era el suyo y Ravi mataría a cualquiera que tratara de llevarse su luz.

 

 

 

 

continuara...


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