Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sala de castigos por michael manson

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

“No deberías estar aquí” Ese era el pensamiento recurrente en la mente de Will Graham en los últimos cuarenta minutos estando en la entrada solitaria del colegio, esperando a Hannibal que seguía adentro.  Eso no tenía ningún sentido.

 

¿Qué le estaba pasando? suspiró mientras tomaba asiento en uno de los jardines que hacían como decoración al pórtico del colegio, viendo la tranquila monotonía con la que estaba pasando la vida y , tratando de alguna manera, de darle sentido a todo eso. No encontro nada más que su amarga frustración que lo hizo sentir más mal y con ansias de irse. Sus pies no se movieron en lo absoluto.

 

Tal vez sólo estaba enloqueciendo; por supuesto, aquella idea era absurda, pero la situación en la que se estaba envolviendo ameritaba ese tipo de resultados; no podía quejarse.



—Will ¿Te encuentras bien? —preguntó una voz a sus espaldas que le hizo levantarse de golpe, con una expresión en su rostro que se asimilaba a la de una persona próxima a sufrir un infarto.

 

—¿Tú que haces aqui? —respondió con otra pregunta con la voz ahogada. Por un momento pensó que ni siquiera lo lograria.

 

—Creo que yo debería preguntar eso —comentó antes de proseguir —, los dos chicos que estaban en detención acaban de discutir a tal punto de llegar a los puños y a mi me han dejado salir un poco más temprano ya que no participaba en el altercado. Bien, ahora que he respondido a tu pregunta ¿tú que haces aqui? —preguntó, esperando una excusa.

 

—Te estaba esperando —soltó de la nada, para arrepentirse poco después.

 

—No pasa nada —negó—, de hecho, me parece curioso que hayas hecho eso por mi, pero es agradable, no puedo negarlo.

 

—Bueno, creo que no debería ser una novedad —sonrió sarcástico y Will sintió esos deseos de borrarla.

 

—No realmente, sólo que había considerado que estabas molesto conmigo.

 

—Pues parece que no es así —se encogió de hombros—, supongo que debería irme }, esto se está volviendo algo incómodo —seguía escupiendo palabras de una forma en la que no podía evitar sentir como un verdadero estúpido. Suponía que era mejor que nada.

 

—No tienes que hacer esto  —negó Hannibal llamando la atención del otro chico, que esperaba escucharle más —, bueno, has esperado por mi creo podríamos hacer algo que valdría la pena.

 

Will no le  contestó de inmediato no porque no quisiera, no podía encontrar palabras para aquella situación. Claro, podía simplemente negarse, irse tranquilamente a su casa y figurar que eso jamás ocurrió. Se quedó y sólo asintió como única respuesta. Hannibal sonrió de una manera que él no había descubierto hasta entonces.

 

Si había algo que compartían los dos eran en la poca frecuencia en la que salían, por lo que esto resultó una novedad mientras buscaban algo para hacer en la tarde, como dos adolescentes normales que buscaban perder el tiempo en el ocio. Si tan sólo fueran normales.



Sus propios pasos lo llevaron al Museo de Historia Natural que al ser un día entre semana parecía un lugar casi abandonado. No tardaron mucho en curiosear su interior, más como una búsqueda para no hablar entre sí que por otro motivo.

 

O eso al menos duró un tiempo cuando Will no podía resistir mirar de vez en cuando al chico que se encontraba a su lado y aunque su naturaleza era de alguien no tan simpático y abierto a las relaciones interpersonales, debía de admitir que se estaba empezando a cansar del silencio que se estaba formando entre los dos.

 

—Hannibal —habló al fin, luego de unos diez minutos de entrar.

 

— ¿Sucede algo? —preguntó el rubio.

 

— ¿Por qué estamos haciendo esto? —preguntó, siendo franco con él.

 

—Creo que hoy no tenemos muchas opciones para ir a algún sitio, pero si te incomoda, creo que podemos ir a otro sitio un poco más adecuado…

 

—¿Qué? No, yo no hablaba de eso —soltó un leve gruñido de fastidio —, sólo no entiendo nada de lo que está sucediendo entre nosotros dos.

 

— Si quiero ser sincero, debo decir que estamos en las mismas condiciones —se encogió de hombros, en señal que aquello no le causaba demasiada importancia. Para Will, aquello era demasiado importante —. Me da curiosidad sobre qué sucederá ¿No te pasa a ti?

 

“No” una parte  profunda de su psique lanzó como un grito ahogado, pero él no movió sus labios para expresarla. Por supuesto, aquella era una respuesta racional ante una pregunta poco razonable y que no llegaba a nada. Ahora que notaba que Hannibal no era el cliché del niño bonito y snob que había llegado tanto a despreciar, quería saber más. Y si eso se daba sin tocar el tema del acoso de nuevo, mucho mejor.

 

—Supongo que tienes razón —terminó diciendo —. Creo que deberíamos salir de aquí, es algo deprimente.  

 

—Creo que sí —asintió —¿Quieres ir por un helado? —preguntó.

 

— ¿Por qué no?

 

 

La primera idea que había tenido Hannibal sobre conseguir un helado había sido ir a una bonita heladería a unas seis cuadras del museo; si, estaba algo lejos y los precios no era realmente economicos por ponerlo en un termino mas suave, pero suponían un esfuerzo que lo valía. Pero las cosas no siempre salían como uno las deseaba y aunque el helado que vendían en el parque sólo se encontraba en una cuadra no era tan bueno, tampoco se podía quejar.

 

—Supongo que deberíamos hablar de algo para variar un poco —. La voz de Will lo volvió a la realidad y se dió cuenta que de nuevo estaban ahí, existiendo uno al lado del otro a lo que le parecía exasperar. Decidió que continuara hablando—. Por ejemplo, puedes decirme porque no dijistes nada cuando...yo te seguía —su voz se pausó y Hannibal pareció meditar eso.

 

—Creo que necesitaba ver que hacias —respondió —me gustaba de alguna manera que estuvieras a mi lado, por así decirlo.

 

— ¿Y porque no hablastes directamente conmigo?

 

—Pensé que molestaba de algún modo y cómo no sabía el motivo de su desagrado consideré que la mejor opción que tenía era esperar a que tu lo hicieras primero.

 

En ese momento, Will rió de una forma involuntaria, casi histérica al escuchar esa respuesta por lo que el joven Lecter sólo se limitó a verle extrañado por aquella repentina acción. Debió parecer un idiota. Un grandísimo idiota.

 

—¿Realmente sólo era eso?

 

—Aunque no me molesta, me parecía entretenido como te escondías —admitió Hannibal con una agradable sonrisa en su rostro. Will sólo pensaba en esconderse en alguna parte —. Lo esperaba en realidad, me parecía….

 

—¿Curioso? ¿Patético?

 

—Interesante —corrigió dejando una nota molesta en su voz —, quería conocerte, eso es todo.

 

—No creí que fuera la clase de persona que te interesaran —señaló, pensando en el fondo que no se creía una persona que le interesara a alguien más.

 

—Y tú tampoco, pero aqui estamos —concluyó —, creo que deberíamos ser amigos.

 

—No te convengo como amigo —sonrió irónico, sintiéndose en una escena cliché. Aunque si eso fuera, él sería quien hiciera una propuesta de amistad, o algo más.

 

Pero ¿Qué clase de estupideces estabas pensando, Graham?

 

—A mi no me interesa eso —negó para levantarse y tirar la servilleta con restos de helado derretido al bota de la basura —. Me encantaría quedarme más tiempo contigo, pero temo que tengo que irme —se excusó —, pero tal vez mañana podríamos hacer algo más interesante.

 

—Mañana no puedo, de hecho ya debería estar en mi casa —no tardó mucho en imitar los movimientos del otro muchacho —, tal vez el fin de semana podamos hacer algo.

 

Hannibal asintió conforme con eso, aunque hubiera esperaba mañana después de clases. Sería para otra ocasión.

 

—Nos vemos mañana, Will —se despidió estirando su mano que no tardó mucho en ser estrujada por Will. Era cálida y firme y aunque sudaba un poco, ese detalle no era algo de vital importancia. Se tardó un poco en soltarlo.

 

— Adios —Will no hizo muchas ceremonias para irse; no tenía mucho tiempo para regresar a casa.

 

El joven Lecter se quedó ahí viéndole irse hacer perderlo de vista y así seguir su propio camino. Ese retraso también le podía ocasionar problemas ya que por lo general no era de llegar tarde a casa luego del colegio; eso era demasiado grosero. Se detuvo en seco por eso ¿Estaba haciendo realmente eso? No era propio de él.

 

Ya pensaría cómo solucionaría esos pequeños inconvenientes que podía tener esta acción, esperando el dia siguiente. Las cosas cambiarían, de eso estaba seguro. Lástima que algunas cosas no serían para bien.



Continuara.



 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).