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Mi Buen Amigo Baal, Mi Buen Amo Satán. por 691396

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CAP. V


 


Gaara y Sai


 


Después de levantarse el rubio siguió caminando aun sin rumbo fijo, todo le daba vueltas, además de que el olor de la sangre le hacía repetir las escenas de la masacre de su familia; estaba temblando, pero algo le motivaba a seguir y así lo hizo, caminó y caminó por aquel sendero de mármol gris que parecía no tener fin, se recostaba en las paredes respirando profundamente, se podía ver el dióxido de carbono salir de su boca, parecía como que sus fuerzas se iban y volvían teniéndose que aferrar con aún más fuerza de las paredes que en uno de sus toques se abrieron haciendo caer al chico en un cuarto oscuro y lleno de un líquido oloroso para cerrarse y desaparecer, ante esto el rubio suspiro como siempre, la caída le hizo volver a la normalidad, se levantó sintiendo al hacerlo como ese líquido se escurría por su cuerpo recorriéndolo haciendo que un escalofrío recorriera su espina, no se sentía para nada agradable, mientras estaba en eso examino el lugar donde estaba, era totalmente oscuro excepto por una luz roja que comenzaba a acercársele.


 


-así que aquí estabas, eres tan idiota que volviste al mismo lugar del que intentaste escapar –comenzaba a aparecer la silueta de quien hablaba, acercándose y tomando de la quijada al rubio –me habían dicho que eras muy hermoso –mirándolo de cerca –pero eres más que eso, parece que tuvieras sangre divina corriendo por tus venas –se saboreó los labios –me pregunto ¿qué hiciste para caer aquí?, ¡oh!, espera, ya lo sé –se mofo el sujeto sin soltar el rostro del otro, que cegado por la luz que producía el cabello de quien le hablaba apenas y podía mantener los ojos abiertos –prometo disfrutarte al máximo –sonrió examinando el cuerpo de la reina –sobre todo a ese delicioso cuerpo.


 


-¿Quién es usted?


 


Preguntó confundido Naruto, aun sin poder ver.


 


-¡Oh!, no reconoces a tu señor ¡que grosero! ¡Tendré que castigarte!


 


Al decir eso aquella persona sonrió levantándose forzando al rubio a hacerlo también, pero con la diferencia que levanto al menor hasta sus hombros cargándolo como a un costal de papas, pero aun así sin sacar mayor reacción de blondo que se dejaba llevar sin ningún problema.


 


-¿Por qué estás tan calmado? –Preguntó el de cabello rojo brillante sin parar de caminar –hasta ahora lo único que hacen los que se me escapan es llorar y patalear cuando logro atraparlos ¿Por qué tu no lo estás haciendo?


 


-¿Por qué debería?


 


-eh… bueno, porque un gran demonio como yo te atrapo y bueno, va a hacerte muchas cosas malas y sufrirás mucho.


 


-Hmm… ya veo…


 


-¿eso es todo lo que dirás? Un “Hmm”, sabes he vivido mucho tiempo, pero esta es la primera vez que conozco a un humano como tú.


 


-…


 


-que callado eres, pero no importa, por mi padre que hare que de esa boca salgan deliciosos gritos… -el hombre se quedó callado viendo las reacciones del rubio, aunque estaba oscuro él podía verlo perfectamente –aun nada ¡eh!, está bien –toma al rubio de la cintura y lo tira a algún lugar escuchándose una caída suave –nos divertiremos entonces.


 


Al sentirse en el aire el rubio cerro los ojos para sentir el golpe de la caída, pero sintió como caía en algo extremadamente suave, tanteo su alrededor, sintiendo algo que parecían ser sabanas otras almohadas, si estaba en lo correcto entonces eso era…


 


-una cama –el otro le quito las palabras de la boca –como eres alguien tan extraño decidí darte un trato especial –el hombre se sentó en la cama atrayendo a su cuerpo el del rubio comenzando a toquetearlo por todas partes –te hace sentir tantas cosas –susurro en el oído del menor mientras lo olía –crueles, inimaginablemente dolorosas, sangrientas –en ese momento sonrió de forma sádica –te haré sentir en carne viva lo que tus victimas sintieron, haré que desees tantas veces dejar de existir que tal vez me compadezca y cumpla tu deseo, dejando que mi hermano mayor purifique tu alma; pero como eres especial haré todo eso sobre una cama.


 


Al oír esto al rubio le dio un pequeño temblor, pero para ser sinceros no tenía miedo, solo estaba algo confuso ¿Por qué lo iban a castigar si él no le había hecho daño a nadie?


 


-¿Qué es lo que quiso decir con víctimas?


 


Pregunto aun siendo sostenido y manoseado.


 


-no te hagas el inocente conmigo, sé muy bien lo que eres.


 


Ante ese comentario por alguna razón el rubio sonrió.


 


-y según usted ¿Qué es lo que soy?


 


Pregunto con tono juguetón ya habiendo acostumbrado sus ojos a tan brillante luz pudiendo ver el rostro del otro, su cabello era rojo de allí provenía la luz, su piel era blanca y pálida, sus ojos eran ¿verdes o azules? No lo podía decir bien, la luz roja no lo dejaba diferenciar, pero si vio perfectamente un tatuaje en su frente un kanji que decía “Ai” (amor), lo cual le extraño.


 


-un miserable violador y asesino, si no lo fueras no estarías en el infierno o es más correcto decir no habrías caído en mi sección.


 


Al escuchar eso, el rubio entendió, eso era una equivocación, tenía a la persona equivocada.


 


-está cometiendo un error, yo no soy ningún violador ni asesino, solo soy un… una persona que dejo de ser niño demasiado pronto.


 


-puf –se mofo el pelirrojo –con eso solo dices que tu equilibrio mental esta desequilibrado, no me puedes engañar, la ropa que tienes puesta la hice especialmente para el alma más peligrosa y grotesca que cayera aquí, solo tengo cinco de esos por el momento así que no creo que sea una equivocación –su sonrisa salió al terminar la última frase acercando más el cuerpo del rubio a si mismo metiendo las manos por debajo de la ropa a lo que el rubio rechazo fervientemente, no iba a permitir semejantes cosas, después de todo estaba casado y su madre siempre le había dicho que el matrimonio era sagrado que nunca debía de ser infiel, el menor  trataba de alejar al otro con su fuerza demoniaca pero parecía no ser suficiente, no le hacía nada al pelirrojo –ahora prepárate, haré que… ya basta de palabras.


 


Al decir lo último fuerza al rubio a mirarle y a abrir la boca, en donde mete su lengua besándolo forzosamente, a lo que el menor al sentirlo centra toda su fuerza en alejarlo lográndolo junto con un grito, un “¡NO!” hace eco en ese oscuro lugar mientras se ven los ojos brillantes de una bestia, los ojos rojos del pelirrojo, está enojado.


 


El del kanji se levanta de la cama molesto para que una sonrisa algo pervertida se apodere de su cara, se pone frente al rubio haciendo un ademan para que tentáculos comenzaran a salir de debajo de la cama comenzando a envolver rápidamente a quien estaba encima de esta, llenándolo de una sustancia viscosa, Naruto comenzaba a poner una expresión de asco y a patalear, pero no servía, esa sustancia hacia que sus sentidos demoniacos se apagaran menos el del tacto, ese se incrementó de forma infinita, los tentáculos seguían recorriendo su cuerpo sin el más mínimo descaro.


 


-¡que expresión tan linda! –Exclamo el pelirrojo con felicidad -¿no te gusta sentirlos?, bueno a tus victimas ¡TAMPOCO LES GUSTABA QUE TU LAS TOCARAS! –Gritó con rabia para luego calmarse –Hagamos algo más divertido.


 


Al decir eso hizo otro ademan con sus manos, al hacerlo los tentáculos rasgaron la ropa del rubio haciendo que este gritara y comenzara a retorcerse desesperado, sin mas los tentáculos seguían las ordenes de su amo y este hizo otra seña con la que levantaron al rubio por completo sin dejar de recorrerle el cuerpo, le abrieron las piernas poniéndolo justo en frente de su amo, mostrando perfectamente la entrada del menor al otro.


 


-¡pero qué buena vista! –se acercó más –que ano tan pequeño tienes, es muy rosado y lindo, ¿me pregunto cómo eres en el interior? Bueno, eso pronto lo averiguaré, o está mejor decir que “ellos” lo averiguaran.


 


Al terminar de hablar hizo otra seña, con la cual los tentáculos comenzaron a acariciar la entrada del rubio, llenando la parte exterior del ano con el líquido viscoso, ante esto la reina se movía violentamente tratando de zafar su cuerpo o al menos cerrar sus piernas, pero como siempre sin ningún avance.


 


Naruto sentía como esas cosas intentaban abrirse paso en su interior, estaba asustado no podía negarlo, una ya se había metido a su boca y había otras dos que amenazaban por entrar a su templo por la puerta trasera, quería llorar, no quería eso, estaba a punto de hacerlo y darle aún más placer a quien lo torturaba en esos momentos, pero una luz blanca se lo impidió, se podía distinguir que tenía forma rectangular, como una puerta a lo lejos, para después desaparecer por completo.


 


- ¡Gaara! ¿en qué parte estas?


 


Se oyó un grito a lo lejos.


 


- ¡Ah! Hermano, un momento –al decir eso hizo que el lugar se iluminara mostrando perfectamente ese gran lugar, era como una habitación, era simple no se veía nada fuera de lo común excepto por un rubio siendo ultrajado por tentáculos, un pelirrojo con la cabeza en medio de las piernas del rubio y un piso cubierto en su totalidad de baba –en estos momentos estoy algo ocupado, pero si quieres ven y nos divertimos viendo esto.


 


Al escuchar la invitación el otro fue a la posición de su hermano con una sonrisa la cual desapareció al ver quien era al que torturaban.


 


- ¡PERO QUE MIERDA HACES! ¡SUELTALO INMEDIATAMENTE!


 


- pero ¿qué dices hermano?


 


Pregunto sorprendido el pelirrojo viendo como su hermano cortaba a sus mascotas y tomaba ese delicioso cuerpo en sus brazos.  


 


-¡ES NUESTRA MADRE IDIOTA! –al gritar detallo mejor a quien estaba en sus brazos, respiraba entrecortadamente mientras temblaba y su rostro era de un rojo intenso -¿PERO QUE LE HAZ HECHO?


 


Ante esto el rostro del pelirrojo se deformo.


 


-JURO QUE NO ALCANCE A HACERLE NADA GRAVE, POR FAVOR HERMANO, ¡NO LE DIGAS A PADRE ACERCA DE ESTO! ¡POR FAVOR!


 


Se podía ver el miedo en las expresiones de su rostro, algo extremadamente raro en él.


 


- ¿Por qué esta aquí?


 


Pregunto normal el visitante, calmando al pelirrojo.


 


-lo encontré aquí, además de que tenía la ropa que le doy a los prisioneros de mayor peligro, ¡no sabía que era madre!


 


-ya, tranquilicémonos, solo dame algo de ropa para cubrirlo y quítale este líquido del cuerpo, se ve muy bien, quiero decir que no es adecuado que nuestra madre lo tenga encima.


 


-tienes razón, ¡Iruka! –Llamó el pelirrojo para que de inmediato apareciera un hombre joven de cabello castaño y una cicatriz en el tabique –quiero que bañes a esa persona –señalando a naruto quien había caído inconsciente hace algunos momentos- y luego la vistas con las mejores ropas, sabes de donde sacarlas tráele después de eso –el sirviente tomo en brazos al menor para escuchar una última orden –iruka, que nadie te vea –el sirviente asintió para desaparecer.


 


-sabes Gaara, a veces me dan ganas de matarte a golpes.


 


-no digas eso Sasuke, yo no sabía que era nuestra madre.


 


Al escuchar tal respuesta el pelinegro suspiró.


 


-como no paso mayor cosa mantendremos esto oculto de padre y no creo que madre te acuse así que estarás bien.


 


-entiendo.    


 


-me quedare aquí para recibir a madre, vine aquí a decirte que padre te necesita, al parecer encontró a tu fugitivo.


 


Al escuchar eso, el pelirrojo se fue de inmediato su padre debía de estar enojado por la tardanza.


 


Luego de que el pelirrojo se fuera Sasuke miro un reloj cercano, el baño del rubio tardaría, esa baba no era nada fácil de quitar ya lo sabía, así que podría darse una escapada por unos momentos, salió de allí dirigiéndose a un punto neutro del infierno, en el que se podía viajar a las distintas “sucursales” que este tenía, pero Sasuke lo utilizaría para otra cosa.


 


Al llegar vio todas las rocas flotantes del lugar “CERO” del infierno para liberar su rabia en ellas, en ese momento quería destruir a Gaara por tocar a su madre, ya tenía que aceptarlo y lo hacía se había enamorado de su madre pero eso no era lo que le estresaba, lo que realmente lo hacía era que sabía qué tipo de amor era el que sentía una primera vez para él, no era amor de momento, era un amor de eternidades y eso era lo que más le enfadaba, no podía desilusionar más a su padre, quien sabe esta vez que castigo reciba, pero no quería alejarse del rubio, ni tampoco podía desquitarse con su hermano, todo eso lo estresaba en demasía y solo podía liberar su presión destruyendo todo en ese lugar, cuando ya no había más que destruir respiro profundo aclarando su mente, el protegería a su madre, él sería su guardián, pero para eso tendría que guardar todo su amor, porque así al menos podría estar cerca de la persona que le robo le cabeza y el corazón; con ese pensamiento el azabache salió del punto CERO, viendo cómo se reconstruía a velocidad lenta, viniendo a su mente lo sucedido con su madre, recordando algo que alguien había dicho cuando él era aún un niño “parece que hasta en el infierno la gracia de Dios existe” susurró yendo de nuevo al cuarto de Gaara donde le esperaba su madre.


 


  


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