El llanto, la opresión en el pecho de ambos como un balde, no de agua fría, sino de lava, que ardía, quemaba y se dispersaba por todo sus cuerpos. Inmenso dolor al leer las letras formando palabras que su hijo había escrito en un preciso mensaje, los destrozaba por completo en segundos.
No, no se puede describir lo que sienten los padres cuando algo pasa con sus hijos, mucho menos si este desaparece de repente, dejando un susto, un enorme susto.
Se fue, se llevó algo de ropa y dinero que tenía ahorrado. El celular lo dejó en su habitación para no ser rastreado, para sumergirse en la dura realidad que estaba por conocer. Y si empezó como una simple pelea tonta de padres e hijo, terminó en eso, huyendo sin hablar lo que debía. Sabía que Otabek se enojaría, que lo iba a tomar a la fuerza para que vaya a enfrentar a sus padres, pero no pensaba doblegarse ante Victor. Este capricho, no lo pensaba aflojar. Ya se transformó en un problema grande.
¿En que pensaba para irse de repente? Solo fue impulso. No pensó a futuro, no planificó una nueva vida, no se percató que el dinero que llevaba consigo no le duraría por siempre, tampoco en como hablaría el tema con Beka. Nada. Era querer tener la razón.
Yuuri junto a Victor colapsaron entre ese mar de lágrimas que crearon mientras llamaban a todos los contactos que podían conocer para avisarles. Ya no importaba que hayan discutido con él o si estaba castigado, solo querían que aparezca. Necesitaban saber que esta bien, que no corre peligro, que se cuide de todo mal posible. Porque no vivió ni la mitad de su vida y ya se creía el mas grande, el vencedor, el que lo puede todo, pero no, no estaba listo aún. Es menor de edad, inexperto, y no podían dejarlo libre. Además ¿Qué es la libertad? ¿Acaso hay un concepto fijo de ello? Nadie es libre en este mundo, eso es una mentira. Y si quería su propia libertad, esa no era manera de ganársela.
*Que aparezca, por dios que aparezca*
Tal vez, "El huir en busca de libertad" solo era una excusa para ocultar la cobardía. Quizá lo dificultoso era poner la cara frente a sus padres, hacerse responsable de sus actos.
Otabek apenas se enteró (porque Yuuri, desmesurado, llegó hasta su casa para ver si estaba ali, y no, Yurio había dicho la verdad, no iba a estar con su amigo) se paralizó, gotas en su rostro hicieron presencia lleno de inquietud y nervios que los carcomían por dentro. No evitaba culparse, estaba aterrado. Y también, dentro de ese miedo que le pasara algo, o en que le estará pasando a su amor, enfrió su cabeza y se centró en pensar *¿Dónde iría Yurio?* Tomo su motocicleta para recorrer la ciudad, pese a que no hacía mucho vivía en Rusia, algunos mapas mentales pudo memorizar de esa gran ciudad, lugares que Yuri y él solían frecuentar.
*Mierda Yurio, te has vuelto loco*
Viktor y Yuuri se separaron para buscar. Por ahora no querían que la noticia se haga pública porque podrían entorpecer las cosas y espantar mas lejos a Yurio. Ya que conociendo a su hijo, el sentirse acorralado lo hacía querer huir mas y mas sin conseguir calma. No se permitían asustar a las Yuri Angels, tampoco que la comunidad del patinaje o ajeno a ello se centrara en eso. Prefirieron hacer la búsqueda en privado.
Yurio estuvo cuatro horas oculto en una fábrica abandonada a unos veinte kilómetros de su casa. No tan lejos, pero no era tonto, sabía que en algún momento lo iban a encontrar, y que no podía sobrevivir el resto de su vida como un fugitivo. Así que volvió poner en utilidad sus decisiones impulsivas y focalizó una idea.
-Hi, ¿Quén es?
-Soy yo idiota.
- ¡YURI-CHAN! tus padres, tu mejor amigo y todos han estado preocupados por ti. ¿Dónde te encuentras?
-Estoy llamando de un teléfono público. Por suerte tenía una agenda con todos los números incluyendo idiotas como tú. - cambió de tema rápido - Oye, no tengo mucho tiempo y necesito tu ayuda.
-¿Ayuda? Guau, eso nunca lo esperé. ¿A quién has matado? Espera... deberías ir con tus padres, ellos - Yurio lo interrumpió.
-No. Tuve unos problemas personales con ellos. Ahora necesito hospedaje.
-Oh, bueno, supongo que cuando me veas me contarás. Y claro, si quieres venir a casa no hay problema pero... sabes que vivo en otro continente.
-Lo sé, pero tú puedes... - hizo un silencio mientras se avergonzaba mucho por tener que soltar eso que sonaría demasiado ¿Problemático y demencial? - ¡Puedes enviar un avión privado hasta Rusia y hacerlo llegar a Canadá nuevamente!
JJ estaba estupefacto. La idea de Yurio estaba fuera de casillas haciendo que se quede unos cuantos segundos en silencio pensando si meterse en ese lio o no.
Finalmente decidió. Con condiciones claro.
-Esta bien, pero no será gratis. - Aceptó
- ¡Claro que lo sé! Llevo dinero encima, no te preocupes.
Acordaron lugares, horarios. Luego cortaron.
Si esto se trataba de un barco, se hundía más y más. Aunque dolía tener que alejarse de su Beka, tenía que pasar por un lapso de pensamientos para su futuro incierto, para poder estar tranquilo con quien mas quería sin que nadie se interponga.
- - -
El avión aterrizó y él subió. Eran el piloto mas él, ningún otro. JJ lo esperaría en su casa.
Le pasó su dirección para que se tome un taxi hasta allí una vez ya en ese país. No quería ir a recibirlo porque estaba preparando una sorpresa para cuando llegara a su house, ansioso por su llegada.
Hacía tanto tiempo en el que Jean no recibía visitas, que cuando Yurio pidió por hospedaje no pudo evitar sentir adrenalina recorriendo por su cuerpo, alegre de que por fin alguien necesitaba de él. Por eso quería ser noble en ceder un espacio al pequeño, por el deseo egoísta guardado de que alguien comparta un rato de tiempo a su lado. Y aunque Yuri no era el mas simpático, ni sociable, era suficiente. Por eso ignoró la gravedad de la situación, a pesar de que eso que hizo fue prácticamente como secuestrar a un menor sacándolo de su país natal y llevándolo a otro sin tutores que lo respalden.
Era como evadir la realidad o solo ver la parte rosa de la historia en la que se centraba él y su deseo, el pensar que va a estar haciéndole compañía lejos de sus padres por un tiempo sin siquiera preguntarse sobre toda la mochila pesada que se traía detrás.