Cuando terminamos de instalar todas mis pertenencias en el departamento de Akashi-kun tomamos un pequeño descanso y nos sentamos en el sofá a relajarnos un poco.
-Bienvenido a tu nuevo hogar, Kuroko
-Gracias por invitarme a vivir aquí.- Sonreí tímidamente, aún no creía que de verdad me fuera a vivir con casi un desconocido.
-Espero que logres sentirte a gusto en este lugar, si necesitas algo no dudes en pedírmelo.-Me dijo el pelirrojo con una voz cálida.
-Sí, muchas gracias por todo.
Seguimos conversando un buen rato, cuando ya estábamos un poco menos agotados empezamos a dar un recorrido por el departamento, era casi exactamente como el mío, a excepción que este tenía tres habitaciones y el baño estaba en diferente lugar, fuera de eso la estructura era la misma.
Mi habitación estaba en frente a la de Akashi-kun, era bastante grande y contaba con una cama bastante amplía, un closet y con una ventana que daba vista a la ciudad, era una buena habitación, comencé a guardar todas mis pertenencias en la habitación, pasadas unas horas me termine durmiendo hasta la mañana siguiente.
Akashi y yo empezamos a hablar más conforme pasábamos más días juntos, a pesar de hablar tanto sentía que seguía sin conocerlo en absoluto, aún pensaba que éramos desconocidos de alguna manera.
Por la poco información que me había contado, actualmente trabajaba en una oficina y su horario era pesado, trabajaba desde las 07:00 am hasta pasada la media noche, sus únicos días libres eran los fines de semana y feriados, era difícil, por mi parte aún seguía sin conseguir un trabajo, me sentía un mantenido en ese lugar, quería ayudarlo de alguna manera más importante que seguir haciendo el que hacer de la casa.
-Akashi-kun, me gustaría comenzar a trabajar.-Le confesé un poco avergonzado.
-¿Eh? ¿Por qué?-Parece que le sorprendió mi pregunta.
-No me gusta que usted se encargue solo de los gastos, es como si me estuviera manteniendo, no quiero que así sea.
-Pero no me molesta la situación, no eres ninguna carga ni nada parecido.
-Me alegra que sea tan amable, pero no puedo aprovecharme de usted, así que por favor déjeme trabajar para ayudarlo.
-¿Sabes en que trabajaras?-Me preguntó un poco más tranquilo a lo de antes.
-Hace unos días vi un anuncio en un pequeño kínder, parecía que buscaban un nuevo maestro, podría postular para el puesto.-Dije un poco animado, realmente me gustaba convivir con niños pequeños.
-¿Crees que puedas adaptarte?
-Sí, creo que podre lograrlo.
-Esta bien, si crees que eso te hará feliz no te detendré, pero si te llegas a cansar puedes renunciar, ¿de acuerdo?
-Entiendo, de acuerdo.
Fui a hacer la entrevista para el puesto, la directora del lugar me hizo varias preguntas acerca del trabajo y concluyo con que cumplía los requisitos necesarios, así que me dieron el empleo casi de inmediato, a partir de ese día comencé a trabajar, tal vez si estaba empezando a cambiar mi vida de manera correcta, podrían ser cosas tan triviales para las demás personas, pero de alguna manera para mi significaban demasiado.
Los meses pasaron rápidamente, cuando me di cuenta ya tenía aproximadamente tres meses de vivir en ese lugar y dos en el trabajo, sin duda todo iba mejorando poco a poco.
Akashi me pidió que lo comenzará a llamar por su nombre, decía que se sentía más cómodo de esa manera, dado que ya confiaba lo suficiente para dejar de tratarnos como desconocidos, argumentaba que compartiendo casa y la mayor parte de nuestro tiempo lo mejor era dejar de ser tan formales entre nosotros, aun así hacer eso era demasiado difícil para mí.
Los días que teníamos libres nos la pasábamos juntos, ya fuera para ver una película en casa, ir a cenar, dar un pequeño paseo o simplemente pasábamos horas hablando de lo que habíamos hecho en la semana, de alguna u otra forma siempre terminábamos compartiendo momentos agradables, tener esos ratos con el me recordaban a mis padres y Kagami producían cierta nostalgia pero a la vez me provocaban una gran felicidad.
-Kuroko, ¿en qué piensas?-Me preguntó mientras me observaba fijamente.
-Pensaba en el tiempo que hemos estado juntos, ha sido agradable-Hice una pequeña pausa- Muchas gracias por todo- Sonreí amablemente.
-No hables de esa manera, pareciera que estas a punto de irte o algo parecido.-Dijo algo angustiado.
-No se lo tome tan serio, solo le decía lo que pienso de la situación.-Solté una pequeña risita al ver esa expresión tan seria en su rostro.
-Más te vale.-Paro de hablar por un momento y luego volteo a mirarme.- espero que al menos estés un poco más animado que antes.
-Lo estoy, voy mejorando un poco.-Dije tranquilamente.
-Me alegro que así sea.-De alguna manera su voz me transmitía un sentimiento de felicidad.
Seguimos conversando de otras cosas comunes, por lo general él siempre me preguntaba de cómo me sentía o que tan bien o mal me iba en el trabajo, parecía preocuparse mucho por mí, hacia demasiado tiempo que no había tenido alguna amistad o familia y por lo tanto no tenía a nadie que se preocupara por las cosas que me sucedían, conocer a ese pelirrojo me había ayudado de muchas maneras.
-Kuroko, ¿mañana a qué hora sales del trabajo?.-Esa voz me saco de mis pensamientos.
-Mañana es lunes y tenemos que organizar unas cosas, supongo que estaré libre a partir de las 3 de la tarde, ¿Por qué la pregunta?
-Los jefes principales tendrán una junta importante en el lugar por lo tanto no laboraremos el día de mañana, pensaba que tal vez podríamos ir a algún lugar después de tu trabajo.
-¿Hablas en serio?.- Pregunte bastante emocionado, salir con Akashi era divertido.
-¿Cuándo te he hecho una broma?
-Eso es muy cierto.-Desde que lo conocí jamás lo había visto bromear o reírse a carcajadas, parecía ser una persona bastante seria.
-Entonces, ¿Qué dices?
-Me encantaría salir con usted.-Conteste con una felicidad que me sorprendió hasta a mi mismo.
-Entonces es una cita.-Afirmo con una leve sonrisita en su rostro.
Cuando él esbozaba una sonrisa me era imposible pensar claro, realmente ver su rostro sonriente era una de las imágenes mas hermosas que había presenciado en mi vida.
-Akashi-kun tiene una bella sonrisa.- Esas fueron las primeras palabras que se cruzaron en mi mente.