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365 DÍAS A TU LADO por NesumiChan

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Notas del capitulo:

Espero lo disruten :')

Iremos a una cita…
Tendré una cita con Akashi-kun…
Cita…
¡TENDREMOS UNA CITA!

¿En que estaba pensando en ese momento? ¿Por qué dije instintivamente que si?
Bueno, empezando yo creía que solo sería una salida normal pero al final Akashi dijo que era una cita, ¿está consciente de lo que es eso?
Una cita es lo que tienen los enamorados y parejas, nosotros no somos nada de eso, entonces no se la razón por la que de repente se le ocurrió algo así, con solo pensar en el término de esa palabra me pongo nervioso.

-Kuroko-kun, ¿se encuentra bien?.- Una voz femenina me saco de mis pensamientos, era una de las maestras que también trabajaban en el kínder, desde que había llegado al lugar había estado divagando en mis pensamientos y no había prestado tanta atención.
-Sí, estoy bien.-Dije inmediatamente aun con un poco de nerviosismo
-¿En serio? Tu cara no demuestra eso.- Hizo una pequeña pausa y me observo.- Estas completamente sonrojado.- Ese fue el comentario que me hizo estar completamente al borde de volverme loco, realmente estaba muy nervioso.
-Estoy como siempre, te estas equivocando.-Trate de fingir lo que sucedía, pero mis actuaciones de mentiras no eran realmente muy buenas.
-¿A caso tendrás una cita o algo?- Soltó una pequeña risita pero al ver que no lo negué paro enseguida.- ¡No puede ser! ¡Nuestro pequeño Kuroko tiene pareja!
-No hace falta que grite tanto, a parte… nosotros aun no somos pareja.- Dije con un tono de voz apenas audible o al menos eso pensé, pero de alguna manera ella lo entendió.
-No importa que aún no lo sean pronto lo serán, así que no te desanimes ni estés tan ansioso por lo que pueda pasar, veras que las cosas se irán dando poco a poco y todo terminara bien para ustedes.- Me mostro una amable sonrisa a la cual correspondí.
-Muchas gracias por su apoyo, Ai-san.
-No es nada, si me disculpas tengo que preparar unas cosas antes de irme a casa.- Se despidió y cuando estaba a punto de salir de la sala de profesores me volvió a hablar.- ¡Mucha suerte en tu cita!

Ai-san era una chica bastante amable y siempre trataba de llevarse bien con todos los que estaban a su alrededor, creo que la podría considerar como una amiga, en esta etapa de mi vida me estaba volviendo a sentir vivo, tenía tanto tiempo desde que no me relacionaba con otras personas por miedo a salir herido que me termine aislando y perdiendo contacto con todas aquellas personas que alguna vez fueron cercanas, realmente me sentía feliz de poder volver a ser como lo era cuando todo estaba bien.

Las horas pasaron rápidamente y cuando acabe de realizar mi trabajo observe la hora, fue ahí cuando me di cuenta que ya pasaba de las tres de la tarde, se me había hecho tarde, aliste mis cosas lo más rápido posible y salí del lugar estando dispuesto a tomar un taxi para llegar lo más pronto a casa, pero me lleve una gran sorpresa a ver que cierto pelirrojo estaba esperándome en la puerta de la escuela.

-Akashi-kun, buenas tardes.- Trate de saludarlo normalmente, pero por alguna razón me costaba hablar sin tartamudear.
-Buenas tardes, Tetsuya.- En algunas ocasiones repentinas el me llamaba por mi nombre, a pesar de haberlo escuchado ya varias veces aún me seguía sonando extraño que me hablara así.
-¿Qué haces aquí? Se supone que nos veríamos en casa.- Dije un poco confundido por su presencia, por lo general siempre que acordábamos salir partíamos desde su hogar.
-Quería cambiar un poco la rutina y pensé que sería una buena idea venir a recogerte del trabajo, ¿fue una mala decisión?- Me lanzo una mirada divertida la cual solo provoco que los nervios volvieran a apoderarse de mí.
-Claro que no, fue algo lindo de tu parte.-Contesté tratando de ocultar lo mejor posible el tono carmesí que incrementaba con cada palabra que salía de mi boca.
-Bien, en ese caso es tiempo de que comencemos nuestra cita.- Podría jurar que en ese momento él estaba con una felicidad que resultaba inusual, su tono de voz sonaba más alegres que de costumbre y de alguna forma eso me hizo esbozar una gran sonrisa.

Caminamos un largo rato visitando varios lugares de la ciudad que eran de interés para ambos, primero fuimos al acuario, en una ocasión le había confesado que jamás lo había visitado y que tenía muchas ganas por ir algún día, así que aprovechamos y fuimos los dos juntos a visitarlo.
Después visitamos una gran biblioteca en la cual había una inmensa gama de libros, Akashi era una persona que estaba interesada en todo lo relacionado con la literatura, en su habitación tenía varios libros de diversos géneros y autores, sin tener la necesidad de preguntarlo comprendía que a él le gustaba mucho leer y me emocionaba ver que tenía una pasión que lo motivara tanto.
Al final no compramos ningún libro y decidimos que era una buena idea simplemente dar un paseo por un parque que estaba cerca de los alrededores, las calles estaban iluminadas con tenues luces y había una fuente que con el simple sonido del agua fluyendo a través de ella hacia que te relajaras inmediatamente.

Tal vez para muchos ese tipo de salida seria de lo más normal e inclusive aburrida, pero para nosotros no, en esta ocasión habíamos salido a los lugares que más nos gustaban y eran cosas que ambos de alguna manera amábamos, compartíamos recuerdos que a simplemente eran insignificantes pero para las personas que los vivían tendrían un valor inimaginable, eso era lo que significaba esta cita para mí, un día para generar los recuerdos más agradables junto a aquella persona que había prometido con bastante determinación que me haría amar la vida y que con cada acción que generaba lo estaba logrando cada vez más.

-Kuroko, ya es un poco tarde y tengo hambre, ¿te gustaría que fuéramos a tomar un café?
-Me parece buena idea, creo que cerca de aquí hay una cafetería.- Trataba de recordar donde se encontraba exactamente aunque no podía ubicarme.
-Creo que se a cuál te refieres, ¡vamos!.- En un rápido movimiento Akashi tomo mi mano y me empezó a llevar en dirección a la cafetería, tal vez lo hizo por acto reflejo pero ir tomado de la mano con el provocaba que mi corazón se acelerara, en ese momento parecía un adolescente en su primera cita.

Caminamos unas cuadras hasta llegar a dicho lugar, hasta ese momento seguíamos tomados de las manos y parecía que este detalle había pasado desapercibido para ambos, entramos al café y pudimos ver que era de alguna manera bastante sencillo, un local cómodo que hacía que el ambiente se sintiera agradable y familiar, seguía siendo igual que en aquellos días.
Recuerdo que en esta cafetería solía venir mucho cuando estaba en la escuela secundaria, después de clases siempre venía a comprar una malteada de vainilla, me encantaba el sabor que tenían en este lugar.

-Kuroko, ¿Qué vas a pedir?- La voz de Akashi me hizo reaccionar.
-Me gustaría una malteada de vainilla, por favor.- Dije sin necesidad de ver aquel menú que estaba sobre la mesa.
-Iré a hacer la orden, vuelvo en momento.- Dichas esas palabras se alejó de la mesa y fue hacia la caja a hacer el pedido.

Había sido un día lleno de emociones muy lindas y agradables que atesoraría por el resto de mi vida, mis nervios habían desaparecido en algún momento y sin darme cuenta ahora estaba simplemente disfrutando de como fluían las cosas, tal vez Ai-san tenía razón y no había razón para preocuparme por como fueran a resultar las cosas, todo estaba saliendo de maravilla.

Pero las cosas pueden cambiar de un segundo a otro y empeorarse sin ninguna clase de aviso.

-Kuroko…

Esa era la voz de la persona a la cual deseaba no volver a ver jamás en mi vida, pero no todos los deseos se hacen realidad, ¿verdad?

Notas finales:

Gracias por tomarse la molestia de leer <3 


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