-Kuroko...
Esa era la voz de la persona a la cual deseaba no volver a ver jamás en mi vida, pero no todos los sueños se hacen realidad, ¿verdad?
Con miedo de ver la cara de aquella persona solo me encogí en mi propio lugar indispuesto a verlo directamente, quería huir en ese momento y estaba seguro de lo que pasaría si me seguía hablando, pero como era de esperarse las cosas apenas comenzaban a complicarse.
-Voltea cuando las personas te estén hablando.- Me reclamo exigiendo atención, en su voz se podía notar un poco de molestia.
-Himuro…-Susurre con la mirada baja, no me atrevía a observarlo.
-Veo que ya estas lo suficientemente bien para salir por ti mismo.- Dijo en modo sarcástico y burlesco, realmente no le agradaba para nada.
-Ha pasado casi un año, creí que sería bueno comenzar poco a poco.- No sabía qué clase de efecto tendrían esas palabras en aquel chico.
-Así que simplemente quieres borrar el pasado y comenzar como si nada hubiera ocurrido, ¿no es así?- Su cara expresaba cierto disgusto y odio.
-¡NO!-Exclame casi soltando un grito.- Te equivocas…yo jamás podría olvidar nada de lo que paso.- Mi voz se estaba comenzando a entrecortar.
En ese momento Akashi regresaba con las bebidas y percatándose de la situación en la que me encontraba se apresuró a llevar al lugar para asesorarse de cómo me encontraba.
-Kuroko, ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?-Pregunto preocupado al ver mi rostro.
-Así que tal y como pensabas, sigues siendo un inútil que depende de otros para cargar con sus propios problemas, realmente das lastima.- Soltó una pequeña carcajada la cual provoco que me sintiera peor.
-¡Hey! ¿Quién crees que eres para hablarle de esa manera?- Akashi se había enojado ante aquellas palabras del más alto.
-Eso a ti no te interesa, esto es un asunto entre esa basura y yo.-Contesto serio sin intención de ceder ante el pelirrojo.
-Akashi-kun, tiene razón, estos es algo entre él y yo.
-Así que finalmente tienes el valor para afrontar las cosas.-Dijo antes de agarrar el cuello de mi camisa y jalarlo hacia su dirección para posteriormente darme un golpe en la cara.
-¡Kuroko!-Grito Akashi al ver aquella escena y observar como mi labio comenzaba a sangrar.
-¡Tú no te metas!- Le reprochó Himuro antes de dirigir otro golpe hacia mi rostro, o al menos esa era su intención pero fue detenido por alguien más.
-Muro-chin, ya fue suficiente.-Dijo un pelimorado mientras detenía el brazo del chico de cabellos negros.
-Atsushi…-Estaba sorprendido por la interrupción de su pareja.
-Ya vámonos, estás haciendo todo un alboroto.-Himuro observo como todas las personas del local estaban viendo aquella escena y como comenzaban a susurrar cosas.
-Tienes razón, es mejor que nos vayamos, no vale la pena seguir con esto.- Volteo a verme para luego salir del lugar.
-Kuro-chin, sabes que Muro-chin sigue aferrado al pasado y se sigue lamentando por aquello que sucedió, pero en el fondo él sabe que no fue tu culpa, simplemente aun no puede ser capaz de reconocerlo y por eso te pido una disculpa de su parte.- Me extendió un pañuelo para limpiar mi labio y posteriormente salió de la cafetería.
Podría ser que Murasakibara dijera aquellas palabras para tratar de tranquilizarme, pero el fondo yo creí que Himuro no estaba equivocado puesto que si tan solo Kagami y yo jamás hubiéramos discutido el no habría tenido aquel accidente y podría seguir vivo, después de todo si había sido mi culpa, era el responsable de su muerte, era una completa basura.
-Kuroko…-Akashi me dio un cálido abrazo el cual sin dudarlo acepte.
-Es mi culpa.-Confesé mientras comenzaba a llorar en su pecho.
-No, no lo es, nada de lo que paso en aquel entonces fue tu responsabilidad.-Me apretó un poco más, era evidente que trataba de reconfortarme.
-Akashi-kun…-Trate de separarme un poco pero el mismo me lo impidió.
-No te dejare hasta que te sientas completamente bien.
De alguna manera en los meses que llevamos viviendo juntos había llegado a conocerme casi por completo, sabía que siempre que entraba en momentos de depresión lo que más necesita era un fuerte abrazo y él siempre estaba ahí dispuesto a ayudarme sin importar la situación, nuevamente estaba para mí en un momento así.
-Muchas gracias.-Susurre mientras comenzaba a secar mis lágrimas y recuperaba la compostura.
Cuando me tranquilice nos dirigimos hacia su departamento, ese día había sido bastante agotador para ambos, lo que había comenzado como una cita perfecta termino en todo una pelea del pasado con palabras que me afectaron demasiado, lo único que quería hacer en ese momento era dormir un rato y tratar de olvidar aquel mal momento.
-Creo que iré a mi habitación.-Dije una vez que llegamos al departamento.
-Está bien, trata de descansar un poco.-Me sonrió amablemente.
Llegando al cuarto me acosté en la cama y por más que trataba de no pensar en lo sucedido los recuerdos volvían una y otra vez, mi mente era un completo caos y poco a poco se iba nublando más, estaba sumergido en mis pensamientos hasta que escuche que alguien tocaba la puerta.
-¿Sucede algo, Akashi-kun?-Pregunte un poco confundido por su repentina visita.
-No, solo quería asegurarme de que estuvieras bien.-Nuevamente aparecía en el momento justo, parecía que podía leer todo lo que pasaba por mi mente, imaginar esa idea hizo que una sonrisa apareciera en mi rostro.
-Me encuentro mejor, no hace falta que te preocupes tanto.-Trate de tranquilizarlo un poco.
-Obviamente me voy a preocupar por ti siempre, así que no trates de cargar con todos tus problemas tú solo, ahora me tienes a mí para hablar.-Coloco su mano sobre mi cabeza y revolvió un poco mi cabello.
-Tratare de hacer eso.-Estaba feliz de poder contar con alguien en esos momentos.
-Sabes, a veces las personas no piensan del todo lo que dicen antes de hablar, aquel chico no se ve que sea un mal tipo ni nada parecido, estoy seguro que aquellas palabras hirientes no eran sus verdaderos sentimientos, así que no te sientas mal contigo mismo.-Acerco su rostro un poco más al mío hasta que solo estuvimos a unos cuantos centímetros de distancia, mis mejillas comenzaron a tomar un color carmesí y cuando menos me lo esperaba sentí unos cálidos labios depositar un beso sobre la comisura de los míos.
-Akashi-kun…-Dije completamente avergonzado.
-Buenas noches, Kuroko.- Eso fue lo último que dijo aquel pelirrojo antes de irse a su habitación.
No sabía la razón por la cual había actuado de esa manera su compañero, pero ahora no podía dejar de pensar en lo sucedido algunos instantes y la manera en la que su corazón comenzó a latir tan velozmente, en ese momento había olvido aquellas palabras que tanto daño le habían hecho daño y que habían sido reemplazadas por unas de apoyo y animo sumadas con un casi beso.
Tal vez, solo tal vez, cierta persona con heterocromia había pensado en las consecuencias positivas que traerían sus actos en los pensamientos de aquel chico de ojos azules, después de todo su mente ahora estaba llena de nuevas cosas agradables.