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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del capitulo:

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Una nueva oportunidad.

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Un instante pasó.

Podía sentir levemente la presencia del latir de su corazón a un ritmo constante al interior de su pecho. La leve presencia de algo conocido para él producía sonido a lo lejos, pero tan rápido como vino, volvió a desaparecer. Sin poder evitarlo, se sumergió nuevamente en el silencio sin que ningún pensamiento cruzara por su cabeza y aunque no sabía dónde estaba, lo podía suponer…

No tenía consciencia del tiempo, pero el sonido que antes interrumpió su silencio y que extrañamente le parecía tan lejano en ese momento, regresó hasta él mucho más claro que antes. Él conocía aquella manera de expresarse… él conocía esa voz.

“¿Sasuke?” Se preguntó… pero no se permitiría creer en esa opción.

Él lo recordaba, la última vez que estuvo junto a Sasuke ambos se encontraban lejos de Konoha, luchando lado a lado una vez más pero no podía recordar contra quién. Ambos habían salido heridos y Sasuke, quien recibió el ataque con más fuerza, se había ido de este mundo demasiado pronto. Recordaba como la imagen de su perfil que parecía al fin estar en paz, se había desvanecido frente a sus ojos antes de que su propio momento llegara.

Un ligero pesar que amenazaba con aumentar lo afligió ante este recuerdo, y Naruto, confundido al no poder creer que alguien en su estado pudiese sentir ya dolor, regresó a lo que creía sería su silencio eterno.

No supo cuanto tiempo pasó, pero la voz de Sasuke regresó.

—…Kaya puede ir contigo… — La voz de Sasuke llegó a Naruto, tal y como él estaba acostumbrado a oírle mientras ambos vivían.

Naruto trató de pensar en aquel nombre. Repitió el nombre de Kaya una y otra vez en su cabeza, pues estaba seguro de haberlo oído antes.

Está bien. —Dijo la suave voz, en respuesta a las palabras de Sasuke.

“Una niña…” Pensó Naruto, al reconocer el tono infantil en las palabras dichas. Pudo sentir también, como una puerta cercana al sitio donde él se encontraba era cerrada. Ante esto y de forma casi natural, salieron a la luz algunas memorias que había dejado pasar al estar tan concentrado en su estado de soledad.

“Es cierto” Se dijo, sintiendo de pronto su cuerpo un poco más pesado. Ellos estaban en Konoha pero, no la misma Konoha en la que un día vivió. No habían ninjas, ni se utilizaba chakra, y ni él ni nadie sabían que todo eso fue una realidad una vez.

Siendo ahora más consciente de su propia condición, intentó mover un poco las manos sin lograr mucho al sentir su cuerpo pesado y adormecido. Al intentarlo nuevamente, reconoció la textura de la tela suave entre los dedos de sus manos. Al menos ahora sabía que estaba recostado sobre una cama.

El ruido constante de algo a su lado de pronto se volvió muy fuerte. Debía estar en un hospital después de desmayarse frente a toda su clase. Para confirmarlo, hizo un esfuerzo por abrir sus ojos, pero tal y como esperaba, estos le ardían. ¿Cuánto tiempo había permanecido inconsciente?

Al abrir más los ojos, lo primero que pudo vislumbrar fue el blanco impoluto del techo de la habitación. Pestañeó varias veces para acostumbrarse nuevamente a la molesta claridad del lugar. Pudo ver más paredes blancas y una gran ventana que daba paso a toda esa luz.

El repentino sonido de algo moverse a su lado, le recordó que no estaba solo en el lugar.

Con esfuerzo, llevó su mirada hasta el lugar de donde provenía el sonido, y se encontró directamente con aquellos ojos oscuros que tan bien conocía, y que a pesar de saber que solo estuvo dormido por poco tiempo, sentía que los había extrañado tanto que le dolía.

Sasuke estaba allí, mirándole fijamente y más emocionado de lo que antes Naruto pudo verle.

Se sentía desconcertado, pues aún sabiendo que ambos habían vuelto a nacer, los últimos recuerdos que le fueron revelados mientras “dormía”, no le podían arrebatar su expresión de incredulidad ante toda la suerte que creía tener. Sasuke se encontraba allí, nuevamente a su lado, tal y como hace mucho tiempo lo hizo. Su amigo y rival, al que había visto morir a su lado y a quien le ocultó tantas cosas que jamás creyó poder decirle… Sasuke estaba frente a él, mirándole con un brillo en sus ojos muy similar al que pudo ver en ellos en su vida pasada, cuando ambos estaban solos. Esa mirada que le ocultaba muchas más cosas de las que le dejaba ver.

—¿S-sa…su…? —Pronunció Naruto con algo de dificultad.

Maldijo internamente al darse cuenta de lo desacostumbrada que sentía su forma de hablar.

Sasuke, que permanecía como en un trance, pareció reaccionar al sonido de su voz y se acercó hasta él con rapidez, para un instante más tarde, hacerle callar posando sus dedos sobre sus labios. Naruto no pudo evitar que su corazón se acelerara ante aquella acción.

Sasuke era más impulsivo ahora que en él pasado, cuando se trataba de él.  

—Será mejor que no hables por ahora. — le dijo Sasuke, con la seca amabilidad que poseía desde siempre y la misma mirada que utilizaba en esta vida, para decirle que se preocupaba por él.

Naruto quiso reír ante la felicidad que sentía al saber ese detalle, pero al darse cuenta de todo lo que Sasuke vivió en esta nueva oportunidad, de las pesadillas que le habían amenazado desde niño y el peligro de muerte que corrió por intentar salvarle, no pudo hacerlo. En cambio, el intenso deseo de querer hacer algo por él se incrementó en su interior, por lo que en vez de sonreírle, decidió hacer algo más.

Algo que siempre quiso hacer cuando ambos eran ninjas.

—a…a-cer…ca-te. — le habló Naruto nuevamente, haciendo caso omiso a lo que Sasuke le dijo antes e ignorando la leve molestia presente en su garganta.

Sasuke frunció un poco el seño al oírle hablar otra vez a pesar de su advertencia, y Naruto inevitablemente se emocionó por este detalle también, pues al recordar todo, cada una de las expresiones que Sasuke le permitía ver, valían mucho para él.

Un instante más tarde, y a pesar de que Sasuke lucía un tanto molesto, Naruto le vio acercarse un poco más hasta él después de todo, sin negarse a su petición.

Sin poder resistir más, Naruto reunió toda la fuerza que podía en su actual condición y con ambos brazos lo acercó todavía más a sí mismo, en un fuerte abrazo que siempre quiso darle, pero que jamás le pudo entregar.

—¿¡Qué-!? — oyó decir a Sasuke a la vez que casi caía por completo sobre él.

Estaba claro que Sasuke jamás se habría esperado que él le abrazara a penas despertar, pero, era de Naruto de quién estaban hablando y después de todo lo que habían pasado, no se contendría en demostrarle cuán fuertes eran sus sentimientos por él.

No le importó que Sasuke se tensara un poco al ser abrazado, incluso aumentó la fuerza de su agarre para que no se le ocurriera alejarse de él todavía. No quería que viera la probable expresión de aflicción presente en su rostro, mientras se aferraba a él. No podía evitarlo, tenía a Sasuke entre sus brazos al fin, vivo, una vez más. Naruto sabía que jamás podría olvidar el día en que Sasuke se fue antes que él, y a pesar de que él le siguió con rapidez, el dolor que sintió antes de que eso ocurriera fue tan grande que verle hablar en ese momento, sentir, y respirar junto a él, le daban a Naruto unos enormes deseos de llorar.  

Sasuke no se apartó de su lado en ningún momento, pero su tensión no se iría sino hasta segundos más tarde.

Cuando Naruto le sintió acomodarse incluso más cerca suyo, no pudo evitar avergonzarse al notar como Sasuke acomodaba su rostro entre su cuello y su hombro, pero su desconcierto aumentó todavía más, al sentir como este dejaba caer todo su peso sobre él y con las dos manos apoyadas en sus brazos, correspondía de igual manera a su abrazo.

Naruto jamás creyó eso posible, al menos, no tan pronto. Aún así, se permitió experimentar lo que para él significaba un muy buen inicio entre ambos, sabiendo que el contrario estaba enterado de todo lo que vivieron juntos hace siglos.

Era increíble darse cuenta de que al igual que él mismo, Sasuke también le había extrañado ¿Y cómo lo sabía? Sasuke jamás fue dado al contacto físico, pero al parecer con él era diferente y la fuerza con que se aferraba a él se lo demostraba.

Dejándose llevar, aflojó un tanto su agarre, permitiéndose disfrutar de la idea de que Sasuke jamás se alejaría de él. Sin embargo, el sonido de unos tacones acercándose por el pasillo interrumpió el momento de forma abrupta, por lo que al sentir tensión en su compañero, Naruto no tuvo más opción que dejar que Sasuke se apartara de él. Intentó verle a los ojos directamente una vez más, para saber que a pesar de ser interrumpidos todo iría bien entre ellos, pero su compañero no le dirigió la mirada en ningún momento. Simplemente se quedó viendo en dirección a la puerta, sin decirle una sola palabra.

—Sa- —Naruto intentó llamarle, pero al abrirse la puerta de la habitación permaneció también en silencio.

Kaya se había adentrado en la habitación y al verle, simplemente le asintió con la cabeza. Una clara señal de saludo proviniendo de ella. Sin embargo, Naruto se había olvidado por completo de un gran detalle que no deseaba tener presente todavía. Hinata se había quedado de pie, mirándole desde la entrada con el café recién comprado en las manos, temblando levemente.

—¡Naruto-kun! —Le llamó, a la vez que se acercaba hasta él y dejaba el café en manos de Sasuke, quien le indicó que así lo hiciera.

—Ho-la — Le saludó Naruto, con menos dificultad para hablar que antes.

—Naruto-kun, Naruto-kun — repetía ella, evitando llorar mientras acariciaba su rostro con una mano.— Creí que… estaban tan… ¿Cuándo despertaste?

—Lo hizo ahora, cuando llegaste. — respondió Sasuke en su lugar, más alejado de lo que estuvo antes…de hecho, Naruto consideró que había tomado demasiada distancia.

Naruto no pudo evitar intrigarse ante su mentira, pero eso se borró completamente un instante después, siendo reemplazado por algo más. Pudo ver en Sasuke, algo que antes de recordar su vida pasada le confundía, pero que ahora, podía ver tan claro como el agua. Estaba cayendo en el mismo error que no quería cometer.

No ahora.

—Iremos por el médico para que lo revise.— le avisó Sasuke, tocando un hombro de Kaya para que le acompañara. — Vamos, Kaya.

—Gracias, Sasuke. —Le dijo Hinata, antes de que ambos salieran de la habitación.

Cuando se quedó a solas con Hinata, Naruto tuvo la necesidad de sentarse en la cama pero su cuerpo todavía se sentía un tanto pesado, por lo que no podría hacerlo hasta dentro de varios minutos. Ella, al ver su intento fallido, le tocó el pecho con una mano en un gesto para que se mantuviera quieto mientras apretaba un botón de la cama, acomodándola en una posición que le permitiera sentarse sin hacer esfuerzo. Cuando estuvo listo, Hinata se acomodó en el asiento donde, él estaba seguro, Sasuke se ubicó antes.

Un momento después ella se tomó la libertad de tomarle de la mano, una costumbre que había adquirido hace bastante poco tiempo, pero de la cual Naruto conocía muy bien el origen. Entrecerró los ojos al recordarlo, debía comenzar a cambiar poco a poco, iniciando con ese mismo detalle. Cuando ella apretó un poco su mano, Naruto pudo ver como sus facciones se transformaban, dando paso a una expresión que él conocía muy bien también. Era la culpa y el miedo reunidos en un solo instante, antes de aliviarse mediante las palabras.

— Naruto-kun… Lo siento. — Se disculpó ella, un poco temblorosa, refiriéndose claramente a la conversación que tuvieron previa a su caída en el “sueño”. —Estoy tan feliz de que estés despierto, sino hubiese podido disculparme…

—Hi-nata, yo…

—Yo recuerdo lo que me dijiste ese día.— le interrumpió Hinata, a la vez que miraba sus manos unidas. — Pero… es algo que todavía no puedo aceptar, Naruto-kun.

Naruto lo sabía, pero a pesar de que ella no quería aceptar lo que les ocurría a ambos, lo que a él, en específico, le estaba pasando desde hace más de un mes, todo empeoraría. Ahora que Naruto tenía sus memorias claras acerca de su antigua vida, podía entender por qué algunas cosas que le pasaron durante el poco tiempo que llevaba de conocer a Sasuke, hicieron que comenzara a dudar de algunas decisiones que había tomado antes de conocerle.

Al parecer, a pesar de no haber podido recordar tal y como lo hizo Sasuke desde pequeño, él había estado evitando que ciertas situaciones se dieran y esta, era una de ellas. Había sido su instinto y corazón advirtiéndole, pero él, tal y como hizo en un pasado lejano, no los quiso escuchar.

Pero esta vez, todavía tenía tiempo. Ahora podría realmente cambiar las cosas que antes no pudo, ya que solo con una mirada y un gesto, con un simple abrazo pudo confirmar que aquello que lo carcomía por dentro tanto en esta vida como en el pasado, se trataba de una sola cosa. Y Hinata, quien no estaba preparada para resignarse a todo eso, seguramente ya conocía parte de lo que ocurría en su interior. Tal y como lo vio e ignoró en su anterior vida.

—Puedo entender-te Hinata. —le dijo Naruto, con una leve sonrisa resignada.— Pero… Tú sabes… la verdad.

Ella apretó su mano todavía más ante su último comentario pero, a pesar de los leves temblores que la aquejaban, se acercó un poco más a él con intensiones besarle como siempre hacía, pues era la única manera que conocía en que podría ser capaz de hacerle cambiar de opinión, pero esta vez sería diferente.

Naruto desvió completamente el rostro y alejó su mano de su agarre. Si seguía siendo amable con ella, las cosas se podrían realmente mal. Su anterior confusión le había llevado a hacerle daño a toda la gente que apreciaba, pero ahora esta confusión se había ido dejándole el camino libre de miedos y culpabilidad por algo que antes creía, podría ser un error.

Ahora tenía claro que el error sería este, si continuaban de la misma manera.

—Lo siento, Hinata... — Le dijo Naruto de frente, sin ninguna duda e ignorando el poco dolor en la garganta que le quedaba, para que ella pudiera ver y aceptar lo que él le estaba comunicando. —Ya no puedo…

Tal y como Naruto esperaba, los ojos claros de Hinata se llenaron de lágrimas. Pero él lo único que pudo hacer fue sonreírle con cariño, antes de que ella se levantara de su asiento sin decir nada y se adentrara en el baño de la habitación. Ahora, que Naruto podía comparar ciertos detalles de esta vida con su pasado, la verdad era que en esta vida había visto llorar a Hinata más veces de lo que en toda su vida anterior le pudo ver hacerlo. También sabía, que la Hinata de esta vida tenía más razones para ser obstinada con respecto a él y por eso tenía claro que a pesar de no haber dicho nada en ese momento, al día siguiente volvería a intentar su cometido, tal y como también lo hizo hace siglos.  

Naruto no podía evitar pensar en lo sorprendente que eran las situaciones que él y Sasuke habían experimentado en esta vida, siendo un reflejo de las que vivieron mucho tiempo atrás. De pronto, las palabras de la Sakura de ese entonces para ayudarle con el asunto de Hinata se le vinieron a la cabeza, reuniéndose con las que ella misma le dijo en esta vida meses antes de venir a Konoha y conocer a Sasuke. “El destino es cruel-ttebayo” Se dijo a sí mismo, antes de darse cuenta de que al menos una parte le había sido simplificada. Sakura se había convertido en su hermana.

Un minuto más tarde y al mismo tiempo en que Hinata salía del baño, la puerta de la habitación se abrió dando paso a quien era el doctor a su cargo y a Sakura, quien le sonrió con algo de sorpresa al verlo sentado. Naruto le sonrió también, un poco nervioso, para luego buscar con la mirada a Sasuke, quien se suponía debía haber regresado junto con ellos. Pero este no volvió a aparecer, ni Kaya tampoco.

Naruto podía entender el por qué de sus acciones, sin embargo, no pudo evitar recordar con esto las tantas veces que Sasuke se alejó de la aldea durante su antigua vida como adultos, y por eso mismo, todas las veces que Sasuke se alejó de él. Intentando alejar la melancolía, decidió centrase en el médico de pie junto a su cama.

Las palabras que el médico dijo le sorprendieron un poco, pues todos creyeron que estuvo en un coma por varios días. Le relataron sus comportamientos extraños mientras estuvo en esa condición y no pudo evitar recordar con pesar el estado en que encontró a Sasuke la noche que se coló en su casa.

Esperaba no haberse expresado de manera tan radical mientras recordaba, después de todo, no había sido fácil recordar para Naruto a pesar de no demostrarlo. Los recuerdos de una infancia llena de aislamiento, rechazo, rencores y odio, fue un gran peso que tomar, y más tarde todos los acontecimientos que siguieron a eso, más sus fracasos en traer a Sasuke de vuelta con ellos, habían sido demasiado dolorosos. Y aunque con el paso del tiempo todo eso mejoró, solo dio paso a otro problema no tan visible, pero igual de intenso en su interior.

El médico también quiso indagar en qué ocurrió antes de su caída en el “coma” y Naruto se lo explicó lo más claramente posible.

Aquella mañana, se presentó a dar su clase bastante preocupado por lo que había sucedido el día anterior y más confundido que nunca. Mientras comenzaba con su exposición, recordó la expresión que alcanzó a ver en Sasuke cuando este vio como Hinata le besaba el día anterior. Estaba casi seguro de que había sido una mueca provocada por el dolor, sin embargo, una parte de él no quería creer en esa opción.

Logró mantenerse estable por varios minutos más frente al pizarrón, hasta que un brillo de reconocimiento saltó en su mente y trajo de vuelta la imagen de Sasuke que le miraba durante la fiesta de su cumpleaños, justo un instante antes de caer inconsciente al piso frente al escenario donde él estaba.

Esa mirada era exactamente igual a la que había visto en él la noche anterior, y el darse cuenta de ese detalle, provocó su “desmayo”.

Aunque ese detalle no se lo revelaría a nadie en esa habitación.

Y ahora que estaba allí, dando explicaciones ante un médico que se sorprendía cada vez más ante lo que él catalogaba como rapidez de curación, entendía muchas cosas que antes no podía. El detonante que Sasuke necesitó una vez, fue algo que vio en esa fiesta y sospechaba que se trataba de ese beso que Hinata le dio como sorpresa.

La incomodidad y leve molestia que sintió aquella vez estaban presentes en Naruto todavía. Él y Hinata ya se encontraban en una situación incómoda en ese entonces y ella, sin pensárselo mucho, le había besado en un intento por remediar las cosas.

Debió verlo venir, pero solo la idea de no haberlo previsto le hacía enfurecer como antaño ante su propio comportamiento. Se intentaba convencer de que ahora todo había sido diferente, que durante la fiesta no tenía como saber su verdadera condición, pero no servía de mucho. De todas formas, ahora Naruto conocía su propio detonante, y ese, era el sufrimiento de Sasuke.

Cuando el doctor terminó con su revisión minutos más tarde, le dejó a solas con Hinata y Sakura, a quien autorizó para quedarse para hacerle compañía por unos minutos más.

—Me alegra que todo vaya por buen camino, Naruto-kun — le dijo Hinata, con la amabilidad de siempre, aunque Naruto no pudo evitar notar su rostro levemente enrojecido y sus ojos algo hinchados por el llanto.

—Lo mismo digo— Añadió Sakura. —Nos tuviste preocupadas. — dijo, a modo de regaño.

—Lo siento por eso, Sakura-chan. — respondió con una sonrisa nerviosa.

—Lo importante es que parece que todo está bien otra vez. — comentó Hinata, tomando su cartera. — Yo… lo lamento, pero debo irme.

—¿Ahora? — cuestionó Sakura, pero Hinata simplemente le sonrió lastimeramente, por lo que Sakura no insistió —…Entonces, nos vemos otro día.

—Claro, Sakura-san…— Dijo antes de voltearse hasta Naruto. — Vendré otra vez, Naruto-kun. —se despidió Hinata de él sin intentar besarle esta vez, para inmediatamente después, salir por la puerta.

Al estar por fin a solas, Naruto sintió a Sakura suspirar a su lado, antes de que afirmara su cuerpo en el borde de la ventana que permanecía cerrada.

—Ella no lucía nada bien… —le dijo ella, con evidente preocupación. — No ha estado bien desde que te ingresaron, pero algo lo empeoró… ¿Sucedió algo?

Naruto cerró los ojos por un momento antes de contestarle.

—Ella no está bien desde hace mucho tiempo atrás, Sakura-chan.—dijo seriamente, pues él sabía que su hermana, al ser amiga de Hinata, estaba enterada en su mayoría de lo que sucedía entre ambos. —Y yo tampoco he estado bien.

—…Lo sé. — Le recordó ella. Y Naruto rió levemente.— Pero también sé lo impulsivo que eres… me preocupo por ti, Naruto.  

—Eso ya lo sé, Sakura-chan. Pero esto es algo que ya tengo claro. — le aseguró Naruto, sintiendo que debió tomar una decisión con respecto a eso varios meses atrás.

Aún así, Sakura entrecerró los ojos en señal de sospecha e incredulidad.

— ¿Qué fue lo que cambió tanto, Naruto? …Ustedes estaban tan bien en Suna… ¿No hay manera de arreglarlo? —Le preguntó Sakura, quien Naruto sabía, solo quería ver felices tanto a él, como a Hinata.

Naruto pensó en el último mes y en todos los años en que el nombre de Sasuke estuvo presente en su cabeza, y estuvo más seguro que nunca de que si aquellas memorias hubiesen llegado a él mucho antes, incluso, si él simplemente hubiese conocido a este Sasuke muchos años atrás, las decisiones que había tomado en los últimos años habrían sido completamente diferentes.

—Creo que no... No, estoy seguro de que no hay otra solución, Sakura-chan. — enfatizó, aunque sabía que faltaba un poco más antes de poder cambiar las cosas con Hinata.

Ella no se rendiría tan pronto, pero quizás, si le hacía entender poco a poco, todo el proceso se volvería más fácil aunque no disminuiría el dolor de ello. Al menos de esa manera, no seguirían viviendo una mentira que definitivamente él no estaría dispuesto a vivir, no sabiendo que las personas que conocía sufrirían nuevamente a su costa.   

— Supongo que no puedo hacer nada contra eso. — pensó Sakura en voz alta. — Pero Naruto… ¿No crees que este cambio haya sido demasiado abrupto?— Sakura intentó darle una última vuelta a la situación, intentando clavar una duda en él, algo que en ese momento no podría lograr.

Él no dejaría que nadie decidiera por él, no esta vez.

—No ha sido rápido, Sakura-chan… Creo que… es algo que lleva años aquí adentro. — contestó sinceramente tocando su pecho y percatándose cada vez más de su propia verdad.

Sonrió al percatarse de esos pequeños detalles que antes no había podido ver en sí mismo, y que no había querido entender.

—¿Estás seguro?

—Más de lo que nunca he estado-dattebayo. — aseguró, para después tocarse levemente el cabello, avergonzado por dejar salir su muletilla frente a alguien que no fuera Sasuke por la emoción.

Sakura rio, dándose por vencida al ver a su hermano extrañamente feliz y aliviado, y a pesar de sentirse mal por su amiga.  

—Sinceramente, no puedo entenderte, Naruto. Hinata es una gran mujer… ¿Lo sabes verdad?

—Si. — concordó. — Pero no es para mí…y ella lo sabe.

Tras eso, Naruto no pudo evitar pensar en que si la mujer frente a él se hubiese tratado de la Sakura-chan del pasado, habría insistido con ese tema por mucho más tiempo.

Esta nueva Sakura lucía mucho mejor que la del pasado y su preocupación por él lo hacía feliz, a pesar de que su personalidad directiva, incluso ahora, le hiciera creer que siempre tenía la razón. Había sido algo bueno que formara parte de su familia.

Ese último pensamiento trajo una duda a su mente.

—Em… ¿Sakura-chan? — Ella le puso atención. — ¿Por qué nuestros padres no están aquí?

Ella se vio sorprendida por un instante, pero eso no duró demasiado.

—No les llamé. — respondió.

—¿Eh? ¿Por qué? — se le hacía muy extraño que su padre no estuviese buscando la razón y el culpable de su anterior condición.

—Porque sabía que despertarías. Sasuke me lo aseguró…

—¿Sasuke…? — Naruto no podía creer que Sasuke le hubiese asegurado algo como eso a Sakura.

—Si. El…me contó algo sobre la situación que están viviendo ustedes dos, con esa niña. — explicó, y Naruto recordó aquel día en que Sakura debió estabilizar a Jin a causa de su herida de bala. Nunca se detuvo a pensar en porqué su hermana no volvió a insistirle con ese tema tras esa noche, y ahora podía entender por qué no lo había hecho. — Sasuke me pidió que confiara en él, que él se aseguraría de que nada malo te pasaría. — Ella se detuvo un momento para evaluar a su hermano y al ver su leve sorpresa, continuó. — Yo creí en él esa noche, después de que casi te dispararan. Y cuando llegaste aquí, también creí en él… Y tuve razón. Despertaste tal y como él dijo que pasaría.

Naruto no pudo evitar preguntarse sobre en qué momento aquella Sakura que decía odiar y resentir a Sasuke, había pasado de un momento a otro a confiar ciegamente en él. No le agradó la sensación a aquello.

La cercanía entre ambos no le traía buenos recuerdos.

—¿Qué más te dijo?  —No pudo evitar preguntarle, pues no creía posible que él le hubiese revelado su pasado en común, Sasuke no podía confiar tanto en Sakura como para hacerlo.  

— Dijo que podía ver cosas que podrían pasar, que sabía que iba a conocerte y que sabía que si dejaban vivir a ese hombre nada malo te pasaría... Supuse que esto también pudo verlo.

—Ya veo…—Naruto suspiró aliviado, por un momento realmente creyó que este nuevo Sasuke podría ser capaz de decirle la verdad a otra persona que no fuese él mismo, a pesar de ser casi imposible.

—Sé que no estuviste en coma, Naruto… Tú estado era idéntico al de Sasuke durante la fiesta. — Ante tal comentario, Naruto confirmó todavía más su pensamiento en torno a los detonantes.— Él…parecía estar bien al saber tu verdadera condición pero, era obvio que aún con todo estaba muy preocupado… ¿Qué es exactamente lo que sucede mientras duermen que les provoca tales reacciones?

—¿A qué te refieres, Sakura-chan?

—Al llanto, Naruto. ¿Qué otra cosa sería?

Naruto permaneció en silencio, maldiciendo en su mente por ser tan malo para inventar excusas. ¿Que podría responder a eso? Era una pregunta demasiado específica…

¿Qué podía hacer?

De pronto una idea cruzó por su cabeza, y se sirvió de ella para salir de ese problema. Por más absurda que fuera.

—No lo sé. — respondió Naruto al fin, ocultando su nerviosismo lo mejor que podía. — Yo…no recuerdo nada-t. — se detuvo rápidamente, antes de completar la última palabra, pues Sakura sabía que aquello lo decía por estrés y nerviosismo.

Sakura claramente notó que le estaba mintiendo, pero decidió dejarlo pasar. Quizás su desesperación oculta que pulsaba por salir le causó pena y lo dejó estar.

—…Te creo, Naruto. —dijo ella, con resignación. Después dio una breve mirada a la hora. — Será mejor que regrese a mis asuntos. No quiero que me regañen por quedarme demasiado tiempo aquí contigo.

—Está bien.— aceptó Naruto, aliviado.

—Te veré más tarde para tus revisiones… —le recordó Sakura con una sonrisa. — ¡Ah!  Y no intentes levantarte antes de tiempo —. Agregó.

—Como tú digas, Sakura-chan. — se despidió Naruto, antes de que ella dejara la habitación, permitiéndole estar al fin en paz.

Naruto dejó salir un suspiro de cansancio, inmediatamente después de asegurarse de que estaba completamente solo. Levantó ambas manos una vez más, percatándose de que ahora tenía mucha más facilidad para moverse en comparación a cuando recién se hubo despertado. Era esperable despertar y no tener la misma movilidad después de haber “dormido” por varios días.

En un rápido movimiento, se hizo hacia adelante para sentarse recto con sus propias fuerzas y pasando por alto la advertencia que Sakura le hizo antes de salir de la habitación, se sentó en el borde de la cama con claras intenciones de levantarse de allí. Había algo que quería hacer ahora que tenía de vuelta sus memorias y eso solo podría hacerlo frente a un espejo.

Afirmándose de la cama con una de sus manos, puso ambos pies sobre la fría superficie del piso y extendió el otro brazo solo por si necesitaba mantener el equilibrio. Recordaba claramente como Sasuke, quien había recuperado poco antes la consciencia, casi cae al suelo durante la fiesta después de intentar levantarse por sí mismo. Naruto definitivamente no quería lesionarse por una caída y al ver que no sucedía nada preocupante y que simplemente sentía sus piernas un poco agarrotadas, se dirigió tranquilamente hasta el baño y se encerró en él.

Tomando un profundo respiro, se reencontró con su reflejo. Era realmente increíble que al verse al espejo pudiera reconocerse tanto a sí mismo, como al Naruto del pasado. Indudablemente, su apariencia era prácticamente idéntica al otro Naruto, exceptuando sus marcas en las mejillas. Tenía una leve sospecha acerca del porqué tanto él como Sasuke, e incluyendo a las chicas, lucían de esta manera, pero era tan absurdo que no quería pensar en ello porque, él sabía que se podían reparar los errores del pasado aún si no tuviesen la misma apariencia. Al menos, él habría podido reconocer la escencia de Sasuke independientemente del aspecto que tuviera. Sonrió por unos segundos, orgulloso ante ese detalle, antes de recuperar su anterior seriedad.

Al parecer, aunque sí se les brindó la oportunidad de reparar sus errores, el destino no se los permitiría tan fácilmente y el más claro ejemplo de ello era él mismo. Era absurdo, después de todo lo que pasó, que justamente fuese él quien no tuviera la capacidad de recordar nada durante años,  pero eso no significaba, que a pesar de no poder establecer contacto con Sasuke años atrás, no hubiese estado ligado a su existencia de alguna manera, después de todo, sus destinos siempre se dirigían en una dirección parecida. O más bien, estaban destinados a conocerse.

Durante su infancia, Sakura le llamaba casi todos los días desde Konoha, para hablarle de todo aquello que momentos antes su madre le había dicho, pero con un toque más emocionado e infantil. Y fue por la boca de su hermana que Naruto escuchó el nombre de Sasuke por primera vez.  Él solo tenía diez años cuando comenzó a oírle hablar acerca de él. A pesar de estar bien acompañado en Suna y de ser querido por quienes le cuidaban, nadie había podido quitarle a Naruto la sensación de que se encontraba completamente solo en el mundo, pero aquella sensación solo disminuía cuando escuchaba hablar a su pequeña hermana, aunque Sakura solo le hablara acerca de Uchiha Sasuke, un niño de la misma edad de Naruto que iba en busca de su prima al colegio donde ella estudiaba.

En un principio, su pequeña hermana le contaba acerca de lo increíble y genial que lucía Sasuke, con su pose de “puedo hacer cualquier cosa” y lejana frialdad que se esfumaba solo un poco al hablarle a su prima. Hinata era la prima de Sasuke y a quien Sakura se acercó solo unas semanas después para saber más de él. A Naruto, el acercarse a otra persona por ese motivo le parecía algo injusto, pero esa sensación se fue al saber que finalmente ambas formaron una amistad verdadera. Cuando hablaba de lo que hacía con Hinata, Sakura se oía muy feliz, sin embargo, con el pasar de los meses, cuando llegaba al tema de Sasuke su voz se llenaba de tristeza pues a los ojos de su hermana, este asombroso chico de cabello y ojos oscuros, lucía perdido y angustiado. Al parecer, todo eso se debía a la muerte de su padre.

Un día, mientras ella estaba de visita en su hogar en Suna, Naruto, con trece años, le veía intentar retener el llanto. Él, como buen hermano mayor, le había aconsejado tiempo atrás que intentase hablarle directamente si le gustaba tanto, pero las cosas no salieron de buena manera. No muy interesado en esos temas de gustos, pero sí preocupado por su hermana pequeña, no podía evitar enfadarse con el tal Sasuke por herir a su hermanita.

Tiempo después, cuando este chico maravillosamente genial y de quien a pesar de todo Sakura seguía “enamorada”, comenzó a estudiar en el mismo lugar que ella, todo se volvió una locura.

El Naruto de quince años se preguntaba, cada vez que oía o veía a Sakura hablar de Sasuke, cómo podía ella estar tan enamorada de alguien así. Según las descripciones que su hermana exponía con fervor, las únicas cualidades realmente buenas de Sasuke se limitaban solo a su aspecto físico e inteligencia. Naruto conocía de memoria ese discurso: Su altura (que hacía pareja perfecta con la de ella), su modo de andar con seguridad, su cabello azabache con aquel extraño peinado, su voz que se había vuelto más grave (aunque fuera al tratarle fríamente) y su oscura mirada. Sakura decía que era imposible alejar la mirada inmediatamente de la de él cada vez que sus ojos se encontraban. Tenían algo que le atraía en demasía, ya que aparte de todo eso, según Hinata, Sasuke tenía muchas cosas de las cuales no quería hablar. Y era ese misterio, lo que le atraía a Sakura todavía más.

Después de tantos años, y por fin habiendo conocido a Sasuke en persona, Naruto no podía sino darle la razón a Sakura. Se sentía estúpido al pensar en cómo durante todo ese tiempo había evitado mirar a Sasuke directamente a los ojos por miedo a quedar prendado en ellos como la primera vez que se vieron frente a frente… y la expresión que se enviaba a sí mismo en ese instante frente al espejo, hacía juego con sus pensamientos.

Realmente… era demasiado obvio-ttebayo~” Se dijo, lastimeramente. Pues, si bien en un principio, sus razones para esquivarle se debían al miedo, después de que este se sacrificara por él no podía evitar verle como alguien genial a quien admirar… “Y a pesar de mi edad, es tan patético…”. Pero no pudo evitar sonreírse a sí mismo un instante después, ya que desde que conoció a Hinata, debió suponer que su imagen de Sasuke terminaría por ser de esa manera.  

Hinata había llegado a su vida casi al finalizar su último año escolar, y fue al conocerla más cuando se dio cuenta de que la idea de Sasuke no desaparecería de su vida así como así. Incluyendo la primera vez que la vio.

Su primer pensamiento al saber quién era Hinata fue si el tal Sasuke luciría como ella. De apariencia delicada y refinada, Hinata reflejaba con claridad a qué tipo de familia pertenecía. En ese momento Naruto deseó, extrañamente, que aquel Sasuke no luciera tan delicado como ella.

Al principio, Hinata era bastante torpe para hablar frente a él, pero con el pasar de los días esta se fue acostumbrando poco a poco a dirigirse a él con normalidad. Al conocerse más y a pesar de que Hinata tenía cuatro años menos que Naruto, compartieron sus sueños y lo que cada uno quería hacer con su vida. Al igual que a ella su deseo de convertirse en profesor le pareció algo noble, él vio de la misma manera su deseo de estudiar medicina.

Todo fue sobre ruedas durante varias semanas, hasta que su primo Sasuke entró en conversación. Naruto no supo cómo sentirse exactamente con respecto a eso, pero al ser Hinata la prima de Sasuke, él esperaba que no hablara de este como Sakura lo hacía.

No desde los ojos del amor.

Inesperadamente, recibiendo la información de Hinata, su percepción de Uchiha Sasuke cambió. Con su habitual amabilidad, Hinata se permitía hablarle de su primo cada vez que podía. Ella conocía de primera la personalidad aparentemente fría de su Sasuke, sin embargo, Hinata le aseguraba que a pesar de todo, Sasuke poseía los sentimientos más nobles que ella hubiera conocido. Siempre estuvo con ella, le cuidaba y aún después de separarse seguía preocupándose por su bienestar.

Naruto reconocía que cuando ella comenzó a revelarle esta parte desconocida de Sasuke, el no podía creerle del todo, no después de todo lo que Sakura había sufrido por él, pero una parte de sí le había dicho en ese entonces que debía creer en las palabras de Hinata, que tal vez, ese hombre fuera más que solo su apariencia. Y esa nueva idea sobre él se asentó en su interior poco después de oír que Sasuke guardaba un secreto que ni siquiera Hinata conocía, que sufría mucho por ese problema, pero que aún así se preocupaba por ella.

Sin desearlo realmente, se sintió identificado con él, pues aquello le había recordado inevitablemente a su propia condición, esa que lo aquejaba desde los trece años: Su sonambulismo.

Fue solo un mes después de entrar en vacaciones cuando Hinata se enteró de su sonambulismo. Y fue exactamente esa misma noche, en la que su sonambulismo desapareció. La suave voz de Hinata llamándole fue lo que le ayudó a despertar esa vez, y cuando lo hizo estaba frente a la puerta de entrada de su casa y Hinata le sostenía la mano con que había estado intentando abrir la puerta.

Naruto podía reconocer, ahora que tenía devuelta todas sus memorias pasadas, que en el momento en que asoció ese evento con su recuperación, había comenzado a sentirse en deuda con ella. Tal vez, fue en ese segundo, en que sus destinos volvieron a unirse para llegar hasta donde se encontraban ahora, guiados por una señal malentendida.

El tiempo había trascurrido en sus vidas tras ese incidente y durante todos los años en que asistió a la universidad, Naruto estuvo en constante contacto con Hinata. Se veían a menudo y hablaban seguido por teléfono. Ella era realmente una buena amiga pero, muy en el fondo, la razón de mayor peso que Naruto había tenido para seguir cerca de Hinata, eran sus conversaciones… pero no se trataba de cualquier tipo de conversación sino que, eran específicamente, aquellas que trataban del misterioso ser que era Uchiha Sasuke.

Sasuke, un sujeto al que jamás había visto, ni siquiera en fotografías, pero al que inevitablemente podía visualizar gracias a las descripciones de Sakura. Sin embargo, Naruto sabía que aquella parte interna y oculta de la que Hinata le hablaba, era la que le hacía mantener su atención en él.

Y esto se acrecentaría todavía más después de conocerle, sobretodo, por el nivel de preocupación que Sasuke había mostrado hacía él y su determinación por permanecer a su lado, a pesar de que él no le quería cerca. Poco a poco fue conociendo esa parte que Hinata tanto sacaba a relucir cada vez que hablaban, y sin quererlo, se encontró a sí mismo dándole un lugar importante a Sasuke dentro de su vida. No podía negar que con el tiempo había sentido que le conocía desde toda una vida, y era esa misma sensación la que le traía confundido desde hacía tanto, haciendo que se alejara todavía más de Hinata y que la mayoría de sus pensamientos rondaran a su alrededor.

Aquella noche, durante su fiesta de cumpleaños, fue cuando se acrecentó todavía más su confusión. La desesperación que sintió al verle caer inconsciente no podía describirla como algo normal. Rió un poco al recordar cómo había saltado sin importarle las advertencias de los demás hasta Sasuke desde el escenario, de cómo se olvido de todo lo demás y solo quería saber si este se encontraba bien. Sakura le ayudó mucho en ese momento, pues además de verificar el estado de Sasuke, se tomó el tiempo para calmarle a él.

Hinata había intentado calmarle también a su manera, pero no logró nada más que hacer que se enfadara más consigo mismo. Recordaba claramente cómo se sintió tras todo eso, pues una parte de él le decía que la caída de Sasuke había sido culpa suya, a pesar de no tener ninguna prueba para confirmarlo. Sin quererlo, Naruto había descargado ese enfado contra ella y su beso inesperado. Ahora que podía pensar más calmadamente sobre ello, realmente había herido a su amiga en ese momento, pues toda aquella presión que sentía por no poder corresponderle, había salido a la luz esa noche.

Si lo pensaba seriamente, si Hinata le dijera que intuyó todo este problema que tenían desde el principio, Naruto le daría la razón, aunque en ese entonces, antes de que vinieran a Konoha, él ni siquiera sospechaba la razón detrás de su creciente interés por su primo.

Naruto se obligó a creer que su curiosidad con respecto a Sasuke, se debía a que tenía que prepararse para el día en que su hermana al fin alcanzara su meta y estuviera con él. Pero ese día jamás llegaría, y lo supo cuando tenía veintidós años, cuando Sasuke rechazó a su hermana rotundamente después de tener su primera y última cita.

Recordaba claramente lo mal que se sintió por su hermana en ese momento, pero no podía negar que un pensamiento más había pasado por su cabeza aquella vez: Naruto había creído muy en el fondo, que aquello también sería algo bueno para Sasuke. Nadie debía obligarse a corresponder los sentimientos de otra persona solo por culpabilidad, aunque se tratara de su propia hermana.

“Aunque yo terminé haciéndolo una vez más sin darme cuenta…”Se dijo Naruto, ante su último recuerdo.

Realmente lo siento, Hinata…— pronunció Naruto cerrando sus ojos por un momento, intentando no pensar en el anterior llanto de Hinata después de su rechazo. Si lo hubiese hecho antes y de mejor manera, no estarían en la situación actual. Ambos por el camino errado y dañando a terceros. Específicamente a uno solo, o al menos eso quería creer Naruto.

Porque Naruto quería creer, siguiendo varias pistas casi imperceptibles, que aquello que sentía como pendiente entre Sasuke y él desde antes de morir en su anterior vida, podría estar presente en el interior de este nuevo Sasuke, tanto como Naruto lo sentía en su interior. Y si Naruto tenía la razón, podía entender el porqué Sasuke no había querido regresar a su habitación allí en el hospital, al pensar en su relación con Hinata.

Si Naruto tenía razón, Sasuke habría malinterpretado las cosas, aunque no podría culparle, no después de no rechazar los avances de Hinata a pesar de haber negado en la fiesta que eran pareja.

Naruto suspiró con cansancio ante aquel hecho. Realmente no había tenido tacto al decir que entre él y Hinata no había nada serio, sin embargo, no lo había podido evitar, no después de ver a Sasuke llorando incluso con más fuerza que la noche en que tuvo que despertarle. No quería que Sasuke volviera a sufrir y algo en su interior le había dicho que si no dejaba ese detalle en claro en ese mismo instante, se arrepentiría de ello más adelante.

Sin embargo, dándose cuenta de su situación actual, aquellas palabras no habían servido de mucho…

Naruto no pudo evitar llevar ambas manos hasta su cabello y desordenarlo con fuerza ¿Por qué las cosas no podían salir como lo planeaba?: No había podido recordar nada desde un principio, no había podido ir con Sasuke cuando este lo llamaba, y no había podido decidir por sí mismo, nuevamente, algo de suma importancia con respecto a Hinata.

Naruto estaba por cumplir los veinticinco años cuando Hinata declaró sus sentimientos por él, habiendo estado prendada de él desde poco tiempo después de conocerle. Sinceramente, Naruto no supo qué hacer con eso.

Él había estado completamente seguro de que la quería mucho como a una buena amiga y le estaba muy agradecido por ayudar a que su sonambulismo desapareciera, aunque ella no lo hubiese planeado. Sin embargo, la respuesta para saber qué hacer con su confesión no llegó a su mente sino hasta una semana después, durante una charla con Sakura.

Encontrando a su parecer un punto intermedio, ella le había dado la idea de intentarlo con Hinata por un tiempo: si sus sentimientos de asentaban con ella sería algo espléndido, pero si no lo hacía, podían darle un fin a ello. Y para Naruto, que estaba en un punto increíble de desesperación, aceptó esa idea sin dudarlo ni un segundo.

No podía creer que los patrones de su comportamiento se hubieran estado repitiendo en esta nueva vida de manera tan deliberada. Incluyendo lo que había pasado después de aceptar esta pseudo-relación con Hinata. 

Los primeros meses entre ambos se habían desarrollado de maravilla…

Ante ese pensamiento, Naruto frunció el ceño frente al espejo, enviándose una mirada de: “Sabes que eso no fue tan cierto-ttebayo…” pues… sí, había ido de maravilla, excluyendo el hecho de que su interés por Sasuke, alguien a quien supuestamente jamás conocería, seguía incrementándose (volviendo molesto incluso para sí mismo) y que Hinata no estaba demasiado conforme con los avances que se habían dado entre los dos.

Naruto negó con la cabeza frente al espejo al darse cuenta de que jamás pasar haber de besos poco profundos, y el darse de la mano de vez en cuando, no tendrían conforme a una persona normal. Pero la verdad era que en su interior todavía no tenía deseos de avanzar más allá, después de todo, sus sentimientos por Hinata eran confusos y no sabía cómo solucionar eso.

Y eran confusos porque simplemente no podía verle como algo más que una amiga.

Aún así, algo en su interior le decía a la vez, que Hinata no se merecía que él dejara de intentar quererla después de lo buena y comprensiva que había sido con él durante todos esos años. Por suerte, la aparición de alguien que aparentemente le estaba vigilando le ayudó a encontrar un alivio con respecto a su “relación” con Hinata, sin embargo, eso le había traído otro tipo de problemas. Al mostrarse tan tenso frente a esta situación, después de decidir solucionar el asunto de una vez por todas acercándose al hombre que parecía seguirlo, tanto Sakura como Hinata decidieron hacer algo por él.

No pudo evitar emocionarse levemente ante el recuerdo de la primera vez que se encontró frente a este nuevo Sasuke y el impacto que su presencia provocó en él antes de escuchar su voz.

Prácticamente le habían obligado a presentarse en aquella oficina pero, en ese momento, agradecía haberse visto forzado a hacerlo. Si no lo hubiese hecho, tal vez jamás se habría reencontrado con Sasuke, jamás habría rememorado todo lo que vivieron juntos, y por supuesto, jamás habría reparado en aquello que le hacía falta por cumplir estando a su lado.

Si el destino le había dado otra oportunidad debía ser por una razón: ¿Por qué dejarle vivir de nuevo sin que existiera alguna posibilidad de cambiar lo que hizo? Podría no ser el Uzumaki Naruto original pero, en su interior guardaba los mismos sentimientos y la misma obstinación que hace siglos tuvo, y había alguien que podía atestiguar que su obstinación era mucho mayor si se trataba de Sasuke… al igual que sus sentimientos.

Seguramente, Kurama estaba al tanto de todo lo que les estaba pasando, era un zorro astuto después de todo y no revelaría algo como aquello fuera de tiempo. Naruto agradecía internamente esa parte de su antiguo compañero. Aunque, no podía evitar sentirse avergonzado por su comportamiento la primera vez que se vieron en esta vida.

¿Habría notado Sasuke su molestia al creer que Kurama era lo más importante para él? Naruto esperaba que no, sin embargo, podía estar seguro de que Kurama se lo sacaría en cara uno de estos días. Ya que al final, Kurama siempre estuvo al tanto de sus pensamientos y percibía cada una de sus emociones. Siempre supo lo que Naruto sentía por Sakura, por Hinata y por supuesto, también sabía lo que llegó a sentir por Sasuke, incluso hasta pocas horas antes de su muerte.

Posiblemente, a causa de esto mismo, Kurama podría intuir el porqué de su regreso. Rió con nerviosismo ante el recuerdo de sus palabras dichas tras comprobar que su sonambulismo se debía a que quería dar con Sasuke. Era verdad que estaba avergonzado, y mucho, por haber estado en busca de un “tipo” con tanta efusividad y más aún porque él mismo había buscado saber de él por todos esos años sin caer en la cuenta de lo extraño que era hacerlo.

Y ahora que tenía sus memorias de vuelta, sabía que este problema del sonambulismo había comenzado a la misma edad que tenía cuando, en su vida pasada, Sasuke se hubo marchado de la aldea. Había sido su gran deseo de traerlo “de vuelta” o “encontrarle”, lo que había incrementado la intensidad de sus esfuerzos con el paso de los años. El deseo de encontrar a Sasuke siempre estuvo presente en su nueva vida y, a pesar de no haberse percatado de ello hasta ese instante, era tan intenso como su deseo de protegerle. Estaba claro que su sonambulismo regresó a causa de haber visto sufrir a Sasuke esa noche, seguramente, queriendo encontrarlo para “salvarlo”.

Mirando sus manos, recordó la noche en que sin pensarlo, le abrazó para despertarle de esa pesadilla, verlo sufrir le había sorprendido tanto que no pudo evitar actuar por instinto para, de alguna manera, aminorar su dolor. Incluso ignorando el hecho de que luego se avergonzaría demasiado por ello. Ahora que lo pensaba, Sasuke tampoco se había alejado de él esa noche… al igual que hacía pocos minutos, allí en el hospital.

Sonrió ilusionado ante la idea de un Sasuke que no le rechazaría, pero moviendo ligeramente la cabeza, se negó a esperanzarse demasiado, todavía tenían muchos asuntos por resolver para alcanzar la meta que tenía en mente. Aunque todo quedaría en la nada si Sasuke se oponía a ello…

Impidiendo que el negativismo lo consumiera, decidió alejar ese último pensamiento.

—Esta vez, todo saldrá bien-ttebayo.

Algo más animado, salió por fin del baño donde se había encerrado para volver a la cama, pero antes asomó un poco la cabeza hacia el pasillo para verificar si alguna enfermera estaba cerca. No vio a nadie, por lo que supuso que tenía algo de tiempo todavía antes de que volvieran para hacerle otras revisiones. Ya de vuelta en el interior, se acercó al armario que había en la habitación con la esperanza de hallar ahí su teléfono celular, pues necesitaba llamar a Sasuke para confirmar algunas cosas, pero no había nada en el interior además de la ropa con la que había caído en “sueños”.

—Maldición…— murmuró, después de alejarse del armario.

A paso desganado, regresó hasta la cama sin la posibilidad de comunicarse con alguien fuera de ese lugar. Ya recostado, dirigió su mirada hasta la ventana, enfocándose en los tonos grises del cielo.

Se parecía al cielo que vio horas antes de morir con el cuerpo de Sasuke a su lado. ¿Qué habría cruzado por la mente de Sasuke antes de marcharse esa vez? ¿Habría pensado en él antes de morir, al igual que él lo hizo con Sasuke? Seguramente Sasuke ya recordaba eso…

¿Habría deseado él poder verle, aunque fuera solo una vez más?

Naruto levantó una mano y formó un puño antes de llevarlo a su pecho. Lo más probable es que la respuesta a esa última pregunta fuera: “NO”.

Sasuke había reiterado que él no conocía la razón por la cual ambos regresaron y Naruto, habiendo recuperado sus memorias tan recientemente, todavía no podía creerse el verdadero por qué de su regreso. Kaya había tenido razón al suponer que su detonante fuera también su razón para traerlos de vuelta, ella realmente era una niña inteligente.

Sin previo aviso, un escalofrío le recorrió la espalda al visualizar la imagen de Kaguya en su cabeza y la batalla que tuvieron contra ella. Definitivamente quería evitar que aquello se repitiera, prefería ayudar a esta niña, aunque no fuese parte de lo que verdaderamente tenía que hacer, que dejar el mundo en manos de un enemigo que en esos tiempos no tendrían forma de detener.

.

.

 

A la mañana siguiente, Naruto despertó tras oír varias voces a su alrededor. Kaya parecía estar intercambiando ideas con Sakura. Se oían tan relajadas y en sintonía que Naruto permaneció sin abrir los ojos mientras hablaban.

—…eso quiere decir, que a final de cuentas si le agradas. — dijo Sakura, con un tono algo infantil.

—Sí, creo que sí.— La voz de Kaya parecía algo dubitativa.

—El dice que no le gustan los niños, pero te compró esto… eso quiere decir que le agradas, Kaya-chan.

“¿Kaya-chan?”

—No lo sé. — respondió la niña, inclinándose más hacia la opción de que Sasuke simplemente se sentía responsable por ella…además de que su forma de pensar y la de él coincidían solo un poco.

—… ¿Y a ti te gusta Sasuke, Kaya? — preguntó Sakura de la nada y Naruto se alarmó un poco.

“¿¡Qué clase de preguntas le haces a una niña pequeña, Sakura-chan!?” Pensó Naruto.

—¿Qué se supone que estás preguntando? Sakura. — Interrumpió de pronto la voz algo molesta de Sasuke, quien al parecer había estado fuera de la habitación.

—No es nada extraño, Sasuke… ¿Verdad Kaya-chan?

—…

Ante el silencio de la niña, Naruto decidió abrir sus ojos. Cuando lo hizo, Kaya parecía estar un tanto avergonzada por la situación, Sakura sonreía con calidez y Sasuke suspiró, con cansancio.

—Estás incomodándola, Sakura. — dijo Sasuke, con molestia. — No tienes por qué responder a algo así, Kaya. — agregó, intentando calmar a la niña.

Y lográndolo. Naruto se sorprendió por ello. Al parecer habían sucedido varias cosas interesantes mientras estuvo inconsciente.

—Me agrada Sasuke. — respondió la niña de todas formas, sorprendiendo en parte a Sasuke. — Y el vestido también.

Naruto prestó atención a la vestimenta de la niña y claramente, no llevaba puesto lo mismo con que la vio la última vez.

—Luces bien en él, Kaya. — Cuando Naruto habló, todos lo miraron directamente. Sakura se sorprendió, pero luego rió un poco, Sasuke no lo miró por mucho tiempo, desviando un poco la mirada y Kaya, le sonrió con la autosuficiencia que había visto solo en una persona antes que en ella.

—Lo sé… — Le respondió la niña, acercándose hasta él. — Hola, Naruto.

—Hola…

—Por fin despiertas… — comentó Sakura, acercándose un poco también. —¿Cómo te sientes?

— De maravilla, Sakura-chan.

Ella le sonrió con alivio.

—El doctor dice que podrás irte a casa mañana si los chequeos de hoy dan buenos resultados. — Naruto asintió, feliz de poder irse de allí lo más pronto posible. — Aunque, de acuerdo con tu diagnóstico, tendrás que permanecer en casa por dos semanas más como mínimo. 

Normalmente, Naruto se sentiría terriblemente mal por tener que ausentarse al trabajo por todos esos días, pero en sus actuales condiciones, la licencia médica le venía como anillo al dedo. Podría enfocarse en ayudar a Kaya sin preocuparse por nada más, a parte claro, de resolver sus otros asuntos pendientes.

Uno de esos asuntos estaba en ese momento, de pie junto a la ventana y mirando hacia el exterior, como si la vista desde allí fuese lo más interesante del mundo. Naruto frunció el ceño, molesto ante los evidentes intentos de Sasuke por evitarle. ¿Por qué ahora no lo miraba? ni siquiera se habían saludado como correspondía. Además, si iba a ignorarle ¿Por qué diablos le había abrazado con tanta fuerza después de que se despertó? …Al parecer se había ilusionado demasiado rápido, después de todo, Sasuke siempre llevaba todo a su propio ritmo, uno que la mayoría de las veces era demasiado lento.

—¿Naruto? — le llamó Sakura al notar lo perdido que estaba en sus pensamientos. Ella lo miraba confundida pero, un segundo más tarde miró hacia donde él lo hacía y sonrió. — Ahora lo vez así pero, ha venido cada día desde que caíste en ese estado.

Naruto no pudo evitar notar la leve tensión presente en los hombros de Sasuke tras oír esas palabras. Pero Naruto no hizo nada más que reír ante ello. Después de cómo Sasuke le había tratado desde que se conocieron, debía suponer que él ya sabría que se preocuparía por él mientras estaba inconsciente, y aun así, no quería ser expuesto de esa manera.

Mientras reía, Naruto pudo oír un chasquido provenir desde Sasuke. Estaba claramente irritado.

—No tienes porque enfadarte por eso, bastardo… — le dijo, Naruto, y Sasuke por fin le dirigió la mirada.  — Es algo que los amigos harían.  — añadió.

Sasuke cerró sus ojos un momento antes de suspirar con cansancio.

—Tienes razón… — aceptó Sasuke al final, pero Naruto distinguió algo en su tono de voz que no le agradó para nada.

—…Hambre.—dijo Kaya de pronto, irrumpiendo en los pensamientos Naruto. — Tengo hambre, Sasuke.

—… ¿Tan rápido? — le cuestionó Sasuke a la pequeña con desconfianza.

Al parecer durante los días en que estuvo con ellos esa no era su forma de ser habitual. Kaya solo le asintió, en silencio.

—… No te preocupes por eso, Sasuke.— Los interrumpió Sakura, con aburrimiento. — ¿Qué tal si vamos por algo de comer? —se dirigió esta vez a la pequeña. — Creo que necesito algo para mí también. — agregó, apresurándose a llegar junto a la pequeña y empujarle hasta fuera de la habitación junto con ella.

Cuando ambos se quedaron solos, al fin, Sasuke le observó directamente por unos segundos casi eternos y a Naruto, inevitablemente, se le aceleró un poco el corazón. Era como si Sasuke intentara descifrar algo en él después de todo lo que había pasado. Un segundo más tarde, entrecerró los ojos como si eso fuese de gran ayuda, pero luego se volteó nuevamente hacia la ventana y se afirmó en ella, mirando hacia el exterior. Otra vez.

Naruto se molestó una vez más, estaba claro que Sasuke no quería hablarle todavía.

—¿Qué se supone que es tan interesante allí afuera-ttebayo?

Sasuke simplemente dirigió su mirada hacia él sin moverse ni un centímetro, y Naruto se cruzó de brazos más irritado todavía. Sin embargo, algo inesperado sucedió. Sasuke rió levemente ante su última reacción.

—¿Eh?

—Idiota, ¿No puedes soportar que no te preste atención por un momento? —le preguntó Sasuke, sin mirarle todavía, pero con una mueca que indiscutiblemente daba a entender que más que estarle preguntando, se burlaba de él.

Naruto sonrió a pesar de sentirse irritado por ello, porque sí, le había descubierto, aunque no tenía por qué saberlo todavía. 

— No te creas tan importante, bastardo… Se supone que hay cosas importantes de las cuales hablar.

Sasuke le vio directamente esta vez y se acercó hasta donde estaba para sentarse a su lado.

—Eso puede esperar un poco más —. Dijo al final, con tanta seriedad, que Naruto no pudo evitar ponerse nervioso.

—P-pero…

—Sé lo difícil que es recordar todo lo que vivimos. — Le recordó Sasuke, acomodándose más en su asiento.

Y Naruto estuvo de acuerdo con él pero no del todo, pues sabía cuán difícil había sido para Sasuke aceptar todo eso, sin embargo, para él estaba siendo un tanto más sencillo. Quizás, se dijo Naruto, se debía a que él si tenía deseos de regresar un día.

 — Necesitas tiempo, Naruto… No te fuerces. — demandó Sasuke, al final.

Naruto, sorprendido ante la actitud de Sasuke, tardó un poco en reaccionar, sin embargo, no sucedió lo mismo con sus emociones. No podía evitar sentirse feliz aunque no lo demostrase en su rostro, por darse cuenta de que la preocupación que Sasuke demostraba tener por él antes de que todo eso pasara, continuaba estando allí, y no porque Naruto supiera quien había sido él hace siglos, esta preocupación en Sasuke desaparecería.

Si hubiese seguido siendo como antes de “dormir”, Naruto seguramente habría desviado la mirada, pero ahora era diferente. Sasuke seguía teniendo, al igual que él mismo, prácticamente la misma apariencia que él en su anterior vida, pero de alguna forma, sus emociones eran un tanto más fáciles de ver ahora en las expresiones de su rostro… ¿O sería a causa de que él mismo no se negaba a reconocerlas?

De pronto, la expresión de demanda en Sasuke cambió, por una de autosuficiencia, y Naruto supo por esa leve sonrisa en los labios del otro que diría algo que le molestaría.

—Aun así, Naruto… no esperes que te dé otro abrazo como el de ayer… — le dijo Sasuke con una sonrisilla, y Naruto sintió arder sus mejillas. — Deberías saber que dar consuelo no es lo mío. — Y cuando agregó eso, la decepción también hizo aparición en él.

¿Así fue como lo entendió Sasuke, cómo una simple búsqueda de consuelo? Aunque, claro, podría considerarlo como un consuelo pero, definitivamente no era en el modo en que Sasuke pensaba. Naruto no quería un consuelo, él quería ser el consuelo de Sasuke. Él quería demostrarle sus sentimientos con ese abrazo, quería decirle cuanto lo había extrañado, y cuánto lo sentía por no recordar antes el destino al cual prácticamente le obligó a repetir en esta vida. 

—No necesito ningún consuelo tuyo-ttebayo.  — dijo Naruto en cambio.

—Supongo que es lo más razonable. —respondió Sasuke, cruzándose ahora de brazos. —Si lo quieres, pídeselo a Sakura, a Hinata o a alguien más…

Ante esa última frase, Naruto se molestó nuevamente, pero esta vez, consigo mismo. Sabía exactamente qué era lo que insinuaba Sasuke con esa frase, pero él no necesitaba abrazos de nadie más. Necesitaba reparar ese malentendido de una vez por todas.

—Sasuke, eso no es-

— ¡Hemos vuelto! —Les interrumpió Sakura, adentrándose en la habitación sin que ellos se lo esperaran y ella, al notar algo tenso el ambiente, se detuvo a dos pasos de la puerta. — ¿Pasa algo?

Sasuke se levantó del lugar donde tomó asiento momentos antes y se acercó nuevamente a la ventana, dándole la espalda a Naruto.

—No es nada, Sakura.

Naruto, al ver su reacción, se llevó ambas manos a la cabeza y se envolvió en sí mismo. Justo cuando comenzaban a retomar la confianza entre ellos, después de la breve tensión que se interpuso entre ambos, pasaba eso…

—¿Naruto? — escuchó luego la voz de Sakura llamándole. — ¿Te encuentras bien?

Para no preocupar a su hermana, levantó un poco la cabeza y con un aire de resignación le asintió con un breve movimiento de cabeza.

—Estoy bien, Sakura-chan~  —respondió de todas formas. No podía enfadarse con su hermana por interrumpir algo que él debió aclarar hace muchísimo tiempo.

Enderezándose en la cama un momento después, dirigió su mirada hasta Sasuke pero este seguía dándole la espalda, sin embargo, la expresión en el rostro de la pequeña Kaya que estaba junto a él, le dijo todo lo que debía saber para convencerse todavía más.

Tomando un profundo respiro se dijo que no podría esperar más tiempo.

Apenas saliera de aquel lugar, comenzaría a aclarar las cosas y enmendar sus errores uno por uno. No dejaría todo a la deriva con Sasuke esta vida.

¡No desperdiciaría esta última oportunidad, no señor!

Después de todo, ¡él había sido Uzumaki Naruto-ttebayo!

Notas finales:

Que puedo decirles de este capítulo… fue bastante difícil de escribir, sobre todo por que como dije antes, Naruto es un tanto complejo para mí, pero aun así espero que el resultado haya sido, al menos en parte, de su agrado. 

Ay Hinata… Hinata tiene sus razones para actuar como lo hace, de hecho, las ha tenido desde hace muchísimo tiempo.

¡Y sí!, ¡nuestro Naruto ha estado confundido por mucho tiempo!, y por eso mismo fue que Sasuke jamás notó que Naruto estaba teniendo “algo” con alguien más… y sus conductas extrañas alrededor de Sasuke también se debían a eso jajaja… Simplemente él no podía encontrar un sentido a lo que extrañamente sentía, pero, solo bastó que esto de las memorias le aclarara todo para que tomara una decisión.

Bueno, todavía faltan bastantes cosas por resolver así que, hasta la próxima actualización~


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