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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del capitulo:

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~La razón~

El dilema de Naruto.

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Una promesa de “amor” que prometía durar para siempre y que nació en base a miradas secretas y una confesión pronunciada en medio de la guerra olvidada por años, como un choque, llegó hasta Naruto en un momento de su vida en que un propósito ajeno al de ser Hokage, le hacía falta.

Por causa de los giros extraños del destino, esta ilusión fue forzada a reconocerse sólo como eso, una mera ilusión, muchos años más tarde…

Tenía diecinueve años cuando la primera idea de un amor romántico hacía él, se expuso ante sus ojos. Y no por su propia cuenta claro estaba, Sakura había ayudado mucho. Rió al recordar como todos creían que confundiría este tipo de amor con su amor por el ramen. El no era tan ingenuo, jamás lo fue. Sin embargo, él reconocía que a esa edad se sentía completamente enajenado de sí mismo. Pero no culparía a Sakura de sus acciones, claro que no, ya que cada una de sus afirmaciones habían sido entregadas por él y las acciones las efectuaba él mismo, con sus propias manos.

Podía reconocer ahora, casi veinte años después, que a sus diecinueve años sentía tal necesidad de encontrar “algo”, que su instinto le ayudó a marchar y a perseguir algo que creyó nuevo, atrayente y hermoso, pero solo en ausencia de algo más.

 Quiso reír, pero un indicio de dolor se lo impidió. Con el fin de distraerse, miró hacia arriba. El cielo frente a él tenía un extraño color. Le recordaba a los ojos de Hinata, a ella, su ilusión de un amor extraviado, un refugio de cristal que con el paso del tiempo se trisaba cada vez más.

Él la quería, era una certeza, pero no de la manera que le hubiese gustado quererla. Creyó quererle hasta el punto de amarla por un tiempo, pero de eso hacía bastantes años ya. Él aún quería a su refugio con el egoísmo de un niño y ese, en parte, era su dilema. Este dilema, fue creciendo con el paso de los años, pero más que llenarle la vida de incertidumbre, esta se tornó más clara que las gotas de lluvia que en ese instante caían del cielo.

Mientras más grande se volvía su dilema, más claramente veía los errores que había cometido durante su vida. 

Le dolía el corazón.

Al ver al cielo pensó en Hinata, llorando. Agradecía, egoístamente, que no le hubiese visto llorar mucho durante su matrimonio. Hinata poseía un tipo de fortaleza extraña, que según su hermana menor, Hanabi, poseía desde la niñez. Al parecer esta fortaleza contenía una mezcla de resignación y terquedad.

Ella no lloró frente a él, ni a causa de él, hasta ese día. Después de tantos años, Naruto podía decir que le conocía pues ambos se habían convertido en amigos. Y ella, como madre de sus hijos, solamente había llorado por ellos frente a él. A causa de ser madre, Hinata tenía la capacidad de ver, saber, e ignorar muchas cosas a la vez. Porque ignorar era más fácil y evitar era más sencillo que enfrentar la verdad. Sin embargo, Naruto no podía juzgarle porque él también actuaba de la misma manera.

La rutina diaria permitía ocultar aquello que pulsaba con salir a la luz.

Sin demasiado tiempo para mantener una conversación decente, había cosas que no se podían aclarar y los clones de sombra le quitaban seriedad a temas como aquellos. Aun así, Naruto sabía más de lo que dejaba ver ya que, dijeran lo que dijeran, el reconocer emociones era algo que se le daba con naturalidad al prestar la debida atención. Y Naruto sabía, que día tras día, Hinata sufría en silencio. Este sufrimiento silencioso lo notó por primera vez algunos meses tras su ascenso a Hokage, no obstante, ese sufrimiento no se compararía al que le siguió después.

Naruto podía separar su vida tras convertirse en Hokage en tres partes: La primera, era la preocupación por sus hijos, porque sí, él quería a sus hijos. Y luego, estaban las dos partes restantes, que dependían básicamente de la presencia o ausencia de Sasuke.

Sasuke…

Uchiha Sasuke era la segunda parte de su dilema. Naruto cerró los ojos para distanciarse del recuerdo de los ojos llorosos de Hinata, y llegar a la oscuridad llena de secretos que contenía la mirada de su, hasta ese día, mejor amigo. Al sentir un hormigueo en sus pies, recordó que no podía pensar en Sasuke sin pensar en Sakura a la vez. Ella, su compañera de equipo y amiga, la tercera parte de su dilema.

Sakura, su amor de la infancia. No importaba los años que pasaran, jamás dejaría de verle como una mujer hermosa. Podía recordar claramente como estaba de alegre tras el regreso de Sasuke a la aldea. El sonrojo que se asomaba en sus mejillas cada vez que hablaba de él.

Un escalofrío repentino le recorrió el cuerpo. Decidió ignorarlo.

Con dolor, Naruto vislumbró entre sus memorias como aquella felicidad que irradiaba Sakura, se fue apagando al igual que la de Hinata con el pasar de los años. Al principio, Naruto se preguntó de una y mil maneras que estaban haciendo mal, y la respuesta llegaría al menos para él con el pasar del tiempo, cuando al fin tuvo la oportunidad de reflexionar acerca de todo lo sucedido a lo largo de su vida. Cuando las respuestas se le presentaban por sí mismas y no eran fáciles de asimilar. No tardó demasiado en crear oportunidades para confirmar cada sospecha que crecía en su pensamiento.

Desde luego, acertaba con ellas la mayoría del tiempo.

La primera vez que se dio cuenta de que no estaba enamorado de su esposa, fue un gran impacto. Incluso intentó por cualquier medio ocultar a Hinata ese hecho, para no causarle más daño. A estas alturas, Naruto estaba seguro de que ella lo supo mucho antes de que él mismo se enterara, y aún así, Naruto sabía que ella le seguía queriendo como al principio.

Naruto tampoco le podía juzgar en ese punto.

Hacía varios años ya, que Naruto se percató de que era muy difícil explicar todo el espectro de los sentimientos. Era increíble como algo tan grande, podía nacer de un impulso tan pequeño a los ojos de todos. Sus propios sentimientos eran un lío y clasificarlos él mismo a base de palabras, le habría sido igual o más difícil que luchar en la cuarta guerra ninja.

Naruto comprendía a estas alturas, que las batallas internas eran mucho más complejas que aquellas que se daban con golpes y a este tiempo, Naruto batallaba la última de ellas y sorprendentemente, su mente no estaba hecha un lío, pero su corazón sí. El dilema de Uzumaki Naruto era uno que involucraba su corazón. Uno que tenía cuatro caras, que desde sus diecinueve años fue acrecentándose lentamente como un castillo de naipes que al final tenía como innegable destino su destrucción.

Naruto quería pensar que él podría solucionar algo, pero esa no era más que solo otra ilusión en la cual no se permitiría caer.

¿Había un culpable allí? Probablemente fueran los cuatro.

Porque, aquel lazo materializado en lana roja que tanto esfuerzo le tomó construir a Hinata y que ambos intentaron mantener unido, se había destrozado casi por completo con el descubrimiento de la ilusión que trajo el paso del tempo. Porque, para lo que para Sakura significaba un cariño sincero, para el otro solo era un acuerdo que tenía más contras que cosas positivas. Y porque, los significados que cada uno le otorgó a sus vínculos más importantes durante sus vidas, pasaron por encima de lo que debían proteger, llevándoles a cometer tantos errores que ya no se podían reparar.

Probablemente, Hinata no debió considerar esta ilusión como un regalo merecido del destino, quizás, Sakura no debió resignarse a una vida con Sasuke esperando por algo que jamás se daría en su totalidad. Quizás, Sasuke no debió ceder ante Sakura y sobretodo, quizás él mismo, Naruto, no debió dejar la responsabilidad en otros para darle significado a sus sentimientos.

Naruto abrió nuevamente los ojos al no sentir más la lluvia caer sobre él. Comenzaba a oscurecer y las nubes que tanto le recordaban a Hinata cuando por fin pudo aceptar que él no le amaba, se habían ido por completo del cielo que le cubría.  Ahora, los colores se mezclaban en el cielo a causa del atardecer y pudo reconocer su realidad expresada ante sus ojos. Entre el naranja cercano al sol, y el lejano color oscuro del cielo nocturno se podían ver el rosa y el violeta, el intermedio del día y la noche.

Sakura y Hinata entre Sasuke y él.

Ambos se habían casado, Sasuke tenía una hermosa hija y él dos preciosos hijos. Y ambos los querían, de eso estaba seguro. Naruto no se arrepentía de haber tenido a Boruto y Himawari, pues con ellos conoció lo que significaba ser un padre, a pesar de no haber cumplido como debería haber hecho todo el tiempo. Le gustaba pensar que no se equivocaba al creer que Sasuke quería a Sarada tanto como él quería a sus propios hijos.

Por otra parte, Naruto jamás podría saber si Sasuke le quería a él.

Levantó con bastante esfuerzo las comisuras de los labios para formar, dolorosamente, una mueca que pretendía ser una sonrisa. La culpa que comenzaba a extrañar regresó punzante a su cuerpo, como una herida que nunca sanaría del todo, porque existen situaciones que no se pueden remediar.

Se sentía culpable cada día desde que supo que no amaba a su esposa de la forma que creía, cada vez que Hinata le sonreía fingiendo no saber nada para mantener aunque fuera un poco, lo poco que quedaba de la ilusión que construyeron juntos. Culpable cada vez que tenía oportunidad de hablar con Sakura y aliviarse al saber que Sasuke no pasaba mucho en casa.

Aún así, esa culpabilidad no se comparaba para nada con aquella que sentía cada vez que estaba junto a Sasuke, su mejor amigo, su primer vínculo, su complemento. Aquel a quien casi quince años después de la guerra se dio cuenta que anhelaba más que a nadie, más que la presencia de sus padres, más que Hinata, incluso deberían perdonarle por esto… a quien quería incluso más que a sus hijos.

La culpabilidad era su dilema. Sentía que había traicionado a Hinata, a Sakura, a Sasuke, y sobre todo a sí mismo. Y esta culpabilidad aumentaba al no haberse percatado de ello hasta que sintió que muchas cosas en su vida no encajaban, que la emoción de ver a Hinata todos los días había desaparecido y que esto sucedía cada vez que Sasuke regresaba y que aumentó cuando este llegó para quedarse. Cuando se percató de que aquello que creyó era la felicidad en Sasuke, no era más que la resignación a sus condiciones…cuando entendió que una simple frase pudo haber cambiado el destino de todos para siempre.

Una fuerte presión se instaló en su garganta en respuesta a lo que el dolor en su pecho significaba. Porque decir esa frase ahora era inútil, simplemente existen acontecimientos en la vida en los que no se puede dar vuelta atrás.

Ignorando el dolor en su cuello, giró lentamente su rostro hasta que la imagen de la pálida piel de Sasuke, ahora probablemente fría y su oscuro cabello iluminado por la luz de la luna quedaron frente a sus ojos. Un leve sollozo quería salir de entre sus labios, pero en lugar de eso, solo mordió sus labios, incapaz de detener el reflejo de su incesante dolor materializarse en gruesas lágrimas.

Lentamente, quiso levantar su mano hasta la altura del rostro de Sasuke para sentirle por última vez, pero el adormecimiento en sus extremidades se lo impidió. El dolor en su pecho se hacía cada vez más grande al darse cuenta de que jamás podría intentar averiguar lo que ocultaban sus ojos oscuros cada vez que le miraba. Su instinto le había dicho durante años que Sasuke añoraba su compañía tanto como él mismo lo añoraba. Sin embargo, jamás podría decírselo, no ahora que de verdad se había ido.

Las lágrimas le impedían ver claramente el perfil de su mejor amigo, que de ahora en adelante dormiría eternamente. Ya no sentía nada más aparte de su respiración entrecortada y el dolor de la pérdida que poco apoco se volvía más tenue. Naruto sabía que su hora estaba llegando y sabía que a diferencia de sus anteriores vidas, al haber resuelto el ciclo de odio, su única esperanza de reencontrarse otra vez con Sasuke desaparecía en la nada.

Naruto deseaba con todo su ser, tener solo una oportunidad más para verle otra vez, para poder decirle lo que en esa vida no pudo, lo que tardó tanto en reconocer.

Su respiración era cada vez menos profunda y su azul mirada se oscurecía lentamente con el pasar de los segundos, alejándole de Sasuke. Cuando ya no pudo ver más y su respiración amenazó con ser la última, con todas las fuerzas que le quedaban, un simple pensamiento se liberó.

La única verdad jamás pronunciada en sus labios.

“…Lo único que necesitaba para ser feliz, eras tú…Sasuke”.

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El sonido del despertador le sacó de aquel sueño repleto de recuerdos dolorosos. Sentándose en la cama, colocó su cabeza entre las piernas y abrazó estas con sus manos, intentando encontrar un refugio dentro de sí mismo pero sin lograrlo en lo absoluto. Afuera, el sonido de la primera lluvia de la temporada en Konoha aumentaba todavía más su sensación de angustia. Naruto se preguntó, en ese momento, cómo había podido Sasuke vivir siendo asediado por lo que él llamaba “pesadillas” noche tras noche, a lo largo de tantos años.

—No se le puede llamar descanso a esto-ttebayo — Murmuró Naruto, quien sentía que en vez de haber dormido, había pasado dos días sin descansar para nada.

Desanimado, se levantó de la cama para iniciar el nuevo día en su nueva vida. Había sido dado de alta el día anterior y en ese momento se encontraba en su propia casa, donde Sasuke y Kaya le dejaron el día anterior.

Después de la interrupción de Sakura aquel día en el hospital, fue bastante difícil para Naruto recuperar el ritmo natural de conversación con Sasuke. Este, a pesar de no lucir cansado, se mostraba extraño frente a él en un modo diferente y de manera casi imperceptible. Al igual que antes de que Naruto recordara todo su pasado, Sasuke seguía preocupándose por él, y lo había demostrado yendo a buscarle el día anterior para llevarle de regreso a casa, además, le había preguntado cómo se sentía y le reiteró enfáticamente que debía descansar bien antes de ir con Kurama una vez más. Sin embargo, de alguna forma, Naruto sentía que su preocupación por él se limitaba por algo que no se podía ver a simple vista. Sasuke parecía dubitativo, e incluso Naruto se atrevía a decir, confundido. Cada vez que le dirigía la palabra con la naturalidad que siempre habían tenido, podía vislumbrar en Sasuke la casi imperceptible incredulidad en sus ojos, una que duraba menos de un segundo.

Tras su merecido, pero poco relajante baño, comió y tras unos breves arreglos salió de casa a paso apresurado para llegar a su auto. Llevaba un paraguas con él, pero la lluvia de antes se había transformado en una leve llovizna por lo que no lo utilizó.

Debía ir al colegio donde enseñaba para entregar su licencia médica. Esperaba que el plan que Kurama tuviese en mente, diera frutos durante el tiempo que esta licencia le brindaría debido a sus “condiciones médicas”.

Al llegar al recinto, la directora se mostró un tanto incrédula al verlo aparecer así como así tras el diagnóstico que le dieron en el hospital. Seguramente, ella no se esperaba que fuera él mismo en sus “condiciones” a dejar el documento. Naruto lo ignoró.

Dejando todo claramente acordado, salió de la oficina de la mujer para marcharse del lugar.

—¿Naruto-sensei?—Una voz femenina le llamó antes de que saliera del lugar. Naruto se detuvo y se volteó hacia esta. Era una de sus compañeras de trabajo, posiblemente quien le cubriría por el tiempo que estuviese fuera.

—Buenos días.— respondió.

—Me impresiona verle por aquí… ¿Se encuentra bien?— preguntó con habitual cortesía.

—Se podía decir que sí, gracias por preguntar.

—Ese día quedamos todos muy preocupados… ¿Volverá pronto a dar clases? Lo niños le han extrañado.

Naruto sonrió algo avergonzado, pues aún después de todos esos años, no podía acostumbrarse a que le dijeran que sus alumnos le tenían en alta estima. A pesar, claro, de sentirse internamente orgulloso de ello.

—Lamento eso… y no, no volveré por unas semanas.— Dijo, sin evitar sentirse algo decepcionado. Naruto podía decir que amaba lo que hacía, demasiado.

Después de unas pocas palabras más, su colega le dejó marchar.

La llovizna afuera ya había cesado, dejando solo las nubes grises cubriendo el cielo. Esperaba que no comenzara a llover otra vez. Cada vez que llovía Naruto se deprimía, aunque al regresar su vista al colegio podía adivinar que a la mayoría de sus estudiantes les agradaba mucho cuando se presentaba este clima.

Conduciendo de regreso a casa, no pudo evitar caer en la cuenta de un detalle que había dejado pasar. Seguramente, el ser un profesor tan dedicado a su trabajo se debía al pasado que le antecedía. Recordaba con claridad los problemas que tuvo con sus hijos en esos días y el sufrimiento que ellos sintieron a causa de sus problemas internos. Siempre sintió que debía compensar sus actos con respecto a ese tema y, solo tal vez, su pasión por entregarle algo valioso a esos niños, tuviera que ver con ese pasado lleno de tropiezos que solo causó dolor en sus dos hijos. Por supuesto, recordaba a Hinata también y sus intentos de llenar los vacíos que él dejaba en la vida de Boruto y Himawari, con las escusas que ella utilizaba también para tranquilizarse a sí misma.

Con rabia, apretó con fuerza el volante entre sus manos ante el recuerdo de sus intentos fallidos por dar con Hinata después de la charla que tuvieron en el hospital. Verdaderamente, necesitaba reunirse con ella para dar un fin claro a todo lo que les estaba pasando, pero estaba claro que ella pensaba de otra manera o simplemente, quería aplazar lo inevitable.

Hinata, a pesar de ser bastante tímida e insegura ante desconocidos, con él no lo era. Naruto podía asegurar de hecho, que se enfrentaba a sus problemas con fortaleza y que cuando quería lograr algo, ponía todo su esfuerzo en ello. Su “relación” por supuesto,  no había sido la excepción. Ella realmente quería conseguir que él le quisiera de la misma forma en que ella le quería, y por eso mismo, aún y con todos los rechazos, evitaciones y confusiones que él había experimentado en el último tiempo, ella siempre volvía a él para intentar hacerle cambiar de opinión. A causa de esto, le parecía demasiado extraño que ahora no lo hubiese hecho.

Aunque debía considerar el hecho, de que Naruto jamás le había negado un beso a Hinata antes de ese día en el hospital.

Decidido a finalizar con ese asunto lo más pronto posible, cambió de ruta, dirigiéndose a lugar donde Hinata estaba residiendo. Ella le había dicho que se estaba quedando con sus padres por un tiempo.

Posiblemente, cualquiera podía considerar que estaba apresurando demasiado las cosas, que había tomado conciencia plena de lo que sentía hacía apenas dos días y que por eso mismo estaba siendo demasiado impulsivo, sin embargo, Naruto sabía que aquello se había dilatado tanto tiempo como había sido posible. Esta era la decisión que debió tomar desde el principio.  

Tras estacionarse frente a su destino, decidió que llamar a Hinata primero sería una mejor opción antes de apresurarse a llamar a la entrada. Tomó su celular y marcó su número, pero el tono de llamada sonó y sonó hasta ser desviado al buzón de mensajes. Intentó dos veces más, pero aun así, nadie contestó, incluso podía estar seguro de que su último llamado fue cortado antes que los demás.

Hinata definitivamente no quería enfrentarle, pues Naruto estaba seguro de que en ese día ella se encontraba en casa y no en la universidad. Pero ya no podía esperar más. Si lo hacía, lo más seguro fuera que Hinata se tomara demasiado tiempo para volver a intentar verle. Sin darse por vencido, Naruto decidió intentarlo una vez más, pero esta vez lo hizo a la entrada de la mansión y… tuvo mejor suerte con ese último intento.

Tras presentarse como un amigo de su hija, el padre de Hinata le dejó pasar con algo de desconfianza en su mirada, pero Naruto sabía que no tenía nada en contra suyo, era simplemente su naturaleza sobreprotectora. Al detener sus pasos al interior de una sala a la cual el hombre le indicó que pasara, un pensamiento cruzó por su mente: ¿Cómo reaccionaría el hombre al saber lo que planeaba hacer? Inevitablemente comenzó a sudar de los nervios, nadie sabía de lo que sería capaz de hacer este hombre a alguien que siquiera intentase lastimar a su hija.

—Hinata se encuentra ahora en casa, sin embargo, no está dispuesta a recibir ninguna visita. — declaró el hombre con firmeza, y Naruto se sobresaltó solo un poco.

Pero él no se iría de allí así nada más.

—¿Sabe usted el motivo, señor? … — el hombre solo le vio más duramente. — Es solo que debía hablar sobre algo de suma importancia con ella.

—…puedo comprenderlo, aún así…

—¿Naruto-kun?…— les interrumpió Hinata de pronto, asomándose a la sala donde ambos hombres se encontraban — ¿Por qué estás aquí?

— …

—Este hombre dice que quiere hablar de algo importante contigo, Hija.

Hinata observó el semblante demasiado serio de su padre, y luego, posó sus ojos sobre Naruto. Un segundo más tarde, los hombros de su amiga, que hasta el momento lucían como de costumbre, se mostraron más relajados y Naruto supo de toda a tensión que había estado acumulando. Inmediatamente después, ella juntó ambas manos y sonrió, como siempre lo hacía para complacer a su familia y a él mismo, antes de hablar nuevamente.

—Está bien, papá. Naruto-kun se tomó la molestia de venir hasta aquí solo por eso… Hablaré con él.

El hombre junto a Naruto, le envió una severa mirada que claramente era una advertencia, antes de dejar el lugar cerrando la puerta tras de sí. Hinata, por su parte, suspiró tras la salida de su padre de la sala y le sonrió a Naruto una vez más, pero esta vez más que verse complaciente, parecía querer romper a llorar.

Naruto supo que esto no sería nada fácil, pero ya no había vuelta atrás.

Afuera, la lluvia cobró la fuerza que había tenido más temprano por la mañana y el sonido del agua contra el cristal de la ventana atrajo a Hinata como una distracción necesaria, antes de aceptar por fin lo que estaba a punto de suceder.

—¿No crees que hoy sea un día hermoso, Naruto-kun? — dijo ella, tocando la ventana con la palma de su mano derecha, y mirándole solo por un momento.—… supongo que no…— se respondió ella misma.— Jamás te han gustado los días lluviosos.

—No puedo negar eso.— concordó Naruto.

Después, un silencio intenso los rodeó y parecía que jamás podría ser interrumpido. Ciertamente, Naruto se había dirigido hasta allí con un propósito muy claro, pero en ese instante, no sabía cómo iniciarlo sin ser demasiado rudo. De pronto, una de sus conversaciones con Sasuke regresó a su mente, aquella sobre su rechazo a Sakura hace cuatro años.

De alguna manera, frente a esa situación, Naruto al fin pudo entender su severa posición.

—Lamento no haber contestado a tus llamadas, Naruto-kun. — dijo Hinata, interrumpiendo al fin su silencio y sacando a Naruto de sus pensamientos.  

—Yo lamento haber venido hasta aquí sin avisar.— Se disculpó él también, pues podía entender las razones de Hinata por evitarle.

—Ya no importa. No podría haber sido de otra manera. — Se resignó ella.— Al final, solo soy valiente encontrándome en mi propio territorio. No habría podido con esto… no allí afuera. — se sinceró al final.

Naruto solo empuñó las manos para darse valor frente a ella. Quizás Hinata no lo sabía, pero él tampoco era del todo valiente, después de todo, jamás había rechazado a una persona en esta vida.

—Hinata, yo…

—Sé lo que has venido a decirme, Naruto-kun.— Le detuvo ella, al notar su nerviosismo. — De hecho, ya está todo dicho, pero yo no quería aceptarlo.

Naruto relajó ambas manos al ver como estaba dejándose llevar por la opción más fácil, una vez más. Obviamente Hinata le había interrumpido para no tener que oír sus decisivas palabras., pero Naruto no podía dejarse llevar por ambigüedades que darían lugar a más confusiones en ese momento.  Debía ser claro, por ella y por él mismo de una vez por todas.

—Aún así… — retomó Naruto su hablar, con seguridad. — Hinata, debo decirlo claramente o esto no terminará jamás. — Por un momento, el pánico inundó las facciones de Hinata ante lo inminente, pero se recuperó casi de inmediato.— ¿Lo sabes, verdad?

Ella asintió con la cabeza.

—Lo sé. —dijo, y tomó un poco de aire con el fin de darse fuerzas. — Creo que… ya estoy lista, Naruto-kun.  

Hinata le miraba de frente y sus manos sostenían su propia ropa con fuerza, sin embargo, su casi blanca mirada estaba enfocada en él con firmeza, en espera de sus más sinceras y dolorosas palabras. Frente a ella, él se acercó solo un paso antes de hablar, esperando utilizar las palabras correctas para terminar con todo eso.

—Lamento no haberme enamorado de ti Hinata… — comenzó Naruto y ella respingó levemente en su lugar.— Eres una grandiosa mujer, bella y fuerte… además de una gran amiga. Sin embargo, Yo…— inspiró con fuerza antes de dar fin a su aclaración. — Yo amo a alguien más.

Hinata tembló inevitablemente por unos segundos, para luego voltearse una vez más hacia la ventana que estaba a su lado. Posando su mano otra vez en el cristal, suspiró largamente, antes de mirarle una vez más y darle una de sus típicas sonrisas que, en ese momento, era el esbozo más sutil de su dolor.  

—Gracias, Naruto-kun… Por intentarlo.  — Le dijo ella en respuesta, cómo intentando tranquilizarle, pero Naruto sabía que esas palabras eran más bien para tranquilizarse a sí misma. El la conocía, eran amigos después de todo. — Aunque tenía miedo, de alguna forma… me siento liberada en este momento.

Naruto se acercó hasta la ventana frente a la cual Hinata se encontraba y se detuvo a su lado para observar el paisaje fuera de allí también. Su corazón estaba más aliviado en ese momento, pero sabía que para Hinata no sería fácil toda esta transición, y él podía comprenderla. No se imaginaba que sería de él de ahora en adelante, no sabría qué hacer si estuviera equivocado con lo que creía ver en Sasuke. Estaba seguro de que jamás podría superarle… no lo había hecho en una vida por lo que dudaba poder hacerlo en esta… Esperaba, con sinceridad, que Hinata si lograra encontrar otra persona que pudiese hacerla feliz.

—¿Estabas pensando en algo triste, Naruto-kun?

—¿Eh? ¡No, claro que no! — negó con efusividad, moviendo ambos brazos frente a él en negación.— Es solo que me siento extraño con todo esto. Es que, tú…

—Por favor, no sigas con eso.— Le interrumpió ella, sabiendo hacia donde se dirigía Naruto con aquellas palabras. No quería que sintiera lástima por ella.— Yo…a pesar de mi apariencia delicada, sabía que esto pasaría algún día. —volvió a sonreír, sin embargo, esta vez no pudo sostenerla por más de un segundo. Ella no podía mirarle directamente. —Yo…— pronunció, con los labios temblorosos — ya lo sabía…

Naruto no pudo evitar dar un paso atrás al notar como las barreras de Hinata habían caído, dejándole ver cuán afectaba se encontraba en realidad. E intentó pensar en qué hacer para poder ayudarla después de todo aquello, como ayudarla siendo su amigo.

—Hinata…

—Y-yo siempre he sabido que amas a alguien más. — Le aseguró ella por fin mirándole, todavía intentando retener las lágrimas, pero cuando Naruto se acercó hasta ella y le abrazó sin saber que otra cosa más hacer, Hinata no pudo contenerse más.

Sus emociones se desbordaron por completo en forma de lágrimas… las lágrimas más amargas que había llorado en toda su vida.

—Y-yo siempre lo supe… — dijo nuevamente, con firmeza, y él solo pudo estrecharla más en respuesta, sabiendo bien lo que eso significaba, tanto en esta como en sus vidas pasadas. — ¡Yo siempre lo supe, incluso desde el inicio! — continuó Hinata tras un instante, casi gritando, ya que era la única manera de que sus palabras salieran claras mientras lloraba. — ¡Pero! ¡Fui una egoísta, Naruto-kun! Yo sabía, que estabas confundido… pero, ¡Pero! ¡Aún así, t-tomé provecho de ello! Y esperaba que un día…! ¡Que un día tú-! — Se interrumpió ella misma, aferrándose a Naruto con fuerza mientras sollozaba, pues sabía que sería el último abrazo que recibiría de él, tal vez para siempre.

Podía sentir como el cuerpo de Hinata temblaba entre sus brazos, quería detener su sufrimiento de alguna manera, pero, cualquier otra acción que tomara en ese instante podría significar para ella otra señal de esperanza, una que no quería ni debía dar. Aquel abrazo había sido su último recurso, pues era una acción que se permitió tener con ella, incluso antes de todo ese problema.

La lluvia afuera seguía cayendo, pero a cada minuto disminuía su intensidad. Después de lo que para ambos fue el tiempo más duro que compartieron a solas, ella relajó ambas manos cuando el llanto se hubo detenido y sus temblores hubieron cesado en su totalidad. Hinata se apartó de los brazos de Naruto con suavidad y dio un paso atrás.

—Hinata… lo siento.

—… Eres tan amable, Naruto-kun. — Le dijo ella ante su llamado, pero sin sonreír esta vez. No estaba enfadaba, sin embargo. Su rostro más bien demostraba la resignación ante el dolor que sentiría de allí en adelante a causa de esta realidad.  — Aún ahora, intentas consolarme.

—Es porque soy tu amigo, Hinata. — dijo Naruto, y ella desvió su mirada por un momento antes de estar de acuerdo con sus palabras.

—Lo eres. Pero no vuelvas a hacerlo, no quiero que lo hagas más. — Le pidió ella con tal seriedad que Naruto no pudo más que asentir en silencio. Hinata llevó una de sus manos hasta su cuello y algo avergonzada, continuó:— Realmente, no recuerdo cuando fue la última vez que me exalté de esta manera, incluso creo que estaba gritando.

Tras esas palabras, Naruto se sorprendió un poco al darse cuenta de que cualquiera les hubiese podido oír.

—Naruto-kun. — Le llamó ella de pronto, sacándole de sus pensamientos.

—Sí.

—Quiero que me prometas algo. — dijo Hinata, acercándose hasta él un poco más. Naruto no le veía tan decidida desde el día en que le confesó sus sentimientos, a pesar de que claramente su sufrimiento no se había ido. — Prométeme que harás que esto valga la pena.

Naruto se encontró confundido por unos segundos hasta que entendió que a lo que Hinata llamaba “esto”, era  su forma de dejarle ir.

—Cómo mi… como mi amigo, prométemelo. — reiteró ella.

Naruto sonrió.

—Lo prometo, Hinata-chan.

Ella también le sonrió, pero con una nostalgia dolorosa.

—…como dije antes, soy una mujer egoísta Naruto-kun, así que no puedo desearte felicidad, no ahora. — Naruto volvió a entenderle, ya que era imposible pedirle eso a alguien con quien acabas de romper. — Tal vez, un día lo haga… ya que sigues siendo un amigo, también.

Después de aquello, con algo que luchaba con parecerse a su amabilidad habitual, Hinata le pidió que se marchara. Debía aprender a lidiar con su nueva realidad de ahora en adelante, ya que, si todo se desarrollaba como ella intuía, todas las esperanzas que pudiese albergar a su corazón de ahora en adelante, estaban destinadas a la muerte.

—…tiene tanta suerte… Naruto-kun. — pronunció Hinata como un murmullo, mientras que una última muestra furtiva de su dolor se deslizaba por su mejilla.

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Al salir del lugar tras la conversación con Hinata, Naruto por fin sintió como toda la tensión que acumuló allí adentro desaparecía poco a poco. Miró hacia arriba y notó como quedaban solo unas pocas nubes en el cielo pues la lluvia ya se había detenido. Se relajó todavía más con eso porque, en verdad no le agradaban los días lluviosos, o las nevadas…ambos le traían malos recuerdos.

La vibración repentina de su celular le sobresaltó, por lo que detuvo sus pasos casi frente a su auto y lo revisó. Era una llamada de Sasuke. Sin poder evitarlo, su mano apretó con más fuerza el aparato ante el nerviosismo repentino. Esta era la primera vez que Sasuke le llamaba después de lo del hospital.

—¡Hola, Sasuke!— Saludó con su entusiasmo natural, para disimular como se sentía realmente, antes de adentrarse en su automóvil.

—…— No hubo respuesta desde el otro lado.— Hola. — eso había sonado extraño.

—¿Sasuke?

—… ¿Dónde se supone que estás?  

¿Era su idea o Sasuke sonaba algo molesto?

—Bastardo… ¿Estás enojado? — preguntó Naruto con suavidad, decidido a salir de dudas.

Oyó un suspiro del otro lado de la línea.

No lo estoy. — Declaró Sasuke al fin. — Ahora ¿Podrías contestar a mi pregunta? 

Naruto no estaba muy convencido ya que, nuevamente, sintió esa extrañeza en la forma de Sasuke al hablarle.

—Pues… estaba haciendo las diligencias que un adulto que trabaja tiene que hacer después de “accidentarse”.

Tsk. Idiota, eso ya lo sabía.

—¿Entonces?

Debemos ir con Kurama, ¿Recuerdas? —Naruto lo recordaba, pero aquello lo harían entrada la tarde. Alejó el aparato de su oído para ver la hora y se sorprendió. Si, ya estaban en un horario que podía clasificarse como “entrada la tarde”. Aunque las doce del día era por decir lo menos, algo apresurado. — ¿Qué demonios te tomó toda la mañana? — continuó Sasuke. — Kaya y yo te esperamos casi por tres horas.

—… Bueno… — Naruto dudó sobre si decirle la verdad o no, pero al final, con él siempre sería lo mismo. A Sasuke no podía mentirle. —Estaba resolviendo algunos asuntos… con Hinata.

—…

Otra vez ese silencio. Naruto frunció el ceño ante la imposibilidad de decir otra cosa, además lo que debía decirle sería a la cara, no a través de una llamada.

—… ¿Resultó todo bien? — Escuchó a la voz de Sasuke preguntarle a fin. Y él no sabía si el cómo se dieron las cosas podría considerarse como algo bueno o malo. Pudo ser algo bueno para él, pero para Hinata…

—Supongo que sí. — contestó al final, convenciéndose de que había sido la decisión más acertada el haber terminado con ella. Así ella no volverá a estar a la deriva.

Ya veo… — respondió Sasuke, con su habitual tono de “nada me interesa” para evitar demostrar sus verdaderas emociones. Naruto se preocupó. — Será mejor que nos reunamos en el templo. Si has podido conducir por todo Konoha, no será problema que lo sigas haciendo.

—¡Pero, se suponía que ustedes-! — “¡Que tú me llevarías!” Pensó, antes de que Sasuke le interrumpiera.

Hn. Mejor apresúrate en llegar allá.  Nos vemos. — sentenció Sasuke, antes de cortar la llamada.

—¡Pero qué-!

Con irritación, Naruto dejó su móvil a un lado para poder conducir luego hacia el templo.

Estaba bastante frustrado, ya que realmente quería tener esos minutos para hablar con él antes de llegar con Kurama, sobre todo ahora que se sentía aliviado al saber que con acercarse a él, no estaba traicionando a ninguno de los dos. Aunque Sasuke no lo sabía todavía… ¿Y si malinterpretó otra vez lo que le había dicho? Se abofeteó internamente al darse cuenta de que esa era una de las opciones más factibles por el momento. “Bueno…tendré que sumar esto a todo lo que tengo que aclararle-ttebayo”. Se dijo.

Cuando llegó al templo, supo de inmediato que Sasuke y Kaya no habían llegado todavía, ya que el automóvil de Sasuke no estaba a la vista y dudaba que hubiesen llegado allí a pie. Dejó el auto estacionado correctamente y se acercó más al templo al igual que siempre hacía, más esta vez algo fue diferente, pues a solo unos pocos metros de adentrarse en el lugar notó la silueta de Kurama, de pie cerca de la entrada, con esa sonrisa macabra tan característica de él al tener forma humana.

Si solo te reconociera por el chakra presente en tu interior, diría que eres el mismísimo Uzumaki Naruto. — Le dijo el zorro en forma de saludo después de que Naruto se adentrara por fin en el lugar.

Naruto sonrió, sin saber cómo sentirse por eso en realidad.

—Bueno, él es una parte de mí ahora, creo.

Kurama rió con suficiencia, al notar cuan diferentes eran Naruto y Sasuke ante el hecho de haber reencarnado.

Al fin nos reunimos, Naruto. Aunque continúes siendo solo un mocoso. — dijo con algo de orgullo, pues no negaría que tener a quien prácticamente fue su contenedor de compañía, en lugar de un Uchiha, era más agradable para él. A pesar de ser este nuevo Sasuke alguien bastante diferente a quien le precedió. 

—Y tú sigues siendo igual de gracioso, Kurama. — respondió Naruto con algo de ironía, pues sabía, que la naturaleza de este compañero suyo no había cambiado demasiado con el paso de los siglos. —Sin tomar en cuenta cómo te ves ahora… — añadió. Hasta que le entró una duda: — ¿Cómo le hiciste para tener forma humana?

Eso no es algo que necesites saber… sería muy complicado de entender para un humano. — explicó Kurama, antes de cambiar de tema mientras veía atentamente hacia la entrada detrás de Naruto. — Naruto… ¿No vendrían Sasuke y Kaya contigo? 

—Tuve que hacer algunas cosas antes así que dijo que nos encontraríamos aquí. — dijo Naruto sin entrar en detalles, antes de caminar hacia la puerta trasera y sentarse allí. Kurama simplemente le siguió en silencio. — ¿Qué hay de Jin?

Fue por su almuerzo… Ustedes, los humanos, son demasiado débiles. — Enfatizó Kurama, al no comprender su necesidad por comer tan seguido.

Naruto rió.

—No lo somos.

Por supuesto que lo son, y no solo físicamente. De no ser así, jamás habrían regresado. No después de superar el ciclo de odio. — aseveró el zorro, atrapándole por sorpresa.

Naruto no podía negar que Kurama tenía bastante razón al asociar su debilidad con su regreso. Y es que claramente su falta de entereza para enfrentar sus errores durante su vida pasada, era en gran parte, la prueba de toda la falta de fortaleza emocional que le agobió en sus últimos años de vida. Aún así, no podía atribuir su regreso solamente a ello, después de todo se necesitaba bastante valor para querer vivir nuevamente. Con todas las dificultades que la vida te puede poner en frente, no se trataba de solo volver y que todo se diera de la forma más fácil, para arreglar aquello que dejaste pendiente siglos atrás.

—Tienes razón Kurama, pero… ¿No crees que la vida por si misma dé algo de miedo? — le cuestionó Naruto y Kurama le miró un poco asombrado.— Quiero decir, hay que tener valor para enfrentarse a la vida ¿No es así?

El zorro dejó su asombro atrás y sonrió antes de contestarle.

Supongo, que es algo que debo tomar en cuenta de ahora en adelante. No lo había pensado de esa manera. — respondió antes de alejarse de su lado para dirigirse hasta la entrada.

Naruto se le quedó viendo todavía procesando las palabras de Kurama. ¿Era su idea o había expuesto ante Kurama una posibilidad que no había visto hace mucho tiempo? Porque, no era posible que él hubiese dicho algo que Kurama no supiese antes, esa era algo casi impensable.

Hasta que al fin deciden aparecerse, Uchiha. —le dijo Kurama a Sasuke, quien se adentraba en el lugar antes de que Kaya y Jin lo hicieran detrás de él. Al parecer se habían encontrado en el camino. — ¿No habías insistido en que llegarían juntos?

—El camino desde allá es mucho más largo que desde la mansión de Hinata… — respondió con aburrimiento — ¿No es así? Naruto. — añadió al final.

Kurama esperó su respuesta, atento.

—…Lo es. — confirmó Naruto, pero sin querer hacerlo realmente.

Sasuke le había dirigido la palabra, sí. Lo había hecho con su trato habitual, sí. Pero Naruto estaba sintiendo cómo sin pretenderlo (pues no creía que este lo hiciera a voluntad), la persona más importante para él en ese momento comenzaba a construir una pared de extraña indiferencia entre ambos. Pero era diferente a cualquiera que hubiese construido antes, pues ahora, no quería ser indiferente hacia él como el individuo que era, sino que esa indiferencia, estaba dirigida a cualquier acción que él realizara. Ya fuera el abrazo que le dio en el hospital, o si fuera visitar a Hinata.

—Como lo oyes—. Agregó Sasuke — Además, lo importante era que él llegara. — continuó, señalando a Naruto con un indiferente movimiento de cabeza, mientras veía en dirección al zorro.

Kurama alternó su mirada entre ambos, antes de ver hacía otro lugar con hastío. Sasuke había adoptado de forma bastante sutil, una actitud que él recordaba bastante bien del otro Uchiha Sasuke, de cuando él y Naruto  eran adultos, y sabía, que Naruto también lo había notado, pues aquella expresión de: “No sé qué rayos está pasando con Sasuke” no se desdibujada del rostro de Naruto en ese instante.

¿Por qué tenía que ser él quien siempre se percatara de esas cosas?...“No merezco esto” Se auto-compadeció el zorro, antes de que otra voz le sacara de sus pensamientos torturadores.

—Así que, ¿Ya eres consciente de todo? — preguntó Jin de pronto, dirigiéndose a Naruto y provocando que al fin alejara su mirada de Sasuke y que su expresión cambiase un poco.

—Sí. Lo soy. — respondió, sin embargo, su significado iba para algo más allá de sus propias memorias. Pues también era consciente de que esta indiferencia a medias presente en Sasuke, a diferencia de la que le propiciaba en el pasado, era mucho más dolorosa al reconocer los sentimientos que guardaba hacía él en estos tiempos. Antes le dolía, demasiado también, pero lo atribuía a que no podía hacerle regresar a la aldea por su falta de fortaleza.

Un Sasuke que intentara aparentar que nada le afectaba no le agradaba para nada, ya que ahora no podía culpar al pasado trágico de Sasuke como causante de su conducta, ahora recaía en otros aspectos y entre estos, se encontraba su relación con él.

—Como lo escuchaste. Si no hubiésemos esperado un poco más, ahora mismo, estarías muerto. — Comentó Sasuke. — Y Kaya también. — añadió, mirando a la pequeña.

A diferencia de lo que cualquiera haría ante una frase como esa, la pequeña solo rió un poco, sorprendiendo a Naruto, pues jamás pensó que sería capaz de reír de esa manera, y Sasuke le correspondió con una casi imperceptible sonrisa. Llamaba demasiado la atención como la interacción entre ambos había cambiando tanto en solo unos días que estuvo inconsciente. Jin, por su parte, bufó con cansancio ante las palabras de Sasuke, pero sin darle la razón, a la vez que acercaba a la pequeña un poco más hacia él.

Si que tardaste en hacerlo, Naruto.

—Eso es porque siempre ha sido lento, Kurama, déjale. — interfirió Sasuke, aunque Naruto no sabía si tomarlo como una muestra de apoyo o una ofensa.

Kurama le dio la razón. Solo esperaba que el nuevo Naruto no lo fuera tanto como el anterior.

—Naruto. — Le llamó la pequeña, ahora con su semblante habitual, lleno de seriedad.—¿Cómo te sientes sabiendo todo eso? ¿Estás sorprendido?

Naruto lo pensó por unos segundos, antes de dar su respuesta.

—No estoy muy sorprendido, la verdad… — comentó con sinceridad. Kaya lo miró con afabilidad, Jin con incredulidad y Kurama… Kurama tenía cara de saber exactamente la razón del porqué no estaba sorprendido.  Por otra parte, Sasuke solo frunció el ceño ante su respuesta y Naruto se sintió intrigado: ¿No debería aliviarle el hecho de que lo estaba asimilando con facilidad? Aún así, decidió añadir algo más: — Pero… ¡Kaguya, Kaguya daba mucho miedo! No me gustaría ver que te conviertes en algo así Kaya.

—Lo mismo digo. — Concordó Sasuke esta vez, con su semblante habitual de regreso.

Siguiendo el hilo de sus palabras, Kurama se acercó más a Naruto antes de hablar.

Por eso debemos verificar si puedes manipular el chakra de los bijuus cuanto antes. — le dijo Kurama.— Uchiha — llamó en esa ocasión. Mirándolo. — ¿Trajiste el pergamino como te pedí?

Sasuke simplemente le entregó el pergamino sin decir una palabra.  

Necesitamos comprobar si eres capaz de utilizar los sellos para hacer el traspaso de chakra hasta el pergamino.— continuó, volviendo nuevamente hacia Naruto.

—¿Cómo lo haremos?— Le preguntó Naruto, al recordar el detalle que tenía forma frente a él. — ¿Será diferente a como lo hicieron con los demás bijuus? Después de todo, tú estás aquí, Kurama, y en esa forma. — terminó, refiriéndose a su apariencia humana.

Se hará prácticamente de la misma manera, Naruto. Puede que me veas de esta manera, pero esta es solo mi conciencia materializada—. Explicó—. Estoy separado de la fuente de todo mi chakra, sin embargo, al estar conectado a él, puedo utilizarlo de ser necesario. Todavía tengo control sobre él. Si no lo tuviera, mi existencia habría desaparecido como los demás bijuus.

Naruto podía comprender en parte lo que le estaba diciendo el zorro, pero aun así la base de todo aquello, lo que permitía que fuera real, comenzaba a confundirle, y el zorro lo notó.

—Te dije que el cómo llegué a verme así, es demasiado complejo para el pensamiento humano, Naruto. — este solo asintió con la cabeza, dándole la razón. No le daría más vueltas a ello.

—Eso quiere decir, que le permitirás llevarse tu chakra voluntariamente.— añadió Sasuke.

Exacto.

—Ya veo…

De esa manera, es que evitaremos todos los desastres que dejaron atrás, en otras ciudades. — explicitó Kurama.—Si hubiesen intentado hacerlo como con los demás, mi interferencia no se los hubiese permitido de todas maneras, y todo habría sido mucho peor. —añadió, dirigiéndose a Jin y Kaya esta vez.

—¿Y cómo sabré si puedo hacer funcionar los sellos? — preguntó Naruto, atrayendo la atención nuevamente hacia él.

Intentándolo. —Declaró el zorro.— Pero, debemos salir de aquí para probarlo. — aclaró, encaminándose hacia la parte trasera del templo.

Naruto le siguió por inercia, unos pasos más atrás le seguían Sasuke, quien estaba visiblemente tenso, además de Kaya y Jin. Caminaron por casi media hora hasta llegar al lugar que Sasuke reconocía como el sitio favorito de Kurama a la hora de meditar. El riachuelo había aumentado en volumen a causa de las recientes lluvias y el olor a humedad impregnaba el aire. Al estar en medio de un bosque, Naruto sintió nostalgia por un momento al recordar cuan seguido rondaba por lugares como esos en su vida pasada, a pesar de que existían muchas diferencias entre la razón presente y las del pasado para hacerlo. Ahora no podría ir saltando de  árbol en árbol.

—¿Por qué justamente aquí, Kurama? — cuestionó Sasuke desde atrás, y Kurama supo de inmediato que Sasuke lo asociaría con el hecho de que, cada vez que necesitaba ayudar a este a canalizar sus emociones negativas, lo hacían en ese mismo lugar, y eso no era una coincidencia.

Porque aquí es donde puedo conectarme de forma más directa con mi poder. —Respondió el zorro, pero Sasuke no lucía impresionado a los ojos de Naruto, quien creyó que este debió haberlo intuido de alguna manera.— Ahora, Naruto. — continuó Kurama mientras abría el pergamino en la superficie del suelo para dejar al descubierto los sellos. — Quiero que imites lo que haré con mis manos. Debes memorizarlos para completar la secuencia.

Naruto se arrodilló frente a Kurama, sin importarle el que seguramente terminaría cubierto de barro. Cuando imitó el primer sello se le había vuelto un tanto complejo, ya que debía realizar posturas con sus dedos a las cuales no estaba acostumbrado, pero tras varios intentos con el primer sello, la facilidad con que lo lograba era impresionante para él.

Cuando pudo terminar con el último sello, no pudo evitar sonreír con orgullo ante su nuevo logro. Y es que, si hubiese tenido tal rapidez para aprender hace siglos, las cosas hubiesen sido muy diferentes. Agradecía que ahora pudiese realizar esto como se debía.

—Eso fue bastante rápido. — comentó Jin, y cuando Naruto se volteó para mirarles, Kaya solo le dio un asentimiento, dándole a entender que estaba de acuerdo con su compañero. Sasuke por su parte, simplemente miraba a las manos de Naruto con seriedad, pero no parecía enfadado, sino que más bien, perdido en sus propios pensamientos.

Debo admitir que estoy sorprendido. Naruto, creo que tu versión actual es mejor que la de hace siglos. — añadió Kurama solo unos segundos más tarde, intentando por supuesto, molestarle. —Y no soy solo yo… — Continuó el zorro, intentando por primera vez, querer librarse de uno de sus nuevos problemas rápidamente. — Tú también lo crees, ¿No es así? Uchiha—. Terminó, dirigiéndose a Sasuke esta vez.

Cuando vio a Sasuke fruncir el ceño al instante de ser nombrado, dando a entender que estaba molesto, Kurama se recordó que siendo un demonio, no debía intentar correr ese tipo de riesgos ya que cada uno de sus intentos de ayuda terminaba por empeorar las cosas. Era su naturaleza.  

Sasuke, todavía en silencio, miró a Naruto por unos segundos y el observado solo pudo darle una de esas sonrisas nerviosas que se le escapaban cada vez que Sasuke le veía con intensidad. No obstante, Sasuke parecía estar pensando demasiado en la respuesta que debía dar a algo tan simple, lo que borró la sonrisa del rostro de Naruto casi de inmediato. Eso no podía significar nada bueno.

—¿No es eso algo bueno?— Escuchó Naruto la respuesta de Sasuke después de un momento—. Con esto, aumentan las probabilidades de que tú plan funcione, Kurama.

Naruto podría haber tomado aquella frase como una muestra de apoyo en cualquier otra situación, sin embargo, la indiferencia con que Sasuke se expresó provocó en él un poco de decepción. Debía admitir que esperaba un poco de aprobación de su parte, pero ese no era el único problema allí. Lo era más que nada el que Sasuke se mantuviese más distante de lo que acostumbraba hasta ahora, y que incluso en este momento, intentaba ocultar lo que realmente sentía y pensaba.

—No tenías por qué decirlo de esa forma, bastardo…

Sasuke entrecerró los ojos.

—¿Y de qué forma se supone que lo dije?

—…Intentando ser objetivo, cuando está claro que piensas de otra forma con respecto a esto. — Más bien, Naruto creía que se “sentía” de otra forma con respecto a él, haciendo sellos para activar un jutsu.

Se miraron fijamente por unos intensos segundos, en los que ninguno de los presentes tenía intención de interrumpir debido a la tensión… y mucho menos Kurama, quien podía asegurar que algo de lo que pasó allí, aumento todavía más el pesar que el mocoso Uchiha traía desde antes de llegar al templo.

La situación se atenuó solo cuando Sasuke, al igual que cuando llamó a Naruto más temprano, terminó esa extraña disputa con un suspiro cansado y dio unos pasos atrás.

—Esa es mi opinión, Naruto. Pero si no me crees, piensa lo que quieras. — soltó algo más relajado y volteándose para encaminarse hacia el templo nuevamente.

Cuando la silueta de Sasuke se perdió en la lejanía. Kurama bufó y se cruzó de brazos, Kaya continuó mirando en dirección al templo a pesar de que Naruto ya no podía distinguirle en la lejanía y Jin, permaneció simplemente en silencio.

No pensé que esto le afectaría tanto. — No pudo evitar soltar el zorro. — Aunque debí suponerlo.

— ¿Eh? ¿A qué te refieres? Kurama.— preguntó Naruto de inmediato.— ¿Qué se supone que lo afectó?

El que recuperaras tus memorias Naruto. — O al menos, la mayor parte tendría que ver con eso.

— Pero…eso no debería-

Sabes que los Uchiha siempre fueron vulnerables ante sus emociones. Durante su anterior vida, la ira y el odio le dominaron por muchos años. — explicó el zorro y Naruto solo pudo estar de acuerdo con ello. —Ahora, en cambio, su vida se rige por otras emociones. — Añadió, sin ocultar su fastidio.

Naruto miró nuevamente a la dirección en que Sasuke se perdió de vista y recordó la conversación que ambos tuvieron hace varios días. Él no quería que recordara, se lo había confesado. Tal vez, todo aquello que Naruto sentía como extraño entre ambos, se debiera a ese detalle.

—Kurama. —le llamó la voz de la niña, interrumpiéndoles por un momento. — Nosotros volveremos al templo, también.

Este solo les asintió en afirmación, antes de regresar su atención hasta Naruto.

—Él…no quería que recordara.— confesó Naruto.

Bueno, está más que claro que está preocupado. —Kurama no se sorprendió de ello para nada.

—Pero…

Naruto sabía que eso no explicaba el porqué ya no sentía esa calidez provenir de Sasuke. Aquel día, en el hospital, él estuvo seguro de que Sasuke le quería a su lado, pero ahora… ahora no podía estar seguro.

Eso no lo es todo… —  Continuó el zorro, con cansancio en su voz, pues era bastante evidente que era lo que estaba pasando.— Creo que entiendes lo que te quiero decir, Naruto.

—Yo…

Sé que puedes adivinar que su problema no se irá por sí mismo, él tiene muchas dudas... Y solamente tú puedes aclararlas.

Naruto rió, derrotado. Pensando en que definitivamente, Kurama sabía demasiado.

—Supongo que es por todo eso del destino ¿Verdad?

—Así es.— Concordó Kurama. — De hecho, su actitud ahora es bastante similar a la que tenía en algunas ocasiones de su vida pasada. ¿Puedes adivinar a qué me estoy refiriendo, Naruto?

—No lo sé… ¿Tal vez?— respondió Naruto pasándose una mano por el cabello, y recordando cada ocasión en que se reunía con Sasuke hace siglos mientras ambos estaban casados.

Mocoso, sabes muy bien que oía cada uno de tus pensamientos, y que podía sentir también, lo que tú sentías. — Naruto se sobresaltó, a pesar de que esperaba algo como eso. Después de todo, Kurama estuvo presente cuando se dio cuenta de a quien quería realmente en su vida pasada, un detalle que no le agradó para nada—. Estoy seguro que de haberte entregado una cantidad mayor de chakra el otro día, ahora mismo podría saber lo que estás pensando… aunque no es necesario. — Dijo casi con asco, y Naruto se avergonzó por ello, pues lo único que le provocaba asco al zorro eran los sentimientos de amor ¿Tan evidente había sido?— Apuesto a qué te diste cuenta de ello solo después de recordar.

—¿Cómo lo sabes?

Porque sé lo denso que puedes llegar a ser. Agradezco no estar en tu interior esta vez, o si no, sería peor para mí. —Dijo Kurama, casi con asco ante las emociones románticas de los humanos, en específico, las de esos dos. — Solo tienes que decirle las cosas de frente.

Tras un corto silencio en que una pequeña cuota de inseguridad se presentó en Naruto, pero que rápidamente fue reemplazada por valentía, este volvió a dirigirle la palabra.

—…Juró que hablaré con él. Tengo que hacerlo. — le aseguró Naruto.

Más te vale. He estado conviviendo con ese mocoso por más de diez años. Y sé que en este momento, como cada vez que se trata de ti, ha tomado una decisión equivocada.

Naruto solo apretó los puños con fuerza sin siquiera querer imaginar a que conclusión había llegado Sasuke con la información errónea que tenía.

No te martirices antes de tiempo… Ahora, continuemos con esto.

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Al día siguiente, Naruto no pudo despertar más agotado por el simple hecho de que no había alcanzado a salir de casa. Sin dudarlo, lo que había sucedido el día anterior en el templo le había pasado factura y aquella noche, su cuerpo decidió hacer uso de su sonambulismo para intentar dar con Sasuke nuevamente. Naruto tenía la leve impresión de que una vez que todo se aclarara entre ellos, independientemente del resultado que tuviera, solo allí, tanto los sueños como sus búsquedas nocturnas, terminarían.

Levantándose para mirar por la ventana que daba hacia la calle, porque sí, nuevamente había despertado junto a la ventana de la sala. No pudo evitar pensar en cómo sus planes el día anterior fueron totalmente destruidos por esa persona que no quería escuchar sus palabras. Había intentado, en un principio, hablar con él con normalidad, pero Sasuke volvió a encerrarse en sí mismo. Luego, en otro intento, les pidió tanto a él como a Kaya que cenaran juntos, pero tampoco aceptó. Al menos algo de alivio sentía al saber que Sasuke no estaba enojado con él, pero seguía preocupándole lo que fuera que estuviera pasando por su cabeza en esos momentos.

Dándole vueltas a lo que Kurama le dijo el día anterior, tenía la idea de que aquellas emociones que agobiaban a Sasuke en esta vida eran la ira, nuevamente, pero esta vez siendo acompañada por la tristeza. Y es que rememorando cada conversación que había tenido con Sasuke en profundidad y las reacciones de este ante sus rechazos en un principio, no podía ver algo más que eso. Bueno, si podía verlo, pero todavía no podía asegurar esa otra parte. Había habido muchas señales que le indicaban que Sasuke le quería, pero tras su último comportamiento ya no estaba seguro de nada.

Dejando un poco de lado sus confusos pensamientos, en unos minutos estuvo presentable y preparado para un nuevo día, exceptuando a su estómago todavía vacío. Se dirigía a la cocina para hacerse cargo de ese problema, cuando sintió la melodía de su celular. Corrió hasta la sala, donde lo había dejado, para tomar la llamada sin evitar estar sorprendido al ver que era Sasuke quien le llamaba.

—¿Hola?

Naruto—. Dijo la voz del otro lado, pero no era Sasuke quien hablaba, era Kaya, y Naruto dudaba mucho que él le hubiese autorizado para que lo hiciera.

—¿Kaya? ¿Por qué estás usando el celular de Sasuke?

Eso no importa. — Naruto se dejó caer en el sofá que estaba a sus espaldas al darse cuenta de que obviamente ella lo había sacado sin permiso. — Ven ahora. Antes de que Sasuke despierte.

—¿Qué?

Solo ven, Naruto. Sé que quieres hablar con él.

—… ¿Cómo sabes eso?

Por lo que pasó ayer—. Dijo la pequeña, pero se detuvo un momento. Cuando volvió a hablar disminuyó su tono de voz. —Solo ven. Tú prepararás el desayuno.

Antes de que Naruto dijera cualquier cosa, Kaya cortó la llamada. Y él, a pesar de estar todavía un poco desconcertado, no dejaría pasar una oportunidad como esa.

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Ese día Sasuke realizó su rutina matutina con normalidad pero estaba tan cansado como hace años tras sus habituales pesadillas. Eso se debía a que no podía olvidar ese pequeño “altercado” que tuvo con Naruto en medio del bosque el día anterior. Al parecer había sido demasiado obvio para este, que su comentario no había sido exactamente lo que él quería decir. La verdad era que Sasuke se sentía muy feliz al ver que Naruto avanzaba rápido, pero se sentía desconcertado por su forma tan natural de asimilar las cosas. Debido a eso, actuaba de esa manera. Si no lo hacía, lo que sentía por Naruto se acrecentaría todavía más llegando a un punto en que no podría controlarlo y, tomando en cuenta la situación en que se encontraban no podía permitírselo. Sasuke ya había tomado una decisión, y para cumplirla, debía ser prudente a la hora de interactuar con Naruto.

El problema era que Naruto no sabía nada de eso, e incluso, parecía querer pasar aún más tiempo que antes a su lado.

Para cuando estuvo listo, se acercó hasta su mesa de noche y antes de recoger su teléfono, notó en este algo diferente. Al revisarlo un poco más advirtió el por qué lucía así. Esta era la primera vez que Kaya hacía algo que él no se esperaría jamás y no sabía cómo sentirse al respecto, por lo que así sin más fue en busca de la niña, a quien halló en la cocina, de pie, junto al hombre que había estado evitando desde su “discusión” el día anterior.

Así que para eso había utilizado su celular.  

—¿Qué se supone que haces en mi casa? Naruto—. Preguntó de todas formas.

Al oír la voz de Sasuke, Naruto le miró con rapidez y solamente pudo reír con nerviosismo.

—Yo lo invité —. Habló Kaya en su lugar.

—Pude notarlo —. Respondió Sasuke, levantando su celular.

—Le dije que viniera, pero él debía preparar el desayuno —. Sasuke solo se les quedó mirando por unos segundos de pie junto a la mesa y sin más, tomó su lugar en ella.

Naruto se relajó al saber que esa era una muestra, aunque no demasiado clara, de que estaba de acuerdo con ello.

—Espero que sea algo bueno —.  Comentó Sasuke de la nada, y Naruto solo pudo sonreírle en respuesta.

Él creyó, por esas palabras que no poseían su últimamente habitual tono de indiferencia, que algunas cosas habían cambiado durante el transcurso de la noche en la mente de Sasuke, sin embargo, no podía estar más equivocado. Los tres comieron en silencio. Incluso, este era tan intenso, que Naruto creyó haber podido oír el latido de su propio corazón.

Cuando Kaya se levantó de la mesa dejando un “gracias” detrás de sí, Naruto supo que su tiempo se estaba agotando. Lo más seguro era que Sasuke le echaría de allí en el momento preciso en que terminara de comer. Con algo de impaciencia, llevó sus ojos hasta la silueta de Kaya hasta encontrarse con su mirada. Ella simplemente le dio un rápido vistazo a Sasuke y se marchó de allí. Cuando Naruto se volteó nuevamente hacia lo que quedaba de su café, pudo notar que Sasuke, aún después de todos esos minutos, en ninguna ocasión había puesto sus ojos sobre él. Estaba más que claro que quería ignorar por completo su presencia en el lugar, a pesar de haberse rendido antes a que estuviera allí en su hogar.

—Sasuke… — pronunció Naruto, sin siquiera pensar en decirlo. Fue algo totalmente natural el llamarle y ahora que tenía la atención de Sasuke puesta en él, no sabía por dónde comenzar. — Ayer…

—Será mejor que no sigas Naruto —. Le interrumpió el otro, oyéndose más grosero de lo que esperaba. Se obligó a relajarse un poco antes de continuar, ya que sabía cuánto podían afectarle a Naruto sus malas palabras.— Ayer, dije todo lo que tenía que decir. No hagas más revuelo por solo un detalle insignificante—. Pidió, antes de dar el último sorbo del contenido de su taza para levantarse de la mesa, llevándose todo lo que ocupó junto con él.

Naruto, ya harto de aquella actitud, se atrevió a ser más directo con él. Si quería llegar a alguna parte tendría que hacerle oír lo que tenía para decirle, aunque Sasuke no quisiera escucharle. Si una parte del antiguo Sasuke permanecía en el interior del hombre que ahora estaba frente al fregadero, no podría negarse a escuchar esta vez. Aunque ahora no diría algo tan grande como: “moriremos juntos”.

—No me iré de aquí, Sasuke.— Naruto notó la leve tensión en los hombros de este.

—¿Qué?

—Como dije, no voy a irme. No hasta aclarar algunas cosas…

Sasuke se dio la vuelta para encararle y se cruzó de brazos esperando por sus palabras. Naruto sonrió internamente. Sabía que si insistía, el otro no se negaría escucharle.

Sasuke, por su parte, sentía que no había nada que aclarar entre ellos.

—Bien. Te escucho, Naruto.

Naruto tragó saliva un poco nervioso. Tener la completa atención de Sasuke sobre sí mismo realmente se sentía, pero no se dejaría intimidar.

—… Desde, desde el día en que desperté en el hospital has estado extraño, Sasuke. —dijo, y el nombrado le miró, confundido por un momento.

—No lo estoy —. Aseguró Sasuke. — He actuado de la misma forma en que siempre te he tratado, Naruto—. Aunque debía admitir, que haberle evitado más de la cuenta el resto de la tarde del día anterior, podía considerarse un poco extraño. Pero la verdad era que necesitaba un poco de espacio personal.

—No, no es así. Hay algo que te ha vuelto distante—. Refutó Naruto.

Sasuke quería hablar y decirle que lo de ayer había sido una excepción, pero Naruto se lo impidió.

— Y no me refiero solamente a que ayer me hayas estado evitando por completo, después de esa extraña conversación en el bosque.    

Sasuke se sintió verdaderamente perdido ante esas nuevas palabras ya que, sí, el había tomado una decisión y estaba siendo prudente con su actuar, sin contar ese impulso de corresponder al abrazo de Naruto en el hospital, pero eso no significaba que estuviese siendo distante.

—… Naruto ¿A qué te refieres exactamente con volverme “Distante”?— le preguntó, algo desafiante, ya que sinceramente no podía encontrar lógica en sus palabras.  

Naruto sabía que esa era la manera de hablar tan propia de Sasuke y que utilizaba para intentar intimidarle, para no seguir con la conversación y llevarla en la dirección que él quería. Pero no le daría el gusto. Al menos, no ahora… a pesar de no tener una respuesta clara para su última pregunta.

—Sinceramente, no lo sé —. Dijo Naruto, y Sasuke levantó una ceja en respuesta. — PERO, a lo que me refiero, es que sé que hay algo mal contigo. No. — se corrigió —…algo está mal en nuestra forma de interactuar.

Naruto recordó inevitablemente todo el tiempo que habían compartido, lo bien que se había sentido tener la atención de Sasuke sobre él, y lo comparó con esta situación. Era como si el hecho de haber recordado todo sobre sus vidas pasadas, hubiese provocado un retroceso que Naruto jamás podría aceptar. Menos ahora que conocía tan bien sus motivaciones para estar allí en ese momento, queriendo ayudarle, buscándolo una vez más…

— ¿Naruto?... — escuchó a Sasuke llamarle un momento después, y este se dio cuenta de que se había perdido en sus pensamientos.

—Yo… creí que nos habíamos vuelto amigos-ttebayo —. No pudo evitar dejar salir su muletilla, al sentirse repentinamente inseguro, tal y como hizo una vez en su vida pasada. 

Sasuke se relajó frente a él, y sin que el otro se lo esperara, le sonrió. Naruto sintió su corazón latir con más fuerza ante tal imagen. Sasuke no le había sonreído con esa amabilidad que expresaba cariño desde antes de que él recordara todo.

—…Somos amigos, Naruto —. Le aseguró, sintiéndose algo decaído por solo ser un amigo, pero...— Probablemente siempre lo seremos. Al igual que antes… —añadió, aceptando que esto era parte de la decisión que había tomado y que no cambiaría a menos que algo extraordinario pasara. Y eso, no lo creía posible venir de Naruto.— Aún así, no volveré a repetirte que no hay nada extraño conmigo —. Dijo terminantemente, antes de voltearse nuevamente para proseguir con lo que planeaba hacer, antes de que Naruto le interrumpiera sin siquiera haber comenzado.

—Entonces… ¿Que luzcas confundido cada vez que te hablo con normalidad no significa nada?—Le cuestionó Naruto, y Sasuke intentó por todos los medios posibles, ignorar la casi imperceptible huella de dolor impresa en sus palabras.

—Eso es…

—Creías que no me daría cuenta ¿Verdad? — Sasuke permaneció en silencio.— Bastardo… ¿Por qué me subestimas?

— No lo hago. —Contrarrestó, pues era la verdad.— Y eso, es algo que resolveré por mí mismo.

Naruto suspiró con cansancio ¿Por qué tenía que ser así siempre? Sasuke realmente no aprendía que se podía confiar en los otros aunque fuera una vez en la vida, que eso no significaría algo malo.

—¿Por qué haces esto Sasuke? — le preguntó, tocándole el hombro para que le mirara una vez más.

Sasuke se volteó hacia él con rapidez.

<p—No sé de qué estás hablando ahora.— respondió, frunciendo el ceño, ya que comenzaba a cansarse de todo aquello.

Sasuke ya había decidido que aquel problema era simplemente suyo, que no todos tenían porqué reaccionar mal ante sus recuerdos, pero… todavía no se acostumbraba a la idea de que Naruto lo aceptara todo tan fácilmente. Por eso quería estar solo, pero Naruto siempre llegaba a perturbarle con aquella mirada inamovible, ya fuera de buena o mala manera.

—Estás encerrándole en ti mismo, al igual que hacías antes… ¿Por qué solo no dices lo que te está molestando? — Le cuestionó Naruto, quitando al fin, su mano del hombro del otro.

— ¿Ha? Ya te lo dije. Esto es algo que solucionaré yo solo.

Naruto inspiró profundo antes de contestarle.

—Bastardo… a pesar de que ambos recordamos todo lo que vivimos antes y de que nos convertimos en buenos amigos en esta nueva oportunidad…— Sasuke frunció un poco el ceño ante sus últimas palabras sin poder evitarlo y Naruto claramente se sintió por ese gesto. — Aún así, no quieres decirme nada… y yo tengo que venir y forzarte para que me escuches, para que confíes en mí. — Naruto hablaba cada vez con mayor frustración. — Por qué… ¡Por qué tengo que sentir que estoy persiguiéndote como lo hice hace cientos de años!  — Naruto apretó los puños con fuerza y determinación. Se sentía realmente impotente y frustrado al no poder llegar a Sasuke una vez más. — A pesar de que fuiste tú quien insistió en acercarse a mí en un principio…

Sasuke estaba en shock, nada más ni nada menos. El que Naruto se estuviera sintiendo de esa manera significaba que nada había cambiado desde que regresaron, a pesar de que él siempre quiso que todo fuera diferente esta vez.

Eso debía cambiar en ese mismo instante, realmente no quería que se sintiera mal debido a su actitud.

Había solo una cosa que podía hacer para lograr que eso cambiara.  

—Lo siento. — Musitó.

—¿Eh?

—Realmente, lo siento. — Repitió Sasuke, mirándolo directamente.— No era mi intención que te sintieras de esa forma… menos ahora que yo… — Sasuke desvió su mirada hacia el piso ante sus últimas palabras, para luego afirmar sus manos con fuerza sobre el borde del fregadero a su lado.

— ¿Sasuke? —le llamó Naruto ante el repentino silencio de este, todavía asombrado por sus repentinas disculpas. Sin embargo, su asombro cambió de inmediato al notar cómo una leve mueca de preocupación afloró en las facciones de Sasuke. 

—¿De verdad… no sientes nada de rencor hacia mí, Naruto? — Preguntó finalmente, después de reunir el valor necesario. Aquello le había estado molestando desde un principio. Naruto no podía simplemente haber perdonado todo lo que había hecho.

—¿R-rencor? — Naruto estaba realmente confundido. — Ahora soy yo el que no te entiende-ttebayo

—Fuiste tú quien pidió que te dijera lo me estaba molestando. Ahí lo tienes… ¿No guardas rencor después de todo lo que hice? Después de todo el tiempo que perdiste al buscarme… — continuó Sasuke, todavía sin mirarle a la cara.

—No puede ser… — Murmuró Naruto al reconocer que ese pensamiento, era el verdadero causante de la actitud de Sasuke. Él le había dicho claramente que no quería que él se enterase de algunas de las acciones que llevó a cabo en el pasado y esa era la razón.

—¿De verdad haz recordado todo lo que vivimos Naruto? —. Cuestionó Sasuke, incrédulo. — Pareciera que nada te importara realmente…

Naruto se tomó varios segundos antes de contestarle, pues, a pesar de darle muchas vueltas en su cabeza, no podía cambiar su forma de pensar con respecto a ello.

—¿Tendría que importarme? — contestó al final. Y Sasuke por fin le miró nuevamente, bastante impresionado por sus palabras, ya que, estaba seguro de que si hubieran invertido papeles y con la facilidad que tenía Sasuke de caer en emociones negativas, definitivamente le guardaría rencor.

—¡Claro que debería importarte, Usuratonkashi! ¡Cualquiera lo estaría! —tras esa última frase, Naruto supo que se incluía a sí mismo en ella.—  ¡Intenté asesinarte, más de una vez, e iba muy enserio con ello!

Así que eso era lo que le angustiaba tanto. En parte, podía entenderlo, pero al final, Naruto solo le sonrió con nostalgia al recordar que jamás pudo lograr su objetivo.

—Pero no lo hiciste.

Sasuke retrocedió un corto paso para serenarse. En verdad, no podía creer que Naruto siguiera pensando de esa manera. Por lo que endureció sus facciones antes de continuar su intento por hacerle entrar en razón.

—Intenté asesinar a Sakura, a la mujer que ahora es tu hermana.

Su invitado solo se pasó una mano por el cabello antes de contestarle.

—Bueno… Logré evitarlo al final ¿Verdad? — Naruto se encogió de hombros al hablar. —Además, estabas en tu momento más loco-ttebayo.

Después de tomarse unos segundos para procesar lo último que Naruto le dijo, Sasuke se rindió con él.

—…No te entiendo. Aún ahora, no puedo entenderte Naruto.

Este rió a carcajadas ante la confusión del hombre frente a él. A pesar de todo lo inseguro que se sintió un momento atrás, había valido la pena su esfuerzo al ver tantas nuevas expresiones en Sasuke. Un Sasuke que le confesaba sus temores, aunque él mismo no los llamara de esa forma.

Estaba claro que este se confundió desde el mismo inicio, incluso llevaba pensando en cómo Naruto le reprocharía tras despertar por todos los “sacrificios” que había hecho por él hace siglos. Pero Naruto jamás podría reprocharle nada.

—¡El pasado es el pasado! — declaró Naruto, y Sasuke solo negó con la cabeza.— Además, ¿Cómo podría preocuparme por eso cuando has cambiado tanto? Definitivamente el Sasuke del pasado no me hubiera dicho todo esto. Menos todavía, disculparse por hacerme sentir mal… ha…es genial saber que te preocupas por mí, Sasuke. —agregó al final, atreviéndose a arriesgarse un poco.

Sasuke se mantuvo en silencio pero a Naruto no le importó que no le respondiera, ya que no le había negado nada de lo que él había asumido. Además, aunque Sasuke le negara que se preocupaba por él, no le creería.

—Yo…no había tenido oportunidad de decírtelo pero, en verdad… ¡Estoy muy feliz de haberte conocido una vez más-ttebayo!  

Sasuke se encontró asombrado nuevamente, aunque sin evitar emocionarse un poco ante sus palabras.

—Hn… Idiota — le dijo Sasuke con una leve sonrisa.  — ¿Quién tropieza dos veces con la misma piedra y es feliz por ello?

—¡Bueno… ese solo puedo ser yo!  — Naruto pasó un brazo sobre sus hombros en forma de abrazo, como siempre hacía, sintiéndose más feliz al ver que Sasuke había recuperado su actitud natural.

—Hn. —Musitó Sasuke, antes de tomarle el brazo y quitarlo de sus hombros en silencio.

Por un momento, Naruto temió que aquella acción hubiese provocado algo negativo en Sasuke, pero al ver su rostro, supo que todo seguía por buen curso.

—¿No deberías ir donde Kurama, Naruto? — les interrumpió Kaya, un momento después.

Alejándose un poco de Sasuke, Naruto tomó su celular para ver la hora y se dio cuenta de que Kaya tenía razón. Aquel día comenzarían temprano para realizar el traspaso de chakra, porque sí, era capaz de hacerlo después de comprobarlo el día anterior. Kurama le había dicho que necesitaban hacerlo por periodos cortos de tiempo, ya que de esa forma, Naruto no quedaría inconsciente tras el esfuerzo realizado. No sabían cuantos días tardarían a ese ritmo, pero considerando la cantidad de poder que Kurama poseía, serían muchos días.

—Es verdad… será mejor que me apresure. — respondió Naruto, a la vez que comenzaba a encaminarse hacia la entrada. — ¡Pero antes de irme! ¿Ustedes también irán, no es así?

— En realidad…— dijo Sasuke.

— Iremos ¿Verdad? — le interrumpió Kaya, mirándole decisivamente.

Sasuke no pudo negarse a hacerlo.

.

.

Al final, los tres se dirigieron al templo al mismo tiempo y en el mismo auto. Compartiendo el mismo espacio, Naruto podía percibir con claridad cuan diferente era el ambiente que es rodeaba ahora que estaban en buenos términos nuevamente.

Apretó un poco más el volante para darse coraje. No podía estar seguro de cuánto tiempo su relación se mantendría así de estable, por lo que debía encontrar luego un buen momento en que ambos estuvieran a solas. Necesitaba decirle con urgencia el resto de cosas que le faltaban, como la razón por la que habían regresado, incluyendo, por supuesto, sus sentimientos por él.

—No es necesario que sujetes con tanta fuerza el volante, Naruto.

—¿Cómo dices? — le preguntó Naruto, quien no había captado nada más que su nombre al estar tan inmerso en sus pensamientos y el camino frente a él.

—Idiota, el volante no se irá a ninguna parte. Lo sostienes con mucha fuerza.

—Así que de eso hablabas… — Naruto aflojó un tanto su agarre, pero luego presionó tanto como antes. — Pero…¡Claro que puede irse, Sasuke! Si no lo detengo, puede que incluso se vuelva loco o algo parecido. Tengo que mantenerlo en la dirección correcta ¡Eso es lo más importante! —exclamó Naruto antes de ponerse a reír como un demente ante la mirada algo asustada de Sasuke.

Claramente, Naruto no estaba haciendo alusión al volante al decirle todo eso, pero Sasuke no tenía idea de lo que había estado pensando hace solo unos segundos y le miraba como si realmente se hubiese vuelto loco. Tanto así le afectó, que al bajar del auto, Sasuke le dijo que no permitiría que condujera él de regreso a casa. No cuando tenían una niña con ellos.

Pero Naruto no detendría su efusividad allí. Necesitaba infundirse confianza por lo nervioso que estaba, así que…

—¡Kurama, hemos llegado! — se anunció Naruto a gritos al entrar en el templo y Kurama le respondió desde el otro extremo del lugar.

¡No es necesario que grites, mocoso!

—Lo mismo digo —. Concordó Sasuke, quien entró detrás de él. — ¿Qué es lo que te pasa, Naruto? Llevas haciendo el idiota desde allí, en el auto.

—¡Es que estoy feliz, bastardo!— Además de nervioso y expectante. Si encontraba el momento adecuado, todo debía salir bien. No, TODO saldría bien.— ¡Después de todo, nos hemos reconciliado Sasuke!— añadió, tomando los brazos de Sasuke con ambas manos, sorprendiéndole.

—  Así que lo has logrado, Naruto —. Comentó Kurama, adentrándose por fin en el lugar. — Actúas rápido.

—Nadie se ha reconciliado con nadie… — Aclaró Sasuke tras salir de su turbación inicial, pero sin separarse de las manos de Naruto. —… porque jamás discutimos.

—¿Cómo puedes negarlo así?... Estuviste evitándome, Sasuke.

—Solo mantenía mi espacio, idiota. —Explicó.— Y ahora, ¿Quieres soltarme? — le indicó a Naruto, mientras veía el agarre de sus manos en sus brazos.

Naruto le soltó, pero no porque quisiera hacerlo, claro que no. Solo lo hizo porque tenía algo más que hacer.

—¿Comenzaremos ahora mismo?— le preguntó Naruto al zorro.

Pensé que ese detalle ya estaba claro. Debemos sacar máximo provecho al tiempo —. Declaró el zorro, notando claramente como de entusiasmado (y nervioso) se encontraba Naruto. Esperaba que todo ese entusiasmo lo pusiera también al momento de traspasar el chakra hacia el pergamino.  

—Y eso haremos, Kurama. — le aseguró Naruto.

.

.

.

 

—¿Esta posición está bien? — preguntó Naruto al zorro, quien se mantenía de pie frente a él.

Los cinco se encontraban nuevamente en medio del bosque, junto al riachuelo. Kaya estaba sentada junto a Jin unos pocos metros más allá y sobre una manta que el hombre se aseguró de colocar allí con anterioridad. Sasuke, por otro lado, estaba afirmado en el tronco de un árbol a solo poco más de un metro de distancia, observando su tarea.

Naruto estaba arrodillado, otra vez, sobre la superficie del suelo y frente a él se extendía el pergamino. Kurama ya le había dado todas las instrucciones que necesitaba por lo que solo quedaba esperar que todo marchara bien.

Solo asegúrate de estar cómodo. No podrás moverte demasiado al menos por una media hora, ya que debes enfocar todas tus energías en no permitir que esa energía se quede en tu cuerpo.

— Bien.

—¿Estás seguro de que esto funcionará, Kurama? — habló Sasuke de pronto, reflejando su inseguridad  todavía presente. Naruto sonrió internamente al darse cuenta de que realmente estaba actuando como antes.

Debe hacerlo… Incluso, cabe la posibilidad de que Naruto pudiese ser un jinchuuriki tal y como lo fue antes. Su cuerpo no es tan débil como el del resto de los humanos.

Un breve silencio se prolongó.

—No puedo creer que hayas dicho eso con una sonrisa de orgullo en el rostro, Kurama. — enfatizó Sasuke, provocando que Naruto, quien estaba con la mirada fija en el pergamino, le mirara.

En efecto, Kurama sonreía.

Si pensabas que me avergonzaría por algo así estás muy equivocado Uchiha, después de todo, este mocoso… — dijo, señalando a Naruto con una de sus garras. — fue el único humano que consideré digno de ser un jinchuuriki.

Naruto no podía negar que su suerte durante ese día estaba mejorando cada vez más.

— Su único problema es que no se da cuenta de lo que ha hecho hasta años más tarde —. Tras esas palabras del zorro, Naruto cambió de idea, pues esa era una muy clara alusión a su vida pasada. — En definitiva, puede llegar a ser muy denso, pero eso no significa que no tenga resistencia física —. Añadió al final, pero eso no arreglaba para nada lo anteriormente dicho.

¿Acaso era necesario ser tan cruel? Ya vería ese maldito zorro, ¡le demostraría que de denso no tenía nada!

—Ya que han dejado en claro lo denso que soy… ¿Podemos seguir con esto?

—Hn. Hace bastante tiempo que no estaba de acuerdo contigo, Kurama. — comentó Sasuke, ignorando por completo lo que Naruto había dicho.

Pero, el que sea denso no es un problema para ti… ¿No es así? — continuó Kurama, mientras se cruzaba de brazos y sonreía con sorna.— Ya que Naruto es tu “persona importante”.

No hacía falta decir que tanto Naruto como Sasuke estaban igualmente impactados ante las inesperadas palabras de Kurama. Ya se le había hecho extraño a Sasuke que no le molestara con ese tema y ¡Maldición!, ahora que esa era una realidad innegable, no pudo evitar avergonzarte como un maldito adolescente. Y Kurama no pudo evitar reír ante ese hecho.

—¿¡Qué-!? ¿¡Por qué sales con eso en este momento!?— alegó Sasuke, pero cuando notó que Naruto le dirigía la mirada y que parecía completamente emocionado, recobró su compostura y controló el tono de su voz. —¡Tsk! Eso fue completamente innecesario, maldito zorro.

Naruto no podía creer lo que acababa de suceder, no podía creer que se había olvidado de aquella conversación. De ahí su repentina emoción. No podía dejar de ver a Sasuke después de su reacción alterada, sin embargo eso no significaba nada ya que hasta el momento él no había negado las palabras de Kurama.

—Ya veo…ahora comprendo el por qué recibiste una bala por él —. Comentó Jin en la lejanía, haciendo memoria.

—Hn.

Así que no lo negarás, Uchiha.

—¿Por qué lo haría? — preguntó Sasuke, como si se sintiera ofendido. — Naruto ha sido mi mejor amigo desde nuestras vidas pasadas, es natural que sea alguien importante.

— Sasuke… — Naruto no pudo evitar que su nombre se deslizara de entre sus labios. Es que no podía ser un mejor día ¡No! Él lo haría todavía mejor, no importaba cómo, ese mismo día intentaría resolver todos los asuntos pendientes que tenía con él.

—Naruto — le llamó Sasuke, ya que su intensa mirada llena de esperanza por algo que Sasuke no podía comprender, le estaba poniendo incómodo.

—¿Eh?

—No te quedes viéndome con cara de idiota y comienza luego con ese jutsu, Usuratonkashi.

Naruto entrecerró los ojos por un momento, pero luego le dio la razón. Regresó su vista al pergamino frente a él y realizó todos los sellos en el orden que debía, para un segundo después, posicionar su mano derecha sobre el pergamino y la izquierda sobre el suelo raso.

Al igual que el día anterior, pudo sentir como esta energía fluía a través de él, dejando un hormigueo a la vez que pasaba por su cuerpo. Aunque durante los primeros segundos fue algo incómodo, rápidamente se acostumbró a la sensación. Kurama, mientras tanto, había tomado una postura de meditación para concentrarse mejor. Naruto no creía que fuera algo sencillo para Kurama el entregar su poder… de hecho, era bastante extraño que estuviese entregándolo por voluntad propia sabiendo que este no regresaría a él.

Concéntrate, Naruto —. Le advirtió Kurama, quien seguramente había sentido como el flujo de chakra había sido brevemente interrumpido. Y es que la intriga de sus anteriores pensamientos le hizo mover un poco la mano que se conectaba al suelo.  — Solo quedan unos cuantos minutos.

Y cinco minutos más tarde, Naruto pudo retirar sus manos de donde las tenía y sentarse sobre la superficie del suelo con libertad. Había estado de rodillas por casi media hora y a pesar de que creyó que sería una postura cómoda, ahora no pensaba lo mismo.

—Estar en una misma posición me pareció una eternidad…

Es solo falta de costumbre —. Comentó Kurama, levantándose de donde se había acomodado y luciendo tan bien, o incluso mejor de lo que estaba antes de comenzar con todo ese proceso. Naruto lo envidiaba, solo un poco.— Después de de unos dos días el cuerpo termina por acostumbrarse.

—Eso espero.

Descansaremos por unos minutos y luego continuaremos. —continuó el zorro. —…aunque todo va a depender de tu resistencia física, Naruto.

—¿No sientes nada extraño con tu cuerpo? —. Intervino Sasuke, dirigiéndose a Naruto y este supo que era una forma  más indirecta de preguntarle si estaba bien.

Negó con la cabeza antes de hablar.

— No, nada extraño —. Aseguró. —¡De hecho, tengo la misma energía que tenía al empezar! — agregó, con entusiasmo.

Pero, no pensaría lo mismo un par de horas más tarde.

Con el cuerpo entumecido, Naruto se negaba a continuar con eso sin antes haber recargado energías de alguna forma. Es decir, después de comer. Podía decir que su cuerpo estaba sin dudas, algo más cansado que en un principio, pero era en realidad su cabeza la que estaba en peor estado. Jamás pensó que concentrarse en ello, aunque fuera por cortos lapsos de tiempo, le costaría tanto. Aún así, él resistiría esperando que pronto se acostumbrara a ello.

Un sonido producido por su estómago, le sacó de sus pensamientos.

—Será mejor ir por algo de comer —. Sasuke se acercó hasta él al decir esas palabras. — Y creo que deberías tomarte un descanso un poco más largo ahora. Esto te está pasando factura.

—Estoy perfectamente —. Dijo Naruto, poniéndose de pie frente a él. —Tengo mucha resistencia ¿Recuerdas?

—Idiota, no me refería a eso —. Objetó.— Si te desgastas mentalmente demasiado rápido, te dormirás, y eso no sería de ninguna utilidad.

—Él tiene razón—.  Habló Jin, a favor de Sasuke.

—Ya ves. Quédate aquí. — Demandó Sasuke. — Iré por algo de comida.

—Yo voy también…— Kaya se levantó y siguió a Sasuke a través del bosque, con Jin siguiendo los pasos de ambos en silencio.

Mientras les veía alejarse, Naruto se aproximó al árbol más cercano y tomó asiento, recargando allí su espalda para descansar. Cerró los ojos y sonrió un poco. Le gustaba esa seca amabilidad que Sasuke le profería. Él no era de suaves palabras, pero lo que no decía, lo demostraba con su actuar.

Ha vuelto a actuar como antes… —comentó Kurama y Naruto abrió los ojos para verle. — ¿Le aclaraste todo?

—Claro que sí… — Respondió, algo dubitativo, pues había aclarado al menos lo más importante, por el momento.

El zorro suspiró con aburrimiento.

Debí suponerlo…

—No es tan fácil hacerlo. —confesó Naruto volviendo en puños sus manos, infundiéndose valor.

A pesar de todo, no podía negar que una parte de él todavía tenía miedo, pero él realmente quería confiar en lo que sus instintos le decían y… si al final estaba equivocado, ya cargaría con las consecuencias.

Se prometió a sí mismo, que se esforzaría en transmitir claramente lo que sentía con mucha más entereza que en lo que llevaba de vida, sin embargo, el día transcurrió sin que se diera cuenta y ya entrada la noche, Naruto sentía que su mayor esfuerzo tendría que volcarse en poder llegar a casa despierto. No es que no deseara hablar con Sasuke, juraría por lo más sagrado que quería hacerlo lo más pronto posible, pero no quería caer inconsciente en medio de una confesión.

—Debiste advertirme que sería así de complicado, Kurama…— le reprochó Naruto al zorro, caminando a duras penas hacia el templo junto con este.

¿Cómo pudiste creer que no lo sería? — Cuestionó el zorro, antes de detenerse por un momento para esperar a que Naruto le alcanzara.

Los demás iban bastante más adelante, tanto, como para que no alcanzaran a oír lo que ambos se decían. Kaya, sorprendentemente había caído dormida en brazos de Jin, ya que se había negado a volver adentro una hora atrás. Sasuke seguía los pasos de Jin de cerca, mirando hacia atrás intermitentemente, hacia donde Kurama y Naruto se encontraban.

—Se supone que soy resistente… — alegó Naruto, lastimeramente.

Lo eres —. Concordó el zorro. — Pero no lo eres tanto para concentrarte… no cuando te concentras en algo aparte del mocoso Uchiha —. Agregó con algo de disgusto y Naruto enrojeció de la vergüenza, incapaz de refutar debido a la falta de energía. —Si se tratara de él, creería en tu asombrosa resistencia de concentración sin dudarlo.

Llevando la mirada al frente, Naruto notó como Sasuke se detenía bastante cerca del templo, claramente esperándolos. No podía distinguirse bien a causa de la poca iluminación, pero, podría asegurar que estaba observándole solo a él. Era increíble como esos detalles tan pequeños le hacían emocionarse más de la cuenta pero, ¿Quién podía culparle? Sin embargo, de inmediato se forzó a serenarse. No debía adelantarse todavía, a pesar de creer y desear con todas sus fuerzas en que todo marcharía bien entre ambos.

Puedo sentir el miedo venir de ti Naruto. — Dijo Kurama de pronto, ralentizando levemente sus pasos.

—¿Cómo dices?

Kurama bufó, exasperado.

Sólo díselo y ya está —. Naruto se avergonzó, otra vez. — Todo marchará bien. — le aseguró Kurama a solo unos cuantos pasos de Sasuke, pensando seriamente en que si Naruto no se encargaba de ello pronto, él lo haría por sí mismo ya que, estaba más que claro que esos dos idiotas se querían desde siempre y no tenían más escusas para negarlo.

Bufó nuevamente, por el asco que le daba pensar en asuntos tan empalagosos.

—¿Ya te cansaste de vigilar su paso, Kurama? — preguntó Sasuke cuando llegaron junto a él, habiendo visto como el zorro bufaba antes de adelantar algo su paso.

Estoy harto—. Aceptó. —Es todo tuyo ahora. — terminó, acelerando todavía más sus pasos.

Sasuke solo le miró mientras se alejaba antes de llevar su atención al hombre junto a él.

—Luces… horrible, usuratonkashi. — le dijo Sasuke a Naruto, a ver su postura decaída y su cara de cansancio. Naruto se veía normalmente bastante enérgico, incluso tras dar sus clases, por lo que realmente debió invertir demasiado esfuerzo durante la transferencia del chakra para verse así.

— Bastardo… no tienes que ser suave conmigo. No me enfadaré si dices que luzco como la mierda, porque ya lo sé.

—Idiota, y esto es solo el inicio. — le recordó —. Tómate esto con más calma, todavía queda tiempo…— terminó Sasuke, con una sonrisa en los labios.

Naruto tragó saliva con fuerza ante la expresión de su compañero. De verdad, ¿No sabía Sasuke el efecto que tenía su sonrisa? Ese era uno de los tantos detalles que le hizo caer por él desde hace bastante tiempo (a pesar de no reconocerlo del todo), pero agradecía internamente que este nuevo Sasuke se permitiera hacerlo con más regularidad que en su vida pasada. 

—Como dijo Kurama, solo es cuestión de costumbre. — Contestó Naruto al fin, riendo levemente. —Ya verás que mañana luzco mucho mejor.

Cuando se adentraron en el templo, Kurama prácticamente les hecho a patadas de allí. Estaba más irritado de lo normal y Naruto podía creer adivinar la razón. Siempre le habían sacado de quicio las interacciones entre él y Sasuke, por lo que, solo podía meritar su comportamiento agresivo a ese tema.

Sin demasiado ajetreo Sasuke llevó a Kaya hasta el automóvil, quien todavía dormía, y le dejó en el asiento de atrás. Sin decir nada más, cumplió su palabra de no dejar que Naruto condujera de regreso a casa, pero las razones para ello eran muy diferentes ahora y con Naruto ya instalado en el asiento del copiloto, partieron rumbo a casa.

Mientras veía el paisaje pasar frente a sus ojos, Naruto agradeció que hubiesen ido los tres juntos al templo, ya que, definitivamente no podría haber conducido en su estado actual. Poco a poco, el silencio que les rodeaba y el andar de auto le relajaron a tal punto de creer que había recuperado un tercio de su energía, ya que no sentía el cuerpo tan rígido como antes, ni su mente estaba tan nublada.

Quitó su mirada del paisaje que el exterior le ofrecía para centrarla en su compañero. Sus oscuros ojos estaban atentos al camino frente a él, y su postura, como de costumbre, indicaba que tenía todo bajo control. Naruto sonrió. Apreciar la visión que Sasuke profería, siempre fue controversial en su anterior vida al no querer dañar a nadie pero, en ese momento, sintió que podría realizarlo con todo detalle sin sentirse culpable por ello.

Su oscuro cabello, debidamente cuidado y peinado, entornaba con gracia las facciones de su rostro, dándole un enfoque lleno de seguridad y serenidad al mismo tiempo. Por el momento, Naruto no percibía en él ninguna sensación negativa. Sabía que no estaba incómodo o enfadado, pero que tampoco estaba feliz ¿Cómo luciría su rostro si lo estuviera? Realmente, deseaba verlo algún día… No como en ese instante, en que faltaban tantas cosas por resolver y que mantenían a Sasuke en un estado de conformismo y control, una vez más.  Al igual que cuando ambos intercambiaban palabras cuando era Hokage.

Recordaba que en esos momentos, cuando las facciones de Sasuke estaban llenas de autocontrol pero sus ojos le hablaban por si solos, era cuando más anhelaba poder dejar fluir sus impulsos sin restricciones y poder darle a entender toda su verdad. Poder abrazarle como hizo en el hospital, poder sentirle plenamente vivo a su lado, poder alcanzar su rostro y sentir su temperatura.

Naruto se preguntó de pronto, cómo de bien se sentiría ahora tocar su rostro con sus manos… a diferencia de lo que esperaba sentir justo antes de su muerte. Estaba seguro de que, a pesar de su apariencia más bien fría, sentiría una calidez tranquilizadora al alcanzarlo... Sin poder evitarlo, su mirada recorrió todo su rostro, mientras imaginaba aquel tacto, hasta llegar a los labios del otro y por primera vez desde que despertó, consideró conscientemente, la idea de querer besarlo. 

—¿Qué sucede? — Naruto escuchó que Sasuke casi le susurraba, sin quitar la mirada del camino.

Sasuke habló así de bajo para no despertar a Kaya quien dormía en el asiento de atrás. Naruto le había estado observando intensamente desde hacía algunos minutos y comenzaba a incomodarse por ello. Algo en su interior, sin embargo, le dijo que no le mirara directamente. Como antes había dicho, su visión sí que era bastante buena por la noche y no quería, al voltear, encontrarse con la realidad.

Naruto, sorprendido y un poco nervioso, posó su mirada también en el camino.

—No…No pasa nada-tebayo— dijo, sintiendo sus labios extraños por un instante. Su imaginación era demasiado.

—Tu voz suena mejor ahora —. Reconoció Sasuke, impresionado, y pasando por alto es nerviosismo que creyó percibir en Naruto. — ¿Te sientes mejor? — preguntó, pues aún así, debía comprobarlo.

—Bastante mejor, si. — dijo, atreviéndose a mirarle nuevamente, y notó que ahora el perfil de Sasuke le entregaba una expresión afable. No parecía querer decir nada más, pero él sí lo haría. Debía hacerlo o no sabría en que cosas terminaría pensando. Con un tono lo suficientemente bajo para no molestar a Kaya, continuó: —No recuerdo cuando fue la última vez que me sentí tan agotado-ttebayo. 

Vio a Sasuke levantar una ceja en señal de incredulidad cuando se encontraron frente a un semáforo en rojo.

—¿En verdad no recuerdas ningún otro momento? — por el tono de su voz, Naruto supo que se refería al pasado.

La última batalla que se dio entre ambos volvió a su memoria.

— Ninguno, al menos no es esta vida—. Dijo, antes de que Sasuke pusiera en marcha el auto una vez más —. Y en el pasado… creo que fue cuando luchamos tras terminar la guerra—. Se sinceró, y percibió una leve tensión posicionarse en los hombros de Sasuke. Era increíble lo sensible que se mostraba ante esos temas, a pesar de aparentar lo contrario.

—Tienes razón.

Sasuke ahora sí estaba triste, pero Naruto no permitiría que eso se extendiera. Agradecía en ese momento, tener la imaginación que tenía.

—Pero… ¿No crees que es algo fantástico? — preguntó Naruto y Sasuke, tal como él esperaba, frunció el ceño.

—¿Fantástico? — ¿Cómo podía considerar que intentar matarse era algo fantástico? Pero Naruto no se refería estrictamente a eso.

—Quiero decir, lo que vivimos es imposible que llegase a repetirse ahora. — Aclaró, como si Sasuke no lo supiera, antes de continuar: — Si lo ves sólo como un espectador… Nosotros, éramos geniales ¿No lo crees? — finalizó, un poco más emocionado y sonriendo con fuerza.  

Tras oír aquella idea, Sasuke no pudo evitar reír levemente a pesar de querer hacerlo a carcajadas. Naruto siempre lograba sorprenderlo de alguna manera y él no podía negar que era tremendamente feliz por eso. Era increíble cómo se desarrollaba todo dentro de aquella mente impredecible, él cómo podía mejorar su estado de ánimo, con solo unas palabras.

—Realmente, eres increíble Naruto. — Admitió, ocultando su verdadero significado sin lograrlo del todo. — A pesar de no ser un ninja.

A Naruto no se le borró la sonrisa del rostro en todo el resto de camino.

No tardaron demasiado en llegar a casa pues no había no mucho tránsito aquel día. Estacionándose debidamente, Sasuke salió del auto cargando a Kaya en brazos para marcharse a casa. La niña se había movido en sueños, sorprendiendo a Naruto lo profundo que podía llegar a dormirse, para colocarse frente a Sasuke como si le abrazara.

—En verdad, se acostumbró a estar contigo, al final. — dijo Naruto con sinceridad. — Y al parecer tú a ella también… Bastardo, así que sí tenías un don con los niños que estaba oculto. — comentó divertido, manteniendo su tonalidad de voz baja.

—No lo tengo. Kaya es diferente. Eso es todo. — respondió Sasuke, emprendiendo su marcha hacia la casa del frente. No le explicaría en ese momento el porqué ella era diferente, pues no creía que Naruto, quien había aceptado tan bien su pasado, pudiese entender el deseo de cambiar lo que se ha vivido, que compartían él y Kaya. 

Apresurando el paso, Naruto se mantuvo a su lado incluso al adentrarse en su propia casa.

—Naruto… ¿No deberías ir ya a descansar? — le preguntó Sasuke, al verlo con intensiones de entrar con él. 

—Creo que mi energía está de regreso. — Además de que no quería separarse de Sasuke, ahora que compartían un buen momento a solas. Tal vez, incluso podría lograr su propósito ese mismo día. —Y también, quiero ver cómo te ocupas de dejarle dormir en su camita. — molestó un solo un poco, y Sasuke entrecerró los ojos, con cansancio.

—Idiota, haz lo que quieras.

Tras esas palabras, ambos entraron y Sasuke enlistó a la niña, que todavía dormía, lo más adecuadamente posible para dormir. Él sabía que ella no dormiría muy cómoda con su ropa puesta, pero no podía evitar dejarle así. No le cambiaría de ropa.

Después de asegurarse de que todo estaba en orden, Sasuke y Naruto salieron de allí y con paso lento volvieron a la entrada. Naruto se detuvo a unos pasos de la puerta y Sasuke apoyó su hombro en la pared junto a esta.

—Entonces debería irme… — comenzó Naruto pasándose una mano por el cabello, antes de continuar. Realmente no quería dejar todo de esa manera, se había prometido dar su mejor esfuerzo con eso de aclarar todo y ya no tenía la escusa de su agotamiento para no hacerlo.— pero…

Un silencio cayó sobre ellos en el momento en que cruzaron miradas. Ya que, por la expresión que Sasuke tenía, parecía querer decirle algo también.

—Yo…

—Yo…

Ambos hablaron al mismo tiempo y Sasuke chistó. Naruto en cambio, rió un poco. Dejaría que Sasuke dijera lo que tenía que decir antes de iniciar con lo suyo, pues sin importar lo que pasara, las cosas se aclararían en ese momento.

—Comienza tú.—dijo Naruto y Sasuke suspiró.

—Está bien. — dijo y se acercó un poco más Naruto. Realmente necesitaba sacar eso de su interior, o si no jamás lo haría. — Cuando nombraste nuestro último enfrentamiento, después de la guerra… me di cuenta de algo más. —Naruto comenzó a sentir una extraña curiosidad expectante nacer en él, debido a eso. — Sé que si no lo digo ahora, no encontraré otro momento para hacerlo, así que… Gracias por librarme del odio, Naruto. — Soltó sin más, utilizando su autocontrol para no decirle mucho más que eso.

Un repentino calor envolvió a Naruto al oírle y pudo reconocerlo como unas intensas ganas de llorar, sin embargo, no lo hizo porque la felicidad que sintió tras asimilar bien sus palabras, se lo impidió. Estaba literalmente choqueado, en el buen sentido de la palabra. Jamás, ni en una eternidad, se imaginó que Sasuke le agradecería por ello, después de todo él jamás necesitó un agradecimiento.

—Sé que decirlo ahora es algo extraño. Pero, mi yo anterior quiso decírtelo por años, pero al final no lo hizo. — Añadió Sasuke, sonriendo con una dolorosa nostalgia por las situaciones que le llevaron a ocultar aquello.

Pues, cuando estuvo listo apara hacerlo,  el dolor de no ser correspondido se lo impedía. Porque no era solo aquello lo que siempre había querido decirle, había sido mucho, mucho más.

Naruto, por su parte, sentía que se le saldría el corazón por la boca. Sasuke le había agradecido, y le había sonreído… pero lo más importante era que lo había hecho de la misma forma en que lo hacía en su vida pasada, cada vez que podía sentir que Sasuke le necesitaba, no solo como un amigo y que le quería más que a nadie más.

Sin pensar en lo que hacía, avanzó más hacia él sin dejar de mirarlo directamente a los ojos y deseando por fin llevar a cabo su deseo de alcanzarle, su mano se movió sin permiso para tocar su rostro. Sasuke se paralizó sorprendido ante el toque repentino, pero no se alejó. En cambio, los ojos oscuros siempre llenos de melancolía, brillaron levemente cuando Naruto le sonrió también, en un intento por consolarle tal y como siempre quiso hacer.

—No tienes que agradecerme por nada, Sasuke…— Le dijo, casi como un murmullo.

Y cuando Sasuke enfocó sus ojos en sus labios cuando él le habló, su corazón se aceleró. Un extraño impulso surgió en el interior de Naruto liberando toda la expectación guardada en su alma desde hace siglos, para convertirlas en una acción tan simple y compleja a la vez, como lo era un beso. El suave y cálido contacto había llegado de forma inevitable y una vez que comenzó se sintió tan correcto que, a pesar de haber sido interrumpido por él mismo solo un segundo después, supo que aquella sensación fue lo que siempre había estado esperando…

Sin embargo, su emoción sería aplacada al instante por el evidente shock en que Sasuke se encontraba. Sus ojos le miraban extremadamente confusos tras separarse unos centímetros, para luego desviarlos hasta el piso y cubrirse la boca con la una mano.

¿Qué demonios fue eso Naruto? — Le preguntó, retrocediendo unos pasos, evidentemente a la defensiva pero sin mirarle en ningún momento. Y Naruto supo, que había cometido un error. Él no le había aclarado absolutamente nada todavía y por un impulso le había besado.

—Juro que puedo explicártelo-ttebayo… de hecho por eso me quedé-

—¿Explicarme qué? — le interrumpió Sasuke, todavía conmocionado. — …Se suponía que tú… ¡Maldición! ¿Por qué siempre haces esto, Naruto? —dijo, claramente frustrado y enfadado, mirándolo al fin.

Esa mirada lo decía todo para Naruto, aunque intentara explicarle algo en ese momento, Sasuke no le creería. Y no porque creyese que era mentira, sino que no estaba dispuesto a creerle todavía.

Pero eso todavía no terminaba.

—Tú deberías saber por qué lo hice… — dijo Naruto, recordando como el antiguo Sasuke también mantenía su distancia con él en el pasado, y el Sasuke frente a él frunció todavía más el ceño.

—¿Por qué debería saberlo? …Algo como esto… — cuestionó, frustrado.

—Se suponía que debía decirte varias cosas antes que algo así pasara… —dijo Naruto, más para sí mismo que para Sasuke. — Volveré mañana temprano, porque sé que ahora no me creerás, y escucharás todo lo que tengo por decir. — añadió, levantando un poco más la voz y mirándole con mayor seguridad. Después, abrió la puerta de la entrada para regresar a casa esperando que no se hubiera arruinado todo por su forma intempestiva de actuar.

Aún así, Naruto jamás se arrepentiría de haberle besado. Si le rechazaba mañana, al menos tendría ese recuerdo en su alma y en su corazón.

Sasuke, todavía en su sitio, se quedó mirando fijamente la puerta cerrada frente a él antes de chistar nuevamente. 

—¿Acaso tengo opción? — casi murmuró, todavía molesto, pero más que nada, consigo mismo.

Aquella acción le había tomado completamente por sorpresa, y es que se suponía que eso no debería ser ni remotamente posible. Naruto dijo que las cosas con Hinata habían salido bien, eso significaba que estaban en buenos términos nuevamente ¿No? …Entonces, si estaba claro que era su prima quien debía estar con él y a quien él quería:  ¿Por qué le había besado como si hubiese estado años planeándolo?

Se suponía que él había decidido que no haría nada para que ellos dos se separaran debido a su presencia, pero, sus intentos por ocultar lo que sentía no habían servido de nada y ahí estaba, estúpidamente añorando repetir lo que habían hecho, a pesar de tener más que claro que saldría herido por ello.

—Maldición.

—No deberías maldecir tanto, Sasuke. — dijo la suave voz de Kaya desde las escaleras.

Sasuke se giró hacia ella y se cruzó de brazos.

—¿Viste todo eso? — preguntó Sasuke, yendo directo al punto más importante.

Kaya asintió y Sasuke solo pudo suspirar, resignado.

—Fue extraño que él te diera el beso y no tú a él. — Comentó la pequeña.

Sasuke rió. Ahora resultaba que hasta la niña sabía todo.

—Eso fue un error de su parte.

—¿De verdad?

Sasuke no respondió a eso y simplemente, se quedó mirando la puerta una vez más. Algo en su interior le decía que la seguridad en las palabras de Naruto, provenía de algo que él todavía desconocía. De pronto, el abrazo repentino que le dio en el hospital llegó a su mente… ¿Habría estado Naruto pensando en hacer esto desde que despertó? Entonces…

—Mañana saldré de aquí cuando él llegue. — le dijo Kaya antes de encaminarse hacia el segundo piso nuevamente, interrumpiendo sus pensamientos.— Escúchalo hasta el final.

Con su curiosidad creciendo cada vez más, al igual que sus esperanzas, pensó que tal vez había sido un error dejar que se fuera. Sin embargo, había otra parte de sí, que sentía que aunque quería saber sus verdaderas razones para besarle a cualquier costo, todavía existía algo que sabía, no estaba listo para escuchar. 

Notas finales:

Uf! ¡Este es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora! (18.000 palabras) y eso es demasiado, considerando que quería hacer doce capítulos de 4.000 xD... Según mis cálculos, este debía ser el capítulo final, pero como siempre pasa conmigo, alargo demasiado las cosas.

Como pueden apreciar, pasaron bastantes cosas durante este capítulo, y mientras lo escribía me fui sintiendo algo extraña… primero que nada, la escena del beso: deseo con toda mi alma cubierta de roca que haya salido bien… ahora lo importante:

Las memorias de Naruto, me dolieron bastante la verdad, y fue lo único de este cap. que escribí primero en papel. Eso lo hizo más personal (?) supongo, porque me cuesta más adivinar cómo piensa. Con Hinata, me pasó algo muy impactante. En lo personal, Hinata no me agrada para nada, ni su personalidad, ni su diseño en sí, pero… ¡no puedo creer que casi lloré con la escena del rechazo! Si no me hubiese alejado de la computadora para hacer otra cosa, sé que lo habría hecho. ¡Todavía no me lo creo!

Y ahora, este Sasuke tan extraño… me fue difícil dejar su punto de vista de lado, pero al final, Naruto logró hacerle volver a la normalidad. Y su reacción al final, bueno, el todavía cree que Naruto está con su prima y el juró que no haría nada si estaban de pareja y esto último, no es algo que en esa situación pueda aprobar, por muy enamorado que esté… Y Kurama, siempre siendo él mismo, una criatura milenaria que debe lidiar con asuntos absurdos para su existencia. Me compadezco por él.

¡Estas notas salieron demasiado largas!

Como siempre, gracias por seguir leyendo y a todos los que dejan un comentario. :D

¡Hasta la próxima actualización~!


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