Bustamante no se aguanta a sujetar ambos cachetes de su compañero, acercando su rostro para poderlo apreciar bien, importándole poco haber quedado a escasos centímetros de los labios de Martínez.
Este deja de mecer a la pequeña en brazos, que de por cierto ya se había dormido al instante, dejando el lugar en silencio.
-…s-señor?
-sí?, qué sucede?? –con una sonrisa ladina, dirige una mirada inquieta hacia Martínez.
-y-yo...es que…
-tú qué, Martínez?... –al observar directamente a los ojos contrarios, el rostro del más joven se logra sonrojar por completo; Bustamante, al ver tal reacción, siente una fuerza invisible que le atrae hasta el menor.
Ambos se van juntando de a poco sin dejar de verse, hasta que logran unir sus labios en un beso suave, delicado y tierno; sus ojos se cierran, haciendo que las sensaciones sean más fuertes y placenteras.
Sin embargo, al pasar unos segundos el aire logra escaparse por completo de sus pulmones y eso los obliga a separarse para poder respirar.
Martínez solo agacha la cabeza sintiéndose muy avergonzado tras lo sucedido, tratando de ignorar cualquier contacto con su superior; se habían besado! Aun no se lo podía creer, acaso sería todo un sueño?... no, lo sentía demasiado real como para serlo.
-... bueno, tenemos que ir al lugar del 3er asesinato; yo te llevaré en mi auto, para llegar más rápido, de acuerdo?
Como respuesta, recibe un asentimiento con la cabeza.
-…entonces, ya me voy… por cierto, te esperaré en la entrada principal –siendo estas sus últimas palabras, sale de la habitación, cerrando la puerta nuevamente.
Martínez ya no sabía qué es lo que había sucedido! Todo fue demasiado rápido para él!! Sentía un mar de emociones dentro de sí, y mientras más pensaba sobre lo sucedido una sonrisa de alegría surcaba en sus labios.
En cambio, a Luis; este se encontraba confuso, nervioso, alegre y completo; de tan solo recordar esos labios junto a los suyos, arghh… Su amigo Chacaliasa tenía razón, era tiempo de buscarse una compañera para él, en este caso, un compañero; jamás pensó que esto pasaría pero fue algo grandioso, quizá su amigo Leopondo sabía sobre esto y solo le ayudo dándole el empujón que necesitaba para que ambos se juntaran.
Ya saliendo de sus pensamientos, se dio cuenta de que sus pasos le condujeron hacia su oficina, allí aclararía todos sus pensamientos y de paso sus emociones antes de volverse a ver con el menor.
Martínez era el indicado, no cabía duda pues sintió unas emociones tan fuertes en ese corto contacto, que ni siquiera se comparó cuando todavía estaba con la madre su querida hija Brigith; no arruinaría todo como cualquier jovenzuelo en su etapa de enamoramiento o ilusión; Por supuesto que no!, él trazaría un plan para que todo este y quedé bien a un futuro posiblemente cercano.
Volviendo con el más joven; este ahora se encontraba atendiendo nuevamente a la pequeña que se había despertado. Esta vez solo abrió sus ojitos en silencio y comenzó a mover sus manitas como si estuviera buscando algo o a alguien.
Martínez la cargó con delicadeza y tomó asiento en su silla giratoria; tratando de no ponerla incomoda, la coloca en forma de arrullo mientras que con una mano le acariciaba la cabecita y parte de la mejilla.
-al parecer ya te despertaste, Diana.
-…papi? –ante la atenta mirada un tanto sorprendida del mayor, Dana le abraza con ojos llorosos– Papi!!...oñé qui…qui t-tú m-e deja-bash
-no Diana…yo no te dejaría; aquí estoy, tranquila cariño –un instinto protector le obligó a responder de esa manera; acaso la pequeña no recordaba nada? Sería una enfermedad o un mal golpe? Fue extraño que de la nada le nombrara papi, se sentía raro pero agradable a la vez.
-ño me de-dejarásh? –tratando de controlar sus propios sollozos, apegó su rostro al pecho de su “papi”.
-claro que no, qué padre haría eso?...ya, ya; mira, tengo un poco de trabajo saliendo de aquí; si quieres podemos paseo después de todo, okey?
-...chií, pello tengo hambe
-emm, puedes comer por mientras unas galletas de vainilla?–Aleja la mano que se encontraba sobando la mejilla y abre un cajón de su escritorio, de este saca un envoltorio ya abierto- Son muy suaves pero no sé si te gusten, haber prueba –coloca una de las galletas en la boquita contraria.
Dana da un pequeño mordisco antes de sujetar por ella misma la galleta y comérsela con gusto, pidiendo una más al finalizar.
-bueno, tengo que guardar algunas cosas en mi maletín; qué tal si me esperas aquí en la silla?
-oki papi
Martínez le devuelve una sonrisilla, poniéndose de pie, acomoda a Diana en la silla con tal de que no se pueda caer y ante la curiosa mirada de su ahora “hija” saca su maletín que se encontraba en la cima de su estante lleno de archivos de crímenes ya resueltos y otros en proceso.
Al ya tener su maleta, la coloca sobre el escritorio; en esta va metiendo unas agendas con lapiceros de colores, resaltadores, bolsas de criminalista, guantes y mascarillas de platico, algunos papeles con temas del caso, las muestras de sangre, las cuales la revisará en su casa también las empaca dentro y por último introduce una bolsa que posiblemente esté lleno de ropa, esta se encontraban en la parte inferior de la cuna.
Ya teniendo todo listo se coloca su maletín en el hombro izquierdo, luego sujeta en sus brazos a Diana que con gusto se deja hacer y la introduce nuevamente en su cuna para poder llevarla cómoda; ya teniendo todo lo que necesita llevarse, se dispone a abandonar su oficina, cerrándola con llave desde afuera.
Pasa por los pasillos menos recurrentes, pues no quería llamar la atención de sus colegas, estos de seguro le aplastarían con un montón de preguntas sobre el por qué pasó a toda velocidad hacia su oficina y de seguro también el origen de la pequeña.
Ya estando cerca de la entrada principal, se detiene cuando logra visualizar al General Bustamante recostado de espaldas contra un poste (Slendy!! XD XD XD… okno, ya me callo :’’y), se encontraba con una sonrisa ladina y la mirada al cielo; nuevamente un sonrojo se le forma al Teniente por verlo a detalle.
Sacude la cabeza tratando de calmar su mente y sonrojo, pero antes de poder caminar de nuevo, siente que es sujetado del hombro izquierdo, incitándole a dar una vuelta un tanto brusca, haciendo que sujete con más fuerza la cuna con Diana dentro, tapándola como puede en el proceso.
-Hey, Ángel, no te había visto en todo el día; por dónde andabas pequeño?
“Perfecto… justo lo que necesitaba ahora” pensó antes de formar una mueca incomoda ante la llegada de uno de sus compañeros.
-Tenía y tengo trabajo con lo del nuevo caso, me encuentro ocupado ahora; acaso se te ofrece algo, Jerson?
-pues sí, quisiera saber qué es lo que ocultas ahí
-disculpa, pero no te incumbe –con recelo aparta más lejos la cuna del contrario.
-ohh vamos!!... entonces, qué dices de una cita en la noche?
-no gracias, estoy ocupado con papeleo.
-el papeleo de Bustamante? Por qué no dejas de hacer sus cosas? Qué acaso no puede hacerlo por si solo?
-Ese es mi trabajo, Jerson.
-No, no es eso… Dime, qué tiene él que no tenga yo? Es solo un viejo!!
-perdón por interrumpir, pero a quién le dices viejo? –De la nada, Bustamante hace su aparición en la recepción al escuchar el alboroto.
-General!!–El joven se congeló tras oír y ver a su jefe que venía con pasos hacia ellos.
-Qué sucede, Teniente Rupire?, hay algún problema con mi Teniente?
-… no, señor; solo conversábamos.
Bustamante al estar enterado de las verdaderas intensiones del muchacho decide darle un poco de cuerda al asunto, poniendo una de sus manos en la cadera del menor- pues más te vale. Nos vamos? –dirige una mirada coqueta junto a una sonrisa provocadora al menor ante la atenta mirada confusa de Jerson.
-sí, ya estoy listo –Martínez es sorprendido pero al ver la situación en la que se encontraba, decide colaborar con su jefe y seguir con el juego. Acomoda mejor la manta que cubría el rostro dormido de Diana, dándole un espacio para que llegue el aire fresco.
-con permiso.
Ambos abandonan la recepción, dejando a Jerson confuso de lo que acababa de pasar. En el trayecto hacia la salida, Luis no había quitado su mano porque al parecer no era molestia para el menor, quien se encontraba con una sonrisa.
Ya estando en el servicio de estacionamiento se separaron un poco, mirándose por unos segundos a los ojos.
-No hacía falta que interviniera, señor.
-Se hacía un poco tarde para que salgas, así que fui a revisar y me di con esa sorpresa. Sucedió algo más?
-no, por supuesto que no, señor
-bien; ahora, subamos a mi auto, necesitamos llegar rápido–quita el seguro a las puertas, colocándose donde Martínez para abrirle el asiento del copiloto.
-pero General, por qué haría tal cosa? –confuso pregunta mientras entra en el automóvil.
Al ya haber subido el Teniente, Luis cierra la puerta y se dirige a su propio asiento, contestando la pregunta una vez dentro.
-Las demás patrullas están en camino hacia acá, las otras está en reposo luego de una persecución larga en el sector 41 –se coloca el cinturón de seguridad y visualiza a Martínez para verificar si había hecho lo mismo.
-oh, bueno… -Sin perder tiempo, recuesta a Dana en el asiento trasero, asegurándola con el cinturón de seguridad y con su mochila, la cual hace la función de que no se caiga del asiento.
- …si nos sobra tiempo, te llevaré a mi casa para enseñarte algunas cosas sobre el cuidado de la pequeña, te parece? –comprobando que sí lo estaba, enciende el motor listo para arrancar.
-emm sí, claro
-Okey; llegaremos en unos minutos, tengo un atajo para el lugar del 3er crimen… y tú tranquilo, no iré tan rápido por la pequeña.
-gracias –Ángel le dedica una dulce sonrisa, la cual hace que el General dirija su mirada rápidamente al frente; no quería hacer algo atrevido así que aprieta el acelerador, comenzando el trayecto hacia la playa; mientras Martínez, inocente de lo que acababa de provocar, mira al exterior de la ventana.
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Los 3 jóvenes con quien aproximadamente unos 40 minutos antes se habían cruzado con Jeff, se encontraban caminando cerca de la entrada al bosque. El azabache del grupo con astucia logro quitarle un pomo de pastillas a uno de sus compañeros, quien era ni más ni menos que Timothy.
Al ya ser tiempo de que este tomara su medicina, buscaba con desesperación en sus bolsillos sin resultado; llegando a toser alarmantemente, para luego caer de de espalda al suelo como un saco de papas.
Los 2 restantes solo se sentaron a esperar, era algo normal para ellos de que su compañero colapsara al no tener sus pastillas; mientras esperaban la reacción de su amigo, Tobías saca un bozal junto a unos googles de su bolsillo trasero, colocándoselos respectivamente en sus lugares; Brian no se quedaba atrás, este saca un pasamontañas negro con ojos y boca triste de color roja, colocándosela también; por último saca una máscara blanca con sujetador.
Tras haber pasado cerca de unos 8 a 10 minutos, Timothy se levanta con la mirada hacia el suelo sin emitir palabras, solo extiende su mano al azabache, quien le entrega la máscara de igual manera.
Ya después de haberse cubierto los rostros, siguen su camino al interior del bosque; Toby, un muchacho hablador, no soporta estar más tiempo en un silencio absoluto así que toma la iniciativa de comenzar una conversación.
-y… compraste todo lo que necesitábamos, Hoodie?
Como respuesta recibe un leve asentimiento con la cabeza y le enseña las bolsas que llevaba consigo. Toby, hace una mueca de aburrimiento pero al tener el bozal es casi imposible de visualizarlo.
-…Umm, hey Masky!, si me compraste los waffles, cierto?
Otra vez le responden con un asentimiento de cabeza y la demostración de más bolsas; siendo esta vez, Tim.
-acaso no pueden hablar? O es que están molestos conmigo?!
Un suspiro pesado sale del otro joven castaño, moviendo su rostro con la máscara puesta en dirección al menor de sus compañeros.
-Si podemos hablar y no estamos molestos contigo Toby; solo queremos tener un poco de tranquilidad al caminar…
-Pero no quiero que este en silencio! Es muy aburrido
-para nosotros no lo es Toby; al llegar puedes jugar videojuegos con Ben, de seguro se emocionará al tener un compañero con quién jugar
-acaso no está Jack para darle sus mimos?
-…se encuentra en una misión; acaso no lo recuerdas?
-ohhhh, cierto!!
-pueden guardar silencio ambos?–La voz grave de Hoodie los silencia por unos instantes antes de que el menor vuelva a soltar sus palabrerías.
-déjame pensarlo…nop!
-…disculpa, Hoodie
-en serio Timothy?, te callarás solo porque él lo dice?
Tras eso, Tobías recibe una fulminante mirada del contrario, que es notada al tener agujeros en el sitio de los ojos.
-Ya bueno!!...me callo…
Los minutos pasaban lentos para el más joven del grupo, tenía la mirada gacha y prácticamente arrastraba los pies por el gran aburrimiento que sentía en ese instante.
-Toby!, deja de imitar a un vagabundo y no hagas ruido.
-pero estoy aburrido, Masky!!!...
-…Hemos llegado; a quién le tocaba abrir esta vez?
- A mí!, a mí!! –De pronto todo el aburrimiento que llevaba consigo se desvanece al saber que están cerca de la entrada.
-Ábrelo entonces, pero no te demores…
-ñeee! –con gran entusiasmo, entra corriendo a la cueva seguido de Hoodie y Masky, quienes iban despacio al saber que sí se demoraría en abrir la entrada.
-Ohh gran roca!, tú que eres la conexión entre el mundo mortal con la dimensión de los creepypastas, déjanos pasar atreves de ti, pues necesitamos llegar a nuestro destino a tiempo!; te lo imploro yo, Ticci Toby!!! El más crack de los creepys!!!
Mientras el joven Tobías hablaba y hablaba con una roca incapaz de escucharla, Hoodie y Masky se encontraban sentados en sima de unas piedras, dejando las compras en el suelo rocoso; conversando entre ellos sobre el encuentro con el muchacho y su mascota.
-No lo sé, solo pude escuchar como Toby dijo que sentía algo familiar en él, de ahí ya no recuerdo nada, ni siquiera su rostro.
-Pues… yo si sentí algo familiar, pero no en el chico, sino en su perro; aparte de que tenía un nombre extraño.
-A sí?, y como se llamaba? –intrigado pregunta Masky al no ser capaz de recordar bien por su trastorno de personalidades.
-Smile; no se te hace conocido?
-ahora que lo pienso sí pero…no recuerdo quién lo haya mencionado antes.
-yo tampoco…
-Bueno… creo que Toby ya va a terminar.
Ambos dirigen las miradas a su amigo, viéndolo arrodillarse delante de la roca; Hoodie suelta una pequeña risa mientras que Masky no se aguanta con la carcajada.
-Es… es como tener a un… niño de 9 años con nosotros –Logra decir con esfuerzo el castaño a su compañero azabache.
-Baja la voz o te puede oír; no quisiera lidiar con uno de sus berrinches ahora
-okey, okey…
Hoodie es el primero en levantarse y al terminar de sacudirse el polvo que residía en su jean extiende una mano para ayudar a Masky, quien con gusto la toma, soltándose luego de unos segundos para sacudirse también. Al ya estar ambos limpios, recogen las bolsas con los alimentos y medicinas para luego caminar hasta Toby, esperando que termine pronto con su recital a una roca.
-y es por eso que debes dejarnos pasar, mi gran y querida roca; así que, nos dejas? –hace un momento de silencio, como si estuviera escuchando una respuesta por parte de la entrada-...oh en cerio? Gracias! Choquemos los 5!!
-ya era tiempo… -Masky ladea la cabeza de un lado a otro, haciendo crujir su cuello.
Al tiempo que Toby tocaba la roca, esta emite una vibración antes de comenzar a moverse, dejando el paso libre al grupo de proxy’s.
-Toby, hacía falta que le dieras una explicación a la roca?
-No; pero, tiene que saber cual importante es dejarnos pasar para llegar a tiempo
-…Pues, te tardaste como 10 minutos hablándole
-Nooo...qué va!
-Hoodie tiene razón, ya son las 7:58 –Dándole la razón al mayor de los 3, Masky le muestra su reloj de muñeca.
-Pero santos waffles con jalea!! Es tarde!!; tenemos que ir corriendo para recuperar tiempo!
Como alma que lleva Zalgo, Toby comienza a correr a lo loco; mientras que los 2 restantes tampoco se quedan atrás, llegando a alcanzar a su compañero en cuestión de minutos al ser los únicos que llevaban las compras.
-Toby, detente!. Ya hemos llegado
-Qué?!, No te escucho!!! –sin parar de correr, Tobías voltea la cabeza para verlos, pero al hacerlo logra chocar contra un pino, cayendo bruscamente de espalda al suelo lleno de hojas y pequeñas piedras en puntas.
-Dije: ya llegamos…
Hoodie es quien ayuda a pararlo, ya que el otro no se lleva muy bien con el menor de ellos; la razón? Toby aprovecha cualquier oportunidad para molestarlo con piques en los hombros o incluso en la máscara, también con pequeños empujones.
-oh valla, eso fue rápido, pensé que la mansión se encontraba más lejos
-…solo caminemos, si?
-oki doki, Masky!
Al ser un “humano” capaz de no sentir dolor, Tobías camina de forma normal junto a sus colegas de caza, como si hace unos segundos no hubiera tenido un gran golpe contra un árbol.
Ya estando a unos metros de llegar a la puerta principal, se logra oír una estática dentro de la casa; esto alarma a los proxy’s, incluyendo al intranquilo de Toby. Solo podía significar una cosa para ellos… El señor “Slenderman” había llegado.