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Actitud fría, corazón caliente por WITTPOOLTAS

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Notas del capitulo:

Hi ;y

Aquí la continuación como lo he prometido...

Gracias por el review!!

Dedicado a Vania T. ;3

 

sin más les dejo leer

Estuvo a punto de bajarse de su moto para ir tras el muchacho pero una mano en su hombro llamó su atención, girando el rostro para encarar a la persona que lo había distraído.

-papá, pensé que me esperarías fuera de la casa, no a una cuadra.

-Vania, lo siento hija. Me distraje por unos instantes.

-tú? Distraerte?... acaso estás mal? Tienes fiebre? –Preguntó con un tono de burla, queriendo relajar el ambiente.

-Muy graciosa. Estoy bien, no tengo nada. Dime, ya estás lista?

-Sip, iré con esta ropa.

-Bueno, sube entonces y ponte tu casco de seguridad.

-Y el tuyo, papá?

-Lo olvidé en el garaje.

-Sigo pensando que tienes fiebre.

-Ya deja eso, yo me encuentro bien. –Contestó haciendo una voz poco chillona, sacando una pequeña risa a su hijita.- Sujétate bien. No quiero que te caigas en medio del camino.

-Ni que fuera una tonta. Ya  comienza a manejar, tengo mucha hambre, pa.

-Está bien, hijita. Jajajaja.

Y con esas últimas palabras comenzó el nuevo recorrido hacia el restaurante. Teniendo todo el transcurso un ambiente alegre y relajante para ambos. Pero, sin que Leopondo deje de pensar en ese joven que visualizó hace tan sólo unos instantes.

Ya lo investigaría después, ese muchacho acababa de ser marcado como un sospechoso por Chacaliasa, y nada lo detendría hasta hablar con él, incluso si necesitaba usar la violencia, lo haría.

Ahora tenía a alguien para investigar y eso le causó una ligera sonrisa. Sentía que estaba cada vez más cerca de descubrir a aquel maldito degenerado mental y cuando lo tuviera frente a él, no se contendría en llenarlo de golpes.

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_

 

Hace 1 día, hora 1:30am

PoV Fabiola O. C. (víctima):

-Por favor, ayúdenme! Por qué no se acercan?! Me estoy muriendo!

-Cállate ya! Debiste pensar en las consecuencias antes de abrirle las piernas a cualquiera.

Detestaba a gente como esa. Qué se había creído?! Acaso pensaba que las enfermeras estábamos para concederle todos sus caprichos? Además, yo no le había dicho que se embarazase a los 15 años. Si quiso hacerlo, entonces que se aguante. Muchos creían que nosotras éramos sus empleadas y estábamos para servirles en lo que quisieran. Sirvientas nosotras, luego de haber estudiado tantos años en la universidad? Yo no le aguanto las pulgas a nadie. Si alguien quiere que lo atienda entonces debe guardar la compostura y saber agradecer.

-Cree que ya esté lista para la sala de partos?

-Dejémosla así un rato más, hay otros pacientes esperando, siendo más importantes que esta jovencita malcriada.

Debía aprender la lección y no debíamos mimarla como si fuera una niña. Su niñez había desaparecido hace muchos a causa de su alocada cabeza.

Si yo hubiera tenido una hija no la hubiera dejado dar a luz a esa edad. Y si ya no hubiera podido evitarlo entonces la hubiera dejado sufriendo para que fuese consciente de sus propios actos.

Estas jovencitas de ahora ven el sexo y los hijos como un juego. No saben que deben cuidarse y ser responsables, pero por lo menos yo les enseñaría a apreciar a los demás.

-Podría venir ahora mismo?

Y este viejo quién se ha creído para hablarme de esa manera?

-Tráigame un vaso de agua, me estoy muriendo de sed.

-Pues ahora estoy con asuntos más importantes que simplemente alcanzar agua a alguien. Pídaselo a una técnica y a la próxima, si quiere pedir algo, existe el término “Por Favor”.

No me importó que me lanzase una mirada de rencor, pero evité que me dijese un improperio, pues rápidamente lo miré desafiante. Estos malagradecidos sólo entienden cuando uno se pone fuerte con ellos. A mí nadie me trataría como a su sirvienta.

-Señorita…

Ahora qué querrá esta técnica iniciada?

-No cree que la niña ya esté para entrar a la sala de partos?

-Alguien te ha dado la orden?

-No, pero…

-Entonces si nadie te ha dado la orden, cómo te atreves a sugerir algo? Recuerda que tú recién estás practicando para ser técnica de enfermería y no creas saber más de los que ya tenemos experiencia. Anda a ver los pacientes del piso de arriba, es posible que ahí seas más útil.

-Pero yo sólo quería…

-Obedece!

Todos están muy mal educados hoy en día. Al parecer la ciudad se pudre en el irrespeto a las reglas y a las jerarquías. No sé por qué terminé estudiando enfermería, debí haberme dedicado a otras profesiones. La culpa la tiene mi madre quien me insistió siempre en lo mismo, “Debes estudiar algo que te dé futuro y qué mejor que continuar la carrera de tu madre”. Estúpida carrera! Sólo hay gente quejándose por todos lados y no hay un buen reconocimiento para aquellas que realmente hacemos el verdadero trabajo. Los doctores se pavonean de ser ellos los salvadores cuando no se percatan que la enfermera es la más sacrificada, pues es ella quién hace el trabajo más duro.

Ellos sólo vienen, recetan y dan órdenes, pero ya los quisiera ver tratando realmente a un paciente. No están con ellos más de 20 minutos y ya están diciendo: “El siguiente”.

Los únicos que tienen mi real admiración son los cirujanos y los obstetras, ellos sí que hacen trabajos realmente elogiables. En cambio, los demás son una tira de soberbios que nunca saben decir gracias. Creen que la enfermera o enfermero es su sirviente para todo, quien debe estar detrás de ellos para cuando la necesiten. Cómo es que frustré mi vida así? Yo debí haber sido médico y médico cirujano, esa sí hubiera sido una verdadera profesión.

Recuerdo que cuando ingresé a la universidad saqué el primer puesto de mi carrera. Con eso pude haber alcanzado una vacante en medicina, pero le hice caso a mi madre: Terminé siendo una enfermera común y corriente que seguramente morirá en el anonimato sin recibir el agradecimiento de nadie.

Por último, debí haber estudiado para policía. Sé que hubiera sido tan buena como mi primo Leopondo, o como me gustaba llamarlo: Leo. Siempre me dijeron que su inteligencia y la mía eran similares. Solo que ahora, a pesar de que nuestras inteligencias sean casi iguales, nos diferencia el estilo de vida. Él triunfó y yo envejecí  en clínicas y hospitales. Pero lo peor de todo es que ya es muy tarde para reaccionar, a pesar de que lo odio me acostumbré a esta vida que llevo.

-Por favoooor!! No quiero morir de esta manera!! Soy muy joven!!

Y encima aguantar gritos y escándalos de otros.

-A ver… sí, ya está dilatada. Llévenla a la sala de partos; espero que ya todo esté preparado para esta situación.

-Por supuesto que sí; usted también irá, señorita Fabiola?

-Sí, apoyaré en este nacimiento.

Qué aburrido era todo esto. Había visto más de un centenar de partos en todos los años de mi carrera, pero me parecía que éste era especial. Tal vez porque le había cogido antipatía a esta muchacha desde el momento en que llegó a la clínica haciendo escándalo.

-Se le ha roto la fuente! Qué hacemos?

-No se asusten, el doctor ya está esperando. No hace falta alterar a la niña que de por sí, ya está demasiado dramática por un asunto tan simple como un parto.

Incluso muchas enfermeras eran escandalosas y en vez de calmar a los pacientes los ahuyentaban y colaboraban con sus malacrianzas. Esto era el colmo!

@@@@@@

El parto fue otra cesárea más. Al parecer a la muchacha no se le dio la gana de pujar porque fuerzas, creo yo, le sobraban. Esta resultó ser una vaga para el parto; simplemente se quedó tirada en la camilla mientras lloraba y repetía que se moriría. No sé cómo el médico pudo ser tan paciente con ella. Tal vez porque estamos en una clínica, pues si hubiera sido un hospital ya le hubieran dado su tremenda carajeada.

Tuvieron que abrirle el vientre y sacar a un escuálido recién nacido que no reaccionó ante el primer palmetazo del doctor. Hubo que darle oxígeno y reanimarlo un poco ante la preocupación de muchos.

Era lógico, un cuerpo de 15 años no estaba preparado para albergar a una criatura. Sólo espero que este niño raquítico no tenga secuelas que le malogren la vida.

Saliendo de la sala, me di cuenta que ya era hora del almuerzo; la verdad que no me daban ganas de comer luego de haber visto tanta sangre… Sé que estoy acostumbrada a eso, pero ya la comida no me causaba deleite como a los demás. Sentía un poco de repulsión el solo ver mis manos enguantas llenas de sangre, a pesar de que me las lavaba con mucho jabón anti-bacterial, la sensación aún residía en mi.

Lo peor es que cada almuerzo es igual, pues son muy pocas enfermeras que se me acercan a querer hablar conmigo. Al parecer me temen por ser la jefa de todas éstas. Otras son peores, y es que lo que más detesto son las aduladoras, pero qué se puede esperar, siempre hay todo tipo de personas a donde vallas.

De repente, un sonido familiar me distrae, la ambulancia… Ahora qué diablos pasa? No tengo ganas de comer, así que mejor me voy a ver en qué puedo ayudar. Ese es mi trabajo después de todo, ayudar a los más necesitados.

A las otras al parecer les interesa más su almuerzo que la vida de las personas, pues ni siquiera se han inmutado al escuchar el alboroto que hay en la entrada. Seguramente son parte de ese montón que se considera inútil. Aquellas que terminaron el colegio a duras penas y lo único que pensaron en estudiar es enfermería en un instituto mediocre, pues consideran que es lo más fácil para su deficiente coeficiente intelectual. Me desagrada ese tipo de gente, pero cuántas personas no encontré con este pensamiento?.

Es por eso que en el país abundan técnicas en enfermería. Lo chocante es que piensan que son iguales a nosotras, las enfermeras que estudiamos los 5 años completos en una universidad. Recuerdo que muchas veces tuve que pone en su sitio a aquellas que pensaban que éramos iguales y que lo único que nos diferenciaba era el nombre de universidad o instituto.

Siempre recuerdo el altercado con una técnica recién llegada quien defendía su mediocre carrera (sin ofender a las/los estudiantes de esta carrera. A mí me fascinan, sólo lo hago con el fin de crear un buen drama ;y) diciendo que su profesión era igual o superior a la que estudia en la universidad. Tuve que decirles claramente que ellas sólo estaban preparadas para limpiar heridas, pasear enfermos, asearlos y darles de comer. Le dolió en el alma, pero con el tiempo se dio cuenta que así era. Lo más desagradable es que se quedó sólo como enfermera técnica, nunca buscó avanzar y llegar a la universidad.

 Qué puedo esperar de un país en donde la mediocridad abunda y en donde son pocas las mujeres que sobresalen. Lamentablemente, las denominadas del sexo débil se conforman con tan poco y creen que la plenitud de sus vidas está en ser madres, qué estupidez!

-Abran paso. Es una emergencia!

-Qué sucedió?

-Un herido de bala.

Pobre hombre, al parecer no había nada que hacer por él, pero eran estos los momentos los que realmente me hacían apreciar la carrera. Los realmente enfermos sí sabían reconocer la importancia de todos nosotros y luchaban por un día más de vida.

-A la sala de operaciones, rápido!

-Doctora Pereira?

Era una de las mayores eminencias en la cirugía del país. La apreciaba por sus grandes conocimientos y por el ahínco que le ponía a su profesión. Siempre me gustó trabajar a su lado y pienso que también le gustaba trabajar conmigo, pues en donde ella estaba, quería que yo también estuviese. Me apreciaba realmente y en muchas ocasiones me dijo que yo era la mejor enfermera de la Nación. La conocí hace muchos años, cuando todavía le decía simplemente Scarleth,  pero luego los reconocimientos y los logros hicieron que pasase a llamarla doctora Pereira.

-Qué sucede?

-Un enfermo muy grave en la sala 4. Herida de bala en la zona abdominal.

Estuvimos casi 6 horas en sala de operación. La bala había perforado parte del estómago y del intestino grueso, y la víctima había perdido mucha sangre. Pero la experiencia de la doctora y las ganas de vivir de aquel paciente hicieron que pueda salvarse. Sentí gran alegría porque creí haber colaborado en salvar esa vida y al término de la operación me sentía exhausta.

-Buen trabajo, Fabiola.

-Buen trabajo de usted, doctora Pereira.

-No, tú sabes que las 2 tuvimos mucho que ver aquí, y te he dicho que simplemente me digas Scarleth, quita el formalismo. Ahora me voy, estoy exhausta, tú deberías hacer lo mismo.

Eran poco más de las 8:00 pm y en menos de una hora podría irme a casa. Muchas de las técnicas estaban deambulando de un lado a otro esperando la hora de su salida mientras otras se aburrían al pensar que tendrían que quedarse toda la noche, pues estaban de guardia. Les di ciertas indicaciones a algunas de ellas y me aliste para irme. Ya no tenía fuerzas por este día, sólo pensaba en estar en mi cama lo más pronto posible.

Fui a la máquina de cafés, pidiendo uno bien negro  y cargado (7w7 okno XD XD XD) para poder despertar un poco. Sentía coraje por aquellas que decían que el trabajo de enfermeras era muy aburrido cuando en realidad era muy agotador para las que realmente trabajábamos.

Tuve discrepancias (discusiones :y) con muchas colegas y es que no me podía quedar callada ante estos comentarios. Sentía que debía ponerlas en su sitio y darles una lección de interés profesional. Pero ahora ya no tenía fuerzas para nada y esperaba, como muy pocas veces, que dieran las 9:00 pm para poder retirarme.

Leopondo siempre me dijo que me comprara un carro, pero la verdad es que en muchas ocasiones terminaba tan cansada que el conducir podría resultar peligroso. No quería sufrir un accidente y terminar en un hospital en donde hubiese enfermeras ineptas que me maltratasen porque no amaban su profesión. Por eso prefería el transporte público, aunque en esta ocasión sería un taxi sí o sí.

-Aún sigues aquí, Fabiola?

-Faltan algunos minutos para las 9 pm, doctora…

-Scarleth, Fabiola, Scarleth. No creo que te digan nada porque te vayas minutos antes. Además, has estado en sala de operación, si te dicen algo yo intercedo por ti. Vamos, te jalo con mi carro.

No me parecía adecuado que un doctor intercediese por mí, ni que alguien especulase que me gusta adular a los médicos. No soy chupamedias de nadie, y aunque sabía que la doctora Pereira lo hacía de buena fe y pese a que estaba realmente muerta de cansancio, tuve que rechazar su oferta.

-No doctora, no se preocupe. Además, pensaba quedarme un rato más.

-A veces quisiera ser tan responsable como tú, Fabiola.

-No es por eso, es que…

Sólo me quedaba mentir, no quería que sintiese que la estaba desairando.

-Vendrá alguien a recogerme.

-En serio? Me alegro mucho por ti, Fabiola. A veces este trabajo nos hace descuidar nuestra vida personal, pero si es así, no te insisto más. Hasta mañana y mucha suerte con el galán. (Sabe 7w7r, ok, ok… hoy ando muy gracioso XD XD XD)

Me dio pena mentirle, pero más pena me dieron sus últimas palabras. Era cierto, aquellos que se comprometían con este trabajo a veces se olvidaban de su vida personal. Este era mi caso. El trabajo me hizo olvidarme de mí misma, de las fiestas, reuniones y demás cosas. Siempre quería descansar temprano para tener fuerzas al día siguiente y atender a los pacientes, pero, de qué me valió?

Solterona, solterona, solterona…

Era la palabra que escuché muchas veces. Ahora ya no me importaba, pero años antes me deprimió muchísimo. Creo que perdí las esperanzas la vez que tuve una caída del segundo piso, ahí supe que la idea de tener hijos había muerto al haberme dañado el útero, y no quería reemplazarlo con un esposo al cual tendría que cuidar cuando estuviese viejo. Me conformo con mi querido Chaplín, un perro de razas combinadas al cual quiero como a un verdadero hijo.

Las 9:00 pm. Por fin! Espero que la doctora Pereira ya se haya retirado, no quisiera que me descubra la mentira… No, su auto ya no está. Ahora a parar un taxi que me muero de sueño y de paso que ya no tengo ni fuerzas para seguir caminando hasta una parada de autobuses.

-No voltees ni grites. Si lo haces, te mando a dormir ahora mismo.

Era una broma? De qué diablos hablaba este mocoso?

-He dicho que no voltees, grandísima perra!

Me asustó un poco esa expresión. Tal vez se trataba de algún ladronzuelo… Qué hago? Estoy alejada casi una cuadra de la clínica, ni siquiera puedo ver al guardián de la puerta.

-Qué es lo que quieres? Qué deseas?

-…Una hamburguesa Bing King, que me muero de hambre. Arggh, sólo camina y colócate estos lentes oscuros, luego abraza mi cintura como si fuese mi pareja… tengo que practicar en eso. –Logré escuchar su susurro.- No vayas a hacer ninguna tontería porque no estoy con juegos, eh.

Eso sí me asusto. Este muchacho no quería robarme, si fuera así, sólo me habría pedido la cartera o el dinero. Empecé a sentir miedo; obedecí y me coloqué los lentes. Eran tan oscuros que casi no podía ver nada. Luego me abrazó por el cuello casi como ahorcándome. Como no lo abrace por la cintura, me jaló los cabellos con violencia.

-Te jale muy fuerte? Lo siento, no controlo mi propia fuerza; te recomiendo hacer lo que yo diga, o es que quieres que te meta un cuchillazo en plena boca y hacerte una hermosa sonrisa que de seguro te encantará.

Me extrañaba su forma de hablar… era una especie de voz aguda en proceso de volverse completamente masculina (XD XD XD). No podía verle bien la cara porque noté que llevaba puesto una capucha y unos mechones de su propio cabello tapaban gran parte del lado izquierdo de su rostro. Tuve que abrazarlo y caminar a su lado.

-Nos vemos mañana, Fabiola. Suerte!

Sentí como el sujeto paró en seco dando un sobresalto. Volteé lentamente para ver a la doctora Pereira que pasaba con su carro para el sentido contrario y que me hacía señas de adiós con la mano. Supe que ella había visto la escena como algo normal, pues le había dicho que alguien vendría a recogerme y por lo tanto no se extrañó de esa situación. Estoy segura de que si no le hubiera mentido se habría acercado, pues hace muchos años que no me conoce pareja alguna. Me arrepentí en el alma el haberle mentido.

-… Sigue caminando. Ya sabes, dices algo y te mando a dormir.

Vi que el sujeto comenzaba a ponerse un poco nervioso y traté de jugar con su psicología.

-qué sucede?, has tenido un mal día? A dónde estamos yendo?

-claro que no!, mi día fue estupendo, incluso… arggh, parece que tú no entiendes.

Al terminar de decir esto me dio un golpe con el puño que tenía sobre mis hombros. Fue doloroso y me asuste al sentir que mi labio sangraba. Empecé a temer qué era lo que exactamente quería. Vi que estuvo callado por varios minutos y que algunas gotas de sangre habían caído en el pecho de mi uniforme blanco. Me percaté que estábamos bajando hacia la playa, que en esos momentos estaría totalmente desolada. Comencé a temblar. Creo que lo notó porque lo escuché reír.

-Oh valla! Ya estás completamente asustada? Ni siquiera eh comenzado a divertirme!

Cruzamos la autopista y observé que algunos carros pasaban a gran velocidad. No veía a nadie caminando a esas horas ni por ese lugar. Tenía un muy mal presentimiento.

Qué es lo que quería realmente este jovenzuelo? Estaba descartado el robo, pues para eso no habría tanto teatro. Es qué acaso quería violarme? (>:y) O tal vez era un loco asesino? (;3… XD). Esto me dio mayor temor y al terminar de cruzar la autopista, reaccioné.

Le quité el brazo con fuerza y le di una patada en los testículos (;-;). Empecé a correr despavorida por medio de la autopista, mientras pedía ayuda con todas mis fuerzas.

Un auto se detuvo repentinamente y le supliqué al conductor que por favor me ayudase. Salió de su auto y me miró sorprendido sin entender lo que pasaba. El sospechoso se repuso rápidamente de la patada y llegó hacia mí agarrándome por el cuello. Noté algo diferente en él, y era que ya no traía puesto su capucha, dejando a la vista su casi largo cabello negro; dándole frente al chofer de aquel carro.

-No te querrás meter en grandes problemas, verdad amigo?. Sigue tu camino nomás, aquí no se necesita de tu presencia.

-Se-señor no…

Pero no pude decir nada más porque me apretó el cuello con tanta fuerza que pensé que me lo fracturaría. El conductor subió a su carro despavorido y sin querer perder tiempo se fue del lugar manejando a una muy alta velocidad.

Pasaron unos minutos antes de conducirme hasta el puente que se dirigía a la playa, la cual se encontraba mucho más cerca que antes. No disminuyó la fuerza contra mi cuello y se colocó la capucha apenas el chofer hubo arrancado, seguramente se lo quitó para no parecerle sospechoso, pues era  muy extraño el uso de una capucha en plena noche; seguido de acomodarse el cabello, tapando nuevamente gran parte de su rostro. Me sorprendí de una forma exaltada, el maniático había hecho que el conductor se fuera de manera inmediata, todo asustado; qué pudo haber hecho para que se fuera así?… No pude estar tanto tiempo en mi mente, pues ya nos encontrábamos al otro lado del puente, ni siquiera supe en qué momento había terminado de caminar, simplemente me empujó y caí con fuerza al suelo; dañándome las rodillas y las palmas de las manos al estar impactada todavía.

-Así que te gusta patear las partes más delicadas de un cuerpo, eh?

Acto seguido me dio una patada en uno de mis senos. El puntapié me hizo revolcarme de dolor y casi desmayarme. Lagrimas caían por mi rostro y un poco de saliva mojaba mi quijada. Pero ahí no terminó todo. Pasando unos segundos me cogió con violencia de los cabellos, me dio media vuelta y me pateó el otro seno. Sentí morir y estar al borde de la convulsión. No tenía fuerzas para levantarme ni mucho menos para luchar y así defenderme.

Lo único que vino a mi mente fue la imagen de mi primo Leopondo quien me imaginaba aparecía de repente para eliminar a este sujeto con falta de cordura..

-Qué se siente ser golpeado donde más te duele?!, maldita enfermera.

Sólo quería quedarme tirada en ese lugar, soñando que alguien pasaría para salvarme  de este enloquecido psicópata. De repente escuché un sonido extraño, una especie de envoltura que se abría.

Volteé lentamente y vi como el sujeto empezaba a comer de una bolsa de galletas de chocolate. Me pareció ridículo y sorpresivo ver esa imagen, pero por lo menos sentía cierto alivio porque el dolor se fue calmando de a poco.

-Por qué… por qué me haces esto? Qué te he hecho yo?

-Simplemente lo hago porque me trataste de una forma tan osada en aquella clínica. No puedo creer que así trates a todos tus pacientes e incluso a tus compañeras de trabajo. Qué déspota eres!

-Sólo lo hacía para que sean unas mejores enfermeras en un futuro. El país está lleno de mediocridad… no quería que sea así por siempre, yo quería que el país triunfe al menos una vez…

-A pesar de eso, no es una excusa para tratarlos así. Espero que estos momentos te ayuden a reflexionar… aunque dudo que apliques tus nuevos conocimientos con los demás. Jajajajaja

Minutos después guardó aquella bolsa y me sujetó nuevamente de los cabellos, conduciéndome con violencia hasta el centro de la playa. Aguante el dolor lo más que pude pero la caminata fue larga y penosa. Por más que buscaba a alguien, así sea un drogadicto, borracho o ladrón, no pude ver a nadie en todo el área.

Al llegar, me arrojó contra la arena y me pateó por tercera vez, pero ahora en el estómago. Luego me restregó la bolsa de galletas en el rostro y rió con gran fuerza.

Me dio escalofríos escuchar esa risa, pero no tanto como ver por fin su rostro.

-Y-yo  te conozco!

Lo vi sonreír aún más de lo normal, quitándose luego la capucha. Lanzándome una mirada tan perturbadora que se me heló la sangre. Esos fríos ojos sin parpados se volvieron mi peor pesadilla, al igual que aquella gran sonrisa cortada de extremo a extremo en las mejillas. Su piel blanca causaba intriga y temor en mi; cómo pudo haber tomado ese color una piel antes humana?

Terminando de formular mi pregunta, comenzó a abofetearme y luego a darme de puñetazos. Sangraba en abundancia. No tenía fuerzas para más y me di por vencida  ante la brutalidad del joven. De repente, pude escuchar algunas palabras de aquel muchacho psicópata.

-Me conoces? Eso sí que es sorprenderte!. Pero claro que me conoces… soy Jeff the Killer jajajajaja!. El creepypasta más famoso de todos los tiempos!!

-Pe-pero… tú no existes! Eres sólo una historia creada en una página web que sirve simplemente para asustar a los niños. N-no eres real…

-Te parezco que soy una fantasía entonces? Acaso mis golpes eran falsos para ti?... Yo soy real, muy real. Y si me conoces, deberías saber cómo terminará todo esto…

Sentí que me transportaba a un lugar completamente vacío. Lanzándome un par de puñetes más, sintiendo como mis huesos se trituraban con solo esos golpes. Estando casi inconsciente percibí una cortadura con un objeto punzante y frío en mi cuello, seguido de unas profundas cortadas en mis mejillas; sin embargo, ya no sentía dolor, no sentía absolutamente nada... Parecía que él dañaba otro cuerpo y que yo miraba toda la escena desde arriba.

-Valla! Te vez mucho más hermosa con esa sonrisa impregnada en tu rostro; aunque obviamente, no superas mi belleza. Jajajaja!

El aire me iba faltando de a poco y empecé a perder la noción del tiempo y el espacio. Sólo pensaba en cómo se sentiría la doctora Pereira al pensar que tal vez pudo haberme salvado, cómo mi primo Leopondo no descansaría hasta darle su merecido a este loco asesino, y en cómo quedaría mi preciada y única sobrina, Vania.

-Al parecer tu tiempo se está agotando, y muy rápido… es una pena, yo esperaba divertirme un poco más contigo. Cómo el hecho de volverte blanca, aunque eso solo ocurre con personas con un destino similar al mío. Pero qué más da!, los humanos son tan débiles en cuerpo y mente… Sólo me despediré de ti con un: Go to sleep…

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_

 

.-.-.-.-.-.-.¡¡¡EXTRA!!!.-.-.-.-.-.-.

Hace 4 horas (tiempo humano) de la actualidad (8:36am)

-Maldita sea, Zalgo… No pudiste llamarme en mejor momento que este –el ser que antes se encontraba recostado en un sillón de color caoba, revisando algunos documentos los cuales tenían información de diferentes creepypastas, se levantó molesto y de un segundo a otro desapareció dejando a penas una pequeña neblina oscura que se disolvió casi de manera inmediata.

El ente prácticamente se tele-transportó a un lugar completamente desconocido para los humanos y poco conocido por algunos creepys. No era otro lugar más que el Inframundo, el cual estaba habitado por algunos demonios y creepys, pero lo que más se podían observar eran las millones de almas, siendo algunas: sirvientes, prisioneros o incluso seguidores de Zalgo.

Caminó por varios minutos, lo cual en el mundo humano podía haber sido horas,  “visualizando” su alrededor a pesar de ya haber estado ahí hace un día exacto (tiempo del mundo humano por si es confuso)… A penas terminó de subir los pocos escalones de aquel castillo oscuro, las inmensas puertas forjadas de obsidiana bañadas en sangre que se situaban justo delante de él, se abrieron dejándole el paso libre a una enorme habitación, la cual estaba decorada por esqueletos, cuadros pintados con sangre y varias velas de colores rojizas y negras.

A pesar de que el estándar atraía demasiado la atención, ignoró todo y apresuró sus pasos hasta llegar a una de las tantas puertas que había en el lugar. Tras entrar, la entrada se cerró de golpe dejando la nueva habitación en penumbras a falta de luminosidad; sin embargo, esto ni siquiera le molestó al creepypasta, quien simplemente dio unos pasos haciendo que automáticamente los candelabros del lugar se prendieran, iluminando de golpe el ambiente. A su alrededor se podían apreciar algunos muebles de gran tamaño, repisas llenas de monotremas polvorientos y de un aspecto  muy anticuado, incluso había una chimenea que poseía un fuego oscuro.

Sólo tomó asiento en uno de los sillones más cercanos, esperando pacientemente la aparición de aquel ser que lo llamó telepáticamente.

-Pensé que te demorarías un poco más…

-El tiempo es muy valioso para mí. A qué se debe tu llamada esta vez?

Un ente del mismo tamaño aparece por una de las esquinas menos iluminadas, acercándose hasta su invitado y tomando asiento justo frente a este mientras que con una de sus manos hace un leve movimiento haciendo aparecer una mesa entre ellos.

-Se paciente, Slender, esto no tomará mucho tiempo como las otras reuniones…

El hombre de traje elegante pero sin rostro, se resignó a guardar silencio, asintiendo levemente con la cabeza y acomodándose mejor en el sillón, cruzando las piernas en el acto.

-La razón de mi llamada consiste en avisarte de que hay un nuevo creepypasta, bueno… nuevo no lo es. Este mocoso ha estado ocultándose desde que se convirtió en uno de nosotros, casi 6 años en realidad.

-Y quién es?, posees algo de información acerca de él?

-No, nada. Es por eso que te he llamado… quiero que tú mismo vallas a investigarlo, no uno de tus proxies.

-Por qué razón yo?

-Umm… será porque te la pasas todo el tiempo encerrado en esa oficina tuya?, tal vez. –Sin levantarse, Debes salir más a menudo y no solo para matar niños, revisar el estado de tu mansión o saber si tus proxies hicieron sus trabajos, Slender… Eres un creepypasta también, al igual que yo, tus proxies e incluso algunos de mis demonios; necesitas salir más a menudo y lo sabes. Yo lo hago.

-Está bien… Haré lo que me pidas, sólo respóndeme una pregunta.

-Adelante, te escucho.

-Cómo fue que lo pudiste encontrar ahora? si él sabe ocultar su presencia como dices.

-Bueno, te acuerdas de Smile.Dog? El demonio que cree hace siglos con la intensión de que haga que los humanos se suiciden y yo obtenga sus almas a cambio.

-Por supuesto, estuve presente en la creación… pero qué tiene qué ver él aquí?

-Pues, por un tiempo cumplió su trabajo pero luego sucedió que lo habían capturado y supuestamente matado; no le presté demasiada atención al saber que podía volver a reencarnar, así que lo dejé y no lo llamé pensando que se acordaría o algo así… Él se olvidó el porqué de su propósito y estuvo vagando por el mundo humano, matando solamente para reabastecerse en alimentación. El punto es que Smile ahora convive con el nuevo, y cómo es que lo sé? Pues, al ser una creación mía, dejé de sentir su aura maligna por un buen tiempo, lo cual me causó intriga.  Tuve que mandar a un demonio de bajo rango a vigilarlo por unos días, la cual acaba de volver dejándome un informe de lo que sucede y me doy  con la noticia del  nuevo creepy…

-… Ese demonio tuyo que mandaste, de seguro vio a detalle al acompañante de Smile. Puedes mandar a llamarlo? Para que me dé algunos fragmentos del joven, ya sea sus características o formas de vestir.

-No hace falta, ten. –Con un chasquido, hace aparecer un sobre de color negro teniendo un sello de sangre en medio- Aquí se encuentra los datos del chico… Esto sería todo entonces.

-Algo más que quisieras informarme, Zalgo?

-Sí, pero será en otra ocasión… en estos momentos tengo almas que recolectar y trabajo que dar. Será mejor que hoy mismo lo vayas investigando, no puede seguir estando ocultándose de mí.

-Bien, nos vemos luego… -Sin esperar una respuesta, desaparece de manera rápida.

-Si yo fuera como el amo Till, ya hubieras sido desintegrado… Suerte tienes que yo logro soportar tu actitud. –Con una sonrisa casi burlona, se levanta del sillón y camina de vuelta a la esquina de donde salió, dejando el lugar nuevamente en penumbras.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, ésta semana estaré un poco ocupado así que si no hay capitulo, para la próxima les daré uno bieeen largo ;y

 

G.T.S.B. <3 WITTPOOLTAS


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