Ya había pasado la hora de la cena cuando los merodeadores llegaron a la puerta de la derecha de la escalera del vestíbulo de entrada y continuaron por un corredor hasta llegar a un cuadro de un frutero. Draco se adelanto y le hizo cosquillas a la pera de la pintura, la cual se convirtió en la manivela de una puerta.
La habitación a la que entraron era tenia techos altos y una chimenea en un extremo de la cocina, había montones de ollas y cacerolas que se apilan en las paredes. Tenia mesas idénticas a las que había en el Gran Comedor justo debajo de ellas donde la comida se ponía y luego aparecían en el Gran Comedor. Al ver llegar a los estudiantes, los elfos se apresuraron a atenderlos en la mesa en la que se habían sentado.
- Hermione – dijo Harry – ¿qué un horrocrux?
- Un Horrocrux es un objeto muy poderoso en el que un mago o bruja ha ocultado un fragmento de su alma con el propósito de alcanzar la inmortalidad – dijo la bruja castaña
- ¿Cómo se fragmenta el alma? – dijo Ron distraídamente
- Asesinando – contesto Blaise con voz sombría – cada muerte te brinda la posibilidad de hacer un horrocrux.
- Al asesinar un pedazo de alma se desprende del mago y lo coloca en un objeto – dice Hermione – así cuando el mago muera puedo tomar ese pedazo de alma y volver a la vida
- En el mundo mágico el numero siete tiene una connotación muy alta – dijo Draco pensativo
- Tendría que haber asesinado siete veces – dijo Theo sorprendido
- Estamos hablando de Lord Voldemort – dijo Harry
- ¿Dónde se puede esconder siete pedazos de alma? – pregunto Neville
- Si yo hiciera todo eso, buscaría algo significativo – dijo Teddy
- ¿Significativo? - dijo Blaise
- Si – insistió – algo… especial
- ¿Algo cómo… un guardapelo? – dijo Harry
- El guardapelo de Salazar lleva siglos perdido – dijo Hermione
- Harry – dijo Draco cuando este cerro los ojos – están con nosotros – ambos jóvenes se miraron fijamente por unos instantes
- ¿Y si no lo entienden? – dijo el pelinegro
- Somos lo que somos, mi amor – dijo Draco –, y aunque no nos guste, no lo podemos negar
- Yo jamás seré como Voldemort – siseo Harry
- ¿A no? – dijo Draco cruzando los brazos – dime amado esposo mío – y todos los demás se removieron incomodos con la nueva atmosfera del lugar - ¿Qué piensas hacerle a Voldemort si lo llegamos a encontrar? – Harry iba hablar pero se detuvo – ya ves
- Es justicia – se defendió el pelinegro
- No lo niego – dijo Draco tranquilamente tomando una manzana – pero no por ello deja de moverte la rabia y el rencor. Muchos murieron – siguió Draco cuando Harry quiso hablar – y él tiene que pagar por ello. Pero no por nuestra mano, amor, sino por la de la justicia. Y lo mas probable es que eso sea con el beso del dementor
- Y con él los mortífagos – dijo Theo
- Mi papá… – dijo Harry
- Tenemos fuertes razones – dijo Draco bajando el rostro – para sospechar que nuestros padres fueron o aun son mortífagos
- Pues… – dijo Blaise – yo creo… lo mismo, mi madre oculta muchas cosas. Y estoy completamente seguro que tiene que ver con el que no debe ser nombrado
- Yo no tengo duda de mi familia – dijo Theo – tanto así que mi padre esta en Azkaban por ser mortífago
Un silencio absoluto reino en el lugar, mientras todos se miraban entre si sin atreverse a sostenerse la vista
- ¿Entonces por qué lo buscan? – dijo Teddy –. ¿no se dan cuenta lo peligroso que puede ser para ustedes? ¿Para sus familias?
- Es mas peligroso… para todos – dijo Pansy entrando sorpresivamente – que él siga vivo
- ¿Qué haces aquí Parkinson? – dijo Hermione sorprendida mientras instintivamente todos sacaban sus varitas
- Los hemos observado desde que volvimos a Hogwarts – dijo ella – no sé cómo lo han hecho, pero se han librado de todos los castigos por buscar a Voldemort
- ¿Hemos observado? ¿Tú y quien más?– replicó Blaise – Además, Voldemort está muerto. Todos saben que el papá de Harry lo mato en un duelo
- Entonces ¿por qué lo buscan tan desesperadamente? – dijo Luna saliendo de detrás de la morocha
- ¡La lunática! – dijo Ron sin pensar y Hermione lo miro molesta – lo siento
- ¿Qué quieren aquí? – pregunto Draco inquisitivamente
- Lo mismo que ustedes, justicia – dijo Pansy
- Pansy esta harta de vivir con miedo de Aquel Que No Debe Ser Nombrado – dijo Luna
- ¿Y tú? – cuestiono Harry
- Yo solo quiero verla feliz – dijo ella sonriendo mientras su miradas se cruzaban
- No me digan que ustedes… – dijo Teddy – Merlín santísimo, ¿es que ya nadie practica la heterosexualidad aquí?
- Claro, – dijo Blaise rodando los ojos – lo dice el hijo de dos hombres
- No ayudes tanto – dijo Teddy
- Pero si no digo nada malo – dijo Blaise encogiendo los hombros
- Lo importante aquí es descubrir donde están esos Horrocrux y destruirlos – dijo Pansy mientras se sentaba
- Volviendo al tema – dijo Luna sentándose junto a Pansy – Teddy dijo que buscaría algo significativo, la diadema de Rowena lleva siglos desaparecida. Según se dice su hija Helena fue quien la robo, pero no habla mucho de ella
- ¿La hija de Rowena Revenclaw sigue viva? – dijo Ron sorprendido
- Díganme ¿Cómo es que lo aguantamos? – dijo Teddy señalando al pelirrojo
- A mí no me cuesta – dijo Blaise sonriendo – es más, me gusta – y Ron se puso tan rojo como su cabello
- Ron – dijo Pansy – la hija de Rowena es el fantasma de Revenclaw
- Tal vez si hablamos con ella nos pueda… – dijo Pansy
- Es muy tímida y evita a todos en el castillo – dijo Luna – prácticamente está aislada en un sector de la torre. Pero es mi amiga
- Se dice que Helga Hufflepuff tenía una copa de oro que brinda fuerza a quien la sostenía – dijo Hermione
- Entonces tendríamos El guardapelo de Salazar, la diadema de Rowena, la copa de oro de Helga Hufflepuff – dijo Draco mirando a Harry que estaba pensativo –, Cielo ¿estás bien?
- No – dijo respirando hondo y levantando el rostro – yo desciendo de Salazar, y pensar que mi papá o mi padre le entregaron algo tan valioso como su guardapelo me provoca nausea
- ¿Será que tomo algo de Gryffindor? – pregunto Teddy a nadie en especial, mientras Draco acomodaba su cabeza en el hombro de Harry que lo abrazaba por la cintura.
Noviembre se acercaba cada vez más y el otoño se sentía. El rubio era por naturaleza algo friolento y a Harry le encantaba el hecho de que este se olvidaba seguido su sweater en le torre y siempre estaba tiritando de frio, por lo que era un excelente excusa para abrazarlo todo el tiempo. Esto no pasaba desapercibido para el resto del colegio, y no faltaba quienes les tomaban fotos y las enviaba al diario El Profeta, así que a menudo la pareja salía en medio de una demostración de afecto. Al principio los padres de los jóvenes habían reclamado al diario, alegando que sus hijos eran menores de edad, pero solo habían conseguido que los flashes también se fijaran en ellos, e intentar que los chicos no hagan esas muestras afecto en público era imposible.
Con el paso de los meses se volvía imposible no percibir el cambio en la personalidad de Tom Riddle. Cada vez se volvía más común la manera introvertida a la que era normalmente. A James no le gustaba para nada esa faceta de su esposo, y cada día temía más el hecho de que a pesar todo, su hijo no estuviera tan equivocado, y el regreso de Lord Voldemort, solo era cuestión de tiempo. En verdad le aterraba esa idea, pero de una cosa estaba seguro, no bajaría los brazos en esta pelea y no descansaría hasta que Voldemort dejara en paz a su familia.
Cierto día, al entrar al despacho de su esposo, encontró abierta la puerta que daba hacia el túnel que llevaba a la cámara de los secretos en las mazmorras de Hogwarts. Entro al pasillo y se encontró con el basilisco, quien al reconocerlo solo lo ignoro. James se dirigió a paso calmado hacia la biblioteca. Al llegar, la encontró semi-abierta y toco para que los otros se percatasen de su presencia
- James – dijo Tom al verlo entrar – ¿Paso algo?
- Eso te pregunto yo, Tom – dijo molesto mirando el escritorio lleno de objetos – ¿Paso algo? ¿Qué es todo esto?
- Creo que mejor deberían conversar en casa – dijo el retrato de Salazar en un intento de aligerar el ambiente – Harry o Draco podrían bajar
Con un pase de varita, Tom guardo todo en un bolso agrandando mágicamente que le permitía guardar todo cuanto quisiera y salieron nuevamente por el túnel que conducía al despacho en la mansión Riddle. Una vez llegó, James bloqueo la entrada mágicamente y encaro a su esposo.
- Muy bien – dijo James, y en su rostro no había un rastro de su característica jovialidad - ¿Qué es esto? ¿Por qué siento magia negra en esos objetos?
- Porque la tienen – dijo Tom con voz neutra –. Esta es la última monstruosidad de Lord Voldemort y necesito que la destruyas
- ¿Qué hiciste Tom? – pregunto James horrorizado
- Son Horrocruxes – dijo vaciando el bolso sobre su escritorio - el anillo Sorvolo Gaunt, mi diario de adolescente, la diadema de Rowena, El guardapelo de Salazar y la copa de oro de Helga Hufflepuff.
- ¿Hiciste cinco…? – dijo James dando un paso hacia atrás
- Seis – interrumpió Tom y James lo miro confundido – Nagini. Ayúdame a recuperar mi alma en su totalidad. La necesito completa para morir
- ¿De qué hablas? – pregunto James con voz temblorosa y sus ojos llenos de lagrimas
- No quiero seguir vivo después de que Harry descubra la verdad – dijo acariciándole el rostro – no seré capaz de ver el odio en sus ojos
- No me estarás pidiendo… – dijo James
- Eso… lo hará alguien más – susurro Tom
- Ya lo dispusiste todo – dijo James sonriendo irónicamente mientras intentaba retener sus lágrimas y fracasando completamente
- También alguien borrara tu memoria – dijo Tom
- ¡¡¡NO!!! – grito James desesperado - ¡¡¡NO!!! ¡Eres mi marido! ¡El padre de mi hijo! ¡No puedes… solo… solo… llegar y… decirme que de un plumazo… desaparecerás de mi vida!
- No. No desapareceré – dijo Tom – simplemente la modificaran, de tal manera que no recordaras que sabias que yo era… No te podrán culpar de nada y Harry estará protegido
- Nadie nos puede proteger mejor que tú – dijo James abrazándose a su esposo desesperadamente – ¡Nadie!
- A menos que la amenaza sea yo – dijo Tom acariciándole el cabello
- No puedo Tom – dijo James cerrando los ojos - ¡No puedo! – llorando abiertamente
- ¡Hey! – dijo Tom imitando la voz jovial de James – para eso aún falta y mucho
- ¡No te quiero perder! – dijo apretándose contra el pecho de Tom
Entonces Tom no pudo más y lo cargo mientras los aparecía a ambos en su recamara mientras se daban un beso apasionado. Suavemente Tom lo coloco en la cama mientras le quitaba la túnica. Con besos recorrió su cuello y bajo hacia su pecho, mordiéndole suavemente sus tetillas mientras James lanzaba suaves gemidos de placer. Desabrocho el pantalón y de un solo tirón se lo saco, junto con la ropa íntima, dejando expuesto una torre de carne que se erguía en medio de una mata de pelo. El ex Lord no lo dudo ni por un segundo y lo devoro con ansias desmedida, haciendo gritar a James de placer a tal grado que poco falto para que su garganta se desgarrara. Con un movimiento rápido, el auror giro colocándose sobre él y sentándose a horcajadas sobre la entrepierna de su marido
- No… se … que… nos… depare… el destino… – dijo James mientras repartía besos por el pecho blanco de su esposo que disfrutaba del contacto con los ojos cerrados – pero algo si se – dijo al llegar a los labios del contrario – nunca te dejare de amar. Soy tuyo Tom Riddel
Tom deslizo sus manos por los muslos de su pareja hasta llegar a sus glúteos, donde hundió sus en ese orificio que tantas veces lo había transportado al propio paraíso del que tanto hablaban en los templos muggles. James ya no podía de tanto placer y se removía buscando mayor contacto, por lo que se quejó cuando sintió que estos salían de él, aunque segundos después estos fueron remplazados por algo muchísimo más grande, grueso, y definitivamente, más placentero que sus dedos, que lo fue invadiendo de una manera enloquecedoramente lenta hasta llegar al punto exacto que lo hacía perder la conciencia. En respuesta, él no era consiente cuan profundo enterraba sus uñas en la espalda de su esposo. El orgasmo lo golpeo sin previo aviso a ambos al mismo tiempo, nublando cualquier otro pensamiento que no fuera el hecho de estar entregándose al único ser que realmente había amado, claro, obviamente después de su hijo, sus padres, sus amigos, su escoba en la que volaba en su tiempo de colegio, sus tres gatos y el pichón de fénix que se murió porque se le olvido alimentarlo por una semana cuando tenía cuatro años. Pero lo amaba.
El sueño los venció después de un rato, y el pecho de Tom fue la mejor de todas las almohadas que pudo tener. Este espero un rato y luego se levantó con sumo cuidado para vestirse, antes de salir de la habitación. Fue hasta su despacho y volvió a meter los horrocruxes en el bolso que había tomado de la cámara de Salazar. Luego salió de la recamara y bajo a la sala, le ordeno a los elfos que no interrumpieran el sueño de James mientras él estaba fuera. Al salir de los terrenos de la casa se apareció en la mansión Black y solicito hablar con ambos señores. Cinco minutos después de esperar en la sala tanto Sirius como Remus entrando en ella saludándolo con una sonrisa y un abrazo. Al principio, cuando James acepto casarse con él, y tras enterarse de la verdadera identidad del pretendiente de su amigo, los esposos Black le tenían mucho recelo y esperaban en cualquier momento el lord lo traicionara, pero con el paso del tiempo ese temor desapareció, convirtiéndose en los padrinos del hijo de la nueva pareja
- Tom – dijo Sirius – que bueno verte. ¿Y James?
- En casa – dijo este sonriendo – gracias
- ¿Todo bien? – dijo Remus intrigado
- Si… no… – dijo dubitativo – necesito que me ayuden.
- ¿Qué paso? – dijo Remus después de intercambiar una mirada con su esposo
- Hice algo terrible y necesito que me ayuden a repararlo – dijo Tom sacando el bolso de su bolsillo y del varios objetos –. Antes… cuando aún era Lord Voldemort, hice…
- Horrocruxes – susurro – Tom… como…
- Ayúdame a destruirlos – suplico – si nuestros hijos quieren acabar con Lord Voldemort, esto es lo primero que se debe destruir
- ¿Cómo que los chicos quieren acabar con Lord Voldemort? – dijo Sirius sorprendido mirando a Remus y este respiro hondo pensando: “Veamos, mi Teddy, como te libras del fundador de los Merodeadores”