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IMPERDONABLE por Liss83

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James y Remus conversaban en la sala mientras cuidaban a Pollux en la sala, cuando después de un rato regreso a la sala Sirius con aspecto algo cansino 
 
 
 
 ¿Dónde está Tom? – dijo James preocupado poniéndose de pie al ver a su amigo 
 Siéntate Cornamenta. Tenemos que hablar – aconsejó Sirius 
 Maldición Canuto – dijo James – habla claro. Es mi marido, el padre de mis hijos. ¡Tengo derecho a saber dónde está! 
 Cálmate James – exigió Remus – no seas dramático 
 ¿dramático? – dijo James –. Espectacular, valiente, guapo tal vez me definan, pero ¿dramático? ¿Qué te pasa? Y tú – dijo mirando a Sirius ¿Dónde dejaste a mi marido? Sé que algo no está bien. Lo siento 
 Tom va estar unos días fuera – dijo Sirius – y mientras tanto tú te vendrás a pasar unos días con nosotros – en ese momento el timbre sonó 
 ¿Dónde está mi marido? – exigió James - ¡Tom! 
 ¡James! ¡espera! – dijeron Sirius y Remus deteniéndolo 
 ¡Quiero ver a Tom! – exigió el moreno 
 Su magia está muy inestable en este momento y le puede afectar al bebe – dijo Sirius 
 ¿Su ma…? – dijo James –. ¡Lo hizo! ¡Recupero su alma! ¿cierto? ¡Confrontara Harry! 
 Te prometo que todo va estar bien – prometió Sirius cuando el timbre sonó 
 ¡Va enfrentar a nuestro hijo! – dijo James histérico –se va dejar matar. Pase lo que pase voy a perder a mi familia 
 Nadie va perder a nadie – dijo Remus – tranquilízate 
 Confía en mi – pidió Sirius 
 Amo James – dijo el elfo – el señor Malfoy lo busca 
 ¿Ahora que quiere el peli teñido ese? – dijo James molesto 
 No sé porque sabes tanto de tintes de pelo – dijo Severus – pero yo no me tiño 
 ¿Y tú que haces aquí? – dijo James 
 Estoy bien, gracias por preguntar, querido “consuegro” – dijo Severus sonriendo 
 ¡No vuelvas a repetir esa estupidez! – dijo James con un estremecimiento 
 Pero es lo que son – dijo Remus y James lo miro furioso – ¡ah, no James Ryddle! Esa mirada no tiene ningún efecto en mí. Así que quítala 
 Di a que viniste de una vez – dijo James 
 ¿Dónde está Tom? – exigió Severus 
 ¿Y tú que quieres con mi marido? – dijo James cruzando os brazos 
 ¿Dónde está Tom? – repitió Severus cerrando los ojos 
 Ya te cansaste del peli teñido de tu marido – dijo Severus 
 Yo los voy a… – dijo el profesor haciendo un ademan de sacar su varita 
 Tom esta indispuesto – dijo Remus interviniendo – Sirius le ayudo con lo de los pedazos de su alma 
 Ya se quien hizo entrar a esos… disque… mortífagos – dijo Severus 
 ¿Qué? – dijo dijeron los tres Gryffindor 
 ¿Quién fue? – exigió James – voy amatarlo con mis… 
 Nadie hará nada – dijo Sirius, serio de pronto 
 ¿Quién fue? – dijo Remus 
 Ginny Weasley – dijo Severus 
 ¿la hija de Arthur y Molly? – dijo James 
 ¿conoces a alguna otra Ginny Weasley, idiota? – dijo Severus 
 Yo me voy a encargar de todo – dijo Sirius –. Ahora caminen. No es bueno que ninguno de los tres esté aquí sintiendo tanta magia negra 
 ¿Y Tom? – dijo James preocupado 
 Yo me encargo de todo dije – repito Sirius 
 Severus – dijo Remus – ¿puedes pedirle a Lucius que se haga cargo? 
 Claro – dijo este 
 Ninguno se acerque a ese sitio – ordeno Sirius –. Amor, vigila a los niños – besa a Remus y se va 
 Pero si los chicos no están aquí – dijo James mirando a Severus que iba a llamar a Lucius por la chimenea – ¿a quién vas a vigilar? No entiendo – Pollux rio viendo los gestos de su tío que se sentó a comer sus uñas de dragón 
 
 
 
 
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Las cosas en casa de los Weasley estaban tranquilidad cuando una carta vociferadora apareció frente a Arthur y Molly Weasley pidiéndole que se presentasen en Hogwarts con suma urgencia. Lo que les preocupaba realmente era el hecho de que la carta llevaba el sello del ministerio. Sin dudarlo cruzaron la chimenea y tomando cada uno un puñado de polvos flu se transportaron hasta la oficina del mismo director. En el lugar ya los esperaban el director, la profesora McGonagall, Harry, Draco parados en una esquina cercana a la puerta, Lucius y Severus Malfoy sentados frente al director, Sirius Black estaba parado frente a la ventana con actitud intimidante, y detrás de este… ¿Ginny? 
 
 
 
 
 ¿Qué pasa aquí? – dijo Arthur sorprendido y molesto a la vez 
 Papá – dijo Ginny desesperada – papá, ayúdame. Me acusan de algo que yo no hice 
 Director… – dijo Arthur con voz firme 
 Antes que digas nada Arthur – interrumpió este –, te suplico vean este recuerdo antes. Lo entenderás todo 
 
 
 
 
La pareja se miró intrigada y entro en el pensadero que ya estaba dispuesto en la mesa. Fueron minutos interminables para los que se quedaron afuera. Al salir del pensadero la decepción estaba plasmada en el rostro de Arthur, mientras que en el de Molly no se veía otra cosa que la desesperación ya que sabía de sobra que le esperaba a su única hija 
 
 
 
 
 ¡Solo es una niña – dijo Molly – no pueden condenarla¡¡Es menor de edad! ¡Tengan piedad! 
 ¡Tu hija no tuvo piedad cuando intentó asesinar a mi hijo! – dijo Severus furioso – exijo que reciba el beso del dementor 
 ¿Qué? – dijo Arthur  y tanto Draco como Harry se sorprendieron – es demasiado 
 ¡No! – susurro Molly 
 Draco – suplico Ron con un hilo de voz 
 ¡Señor, no le parece que es demasiado! – dijo Draco – tanto Harry como yo fuimos los… 
 Tanto Harry como tú estuvieron muertos por varios minutos por su culpa – dijo Severus –, exijo que se llevada a juicio y reciba el beso del dementor 
 Pero… papi… – dijo Draco 
 Tío… yo te entiendo perfectamente, pero no podemos ser como ella – dijo el pelinegro menor 
 ¿Y qué sugieres Harry? – dijo el profesor – ¡casi asesina a Draco y de paso a ti! ¿Debo recordarle señor Ryddle…! 
 No debe recordarme nada, señor – dijo este –. Pero cometer un asesinato no nos hace mejores. Y eso me lo enseñaste tú 
 ¡que nadie se mueva – dijo Ginny tomando a Draco por el cuello y apuñándole con la varita 
 Baja eso, niña – dijo Sirius –, no agraves tu situación 
 Por su culpa no me amas – dijo Ginny con un dejo de locura en su voz – pero si no estuviera… 
 Tampoco te amaría – dijo Harry sacando sorpresivamente su varita y gritando Expelliarmus en el momento justo que Draco le dio un cabezazo a la chica en la cara que a minoro su agarre lo justo para que el rubio se liberara. Al instante Sirius la apreso, inmolándola, mientras Draco corría abrazarse a Harry que lo esperaba con los brazos abiertos – ¿estás bien, cielo? 
 Si – susurro el rubio escondiendo – si 
 Tranquilo – dijo Harry besándole el cabello – ya paso, mi león 
 Llévatela mi muchacho – dijo Dumbledore 
 No por favor – suplico Molly pero Sirius se la llevo a la fuerza – ¡no! – pero el auror se la llevo a la rastra 
 ¡Me las pagaras Draco Malfoy! – grito la chica zafándose y arrojándose al vacío por la ventana 
 ¡No! – gritaron Draco, Harry y Sirius 
 ¡Ginny! – gritaron al unísono Ron y sus padres 
 
 
 
En el horizonte se vio a la chica montada en su escoba que salía de los predios del colegio con rumbo desconocido 
 
 
 
 
 Envía una lechuza al ministerio – ordeno Sirius – Ginny Weasley es  la enemiga publica número uno del Mundo Mágico – el subalterno salió de prisa 
 Padrino, debes encontrarla cuanto antes – suplico Harry –, puede intentar algo más contra Draco 
 Mi hija no… – dijo Molly molesta 
 Por si no lo notaste, mamá – dijo Ron – en esos recuerdos muestra claramente cuando tu hija planeo el asesinato de Draco. ¡Un asesinato! Dejo entrar a la escoria del mundo Mágico solo porque tenía celos de algo que nunca tuvo. Amo a mi hermana, pero debe responsabilizarse por lo que hizo – concluyo antes de salir 
 
 
 
 
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Varios días pasaron sin que se supiera nada del paradero de Ginny, cosa que tenía alterado tanto a Severus como a Harry a pesar de que Draco les decía que se tranquilizaran, que nada malo pasaría 
Cierta noche Harry y Draco se sentaron en la Sala de los Menesteres para estar un rato a sola. Hacía tiempo que no habían tenido un rato para interiorizarse del otro y reforzar su lazo. Desde antes de la navidad estaban experimentando cierta necesidad de dar el siguiente paso. Estaban jugando a hacerse cosquillas 
 
 
 
 
 Basta, Harry – decía el rubio entre carcajada – ya no aguanto mas 
 Eso te pasa por ser demasiado sexi – dijo Harry 
 Imagínate cuando vayamos al mundo Muggle y me ponga los pantalones que Hermione me regalo – dijo Draco con picardía 
 Tienes prohibido ser demasiado sexi – objeto el pelinegro 
 Eso es absurdo – dijo Draco 
 Entonces tendré que hacer algo para que todos te vean espantoso y nadie se te acerque – dijo Harry lanzándose sobre él haciendo gritar al rubio  en medio de una carcajada 
 
 
 
 
Entre besos y caricias lentamente Draco le quitaba la corbata y la lanzaba a alguna parte desconocida, mientras dejaba suaves besos sobre los músculos que había adquirido atreves del quiddich. La mano de Harry abrió el botón del pantalón de Draco  y suavemente lo bajo hasta la mitad de los muslos que a esa altura lanzaba suave gemidos mientras luchaba por quitarle abrió la camisa a su novio 
 
 
 
 
 Te amo mi hermoso rubio – susurraba Harry en su oído mientras acariciaba su miembro ya semi-erecto, desconectando completamente al Gryffindor de cualquier pensamiento coherente 
 ¡Harry! – grito Draco presa de la pasión desbordada 
 ¡Merlín! – grito Harry cuando Draco se vino en su mano y él en la de rubio 
 Ne... ce... sito... res.... res... pirar... – dijo Draco – ¡eso fue...! 
 Si eso fue la antesala – dijo Harry tratando de regularizar su respiración – ¿Cómo será el plato fuerte? 
 ¿Quieres inténtalo? – pregunto Draco 
 ¿Hoy? – pregunto Harry 
 Tú preguntaste – dijo Draco 
 Yo… – dijo Harry nervioso – si lo he pensado… – en ese momento el patrón de  Hermione entro al lugar – ¡Maldición! 
 No sé dónde están ni que están haciendo – dijo la voz de la chica – pero les aconsejo aparecerse ya. El profesor Snape está buscándolos. Es hora de la cena 
 ¡Mi papi! – grito Draco poniéndose de pie y buscando su ropa – ¡Por Merlín! Me va matar 
 Nos va matar – dijo Harry – no te pienso dejar solo ni en esto ni en nada – Draco se detuvo y lo miro con una sonrisa boba en los labios – ¿fue muy Gryffindor? 
 ¿Estarías dispuesto a morir por mí? – dijo Draco sorprendido 
 ¿Lo dudas? – dijo Harry abrazándolo por la cintura y besándole el cuello 
 Mmmm… – dijo Draco sonriendo y cerrando los ojos – pues quien va morir si sigues así soy yo 
 Entonces… – dijo Harry – volvamos mañ… 
 ¡Mi papi! – grito Draco separándose – date prisa Harry. Lo último que quiero es un detención 
 Pero… – dijo el moreno exhalando 
 
 
 
 
Se vistieron en un santiamén y salieron corriendo lo más rápido que pudieron sin soltarse de las manos. Llegaron al gran comedor y cada uno se fue a su mesa disimulando su sonrisa 
 
 
 
 
- ¿Todo bien primo? – dijo Teddy 
- Perfecto – dijo Draco sonriendo mientras toma un plato y se servía asado de carnero – ¿Por qué preguntas? 
- Bueno es que… – dijo Neville – ¿Cómo te lo decimos? 
 
 
 
En la mesa de Slytherine todos miraban nervioso al moreno que acababa de llegar 
 
 
 
 
- ¿Pasaste por el baño antes de venir? – dijo Blaise un tanto nervioso 
- Por supuesto – dijo Harry sirviéndose asado – ¡Merlín, cuanta hambre! 
- ¿Y… te… miraste al espejo? – dijo Theo 
- Por supuesto – dijo Harry con la boca llena de comida 
- ¿Entonces sabes que llevas puesta una corbata de Gryffindor, cierto? – dijo Pansy 
- ¿De qué hablas? – dijo Harry mirándose el pecho y sobresaltándose – ¡Maldición! – y volcó a mirar hacia la mesa de su novio con quien cruzo miradas asustadas antes de girar a ver al profesor Snape que los taladra con la mirada 
 
 
 
 
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James cenaba con sus padres en medio de una reunión triste, ya que Tom aun  no reaccionaba cuando sintieron que la chimenea se activaba, a continuación una pequeña discusión de los recién llegados con el elfo dela casa 
 
 
 
 
- ¿Qué pasa aquí? – dijo James entrando en la sala seguido de sus padres 
- ¡Yo te voy a matar! – dijo Severus lanzándose sobre James mientras todos le gritaban que se detuviera 
- Severus cálmate – decía su esposo lo sujetaba de la cintura 
- ¿A quién vas a matar, idiota? – grito James siendo sujetado por su padre 
- ¿Y ahora qué pasa? – dijo Euphemi sorprendida 
- Los chicos llegaron tarde a la cena – dijo Lucius 
- Son adolescentes – dijo Flemont – ¿Qué tiene de malo? 
- Tenían las corbatas intercambiadas – dijo Lucius y pareció que el tiempo se detuvo 
- ¿Qué cosa? – grito James – ¿tú engendro toco a mi bebé? 
- ¡Tú “bebé” es  un violador! – grito Severus furioso 
- ¿Cómo te atreves? – grito James 
- Desmayus – dijo Euphemi y ambos pelinegros cayeron laxos en los brazos de su esposo y madre respectivamente – íbamos a comer el postre, ¿a alguien le interesa? 
 
 
 
 

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