Capítulo 4: La espera y tendrás la recompensa.
Desde ahora, había seguido los consejos que Clint había comenzado a darle, si bien aún escuchaba a la pelirroja, era porque lo mantenía informado, como el marco histórico del omega al que estaba por hacer suyo.
Número 1 y más importante, nunca se debía de visitar a Tony en su trabajo, detestaba, sino se tenía su persona ganada y se fuese de gran importancia para él, entiéndase como Peter, Loki, e incluso Pepper, de lo contrario, Stark veía a cualquier otra persona como un estorbo en su cansada y apretada agenda laboral, y nunca titubeaba en deshacerse de las molestias.
Steve había comprendido eso, aunque le molestase, porque estaba cediendo su autoridad a Tony, en cierta manera, su mando no ejercía tanto poder como él, y era difícil lidiar con eso, pero era cierto, lo quería, y estaba haciendo el esfuerzo por acostumbrarse y aceptarlo: No se puede tener atrapada a una flor en un puño, de otra forma, jamás podrá extender sus pétalos cuando ésta florezca.
Se familiarizaba con la sensación de descontrol, y los obsequios, que ya estaban comenzando a aceptarse, habían dejado de ser chocolates y cosas similares, siendo reemplazados por herramientas, circuitos, y toda clase de maquinaria que le agradara al castaño, también optó por libros y discos viejos de música. Vinil.
De poco a poco, comenzó a enamorarse de verdad, a agarrar el sabor a la persona de Anthony, por las conversaciones largas y tendidas, a veces en persona, a veces vía telefónica, y era casi oficial que su cortejo hubiese sido aceptado, Tony no lo había confirmado, pero tampoco negado, así que Steve se encargaba que la balanza se inclinara cada vez más para la respuesta afirmativa.
Una de las cosas más satisfactorias que había recibido de la vida, que no sabía que tuviera una vena, delgada y pequeña, pero presente, vengativa, que bombeaba sangre en cada ocasión que Pepper le miraba con odio puro, y él no podía evitar sonreírle, totalmente tranquilo y sin caer en sus furiosas indirectas.
…
Loki tenía su estudio personal repleto de libros, de todo tipo de clases, desde recetas para pociones, hasta de cocina, incluso novelas oscuras y poemas, algunos que él mismo solía escribir, cuando era más joven y Thor no había desvelado sus sentimientos de índole amoroso.
-Si me dijeras qué estamos buscando, estoy seguro de que podría serte más útil. –Expresó el rubio, en un tono tranquilo, con tinte de exasperación, pero sin llegar a reprenderlo, ni verbal, como biológicamente. Loki alzó la mirada y se lo pensó por un segundo. –Necesito más especificaciones, que sólo ‘’Mantener la vida’’.
-No puedo decírtelo, ya te lo dije. –Ahí empezaba otra vez, no le gustaba que le guardara secretos, aunque en sí, Loki fuese uno, desde su nacimiento. –Pero es muy importante Thor, así que sigue buscando.
-Vamos a tardar más… -Loki le había pasado al bebé, un varoncito, alfa, igual a todos sus hermanos y hermanas, que habían bautizado con el nombre de Silverts.
–Tómalo un momento, creo que encontré algo interesante. –Thor asintió y sujetó a Silverts entre sus brazos, el infante se notaba con más sueño cada vez, sin notar la diferencia, se dejó llevar por el aroma del alfa y procedió a dormir.
-¿Qué es? –Se acercó hasta su hermano adoptivo y mirando por sobre su hombro, leyó en voz alta el título del capítulo. –Remedios para corazones rotos… -Dijo reflexivo. La tercera palabra había sido la clave. -¿Hay algo que debas decirme? Soy tu compañero, Loki, puedes decirme lo que sea, y será como confesárselo a un espejo, o mejor aún, a un candado. –Ese tono de comprensión, hacía sentir tan ligero al pelinegro, no dudó en recargar su mejilla con la ajena, y acariciar los cabellos negros del pequeño Silverts.
-Tú sabes quién es. –Y Thor sabía, se quedaron juntos, envueltos en su calor, un encuentro tan íntimo de conexión, que el bebé sonreía en sueños, cómodo con la atmosfera prospera que Thor y Loki creaban cada que necesitaban apoyo mutuo. –Va a…-Sus labios se apretaron, y molesto, cerró los ojos, rehusándose a siquiera pensarlo o decirlo.
-Marchitarse. –Era un término triste, pero mucho más manejable, pensó. – ¿Es eso? –También sintió la amargura contagiarle. -¿Intentas buscar una solución?
-Sí. –Dijo rápido, detestaba que fuese encontrado en un momento vulnerable, o en su defecto, cuando decía una verdad que quería mantener en silencio. –No podemos dejar que eso pase. –Juró sin decirlo. -¿Vas a ayudarme, verdad? –Le miró con ojos suplicantes y el rubio, obviamente, se negaría.
-Dije que estaría ahí, siempre. –Le besó y su ligereza incrementó. –Hay muchas formas de detenerlo, pero no todas las personas son capaces de soportarlo, por lo regular, se debe de permanecer en un estado de salud óptimo. –Y maldita sea, Loki sabía eso. –De otra forma…
-Todo sería contradictorio. –Dijo con pesar y suspiró. -¿Entonces qué hacemos? Tenemos que intentarlo, mínimamente.
-Supongo que tú y yo somos los únicos que sabemos de esto, ¿No es así?
-Sólo tú y yo.
-Bien, que así permanezca, se me ha ocurrido una idea, lo leí hace tiempo…No creo que vaya a gustarle, y probablemente nos odie, por un tiempo, pero si funciona…Si funciona, no habrá corazones rotos, sino sanos, bombeantes y felices.
-¿Y tú lees? –Aquello le sorprendía, tal vez, sólo un poco, más que el hecho de que encontrara una solución.
-A veces, ¿Por quién me tomas? –Era una mezcla de gracia y falsa indignación. –Yo tuve, figuradamente, el corazón roto alguna vez, también busqué remedios para eso.
-¿Era por mí, verdad? Más vale que haya sido por mí.
-Siempre ha sido por ti, ¿Quién más es el dueño innegable de mi amor? ¿De la dicha y prosperidad con la que he sido bendecido, cada que su vientre rebosa de vida y me brinda un fruto hermoso y casto? ¿De la prueba más grande que demuestra que te amo con una furia más allá de lo carnal y de lo puro? ¿Más allá de todo?
Incluso, a casi dos décadas de unión, Thor le seguía sorprendiendo. Tenía a su lado, un hombre que le amaba, y Tony había ayudado en eso, en cierta manera, le debía también su felicidad a él.
…
Por otro lado, Peter estaba manejando la situación bastante bien, mejor de lo que todo el mundo hubiese pensado, no había bajado la guardia, pero su actitud hostil con Steve había sido controlada, porque Tony se veía con un semblante relajado y hasta cierto punto, feliz. Además, ¿Steve o Pepper? Su elección estaba clara. Jamás perdonaría a esa mujer, la versión oficial había sido un pleito común entre alfas, del cual Tony no recordaba mucho, culpando a los medicamentos que en ese entonces se veía obligado a tomar, pero la verdad distaba mucho de lo que se había dicho. Tal vez ni Natasha lo sabía.
-¿Por qué tan feliz? –Preguntó Peter, con un tono travieso, sabiendo en el fondo la razón, Tony no podía controlar su sonrisa.
-Nada, nada, todo bien, ¿Y tú? ¿Qué tal? ¿Cómo te va con Gwen?
-¿Qué? ¿Quién? ¿De dónde sacas eso? ¿Habló a la casa? ¿Contestaste? ¿Le dijiste quién eras?
¡No, no, no! Cualquier burla hacía su tutor, acerca de que por fin había caído con ante un alfa, había quedado en el olvido y había sido sustituido por su nerviosismo, con el que casi tira la jarra de jugo mañanero.
-Sí. –Procedió a beber de su taza de café, ilegal, con naturalidad. –‘’¿Buenas tardes? ¿Se encuentra Peter en casa? Lo que pasa es que dejó su reporte final en el laboratorio de ciencias y no contesta su celular…’’ Ow, fue lo más lindo que había escuchado este día, tan preocupada porque su novio no fuese a reprobar por bobo. –Peter no encontraba un sitio para ocultar el rostro, alfa o no, Tony siempre encontraba una manera de avergonzarlo, antes de que él lo hiciese primero.
-Yo no digo nada del capitán, tú no dices nada de Gwen, ¿Trato?
-Mmm… No lo creo, tal vez si lo hubieras dicho, antes de que la invitará a cenar.
-¿Qué hiciste qué?
-Y aceptó, así que, quiero la casa limpia y reluciente para mañana a las 6 de la tarde, no te preocupes por la comida, seré bueno y me encargaré de que sea algo inolvidable, sólo no olvides tu nombre, el de ella, o el mío, ¿De acuerdo?
-¿Estás ayudándome a cortejar a la chica que me gusta?
-¿Soy o no fabuloso, eh, Pettie?
…
Había sido el mismo día, sólo que en la mañana, la señorita Stacy lo había citado en la entrada del instituto, para entregarle el proyecto, olvidado anteriormente por el descuidado Peter, quien había estado demasiado abstraído por sus actividades extracurriculares en SHIELD, Tony había decidido ir en su lugar, y por supuesto, conocer a esa linda joven que, obviamente, iba tras Peter, así como Peter iba tras ella, adolescencia, pensó, él, como su tutor, tenía que hacer que uno de los dos diera el primer paso.
Gwen había estado acompañada por su padre, beta, quien se había casado con otra beta, en su juventud, dando a luz a una dulce omega, pero asesinando a su madre en el parto, razón por la que la tarea de dar a luz, debería ser exclusiva de los omegas, ellos eran quienes estaban preparados para eso, rara vez betas sobrevivían a un parto.
Un secreto a voces, era que los betas podían llegar a ser más protectores que los mismos alfas, la razón era simple, temían no ser lo suficientemente fuertes para proteger a sus crías y su olor no bastaba para alejar a posibles depredadores, con los alfas, por lo regular, era así.
En tanto, el señor Stacy, no pudo evitar bajar la guardia, cuando vio a Tony Stark, un omega, sí, eso le agradaba, no podía llegar a sentir ninguna amenaza, no cuando se tiene a un omega sonriente, con esa aura cálida y maternal que todos los de su clase despiden, incluso cuando las crías no son suyas.
-Señorita, señor Stacy, un gusto. –Extendió su mano e hizo una ligera inclinación, respetuosa, haciendo gala de su educación y ganándose rápidamente su confianza, George se había acostumbrado a una vida donde siempre se encontraba a la defensiva, aunque la sociedad se jactara de su avance humanitario, el mundo seguía perteneciéndole a los alfas, ¿Qué eran los betas y omegas ante el poderío del eslabón más fuerte de la cadena?
-George Stacy. –Se presentó, sonriente y aprobando lo que veía, ¿Ese era el padre del muchacho que pretendía a su hija? Bien, primera prueba superada, el traje siempre era algo que a los padres les gustaba ver, la manera impecable de vestir, y los zapatos limpios. Unos zapatos limpios son señal de que no se anda caminando en senderos sucios, si así era el padre, se imaginaba al hijo y daba su visto bueno.
-Un gusto. –Dijo cuando el apretón de manos terminó. –Lamento los inconvenientes que ha traído mi Peter. –Generalmente, lo presentaba como tal, dado a que era un total dolor de cabeza explicar la razón de su tutela y siempre se evitaba la palabra hijo en una presentación formal. –Así sucede en los finales de semestre, va de aquí para allá, intentando superar su promedio anterior, siempre se pone bajo mucha presión.
-Eso es bueno, mi pequeña también se pone de esa manera. –Gwen sintió sus mejillas arder, pero no dijo nada. –Sino me equivoco, juntos, son los primeros de su clase. –Tony asintió, orgulloso. –Hemos hecho un trabajo estupendo criándolos, ¿No cree? –El orgullo y la jactación, era para todas las especies.
-En efecto. –Y alineó su barbilla, el señor Stacy daba por bueno esa actitud, miró furtivamente a su hija, un omega debía ser así, mandar la actitud de los alfas a la mierda y ponerse en primer lugar.
-¿No se le ha hecho difícil hacerse cargo de un alfa? –Preguntó en la intimidad de un café, cuando tanto Peter como Gwen habían entrado a clases, la plática entre ambos había sido lo suficientemente interesante, como para trasladarla a un sito más cómodo, ese era el efecto Stark.
-A veces. –Admitía. –Me tocó hacerme cargo de él, desde pequeño y recibí gran ayuda, por supuesto, su padre murió cuando era un bebé. –Y nadie podía decirle que estaba mintiendo, era cierto, Tony había ayudado bastante a la tía May con la carga de la crianza del alfa, verdades a medias. –Pero, agradezco, que Peter haya sido de los alfas bueno, usted sabe, siempre se encuentran esos patanes que siente que el mundo les pertenece, pero mi Peter, afortunadamente, siempre ha sido amable y sensible con los demás.
-Vaya, eso no es muy común. –Y Tony no podía estar más seguro de aquello. –El hermano de mi esposa, era un alfa, y créame cuando le digo, que era el ser más despreciable sobre la tierra. –Dijo con rencor escondido.
-Usted no debe preocuparse por eso. –Le aseguró. –Mi Peter es un tarro de miel, y garantizo que su hija está a salvo con nosotros, cualquier peligro, seré el primero en responder. –George creía plenamente en esas palabras.
A esto, se le llamaba intercambio, para los omegas que eran menores de edad y tenían algún tipo de interés amoroso con un alfa y viceversa, los progenitores, o tutor en este caso, se debía de realizar una conversación, clara y concisa, acerca de lo que estaba sucediendo, y por supuesto, dejar las garantías sobre la mesa, cualquier cosa que llegase a pasarle a Gwen, estando con Peter, sería responsabilidad de Tony Stark.
…
-¿No te apetece ir al teatro hoy? Hay una obra preciosa, conozco a gran parte del elenco, pases especiales. –Le comunicó Pepper, al final de su jornada laboral, había estado muy atenta últimamente y Tony sabía la razón.
-Suena como un plan estupendo, pero ya tengo otros. –No sabía si había sido lo suficientemente amable, tampoco era que le importase, no le gustaba cuando la gente cambia su forma de ser, artificialmente, para obtener algo a cambio.
-Oh…-Soltó y calló por dos minutos, Tony aprovechó para finalizar el envió final de documentos. -¿Y qué harás? –Preguntó, vacilante.
-Cosas. –Dijo tajante y volteó a verla, justo cuando la mujer comenzó a liberó su esencia pesada, que le hizo suspirar. -¿Te molesta o qué? –Esa manera, tan primitiva, de querer imponer sobre él, era agobiante.
-¿Rogers tiene algo que ver en esto? –Preguntó, ya sin titubeos.
-¿Qué? No. –Negó, con un gesto de disgusto. –Son otras cosas.
-Bueno. –Su tono de molestia cambió a uno más servicial. -¿Y puedo ir contigo?
-No. –Tampoco había lugar a una discusión. –No se admiten alfas. –Casi deletreó. –Absolví tus errores, Peps, pero eso no significa que te esté dando otra oportunidad.
-No es justo, y lo sabes. –Volvía a ponerse a la defensiva y el ambiente tenso, fuera de su taller, los dos betas que se encargaban de cuidarlo, se encontraban alertas y no dudaron en tocar la puerta. –El señor Stark saldrá en un momento. –Ese tono de autoridad dejó claro que no haría dudas. No podía dejarse caer en la violencia, no otra vez, arruinaría todo.
-Mira, las cosas buenas, sólo pasan una vez en la vida, las agarras y las cuidas, o se pierden, es sencillo entenderlo. –Dijo con simpleza, le abrieron la puerta, le dirigió una mirada más a Pepper y se retiró. –Apaga las luces cuando salgas.
Ella se quedó ahí, con las manos sobre su falda, hechas un puño y arrugando la tela, había sido un desliz, por un desliz había perdido todo. Creyó mal, Tony jamás perdonaba. Jamás y en absoluto.
…
Para esa hora, aún estaba el flujo de personal bastante marcado, serían las cinco y algo de la tarde, la cena sería a las seis y media, debía de darse prisa, era la gran presentación, la gran y primera presentación de un Alfa. El veredicto de Gwen sería de gran peso ante otros omegas, ante su padre también. Era la reputación de Peter.
No había visto a Steve en todo el día, ¡No era que lo estuviese extrañando! Por supuesto que no, sólo se le hacía extraño. Eso es todo.
Se subió al auto y le indicó que fueran directamente a un restaurante, primera clase, donde ya había hablado para pedir ‘’prestado’ a uno de sus mejores cocineros, esa noche lo merecía todo.
Cuando llegó a casa, encontró a un Peter en un casi ataque de histeria.
-¡No sé si estoy preparado! ¡Tengo 17 años y aún no me siento capaz de cortejar formalmente! –Casi comenzó a hiperventilar, Tony rápidamente, se acercó, mientras le indicaba al cocinero que fuese a la cocina a realizar su magia. -¡No quiero arruinarlo, no quiero!
-Sólo respira, falta tiempo para llegar y no vas a estar solo, voy a ayudarte, ¿Me escuchas? –Le sujetó la barbilla e hizo que le mirara a los ojos. –Me tienes de tu lado, no pasará nada, sólo no hagas nada estúpido y limítate a mantenerte bajo control, nada de spiderman, nada la organización, nada de eso, ¿Bien? –El castaño menor asintió, y Tony sintió que su corazón se derretía, ¿Qué alfa se comportaba así de nervioso ante el cortejo con un omega? Pocos, realmente se estaba preocupando, para no decepcionar a Gwen.
La hora se acercaba y ambos iban de un lado a otro, arreglando las cortinas, el mantel, poniendo toda evidencia de su vida secreta en el cuarto más hermética y segura de la casa, la habitación de Tony.
Para cuando la omega llegó, traída por su padre, quien por supuesto, quedó deslumbrado ante la vivienda alta y lujosa donde vivían, cada vez quedaba más convencido de que su unión, si llegaba a haberla, tendría un buen futuro.
El entorno era cálido y familiar, con la mezcla perfecta entre ambos aromas, paz, armonía y seguridad. Ella se sintió en el lugar más seguro del mundo en ese momento.
Tony sólo los había acompañado al inicio de la cena, cuando la plática sólo necesitó de dos acompañantes, fue lo suficientemente considerado para retirarse, confiaba plenamente en Peter, él no era de esa clase, la bruta y salvaje. Ambos necesitaban de un momento de reconocimiento y él debía darles ese espacio. Se puso de pie, con cautela y discreción, mientras el par no dejaba de mirarse, con una sonrisa y una mirada anhelante. Ow, por supuesto que iba a avergonzarlo después.
Ya había hecho lo suyo y ahora iba a disfrutar de un poco de meditación en la sala, realmente necesitaba eso, ordenar sus pensamientos en cuanto a cierto rubio que se paseaba sin vergüenza por su cabeza. Sin su permiso alguno. -¿Qué pasó Loks? –Bien, al parecer eso no iba a poder, porque nadie parecía querer dejarlo tranquilo, ni Loki, que le hablaba a esa hora, aunque todavía fuese un horario decente. -¿Thor no lavo el baño o algo así?
-Graciosito, Stark. –La costumbre precedía cualquier plática. –Pero necesitaba saber, si podemos reunirnos hoy, el lugar no importa, sea tu casa, preferentemente. El asunto es de carácter impostergable.
-No se puede hoy.
-¿Qué? ¿Y por qué no? ¿Con quién estás? Exijo saberlo de manera inmediata, ¿Hay alguien usurpando mi lugar? Más te vale que no sea así, estoy por sacar la daga y en nombre de nuestra amistad, manchar los suelos con el líquido carmesí…
-Shhh, Dios santo, no puedo tener un compromiso por la noche, porque todo el mundo se le ocurre pedirme algo, a ver, ¿Por qué la urgencia de vernos?
-Es secreto Stark, tengo que verte.
-¿Y te urge mucho? Mira, la última vez, me llamaste en medio de una misión, porque confundiste una computadora con una maquina supuestamente asesina. Así que, perdóname por dudar de taaan apremiantes motivos para encontrarnos.
-Como aliado leal e incondicional, es tu deber ayudarme cuando yo no entiendo algo, te recuerdo que este mundo no es mío y también, aunque no lo creas, llego a conflictuarme con sucesos que no comprendo. Además, no puedes culparme de nada, no cuando ustedes los humanos se dedican a crear cuanto aparato se les antoje de destrucción; cada vez es más difícil distinguir un arma, de un objeto de entretenimiento.
-Bien, voy a fingir que te creo, a menos que no me des una buena excusa para que nos viéramos, no que vayamos a hacerlo, pero mínimo convénceme.
-Es confidencial, ya te lo dije, Anthony, necesitamos vernos.
-¿Tiene algo que ver con lo que te conté hace algunas semanas?
-No.
-¿Seguro?
-Sí, ¿Y por qué no puedo ir a verte?
-Porque estoy ocupado.
-Oh ya veo. Tienes algo más importante que hacer, que ver a tu fiel partidario…
-Tal vez.
-Eres un cínico.
-Sí, gracias.
-¿El capitán está ahí?
-¿De dónde saca el mundo que tengo un romance con él?
-¡Por favor Stark! Yo que te enseñé a mentir, me sales esa pobre imitación de realidad falsificada.
-Pues no está aquí. Ni otro alfa que no sea Peter.
-¿Ah sí? Pásamelo, quiero hablar con él.
-No.
-Sí.
-No, está ocupado.
-¿Sabes que eso suena terriblemente obsceno, en muchísimas formas, no?
-No, sólo suena mal si eres un degenerado. Como tú.
-No me insultes.
-Muy tarde.
Thor escuchaba todo, estaban en el estudio y estaba atento, Loki debía convencer a Tony a como diera lugar.
-Es su cena de presentación, conoció a una chica, omega, se llama Gwen y bueno, el resto será historia, así que no puedes venir, sabes cómo son estos acontecimientos.
-Está bien, pero eso no significa que no vaya a ir mañana.
-Mañana debo ir por Natasha a Londres.
-¿Y que no puede regresarse sola o qué?
-Sí, pero necesita ayuda con un par procesadores, no se habían visto antes, únicos en su especie, así que necesitan ayuda especial.
-Pues sólo llámale y dile qué hacer.
-¿Qué pasa? ¿Por qué tanta hostilidad hoy? Que yo sepa, Natasha te agrada, o al menos no la detestas.
-Porque sí y ya, me preocupas que utilices esos trozos de metal y estés a kilómetros del suelo.
-No pasará nada, hablé con Bruce y dijo que estaría bien en un vuelo de 7 horas.
-¿Siete horas? ¿Siete horas encerrado en una lata?
-Bájale a tu neurosis, dije que estaré bien, no viajaré solo, tengo guardaespaldas y médicos de niñera. Prometo traer recuerdos.
-Humm, ¿Y cuándo regresas?
-No sé cuánto tarde, te avisaré cuando esté de regreso.
-Bien…
-Te dejo, la cena está por terminar.
Thor colgó cuando Loki le regresó el aparatejo, estaba malhumorado, no podían concretar su tarea, no si Stark no se dejaba.
-¿No te dijo cuando estaba de vuelta?
-No, iría a Londres, ¿Dónde queda Londres?
-Al otro lado del mundo, algo lejos, pero no le pasará nada.
-¿Y si tiene un paro cardíaco a miles de pies de altura?
-Siempre tiene personal al cuidado de su salud, por el momento, tenemos lo más importante, y sólo debemos concentrarnos en el momento oportuno para actuar y luego esperar.
-Todo minuto cuenta.
-Sí, pero lo que no sucede en toda una vida, no tiene por qué suceder ahora, así que, sólo queda aguardar y mejorar el objetivo.