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Los Alfas del señor Stark por Evanences

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Capítulo 6: Quédate un poco…Un poquito más…

 

Peter había estado molesto con él los últimos días, lo sentía por la manera en que le miraba, con reproche, hasta que llegó el momento en que Tony, cansado y sin su porcentaje de alcohol en la sangre, llegó a irritarse.

 

-¿Por qué la mirada? ¿Quieres decir algo? Sólo dilo. –Tenía derecho, por supuesto, no lo negaba, pero detestaba que lo ocultase.

 

-No me has dicho por qué estaba Steve aquí.

 

-Que yo recuerde, es mi casa.

 

-Es un alfa.

 

-¿Lo averiguaste tú solo? Qué habilidad.

 

-Tony, no estoy jugando, realmente me preocupa su presencia aquí, ¿Te intentó hacer algo? Puedes decírmelo.

 

-Aprecio que te preocupes, pero no tienes por qué, Steve es un bobo, pero un caballero en toda la extensión de la palabra, y no, no me hizo nada, ni me obligó a nada, sólo discutimos por la sopa que estaba haciendo.

 

-Pero, ¿Por qué estaba en la casa?

 

-Yo lo invité.

 

Sí, estaba mintiendo, bueno, sólo un poco, técnicamente si lo había hecho, cuando le abrió la puerta, le estaba dando la invitación a que entrara a la casa, ¿No? Sí, así que ya no contaba como mentira. Genius.

 

-Oh…

 

-Creo que podría dejar que me cortejara.

 

-Dijiste que jamás permitirías que un alfa te marcara.

 

-Pet, ¿Estás celoso?

 

-¡NO!

 

Por la manera en que había exaltado el tono, y en que sus mejillas estaba en un color ardiente, como las de un tomate, y por supuesto, en la manera en que su gesto de desconcierto le delataba, supo, en efecto, que sí.

 

-Qué  bueno que no te moleste, mañana iré con él al teatro y a cenar, así que llené la alacena, prepárate algo en mi ausencia.

 

-¿Qué?

 

-Que mañana no estaré, tengo planes.

 

-Oh... ¿Irán solos?

 

-Obviamente, no quiero chaperones.

 

-Entiendo.

 

-Qué bien, ¿Vas a comerte eso?

 

-No.

 

-Perfecto, yo sí, pasámelo.

 

-Tony.

 

-¿Qué?

 

-Sí.

 

-Necesito más de dos palabras para que se pueda formar una comunicación decente.

 

-Sí estoy celoso. Poquito.

 

-Aww, ¿Y por qué se pone celoso mi alfita?

 

¡Demonios! ¡No! Detestaba (amaba) cuando usaba ese tono estúpidamente amelado y le hacía sentir como si tuviese seis años otra vez, más cuando le pellizcaba las mejillas y hacía gestos para acentuar su actuación.

 

-Eres como mi madre, ¿Cómo se supone que reaccione cuando llega un tipo a decirte cosas bonitas y tú le correspondes?

 

-Me siento conmovido, aunque no deberías preocuparte, ya te lo dije, Steve es un buen chico.

 

-No es, bueno, no sólo eso, es diferente a la víbora de Pepper, por ese lado estoy tranquilo, pero aun así, vas a ponerme en segundo lugar.

 

-¿A qué te refieres?

 

-¿Cómo que a qué me refiero? ¡Siempre pasa! Llega ese tipillo y dónde quedaré yo, ¿Eh? No quiero que me dejes por él.

 

-¿Estás tonto? Cómo voy a dejarte, eres mi cachorro, lo sabes.

 

-¿No vas a dejarme en segundo lugar? ¿Aunque te llegues a enlazar con él?

 

-No seas tonto, tonto, yo le prometí a la tía May que cuidaría de ti, ¿O no?

 

-Sí…

 

-Entonces, no sé por qué dudas de que no llegué a cumplirlo.

 

-Nunca te habías interesado en nadie.

 

-¿Pepper no cuenta?

 

-No, ella no me agradó, nunca, no me dejaste por ella, al contrario.

 

-¿So?

 

-Es diferente, tú interés en Steve es totalmente diferente, más fuerte y eso me pone nervioso, mi competencia es ahora más peligrosa y real.

 

Ante eso, Tony no pudo evitar soltar una carcajada, para después apurar el café de su desayuno, qué tierno era Pet, por eso lo quería, aunque creciese, siempre sería ese niño para él, lo demostraba con sus celos infantiles y las conspiraciones que armaba en su cabeza cuando el castaño le dirigía su total atención a alguien que no fuera él.

 

-No tienes competencia, mi querido Pettie, nadie ocuparía ese lugar en mi atrofiado corazón, está hecho a tu medida, tú te lo ganaste.

 

El menor intentó sonreír, un poco más confiado en él, pero sabía que el final del dúo Parker&Stark, estaba más cerca que antes. Maldijo a Steve por eso.

 

 

Loki había estado encerrado en su estudio toda la mañana, una vez que sus hijos fueron a sus respectivas escuelas, y que Silverts estuviese, bañado, limpio y alimentado, y demasiado entretenido con su mordedera color azul, en forma de oso.

 

-¿Thor? ¿Estás ahí? –Preguntó al teléfono, demasiado ansioso como para calmarse de otra manera que no fuese la voz de su alfa hablándole.

 

-¿Eh? ¿Loki? ¿Cómo estás, mi flor venenosa? Mira, lo que sucede es que estoy un poco ocupado en este momento. –Y no era para menos, sonaba agitado, estaba interrumpiendo la trasmisión de SHIELD, para hablar con Loki, ¡Ah! Eso y además del hecho de que estaba persiguiendo a un intento de villano que había explotado un hospital e infectado con un virus sumamente peligroso, pero no identificado.

 

-Bien, bien, nervioso, un poco, creo, Tony no me ha llamado, sé que está en casa y el maldito ingrato no quiere llamarme, decidí darle su espacio, tal vez necesito eso, no sé cómo es que puede estar por ahí sin mis consejos, pero está bien, allá él, también, estaba por visitarlo, pero se me hizo tarde y no quiero descuidar a los niños, por cierto, tengo que decirte, debemos de comprarle un presente a Reyiris, sacó primer lugar de su clase, mi niña es tan inteligente, se parece a mí, oh, y Vicrán, golpeó a un niño en la escuela, me trajo una amonestación por aquello, espero no tengamos que cambiarlo de escuela, otra vez, le dije que tuviera cuidado y que sí lo hacía, que fuese en un lugar apartado, me dijo que lo hizo porque el mocoso estúpido ese, se había burlado de su hermano menor, y le dije, ¡Tienes suerte, mortal idiota, pude haberte abierto la cabeza y preparado un almuerzo para mis mascotas con tus sesos poco alimentados! ¿Qué opinas? ¿No es un insulto un poco…Suave? No sé.

 

-Loki…

 

-Shhh, no me interrumpas, tengo mucho que contarte en estas tres horas que no te he visto. Mi vida es muy interesante, tienes suerte de tenerme.

 

Y Thor, a pesar de casi caerse de una altura considerable, sonrió, Loki tenía razón, era demasiado afortunado, sólo por eso, no dijo ni una sola palabra más que cortara la conversación monológica que se había formado entre ambos.

 

-Y así, descubrí cómo poner el disco ese, dentro del este, ¿Genial, no? Ahora sólo me falta comprar algo que valga la pena ver, demasiadas muertes falsas, Dios, no, ¿Qué es ese ruido? ¿Con quién andas? ¿Dónde estás?

 

-Estoy trabajando, amor mío. –Y justo cuando terminó de decir eso, golpeó la cabeza del sujetó contra la superficie más cercana, cuidando de no matarlo, pero tampoco de dejarlo consciente. –Estoy con un criminal, clase D, y estoy en la ciudad, no estoy seguro de la calle, pero estoy seguro que es por donde comimos helado en nuestra primera cita, ¿Lo recuerdas?

 

-Sí, ¿Por qué no vamos otra vez? Llevemos a los niños, y nos tomas un retrato instantáneo.

 

-¿Una fotografía?

 

-Thor, no me corrijas.

 

-Perdón, perdón, nos tomaremos muchos retratos instantáneos, lo prometo.

 

-Por cierto.

 

-¿Qué sucede?

 

-Nueces.

 

-Oh, cierto, cierto, mira, invítalo a cenar, qué te parece hoy.

 

-Lo intentaré, sólo espero que me conteste.

 

-Yo también, si te dice que sí, avísame y yo haré la otra parte del plan, pero necesito saber si vendrá o no.

 

-Intentaré convencerlo, no creo que le agrade si lo traigo drogado, ¿Verdad?

 

-Hemos hablado sobre esto: No drogues a las personas cuando no hacen lo que quieres que hagan.

 

-Pero hay confianza, o sea, tal vez se moleste, al inicio, un poco.

 

-No sabemos qué reacción podría provocar en su organismo, es diferente al promedio.

 

-Bien, nada de drogas, pero sí voy a amenazarlo.

 

-Está bien, sólo no hagas que se estrese, el estrés es malo.

 

-Voy a pensarlo, me ha hecho enojar últimamente.

 

-Estrésalo todo lo que quieras, cuando esté bien, ahora no.

 

-¿Crees que vuelva a estar bien?

 

-Ten fe Loki, es todo lo que podemos hacer por ahora.

 

 

Había sido una noche más que agradable, la mitad de la función se la había pasado recargado en Steve, y la otra buscándose mutuamente para robarse besos, nada apasionados, al contrario, todos y cada uno de ellos, torpes y repletos de inocencia, sin necesidad de traspasar la barrera, por el momento sólo se reconocía, se buscaban.

 

-Entonces, ¿Crees que cenar hamburguesas en a media calle y durante una lluvia torrencial, es buena idea? –Aunque Tony no estaba mojándose en ese instante, gracias a que Steve le cubría casi en su totalidad, se preguntaba quién sería el que llegase a enfermarse primero.

 

-Sí, Tony, créeme, estas hamburguesas valen la pena. –Y le agradó, porque no lo había cargado y  llevado a un lugar seco y seguro, con el temor de que se fuese a romper por unas cuantas gotas.

 

-Sólo porque llevo un gordo dentro, lo aceptaré.

 

Fue una velada, alejada de cenas ostentosas caras y exclusivas, sólo él y Steve, de pie, bajo la lluvia y comiendo en un puesto callejero, con demasiada gente a su alrededor, como para poner tan sólo un poco de atención en su plática, demonios, a esas horas de la noche, el hecho de que un par de extraños, guapos y bien vestidos, estuviesen comiendo ahí, era tan poco importante.

 

-Entonces, Stevie. –Llamó, aún con restos de su última mordida en la boca.

 

-Oh, no dijiste eso. –El rubio tuvo que esperarse para soltar esa risita, antes de volver a morder la hamburguesa.

 

-Acostúmbrate, tengo  una lista larga de apodos para la mayoría de las personas que conozco. –Le dio un trago largo a su soda. –Y también acostúmbrate a mí.

 

-¿No lo estoy haciendo ya?

 

-Sólo viste la punta del iceberg, Stevie, has estado intentando cortejarme desde hace meses, y hoy apenas es nuestra primera salida oficial, felicidades, te acepto, sólo quiero advertirte, ya tengo una cría, Peter, y viene conmigo en un paquete, ambos o ninguno, eso y que puedo llegar a ser demasiada genialidad para ti, y puedo entender que esto te abrume y quieres echarte para atrás…

 

Sin embargo, antes de que siquiera pudiera continuar con su discurso, Steve tragó y luego se dispuso a estamparle un beso.

 

-Ew, hueles a cebolla.

 

-Cállate.

 

-No, no me calles.

 

-Sí, sí te callo.

 

-Que no.

 

-Que sí.

 

-¿Esta es nuestra primera pelea?

 

-Tony, no en público.

 

-Cómo sea Rogers, quedas advertido.

 

-Aunque Peter quiera arrancarme los pulmones, voy a estar contigo, te quiero, con todo y el mocoso a decir verdad, creo que en el fondo es buena persona y no creo que vaya a arrepentirme de ti, estoy seguro de eso, me diste una nueva visión a mí vida. No todo era como yo creía. Quiero quedarme contigo, hasta que mi piel esté tan arrugada como la de una pasa.

 

Tony, ante la última confesión, sintió un tirón, de los feos, en su corazón, y bebió más a prisa.

 

-¿Sabes que eso no va a pasar, verdad?

 

-Mi corazón latirá por el tuyo, cuando llegue la hora.

 

-Será en poco tiempo, ¿Estás consciente de eso, no?

 

-Totalmente, por eso quiero aprovechar todo el tiempo que tengas, para mí.

 

-Tampoco habrá niños por ahí, ni rubios, ni castaños, calvos o algo, ¿Sabes?

 

-Tú ya eres mi niño, ¿No? Te comportas como uno, no habrá mucha diferencia…

 

-¿Estás seguro? Soy…Soy…Eh…A veces ronco.

 

Steve pegó sus labios a su frente, repetidas veces, y le abrazó, incluso estando frente a tanta gente desconocida, no sintió pena, Tony sí, pero sintió una calma al mismo tiempo.

 

-No me importa si también te tiras gases a media noche, Tony, te quiero así, rebelde, e irritable por las mañanas cuando no bebes café. Irradiando dulzura o amargura, según tu estado de ánimo.

 

-¿Aunque sólo dure cinco años máximo?

 

-Y aunque sólo dures un día más, ya te lo dije.

 

Se mordió los labios, queriendo evitar las lágrimas a toda costa, miró su hamburguesa, ya sin hambre, Steve se dedicó a abrazarle y ambos miraron a la nada por un largo tiempo.

 

-Quiero una orden de papas.

Notas finales:

Capítulo cortito, peeero, con su precuela(?

Leela, aquí Todo queda entre omegas


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