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Los Alfas del señor Stark por Evanences

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Capítulo 8: Inicio o final.

 

Después de una cena en casa de los Odínson, lugar que había decidido frecuentar después de las terribles noticias, y del hecho de que Peter partiera, por mandato de SHIELD, a California, dejándole solo en casa. Si estaba con Steve, sabía que no podrían contenerse y la fecha que habían concretado estaba muy lejana aún, ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Ir con Nat? Por supuesto que no, estaría muy ocupada con Banner, ocupados, y además, Loki era su cómplice número uno, incondicional e insustituible.

 

Necesitaba una atmósfera cómoda y segura, de sus lugares preferidos.

 

-¿Qué te dijo Banner?

 

-Lo de siempre, que voy a morirme, sólo que más rápido de lo que pensamos, al parecer.

 

Loki le clavó la mirada y discretamente, la utilizó para recorrer a sus hijos, todos y cada uno demasiado ocupados jugando con Thor en el patio, siempre les vigilaba desde la ventana.

 

-¿Peter?

 

-No, ya te lo dije, no sabrá nada.

 

-No voy a presionarte, pero me interesa qué pasará con él.

 

-Obligué a Fury a que aceptara algunos términos. Sólo por si las dudas.

 

-¿Sabes que vamos a estar aquí para él, no?

 

-Pobre de ti si no…

 

Incluso en los momentos más duros, siempre había una oportunidad para decir alguna estupidez, admirable. Loki se puso de pie, necesitaba calmarlo, que se relajara, fue directo a la cocina a prepararle un té.

 

-Por cierto, ¿Qué tal va la cría? Pobre de ti que sigas exaltándote con los vendedores por teléfono.

 

-Como les encanta, a ti y a Thor, defender a esas míseras creaturas, y aquí el que debe de cuidarse más, eres tú.

 

-Por favor.

 

-Además, fuimos a realizarme los respectivos estudios, fue un error hormonal, no hay bebé.

 

Tony volvió en sí, recién despertando de su letargo lóbrego, le miró y Loki pudo encontrar en su mirada, ese dolor que, en teoría, él también debería de estar sintiendo, pero bueno, siempre lo había sabido, y no supo por qué, pero se enojó consigo mismo. Le estaba haciendo sentir mal.

 

-Está bien, sólo bebe eso. –Empujó la tacita negra con cuidado.

 

-No, ¿Cómo que está bien? ¿Cómo pasó eso? Los errores hormonales no son comunes. –El castaño deslizó la taza en la dirección contraria, más interesado en el pelinegro.

 

-Pues pasó y ya, no hagas preguntas. –Paciencia, paciencia, Tony era su mortal, él único que no despertaba en él ganas de arrancarle la garganta, volvió a empujar la taza. –Tómatelo, se va a enfriar.

 

-No, explícame por qué pasó eso, Loki, los errores hormonales pueden llegar a ser un síntoma de problemas graves en los omegas.

 

-No, yo estoy bien, confórmate con eso. –Para ser el Dios de las mentiras, aquella no le estaba saliendo muy bien, por la manera en la que Tony le miraba, exigiendo respuestas.

 

-Debes ir al médico, puedo hacerte una cita yo mismo con Bruce.

 

-No, estoy bien así, gracias, bebe esa mierda, la hice por algo.

 

-Tomarte un error hormonal así, no es propio de ti, ¿Qué sucede?  -Que estaba mintiendo, eso era lo que sucedía.

 

-Tengo bebés Tony, aquí soy el que sí funciona como omega.

 

Uy, bien, tal vez eso no era…O sea sí…Pero…Las intenciones de Loki, estaban por lejos, querer hacer esa clase de comentario. No era una persona que midiera sus palabras exactamente, si decía algo indebido, ¿Qué? ¿Quién iba a llegar a decirle qué? Nadie señores, nadie era capaz de hacer que Loki se retractara de las palabras que saliesen de su boca. Jamás lo había hecho y no empezaría en ese momento, pero Tony no era un blanco al que le gustase herir y la frase había quedado en el aire con más peso de lo que pensó.

 

-Tienes razón. –Se bebió el té a prisa, quemándose un poco en el proceso, quería irse, se limpió el residuo con rapidez, esa casa era un lugar donde siempre se había sentido cómodo, y por su mente no había llegado a pasar una situación así, tal vez hubiese reaccionado más mordaz en otra ocasión, sin embargo, ésta, carecía de esa sagacidad, estaba cansado, triste, y con ganas de ser acicalado de aquí al siguiente siglo. –Los omegas rotos no deberían entrometerse. –Le sonrió con sorna y se puso de pie, desabrochando el botón de su saco.

 

-Esas palabras no quisieron salir de mi boca. –Se apresuró a aclarar, también poniéndose de pie.

 

-Pero las pensaste. –Atacó.

 

-Me desesperas a veces.

 

-No te preocupes, espérate un año y ya no lo haré.

 

Loki quiso sujetarle de la solapa de su bonito y costoso traje y abofetearle hasta que comprendiera que aquello era un estúpido (y cruel) malentendido, un atropellamiento de sus palabras que había salido así gracias a la presión y adrenalina que había estado sometido en los últimos días.

 

-¿A dónde más? –Preguntó cuando le vio recoger a saber qué cosas, suyas, del sillón.

 

-A casa. –Respondió escuetamente, sin mirarlo a los ojos y caminando directo a la puerta.

 

-¿Y yo soy el malo ahora?

 

-No sé Loki, estoy demasiado roto para saberlo, ¿Recuerdas?

 

-Maldita sea, no seas dramático, trae tu trasero para acá y hablemos de esto.

 

-Me llevaré mi trasero a un sitio donde sea apreciado. Gracias.

 

Thor había alzado el rostro y enfocado hacia Loki y Tony, los niños también, discutían, pero no tenían en claro la razón, llegó un punto donde Loki alzó la voz y Tony no se quedó atrás, hubo insultos, sí, que Odín le ayudase, cuando dos omegas comenzaban una disputa, eran peor que los alfas.

 

-¡Dije que me voy!

 

-¡Pues vete! ¡Pero directo a casa!

 

-¿Y a ti qué si no me voy? Puedo irme a un maldito bar si quiero.

 

-¡No te atrevas Anthony!

 

-¿O qué? ¿Qué va a hacerme, su alteza?

 

Thor se acercó a ellos, con el bebé a cuestas, con un semblante preocupado y confundido. -¿Qué sucede? ¿Están bien?

 

-Déjalo Thor.

 

-Sí, déjame.

 

-¿Qué ha propiciado esta disputa?

 

-¡Ya nada!

 

-Anthony Edward Stark, quiero que te vayas derecho a casa.

 

Se metió al deportivo, ignorándolo olímpicamente y cerrándole la puerta en la cara, no levantó los vidrios, ni siquiera cuando Loki se acercó a ellos y los golpeó a un punto donde pudo romperlos, Thor le apartó a tiempo, antes de que Tony arrancara súbitamente, a toda velocidad y se retirase del lugar en una estela de humo.

 

-¡Niños, entren a la casa! –Exclamó Thor sabiamente, Loki aún se quedó absortó en el caminito que había trazado el castaño al marcharse. -¿Loki? Dime, ¿Qué sucedió?

 

-Tenemos que apresurarnos. Ahora.

 

-Pero…

 

-No hay maldito tiempo que desperdiciar. –Silverts estiró los brazos hacia él y lo cargó, pesé a la furia que sentía, el olor de su cría le fue calmando eventualmente. –Que los niños se duerman, o ponles una película, no sé, te veo en el estudio.

 

Thor miraba al pelinegro irse, y dejarle con más preguntas que respuestas.

 

 

Bien, tal vez había actuado demasiado precipitado, tal vez no, ¡No sabía! Estaba demasiado sensible en ese instante, como para detenerse a pensar que Loki realmente no había querido ser hiriente con él, pero lo dicho no podía borrarse. Llegó sudando, por la carrera y el enojo, quizá.

 

-Señor…

 

-Mute.

 

Fue lo primero que dijo al poner los primeros pasos dentro de la casa, no quería saber de nadie, no quería saber nada, sólo silencio, ¿A cuántos grados estaban? Maldición, el cambio climático, de la mano con el calentamiento global, sería la perdición de la humanidad, anotó mentalmente el ayudar monetariamente a todas las organizaciones existentes que se encargasen en la lucha contra esos fenómenos meteorológicos, ¿Razón? ¡Hacía un calor infernal en ese momento! Y era diciembre, ¿Si  no?

 

Checó la temperatura a la que estaban, 8 grados, casi 9, ¿Entonces por qué sentía ese calor de mierda? Aquello lo ponía cada vez peor, se fue directo al baño, ni siquiera fue por ropa, lo menos que quería en ese momento era pensar en su cuerpo siendo cubierto por algo, se quitó el saco de mala manera, junto a la camisa y el pantalón, los zapatos lustrosos terminaron volando en algún punto de la habitación, junto a sus calcetines y ropa interior, no toalla, no bata, nada, sólo un delicioso baño de agua fría que le hiciera regresar al planeta tierra; cosa que no logró, sin darse cuenta, el calor lo había hecho retorcerse en un punto, en el que quedó en el piso del baño, que si bien los azulejos eran fríos y deliciosos, no eran suficientes para el calor que le estaba quemando por dentro, se puso de espaldas, para mínimo, sentir ese casi frío recorrerle, y sintió una humedad bajar por sus piernas.

 

 

Bien, la dirección que se le había proporcionado, y el lugar donde el silencioso chofer le había dejado, era nada más y nada menos, que la Torre Stark, aquello le resultaba cada vez menos alentador, su pierna se movía de un lado a otro.

 

-Estoy aquí, ¿Ahora qué? –Estaba seguro que se le ordenaría ir a la bodega de armas y extraer un aparatejo, por demás peligroso y mortal, necesitaba pensar, algo rápido e inteligente, que fuese lo suficientemente no estúpido, para que nadie saliese herido, sin embargo, la sonrisa decadente de Tony le hacía perder la concentración.

 

-¿Ya se encuentra adentro, señor Rogers? ¿Acaso está usted idiota? Dije que quiero que entre en las instalaciones. Ahora. Desactive el código principal. Y espere mi siguiente llamada. –Apretó los dientes, si algo detestaba un alfa, era ser comandado por otro.

 

El código que se la había grabado, la voz jovial que salía de la armadura le saludó, y antes de que Jarvis pudiese evitarlo, demasiado confiado de la presencia de Steve, se congeló en su sintió y no volvió a moverse, el rubio estaba por disculparse, hasta que ese aroma le pegó de golpe e hizo que se tambaleara.

 

¿Qué era eso? Era una fragancia cambiante, primero chocolate, después menta, luego rosas, manzanilla, naranjas, dulces, bombones, árboles, cerezas, café. Un aroma después de otro, no duraban más de cinco segundos dentro de sus fosas nasales, y aún así, no llegaban  a mezclarse. Algo mareado, pero firmemente repuesto a encontrar la fuente de ese aroma, subió a prisa, no, corriendo cada escalón, tenía las pupilas dilatadas, ¿Quién le había llamado anteriormente? ¿Por qué estaba ahí? ¿Quién le había traído? No sabía, no le interesaba, sólo quería llegar hasta la creatura que emanaba tan exquisita fragancia, eso y nada más, todo carecía de sentido, incluso la manera en que el tiempo pasaba, minuto y hora, era difícil de diferenciar, justo cuando llegó, lo que parecía ser el último piso, la puerta metálica, estaba cerrada, ni siquiera pudo formular que el botón verde le daría acceso con sólo apretarlo, su raciocinio no daba para eso,  a fuerza de embestidas con los hombros la derribó. Olfateó con fuerza, llenándose los pulmones con esa esencia deliciosa.

 

Tony estaba ahí, y su mente no pudo más que quedar en blanco, se tallaba contra el suelo, se había arrastrado, imposible de caminar por sí mismo, no cuando sus piernas habían dejado de responderle, en cuanto el calor le había pegado con una fuerza brutal. Jamás había tenido un celo y la intensidad de los que se había perdido, le estaban golpeando en ese momento. Lo levantó sin hacer esfuerzo alguno, cargándole como si se tratase de una almohada de plumas y dejándole en la cama sin delicadeza alguna, Tony ya se encontraba desnudo, necesitado y con una temperatura que estaba más que dispuesto a hacer que decreciera. Abrió sus piernas, por instinto, porque ahí era donde más calor tenía. Fue extraño, no había palabras, sólo gemidos, gruñidos y quejidos, no eran ni Steve ni Tony, sólo un alfa y un omega, acoplándose a sus necesidades, reclamándose mutuamente como compañeros de vida, ¿Qué si eso sólo duraba 5 o dos días? El tiempo era una medida tan relativa en ese momento, inexistente, sólo estaba el ahora.

 

Entró a la primera, sin fallos, se encontraba tan duro, como una roca, no recordaba haber despertado así anteriormente, ni siquiera en sus días de adolescencia, que ante el olor de una omega, despertaba, siempre controlándose, pero ni esas omegas, tan lindas, y sensuales que aparecían en las revistas para caballeros, o en películas americanas, se podían comparar con ese omega que se derretía y le gemía en el oído, ante cada embestida que le daba, satisfecho, llorando ante aquella sensación tan única, que le hacía sentir completo y funcional, diseño exclusivamente para eso. No, no para el pene de un alfa, sino para el pene de ese alfa. Su cuerpo, diseñado para él, sólo para él, quería pertenecerle, que le marcase y le llenase de todas las crías que quisiese y él lo aceptaría. Su corazón latía tan fuerte, tan rápido, que le zumbaba en los oídos y casi no le permitía escuchar el gruñido satisfecho que emitía Steve, cada vez que sentía esa rica piel apretándole la carne de su miembro, entre más velocidad latía su órgano vital, más satisfecho y feliz se encontraba. Húmedo, suave. Necesitaba más, cuando decidió que había sido suficiente de tener las piernas torneadas sobre sus hombros, le volteó casi siendo amable, hizo que Tony pegara el pecho contra el colchón y alzara su voluminoso trasero. Le abrió bien las piernas, para que no las cerrase en un impulso, entró y el vaivén comenzó nuevamente, quería que tocara el cielo, la demostración de que era su alfa quedaba en el olvido, quería que gozara ese encuentro, tanto como él, coló su mano hasta el miembro y comenzó otro vaivén. Un mete y saca y un va y viene, era demasiado, ni Pepper había logrado que entrara en un estado similar. Intentó apartar a Steve, demasiado ofuscado con las sensaciones que estaba experimentando, sentía el orgasmo cerca, eso o un paro cardíaco, y qué, si fallecía en ese momento, en medio del éxtasis y rica sensación de vértigo, estaría feliz. Se iría jodidamente feliz de ese mundo, del cual sólo pudo ser respetado, cuando la sensación de placer se mezcló con una más cálida y pura, la sentimiento de protección cubrirle todo el cuerpo, de estar a salvo y seguro, justo cuando la sangre comenzó a brotar de su cuello y sentir los hilillos rojos, delgados y finos deslizarse por su cuello y caer ante su pecho, cortesía de la bien dada mordida de Steve.

 

 

-¿Crees que ya haya sucedido? ¿Y si le marco? –Loki se encontraba nervioso, sería la salida del alba o más o menos, Thor ya se encontraba fuera de la ducha, aún con el cuerpo cubierto de esa ligera capa de agua que se resistía a abandonarle. Golpeó ligeramente y con suavidad la espalda de Silverts, para que eructara finalmente y pudiera volver a dormir. –Debería llamarle.

 

-Están bien, te lo aseguro. Y ocupados. –Dijo, con cierta vergüenza en la voz, que terminó por divertir a su compañero. –Será mejor no entrometernos, sería mejor que te comunicaras con él, pasada el mediodía. No interrumpirás nada de esa forma.

 

-¿Lo crees así? –Preguntó, casi distraído al verle abrocharse la camisa y esos abdominales perfectos esconderse. -¿Un mensaje?

 

-No seas tan maternal con él, sabes que no le gusta que sepan que le gusta que lo cuiden. –Dijo finalmente, mientras se subía los pantalones, los abrochaba y terminaba por ponerse el cinturón.

 

-No soy maternal. Soy su mejor amigo, idiota. –Le advirtió, pero su mohín desapareció cuando sintió esa barba picarle las mejillas cuando le besó. –Está creciendo, ¿Verdad? Espero que se parezca a ti.

 

-¿Ah sí? ¿Y eso? –Dijo tras sentarse cerca de él y disponerse a ponerse los zapatos, brillantes y negros.

 

-¿Qué no puedo pedir eso? –Tan temprano y quejoso, justo como se había enamorado de él, y por supuesto, no cambiaría ni una sola de sus reclamos.

 

-Puedes pedir lo que sea mi amor, todo.

 

-Dominio total del universo.

 

-Eso no.

 

-¿Y por qué no? Cuídame Thor, cuídame, porque un día voy a levantarme con ganas de destruir a todo y a todos.

 

-Así te despiertas todos los días, cariño mío, y si no hubo sexo el día anterior, peor aún.

 

-Y tú te despiertas con muchas confianzas.

 

-¿Qué no puedo tener confianza con mi consorte? ¿El hombre que me ha dado tan maravillosos hijos?

 

-Depende.

 

-¿Y de qué?

 

-De si me dices que me amas o no.

 

Loki había cubierto sus labios ante eso último, y sintió nauseas, ¡Él no era cursi, maldita sea! Pero ahí estaba Thor, siempre con su sonrisa estúpida y hermosa, su cuerpo de guerrero salvaje, tonto y bruto, y ardiente, y esa manera de tratarlo, como si fuese un dios. No, merecía esos tratos, qué mierda, él era un Dios, para Thor, para Odín, para todos ellos.

 

-Te amo.  –Le dijo y no era una confesión, le miraba a los ojos, con ese azul puro y cristalino, que le decía claramente que no mentía, que en efecto, le amaba y que no, no estaba soñando, todo eso era muy real. Su vida juntos, sus bebés, su unión. –Te amo demasiado. –Le acarició la marca y Loki decidió que sus quejas podía esperar un poco más.

 

-Yo también, pero no soy un perro para que me andes acariciando. –Bien, tal vez no mucho.

 

-En todo caso, serías una serpiente, exótica y venenosa.

 

-¿Quieres que te muerda?

 

-Muy temprano para eso.

 

-Que yo también te dejo marca, para que no anden de encimosas esas agentillas de segunda…

 

-¿Y de qué me hablas ahora?

 

-Nada.

 

-Loki, por favor.

 

-Nada, pero sí Susan vuelve a llamar a la casa, o a acercarte a ti, usaré su cabeza para decorar el jardín.

 

-Y los alfas somos los agresivos ahora.

 

-Pues son tontos y no se dan cuenta cuando un omega anda ahí, de buscón o buscona.

 

-No me importan otros omegas, lo sabes.

 

-Obvio que no, y si te vas…

 

-¿Y si me voy? No voy a irme, mi vida es contigo, mi felicidad, mi todo es contigo. Sin ti, no hay más. Tú o la muerte.

 

Bien, amaba cuando se ponía así, romántico y oscuro, justo como él.

 

-Sin ti o la muerte. Me gusta.

Notas finales:

Sección de comentarios:

Nefertity: 

Leíste la precuela, Jesus cries, qué pena xd A mí también me encanta la relación entre Tony  y Loki, es no sé, me gusta y no me pude resistir, un día de estos me escribo un ironfrost. Besos.

gab~ v:

 

También es mi ídolo(?) Y bueno, gracias por apreciarlo, no tengo fecha para actualizar, generalmente es mi cerebro puede o no, ahora que estoy de vacaciones.

alexayaoi23:

¡Qué buena teoría! Saludos linda <3

Cuervo_Uchiha:

¿Ah sí? Pues entonces intentaré no aplastarlo (: Yo también me pongo de nervios cuando lo escribo xd no te preocupes, oh, y en cuanto al secreto de Pepper, puedes leerlo aquí Todo queda entre omegas Gracias por comentar y tomarte el tiempo, se aprecia bastante. Ya verás que le vamos a hacer :'v

T: 

Oye tranquila nena.

Damocles:

No todo es lo que parece xd ¿O sí? :v

De nada y gracias a ti <3

Anónimo 1:

Si quieres saber el secreto secretoso de Pepper, you can read it right here: Todo queda entre omegas


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