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Los Alfas del señor Stark por Evanences

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Capítulo 9: ¿Inesperado?

 

Para cuando toda ese calentura que habían estado guardando desde días terminó por aplacarse, Steve se removió en esa cama suave y ajena, ni siquiera se había tomado la molestia de abrir los ojos, dado a la comodidad en la que se encontraba, llegó a estirarse un par de veces, tuvo que tener cuidado, pues no quería despertar al cuerpo que yacía entre sus brazos.

 

Ese último pensamiento había hecho que se levantase de inmediato, casi yéndose de espaldas, ¿Había dormido con Anthony? No fue necesario en esforzarse para olisquear nada, su aroma cambiante estaba por todo la habitación, en especial por su piel, la habitación estaba a oscuras y tuvo que tener especial precaución en deslizar sus brazos sin interrumpir el sueño del castaño.

 

-Steve, ¿Puedes quedarte quieto cinco minutos? Entre tu pánico y movimientos casi cautelosos no puedo concebir mi siesta de la tarde. –Finalmente, Tony había soltado un bostezo y acercado más al rubio. No quería que se levantara de la cama, acurrucarse era el cielo para él.

 

-Tony, no entiendes ¡Dormimos juntos ayer! –Y por dormir juntos, no se refería a compartir un mismo espacio para descansar, sino al otro tipo de dormir, en el que no hay ropa, sólo unas ganas desorbitadas de poner cierta cosa en otra cosa. En efecto, como bien había dicho el millonario, no sólo estaba en pánico, llegaba a otro nivel, esa palabra se quedaba corta en comparación a lo que sentía realmente, su olor y el de él, quedaban mezclados de una manera sublime, lo que hizo sentir un nerviosismo súbito, deseó con todas sus fuerzas que no fuese cierto lo que estaba viendo, cuando paseó su mano por el cuello ajeno. Ahí estaba.

 

Una gran y evidente marca, aún sonrosada, que tardaría algunos días en cicatrizar por completo, ante el grito que Steve llegó a dar, Tony tuvo que decirle adiós a cualquier esperanza por dormir un poco más, estaba más que adolorido, desde las caderas, espalda, piernas, y por supuesto, trasero y cuello. Vio a Steve ponerse de pie y buscar un espejo, en medio del todo el caos en el que se encontraba la habitación, muebles desquebrajados, ropa tirada, y colchas tapando las ventanas.

 

Llegó hasta él con un espejo, lo acomodó en un ángulo en el que podía ver a la perfección la mordida, Tony tomó el espejo, se enderezó en la cama, en un bostezo, lo vio de diferentes ángulos, e incluso llegó a tocarla, aunque retiró la mano de inmediato, dolía.

 

-Vaya, se ve mejor de lo que pensé. –Dijo finalmente, para su enorme sorpresa, de la cual aún no salía por completo, parpadeó varias veces, y fue hasta él, sujetándole de los hombros, esperando una reacción explosiva, que llegase a golpearlo, ¡Lo que sea! Pero seguía igual, sonriéndole y nada más, incluso, llegó a depositar un beso suave en su barbilla. –No, Steve, no estoy molesto, y esto en definitiva no es sólo culpa tuya, supongo que es de ambos, e iba a pasar, sólo que la adelantamos unos meses.

 

Sin embargo, Steve seguía metido en un estupor, y esperando una furia que no llegaba, el castaño estaba, no sólo tranquilo, también dócil, quizá aún poseía el efecto del celo.

 

Celo.

 

¿Cómo había pasado? ¡Concentración capitán! Recapitulemos, villano llama al héroe, bien, eso sí lo recordaba, villano amenaza al héroe y le pida que vaya a una dirección, que terminó siendo la casa de su omega, por cierto, el villano dice que hablará con más instrucciones, pero no vuelve a llamar y es cuando termina perdido en el celo del omega.

 

Le explicó a Tony lo que había sucedido, con todas las señales que podía recordar, incluso va en busca de su teléfono, al que le falta carga, pero asegura que un número desconocido le había llamado, una vez que su celular tiene la carga necesaria para funcionar, Tony ríe, con ganas, para luego negar, casi divertido, como si un chiste que se le fue contado hace tiempo, no entendiese, y ahora es cuando comprende la gracia.

 

-Ese es el número de Loki. –Expresó, una  vez que pudo limpiarse la pequeña lágrima que se había formado por aquella risa casi escandalosa.

 

-¿Qué? No, Tony, no entiendes, ¡Me amenazaron! Tu vida peligraba y yo debía obedecer, por eso llegué aquí…-Seguía hablando, pero el menor aseguraba que no debían de preocuparse, que todo estaría bien.

 

Para terminar de convencerlo, tuvo ir por su celular, tendría que programar a JARVIS nueva cuenta,  lo hizo manualmente, y luego regresó a la habitación, Steve ya había creado una especie de trinchera en la misma, todavía convencido de que estaban por enfrentarse a un delincuente, y era su deber protegerlo. Lo enterneció. Se metieron nuevamente a la cama, con Steve aún en alerta, y Tony realizó la llamada.

 

-¿Stark? Por fin te reportas, creí que ya estaban muertos.

 

-Si no me hubieras dado de beber quién sabe qué cosa…

 

-¡Oh! ¿Ya te diste cuenta? ¿Cómo está el cap? ¿Sigue ahí, verdad? Porque pobre de él que no se haga cargo de lo que hizo.

 

-Bien, bien, aunque cree que eres una clase de terrorista capaz de amenazar al planeta y tranquilo, está aquí, fielmente.

 

-Técnicamente, lo soy, sólo que estoy retirado, ¿Recuerdas? Dile que más le vale.

 

-Bueno, él estaba congelado para cuando eso pasó.

 

-Cierto, cierto, pero bueno, para que las cosas quedan claras, sí Rogers, yo te llamé y te dije dónde estaba Tony.

 

-¿Y su celo?

 

-Obra mía también.

 

-Cierto Loki, ¿Cómo lo hiciste?

 

Ahora que Steve se encontraba tranquilo, Tony realmente estaba curioso de lo que había hecho Loki, desertado su celo, una cuestión que estaba por demás muerta, ningún doctor, por más experimentado que fuese, había sido capaz de siquiera dar una respuesta a su infertilidad. Bueno, seguía infértil, eso lo sabía, una cosa era el celo, un proceso natural, y otra cosa muy distinta es que fuese un proceso natural que sirviese. Así que no, no quería hacerse ilusiones, bien sabía cuánto llegaban a doler después y prefería evitarse más dolor innecesario.

 

-Un Dios jamás revela sus trucos. –Tony rodó los ojos ante la respuesta, porque sabía que lo hacía para molestarlo, por el tono burlón y divertido que percibía con facilidad. –Pero deberías ir con Bruce a una revisión.

 

 

Por un lado, Tony se negaba a salir de la cama, quería seguir acostado, con otra sesión de sexo que le hiciera temblar las piernas y perder el conocimiento por algunos minutos justo al momento de llegar al orgasmo, ¿Acaso Steve lo estaba despreciando? ¡No, no! Se defendía el capitán de manera inmediata, por supuesto que quería esa maratón sexual, quería su semilla escurriendo por los muslos del castaño, mientras jalaba su cabello y le embestía, pero su lujuria no podía compararse con la preocupación que sentía por Tony.

 

Es decir, no le molestaba en absoluto que tuviera un celo, ¡Eso cambiaba todo el panorama! Si lo que su omega decía era cierto, si Loki había sido el travieso y creador de todo el estrés que había sido sometido (y a quien por cierto, no podía hacer mucho, porque era el mejor amigo de Tony y meterse con él sería algo de cuidado) entonces, en teoría, debía de suponer que todo estaba bien y no debería de haber un motivo para preocuparse, justo como ahora lo estaba haciendo.

 

¡Aquello era imposible! Era de su Tony de quien estaban hablando, si había sido un golpe durísimo, que intentaba sobrellevar por sobre todas las cosas, el que el genio tuviera un tiempo bastante limitado de vida, ¿Y si Loki se había equivocado? Es decir, la gente se equivoca, Dios o no, los errores suceden.

 

Así que ahí estaban, de cierta manera, en contra la voluntad de ambos, en el consultorio de Banner, por cierto, el científico se había ido de espaldas cuando vio a la pareja entrar, dado a la hora, pero siento Tony un amigo cercano, siempre tendría una consulta de media noche, tanto él como los conocedores de su enfermedad terminal, tenían conocimiento de que podría llegar a tener episodios, razón por la cual preparó el quirófano y usó sus nervios de acero para enfrentarse a la realidad más dolorosa que pudiera enfrentarse, no obstante, el castaño se encontraba feliz, de la mano del rubio, quien también le sonreía, y no eran esas sonrisas forzada y de cortesía, que escondían una gran tristeza, no señor, había una felicidad genuina, en especial en Anthony.

 

-¿Algún episodio en las últimas semanas? –Por supuesto que sabía que Steve iba a regañarle en cuanto dijera que sí, ¡Porque sí era cierto! Se apresuró a responder con ligereza.

 

-Sí, algo breve y súbito, un dolorcito en el pecho, una semana antes de la última consulta. -¡Oh no! El rostro de Steve tenía grabado un claro ‘’¿Ah sí?’’ Que sabía terminaría arreglando en cuanto llegasen a casa, Tony se limitó a sonreírle aún más grandemente, disculpándose más no arrepintiéndose.

 

-Bien, exactamente, ¿Qué te trae por aquí? –Quería respuestas, en ese preciso instante, luchaba por mantener la calma y le estaba costando.

 

-Esto. –Terminó por bajarse la bufanda y enseñar la marca, Steve sonrió orgulloso y batalló contra sí mismo para no inflar el pecho, satisfecho. –Tuve un celo, corto en comparación a los promedios, me duró la noche de ayer y terminó hasta entrada la mañana.

 

Los ojos de Bruce se ensanchaban de una manera ridícula, que por un momento sintió que él era quien tenía los problemas de corazón, por la sensación del paro cardíaco que sentiría tendría en cualquier momento, ¡O sea ¡ Con todo el descaro del mundo, Tony le había enseñado la marca, ¡La marca de cual se había quejado gran parte de su vida, en parte por el miedo que le suscitaba estar atado a un alfa! ¡Alfa que era nada más y nada menos que Steve Rogers! Cosa que no le sorprendía, siendo honestos, porque ya era oficial su cortejo desde hace un tiempo, ¡Pero era totalmente distinto que un día apareciera a presumirle que ahora estaba bajo el dominio de un alfa! No creía que fuese necesario recordar que Tony detestaba a Steve en los primeros meses de su convivencia.

 

Bruce estaba dejándose dominar por el pánico, las consecuencias de la mordida, que en su humilde opinión, no encontraba en absoluto mal, sin embargo, él era sólo un beta, no se avergonzaba al contrario, encontraba jodidamente genial eso, sin presiones de ser un alfa, sin peligros de ser un omega, ¡Era genial! Y era un amigo cercano a Tony, aquí es donde se veía venir otro pero, Peter era quien realmente le preocupaba. Pepper era un claro ejemplo de la violencia que podía llegar a utilizar el más joven.

 

¡Bien, bien! Todo el mundo tranquilo, nadie tenía porque entrar en pánico, había solución para el problema, bueno, no realmente, quizá no había ni un problema para empezar, ni él mismo llegaba a entenderse, ¡Pero no importa! Con instrucciones vacilantes indicó a Tony que se acostase en la camilla, para que una nueva horda de estudios continuase, el castaño ya se encontraba más que cansado de la situación, gran parte de su vida había transcurrido en medio de consultorios como ese, y otra más encerrado en habitaciones de hospitales. Estaba cansado, e iba a despotricar, el otro ya se encontraba preparado para escucharlo, así que su sorpresa fue más que épica, cuando notó que el capitán le acariciaba el cuello y tras las orejas en un gesto tranquilizador y de paciencia, en el rostro del millonario se formó una sonrisa y se dejó hacer. Bruce olió súbitamente la tranquilidad que emanaba Anthony, ¿Hace cuánto tiempo le miraba en un estado similar? Mejor aún, ¿Había estado en uno parecido alguna vez? Si bien Peter ayudaba mucho en mantener su estabilidad, pero jamás podría compararse con un alfa en su pleno auge y madurez, que estuviera enlazado de manera formal.

 

-No entiendo. –Bruce miraba una y otra vez la pantalla, ¿Qué mierda había pasado? Días atrás estaba seguro, sin margen de error, el corazón del Stark era una maquina vieja y averiada, que cada vez se aferraba con menos ganas a la vida, y ahora veía un cambio, muy notable. En el monitor se podía ver claramente que su órgano vital ya no lucía como un motor viejo y dañado, se notaba jodido, por supuesto, pero no se comparaba con la ecografía anterior. Y lo que le robaba el aliento, era aquella especie de nube incolora que rodeaba su corazón por completo, Steve la veía también, pero a diferencia del mismo, era quién más tenía ese alivio grabado en los ojos. Bruce dejó escapar un pequeño grito de asombro y casi miedo, Steve tuvo que tragarse un casi sollozo, que iba a fingir que no había salido de él, sino de Tony, quién todavía no podía creer lo que Loki había hecho por él. Se podía ver claramente como una capa se adhería al órgano, estaba curándose, lentamente, pero lo hacía. Podía oler esperanza otra vez. El rubio le apretó las manos y Tony comenzó a llorar en silencio.

 

 

-Te miras muy feliz, y me refiero a esa felicidad que no está teñida de gozo ante el sufrimiento ajeno, ¿Todo bien? –Fue lo primero que dijo Thor cuando llegó a casa, había sido un día endemoniadamente pesado, había tenido que abandonar la ciudad e ir hasta un pueblillo perdido en medio de la nada, SHIELD le había ofrecido ofrecerle hospedaje y mañana a primera hora regresar a casa, pero no, No puedo estar ni una noche fuera de casa, mi esposo es un villano con cuenta regresiva, ¿Quieren que la mitad de la ciudad explote otra vez? Cierto y no, Loki no haría un movimiento de ese calibre, a menos que tuviera sus buenas razones, como hacerlo enojar, que alguien se metiese con uno de ellos, o sus hijos por supuesto, en sí, con cualquier miembro de su familia.

 

La otra razón importante, era, que bueno, Thor no podía soportar estar una sola noche fuera de casa, así llegase a las cuatro de la mañana, como en esa ocasión, era mejor que pasar una noche entera, sin ver el rostro sonriente, y durmiente, de sus hijos, todos sus alfitas bien acomodados en sus camas, con la pijama puesta y un porvenir brillante. Ni hablar de Loki, encontrarse alejado del calor de su omega, de la malicia que emanaba en su mirada y sonrisa. Era imposible.

 

-¡Lo que sigue de bien! ¡Todo perfecto! –Vaya, la efusividad no era un aspecto muy en el pelinegro, por lo regular, su comportamiento era cauteloso y discreto, bañado de esa elegancia innata que acompañaba cada uno de sus movimientos, y verle de esa manera, tan pura y abierta, era algo que hacía que el pecho de Thor se llenara de un sentimiento más que grato. –Tony me ha llamado, casi lloraba, y digo casi porque sé que tiene un orgullo mayor al mío y no va a admitirlo nunca, según Banner, y más le vale a ese doctorcito que no se equivoque o va a conocerme, su cuerpo reaccionó de manera positiva, ¡En días! ¡Escucha bien, Thor! –Sonriente se me había subido a la silla para poder poner con más facilidad sus manos sobre mis hombros. -¡En días podría curar toda sus averías cardíacas! ¡Voy a tenerlo por muchos años más! –Yo terminé sonriendo, justo cuando me abrazó del cuello, como se dijo con anterioridad, Loki no se comportaba de esa manera, mantenía sus demostraciones afectuosas con una reserva estricta, y ahora le veía con las mejillas sonrojadas y una sonrisa que hacía a Thor preguntarse si no le dolería el rostro después. Después de eso, recibió un beso fogoso en los labios, del cual obviamente, el rubio no se negó, ni siquiera con el hambre bestial que se cargaba, los besos de Loki siempre bastarían.

 

-¿Quieres ir a verlo mañana? Puedo acompañarte si quieres, tendré el día libre. –Thor también era cercano al Stark, ¿Cómo no serlo? Mucho antes de que las cosas con Loki siquiera tuviesen una esperanza diminuta, Tony se había ganado su corazón, no en una manera romántica, mejor dicho, en una clase de hermandad, Thor formó parte de su séquito de alfas y betas en su momento, eso hasta que Loki demandaba toda su atención, e incluso así, Tony siempre terminaría siendo una preocupación, no sólo para él, también para el pelinegro, estaba muy seguro que ambos veían a Anthony como su hermano menor. Uno problemático, pero al que amaban mucho. –Imagino que tiene la marca de Steve ahora.

 

-Por supuesto, no perdió el tiempo, justo como le enseñé. Quizá en un par de días más, sabes que los primeros días después de la mordida son íntimos y entre más tiempo pasen juntos y a solas es mejor –El Dios posó las manos en su cintura, con delicadeza, y le bajó del lugar donde se había subido con anterioridad para ganar más autoridad y le siguió rumbo a la cocina. Su hermano adoptivo no era tan cruel, y sabía que él comía como bestia. –Aunque he de admitir que me preocupa ligeramente qué sucederá con Peter.

 

-¿Qué más? Aceptar el compromiso con Steve y nada más, Tony es su padre adoptivo y lo ama, así que debe de consentir su unión y nada más. –Eso era lo que Thor haría, pero, #YoungAndStupidHumansAlphas.

 

-Es lo que se supondría tendría que hacer. –Loki no se molestó en servirle en un plato, se limitó a llevarle la olla entera y repleta de estofado, arrimarle una cuchara y servirle un tarro de cerveza. –Tampoco podemos culparlo, aún tiene esa recuerdo amargo de cierta perra pelirroja.

 

-Según sabemos, ella decidió alejarse, si ella, que amó a Tony no de la mejor manera aceptó esa relación, ¿Por qué Peter no debería de hacerlo? Él más que nadie sabe cuánto ha pasado su mentor, ahora que está con un alfa, que sí es confiable y daría cualquier cosa por nuestro humano preferido. –Dicho eso, se había retacado la boca de comida, ante la mirada de Loki, más que acostumbrado a la manera de barbárica de su compañero.

 

-Esa puta. –Pronunció, aún no podía creer lo que había sucedido años atrás, no sólo había realizado un acto desagradable hacia cualquier omega, en especial uno con una enfermedad tan horrible, sino que también había atacado al cachorro del mismo, ¡Cinismo en todo su maldito esplendor! Algunas veces, antes de dormir, se preguntaba, qué hubiera sucedido si no hubiesen ido a visitarlo, ¿Peter habría muerto? ¿Tony estaría bajo el dominio de ella? ¿Seguiría vivo? No lo sabía, tampoco que la hubieran dejado, por supuesto, aunque sí era difícil cuando esas cosas sucedían, estar marcado por una persona inapropiada, era una situación complicada, y sobre todo jodida, los malditos alfas usaban de escudo a los omegas, como carne de cañón, nadie podría tocarlos otra vez, no podían ir a prisión por violación, ni por sellar a la fuerza el cuello de un omega, ¿Cómo? Si les ataban contra su voluntad, una vez mordido, se dependía de esa persona, y no había manera de revertir los efectos que causaban, si Pepper se hubiera salido con la suya, no podrían hacerle daño, no cuando el bienestar, tanto físico, mental y emocional del genio dependían de ella, ¡Ah! ¡Qué rabia sentía de sólo imaginarlo!

 

Él no era humano, así que las cosas con Loki no eran iguales, podría vivir separado de Thor, y era capaz de tomar decisiones propias, nadie le había sometido a quedarse en casa a cuidar bebés, disfrutaba de hacerlo, de enseñarles desde leer, hasta entrenamiento en combate. Thor desde un momento le dijo que podría conseguir trabajo, cualquier cosa, él jamás le impediría nada, siempre y cuando no fuera peligrosamente estúpido, y aun así, estaba seguro de que su hermano no le impondría ninguna orden, valiéndose del lazo que les ataba para que obedeciera. Él no era así, y por eso lo amaba. No era su premio, juguete o ramera, era su Loki, su hermano, su amante, el padre de sus hijos, su vida entera.

 

-No importa ya, ella ya no tiene cabida en nuestros pensamientos, y dedicarle pensamientos, por más insignificantes o furibundos que estos sean. Esa mujer no merece ser, siquiera, insultada por ti. –Y eso era cierto, había visto arrepentimiento en sus ojos la última vez que la vio, el último día que pasó en SHIELD, había una pena tremenda en sus ojos, culpa, dolor, tristeza, tantas cosas, si hubiese sido otro momento, otra situación, claro que se hubiese quedado con ella, hablado, que le dijese qué estaba pasando, y cómo podría ayudarla, pero no, se merecía eso y más, por traidora, ¡Indigna y conspiratoria! Todo el mundo confió en ella, hasta Loki en su momento, que si bien la detestaba, hacía a Tony feliz, más feliz que cualquiera, y ella jugó sucio. Muy sucio.

 

-¡Ah! No puedo creer que diré esto, pero tienes razón, nuestro objetivo ahora es que el capitán y Peter no se arranquen el cuello mutuamente. –Le robó una cucharada de la cena a su rubio, alegando que sólo quería asegurarse de que el sazón era el adecuado, ¡Obvio que lo era! Después de todo, él lo había cocinado. –Debería de llamar y preguntar cómo está.

 

-Loki, te recuerdo que los humanos necesitan descanso, a diferencia de nosotros, que podemos pasar hasta semanas sin pegar un ojo, ellos desfallecen con uno o dos días sin dormir. –Le hizo ver, con esa amabilidad que le caracterizaba, sin querer imponerle. -¿Qué tal si le hablamos en unas tres o cuatro horas más? –No era exactamente manipulación, se decía Thor, era un método de persuasión para el bienestar social.

 

-Supongo que puedo esperar. –Razonó y el otro sintió que su vida era 12345% más sencilla, Loki terminó robándole más comida de su plato y por supuesto que no se quejó, incluso, llegó a robarle la comida que ya se le había robado primero. –Esperaré hora y media. –Bien, eso era ya un avance.

 

 

Su estadía en California no había sido en absoluto desagradable, al contrario, amaba viajar y conocer tantos estados como le fueran posible, apenas tenía diecisiete, esperaba que cuando llegase a ser mayor de edad fuera capaz de visitar otros países, ¡Países! Así como Nat hacía, que un día estaba en New York, y al otro ya se encontraba en algún paraje ruso u alemán, o bien, como su Tony, que si bien por lo regular permanecía en Estados Unidos, y rara vez abandonaba el mismo, a menos que fuese una emergencia por parte de SHIELD, o bien, por Stark Industries, pues no le gustaba dejarlo solo, Eres mi responsabilidad Peter, no puedo dejarte por ahí, terminarás por quemar la torre un día de estos.

 

Era lo que solía decir, realmente podría acostumbrarse a ese ritmo de vida, lo único que se lo impedía era su padre adoptivo, y por supuesto, Gwen, que si bien había disfrutado y aprendido de su misión, ahora lo único que quería era regresar a casa, rodear a su mentor con cariño, perderse en su aroma y sentirse en casa, para luego irse directo a la cama y hundirse hasta la siguiente semana. Mañana hablaría con Gwen y tendrían una cita inolvidable.

 

Síp, tenía sus planes más que elaborados, era cosa de poner en marcha, no obstante, todo se vino abajo, en cuanto abrió la puerta y buscó el olor de Anthony por impulso. Sí estaba ahí, pero no estaba solo y el olor no era el mismo. Inmediatamente frunció el ceño, sin darse cuenta, su andar apresurado se encontró en una carrera contra reloj, ¿Dónde estaba Tony? ¿Por qué no podía olerlo como antes?

 

-¡Jarvis! ¿Dónde está Tony? –Fue lo que preguntó, no, lo que gritó, asustado y casi al borde de lágrimas frustradas, ¡No debió salir nunca! ¡Nunca! -¡Jarvis! –No podía concebir que alguien hubiera ultrajado a su tutor, no, él había jurado protegerlo, desde que era un niño, y lo había logrado, casi moría en el enfrentamiento con Pepper y no se arrepentía ni un segundo, sería capaz de regresar en el tiempo y hacerlo otra vez.

 

-¿Peter? ¿Peter, estás bien? –El susodicho giró al instante, ahí estaba Tony, con la bata de dormir aún puesta, extraño en él, eran más de las doce del día, con manos temblorosas se acercó a él, el otro tenía una mirada confundida y preocupada. -¿Todo bien? ¿Qué sucede? –Sintió las manos del menor en sus mejillas, para posteriormente ladear su cabeza con cuidado, y en efecto, ver que su cuello ya no se encontraba libre. Peter negó repetidas veces ante eso, indeciso si dejarse llevar por la ira, el dolor o la tristeza. Quizás la culpa era una buena elección, el mayor le miraba cada vez más asustado, ¿Gwen estaba bien? ¿Habría sucedido un accidente durante la misión? No, ya se habría enterado de ser así, ¡Era Anthony Stark! Teniendo a Loki y a la Viuda Negra como amigos, sería ridículo que no se enterase de las mejores novedades.

 

-¡Te marcaron! –Gritó, pero su rabia no era con el castaño, sino con el bastardo que lo había hecho, él no tenía culpa alguna. -¿Dónde estaban los demás? ¡Dónde! –Quería respuestas en ese instante, las mejillas ya se encontraban rojas por el cólera que sentía, Tony sonrió, casi conmovido y le sujetó, del rostro y hombro.

 

-Estuve totalmente de acuerdo y no fue contra de mi voluntad. –No, eso no era cierto, su héroe no podía estar hablando de esa manera, ¡Era efecto del lazo con el alfa infeliz! ¡Su docilidad provenía de las hormonas ajenas! Soltó un gritó y pateó lo primero que había tenido a su alcance.

 

¡Sólo tenía un trabajo en su vida! ¡Que nadie marcara a ese hombre!  Se lo había prometido, desde aquella ocasión en que sus vidas toparon, supermercado, con el hijo de perra agonizando en el suelo, y la tía May, Tony y él corrían por sus vidas lejos de las garras del alfa. Garras que cambiaban de nombre, pero lo habían alcanzado. Tony se quedó en su lugar, ¿Qué iba a hacer? Su protegido estaba más que abrumado, colérico, y lo que necesitaba en ese momento era descargar lo que sentía contra algo, no se intimidó en ningún momento, Peter jamás le haría daño, dejó escapar su esencia de manera moderada, para tranquilizarlo, cosa que funcionaba, de manera lenta. Sólo esperaba que Steve se demorará más en llegar con la pizza.

 

 

Notas finales:

Bueno, aquí está el capítulo, disfrútenlo, quién sabe cuándo vuelva a actualizar alv.

¡Gracias por sus comentarios! Agradezco que se tomen, no sólo el tiempo de leer, sino también de comentar

Pregunta del día(?): 

¿No creen que todo va muy bien? :o


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