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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Hey!!!! Estoy nuevamente de vuelta con un nuevo capítulo de esta rarísima historia que prometí llegar hasta el final we!!!! Estoy super emocionada ya que en siguiente capítulo las cosas se pondrán interesantes. Sin embargo soy tan vaga que no he comenzado a escribirlo aún y solo tengo los apuntes (soy un asco de ser humano). 


Hoy voy a editar unos pocos errores que he cometido en el resumen general del fanfic. Además de que aumentaré la clasificación de edad por el fuerte lenguaje vulgar e insinuaciones sexuales que normalmenten no son aptas para menores (porque sé que hay entre ustedes eh... no me mientan 7u7) y para no tener problemas ni en el foro ni en wattpad pos... A actualizar we! :v 



DICLAIMER: Viewfinder y los personajes mensionados de Katetyo Hitman Reborn y de la serie de Batman, no me pertenecen (a parte de mis OC XD). Todos pertenecen a su respectivo autor o creador. 


Sin más preámbulos... Comencemos con este salseo.

DECLARACIÓN DE GUERRA. 




Mirada azul metálico y avellana se encontraron rápidamente luego de que los pasos del primero se detuvieron junto a sus guardianes.

A pesar de estar rodeados de tanta gente, ellos estaban en el mismo ángulo, y si solamente esos estorbos de gente pensaran en quitarse del medio, terminarían por estar frente a frente; más al parecer, los demás invitados no tenían la intención de quitarse de en medio y dejar mirarse bien.


Pero como gran hipócrita, Jayden saludó felizmente a los demás invitados que tenía a su alcance, o que se acercaban a su posición. Detrás de él, sus cinco tutores y protectores reproducían la misma acción del primero con los conocidos clientes o socios que ellos reconocieron por antiguas juntas. Ellos por igual, eran grandes mafiosos de poder, y por lo tanto también merecían el más grande respeto como su jefe.


No era por nada que ellos eran los tutores del líder de América entera.



Akihito miraba con cierto temor oculto a ese muchacho.



Sabía que esa aura que emanaba, era tan potente como la de Ryuichi cuando estaba molesto. Pero este chico no estaba enojado, podría estar seguro de eso. Sin embargo, él aparentaba o quizá era mucho más temerario que el mismo Asami.




Este chico quizá podría ser hasta más temerario que Asami Ryuichi.



No por nada, el asesino número uno del mundo era su tutor.


-Su hermoso y elegante porte te ha tragado la lengua, Akihito-kun? –La voz de Fei-Long le hizo caer en la realidad. Y tan rápido como pudo recompuso su semblante de ganador, como si ese chico no era rival para él.

-Es la primera vez que lo veo. Parece ser un chico muy joven en el mundo de la mafia. –Solamente comenta, algo abrumado por su presencia.

-A pesar de su semblante de un chicuelo, ese hombre tiene ya sus 30 cumplidos, más o menos. Sin embargo, es jefe desde sus 24 años. Sin embargo, él no salió a la luz hasta sus 25 ya que él recibía tutorías de sus 5 tutores.

-Imagino que los tutores, son las 5 personas detrás de él, incluyendo a la mujer.

-Exacto. Si no muy bien me acuerdo, Su nombre es Elena Alexandra Jackson. No se sabe mucho de ella, pero se dice que es una mafiosa muy poderosa. Más solo ella se ha limitado a ser la tutora de él, y formar parte de su mafia.

Erick no era tonto. Erick sabía que ese maldito chino sabía más. Pero ese no era el lugar, ni el momento adecuado para pedir información acerca de esa maldita mafia, ni de esos 6 malditos miembros que acababan de llegar.

Entonces, a Jayden se le acercó un muy feliz Takeshi Gamma, lo que llamó mucho más la atención de Erick.

Cómo era que lo conocía?

Entendía perfectamente que era un colaborador más al proyecto y que solamente tuvo un corto interés en ser benévolo, más Gamma nunca tuvo la más mera intención de hablar sobre los aportes de ese chico.


-Esperaba tan impaciente su llegada, joven Jayden. –Saludó Gamma mientras se acercaba de forma correcta al joven, sin violar su espacio personal con tal de no hacer molestarlo ni a él, ni a sus tutores.

-Gamma!  -Solamente exclamó contento antes de saludar con un apretón de manos al mismo Takeshi.  –Le he hecho esperar?

-Sé que usted llega justamente a una hora prudente. Más estaba impaciente por que usted se apareciera.

El muchacho se dispuso a reír.

-Lo lamento. Estaba arreglando unos cuantos asuntos. Además de que hubo un pequeño embotellamiento en la ciudad, por lo que tardamos un poco más de tiempo del necesario al llegar.

-Usted de verdad es una persona sumamente ocupada. Le agradezco mil y un veces su presencia.

-No podía faltar a celebración tan importante. Sería descortés de mi parte si no estuviese aquí después de todo.

-Lo dice como si estuviera obligado a venir. –Dijo algo apenado el mayor. –Sé que usted debe tener una agenda sumamente apretada al igual que sus cinco compañeros. –Que por cierto, fue a saludar debidamente a los demás, quienes con una leve sonrisa y un apretón de manos de parte de cada uno, correspondieron al saludo. –Ustedes también tienen muchas responsabilidades.

-Creo que esta noche podremos tomarla como un respiro y poder seguir nuestras actividades luego. –Dijo Reborn, quien con su fedora en blanco, aquel listón amarillo hacía juego con su corbata. Todo su traje era un blanco pulcro y hermoso, que lo hacía verse irresistible ante todas las mujeres u hombres que lograba tener a su alcance en cuanto a la mira.

Gamma sonrió aún más.

-Y eso me complace mucho. –Entonces se acordó de algo. –Oh! Cierto. Bienvenidos a todos a Japón. –Hizo una leve reverencia tradicional para darles la bienvenida. –Imagino que para todos es su primera vez por estas tierras.

-Muchas gracias, Gamma. –Agradece el líder del grupo con la misma reverencia, al parecer él conocía todas las maneras de comportarse de un japonés. Incluso tenía un acento fluido y bastante hermoso. Su voz era melodiosa, armoniosa, divina… Tan suave que enamoraba hasta al más grande de los demonios. Se veía como un ángel, como un Dios ante todos los presentes en aquel salón.

Akihito quedó lejos del segundo plano porque la atención solamente estaba captada en él y en sus cinco compañeros de aquella noche.

-Espero que tu estadía esté a tu gusto. Sabes que puedes conmigo para lo que desees.

El joven solamente asintió con la cabeza sin borrar aquella divina sonrisa. Ahora solamente miró de derecha a izquierda, buscando o tratando de reconocer a alguien en particular, sin los resultados esperados.

Gamma lo notó, y le miró con curiosidad.

-Sucede algo, Joven Jayden….?

-Si. Pensé que encontraría a “esa persona” que tanto ansío conocer.

-… -Al parecer Gamma no entendió. –A quién se refiere, joven?

-Hablo de Asami Ryuichi-sama… Pensé que estaría aquí. Más no lo veo entre la multitud.

-Ah! –Exclamó. –Lamentablemente él no logró poder presentarse.

-Le sucedió algo? –Pregunta intrigado.

-No! Claro que no! –Dice con una sonrisa algo nerviosa, por la fija y potente mirada del chico. –Es solo que él tuvo otro compromiso de último minuto y no se pudo presentar… Eso fue lo que me contó su esposo.

El chico hizo un mohín algo indignado y decepcionado, más cruzó los brazos y volvió a sonreír resignado. Miró entonces a sus tutores, quienes se miraron entre sí y solamente alzaron los hombros. Gamma en cambio miró esas expresiones con curiosidad, y se preguntaba como un loco el por qué tanto querer ver a Asami Ryuichi. No se quedaría con la curiosidad encima.

-Disculpe, joven Jayden.

-Dígame, Gamma?

-Necesitaba ver a Asami Ryuichi-sama?

Este asiente con algo de pena. –Moría por conocerle. No te puedo mentir. Una de las razones por las cuales quería venir era que por fin podía coincidir con Asami-sama. Nunca lo he visto, ni siquiera en fotos. Moría por conocerle y poder entablar mi primera conversación con él, además podría darle mi más sincero pésame por la pérdida de mi maestra.

Gamma entendió de una sola vez a qué se refería el joven mafioso.

-Entiendo. –Este se sintió apenado.

-…- Este lo vio y rápidamente empezó a negar divertido. –No se preocupe! Será para otra ocasión. Tendré mucho tiempo para poder encontrarme con él.

-De verdad?

-Así es. He decidido venir a instalarme por un tiempo indefinido acá para crear unas cuantas conexiones que me serán útiles en el futuro, además de expandir unos de mis negocios más importantes. Obviamente también vine acá para conocer Japón. No conozco el país de nacimiento de mi maestra, y tampoco pude conocer a Asami Ryuichi y a su esposo. –Explica sus motivos, y al enumerar al último, este se intrigó (Aunque él sabía que ese maldito de Erick estaba ahí, a solo unos cuantos pasos). –Ahora que lo mencioné… Su esposo también se fue con él a Osaka?

-Ah! No. Se encuentra justamente acá. Quiere conocerlo?

-Sería un honor, por favor. –Exclama “emocionado” el joven mafioso.

-Gamma!!!! –Gritó un gran amigo de este último quien lo tomó de forma poco delicada. El muchacho miró sorprendido. –Le pido mil y un perdones joven Miller. Pero me gustaría tomarle prestado a este señor por unos segundos.

-Oh! Por favor! –Exclamó el mayor con una brillante risa. –Él es el anfitrión de esta celebración. No está entre mis intenciones quedármelo. No se preocupe.

-Pero que hay de llevarle con Asami Akihito-kun?

-No se preocupe, Gamma. Yo me desenvuelvo con los chicos para encontrarlo y conocerlo.

Gamma parecía no estar muy de acuerdo con dejar a su invitado de honor a su suerte con ir en busca del esposo de Ryuichi, ya que tenía la idea de que no tenía ni la más mínima idea de quién era. El peli azabache miró su expresión de descontento y solamente le alentó más a irse.

-No se preocupe, Gamma. Yo encontraré a Asami-kun por mi cuenta. Vaya. Además ellos me ayudarán. –Se refirió a sus tutores.

Al final Gamma suspiró, y asintió.

-Entiendo. Entonces diviértase, joven Yaiden.

El chico solamente asintió. –Nos veremos después, Gamma.

Sin más, el señor se disculpó y Gamma pidió mil y un veces perdón por ello, por lo que terminó por llevárselo hacia algún lugar, ya que terminó por perderle de vista entre la multitud. Jayden sonrió complacido y cruzó los brazos, mirando así a sus tutores, quienes sonrieron con gusto.

-Vamos a conocer a Takaba Akihito-kun… Esposo de Asami Ryuichi.

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Caminó entre la gente, saludando con una serena sonrisa y una leve agitación en la mano. Sus tutores lo seguían sin estar en formación, hablando agradablemente entre ellos de trivialidades, con tal de no llamar mucho la atención y no hacer del ambiente temerario. Parecían grandes amigos que reían entre ellos por cualquier cosa, incluso el frívolo carnívoro de Reborn reía a carcajadas con sus colegas.

Jayden en cambio parecía completamente ausente en cuanto la conversación intrépida de sus acompañantes, ya que su vista fija estaba centrada en encontrar al maldito de Erick, queriendo ver su maldita cara de sorpresa al verle por fin. Juraba que estaba lo más calmado posible, porque era capaz de enviar todo a la mierda y entrarle a balazos tantas veces, que su cuerpo quedaría irreconocible. Necesitó de mucho auto-control, y bastantes tutorías de Reborn y Elena para que guardase la calma, y no explotara de la ira.

Estaba simplemente impaciente; no había mejor palabra para describir todas sus emociones juntas que esa. Jason, su tutor de armas y cursos de a larga distancia, lo revisó al menos diez veces, con tal de no encontrar ningún arma con la que pudiese amenazar al enemigo y joder la misión por una simple tontería. Porque el chico era muy perseverante, y al mismo tiempo era una bomba de muy poco tiempo; que por una tontería explotaría y jodería el proceso. No podían darse el lujo de matarlo de una sola, ya que había muchas cosas que debían descubrir con él, aparte de poner a salvo a Asami Ryuichi.

Pero todo eso lo estaba volviendo loco.

Y todos sus sentidos se pusieron a flor de piel cuando encontraron a Asami Akihito, que al parecía lo miraba fijamente con mucha sorpresa. Por fin, luego de tanto tiempo, ambos lograron verse las caras frente a frente.

No fue ni lento, ni perezoso y se dirigió frente a él, dándose cuenta que tenía compañía de gente que esperaba ver ansiosamente igualmente. Una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro, antes de detener sus pasos a solo unos cuantos metros.

-Asami Akihito-kun.

El mencionado se exalta y mira rápidamente a su persona. Por fin esas miradas se conectaban por la primera vez, y que parecían querer examinarse de forma profunda.  Al igual que él, los mafiosos de China y Rusia también le observan, muy sorprendidos más a los mismos tiempos muy emocionados, mucho más el peli largo que el rubio.

Se pudo sentir la fuerte tensión entre los nueve, ya que todos se miraban frente a frente. Ocho miradas se postraban en una sola, mientras que esa sola se fijaba en los seis recién llegados. Estaba impresionado por el porte que tenían y además: jamás en su vida los había visto (a Excepción de Reborn).

Era obvio que había oído rumores sobre ellos en el bajo mundo. Por ejemplo: Jason Todd era uno de los más fuertes en cuanto artillería pesada, y tenía a los estadounidenses a sus pies. Era un excelente estratega y amante a las luchas, por lo que casi todos sus problemas con sus enemigos, se resolvían con los puños. O los ex asistentes de Asami Sakura (Manuel y Ricardo) que eran unos intelectos en el mundo de las finanzas y todos los negocios que tenían, resultaban con una gran ganancia. Incluso sus enemigos resultaban terminar en la ruina y hacían de su jefe alguien poderoso en ese aspecto. Reborn… Bueno Reborn era Reborn en todas partes. Era un hombre poderoso, peligroso; un asesino profesional que se ha encargado de educar a grandes mafiosos jóvenes que se encuentran en la cima: como al líder de Italia por ejemplo, e incluso al líder de la mafia de Turquía, Además del líder de España, Suiza y más. Su potente mirada te hace flipar de miedo, y su sensual porte hace de él un hombre irresistible. De la tal Elena, se ha dicho que es una mujer muy silenciosa, más ella siempre tiene la última palabra: es alguien muy inteligente, astuta y calculadora. Es poderosa, capaz de controlar a quien desee. Se dice que ella es la mano derecha del líder de América, y se encarga de administrar sus negocios en lo internacional, también los expande y consigue a muchos más aliados. Es su escudo, su “perra” fiel. Y por último el líder, que solamente ha oído escuchar que es el Rey de Miami. Ha eliminado todos los carteles que infiltraban narcóticos por la Florida; sus calles estaban limpias y no hay rastros de “sabandijas” en sus territorios. Él es quien controla, quien manda y quien dirige a su gente: todo el continente lo ve como a un Dios…

Más no sabe nada más y eso le frustraba.

Qué quería él?


-Así que usted tiene que ser el gran líder de América: Jayden Miller.

El susodicho solo asiente mientras cruza los brazos, siempre con esa sonrisa.

-E imagino que detrás de él se encuentran sus cinco tutores: los 5 profesores más poderosos.

-Así es: Los tres comandos y los poderosos en armamento especial: Reborn y Jason Todd. –Los presenta a todos. A lo que ellos solamente saludan con una leve reverencia tradicional japonesa.

-Es increíble que pueda tenerlos en fin frente a frente. Es un gusto.

-El gusto es nuestro. –Responden los seis al mismo tiempo.

Al fin y al cabo, ambos mafiosos terminaron por darse un apretón de manos. Un contacto que terminó por picarle la espina dorsal al de ojos avellana luego de sentir una corriente eléctrica rondando por todo su cuerpo, en señal de advertencia y d cuidado. Era como si ese chico tuviese las ganas de matarlo con ese solo apretón.

-Les doy a todos la bienvenida a Japón. Imagino que es vuestra primera vez.

-Muchas gracias. Más no. –Contesta el joven azabache. –Reborn y mi comando Manuel ya han venido. Incluso él estuvo al lado de mi maestra en sus últimos días aquí.

-Oh. Cierto, mi más sincero pésame. –Este miró al suelo apenado y algo triste. –Aún no puedo olvidarme de ese horrible día… Fue una pesadilla.

Reborn y Elena se miraron disimuladamente en sospecha de sus palabras, mientras que Jason solamente levantó una de sus cejas. Manuel y Ricardo solamente rodaron los ojos, acto que no pasó desapercibido por la pareja china y rusa.

La mujer entre el grupo solamente tocó levemente el hombro de su jefe, y le miró con ira contenida más bien disimulada, en señal de que podría hablar con toda sinceridad para declarar la guerra, o mejor dicho; sentenciar la muerte del maldito que cometió ese asqueroso acto y ahora sigue de imbécil.

Akihito aún tenía la mirada gacha, más al parecer, sentía como un aire de desconfianza por parte de los seis recién llegados, y un aire de advertencia de parte de los otros dos que se encontraban detrás de él. Se sentía rodeado de enemigos y eso no era bueno, porque ellos al parecer parecían sospechar, y eso era imposible.

-Disculpa, Akihito-Kun. –Pidió amablemente el azabache llamando la atención del mencionado. Este aún “triste” mira atentamente y se encuentra con la fría mirada de cada uno de ellos y eso no lo hizo sentirse bien, más él no se dejaría temer por nadie.

-Adelante.

-Me gustaría que todos nosotros pudiésemos hablar de algo. Por favor. –Pidió, y al ver que Akihito iba a responder algo, este rápidamente reiteró. –Y cuando digo todos es que iremos TODOS. Eso incluye a los invitados Liu Fei Long y su marido, Mickhail Arvatof. Creo que… Lo que quisiera hablar con usted puede que de una forma u otra les concierne.



-Por supuesto. Por favor, acompáñenme por aquí, entonces. –Dijo sin tartamudear, con una leve sonrisa llena de amabilidad mientras con la mano les enseñaba el camino que deberían seguir a sus espaldas.

Así se pusieron en marcha con Akihito delante y los otros ocho detrás. Ellos mismos se intercambiaban miradas llenas de curiosidad y al mismo tiempo firmeza. Jayden estaba de los nervios y por perder la paciencia al querer entrarle simplemente a plomazos hasta el cansancio más Reborn le tenía al asecho para ese caso. El ambiente entre todos era tenso y no por miedo al enemigo, porque también ellos tenían en claro que ese maldito tenía unas cuantas cartas bajo la manga y tampoco querían perjudicar la misión de salvar a Asami Ryuichi. Aunque para la desgracia del mismo, este sería puesto en el centro de la mesa sin saberlo. Porque ahora él era vulnerable a sus enemigos, y ahora era cuatro veces más con la próxima guerra que tendrían. Asami era como el premio en este caso.

Akihito aún no tiene ni la más mínima idea de lo que se traman esos y el del por qué ese chino y ese jodido ruso tenían que entrar en el tema. Quizá porque ellos eran muy cercanos o sus alianzas eran supremamente fuertes, más duda que Asami tenga la más remota idea sobre la alianza de ellos. Es más, Asami aún no tiene ni el más mínimo conocimiento sobre este joven ni de sus acompañantes a no ser que sean rumores, o que él simplemente lo esté engañando.

No. Imposible. Asami jamás le ha guardado secretos y le ha dicho absolutamente todo. Incluso llamó a su celular antes de que ambos asistieran a sus compromisos, pidiendo que por favor “busca un momento libre para conocerle y me dices cómo es él. Es el descendiente de la herencia de mi prima, por lo que tengo que verle”.  No podría ir en contra de sus deseos porque al final tiene razón: Ellos tienen una conexión producto a la estúpida de Sakura, y no hay mejor forma de matarle que teniéndolo cerca. Ahora el problema estaba entre esos cinco malditos a los que les llamó “tutores”. 

Para quedarse con toda la fortuna de los dos Asami que quedaron, tenía que matar primeramente a esos cinco hijos de puta para dejar completamente desarmado al chico y así acabarle. Si él muere sin dejar ningún otro descendiente, su fortuna acabaría en manos de Asami Ryuichi y así podría ganar completamente la partida. Con ellos dos muertos dominaría la mafia por completo.

 

Primero debería conocer bien y con profundidad a este americano.

Salieron de la gran sala y subieron por otras escaleras contrarias a las de la entrada. Tuvieron un acceso rápido al hotel y este los llevó a una de las oficinas que se encontraban vacías y fuera de vigilancia. Todos estaban muy centrados en vigilar que el evento de Gamma haya salido como él esperaba, y como iba a la cosa, todo iría a su favor. Más eso no era lo que nos concierne, si no el hecho de que ahora, los nueve mafiosos estaban en círculo en aquella solitaria oficina.

Era un silencio abrumador y de terror; sus miradas conectaban las unas con las otras en complicidad, rivalidad y enemistad. Al parecer todos se quitaban las máscaras con solamente haber entrado al lugar y que sin durar mucho, todos se dieron cuenta de que la guerra se declaró entre ocho contra uno desde que pusieron un pie en ese sitio.

-Imagino que vosotros no estáis aquí para hacer amistades conmigo. –Dijo “dulcemente” el esposo de Asami, quien observó detenidamente a cada uno de ellos.

-Veo que no es necesario seguir de hipócrita y falso. Porque me estaba poniendo de los nervios. –Comentó Jayden mientras llevó sus manos a su cuello y se dio un leve masaje.

-Quienes son ustedes y qué quieren de mí?

-Oh! Akihito-kun. No te hemos hecho nada para que estés a la defensiva tan  rápido. –Comenta el mismo con una risilla mientras cruzaba los brazos.

-Es un hecho de que no estamos todos reunidos aquí por simple “casualidad” o con el propósito de conocerme.

-Veo que te gusta que sean directos en cuanto a toda clase de temas. Completamente opuesto al verdadero Takaba Akihito-kun.

Abrió los ojos en exceso porque eso verdaderamente no se lo había esperado. CÓMO DEMONIOS LO SUPO?  Cómo este maldito pudo darse cuenta de que él no Era Takaba?! Es imposible salvo a pocos de sus más fieles y confiables hombres que supieran de la verdad del asunto. No… Tampoco él… Si no también que el chino y el ruso lo supieron al igual que Kudora Shinji…

Kudora… Shinji.

ESE MALDITO CABRÓN HABÍA SOLTADO LA SOPA UNA VEZ QUE SE ESCAPÓ!!!

Ese estúpido japonés al final no se la aguantó y por fin habló una vez que él había bajado la guardia con él con tal de que le dijeran eso a Asami. No… Por qué esperar tanto tiempo en hablarle a él? Justamente a él para poder acabar con sus planes? Por qué justo cuando era demasiado tarde?

Miles de preguntas rondaron por la cabeza del chico sobre el por qué tardaron tanto en ello sin saber por qué tardaron tanto. 

Su impresión no pasó desapercibida por ninguno de los mafiosos presentes, que al mismo tiempo sonrieron al ver  su reacción. Aunque era bastante obvio que lo supieran todos, y sabían de fondo que él no jugaría al tonto al decir “de qué hablan?” para tratar de zafarse de la situación.

Sonrió resignado y se encogió de hombros.

-Ups. Creo que me han descubierto. –Dijo amablemente. –Creo que fue una mala idea el no haberme preocupado por la desaparición del maldito de Kudora Shiji.

-Kudora-san? –Preguntó el líder de la mafia americana. –Ah. Si. Fui yo quien organizó el rescate. Liderado por Reborn obviamente.

-Felicidades. Fue preciso al acabar con todos ellos. –Dijo mientras miraba al asesino de fedora, quien estaba recostado de una pared, algo más apartado de los demás.

-Me gusta que las cosas se hagan excelentemente. Me hubiese gustado que al menos uno de ellos me hubiese dado pelea. Más fue algo rápido y sencillo.

-Tenían como única orden de solamente vigilar al estúpido de Shinji en todo lo que haga. Acaso él sabe de tu existencia?

El chico negó. –Para que él estuviese a salvo de todo peligro junto a las investigaciones que ha hecho. Le hemos hecho creer que el ataque y rescate ha sido comandado por Mickhail Arvatof. Por ahora él no puede saber de mi existencia.

-Entiendo. Y dónde lo tienen?

-Para qué? Para ir a matarle? –Dijo con una risilla hermosa, dulce y cautivadora. –Lamentablemente no puedo decírtelo. Sería como mandar a la mierda uno de mis tantos planes. Además de que él tiene en su poder el 70% de las investigaciones sobre lo que pasó aquel día de la dichosa explosión del tren… Donde increíblemente sobrevivió Takaba Akihito-kun. –Dijo mientras se acercaba peligrosamente hacia él, provocando una gran incomodidad en el joven mafioso disfrazado del fallecido.
 
-Un milagro… Verdad? Es una pena que ella se haya sacrificado con tal de ver vivo al esposo de Ryuichi.

-Una lástima que en verdad haya muerto… Oh… Simplemente luego de siete años, está aún desaparecido. –Dice Elena sonriente mientras estaba sentada con las piernas cruzadas sobre un escritorio.

-Sabemos bien que Kudora-kun ha escondido bien la información. De que ambos cuerpos jamás fueron encontrados.  –Amplifica Jayden mientras miraba a su asistente y tutora con una sonrisa llena de complicidad. –Y que la explosión ocurrió segundos antes de que el tren haya cruzado el lago. Es curioso que Kudora-Kun te haya encontrado mientras buscaba alguna pista entre esos sitios.

-Simple coincidencia quizá. –Dijo Erick mientras sonreía, y miraba analizadoramente a su enemigo.

-Quien sabe. Aunque sabes que no descansaré hasta saber verdaderamente todos los misterios que ocultas y del porqué quieres acabar con el imperio de los Asami.

-Tú no eres un Asami.

-Pero he heredado su imperio, cretino de mierda. Por lo tanto soy la segunda cabeza del imperio… Y solamente para obtener todo lo que tengo en mis manos ahora… Deberás matarme….

-Y eso haré.

-Más tendrás que pasar sobre nosotros cinco primero… -Dijo por fin Jason mientras se ponía de pie de ese enorme sillón donde tomó asiento.

-Veo que estás bien protegido, chiquitín. Qué sucede? Sigues siendo un estudiante?

El mafioso americano solamente soltó una risa al igual que los demás, mientras que el chino y el ruso se mantenían al margen, pero bastante analizadores ante cada palabra y cada expresión o gesto que se daba en dicha oficina. Estaban atentos, muy atentos a lo que pasaba, sabiendo que ese chico provocaba más a cavar aún más profundo su propia tumba y llevarse unos buenos plomazos por parte de los seis y en especial por parte de la mujer, del asesino con la fedora y del mismo Jayden que al parecer se estaba conteniendo demasiado.

Por qué el chico siempre está riendo o siendo tan dulce con él? Acaso se lo estaba tomando todo con tanta facilidad? Aparecer así, descubriendo que él no es Takaba Akihito y amenazándolo? Es más. Está tan tranquilo ante un llamado a la guerra que al parecer no se lo toma en serio.

ACASO LO TOMABA COMO A UN IDIOTA O QUE DEMONIOS?

-Takaba Akihito-kun. –Dijo por fin más calmado y hasta un poco más serio por así decir, pero su postura seguía siendo tan calmada y dulce que al parecer todavía tomaba todo “Easy”. –Que los cinco sean mis tutores, no quiere dejar dicho que ellos me vayan a proteger por siempre. –Dice como si le explicara algo a un niño menor. –Ellos se cuidan solos sus espaldas, son técnicamente imposibles de dejarse tocar… Creo ciegamente en que tú no eres capaz de organizar un plan correcto para matarles… Porque ellos ya lo habrán hecho de antemano. Así técnicamente necesitarás de mucha estrategia y mano para por lo menos TRATAR de hacerles algo. Y si te quieres ir directamente al BOSS. –Se señala a sí mismo. –Pues… Te deseo muchísima suerte y que DIOS te acompañe. Porque cuando estés ejecutando el plan, una daga te habrá cortado ya el cuello.

Miradas chocadas  como en un buen combate de box, frente a frente, sin dejar que ninguna despegue la atención a algo más. Parecían querer decirse todo lo demás con solamente mirarse a los ojos. Erick quería explotarle la cabeza con un solo disparo y el mismo Jayden quería ya desmembrarlo de todas sus partes hasta ser simple comida para carnívoros depredadores.

-Eso estará por verse entonces.

-Nada más le advierto, joven Jayden. –Dijo y su mirada se ensombreció, y el mismo aún ocultándolo se estremeció por su mirada de terror*. Al parecer, esta vez sí estaba hablando en serio. –Si me logro enterar de que usted le puso un dedo a su esposo Asami Ryuichi-san… -Y pausó por unos segundos antes de acercarse peligrosamente a él, algo que él no esperaba. Estaba mucho más cerca que antes. Eso era más que una simple amenaza, era una advertencia.

Y entonces los otros siete sonrieron cómplices y con burla, al ver como el chico rápidamente tomó al rubio del cabello y lo tiró con una fuerza brutal, como un gran animal que quería degollar, tirándolo hacia atrás ocasionando un grito de queja y un abrumador dolor. Eso demostraba que la fuerza del chico era mucho más superior a la suya y al parecer las cosas iban en serio. Podría matarlo ahí mismo si tuviese un arma en mano y se sintió estúpidamente idiota al no tener a ninguno de sus hombres alrededor.

Más la mirada asesina de Jayden Miller le dejó la mente en blanco.

-Soy capaz de hacerle experimentar un dolor… que jamás habrá sentido en su miserable existencia.

Amenazó y le dio un fuerte tirón, que acabó lanzado lejos de su alcance, a pocos metros de Distancia de Reborn quien solamente sonrió complacido y volvió a voltear a la ventana.


Se sintió como un reverendo inútil.


-Bueno. Eso es todo Asami-kun. –Dijo nuevamente de forma dulce el de ojos metálicos mientras hacía una reverencia y con una simple señal con los dedos para que los demás lo acompañasen a la salida. –Esta guerra es entre usted y yo, así que Asami Ryuichi queda completamente descartado en nuestro arreglo de cuentas. Ni una sola palabrita o le abro más el culo de como ahora lo tiene. Y si lo hace… Lo voy a saber rápidamente. –Dijo mientras abría la puerta. –Hasta la próxima. Asami-kun.


Y se fue junto a los demás, siendo Mickhail el último en salir y cerrando la puerta tras él sin ni siquiera mirar atrás; y él quedó como un estúpido perdedor tirado en el piso solamente observando atónito la puerta.


Qué maldiciones acaba de pasar? 

Notas finales:

Qué les pareció?

Era hora, no? 

Qué creen que pasará en el próximo capítulo? 

Esperaría ansiosa sus reviews u otros comentarios. 

Pequeña notita!!!

-Cuando utilisé la expresión "Su mirada se ensombreció" y "tomaba las cosas más en serio", me insipiré un poco de la actitud de Byakuran Guesso de KHR cuando siempre anda sonriendo y luego se enoja. Creí que esta actitud le caracterizaría mucho más a este misterioso personaje. 

Ahora sí señores... Bye Bye!! 


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