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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Chaossu!!

MIREN QUIEN VOLVIÓ MAMIS!!!! 

*Perrea* Cha- cha cha cha. 

A lo que estaré dispuesto por tí está nuevamente de regresocon un nuevo capítulo que dará comienzo al fogón de trama que estará por comenzar!!! :3 

Sin no ms hacerles perder eltiempo, leanse el cap. 

- PAPI!!!! -  La pequeña princesa de la casa bajó corriendo las escaleras del segundo piso hacia el vestíbulo, al encontrar a su progenitor recién llegado con maleta en mano. Este último al verla soltó su equipaje y abrazó a su pequeña reina una vez que estuvo a pocos centímetros de él, la cargó y llenó su rostro de besos.

- Hola mi amor… - Jayden no paró de besarla, su hija la abrazó fuerte. – Lamento haberme ido así de repente, pero fue una urgencia.

- No te preocupes. – Dijo Annaisha al separarse de su “madre”. – Te fue bien?

- Muy bien cariño. Pero nuevamente siento haberme ido así… apenas tenemos unos pocos días en Japón que ya tuve un viaje de negocios.

- Es parte de tu trabajo papi. Lo más importante es que regresaste sano y salvo.

- Eres muy inteligente princesa. – Comentó para después besar su pequeña frente. – Pero ya papi no se irá así de improvisto y podremos al fin conocer Japón.

- Si!!! – La nena gritó de emoción.


Akihito bajó a su hija con mucho cuidado, hasta que estuviera en el suelo; tomó su maleta de mano y junto a una de las criadas de la casa, los tres comenzaron a subir las escaleras del vestíbulo hacia el segundo piso.

- Cómo estás de la pierna, amor?

- Todo bien papito. Incluso retomé la esgrima como solía hacer.

- Cariño, si habías comenzado nuevamente a entrenarte en secreto desde que volvimos a Miami.

- Pero ahora con los dos pies. – Dijo divertida. 

- Sabes que no estoy muy de acuerdo, cariño. Pudiste haberte lastimado. – Comenta el yakuza mientras miraba a su pequeña.

- Pero estoy bien, papi. Además estoy teniendo mucho cuidado y la abuela me revisa todos los días.

- No le des tanto trabajo a la abuela, cielo. Entendido?

- Si, papi.

Llegando al segundo piso, fueron al cuarto del Yakuza a dejar sus cosas. La bella Annaisha entró con él, viendo como él empezaba a desvestirse mirando el exterior con algo de seriedad y tristeza. Parecía algo ido.

- Papi?

- Si nena? – Este dibujó la mejor sonrisa que podía hacer y observó a su nena.

- Pasa algo?

Akihito suspiró, dejó que el personal dejar su otra maleta para agradecer por el gesto, y dejaran a padre doncel e hija solos en el cuarto. Cuando cerraron la puerta  y el silencio reinó en la estancia, Akihito se sentó en el cómodo sillón con cansancio y se desató la corbata. Su hija se sentó en el sillón de al lado y le miró preocupada. Su papi estaba triste.

- Por qué papi está tan triste?

Akihito suspiró. Tenía que ser claro y directo con su hija.

- Estuve con tu padre, princesa.

- QUÉ?! – La pequeña Annaisha parecía que las enormes estrellas en sus ojos salieran disparadas producto al shock. Sus padres estuvieron juntos!!!!  - DE VERDAD?!!!! QUE EMOCIÓN!!!! – Y empezó a dar grititos de felicidad, saltar del sillón para saltar sin parar por toda la habitación. – MIS PAPÁS ESTUVIERON JUNTOS!! MIS PAPÁS ESTUVIERON JUNTOS!!! – Gritaba en medio de la habitación.

- Annaisha… - Akihito entre apenado y divertido, trató de llamar la atención de su bebé, sin éxito.

- MIS PAPÁS ESTUVIERON JUNTOS!!

- NENA!! – Llamó la atención de su hija, quien paró de saltar y ver a su padre doncel.

- Lo siento… - Se excusó, y volvió entre saltitos a sentarse. – Y cómo fue?! Está bien? Es muy lindo?! Te reconoció?!

- Cariño. Una pregunta a la vez. – Comprendía la excitación y emoción de su hija al preguntar, porque se trataba de su padre después de todo. Mismo si le tuvo que mentir a Asami sobre la existencia de su hija, lo hizo por el bien de ambos (padre e hija) y por el interés de la misión. En su tiempo, le hablaría de Annaisha. – Pero, comenzando… Tu padre está bien, algo enfermito.

- La abuela dijo que lo maldijeron, como las brujas. Y que yo puedo sanarlo.

- Así es princesa. Pero hay que darle tiempo a la misión. Sino, podemos poner en peligro a tu padre. – Dijo mientras juntaba sus piernas, como buen doncel de etiqueta.

- Y cómo estuvo?

- Apenas nos conocimos, estuvimos muy unidos. Es un gran caballero y ahora es mucho más amable y coqueto. A pesar de estar en sus cuarenta y tantos, sigue siendo muy guapo, sin canas, alto, musculoso… muy grande.

- Y malote?

Akihito sonríe. – Sí nena. Un hombre malote, pero muy tierno a la vez. Hicimos una misión juntos y… me abrazó.

Ok, no debió decir eso. El grito de emoción de Annaisha casi le explota un tímpano. Trató de calmarla, más ella misma fue y saltó a sus piernas para abrazarlo.

- Papi, eso es una buena señal. De que te quiere.

- Es muy pronto para decir, eso princesa. Apenas nos conocimos y quizás por la adrenalina del momento, lo hizo… nos abrazamos y… - Akihito se ahogó, no lo pudo soportar. Los ojos acuosos no pudieron ocultar la tristeza a su hija. La pequeña hizo silencio y contagiando la tristeza, lo abrazó con fuerza.

Poco a poco, las lágrimas iban de viaje por sus mejillas. El dolor de revivir una sensación lejana y a la vez cercana. No pudo evitarlo… era un abrazo que anheló por tanto tiempo, ese abrazo y ese beso que se habían dado en la estación de tren hace 8 años. Ese abrazo que ocurrió entre el tiroteo del día anterior le hizo volver a vivir aquel abrazo de despedida. Y no lo evitó, lloró en silencio por el dolor, porque le hizo falta aquel gesto de afecto de Asami.

Annaisha siempre supo desde que empezó a tener memoria lo mucho que le dolía a su padre doncel el estar separado de su amado, una separación forzada como su tía Sakura le contó. Su padre no dejaba de llorar durante los dos primeros años después del suceso dónde un falso Takaba Akihito se despidió de ellos del tren en bala en el que viajaban y por ello tomó otra identidad, otro rostro, otro color de cabello y ojos. Pero el corazón y el dolor seguían siendo lo mismo, un sentimiento doloroso que no cambiaría hasta que pudiera decirle a Ryuichi que él era el verdadero, que a quien tenía en su casa era un falso que quería hacerle daño.

En tantos años que le juró amor eterno, y extrañaba el amor y la seguridad que le brindaba Asami, no podía evitar sentir miedo, sentirse solo e inseguro al ya no tener a Asami protegiéndolo. Se tuvo que aprender a defender solo él, a sobrevivir y luchar. Aprendió a matar… tuvo que aprender el arte que Ryuichi jamás dejaría que hiciera estando vivo: que le quitara la vida a alguien más.

La vida no se la dio fácil: pero si Sakura había dicho que solo él mismo podría salvar a Ryuichi de un problema, aceptó las consecuencias y fue a salvar a su marido. 8 años esperando… 8 AÑOS DE MARTÍRIO. Ocho años… donde las cicatrices y quemaduras tatuaron su estébelo cuerpo, y ahora… Ahora todo cambiaría.

Annaisha llorando con él en silencio hasta calmarse, le acarició su rebelde cabello teñido en negro, hasta que dejó de escuchar los suaves gimoteos de Akihito.

- Lo siento, princesa. Es que lo extraño.

- Muy pronto, estarán juntos papi. Verás que sí.

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Tres horas después.

Akihito vestido simplemente de un traje de negro completo contempló desde su escritorio a Reborn, Jason, Manuel y Ricardo entrar a la oficina, todos comiendo bolas de arroz. Al parecer estaban todos en la cocina robándole la comida a la abuela.

El peli-azabache sonrió algo divertido por cómo los 4 comían sin ni una pizca de vergüenza, toman asiento y todos saludando con un gesto de la mano siguieron picando.

- Quisiera decirles a los 4 hola: gusto volver a verlos. Pero como todos no me saludan y solo comen, les robaré dos.

Reborn quien estaba sentado al frente del escritorio, le arrastra el plato para que tomara una y pudiese comer, gesto que no fue rechazado por el doncel; porque también una bola de arroz sería degustada.

- Para empezar la reunión… - Empezó a decir luego de darle un último bocado a su bola de arroz, masticar y tragar. – Deben saber que no tendremos noticas de Elena hasta que termine su misión en Estados Unidos. No he tenido noticias, porque al parecer la dirección que le ofrecí, la dirección parece algo aislada y con difícil acceso. Así que esta reunión será entre nosotros 5.

Todos asintieron.

- Para meterles al tanto correctamente de la misión en Dubái junto a Asami Ryuichi. – Este toma una tableta con todo el informe escrito. – Un cargamento dividido en 2 contenedores fue robado en París hace 3 semanas. Giovanny Detroit organizó una reunión de emergencia para informarnos de la situación.  – Dio una corta introducción del porqué se fue. – Me designé voluntario junto a Asami Ryuichi para recuperarlo: el cargamento se dividió entre las Ciudades de Nantes y Nice. Y gracias a algunos socios logramos descubrir que el cargamento que se fue en Nice partió a Dubái junto al primer cargamento. De ahí fue que mandé a David Hernández Da silva. – Comentó interrumpiendo su lectura, levantó la cabeza y vio a Jason. – Por cierto, cómo está él?

- Está mejorando. Salió en la mañana de compras y ahora está dormido, está aún mal y el cambio de horario sigue sin adaptarse.

Este asintió con la cabeza para seguir leyendo el informe.

- Bien, en donde seguía… Ah. – Luego de ir a Dubái, descubrimos que los cargamentos serían vendidos en una subasta en el Burj Al Arab Jumeirah. Había un solo comprador que logró convencer a dos ratoncillos en comprarlos. Uno más caro que otro… No sé por qué: pero el costo total fue de 500 millones de dólares.

- Puta, qué ofertón! – Exclama Jason. 

Reborn silbó. – Más caro no podía ser. Una súper oferta. 

- Siguiendo a los guardias que mantenían la compra, descubrí que este desconocido es llamado “líder” y que aparentemente conoce qué hay en el interior de esos contenedores.

- Por eso crees que uno fue más caro que otro? – Manuel preguntó.

- Es una suposición. No sé si el costo de la venta fue al azar o porque los interesados saben qué hay dentro. Ya mandé a investigar a los que participaron y los que debatieron en la subasta de los contenedores.  Veré si hay algún punto en común entre ellos.

- Es gracioso – Interrumpió Reborn. – Amil Adil era de Arabí Saudí, pero tenía muchos negocios en los Emiratos.

- Giovanny dice que los negocios y conocimientos de Amil, en cierto modo nos concierne a todos. – Dijo Ricardo.

- De todas formas, no sé si volver a Francia y hacer que suelte la sopa. Al recuperar el cargamento de las manos de Ramadolf nos pone en peligro nuevamente: por un “líder” que no tenemos ni idea, y que al parecer sabe qué hay ahí dentro. Por algo tanto dinero.

- Y qué tienes en mente?

- Por ahora… Estoy siguiendo mi instinto. – Se llevó las manos a la nuca. – Como le dije a Jason, siento que este líder puede que tenga algo que ver con Reyner. No sé por qué si no hay conexión directa, pero tengo un mal presentimiento.

Reborn cruza los brazos y una mueca de disgusto se dibuja en su rostro. – Cuando dices que tienes un mal presentimiento es porque tienes razón. Y eso no es bueno…

- Puede que la misión se complique. Pero ya metí las manos al fondo en el problema, no puedo dar marcha atrás. Ni mucho menos dejarle toda la carga a Asami Ryuchi. – Volvió a mirar tu Tablet. – Pero según el hombre que interrogué al final, dijo que esa persona nos tiene a todos por blanco para destruir. Así que tendré que meter en prioridad dos misiones.

- Cómo quieres que prosigamos?

- Quiero confirmar primero si hay algún tipo de relación entre el altercado del cargamento y Reyner.

Todos ahí no entendieron. Qué tenía que ver una cosa con la otra?
 
- Ahí te perdimos, Akihito. No todo lo que pase, tiene que ser obligatoriamente culpa de Erick Reyner. – Le corrigió Manuel.

- Solamente quiero averiguar. Es una intuición.

- Jayden. No…

- Espera, Manuel. – Dijo Reborn. – Pude que Jayden tenga razón…  Y puede que lo que dijo Makein mientras lo interrogaba, tiene sentido con su intuición.

- Es cierto, dinosaurio. – Bromeó Jason bromista. – No nos chismeaste aun lo que hiciste en Senegal con él.

Jayden dejó la Tablet sobre el escritorio y cruzó las piernas. – Reborn… vine de emergencia desde Dubái para que me cuentes lo que pasó.

El de patillas asiente. – Verás Jayden. Cuando me enviaste a Atlanta por secuestrar a Makein, descubrí junto al equipo cosas interesantes: desde un tráfico de narcóticos, lavado de dinero, tráfico de mujeres y de donceles. Todos rescatados, sanos y salvos y en curso de poderlos regresar a sus hogares. El dossier que mandé a pedir sobre él marcaba que era un antiguo socio de Adil y que él fue quien instaló el sistema de seguridad explosivo en los cargamentos.

- Cómo descubriste eso?

- Encontré en sus archivos mientras revisaba todo lo que había en su propiedad, encontré planos e instrucciones dadas en letra escrita. – Reborn metió una de sus manos en su saco y sacó un gran número de papeles. Los cuales se los entregó a Miller, recibiéndolos y uno a uno comenzándolos a leer. – Están las instrucciones de traslado firmadas por Makein y Adil, como un contrato.

- Conozco el contrato. Giovanny tiene una copia, me la enseñó cuando me nombró miembro de la organización, me pidió por igual firmarla. – Acuerda Akihito.

- Todos tienen una copia consigo.

- La mía está en Miami, por supuesto.

- Exacto. Mientras lo torturaba, logró confesar que le vendió cantidades enormes de explosivos a grandes narcos de Asia oriental. Creo que Mikhail Arvatof estuvo al tanto de un contrabando de explosivos para aniquilar a un sin número de enemigos de quienes hacían los pedios, por la calidad y eficiencia de Makein.

- Y confesó lo que más quiero saber…? – Jayden miró mucho más serio al mafioso de patillas graciosas.

Reborn le da un disco dentro de una caseta bien protegida. – Si te lo resumo antes de que lo veas por el… jugoso contenido… (Refiriéndose a la masacre que hizo en su tortura) Sí. Lo confesó. Dijo casi en la agonía que hace 1 año y medio antes del ataque en el tren donde estaban Sakura y tú, Makein fue fuertemente presionado por Erick Reyner, quien no conocía en ese entonces. Dijo que Erick lo sobornaba con entregarlo a la INTERPOL por narcotráfico y terrorismo de masa en bajo mundo. Así que le hizo una gran reserva de explosivos de largo alcance… no le explicó el propósito, pero dijo que los usaría en un futuro oportuno.

- Entonces Makein no sabía para qué Reyner usó los explosivos. – Comenta Jason.

Reborn asiente. – Sin embargo… Si recuerdo bien la frase la cual no olvidé me dijo “El chico estaba bajo presión de alguien. Quien estaba muy apurado”.

Akihito sintió una fuerte presión en su corazón. – Crees que está bajo las órdenes de alguien?

- Lo que me dijo Afgaa no concluye a eso. Pero no está trabajando solo. Más otra cosa puede que confirme tu intuición del robo del cargamento.

- Habla Reborn.

- Dijo que hace como un mes y medio que Makein recibió la visita de un tal Marcos Diésel, el asistente de Reyner, quien estuvo presente cuando compró los explosivos de hace 7 años. Ese chico le pidió una nueva copia de los planos de los cargamentos de Adil, pero que no eran para él… pero para un socio suyo.

- Socio?

Reborn solo asintió con la cabeza.

- Y no te dijo algo más? Algo que pueda ayudarnos?

- No. No dijo nada más…

- Con todo lo que dijo, podemos investigar más a fondo. – Dijeron Ricardo y Manuel en coro.

- Investigué a todos los hombres involucrados en el altercado cuando recuperaste el cargamento anoche… No encontré nada… Simples contrabandistas, que no sabían para quién trabajaban. Operaban bajo las órdenes de unos tercios. – Todd agrega.

- Y aún nada de los invitados de la fiesta, sobre todos los interesados en los cargamentos?

- Sigo en eso, pero no hay gran cosa que remarcar….

- Osea, es un paso sin nada. – El peli azabache comentó comenzando a frustrarse.

- No es exactamente un paso al aire, Akihito. – Jason lo consuela con una tenue sonrisa. – Confirmaste nuevamente una de tus intuiciones. Sabes que nosotros no confiamos en un instinto cualquiera pero TÚ INSTINTO… Nos demuestras que no te equivocas y que todo en ti busca coherencia. No te sientas frustrado por algo que no pasa rápidamente. Verás que a su tiempo encontraremos quien es este desconocido.

- Por ahora, investigaremos a ese tal Marcos Diésel y veremos qué encontraremos. Encontraremos con quienes se junta y descubriremos quién robó el cargamento. – Dice Ricardo

- Lo dejo en sus manos. – Dice un poco más aliviado Akihito, observando con una mejor sonrisa a sus tutores.

 

Más relajados y mucho más tranquilos, el equipo tomó mejores posturas en sus asientos más Akihito no hizo muchos gestos, ya que solamente recargó sus antebrazos de los soportes de su cómodo sillón.

La reunión contaría en los avances de la misión y qué es lo que harían luego. Empezaron a aconsejar al menor sobre sus pasos a dar en cuanto al rescate de Asami y meterlo a un lado para no peligrar su misión. Ryuichi era el principal objetivo y hacer que interfiriera podía ponerlo en peligro. Así que era más apropiado de avanzar rápidamente.

Un objetivo de sacar a Asami de ese lavado de cerebro infernal sería de encontrar el origen de ese lavado de cerebro: no precisamente Erick Reyner, sino la “bruja” que envenenó su mente y le impide darse cuenta de la realidad: que su esposo actual era falso y que si no se da cuenta antes, podría perder toda su parte de la organización y en parte la de Sakura podía caerse por razones de bienes familiares, era en parte bienes de herencia por parte de los padres de los primos. Parte heredada que ahora estaba en manos de Jayden y no podía permitir que el imperio de su marido se derrumbara.

Akihito les contó a sus hombres que posiblemente podría enamorar a Asami y hacer que se olvidara de “Akihito”, pero al mismo tiempo dolía pensar que Asami dejara de amarlo a él por otro… Pero ese que se hacía pasar por él mismo, no era él. Y Asami no se daba cuenta…

Era gracioso, porque ese otro era él mismo…. Era como volver a enamorarlo. Qué sería cuando Asami sepa la verdad? Dejaría de amarlo? A él que se hacía pasar por otro y abandonar esa promesa… “Te amaré solamente a ti”.

Pero era necesario…

 

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Club Sion -  22h15 – Tokyo/Japón

Ryuichi luego de haber llegado a de Dubái horas después de Jayden; fue recibido abiertamente por Kirishima y sus hombres, quienes le pidieron de llevarlo a su departamento, que por suerte Akihito no se encontraba en la estancia. Lo que era bueno, porque Ryuichi no quería verlo ni hablar con él. No sabía por qué, pero en su interior algo le dictaba no cruzarse ni hablar con él.

Era muy raro porque su mayor deseo de siempre cada vez que se iba de viaje solo, era de poder tener a Akihito en sus brazos, solo que después de un tiempo ese deseo ya no era el mismo; como un sentimiento de repelencia, de alejo… Algo que aún no tenía claro en su mente, pero su intuición le dictaba que había algo peligroso.

Desde que Akihito se volvó Yakuza, un sentimiento de inconformidad y desconfianza nació en él y sin saberlo. Akihito era transparente y claro como el agua, pero desde hace un tiempo que para él había una sombra y elementos borrosos por los cuales había de que preocuparse y mantenerse alejado.

Solamente tomó un baño, se cambió con un traje típico de 3 piezas a la medida, se arregló y se peinó de manera elegante. Buscó sus cosas perfectamente arregladas en su estudio y bajó del edificio donde lo esperaba Kirishima como siempre lo había hecho. Una vez en el auto se recostó y suspiró. Agradeció haber descansado en el avión, sino no podría trabajar conveniblemente.

- Kirishima?

- Si, Asami-sama?

- Hay mucho trabajo para hoy?

- Solo hay 2 reuniones programadas, algunos contratos que revisar y firmar; y una junta de accionistas. A parte de que ya le he preparado los documentos con lo que usted me había pedido de investigar sobre lo que pasó en los Emiratos. Están en un archivo en su oficina como usted me lo pidió.

- Literalmente, no tendré nada que hacer hoy a parte de investigar lo del incidente del cargamento.

- Así es, señor.

Asami no quería volver a su departamento, pero tampoco quería quedarse de perezoso en la casa. Pensó un poco en todo lo que vivió en sus últimos días y no dejó de sacarse de la cabeza dos cosas: su misión y su nuevo problema con nombre y apellido: Jayden Miller.

Si bien, desde que se despidió en el aeropuerto del americano no había vuelto a tener noticias de él; pero presumía que estaba bien, que tuvo un buen viaje y que ya estaba haciendo de su parte investigando sobre el presumo atentado y altercado. Aún no tenían pistas sobre la identidad de los ladrones y del “líder” que ordenó el robo. Pero estaba entre sus preocupaciones mínimas, porque en cierto modo no le concierne; pero notó que a Miller le interesaba de sobremanera el caso.

Si bien, comprendía a Jayden, por meterse en nuevos problemas y que no quería comprometerlo a él; pero trabajaron juntos en recuperar el cargamento. Ahora eran un equipo y estaban a bordo en el mismo barco; así que debían trabajar juntos para resolverlo.

Quería en el fondo volver a hablarle y verle… Aún tenía presente ese abrazo que le había dado y que le confunde sus sentimientos. Asami era un hombre de palabra y si le juró a su esposo amor eterno y fidelidad; cumpliría con su palabra. Pero empezó a dudar rápidamente de su palabra desde que vio por primera vez al joven mafioso, empezó a tener mucho más interés sentimental desde que conoció un poco más de él en el transcurso de su aventura y ese contacto tan íntimo como ese abrazo durante la balacera hizo que ahora se encontrara entre una encrucijada.

QUÉ LE ESTABA PASANDO?!

Si bien tenía claro que su relación matrimonial con Akihito se había vuelto monótona y hasta cansina. Con cada vez menos interés en el joven Yakuza y ahora que se cruzaban muy poco… empezaba a cansase. NI SIQUIERA SE EXCITABA!!!

Por qué con ese chico todo era diferente?

- Kirishima. – Ryuichi miró su celular.

- Dígame, señor?

- Necesito que me prepares un informe sobre Jayden Miller y todo su alrededor. Necesito historial completo, carrera, maestrías, negocios, aliados, enemigos, lo que le gusta y lo que no, alergias… LO QUE SEA. Pero necesito saber todo sobre ese muchacho. Pero quiero todo eso para hoy mismo, más tardar para esta noche.

Kirishima tragó duro, pero Asami centrado en su celular no se dio cuenta del gesto de miedo que tuvo su asistente.

- Sí, señor. – Respondió su subordinado y mano derecha. Tenía que avisarle a Takaba que Asami había mandado a investigar sobre él. Teniendo un cierto temor que llegue a saber sobre quién era él en realidad.

- También quiero que averigües dónde vive… Quisiera darle una visita sorpresa.

- Disculpe que le falte el respeto señor pero… - Kirishima dudó un poco en preguntar. – No cree que sería una mejor idea si usted le avise? Entiendo que pertenece al imperio familiar mismo si no porta el apellido; pero creo que no sería conveniente.

Asami estaba dudando si decirle su situación mental respecto al joven americano, pero tenía una necesidad enorme por desahogarse.

Asami empezó a contarle como si nada a Kirishima todo lo que ocurrió en París con el mocoso camino a su trabajo con Kirishima prestando completamente atención aún si conducía. El Yakuza comenzó desde que se vieron por la primera vez en el restaurante de la torre Eiffel, los momentos compartidos en el Restaurante, en el hotel donde ambos se habían hospedados poniendo bien el claro el detalle que Miller cocinó delicioso; incluso contó sobre la condición del chico: un magnífico doncel.

Kirishima estaba curioso, escuchando todo lo que Ryuichi decía y de la forma en que lo decía: estaba maravillado e incluso sintió que su jefe se sintió atraído por otra persona que no fuese su esposo. No sabía cuál era la razón; pero le aliviaba… Porque el fin de Jayden era que Asami se interese en él para alejarlo completamente de las garras de Erick y ponerlo a salvo.

Qué pasará cuando Asami recupere la entidad de sus recuerdos y todo vuelva a ser normal en él?

No quería imaginarlo, y de todas formas ese momento iba a llegar pronto.

Cuando llegaron a su Oficina, Asami aún continuaba en su relato conste a todo lo que pensaba y lo raro que resultaba para él, sentir ese sentimiento de fuego vivo y atracción total por otra persona que no fuese su esposo; la única persona en la vida por quién sintió todo lo que estaba reviviendo nuevamente. Estaba claro que eso se convertiría en amor futuro… Y muy en el fondo, no evitaría que eso sucediera.

Kirishima fue neutro, pero le aconsejó que dejara el tiempo pasar y ver en qué evolucionaban las cosas… y si esa sensación era un nuevo amor… De dejarlo fluir… quien sabe, quizá la felicidad NO estaba en Akihito y quizá estaba en ese joven, que parecía ser lo que a él le gustaba, con un poco de madurez por supuesto… pero era casi igual.

Cuando quedó solo en su oficina una ola de migraña volvió a surgirle, así que fue por sus medicamentos (los cuales fueron las píldoras que Jayden intercambió para aliviarle la migraña real y dejar de envenenarlo). Con un poco de agua y luego un expreso bien cargado que le trajo su asistente, quedó viendo la ciudad… Y sonrió inconscientemente por esa sonrisa.

- Jayden Miller… Ya tengo ganas de volver a cruzarme contigo. Y entender claramente lo que estás haciendo conmigo.

 

 

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Esa misma noche…

Erick Reyner, como buen actor de Takaba Akihito que era, se adentró por las instalaciones del club Sion como si fuera su casa como un perro rabioso. Todos los empleados ni siquiera se les pasó por la cabeza interrumpirle el paso, ya que sabían que cuando el esposo del jefe (que por desgracia igualmente era su jefe) estaba molesto, era mejor ni siquiera decirle hola.

Cuando estuvo en la oficina de Asami, este se encontró con Kirishima como obstáculo, pero ni el mismo asistente le fue rival, gritando eufórico lleno de furia le pidió a Kirishima de hacerse a un lado, por lo que tuvo que hacerlo, y abrió las puertas de la oficina de su marido, encontrándolo de lo más tranquilo leyendo el informe que Kirishima le había hecho sobre Jayden Miller.

Ryuichi solamente despegó su vista de los archivos sobre el mafioso americano y vio a su esposo acercarse, como si hiciera una rabieta.

- Cómo te atreves?!!! – “Akihito” dijo llegando hasta su escritorio y reposando las manos sobre la mesa, chocándola con agresividad.

- Primero se saluda, Akihito. – Contesta Asami sin inmutarse de la agresividad del menor, leyendo el informe como si lo de Akihito estaba en segundo plano.

- Saludo mis pelotas.

- Tus pelotas? Desde cuando son tuyas? – Ryuichi frunció el entrecejo, lo que sería el comienzo de una discusión que a él le disgustaba.

- Te crees gracioso?!! Entonces te largas sin avisar, vuelves sin avisar y te importa un bledo tu esposo? Ni me llamas, mi me envías un maldito mensaje?

- Pensaba que estarías ocupado. – Solo responde

- Ni siquiera me respondes las llamadas.

- Como vez, estoy ocupado. – Comenta, y por la primera vez sus dorados ojos de pantera se despegan de los archivos del americano, y miran molesto al menor.

- Y ni si quieras te tomas la molestia en saber si estoy bien? – Erick parecía medio paranoico. Desde el exterior Kirishima escuchaba la discusión y prefirió alejarse de la puerta; así enviarle un texto a Jayden Miller; quien en un futuro sería el problema matrimonial entre esos dos.  

- No tengo tiempo para discusiones inútiles. Además, para cómo te veo, estás excelente.

- Dónde estabas? – Preguntó abruptamente, cambiando el tema para volver a interrogar a Asami.

- Te tengo que dar explicaciones de a dónde voy ahora? – Frunció más el entrecejo.

- Te fuiste disque a París y la tierra te tragó. – Ignoró completamente su pregunta.

- Quise darme un descanso, es mucho pedir?

- Descanso de qué mierda Asami? – El rubio pareció perder los estribos.

- Te tengo que dar explicaciones?! – Volvió a preguntar.

- Eres una basura, Ryuichi. Te desapareces y vuelves como si nada pasa. Pasaste una semana desaparecido saber Dónde, no me llamas, no sé de ti, Kirishima regresa sin ti; vuelves como si nada y te importa un bledo; y no se te ocurre por lo menos enviarme un MALDITO MENSAJE?

- Lo que haga, no es asunto tuyo.

- Estamos casados, te recuerdo. Tengo derecho a saber qué mierda haces?

- Acaso en nuestro pacto matrimonial eso estaba escrito? Porque no lo recuerdo.

- Te crees gracioso?

- No, pero no entiendo el porqué de tu agresividad. Si sabes que cuando me voy sin avisar, simplemente lo hago. Y no te tengo por qué dar explicaciones. – Asami vuelve a mirar los documentos referentes a Jayden, como si Akihito fuera un segundo plano; lo que hizo enojar mucho más al chico.

- Con quién estabas?

- Acaso importa? – Asami suspiró pesado, cerró el archivo y prefirió discutirlo con el menor, para que se largara y pudiera leer los archivos tranquilamente.

- Claro que importa!!

- Ahora estás celoso, por saber con quién estoy? – Dice mientras guarda los papeles y cruza los brazos.

- Entonces confirmas que sí estabas con alguien.

- Si, lo estaba.

- Con quién estabas?! – Volvió a preguntar.

- No es asunto tuyo, Akihito.

- ES MI MALDITO ASUNTO PORQUE RES MI MALDITO MARIDO!!!

- No me alces la voz. – Asami ni se alteró, solamente respondió calmado, pero empezaba a perder la paciencia.

- ENTONCES RESPONDE.

- Estaba simplemente cumpliendo algunos negocios con unos socios en Francia y decidí de tomarme un descanso. No he tomado ni un solo maldito día libre en 3 meses, Akihito. Necesito descansar. – Asami estaba molesto, y un aura asesina emanaba de su cuerpo, aura que Erick empezó a sentir, y por la segunda vez en su vida, sintió ese temor…. Ese temor al Enfrentar a Asami Ryuichi furioso y en cólera.

Ryuichi rodeó el escritorio y se acercó peligrosamente a ese quien se hacía pasar por su esposo, y Erick por intuición o por terror, dio varios pasos atrás buscando alejarse.

- Por la primera vez Akihito, voy a pedir que te calles, que dejes los gritos y que pro la primera vez en todo este maldito tiempo que tenemos casados, de dejarme en paz. Tú tienes tus malditos asuntos por un lado y siempre me pides te espacio, así que por favor, DAME MI ESPACIO TÚ TAMBIÉN. – En ese instante, él subió la voz siendo casi un grito. - Quedó claro? – Esta vez dijo, bajando la voz a lo normal.

Reyner tragó seco, incómodo y confundido. Era la primera vez que Ryuichi se le revelaba, y por su propio bien, creyó que era bueno obedecerlo por lo menos esa vez. Agachó su mirada y con el rabo entre las piernas, no dijo nada más y se retiró, apretando los puños.

Lo que Ryuichi vio y escuchó fue el fuerte puertazo que Akihito le dio a la puerta después de cerrarla tras él y retirarse. Tomó una fuerte bocada de aire, después expirarla y llevarse las manos al rostro. Estaba cansado de toda esa mierda. Volvió a su escritorio y se sentó elegantemente, volviendo a estar en paz.

Miró su anillo matrimonial y con su pulgar empezó a jugar con el mismo; lo observó fijamente, como si en ese momento ese anillo le molestaba. Pero no se lo quitaría, por todo ese tiempo en matrimonio jamás se lo había retirado, más los problemas que pasaba con Akihito le estaban incitando a quitárselo. Y por la primera vez en su vida desde que se casó, empezó a pensar que su matrimonio con el menor quizá fue un error.

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- Estás seguro de eso, Kirishima? – Jayden preguntó impresionado desde el otro lado del teléfono desechable con el que hablaba.

- Sí. Estaba colérico y furioso. Entró haciendo escándalo e interrumpiendo su tranquilidad. Creo que incluso le escuché alzar la voz. Algo de “darle su espacio a él también”. – Responde el asistente de Ryuichi.

- Perfecto.

Kirishima al teléfono estaba escondido con la puerta entre abierta en su oficina, mirando a la puerta del despacho de su jefe. En donde vio al menor salir y dar un fuerte portazo a la puerta, pareciendo un volcán a punto de entrar en erupción, no pareció mirar a ningún lugar y simplemente salió de la zona.

- Eso fue un portazo? – La suave risa del menor mostraba burla.

- Sí. – Asiente el de gafas. – Erick Reyner acaba de abandonar la oficina de Asami-sama hecho una furia. Está hasta rojo de la cólera.

- Es un punto a favor para nosotros. Hay que separarlos para que pueda mejor apartarlo del peligro. – Miller dice de lo más tranquilo desde el otro lado del teléfono. – Sígueme manteniéndome informado de lo que pasa entre ellos Kirishima, no te los quites de vista.

- Entendido.

- Y Kirishima… - Akihito soltó un suspiro de alivio. – Gracias por informarme. Vigílalo.

- A sus órdenes. Quiere que hagas algo más?

- Hai… Quiero que me hagas este favor…

- Estoy escuchándolo. Dígame.

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Los toques en la puerta hicieron que Ryuichi bajara de su mundo de ensueño, aun jugando con su anillo y pensando en sabrá qué cosa. El mismo Yakuza de ojos dorados conocía inconscientemente los toques de Kirishima, así que le dijo que pasara.

Su asistente se adentró e hizo una reverencia, antes de llegar a su escritorio y ver a su jefe mirar a la ciudad con una mirada que este reconoció: preocupación y confusión.

- Asami-sama. He conseguido la dirección del edificio en donde se hospeda Jayden Miller-sama.

- Sabes Kirishima… - Asami habla de golpe mirando aún la oscura ciudad. Este le mira impresionado y curioso. – Siéntate.

- Como ordene. – Este obedece, teniendo en cuenta que la búsqueda sobre el hogar del americano sería un asunto para más tarde. – Dígame, señor?

- Has estado a mi lado por más de 20 años. – Asami cruza los brazos, y voltea su sillón para poder estar frente a frente a Kirishima. – Has estado a mi lado en todas las acciones y decisiones que he tomado en mi vida. Estuviste en mis mejores y peores momentos.

Kirishima solo asiente.

- Sabes que no es con todo el mundo que llego a expresar mis emociones. Y sabes que cuando algo me perturba, me pone nervioso y deshace mi tranquilidad.

El asistente vuelve a asentir.

- Kirishima… Crees que… Después de todos estos años…. Me he equivocado con Akihito? 

Notas finales:

Y bien? Qué les paree? 

A partir de ahora es que el drama va a dar comienzo. Y si tienen dudas sobre cosas que aún son algo sombra para ustedes, no duden en dejarmelo en los comentarios. Con gusto respondo a sus dudas chicos. 

 

Sin mas.. 

Chao Chao


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