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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Chaossu!! Im back con un nuevo capítulo. 

Seeeh no se pongan a pesar que "ya publicó dos, no vamos a saber de ella por otro año más", pero no es así. Etaré publicando mucho más seguido y más ahora que tengo el resto de la trama completada mediante el paso del tiempo que leía el manga. 

Luego de cuadrar más episodios, releo una y otra vez lo que hice en el inicio para que todo tenga cuerencia. 

Verán que lo del robo del cargamento tiene un fin fundamental en la historia y no es porque solo sea un capítulo más. 

Atención: Los personajes que aparecerán en este episodio son propiedad del anime: Katekyo Hitman Reborn y You're my Loveprize in Viewfinder, los cuales a partes de los OC no me pertenecen. Todos pertenecen a su respectivo autor. 

 

SIN MÁS!!! SUELTALE CHACHARA!!! 

- Que Asami se te reveló? Ahora que sigue? – Marcos estaba burlándose al ver que nuevamente, después de 4 años su amigo Erick estaba comenzando nuevamente a perder el control de la situación y ahora todo se le estaba yendo en su contra.

Erick estaba dándole vueltas al asunto, estaba caminando en círculos en la oficina de Ryuichi luego de haber regresado al apartamento hecho furia. Rompió unos cuantos muebles en presencia de Marcos a quien había llamado después de salir colérico del club Sion para explicarle la situación y ver qué se les podría ocurrirles; pero no tenían nada en ese momento.

- No lo sé. – Dijo cruzando los brazos. – No sabemos nada de Makein… Sino lo volvería a presionar para que me dé más explosivos, los instale en donde sea donde viva ese maldito americano de mierda y le explote los huevos por venir a joderme ahora.

- Lo dices como si fuera así de fácil. Pero estoy haciendo todo lo posible para encontrar por lo menos el resto de su cadáver.

- Lo quiero vivo, Marcos. VIVO!!! – Dijo alzando la voz.

- Estás pidiendo demasiado. Qué no viste el video de las cámaras de seguridad? Qué no viste lo mismo que yo?! A Reborn Di Arcobaleno? Con la fama que tiene ese sicario, no dudes que encontraremos por lo menos un ojo De Afghaa tirado por el prado con plomo en él.

- Joder!! Qué no se suponía que los Italianos y los americanos no se llevaban?

- Leí por ahí que Jayden Miller logró establecer tratos de confianza y nuevas alianzas con la familia Vongola. Esa mafia que controla Sawada Vongola Tsunayoshi, la mafia que controla toda Italia, Reborn solamente entrena a los capos que él considera en su criterio apropiados para estar en la cima, y el Miller estaba en sus estándares… Desde ese entonces permaneció a su lado como capo, pero también como su 4to tutor personal.

- Porquería de mierda… Solo eso me faltó. – Rechinó Reyner y rechinó los dientes. Este se sentó por fin en el escritorio, acción que Marcos agradeció porque su amigo lo estaba mareando.

- Si Makein no ha hablado todo bien, pero no pararemos la búsqueda. Solo que no hay garantía de que lo encontremos vivo. La masacre que hicieron esos americanos con sus hombres fue desagradable, y todos conocen la fama de ese tipo: le gusta torturar a sus enemigos hasta que mueren de la agonía y el dolor.

- De solo escuchar rumores ya estoy nervioso. – Suspira. – Pero dime marcos… Investigaste ESO que te pedí?

Marcos puso un semblante más tranquilo y satisfecho. – Si es referencia a la frase que te dijo la guardiana de Miller, en la fiesta de Gamma…  De que quizá los cuerpos de Takaba Akihito y Asami Sakura están desaparecidos, puedo darte la certitud que si están muertos. Kudora no los integró en los reportes de las autoridades oficiales… Pero en el reporte oficial: faltaban algunos cadáveres. – Diésel tomó unos papeles y los leyó. – 5 cadáveres. 2 dónde somos nosotros, 1 que no se sabe aún y 2 cuerpos que al parecer saltaron por el tren segundos antes de la explosión.

- Deben ser ellos. Murieron al saltar?

- Según una autopsia del hospital de Aomori, un pescador encontró mal heridos de muerte a 2 personas: un hombre y una mujer… de la misma edad. Con quemaduras de 3er grado. Camino al hospital ambos fallecieron por las heridas, ya que las quemaduras llegaron a puntos vitales; por lo que no sobrevivieron.

- Cómo descubriste eso?

- Cuando Kudora Shinji descubrió vidrios en las vías hizo una investigación privada junto a la fiscalía de Aomori.  Interpretó que pudo haber gente que saltó del tren y puede que los encuentre en algún lugar. Más llegando al hospital: un forense dio con 2 cuerpos en la morgue. Explicó lo que le dijo el pescador y se practicó una autopsia que duró unos cuantos años en dar resultados: Takaba Akihito y Asami Sakura. Por supuesto, como nadie reportó los cadáveres, se enterraron en Aomori. Pero Kudora quiso quedarse con el secreto… Así que Kudora y el fiscal encargado pidieron guardar esos hechos como un secreto confidencial. Obviamente como amenazamos a Kudora con esas investigaciones, no dio conocer nada a la luz. – Paró de leer y miró a Erick.

- Mejor así. – Dijo Reyner quitándose un peso de encima. – Es bueno saber que esos dos si están pudriéndose en el infierno. Nomás faltaba que estuvieran vivos.

- Así puedes dormir en paz. – Marcos cruzó los brazos. – Al parecer intentaron ser tercos y luchar, más no lograron sobrevivir por el alcance de la explosión.

- Si hubieran sobrevivido hubieran vuelto a recuperar a Asami. Aún me es extraño… Por qué luego de tantos años es que ese tal… Jayden Miller se aparece en mi camino.

- También estoy metiendo mis narices en eso…. Pero no he conseguido nada.

- Investígalo bien… Quiero acabar con esa escoria. De paso también tengo que deshacerme de los 8… Desde los tutores, incluyendo a Reborn. Mickhail Arvatof y Fei Long…. Y por último ese idiota. Antes de que el jefe se altere y tome cartas en el asunto él. No me gusta que se enoje… y como perdimos el maldito cargamento, se encabronó aún más.

- Trataré de entretenerlo con recuperar nuevamente el cargamento.

- Y ya descubriste que hay dentro para que se interese tanto en él?

Marcos asiente y tragó duro. – Te vas a quedar en shock cuando te cuente….

- Y bien…? – Erick se puso muy tenso, y se apoyó del escritorio para estar mucho más cerca de Marcos y escuchar lo que tiene que decirle. - De qué se trata?

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- Entonces… Al final si investigaron….

- Fueron y sobornaron al forense pocos días después de aquella declaración de guerra, la cual sigo considerando que fue muy arriesgada.

- Ella estaba perdiendo los estribos. Pudo haber arriesgado la misión.

- Era normal su reacción… Aún si ella también te enseñó, también es un punto débil que no pudo controlar… Es su vida después de todo.

Lo se… - Jayden cruzó los brazos mientras paraba de caminar entre los pasillos de su enorme hogar. Miró por la ventana de cristal a la ciudad y suspiró. – Han pasado 7 años… Nos intentaron matar. Reborn me hubiera matado si hubiera perdido la compostura, pero no lo esperó de Sakura. Por algo contactar contigo.

- No fue difícil crear la cuartada y pagarle unos cuantos Euros a los forenses.

Jayden se acercó al vitral y cruzó los brazos. Tenía la corbata floja y desarreglada. Quería estar en paz solo por ese día, pero como la misión comenzó ya no podía dar marcha atrás… Tenía que darle soluciones a los problemas que se presentaban.

- No puedo perder el tiempo – Susurró para sí mismo. Luego volteó y miró a su informante. – De todos modos, gracias por tu ayuda, Hibari-sama.

El mayor solamente sonrió y cruzó los brazos. – Es uno de los tantos favores que le debo a Reborn.

- Cuento contigo para ayudarme en algunas otras cosas. Aparentemente tú eres el más apropiado por ser un gran detective.

Reborn nunca bromeaba cuando se trataba de encontrar buenos aliados y Hibari Kyoya era la prueba viva de ello. Uno de los guardianes del líder de la mafia Vongola… El guardián que hacía las cosas a su manera… Incluso él y su esposo: Sawada Stunayoshi fueron quienes le “aconsejaron” que su físico fuera como el de ellos, y aunque a Hibari no le haya guatado mucho esa idea, decidió aconsejar el color de cabello y ojos de Akihito; que dio como resultado de perfil del actual Jayden Miller. Kyoya era el guardián que hacía las cosas libremente y nadie podía entrometerse… sino era “mordido hasta la muerte”.

Gracias a los pactos entre Vongola y los Asami; Reborn tenía a disposición los favores de la familia, y Hibari era a regañadientes parte de esos pactos; por lo que trabajaba a la vez para ambas familias de manera autónoma.

- Quizá ahora mismo Marcos Diésel esté contándole nuestra cuartada a su jefe.

Jayden asiente con la cabeza.

- Agradezco el favor que has hecho, Hibari-sama.

- Hmph. – Un gesto que solo hace el mayor de pelo azabache. – Tienen que tener más cuidado con lo que dicen y con lo que hablan. Puede que se metan en problemas.

- Tendré eso en cuenta. Lamento mucho haberte molestado con todo este lío. – Se disculpa algo avergonzado. – Supe del nacimiento de tu 2do hijo con Sawada-sama.  Muchas felicidades. Aún me siento incómodo haberte hecho venir cuando apenas disfrutas de su nacimiento.

- Luego de darte los archivos que quieres, iré de vacaciones para disfrutar de mi paternidad. No me lo pierdo por nada. Mismo si tengo que pelear con Reborn.

- Eso me alegra. Le enviaré a Tsuna un regalo de mi parte.

El mayor vuelve a asentir. – Tengo que investigar bien sobre lo que me has pedido. Al parecer es muy serio lo que me has pedido.

- Desplegué a todos para poder buscar el origen de este problema. Aparentemente puso en peligro a la octava generación Vongola, quien buscaba una posible alianza con nosotros, cosa que no pudo lograr.

- Aún sigo investigando eso junto a Tsunayoshi. Estamos pausados por el nacimiento de Haruki pero volveremos a reanudar las investigaciones cuando esté mejor de salud.

- Perfecto. Gracias, Hibari.

- Dile a Reborn que me debe otra pelea

- Se lo diré en cuanto lo vea. Sé lo mucho que te gustan las peleas.

- Según él dijo que aflojaste un poco tus habilidades. Así que muy pronto volveré a morderte hasta la muerte, Jayden Miller. – Dijo, y como de magia un par de tonfas estaban cada una en una mano. Lo que hizo que Jayden tragara seco del miedo. – Sabes que no soy tangible cuando se trata de eso.

- S..Si… - “Maldito seas Reborn… No más entrenamiento así. Por favor”

Hibari Kyoya fue un entrenador de pelea personal para Akihito cuando apenas estaba convaleciente del nacimiento de Annaisha y de todas sus operaciones que lo pusieron como “nuevo”. De solo recordar sus inicios de entrenamiento, le hizo flipar y que la espalda le picara. Kyoya era de comportamiento violento y no se controlaba al pelear, así que seguirle el ritmo y luchar a su par le fue una pesadilla.

Y con una leve sonrisa, el mayor se retira por el otro lado del pasillo dejando a Akihito nuevamente solo en el pasillo.

En silencio nuevamente volvió a mirar al exterior y apretó sus brazos.

- Tsk…

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Cuando Sakura le puso al tanto de todo lo que había pasado, no se lo pudo creer.

Recordaba bien cuando estaba postrado en esa cama, sin ver absolutamente nada… todo en negro… Solo escuchaba los lamentos de los médicos alrededor de él y a Sakura llorar desconsolada y decir entre lamentos que todo había sido su culpa; y que su deseo y avaricia por encontrarse con Erick Reyner nuevamente hicieron que alguien más pagara las consecuencias de sus actos. Muy en el fondo odió a Sakura con su alma por todo lo que había hecho, pero al mismo tiempo debía comprenderla.

Sakura le informó de su 5to mes de embarazo… Esperaba un bebé de Asami. Y era “una bebé”… Una niña que estaba en peligro en su vientre producto a los malos cuidados que se daba gracias al estrés del trabajo y las tentativas de muerte.

Akihito siempre supo que era un doncel, y con éxito guardó el secreto de Asami toda su vida desde que se conocieron. Recordó que su condición era el origen de las desgracias, de que no tenía más familia salvo su abuela. De padres sumamente religiosos y con la asquerosa manera de pensar del hecho de que existían hombres con la bendición de concebir vida humana, era una asquerosa aberración. Nacer con ambos sexos reproductores fue la peor cosa que pudo llegar a los oídos de sus padres por los médicos.

Sus padres lo echaron de su hogar cuando tuvo sus primeros ciclos menstruales a los 12 años.

Fue lo más doloroso que pudo vivir…

Agradeció al cielo que su abuela le diera techo, comida y amor. Un gesto que siempre se lo agradecería con el alma. Aquella mujer no se sintió asqueada por su condición: la heredó de su abuelo paterno después de todo: ese hombre dio luz a su padre, y como el mismo no soportó que haya nacido en un hombre, aborreció su manera de nacer y a la especie en sí.

Lo echó a la calle como un perro desamparado. Su madre le dio la espalda y su hermano… Su hermano se burló de él.

Tuvo que trabajar como un maldito esclavo a temprana edad para costearse sus estudios, ayudar a su abuela y pagarse un tratamiento carísimo, para ocultar su sexo reproductor femenino. Su condición de doncel… Aparentó ser un chico para la sociedad, pero muy en el fondo tenía el mismo pensar que su abuelo: que era una bendición.

Soñaba alguna vez poder dar a luz a un bebé, criarlo con amor y darle un buen futuro. Más ese sueño estaba demasiado lejos de ser real: cómo podía darle una vida de un sueño a un bebé cuando el mismo apenas luchaba para el pan de cada día?

Cuando conoció a Asami con su lado rebelde e independiente, con sus ahorros podía mejor costearse el tratamiento y hacer todo lo que estaba en sus manos para evitar que su amante que pasó a ser su esposo más tarde, descubriera su mayor temor. Temía que Asami tuviera ese pensar negativo sobre los hombres con su condición y lo aborreciera él también y lo tirara a la calle. Se reusaba a perder a la 2da persona en el mundo que le dio amor con ese miedo… de que él lo rechazara.

Escondió con éxito sus análisis, los costos de las prótesis, los exámenes biológicos… TODO!!!!! Logró esconder con éxito su más grande secreto. Más cuando se casaron y su mismo esposo tomó la iniciativa de querer tener un bebé con él, este le agradeció a Dios!!

No podía creerlo: descubrió que Ryuichi sí quería una familia con él y sobre su opinión sobre los donceles era honesta: “son seres humanos como cualquier otro, solo con una condición que puede ser mal vista, pero que es una bendición para los mismos. No le veo lo malo que un hombre pueda dar a luz al mundo”.

Sus palabras fueron una sorpresa para Asami al verlo llorar el día que hablaron de eso. Fue en ese entonces que vio a su médico para parar todo el tratamiento hormonal y las prótesis. Si bien, tener ciclos menstruales no era lo mejor, pero quería darle la sorpresa. No sabía ni cómo ni cuándo darle la noticia sobre su condición, más el temor de que Asami se enfadara por ocultarle algo tan importante le hacía dudar si verdaderamente dar el paso. Pero seamos honestos… Si Ryuichi le escondía un millón de cosas como esconderle la existencia de su propia familia; por qué él no podía hacerlo?

La realidad cayó dura cuando el médico y Sakura le anunciaron sobre su embarazo y su discapacidad. Estaba ciego de por vida, con enormes quemaduras que serían imborrables en su piel  y sin poder realizar su embarazo.

“TÚ ERES EL ÚNICO QUE PUEDE MATARLO”

En su mente visualizó aquel día, ese grito de desesperación y determinación en Sakura que lo bloqueó en una paradoja entre la depresión y la negación. Jamás pasaría por su mente que fuera capaz de salvar a ese que pasaba casi todos sus días sacrificándose por cada vez que se metía en un nuevo problema. No estaba a la altura, no tenía la capacidad, jamás estaría a la par…

Jamás podría salvar a Asami.

Por qué Sakura le saldría por semejante locura? Qué mierda estaba pensando?

Recordó esa conversación tan clara como el agua.

Estaba postrado en una cama en el jet privado que los estaba llevando lejos de Japón. No sabía a dónde iban ni con qué propósito. El médico que lo atendió dijo que era mejor que se quedara en observación, pero Sakura insistió que eran mejor desaparecer del país por el bien de todos. Estaba tomando un gran riesgo con sus heridas y su embarazo en peligro… Pero Sakura era optimista de que todo estaría bien y que podrían sobrellevarlo.

No la veía, pero sus otros 4 sentidos estaban más alertas que nunca. El dolor era una pesadilla y la vivía en carne propia. Las quemaduras lo hacían sufrir en silencio, y con todos los métodos terapéuticos que tenían a disposición lo hacían de manera “ignorar” el calvario vendado.

- No puedo creer que creas que puedo salvar a Asami.

- Eres el único que puede hacerlo.

- Me vez con cara de Yakuza?

- Sí… - Solo dijo. Sentía que la peli negro estaba al lado de él en un sillón, cruzada de brazos y piernas mientas lo observaba atenta. Si pudiera verla creería que ella se estaba burlando en su cara.

- No puedo creerlo. Me meto en problemas para que Asami ande detrás de mí para salvarme, y tú crees que yo puedo salvarlo a él? No me puedo proteger yo mismo y crees que puedo protegerlo a él?

- Sé que te entrenaste.

- Pero para lo básico. LO BÁSICO. BA SI CO! – Hasta se lo deletreó – No sé ni cómo tomar un arma, ni pensar como un maldito Yakuza. Apenas me estoy enterando de un embarazo que por tu avaricia no podré ver, hiciste que perdiera a la 2da persona en mi vida. Causaste que me arrebataran mi maldita vida, la vista, mi cuerpo es un maldito asco… Crees que discapacitado podré sostener un arma y matar a ese tal Erick?!

- Sí Akihito. Yo sé que tú puedes y haré lo que está en mis manos para que lo hagas.

- Y por qué yo?!

- Porque yo no puedo hacerlo… Nadie puede hacerlo. Estamos todos y cada uno de nosotros estamos acorralados. Ni siquiera Fei Long o Mickhail pueden hacer algo.

- Y no puedes elegir a otro?!

Sakura hizo una mueca de incomodidad.

- Sé que te he hecho pagar todas mis consecuencias Akihito. Yo…

- Explícame cómo mierda es que sabías de ese estúpido.

Sakura guardó silencio inmediatamente ante su palabrota. Nunca había escuchado a Akihito insultar… Lo máximo es “idiota” y se lo decía a Asami con mucho gusto. Pero nunca de ahí a decir “mierda”. Akihito casi ni se podía mover, pero estaba entre sentado y recostado, repleto de almohadas para que la posición estuviera lo suficientemente a gusto para que por lo menos no sienta tanto el dolor. No tenía vendas en la cara, pero muchas vendas en el cuello donde hasta ahí tenía quemaduras. Sus ojos tenían un antifaz por la reciente operación en la vista. Más eso no le haría recuperar la visión.

Sakura vio como el chico hizo un esfuerzo que en ese momento era sobrehumano, al levantar el brazo derecho y con mucha determinación llevárselos hasta el antifaz para quitárselo y abrir los ojos, sin ver nada, negro… nada cambiaría y nada lo hará posible. Sus pupilas eran blancas, confirmando la ceguera perpetua.

Con sus sentidos alerta, volteó a su derecha y como si la viera, sintió a Sakura ahí, cayendo de rodillas al lado de la cama y gritar.

Su corazón e estrujó al oír su llanto alto, era un grito desgarrador, horrible en ella. Estaba llorando de verdad, por lo que hizo, por lo que su avaricia y deseo de saber quién era el enemigo, hicieran que el más inocente de todos pagara todas las consecuencias. Quería que ella estuviera en su lugar, que la discapacitada fuese ella y no él, que estuviera en peligro de muerte y no él…. Que fuera ella la víctima y no él.

No podía verla pero la escuchaba y sentía empatía por su dolor. Quería llorar más las lágrimas no salían.

Pero se dejó llevar, e inconscientemente su mano derecha viajó a la suave melena de la prima de Ryuichi, y al tocarla, fue como acariciar nuevamente a su esposo. Y pensar que hace unos días había hecho el amor por última vez. Que pudo enredar sus dedos en la melena de Ryuichi y que con Sakura vuelva a sentir esa dolorosa sensación: de tener a Ryuichi tan cerca, pero a la vez tan lejos. Era como acariciar el tallo de las rosas, llenas de espinas que penetraban la palma de su mano quemada.

- Lo hecho, hecho está y hecho se quedará, Sakura. No hay marcha atrás….

Fueron sus palabras de consuelo, un raro reproche de la boca de Akihito que le hizo entrar en shock. Lo miró dolida, las lágrimas escurriendo de ese par de orbes dorados. Akihito no podía ver nada, pero estaba seguro que sabía muy bien en la posición la que estaba.

- Te he destruido.

- Pero dijiste que soy capaz de salvar a Asami… No? – Dijo mientras la soltaba y como pudo le extendió la mano. Y bien…? Cómo quieres que lo haga si estoy ciego? Apens sé lo básico para sostener un arma… Tengo mala puntería… Ni siquiera comprendo aún muy bien lo del bajo mundo

- Yo…

Ya vería lo que a Sakura se le ocurrirá. Así que le pidió amablemente tomar asiento en su lugar, se acercarse un poco más a la cama donde reposaba para que pudieran hablar.

- Sé que estaba en la ignorancia… Pero sé que tú sabías más cosas desde un principio, y lograste engañar a Asami para continuar tus investigaciones… O me equivoco?

Ella dolorosamente asiente con la cabeza.

- Hace 2 años, mientras celebrabas tu matrimonio con Ryuichi en el mediterráneo. Un evento terrible ocurrió en Arabia Saudí. Un socio mío me informó sobre un antiguo socio familiar que estaba en peligro de muerte. Su nombre era Amil Adil. – Ella miró a Akihito. – Estaba celebrando una fiesta donde habían grandes mafias internacionales involucradas… Entre ellas estaba presente el antiguo Líder de los Vongola… El “nono”. Más hubo complicaciones para llegar a tiempo a la fiesta… Y mi socio me informó sobre un tal Erick Reyner. Nadie lo había visto, ni se sabe de dónde era… Pero decían que era poderoso y peligroso. Más no logré llegar a tiempo y cuando lo hice todos fueron asesinados.

- Solo querían matarlo?

- No. Querían otra cosa…  Querían su tesoro. Un enorme cargamento dividido en 2 contenedores que poseían sus más grandes tesoros; asegurado con un sistema de explosivos que uno de sus subordinados mantenía para él. Pero no logró conseguir robar lo que quiso ya que logré impedírselo y solamente se fue con el logro de matar a Adil.

- Entonces, tú sabías quienes eran los canadienses.

La joven Yakuza asiente nuevamente. - No hice que llegara ninguna información de mis investigaciones a Ryuichi. Pero ante tu pregunta… Sí. Yo si sabía quiénes eran los canadienses. Más ellos en esa épica solamente eran una antigua mafia antiterrorista norteamericana pequeña en Canadá, que limitaba a los narcos de México, Argentina, Colombia y Venezuela; de poder expandir sus territorios entre Norteamérica y Europa. – Cruza los brazos y se recuesta. – Más nadie conocía el rostro de ese tal Erick… Y yo quería verlo para saber con quién me enfrentaba. Porque quizá pude haberme chocado con su organización alguna vez en américa.

- No por nada eres la líder de los Estados Unidos y el Caribe.

Ella vuelve a asentir. – Así es. Expandí nuestro imperio familiar cuando estaba muy joven. Pero me emancipé como Asami con mis propios proyectos. Osea que la verdadera organización de los Asami no está entre nosotros. 

Akihito no lo podía creer. – Entonces… Ustedes solo mantienen…

- El pulcro de nuestro apellido. Más no la organización. Sin embargo, varios bienes de herencia que no pudimos denegar de manera directa son de nuestros padres. Y un tercer familiar los custodias.

- Tercer familiar?

Ella asiente. – Es mi segundo primo y hermano mayor de Ryuichi. Asami Maxim.

Qué qué…?!!!!!

No lo podía creer…. Cuál era el problema de Ryuichi con presentarle  su familia?! Si no fuera por el canadiense jamás hubiera sabido que Asami tenía familia. Cuál era la razón por la cual Asami se esmeraba tanto en esconderle su familia. Ahora resultaba que tenía a un hermano mayor que él? Dónde estaba? Cuantos años tenía? Era así de parecido que Sakura y Ryuichi?

Muchas preguntas inundaron su mente, pero por qué Asami se esmeraba tanto en esconderle la verdad tras él? Qué sucede con su familia que hasta Sakura siente tanta inconformidad en hablar respecto a eso?

- Por qué ustedes no se hablan? Nunca he visto a Asami hablar con ustedes dos. Ni siquiera sabía de tu existencia hasta que comenzaron estos problemas?

- Es delicado… - suspira. – Cuando los 3 vivíamos en la misma propiedad. Maxim parecía esconder algo que ni yo y Ryuichi teníamos el derecho de saber. LA relación familiar entre los 3 comenzó a romperse y cada uno desconfiábamos del otro. Ryuichi y yo desconfiábamos de cada uno porque nuestros métodos como Yakuza y nuestra manera de pensar y actuar eran muy distintas. También porque nuestros métodos de saber la verdad no iban en la misma dirección… Y eso atrajo la desconfianza y enemistad. Así que solo Maxim se quedó en la propiedad principal y Ryuichi y yo nos fuimos. – Sakura miró al vacío, triste. – Nunca descubrimos ese secreto de Maxim, pero tengo el presentimiento de que es algo muy grave.

Ambos quedaron en un absoluto silencio, un silencio de ultratumba que por la primera vez desde que conoció a Akihito, a Sakura le dio algo de miedo e incomodidad. Quizá por eso Sakura sentía que él era el mejor candidato para acabar con Reyner.

- Por qué yo?

- Cuando te vi la primea vez… Vi algo en tus ojos que me pareció peculiar… - Sakura miró nuevamente a Akihito de forma fija, recordar esos bellos orbes lleno de vida y belleza y ahora… verlos blancos, opacos, tristes…. Si Akihito lograra verla, podría llenarse de tristeza al ver su dolor– Vi voluntad, vi fuerza y espíritu. Vi algo que nosotros mismos como familia no poseemos. Pero… Mientras pasaba el tiempo, pensé en que tú podrías ayudarnos con él. Porque no te ve como una amenaza, pero más como un obstáculo. Cree que no eres capaz de poder confrontarlo si Ryuichi deja un punto ciego al descubierto. Eres todo, menos lo que él cree capaz que puede detenerle.

- Y tienes un plan?

- … - Sakura quedó en silencio. – Si… Hay uno. Pero solamente tú puedes lograrlo.

- Y por qué yo?

- Si fuiste capaz de unir a las 3 organizaciones de bajo mundo más peligrosas y tercas de toda Asia… Estoy segura de que puedes hacer algo mucho más que eso….

Su mirada era alguien irreconocible… todo en él tenía múltiples marcas… Pero si ella decía que él podría salvar a Asami, entonces lo haría.

- Entonces… A dónde vamos?

- Haré que las enfermeras que pongan algunos tratamientos. Quiero…

- Se hará lo que yo diga. – La interrumpió abruptamente. Sus ojos se cerraron y volteó a otro lado, haciendo que Sakura se sintiera terrible, como si hubiera perdido la total confianza en Akihito. Pero lo comprendía… Su deseo acabó con el menor de una forma. – Me han robado mi vida… Yo haré lo que esté en mis manos para recuperarla… - Una de sus débiles manos viajó a su vientre para acariciarlo. – Tengo gente que salvar y proteger… Por algo, no quiero que estorbes. Solamente colabora. Te vuelvo a preguntar… A dónde vamos?

- Vamos al Himalaya. – Respondió. – Supe de un gran científico que podrá ayudarte a ponerte óptimo. Sin embargo…

- Yo me haré cargo. – Cruzó los brazos. – Crees que pueda caminar siquiera?

- Si. En el hospital has guardado reposo. Según lo que dijo el doctor que te atendió, puedes caminar…. Pero el dolor por las heridas será inaguantable. Puedes hasta morir del sufrimiento y la agonía.

- No me importa. Haré que ese científico me cure de una buena vez. Y no quiero interferencias… Por la primera vez, no quiero a un Asami que se entrometa en mi camino. – Esa frase fue un golpe duro para Sakura. Si Asami la escuchara de seguro se enojaría por el cambio radical de su esposo. – Apártate. Déjame solo.

- En…En…Entiendo. – Ella se puso de pie, e hizo una leve reverencia. – Con permiso… - Solo dijo antes de retirarse.

Akihito volvió a quedar sumido entre la soledad y la oscuridad. El solo sonido de los reactores del jet se escuchaba y por ende su respiración se escuchaba a penas.

“No puedo creer esto…” – Pensó en silencio, y puso ambas manos a descansar sobre sus piernas. Notó que sobre su brazo izquierdo estaba conectado a una intravenosa, así que con la poca fuerza que tenía y con ayuda de su intensión, logró arrancársela. Cerró sus ojos al sentir un fuerte dolor en la cabeza, y esa extraña sensación de que todo le quema indagó en su piel. Sentía ira, sentía dolor… Sentía todo lo que nunca deseó sentir en su vida: y por último sintió ese abandono y soledad en la que Asami se esmeró en quitarle a su manera.

Se sintió abandonado… Se sintió solo… Se sintió olvidado.

 

“Tú eres el único que puede salvarlo”

 

“Con que solo yo puedo…” – Pensó para así.

Cómo que solamente podía hacerlo él? Ni en sueños creería que podría convertirse en alguien digno de proteger a Asami. Con solamente ver el trabajo de sus hombres, fieles y leales; dudaba de sí mismo. Ryuichi no confiaba en mucha gente, ni mucho menos le entregaba subida a cargo de una persona. Ryuichi se muestra firme ante las adversidades y no le teme a nada. Siempre arriesgando su vida para salvar sus propios intereses, y estaba él. Asami es un hombre duro y firme que era capaz de todo con tal de hacerse respetar y dar claro cuál era su posición en el bajo mundo.

“Lo dudo…”

Estar a la altura de Ryuichi era imposible. Jamás podría tomar un arma y poder dispararle a alguien. Era solamente un mocoso incapaz de hacer algo…

Apretó los puños.

- Tsk…. Asami…

“Lo amo… No quiero perder al único hombre que me ha hecho entender el amor de una y mil maneras. Su forma corpulenta y su manera tan poco ortodoxa de resolver los problemas. Pero en el fondo aprendió a dar con él y ver más allá que aun manipulador, idiota, bruto, fuerte, odioso, avaricioso, poderoso, oportunista… Dentro de millones de cosas negativas se esconde un hombre amable y adorable a su forma, que le mostró la vida y el mundo. Me salvó de la soledad y me hizo demostrar que puedo hacer temblar el mundo si quiero” – Aprieta los puños. – No puedo perder al amor de mi vida…

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Sakura estaba dormida horas después de haber hablado con Akihito. Tenía lágrimas secas del llanto silencioso.

- Así que vamos a Himalaya… - La conocida voz de Akihito puso todos su sentidos alerta, despertando rápidamente. Cuando se puso de pie a la defensiva vio a Akihito sostenido de un bastón y de una enfermera.  

- Akihito… No puedes caminar por ahora…

- No me discutas… Hace rato tú misma me dijiste que así, así que no te contradigas para quedarme ver como un estúpido - Akihito aún con los ojos cerrados frunció el entrecejo. – Dime… Cómo se llama ese científico?

Sakura lo vio triste, estaba algo deprimida por lo que le hizo, pero Akihito era mordaz… Parece como si un nuevo Takaba Akihito despertó un ser interior.

- Su nombre es… Verde…

Cuando llegaron a ese aeropuerto privado, quien los recibió fue Ricardo Kotomine quien era su mano derecha. Un hermoso hombre engañoso de unos 29 años, unos años mayor que Sakura, que parecía ser mucho más joven que todos… De una melena bella y salvaje de color blanco, piel morena y ojos plateados. Parecía tener una gran creencia religiosa, ya que parecía un peculiar sacerdote, pero para Sakura era el hombre más confiable y peligroso que pudo haber conocido en su vida.

Cuando bajaron del Jet todos bien abrigados, Kotomine cruzó los brazos algo irritado estando justamente al frente de las escaleras.

- Hacerse los muertos, Sakura? – Ricardo le iba a hacer una escena. – En serio?

- No empecemos a discutir, Ricardo. – Comenta la Yakuza una vez en frente de su asistente.

Su mano derecha simplemente suspira, mira a todos bajar y queda impresionado al ver a Akihito, con un antifaz. Obviamente aún no se le había informado de la gravedad de las heridas de Akihito, más estaba al tanto de los eventos acontecidos en Japón. Con toda la ropa cálida que tenía el rubio, no podía ver nada… pero las muecas en su boca exponían que estaba atravesando por un dolor inexplicable.

“Pobre chico…” – Pensó el peli blanco. Más miró a Sakura frente a él. – Aún no apruebo esta solución. Manuel me explicó el peligro en el que te expusiste con tal de ver quién era ese tal Erick Reyner. No creí que las consecuencias fueran catastróficas.

- Es mejor que nos hagamos los muertos, así no nos buscarán y no nos encontrarán.

Todos avanzaron entre la nieve y las heladas ventiscas hacia la terminal privada, la cual no era de ellos. Y cuando ESA familia se diera cuenta de que habían intrusos en ella, irían inmediatamente a la ofensiva.

- Están ellos aquí?

- Es cuestión de tiempo. Ya localicé su laboratorio y veremos ahí como convencerlo para curar a Takaba Akihito.

- Fue más rápido de lo esperado. Pretendía esconder a Akihito aquí por lo que queda de su embarazo. – Sakura mira como el personal médico avanzaba con el chico hacia una sala privada, para tratar con él.

Cuando ambos quedaron solos en el exterior, Sakura miró a las montañas, tuvo un presentimiento de ser observada. – Ricardo… He pensado que… Es Akihito quien debe encargarse de esto.

- Estás bromeando, verdad?

- No. Es mejor que yo esté a su lado. Mis métodos son muy notorios… Pueden descubrirme y dar con que estoy viva… podrían atacarme y matar a Ryuichi en el proceso.

- Osea que…

Sakura voltea seria y mira a Ricardo. – Haremos que Akihito sea quien herede mi parte del imperio. Que se convierta en Yakuza y por él mismo el líder de la mafia americana…

Ricardo quedó en un silencio que a su jefa le pareció incómodo, y la mirada desaprobatoria de su mano derecha confirmaba que Sakura tendría que darle muchas explicaciones sobre el proceder. Más el frío que le helaba hasta sus huesos no le permitiría explicarse correctamente.

Caminó hacia el interior del aeropuerto acompañada de su asistente, que la seguía molesto por sus recientes decisiones. Manuel le explicó más o menos lo que estaba pasando y lo que sucedió. Más Sakura parecía ida y hasta podría decirse deprimida, y cuando se detuvo para ver al esposo de Asami, las lágrimas escaparon de sus ojos.

Ricardo sabía bien que de los 3 Asami restantes, Sakura era la más sensible de la familia. Era fría, sí. Pero también tenía ese lado cálido que a todos les agradaba y la consideraban digna de ser la jefa de la organización. Fue entonces que observando al doncel vio todas las vendas, algunas sangraban por los recientes movimientos desde que salió de la aeronave y notó la gravedad de la situación y del por qué la desesperación de encontrar al científico loco de cabello verde que le daba miedo.

Si bien Verde era un hombre espantoso cuando se trataba de tratar con seres humanos, más cuando hacía sus cosas las hacía perfectamente, y si Sakura lo buscaba desesperada era para salvar a Takaba. Más entonces, no entendía muy bien su fin.

Verde di Arcobaleno era un miembro de una famosa familia que lideraba la mafia italiana: la familia Vongola. Una mafia compuesta de grandes alianzas en Italia, con hombres poderosos que con solo nombrarlos, muchos temblaban de miedo. Y entre todos, estaba ESE hombre que todos hablaban: Reborn di Arcobaleno, un hitman que se ha descargado cientos de familias y organizaciones él solo, solamente por estar en contra de los ideales de su jefe: Sawada Vongola Tsunayoshi.

Actualmente, mismo si Sakura buscaba una manera de aliarse a ellos, Los italianos no querían saber de los americanos por asuntos del pasado por generaciones que no tenían nada que ver con ellos, pero que hasta hoy seguían guardando represalias.

Era cuestión de tiempo que esa gente se diera cuenta que ellos estaban tras su médico/científico para pedir a cambio de favores, salvar a ESE quien quizá podría salvar a todos. Porque si estaba bien claro, era que los Asami estaban colgando de un hilo, y quizá los hermanos Asami no se daban cuenta. Si caía un pilar, podrían caer los 3 juntos. Si bien, para todos Sakura estaba muerta, pero Sakura ideo un plan de emergencia en ellos.

“Pongan a Jayden como jefe inmediatamente. Así todo continúa. Más tienen que operar ustedes. Díganle a Jason que mueva el culo. Él aún es muy joven…”

Ricardo y Manuel no estuvieron de acuerdo con ese plan de poner rápidamente al poder a un niño. Pero era para no poner en peligro la organización desde la cabeza y todo pueda seguir operando “normalmente” y no en el caos. Asami no podía recibir las partes de Sakura y no tenían novedades de Maxim. Así que resignados tuvieron que atacar al plan.

- Sigo pensando que el pequeño Miller es muy joven.

- Es importante que haya un jefe en la organización mismo si esté de adorno. Es importante para mantener el equilibrio y no hacer escándalo… Podríamos empeorar las cosas desde nuestro lado con el gran número de enemigos que quieren mi cabeza. Solo hagan lo que les pedí. – Sakura no estaba como para que le den un sermón. Estaba agotada.

 

Cuatro días después de la llegada de los Asami, la ventisca que se instaló entre las montañas del Himalaya había Cesado, y grandes camionetas se dirigían hacia una en específica, donde muy escondidas entre ellas, se encontraba un enorme palacio que parecía antiguo y con el específico modelo de construcción chino. Pero ahí se encontraba uno de los científicos más conocidos en la tierra y que pertenecía a la mafia.

Debajo de aquel monasterio, todos bajaron bien abrigados. Sakura miraba neutral, apretó los puños y miró hacia atrás, viendo a un Akihito de lo más tranquilo, bajo los efectos de medicamentos para ignorar su dolor. Aún no entendía como era que estaba tan cuerdo, tanto que le dio miedo. Pero entendía  al chico. Era sostenido por Ricardo como un poco de apoyo para guiarse, más sus 4 sentidos sanos estaban alerta a cualquier evento.

Avanzaron, empezaron a subir al lugar y la tensión y presión comenzaban a aumentar a medida que se acercaban al lugar. No sabían si los Vongola ya estaban esperándolos con intenciones de exterminarlos. Akihito con lo poco que ha oído, supo que estaba en medio de una situación muy delicada y peligrosa; ya que ambas organizaciones no se llevaban bien desde generaciones pasadas. Pero su instinto y su corazón le dictaban que quizá todo podría salir bien.

Todos los de la organización estaban armados, atentos. Akihito estaba demasiado atento al escuchar el sonido tan conocido del metal de un arma. Se sintió curioso por querer saber si también Sakura estaba armada, pero era obvio que sí. Más ella equipaba algo más, sentía como si ella cargaba más metal que de una simple pistola.

Y era exacto, Sakura llevaba en su espalda un porta armas peculiar: ese porta armas para las armas blancas tenía dos Katanas, Dos hermosos sables con la empuñadura blanca como la nieve y el trenzado dorado, que significaba el color de los ojos de la familia Asami. El blanco significaba el color de su difunta madre que nunca conoció: porque según lo que supo de ella, fue que esa mujer era muy pura y hermosa; y en su honor la representó con ese bello color. En su mano era una simple arma de fuego bien cargada, avanzaba primero como la líder que era.

Una vez en el monasterio le pidió a su equipo desplegarse para vigilar el entorno, sin saber que ya sus “enemigos” los estaban esperando pacientemente. Sakura sentía algo de miedo, porque si algo salía mal era su fin y el de Akihito. Nunca se había sentido tan insegura de sí misma desde que condenó a Akihito hace varios días. Ya ni siquiera tenía idea de donde ponía los pies, pero lo daría todo para poder hacer que Akihito encuentre una salud “normal y más estable”. Si el menor se arriesgó por ella, ella haría hasta lo imposible para que él disfrute de lo que queda de su embarazo.

Al entrar, el lugar parecía simplemente abandonado, algo sombrío y tenebroso; y Akihito tenía la intuición de estar en peligro sin saberlo. No se iba a quedar callado.

- Sakura…

Todos pararon de caminar, y la joven Yakuza volteó hacia el joven ciego que era sostenido por Ricardo.

- Qué sucede?

- No sé muy bien dónde estamos pero… Siento que algo no está bien aquí. – Dijo.

La mayor respiró incómoda y miró a todas partes. Akihito tenía razón… Fue demasiado fácil para acceder a un lugar tan peligroso como el laboratorio de Verde di Vongola.

- Lo sé pero… No puedo quedarme de brazos cruzados. Y siento que solo ese científico chiflado puede atenderte.

- Sakura, no entiendo qué quieres sanar en mí. Estoy ciego para siempre.

- Estoy segura de que ese loco puede…

- Un científico loco? Quieres ponerme en manos de un maldito científico loco?

Sakura tragó duro, no debió haber dicho eso porque ahora la confianza con el menor disminuiría aún más a tal punto de ser nula.

- Él puede salvarte…

- Tú también quieres matarme?! Es eso?!!!

- NO! QUIERO REGRESARTE A LA NORMALIDAD!!!

- HAGAS LO QUE HAGAS, NO VOLVERÉ A SER NORMAL!!

El grito fue acompañado de una ola de dolor que hicieron que la Yakuza de ojos dorados temblara, por un millón de cosas que fueron todo, menos positivas. En el avión no le dijo sobre la naturaleza de ese científico: porque ese hombre era un enfermo desquiciado cuando se trataba de sus experimentos. Si todo lo que hacía y descubría salía bien, pero las consecuencias eran nefastas… Eran… Catastróficas a veces. Incluso sujetos humanos morían cuando se trataba de sus raras búsquedas.

- Estoy… Estoy segura de que sí.

- Pues yo no, vámonos de aquí. No voy a perder a mi bebé por avaricia tuya por que acabe con Reyner. Hazlo tú mejor.

- Akihito…

- No quiero ser el juguete de nadie!!! Estoy harto… HARTO!!! De ser siempre la víctima en todo lo que ustedes hacen!! Todos sus malditos problemas y yo siempre estoy en el medio, soy el que amortigua todo. En todo lo que hagan salgo involucrado…. Solo por amar a un hombre como Asami… ESTOY CANSADO!!! CANSADO DE TODO ESTO Y DE TODOS USTEDES!!! – Sakura lo miraba aterrorizada, en shock… inmovible. – TODO ESTO… MIREN CÓMO QUEDÉ POR TU MALDITA CURIOSIDAD!!!!

Ella agachó la cabeza y apretó el arma. Ricardo quien no decía nada solamente miraba a su jefa, con el cabello que le ocultaba el rostro, más el arma temblaba así como sus manos y su cuerpo, y no por el frío…. Sino por el enojo y la ira que sentía en ese momento, porque Akihito tenía razón. Todo fue su culpa.

- Ahora… Asami-sama… - Sakura tuvo una extraña sensación, similar a como si le hubieran disparado. – Vayámonos. Y mejor desenvuélvete para salvar a tu primo… solo quiero estar en cama.

Luego todo fue silencio. El viento y los extraños sonidos que ponían a unos cuantos hombres en alerta. Akihito estaba seguro de que estaba en peligro ahí, lo único que quería era ir a casa y disfrutar un poco como pueda de su estado de gestación. No podía creer que tendría un bebé de Asami y que ninguno de los padres la vería…. Porque mismo si Akihito daría a luz y viviera su infancia, ese horrible dolor de no poder ver de qué color es su cabello, el color y forma de sus ojos y la belleza de su piel. Nada se compararía a un dolor como ese….

Solo quería irse.

- Hermosa escena de película…. – Una voz entre grave y aguda de origen masculina; se escuchó en el monasterio abandonado, causando que todos se pusieran en alerta. Sakura estaba en guardia y miró a todas partes. Akihito tuvo miedo y por inercia una de sus manos viajó a su vientre, en un intento de protegerlo.

- Quién anda ahí? – Llama Sakura.

- Te preguntaría lo mismo. Pero el ver la pureza de tus ojos como los de un dragón, supongo que eres la Yakuza Asami Sakura… la hija de Asami Takeshi… Pero ni sé por qué decir: preguntar lo mismo, si desde que pusieron los pies en aeropuerto, pude reconocer su organización.

- Tu deber ser… Verde. Verdad? – Sakura

- Quien sabe. Puede que si? – Su voz era algo retorcida, que daba hasta miedo. Ricardo tomó a Akihito con la intención de protegerlo.

- Sal. Quiero proponerte un negocio… - Sakura fue de una vez al grano.

- Negocio? Y qué clase de negocio quieres hacer conmigo?

- Quiero que…

- Ah… - Verde no la dejó continuar. – Quieres que salve la vida de ese mocoso? – Akihito gruñó, pero aún estaba incómodo. – Me niego.

- Haré lo que sea… Pero necesito que salves a este chico. Por favor…

- No soy un doctor…

- He leído todo lo que has hecho. Sé que eres capaz de eso y mucho más… Por favor… Necesito que salves a ese muchacho. – Sakura insiste.

- Todas las desgracias que le han ocurrido a esta familia, son en parte culpa de ustedes… Cómo ayudarlos?

- Oi… - Una nueva voz salió en el lugar de manera física, a parte de Sakura y verde. La chica volteó y se encontró con un hombre aterradoramente hermoso: de cabello negro y ojos azul metálico. Bastante alto con un cotoso traje de 3 piezas de color negro, a excepción de su camisa, cual era purpura. También tenía una gabardina hecha de un material súper grueso negra al exterior y purpura también en el interior. – Qué están haciendo en nuestro territorio?

Sakura tragó seco. Conocía esa mirada que era aterradora. – Tu debes ser ese conocido “prefecto”… Hibari Kyoya.

- Oh… Así que conoces mi nombre… Entonces no hay que hacer presentaciones…. – Sakura no supo ni de dónde ni cuándo, pero ese sujeto sacó un par de Tonfas metálicas. – Los morderé a todos hasta la muerte por interrumpir en nuestro territorio.

Sakura sudó la gota gorda. Sentía miedo real ante el aura terrorífica que desprendía aquel mafioso italiano, que era de origen japonés. Rápidamente cambió su revolver por las katanas.

Akihito quien estaba en los brazos de Ricardo, escuchaba todo. Parecía que iban a pelearse, y escuchar metal y metal, sabía que Sakura portaba otra cosa aparte de armas de fuego. Algo en su interior le dictaba que tenía que parar a ambos antes de que todo se deteriorara. Más tenía la sensación de que había alguien más, y que esperaba el momento indicado para aparecer… Solo observaba.

Mientras Akihito estaba en su paranoia, miradas dorado y azul se miraban feroces. Sakura estaba en guardia con su katanas y Kyoya estaba listo para morder a la Yakuza hasta la muerte.

- Espero que se diviertan con él… - Habló verde entretenido desde las bocinas

- No he acabo de hablar contigo, verde. No he venido aquí a luchar. Solo vine hasta aquí buscando ayuda. 

- Por qué aceptar la ayuda de los Asami?

- Quiero reestablecer la paz entre las dos familias. Por favor….

- Reestablecer? Y por qué no hacer eso directamente con el jefe?

- Lo intenté… En serio lo intenté… Intenté salvar a Vongola Timoteo…

- Mientes!

- Dice la verdad!! – Gritó Ricardo.

- Por qué creerles?

- Por favor!! – Sakura estaba nerviosa, porque Hibari se estaba impacientando.

- Mátalos… Hibari.

- No me ordenes nada… Ya lo iba a hacer… - Kyoya calentando sus brazos, iba a dirigirse corriendo hacia ella, listo para atarla. Y Sakura estaba preparada para defenderse, preparando sus katanas.

Hibari estaba listo para dar el primer golpe con la tonfa izquierda, y cuando Sakura estaba preparada, alguien se interpuso entre ellos y recibió el golpe del hombre. Sakura estuvo en Shock al ver quién lo recibió en vez de ella.

Akihito fue enviado contra una pared. El grito desgarrador fue como explotarle a Sakura un riñón.

- AKIHITO!!!! – Gritó.

- Hmph… - Kyoya recobró la compostura, y vio al malherido que golpeó con fuerza. Vio vendajes en su rostro y dibujó una mueca de disgusto.

- AKIHITO!!! – Sakura corrió hasta él, tirando las katanas al suelo sin importarle nada. Solo quería socorrer al menor.

- No te acerques!! – Gritó el menor.

Sakura paró en seco, en shock, a punto de llorar. – No… Akihito… Por favor. POR QUÉ LO HICISTE?!

- CÁLLATE!!

Estaba en shock. No entendió cómo fue que el menor se le despegó de Ricardo, entonces volteó a verlo y vio que estaba inconsciente en el piso, con un poco de sangre en su frente y un fuerte morado. Concluyó que el rubio lo había golpeado para zafarse y sin saber a dónde iba llegó hasta estar entre los dos y ser golpeado por Hibari.

- Basta… Basta todos. Estoy… Harto de que me utilicen…

- Akihito… Yo no … - Sakura iba a decirle que no era así.

- QUE TE CALLES!! – Gritó el menor. – Estoy… harto. Harto de que me utilicen todos y yo sea el que pague todas las idioteces que hacen. Harto de que siempre sea a mí que me secuestren, que me torturen, que me golpeen, que me maltraten y me humillen. Estoy… cansado. Porque solamente soy la Pareja de Asami Ryuichi todos quieren verme como a una piñata. – Todos abrieron los ojos impresionados. Sobre todo Verde, Kyoya y la persona que miraba más alejado la situación, más escuchaba perfectamente.  – Siempre… Siempre soy la víctima, siempre soy el que necesita ser salvado, el rescatado, la garantía de todo… Basta con eso, por favor. Ya no puedo… Ya estoy quemado, estoy ciego y en gestación de un bebé que jamás podré ver en mi vida. Me arrebataron mi esposo, mi vida, mi maldita dignidad. Qué más quieren quitarme?

Todos quedaron en silencio, no se movían ni hacían absolutamente nada solo lo miraban a él fijamente. Vieron como Akihito se arrancó el antifaz y ambos vieron como difícilmente abría los ojos, y Sakura volvió a sentirse horrible. Agachó su mirada por la culpabilidad.

- Solo… Solo quiero… Solo quiero intentar volver a levantarme. Solo quiero recuperar mi vida. Solo quiero volver a tener a mi esposo a mi lado. Solo quiero volver a tener una maldita vida normal. – Y con las sensaciones, busca a Sakura. – Y solamente se te ocurre traerme con un maldito científico loco para que experimente con mi cuerpo y termine de matarme a mi bebé o a mí?! Estás loca?

- Científico… Loco? – Verde se sintió insultado.

- No quiero ser un muñeco vudú de nadie con quien quieran experimentar cosas… Solo quiero rescatar a mi esposo… Por favor. Solo quiero… Solo quiero saber si será niña o niño… Si el color de su cabello será castaño como su papá o rubio como el mío. Si sus ojos serán dorados o azules… Quiero ver sus primeros pasos, quiero que… Quiero que su padre la cargue, que la abrace… Verlos en una navidad, en un cumpleaños. Solo quiero… Seguir fotografiando, verlos juntos… Quiero dejar de ser débil, quiero dejar ser ese que secuestren siempre, que golpeen, que violen…

Unos elegantes pasos muy conocidos para Kyoya, hicieron que este bajara las tonfas y las guardara. Akihito ciego y distraído en sus deseos, no vio que unos ojos marrones y una melena revoltosa lo miraban con compasión y comprensión.

- Solo quiero… Solo quiero poder levantarme y… Y luchar… Luchar y no esperar a que me salven…

- Entonces… Haremos lo que está en nuestras manos para salvarte… Asami Akihito….


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Abrió los ojos lentamente y notó que seguía de pie al lado del ventanal. Se quedó soñando despierto desde que Kyoya había abandonado  el pasillo. Recodar esos momentos fue como volver a vivirlos en carne propia. Sus brazos aún seguían cruzados, y sus manos apretaron un poco más sus brazos, en los cuales debajo de las mangas de su traje, múltiples cicatrices de quemaduras escondía con recelo. Todos los trajes y atuendos que usaban, las mangas escondían siempre su más grande secreto. Ese que podría levantar las sospechas de todos…

- Vas a quedarte hasta el anochecer ahí parado?

- Te es un obstáculo? – Akihito sonrió pícaro sin ni siquiera voltear.

- No. Pero no veo apropiado que seas una estatua. Sabiendo que mañana vuelves a entrenar.

Akihito suspiró. – Y viendo que Hibari-sama está aquí… Será con él, verdad?

 Reborn tenía ratos observándolo divertido. – Por supuesto. Yo tengo trabajo que hacer, y desde que volviste de Brasil, estás muy blando. Hibari puede volverte a poner en manos.

Tragó seco. Eso significaba problemas. – Cuando Tsunayoshi-kun me propuso que me entrenara cuerpo a cuerpo con su marido, no creí que me el entrenamiento significaba “sobrevive mientras puedas”. Hibari-sama es un hombre muy violento y hasta muy fuerte.

- Pero le demostraste que eres digno de luchar a la par con él. Una de las condiciones que te propusimos para que trabajemos contigo, era que lograras como mínimo, arrebatarle una tonfa a él, más le quitaste las dos. Obviamente eso no le detendrá cuando se trata de luchar, pero le es un buen inicio. Él a su manera logra evaluar cuando alguien esté más o menos a su nivel. Y dice que tienes un gran potencial.

Akihito suspiró aliviado. Hibari era un hombre de terror, pero amable a su manera: distante, pero sensible a su forma. Volteó para encontrarse con el hitman.

- Estoy feliz. – La sonrisa hermosa de Jayden, le dio un pequeño calorcito al corazón del hombre de graciosas patillas.

- No por mucho… Mañana no me salgas con un cuento porque Hibari te partió la cara.

- Prometo salir… lo menos herido posible.

Reborn soltó una pequeña risotada, provocando a Akihito morir de vergüenza; porque era obvio que no saldría ileso el día siguiente.

- Hibari anda algo molesto porque Dame-Tsuna lo tiene en abstinencia. Así que te deseo suerte… - Y Reborn se marchó por el mismo camino que había tomado Kyoya mucho antes.

Akihito lo vio desaparecer cuando el asesino tomó el pasillo a la derecha como Kyoya hace un rato ya, quedando solo una vez más; contemplando la bella Tokyo al atardecer. De pronto se tornó serio y frío. Sus ojos azules miraron a un edificio en particular, el cual llamaba 100 por ciento su atención: el departamento de Asami.

- No descansaré hasta que mis katanas tengan tu sangre… Es una promesa.

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Atlanta – Estados Unidos – 23:30

Sakura miraba esa extraña mansión con curiosidad. Como si en lo más profundo de su pensar conociera ese lugar, más no tenía en claro ni cuándo ni cómo. Una extraña sensación de inconformidad atacó su ser y se sintió insegura de entrar a ese lugar.

Esa enorme mansión abandonada con un desing de un palacio de esos tiempos medievales, pero algo modernizada, se veía en el exterior el abandono, lo que marcaba que ya nadie vivía ahí. El acceso al lugar fue muy difícil, tanto que no podían venir en vehículos y solamente bajaron hasta ese lugar a pie, acompañada de 30 hombres nada más.

Ella estaba delante, mirando el lugar como si algo le incomodara en lo más profundo de su ser. Estaba insegura e indecisa de si pasar o no; y sus hombres detrás, todos bien armados observaban la casa con curiosidad, y al mismo tiempo miraban a su líder con preocupación.

- Señorita Jackson. – El sub-líder del escuadrón llamó la atención de la “rubia con ojos azules”, que llevaba dos katanas en su espalda. Vestía con una Franela gris y pantalones de mezquilla negros; sobre ella una chaqueta de cuero del mismo color que el resto de su atuendo con botas militares igualmente de cuero. Sus brazos estaban cruzados y su ceño fruncido solamente puso nervioso a aquel hombre.

- Tengo un mal presentimiento… - Susurra Elena, más suspira y mira al sub-líder.  – Entremos e investiguemos todo lo que pueda haber ahí dentro. Nuestro jefe cree que puede que haya algo aquí que pueda servirnos para nuestra misión, y si me la confió es porque estoy en capacidad de encontrar ese famoso secreto. – Ella miró a sus hombres y luego miró la propiedad abandonada. – Si ven algo raro comuníquenlo y si hay un intruso desconocido disparen a herir, pero no a matar.

- SI SEÑORA!!

Y todos como un escuadrón militar fueron uno tras otro bien armados hasta el interior de la propiedad, en una posición de avance y respaldo entre equipos. Se dividieron en cuatro y accedieron por diferentes partes de la propiedad luego de rodearla. Todo estaba oscuro, así que con linternas, cada uno se dio paso entre los escombros y desorden que había. La mansión parecía haber sido muy hermosa y costosa; no había que ser unos genios para ver que todos los muebles y decoración arruinados, fueron del mejor diseñador de la época, a saber cuánto tiempo tenía la mansión así.

Sakura y su equipo accedieron por el vestíbulo principal, encontrando diferentes accesos a lugares distintos. Las linternas de los otros equipos hacían comprender que no valdría la pena pasar por ahí. Todos señalaban que no había peligro… más Sakura aún no estaba del todo convencida. Ella avanzaba hacia un par de escaleras que llevaban juntas al segundo piso, y en las paredes en la cima de las escaleras; los hombres alumbraban un extraño cuadro, de un hombre el cual no podían ver el rostro porque se la habían arrancado, más debajo de él, cuatro pequeños estaban posando e forma distinta.

Sakura subió al segundo piso por la escalera derecha seguida de sus hombres, mirando ese cuadro con mucha atención, con algo de miedo. Su corazón latía con fuerza

Notó que los rostros de aquellos niños también estaban arrancados, por lo que sus rostros eran irreconocibles por lo que se sintió decepcionada. Jayden no le había explicado sobre lo que podía ver en esa dirección, nada más que ella si sabría… Pero por qué?

- Lado izquierdo en planta baja, seguro.

- Lado derecho en planta baja, seguro.

Otro equipo subió por la izquierda y alcanzó el equipo con su jefa. La misma que estaba ida en sus pensamientos al estar justamente debajo del cuadro. Un leve gruñido de inconformidad se instaló en su rostro, y suspiró luego de rendirse al tratar de buscar en su amplia memoria, si ese cuadro le fue conocido.

- Sepárense, yo voy a la derecha, ustedes a la izquierda.

Todos le hicieron caso y se separaron. Recorrieron los pasillos, habitaciones, salas… Rebuscaban entre cajones que estaban vacíos y no encontraban nada que fuera de sus intereses. Sakura avanzaba y miraba cuados rotos, fotos quemadas, manchas de sangre que parecían de hace muchos años; lo que indicaba que hubo una masacre en la propiedad. Aún sin saber a quién le pertenecía el lugar, se sentía aún con la rara sensación de que ya había estado ahí antes.

Recorriendo el lugar, Sakura se separó del equipo y llegó a una extraña pero enorme biblioteca que la dejó impresionada. De todas las partes de la propiedad que había visto, esta era la que estaba más o menos “limpia”. Habían miles de libros antiguos, llenos de polvo. Algunos estantes estaban caídos y los libros andaban por doquier… pero aún daba algo de belleza el sitio.

Ella bajó su arma y se adentró al sitio para ver más a fondo, la oscuridad le impedía ver bien y su linterna no alcanzaba a iluminar toda la pieza. El frío calaba sus huesos, y el rechinar de sus pasos sobre la madera llena de mugre le daban la sensación que podría caerse en cualquier momento producto a que la madera no soportaría su propio peso.

Miró lo que era un viejo escritorio, que estaba extrañamente bien organizado y arreglado; más el polvo daba  entender que había pasado mucho tiempo desde que alguien lo usó por la última vez. Pronto, notó que tras ese escritorio había un cuadro que esta vez sí estaba completo y se trataba de una antigua pintura con un hombre que estaba sentado de piernas cruzadas. A medida de que la mujer con peluca rubia se acercaba al extraño cuadro… sintió peligro. La imagen aún le estaba llenando de curiosidad, y al lograr ver mucho mejor el cuadro, sus ojos se abrieron de par en par a causa del shock.

- Pero si es…

Hasta que…

Múltiples disparos de ametralladora destruyeron el vidrio que hacía de ventana  alertando a todos los hombres y a Sakura; lo que provocó que esta última se alejara de ahí y se escondiera tras uno de los viejos estantes, en lo que no confiaba que podría protegerla bien; más no había otro lugar. Sus hombres informaban por el comunicador auricular que estaban bajo ataque, ya que les disparaban por todas partes. La mayoría se encontraron seguros al suelo y aún armados cubrían sus cabezas como podían con los brazos.

Sakura se agachó y puso su arma a la defensiva, al sentir como todos los balazos ahora en vez de darle a la vieja puntura, ahora eran blanco de toda la biblioteca, provocando que la rubia protegiera su cabeza por instinto. No entendía cómo demonios pasó eso, porque no lograron dar con nadie a los alrededores; sintió que la perseguían y ahora podría perder a su escuadrón.

Estaba estresada, no podía acercarse a la ventana o podría ser víctima fatal de una de esas balas. Prefirió arrastrarse por el suelo hasta el pasillo, donde varios de su hombres estaban ahí, agachados.

- QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO?!

- NO LO SE, SEÑORA ELENA! NOS ATACARON DE SORPRESA! NADIE SE LO ESPERÓ!

Era como un sinfín de ametralladoras que le disparaban al lugar, atravesando las ventanas y paredes.

“Aún no es tiempo de que descubras algo”

Una voz que provino de un megáfono hizo que la mujer abriera sus ojos de par en par. Más una explosión del ala este del lugar provocó que todos entraran en pánico.

“Señora Jackson!! Hay bombas en toda la propiedad y pretenden hacernos saltar con ella” – Escuchó por el auricular.

- HAY QUE SALIR DE ESTE LUGAR!! RÁPIDO!!!! ES UNA ÓRDEN!! OLVIDEN LA MISIÓN!!!

Sakura ponía la vida de sus hombres como prioridad primero; la misión se iría a la mierda pero no perdería a sus hombres. Todos como pudieron se arrastraron y poco después, todos los balazos cesaron. Algunos de sus hombres miraron al exterior y notaron que eran ametralladoras programadas, más no veían a nadie ahí afuera. Por lo que todos salieron corriendo del lugar con la precaución de que las ametralladoras volvieran a disparar; más no volvió a ocurrir… más sin embargo…

La propiedad entera sufrió de múltiples explosiones hasta quedar inaccesible. No quedaría nada más que cenizas por lo que no encontrarían nada ahí. Aún no se lo creían... Casi iban a morir atrapados en la mansión abandonada. Acaso sabían que irían ahí? Pero cómo?

Todos se alejaron lo más rápido posible, constataron que todos estaban vivos, más habían algunos heridos de bala, lo que preocuparon a la jefe.

La misma tomó su celular y llamó a un número conocido, solo bastó de 5 tonadas, para que contestara…

- Jayden… Creo que la misión a la que me enviaste resultó ser fallida… Fuimos atacados…

 

 

Notas finales:

Qué creen que haya sido lo que Sakura descubrió?! Quien será el autor del ataque?!!! Hibari será piadoso con Akihito mientras lo entrenará? Cuando Asami y Akihito volverán a encontrarse?!! 

Todo esto y más en el próximo capítulo!!!!

 

Chao-Chao


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