Capítulo 3: Solamente dime que si...
-No…. No sé quiénes son…. –Negó una Sakura un poco preocupada.
Y la situación en ese momento se volvió incómoda para todos, en especial para el pobre Akihito, quien pareció haber entendido todo, y de que su peligro era aun mayor ya que la prima de Ryuichi no sabía quién quiere acabar con su esposo acabando con él mismo primero. En ese momento sintió mucho miedo y desespero, mirando a ambos mafiosos en busca de respuestas o algo que pudiese tranquilizarlo. Pero en cambio, los ojos dorados de ambos Asami parecían perdidos a lo más allá de donde estaban.
-¿Cómo que no sabes nada Sakura? Tienes que saberlo… Conoces a América de pies a cabeza y no sabes ¿quién diablos es ese maldito?! –Preguntó Ryuichi Reaccionando antes que Sakura, quien llegó al mismo tiempo que él mismo y que miraba a Akihito tratando de decirle con la mirada que lo perdonara por no saber nada.
-Yo… No sé nada Ryuichi… Conozco a todos y cada uno de los mafiosos de toda américa y el resto del mundo pero… No sé nada de la mafia canadiense…
-¿Cómo demonios tú no sabes nada de un maldito país tan grande? Maldición Sakura! –Gritó Ryuichi dejando su cigarro sobre el cenicero mientras se ponía de pie en dirección y busca de su segundo amigo de consuelo: un Wiski.
-Ryuichi… Nadie sabe nada de esos malditos canadienses… Hemos incluso hablado de ellos cuando solía reunirme con los norteamericanos cuando iba personalmente a verlos... Pero ellos siempre decían que los canadienses eran personas independientes y que trabajaban de bajo perfil… A parte de que su jefe nunca ensuciaba sus manos de algún modo… Nadie lo conoce… Absolutamente nadie sabe cómo puede ser él… Solo sabemos que quiere acabarte y que quiere empezar destruyendo lo más importante para ti… Y ese es Akihito… -Dijo la joven mientras señalaba a este último mencionado, que miraba asustado a ambos mayores.
Asami solamente tomaba su bebida ignorando completamente a ambos menores con solo mirar la hermosa tarde de verano en la ciudad de Tokyo, mientras al mismo tiempo pensaba en algo que hacer, o alguna alternativa para mantener a Akihito seguro. Pero si lo enviaba lejos de él, lo cazarían de presa fácil y lo matarían (pero para eso tendrían que pasar sobre Sakura primero, lo que le sería difícil), pero sabía que Akihito se negaría a la petición y aunque Sakura haya aceptado quedarse a cuidar a su esposo, este no iba a querer por nada del mundo que la líder de la mafia centroamericana cuidase de él.
-Asami… -Llamó Akihito preocupado, mientras se caminó hacia Asami quedando tras él, suplicando que tuviese una idea en la cual podría estar de acuerdo.
-Akihito… Yo llamé a Sakura para que cuide de ti… -Confesó Asami sin otra alternativa, porque simplemente no la tenía, y él estaba seguro en las mejores manos, quien sería su prima; quien esta otra, solo caminó hacia un sofá en una esquina de la oficina para hacerse la ausente, en lo que la pareja de esposos resolvía ese “pequeño inconveniente” entre ellos sin ser molestados o incomodos por su presencia.
-Que llamaste a tu prima para que… ¿Cuide de mí? –Preguntó confundido el menor, quien parecía no comprender nada de lo que Asami le decía.
-No tenía ninguna otra opción más que hacerlo Akihito… Hasta que no resuelva este nuevo problema en el que estamos metidos los dos… No hay mejor persona para cuidarte que Sakura… -Respondió Ryuichi mientras dejaba su vaso sobre el escritorio y ahora miraba firmemente a Akihito, quien estaba en completo desacuerdo con esta decisión tomada.
-¡No! ¡¿Estás Loco?! Estando en manos de otro mafioso estaré en mayor peligro…
-No conoces a Sakura como para afirmar eso Akihito… Y no es negociable porque ella está aquí… Y si lo está es porque aceptó….
-¡No Ryuichi! No estoy de acuerdo con eso… Se me defender muy bien… Además de que ella también tiene tantas responsabilidades como tú…
-Ya dije que esto no se discutirá Akihito…
Y mientas estos discutían, una Sakura nerviosa por la situación prefirió salir de la oficina, en donde el ambiente era tenso y pensó que era mejor salir. Encontrándose con Kirishima que la miraba bastante preocupado al ver esa expresión y esos fuertes gritos que traspasaban bajamente las paredes que separaban el despacho de Asami con esa sala de espera.
Mientras que a paso tranquilo y elegante, Sakura se dirigió con Kirishima para poder explicarle un poco lo que pasaba entre ambos esposos, quienes al parecer todavía seguían discutiendo fuertemente sobre la decisión de Asami.
-Eso se escucha bastante tenso ahí dentro…. –Comenta Kirishima mientras miraba a Sakura que sacó de un hermoso bolso de cuero negro un celular negro con un protector decorado de militar, cual desbloqueó con sus huellas y buscó en su repertorio telefónico algunos números.
-Akihito simplemente no acepta… Está en completo desacuerdo a esto… -Suspira mientras se lleva aquel enorme aparato al oído. –Es razonable… Y hasta lo deduje…
-El deberá entender que es lo mejor para él… Y que así estará más seguro… Pero por ahora… Solo debemos esperar a que tengamos cambios… Por favor… Llévame a una sala en la que pueda estar sola y en privado para hacer una llamada… También necesito mi laptop… Está en mi maletín negro en la cual están mis armas… -Pidió la menor, mientras se alejó de Kirishima para hablar por teléfono esta vez en un idioma diferente: El Inglés. –Yes… Mister Jackson… Yes… It’s me… Lena Wayne... Yes…
Kirishima en cambio, solo hizo una reverencia y fue en busca de lo que Sakura le pidió. En donde no pasó mucho tiempo y regresó con el maletín que ella le pidió con todo su material para poder trabajar para comenzar su investigación sobre esos malditos canadienses, en donde sacaría información SI O SI.
---- Mientras que… ----
-De nuevo Ryuichi!!! Estoy diciendo que NO… NO Y NO! No dejaré que ella me cuide! Por favor… Asami no soy un maldito niño para que me vigilen todos!
-Akihito ya está decidido…. Ella ya está aquí y su trabajo ha comenzado… Así que ya no insistas…. –Dijo Ryuichi ya al borde de perder la paciencia, sentado sobre el escritorio con una mano en la cienes para calmarse, mientras que al lado de él, se encontraba un joven Akihito con las manos hechas puños, a causa de la impotencia.
-Por favor… Esto no lo puedo aceptar… Ryuichi…. –Reclamó el menor. –Haz llamado a alguien de tan lejos solamente para ser mi niñera sin nada a cambio… Eso es demasiado…
-No Akihito. –Respondió Asami. –Sakura a pesar de ser joven y tener muchas responsabilidades bajo sus manos, sabe que sus negocios están más que organizados y tiene tiempo libre de sobra gracias a sus hombres… Y si vino aquí a pesar de ello es porque esta situación por la que pasamos es muy delicada y necesito ahora más que nunca de su ayuda… Akihito… Te estoy rogando a que dejes esa actitud y por favor… Acéptala…
-Asam…
-Akihito… Entiende que hay un maldito canadiense que quiere destruirme acabando contigo primero… ¿No lo entiendes? Tu vida está en la cuerda floja y necesito más ayuda que nunca… Y en este caso… Solo ella puede darme una mano…
-Me haces verme como a un maldito débil que tiene que ser cuidado y vigilado por todos… ¿Qué acaso no me enseñaste a defenderme?
-Aunque así fuera Akihito… El peligro es muy grande y hasta yo estoy desprotegido… Mi esposo… Lo que más amo en el mundo está en los ojos de un desconocido… Quiero protegerte Akihito. Como siempre lo he hecho por todo este tiempo que tenemos juntos. Desde la primera vez, y quiero hacer esto hasta el final. –Dijo Asami, mientras tomaba las manos de su joven esposo, para acercarlo a él, quién obedeció y se sentó sobre sus piernas para que esos orbes tan hermosos de color azul y dorado se miraran fijamente, tratando de discutir el resto de la conversación por si solos.
Hasta que un fogoso beso concluyó todo. Un beso lleno de pasión y amor al mismo tiempo, en donde el licor de la boca de Asami fuese el dulce más que delicioso para Akihito, en donde ahora solamente las lenguas danzaban y decían el resto de las palabras que sobraban, en donde el amor comandaba y dejaba todo el resto apilado a un lado sin importancia. Hasta que el oxígeno les empezó a faltar, y estos de mala gana decidieron separarse. Y esas fuertes miradas en azul y dorado volvieron a encontrarse.
Pero la mirada de Akihito pareció viajar hasta el vacío con tristeza, frustración y bastante preocupación en el fondo, hasta que el mismo Ryuichi decidió de levantar aquella mirada con la mano, tomándolo del mentón delicadamente para que volviese a observarlo solamente a él.
-No puedo creer que tenga que aceptar una niñera… Pero hasta que yo mismo no le meta un balazo al canadiense ese… Y luego ella volverá de regreso con sus negocios… Y espero que esto sea rápido… Como siempre lo haces Ryuichi… -Dijo Akihito resignado con una corta sonrisa.
-Está bien… Esos deseos serán mis órdenes a partir de hoy… Tendrás a ese estúpido canadiense bajo tu merced… Y tú lo matarás…. –Dijo Asami con esa típica sonrisa que lo caracterizaba, mientras volvía a tomar a su pequeño niño del mentón y lo besó con mucho amor y pasión, mezclados al mismo tiempo, a la vez que le marcaba a su secretaria; y cuando esta contestó, este se separó.
-¿Si Asami-Sama….?
-Llama a Kirishima y dile que regrese con nuestra invitada… Tengo un anuncio urgente que darles a los dos…
-Si señor… -Dijo aquella mujer antes de colgar el teléfono, para que luego, Asami volviese a tomar de la cintura a su esposo para besarlo nuevamente.
Hasta que luego de unos cuantos minutos llenos de pasión, en los cuales ya Asami se despojó de su saco y la polera de Akihito; fueron interrumpidos por alguien que abrió salvajemente la puerta haciendo acto de presencia, interrumpiendo el acto pasional entre ambos esposos. Quien resultó ser Sakura con un aire de superioridad, y detrás de ella un Kirishima muerto del terror.